La Torre
Crónicas carcelarias
Por Ramiro Ross
Corría el año 1977/78, La dictadura (una de ellas), estaba embarcada en llenar a Buenos Aires de autopistas, que la recorrían de punta a punta, sin importarle demasiado si para eso tenían que demoler barrios emblemáticos de la Capital, ‘esas cosas viejas’ no les importaban, sentían que con esas obras, el mundial de futbol que promocionaban como si fuera algo que cambiaría la historia del país podrían hacernos olvidar que con cada ladrillo que rompían se apagarían los gritos de dolor de los miles de seres humanos que estaban torturando y matando en cada esquina, esos gritos, más las máquinas de demolición y el ulular de los patrulleros durante las 24 horas, sumado a una marchita pegadiza que nos recordaba por radio y televisión que “25 millones de argentinos, jugaremos el mundial…”, daban el argumento perfecto para que, años después muchos argentinos adujeran que no sabían lo que pasaba en la Argentina porque estaban encantados observando las autopistas nuevas y pensando en el mundial 78’.
En medio de todo eso, la dictadura tuvo otra idea, como ya los detenidos no cabían en las cárdeles, decidieron levantar una cárcel nueva (no, escuelas no levantaban, ni hospitales, solo cárceles), donde ya estaba la Cárcel de Caseros en la Capital Federal.
Se trataba de una torre que sobresalía de las edificaciones de 6 pisos de promedio que tenía el barrio llamado Parque de los Patricios.
Al poco tiempo, luego de conocerse la noticia, aparecieron las máquinas excavadoras para hacer los cimientos de lo que sería una “cárcel moderna, con sectores como biblioteca, gimnasio, sala de cine y otros adelantos que serían el orgullo del Servicio Penitenciario Federal».
Al poco tiempo, algún funcionario aportó una idea que les permitiría abaratar los costos en la construcción de semejante mole. Si se ponía a los presos a trabajar para levantarla, tendrían mano de obra esclava, y las quejas que ya se escuchaban por el costo de la “moderna cárcel” se apagaría.
En algún momento, reunieron a los presos en el patio del penal, un día para los presos comunes y otro para los presos políticos. Con los primeros tuvieron mas suerte, a pesar que cerca de la mitad se negaron a trabajar para los ‘cobanis’, y los presos que aceptaron pidieron agregar a las ofertas que les hicieron, otro punto que sería la reducción de las penas.
Con los presos políticos no tuvieron tanta suerte, luego de las arengas que nadie creyó, recitada por uno de los oficiales de mayor rango, que llegó con un discurso pasado de moda y que seguramente lo sacó de algún documento del siglo XVIII, se decidió en asamblea que se realizaría una consulta y se llevaría a votación. Aún recuerdo que esa semana se cruzaban las “palomas” con las novedades de lo que se resolvía en cada piso, y las discusiones eran a los gritos, las acusaciones se cruzaban, unos acusaban a otros de traidores a la clase obrera, ya que construir el lugar de encierro era acelerar la represión y encarcelamiento de más militantes ya que habría mas espacio, otros les contestaban que si reducirían las penas, se podría salir antes del encierro y reintegrarse a la lucha.
Las asambleas duraban todo el día, no se hacía otra actividad más que discutir
Al final se llevó a cabo la votación, primó el análisis político y se decidió que no nos prestaríamos a trabajar para la dictadura..
Creo que está de más decir que los adelantos (gimnasio, biblioteca, cine, etc.) nunca estuvieron abiertos para los reclusos y solo eran usados por el personal penitenciario, y respecto al punto de reducción de penas, lo único que se logró fue que se comprometieron a abrir y estudiar nuevamente los expedientes de los que trabajaron gratis. Hasta el día de hoy jamás se rebajaron penas a nadie.
Para terminar y no mirar solo el vaso medio vacío, diré que mientras duró la construcción los presos lograron que le den una frazada más y una hora extra de descanso en el patio, y mejoraron un poco la comida, aunque al terminar la construcción les fue quitado hasta eso.
Abril 2019
Blog del autor: http://lamuralladeramiroross.blogspot.com