El mundo que habitamos

Es engañoso insistir en que la invasión rusa a Ucrania fue totalmente carente de provocación

Por Mónica Peralta Ramos

«Aunque es obsceno acusar a los Estados Unidos por el ataque inhumano de Putin a Ucrania, es engañoso insistir en que la invasión fue totalmente carente de provocación (…) Las decisiones de Rusia han sido una respuesta a la expansión de la hegemonía norteamericana y de sus aliados en Europa, ocurrida luego del fin de la Guerra Fría (…)» [1] Estas definiciones de Robert Kagan, uno de los principales lideres de los neocon que dominan la política exterior norteamericana, iluminan la veracidad de los reclamos y advertencias que Vladimir Putin hiciera desde 2008 hasta la fecha: el avance de la OTAN hacia las fronteras rusas ha representado una provocación y una violación de acuerdos previos, configurando un peligro existencial que Rusia no puede aceptar. Así, por la vía menos esperada y al margen de las intenciones de Kagan, brota una explicación de la guerra en Ucrania que contradice al relato oficial centrado en las ambiciones salvajes de un Putin endemoniado.

Avanzando en sus definiciones, Kagan deja en claro la esencia de la política exterior de su gobierno: la invasión rusa a Ucrania constituye un desafío inaceptable a la hegemonía norteamericana. «Ocurre en un momento histórico y geopolítico … donde los Estados Unidos todavía juegan un rol principal (…). Los norteamericanos deben asumir este hecho (…) es mejor para los Estados Unidos arriesgar una confrontación con poderes beligerantes cuando estos están en una temprana expansión, que luego de que consoliden su poder (…) Rusia posee un arsenal nuclear peligroso pero el riesgo de que Moscú lo utilice (…) es extremadamente pequeño» [2]. Así, los Estados Unidos deben defender su hegemonía aunque ello implique un enfrentamiento nuclear cuyo riesgo sería, por arte de magia, mínimo. Esto explica el saboteo norteamericano a las negociaciones de paz en Ucrania, el estancamiento de estas últimas y una escalada del conflicto militar que parece conducir a un callejón sin otra salida que la participación directa de los Estados Unidos y de la OTAN en la guerra. Mantener la hegemonía global norteamericana implica pues «desangrar» a Ucrania y a Rusia en un conflicto interminable, con el objetivo de crear las condiciones para un cambio de régimen que terminara con Putin.

Esta concepción de la política exterior norteamericana no es nueva y ha derivado en las últimas décadas en la multiplicación de países inviables, atrocidades y crímenes que nunca fueron juzgados por los organismos internacionales y guerras locales y permanentes en las regiones del mundo con mayores reservas de recursos naturales estratégicos. Allí, la presencia norteamericana ha sido sustituida por la participación «indirecta» (proxy war) a través del accionar de países y grupos controlados por los Estados Unidos. Ahora, sin embargo, no hay condiciones para una guerra de proximidad: el continente europeo, y los países aliados de Estados Unidos, constituyen el teatro de batalla en un contexto geopolítico multipolar y en una economía global amenazada por una crisis financiera de magnitud inédita. Las sanciones contra Rusia han acelerado estos problemas y acortan los tiempos de un posible enfrentamiento entre potencias nucleares.

El significado y el impacto de esta guerra trascienden pues a Rusia y a Ucrania e involucraran al mundo entero, desde el centro hasta la periferia del orden global.

El mundo unipolar que hemos conocido está en crisis. Hoy nos encontramos inmersos en una disputa por el poder mundial que afecta las relaciones internacionales, la economía global y las leyes, regulaciones y organismos internacionales paridos después de la Segunda Guerra. Paradójicamente, estas tensiones y conflictos contribuyen a iluminar los sótanos de una guerra que, por métodos secretos y violatorios de la legalidad nacional e internacional, ha convertido a la mente de la población mundial en el principal campo de batalla.

La guerra: mercenarios fake news y operaciones militares

La primera fase de la «operación especial» de Rusia en Ucrania se centró en la destrucción total del sistema de comando y control, de la logística y del abastecimiento de las fuerzas armadas de Ucrania, buscando aislarlas en bolsones pasibles de ser rodeados y aniquilados. Recientemente el Ministerio de Defensa ruso comunicó el éxito logrado en la primera fase y anuncio el inicio de una nueva etapa basada en la reubicación de tropas rusas en todo el país y el desarrollo de una operación de pinzas que busca la destrucción de los principales bolsones de fuerzas ucranianas mayoritariamente concentrados en el este y sur del país. Un ex oficial de inteligencia norteamericano considera que la estrategia de combate y las operaciones ya concretadas han logrado configurar un campo de batalla que crea las condiciones para un triunfo militar ruso que por mucho tiempo será estudiado en las escuelas de guerra del mundo [3]. Esta visión es la antítesis de un relato oficial basado hasta ahora en la ineficiencia de las tropas rusas y su derrota ante el heroísmo del pueblo ucraniano.

Esta semana, diversos acontecimientos parecen indicar que se aproximan los tiempos del enfrentamiento masivo anunciado por el Ministerio ruso de Defensa. Las tropas rusas han destruido con misiles supersónicos los nuevos depósitos de armas y equipos sofisticados recientemente enviados a Ucrania y han advertido a los Estados Unidos y a la OTAN que serán considerados enemigos, y por lo tanto pasibles de ser atacados, si continúan armando a Ucrania. El hundimiento del barco insignia de la flota rusa por causas que, según el propio Pentágono, todavía no son claras, y el comienzo de operaciones militares en territorio ruso y muy cerca de la frontera, han llevado a Rusia a acelerar el ritmo de los bombardeos, incluyendo objetivos militares nuevos, muy cercanos a Kiev que hasta ahora se habían respetado. Asimismo el gobierno ruso anuncio el emplazamiento de armas nucleares a lo largo de toda su frontera en respuesta a la inminente incorporación de Suecia y los países bálticos a la OTAN. Otros fenómenos ocurridos por estos días tienden a indicar la participación directa, y secreta, de militares norteamericanos y de la OTAN en las operaciones bélicas dentro de Ucrania.

A la vuelta de un viaje acompañando a voluntarios extranjeros que querían incorporarse a las fuerzas armadas ucranianas, Georges Malbrunot, principal corresponsal extranjero del diario francés Le Figaro, reveló que «los norteamericanos están en control directo» de la guerra en el terreno ucraniano: «Creí que iba a estar en contacto con las brigadas internacionales y me encontré enfrentando al Pentágono» [4]. Estas declaraciones se suman a indicios de presencia de militares de países de la OTAN en el barrio fabril de Mariupol, último reducto de las fuerzas de Ucrania en esta ciudad. Luego de una ardua batalla urbana la ciudad cayó bajo el control ruso, y numerosos componentes de las fuerzas ucranianas se han rendido esta semana. Queda un remanente de fuerzas, entre el que se contarían los jefes de los batallones neonazis, que se ha atrincherado en un sector del barrio fabril, una verdadera fortaleza con intricados túneles. Comunicaciones interceptadas por las tropas rusas indicarían la presencia de varios «extranjeros» pertenecientes a distintos países de la OTAN [5]. Por lo menos dos de ellos serían franceses y un tercero un importante mercenario británico, conocidos por su actuación en otras guerras [6].

Estas revelaciones fluyen en las redes a pesar del estricto control ejercido en Occidente sobre la información que proviene de Rusia y/o transgrede el relato oficial. Este pone ahora énfasis especial en el genocidio supuestamente cometido por el ejército ruso en Bucha. Con ello se busca la aceptación de la participación directa norteamericana en el conflicto, aunque esto implique el riesgo de una guerra nuclear [7]. Así, poco a poco, se profundiza el discurso de odio y miedo que busca sembrar la histeria y el pánico, bloqueando la capacidad de reflexionar y de cuestionar lo que ocurre en Ucrania. A juzgar por los resultados de las últimas encuestas, esta guerra informativa está logrando éxito: si en enero de este año un 41% de la población encuestada visualizaba a Rusia como el enemigo de los Estados Unidos, esta proporción ha crecido ahora al 70 % [8].

El éxito de esta guerra no se limita, sin embargo, al teatro de la opinión pública. También ha desatado una avalancha de financiación para la compra de armamento. Miles de millones de dólares han sido aprobados en los últimos tiempos para comprar distinto tipo de armas cada vez más sofisticadas para que Ucrania y los países de la OTAN se defiendan de Rusia. Esto llevó al Pentágono a convocar esta semana una reunión con directivos de las 8 principales corporaciones que producen material bélico para analizar la capacidad que tienen de proveer armamentos a Ucrania si la guerra dura varios años, y para planificar su producción y agilizar su entrega [9].

La guerra y la economía global

Por estos días Janet Yellen, secretaria del Tesoro norteamericano, salió al ruedo para aclarar el significado de la guerra en Ucrania: «El futuro del orden internacional (…) está en peligro (…) y la coalición de países que ha sancionado a Rusia no permanecerá indiferente ante acciones que minan la eficacia de las mismas» [10]. También aprovechó la ocasión para advertir sobre «el rol pivotal que China cumple» y la necesidad de que esta respete las sanciones y condene a Rusia.

Rusia, mientras tanto, articula alianzas para evadir las sanciones y ha logrado éxito: su balance comercial creció 2,5 veces en lo que va del año en relación a igual periodo del año anterior [11] y el rublo se ha revaluado en relación al dólar, llegando a superar los niveles que tenía antes de la guerra. Europa continúa importando gas y petróleo ruso, y la relación con China se ha vuelto cada vez más estrecha. Entre enero y marzo de este año el superávit comercial de China creció un 27,8% en relación al mismo periodo del año anterior. Este crecimiento se explica en buena parte por una reorientación de sus exportaciones e importaciones centrada en la economía rusa.

El ministro de Finanzas ruso ha advertido, sin embargo, que las sanciones económicas impuestas a Rusia están destruyendo los fundamentos del sistema financiero internacional basado en el dólar, y provocando una crisis global de enorme envergadura. Ante esto, el ministro ha convocado «a los países miembros del BRIC (Rusia, China, India , Sudáfrica y Brasil) a acelerar los procedimientos para usar nuestras monedas nacionales en las exportaciones e importaciones; para integrar un sistema de pagos, de crédito y de mensajería financiera independiente del Swift, y para crear una agencia de evaluación financiera propia al BRIC». Siguiendo estos consejos por estos días los países del BRIC decidieron realizar el quinto test del mecanismo bancario que les permitirá sumar sus reservas internacionales para proteger sus economías de los shocks externos.

Así, y con rapidez inusitada, emerge un sistema financiero internacional que pretende independizarse del dólar e impedir su utilización por el gobierno norteamericano como un arma de guerra. El gobierno ruso ha tomado dos medidas decisivas que en esencia implican vincular al rublo con el oro, y obligar a los países «hostiles» a usar rublos en las transacciones comerciales y financieras con Rusia. La adhesión de China, la India, Irán y otros países asiáticos a la nueva arquitectura financiera basada en monedas locales respaldadas por commodities, permite no solo dar una vía de escape a Rusia, sino también acelerar el fin de la era del dólar como moneda de reserva internacional. Esta, sin embargo, no es la única consecuencia de la guerra en Ucrania. Las sanciones a Rusia desarticulan las cadenas de suministros e impactan brutalmente sobre la producción industrial europea y especialmente sobre Alemania, la dínamo de Europa. Esto arroja una negra sombra sobre el futuro de Europa en el nuevo orden global.

Argentina: el condicionamiento de la política

El voto argentino para suspender a Rusia en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, definido por el Canciller y el Presidente, fue compartido por dos tercios de los países. Esto, según el Canciller, avalaría la independencia del voto argentino en relación a los intereses norteamericanos [12]. Sin embargo, si el respeto a los Derechos Humanos rige la política exterior argentina, como dice el Canciller, una resolución votada en base a hechos no investigados carece de legitimidad. Más aún, si esta última depende de la cantidad de países que acompañaron a la Argentina en el voto estaríamos embretados en un «comportamiento de manada» que poco tiene que ver con la reflexión y mucho con los intereses del país que promovió la resolución: los Estados Unidos.

Para el Ministro Martín Guzmán, «la economía funciona en un contexto de relaciones de poder», por lo que «para atacar la inflación se necesita construir credibilidad en un programa sólido y consistente que hemos diseñado» y las tensiones internas deterioran esa credibilidad. De ahí que el Presidente ha resuelto «que gestionaremos con gente que esté alineada con el programa económico que hemos definido» [13]. Esta visión algo napoleónica del ministro está encapsulada en una burbuja abstraída de las relaciones de poder que estructuran a la sociedad. Por eso en su plan tan «sólido y consistente» no hay referencia ni medidas destinadas a controlar el impacto que los monopolios/oligopolios tienen sobre el resto de la sociedad. Si bien existe una serie de medidas tendientes a limitar el poder de los monopolios, utilizarlas implicara enfrentar a algunos actores muy poderosos, entre ellos el FMI. Por estos días el FMI ha reconocido que la inflación paraliza a la economía argentina. Sin embargo, advierte que «deben evitarse los enfoques coercitivos, controles de precios involuntarios, prohibiciones de exportación, e impuestos/cuotas de exportación más altos» [14]. Es decir: el país tiene las manos atadas.

Esta semana la Vicepresidenta irrumpió en el escenario político e iluminó el problema de base: la desigualdad y la miseria son consecuencia de las decisiones políticas que se toman, pero también de las que no se toman. De ahí la importancia de las acciones políticas encaradas recientemente por diversos grupos: desde los movimientos sociales que en la calle plantean la necesidad de un cambio de política en relación a los que menos tienen, a los distintos grupos que se han movilizado presentando ante el Congreso proyectos para que se investigue la legitimidad de la deuda externa, la responsabilidad de los que la contrajeron, etc. La incorporación en estos planteos de la investigación de la deuda interna, y el seguimiento sistemático de las acciones que el gobierno toma para terminar con este flagelo, significan un gran aporte.

Todas estas iniciativas, provenientes de distintos sectores del campo popular, muestran la necesidad de constituir una plataforma amplia con participación de todos los sectores que, sin sectarismos ni rivalidades, inicie un dialogo sistemático y acciones conjuntas en torno a problemas que parecen desconectados, pero no lo están: el control de la inflación, la deuda interna y externa, la dolarización de la economía y el fortalecimiento del peso, la evasión impositiva, el problema del río Paraná y el canal Magdalena etc., etc. Esta plataforma, con actividad continua y sistemática seguramente contribuirá a definir colectivamente el país que queremos, paso inicial para salir de la fragmentación actual y enfrentar al impacto que las turbulencias geopolíticas tienen sobre nuestro país.

[1] R. Kagan, The Price of Hegemony, Foreingaffairs.com. may June 2022

[2] op. cit: el subrayado es mío

[3] https://scheerpost.com/2022/04/10/the-duran-and-scott-ritter-the-first-casualty-of-war-is-truth/

[4] ver video en : https://www.zerohedge.com/geopolitical/americans-are-charge-war-says-french-journalist-who-returned-ukraine

[5] https://mobile.twitter.com/TheRepublic/status/1513289253609955335

[6] https://twitter.com/cossackgundi/status/1513768135375077379

[7] seattletimes.com 11 4 2022; videos en Michael Tracey mtracey@twitter twitter.com 3 4 2022 https://twitter.com/mtracey/status/1510608636036407306?ref_src=twsrc%5Etfw%7Ctwcamp%5Etweetembed%7Ctwterm%5E1510608636036407306%7Ctwgr%5E%7Ctwcon%5Es1_&ref_url=https%3A%2F%2Fsummit.news%2F2022%2F04%2F04%2Fukrainian-police-said-they-conducted-clearing-op-in-bucha-a-day-before-dead-body-videos-emerged%2F

[8] pewresearch.org 6 4 2022

[9] reuters.com 12 4 2022, zerohedge.com 13 4 2022

[10] treasury.gov 14 4 2022

[11] Bloomberg.com 12 4 2022

[12] lpo.com 14 4 2022

[13] c5n.com 11 4 2022

[14] infobae.com 14 4 2022

El Cohete a la Luna