Chau Alfredo
Rebosante de un noble corazón y un incorruptible humor, al vernos tristes casi seguro Alfredo hubiera dicho «¡Pero dejate de joder!» Tenía 86 años. Fue boxeador, periodista, docente, maestro de militancia de varias generaciones, pero por sobre todas las cosas fue poeta. Datos de vida, entrevistas, homenajes y poemas podrán ver en esta página del viejo sitio. Hoy es preferible recordarlo con el humor de otro grande de la cultura popular: Washington Cucurto, un texto de hace unos años.
Cumpleaños del poeta Alfredo Carlino
Por Washington Cucurto
Hace una parva de días que el petiso Carlino, poeta máximo de Buenos Aires, me anda buscando. ¿Qué querrá? Los otros días me encontró por Rivadavia a las doce de la noche, por supuesto, me pescó in fraganti del brazo de Yunisleidi, una formidable mulata dominicana, con la cual iba a perrear los temas de don Omar a un sucucho de mala muerte de la calle Santiago del Estero. ¡Negro, qué hacés! ¡Te ando buscando desesperadamente!, y me pegó un flor de abrazo, afectuosísimo, como sólo suele serlo mi querido amigo Alfredo Carlino, un peronista de verdad y no como estos chantas de hoy día, que son de todo menos peronistas.
Mi amigo cumplió 50 años con la poesía y acaba de editar un libro imperdible. Un librazo que reúne lo mejor de su producción poética. Un libro que deberían dar en todos los colegios para que los niños aprendan de la poesía ciudadana.
Y ya que estamos en tiempos de la Feria del Libro, es bueno recordar cuando el Petiso, ex boxeador (peleó dos veces contra Serpa propinándole una paliza bárbara), le dijo que no le dedicaba un carajo su libro de poemas Buenos Aires tango, al mismísimo Videla, a quien le gustaba mucho el 2 x 4. Y Videla, que había hecho la cola con un ejemplar y esperaba su dedicatoria, no sabía si matarlo, secuestrarlo o retirarse. ¡Por suerte optó por lo último!
Así es don Alfredo Carlino, directo y frontal, y si no le gusta algo, te lo dice sin retaceos. Un tipo generoso como pocos en el mundo de la cultura.
Hoy en día, en que todo es blog y Facebook, es bueno pegarse un baño de buena literatura y leer los poemas de Carlino. Una épica urbana que testimonia grandes triunfos y luchas, fracasos y fantasías varias. Yo no sé qué esperan los papanatas buenos para nada de la revista Ñ, que no le brindan un sentido homenaje. Desde esta columnita pedorra de “La ciudad de la Furia” lanzo la campaña para que elijan a este poetazo ¡ciudadano ilustre de la ciudad!
“Cucu, necesito que me des una mano, los redactores culturales no me dan pelota. Se dedican a publicar a Raymond Carver, a Cheever o a Corman McCarthy. Es que somos así, tenemos almas eternas de colonizados; nos dejamos embaucar por los yanquis y nos olvidamos de nuestros valores nacionales”.
Mi amigazo de bellos ojos de laguna azul y espíritu egomaníaco, justo enfrente del bar Los Angelitos, me agarró de un brazo, me separó de la mulata y me dijo despacito: “Cucu, ¡no me digás que te estás cogiendo a esta mulata!”