Benigno B. Lugones, Crónicas, folletines y otros escritos (1879-1884)
Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2012, Col. «Los Raros», edición crítica y estudio preliminar de Diego Galeano, 462 páginas.
Por Laura Giaccio
Reseña
Para definir la figura de escritor de Benigno Lugones (1857-1884) suele decirse que fue un nuevo periodista, o más específicamente, que en sus últimos años se dedicó a trabajar como «repórter» en uno de los diarios más importantes del país, La Nación. Pero su vida no se redujo a esta última actividad, y hubo antes otras instituciones que también resultarían decisivas en su formación. A pesar de sus esfuerzos por estudiar medicina en la Universidad de Buenos Aires, un conflicto con las autoridades de la Facultad lo obligó a abandonar la carrera y a buscar nuevos rumbos. Entretanto, Lugones había ingresado en las oficinas del Departamento de Policía, donde trabó relación con otro joven nuevo periodista, Carlos Olivera. Su paso por estas dos instituciones no sería en vano, ya que le aportaría un bagaje de conocimientos que aplicaría, posteriormente, en sus textos.
Su experiencia en la Policía lo animó a escribir un artículo sobre el mundo del delito y a llevárselo al entonces director de La Nación, Bartolomé Mitre y Vedia. Fue así que a principios de 1879 apareció «Los beduinos urbanos», su primera publicación en prensa y una de las más recordadas por la novedad de su tema, el lunfardo. Este inicio le aseguró un lugar en la redacción del diario, donde encontraría un nuevo modo de vida y de sostén económico. Como periodista profesional, Lugones debió adaptarse a las reglas de un medio en vías de modernización que exigía una escritura rápida, una disposición para transitar todos los géneros periodísticos y un manejo fluido de idiomas extranjeros. Educado en el Colegio Nacional y autodidacta precoz, Lugones reunía estas competencias que, como afirma Diego Galeano, «le permitieron no sólo trabajar en La Nación sino también colaborar esporádicamente en distintos periódicos y revistas, en forma anónima, usando seudónimos y firmando con su nombre» (p. 29). Aunque participó en el Círculo Científico Literario (1873-1879) y se integró a la «nueva generación» de letrados de la alta sociedad porteña, estuvo lejos de encarnar la figura del escritor «gentleman». Como lo recordó uno de ellos, Martín García Mérou: «Benigno B. Lugones era la síntesis del periodista, […] el que gana su vida vendiendo ideas, párrafos e imágenes como se venden en el mercado zapallos, papas y cebollas».
La edición consta de un extenso y documentado estudio preliminar, una bibliografía de la producción periodística de Lugones y cinco secciones tituladas «Bocetos policiales», «Meandros naturalistas», «Historias urbanas», «La excursión ferroviaria» y «El viaje ultramarino». Las secciones ordenan una variada selección de textos que, en su mayoría, fueron publicados en La Nación entre 1879 y 1884. El estudio preliminar reconstruye la trayectoria de Benigno Lugones sobre la base de una exhaustiva investigación en archivos y bibliotecas de Buenos Aires como el Centro de Estudios Históricos Policiales de la Policía Federal Argentina, el Museo de la Ciudad, el Museo Mitre, el Archivo General de la Nación, la Biblioteca Nacional y la Academia Porteña del Lunfardo. A partir de los datos recogidos y el relevamiento de los textos publicados en la prensa, Galeano consigue reunir las piezas dispersas del rompecabezas para recuperar la figura y la producción de un autor casi desconocido y cuyo conocimiento sabíamos imprescindible.
La selección se abre con uno de los trabajos mejor recordados de Benigno Lugones, los «Bocetos policiales», que incluye «Los beduinos urbanos» y «Los caballeros de la industria»: «Hablemos un momento del caló de los ladrones, sigámoslos en sus maniobras, descubramos la estrategia que les es propia, mostremos la táctica cuyas reglas sirven para apoderarse del bien ajeno» (p. 100). El texto revela el mundo del delito a través de una clasificación de los ladrones urbanos (el «punguista», el «escruchante», el «beabista») y los tipos de estafas, pero también por medio de un estudio pionero del argot utilizado por aquéllos: el lunfardo. Uno de los objetivos de los «Bocetos policiales», como dice Galeano, «era promover entre los lectores, considerados potenciales víctimas de los lunfardos, la mayor cautela en los movimientos cotidianos, ofreciendo algo así como una guía para vivir en la ciudad» (p. 36). En la línea esbozada por Lugones, otros escritores retomarían posteriormente el tema de la delincuencia urbana y su lenguaje desde diferentes perspectivas: Fray Mocho en su Galería de ladrones de la Capital (1887), Antonio Dellepiane en su Contribución al estudio de la psicología criminal. El idioma del delito (1894).
«Meandros naturalistas» pone en escena los primeros debates que se produjeron en Buenos Aires desde 1879 a propósito del naturalismo. Lugones fue por entonces uno de los pocos defensores de esta nueva corriente, a la que definió tempranamente como «escuela del porvenir» y «última expresión del arte» (p. 145). En «Carta literaria» respondió a las duras críticas que Rodolfo Araujo Muñoz había pronunciado contra el naturalismo («El naturalismo es la prostitución del arte») y analizó en detalle la estética de Zola, «anatomía normal y patológica de la vida social» (p. 151). En relación con esta definición, el libro presenta un texto que sobresale por su singularidad: «Pródromo a una descripción de la pederastia pasiva» (1879), un estudio sobre la homosexualidad masculina en Buenos Aires, que previsiblemente solo pudo aparecer publicado en el marco de una revista científica como los Anales del Círculo Médico.
Los textos de la sección «Historias urbanas» tienen a la Buenos Aires de 1880 como protagonista. En ellos podemos descubrir a través de la mirada de Benigno Lugones las características y costumbres del pueblo porteño, las pequeñas historias que se suceden en la ciudad, así como también la incipiente modernización de la capital, ya que, tal como afirma el editor, en este tipo de textos «no había mediadores ni fuentes secundarias de información: todo el relato es producto de la observación directa del cronista que recorre la ciudad» (p. 60).
Las dos últimas secciones del libro reúnen las corresponsalías que Benigno Lugones cumplió como periodista de La Nación en tres ocasiones. Por un lado, «La excursión ferroviaria» surge del viaje que realizó en 1883 en el Ferrocarril del Sur hacia Bahía Blanca. Lugones informa al lector porteño sobre las vicisitudes de una excursión en tren y sus (in)comodidades, las características de los pueblos y colonias que visitó, la Penitenciaría de Sierra Chica y los yacimientos de cal y las canteras de Sierra Baya. Por otro lado, «El viaje ultramarino» compila artículos enviados desde Europa durante los dos viajes que realizó en 1882 y 1884. Cuadros de Londres, París, Marsella, La Coruña y Asturias, descripciones de la sociabilidad y la vida literaria parisinas, observaciones sobre el periodismo francés y consejos para futuros viajeros, integran las cartas que remitía al diario. Precisamente durante su estadía en Francia Lugones falleció de una enfermedad respiratoria dejando estas crónicas como sus últimos textos.
El libro permite comprobar la versatilidad y la modernidad de Benigno Lugones como periodista: el «repórter» que en busca de la noticia y la información periodística rentable debió no sólo recorrer todas las calles de la ciudad, sino también, como Roberto Payró una década más tarde, viajar por la provincia y hasta probarse como corresponsal en Europa. Entre la medicina, la policía y el nuevo periodismo, Lugones aprendió a mirar los nuevos márgenes urbanos. Mientras tanto, Buenos Aires comenzaba a convertirse en una gran ciudad y engendraba, para la literatura por venir, sus primeros misterios y secretos.
Giaccio, L. (2012) [Reseña sobre] Benigno B. Lugones, Crónicas, folletines y otros escritos (1879-1884). Buenos Aires, Biblioteca Nacional, 2012, Col. ‘Los Raros’, edición crítica y estudio preliminar de Diego Galeano, 462 páginas. Orbis Tertius, 17 (18). En Memoria Académica. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/art_revistas/pr.5391/pr.5391.pdf