María Teresa Andruetto: la escritura de la memoria argentina

ZONA LITERARIA | EL TEXTO DE LA SEMANA

Por Adrián Ferrero*

Foto: Javier Cortez (La Voz)

María Teresa Andruetto (Arroyo Cabral, 1954), escritora nacida y radicada en Córdoba, se ha consagrado a la literatura infantil y para adultos. Narradora, poeta y ensayista, también ha ejercido la traducción. Se hizo acreedora en 2012 al Premio “Hans Christian Andersen”, el mayor galardón del mundo entero dedicado a la producción de literatura infantil y juvenil.

Su obra pone en diálogo permanente la realidad política y social de la Argentina contemporánea con la ficción sin jamás devenir literatura de panfleto. Lo hace naturalmente a partir de una política de la representación desde una cierta perspectiva crítica. Adoptando una posición severa y sin concesiones, Andruetto, ante todo afronta lo que otros suelen eludir. En tal sentido, se ha manifestada como una gran preocupada por los momentos cruciales de nuestra Historia en cuanto a traumas de la memoria social. También en torno del crecimiento espiralado de la violencia y del deterioro económico en el marco de un país subalterno.

Un ejemplo contundente lo constituye la novela La mujer en cuestión (2009), paradigma de este principio de su poética, constituye una ficción originalísima en la que, mediante técnicas narrativamente innovadoras, se refiere el seguimiento por parte de los Servicios de Inteligencia del Estado de los compases biográficos de una ex detenida por la última dictadura militar. El libro consiste en un lúcido montaje de materiales, como desgrabaciones de cintas, documentación, testimonios, observaciones y visitas encubiertas a la casa de la protagonista (en las cuales se hace, por ejemplo, un minucioso escrutinio de su biblioteca para el control de indicios), mientras se busca informar sobre el transcurso de su vida. Ello se hace en función de un encargo siniestro que una persona anónima realiza “al informante”. Ese “informante” carece de un referente nítido y se presenta a todo lo largo de la novela con sin identificarse. Pone en cuestión a la mujer desde sospechas y especulaciones en torno de su ideología. Y también lo hace desde el género, porque profana su privacidad y su condición femenina (circunstancia que, como fue habitual, se desprende ya tuvo lugar cuando fuera detenida, como solía ocurrir con las detenidas). También el sintagma, “la mujer en cuestión”, es con el que ella es designada términos burocráticos cada vez que este “informante” aluda a ella. De modo que Andruetto juega polisémicamente y de modo inteligente con ese título. El género en cuestión y el género nombrado pero por un varón en el marco de una tarea clandestina. Esto es: heterodesignado. Ficción de la persecución así como de la dominación con ecos y reminiscencias ominosos, esta novela constituye un dispositivo narrativo que mediante una aproximación novedosa al tema no cae en lugares comunes ni en recursos previamente transitados. Y no únicamente en relación a esta etapa macabra nuestro país. No se trata de un libro testimonial ni de uno que simplemente historie acontecimientos de existencia constatable. Está claro que es ficción. Pero tampoco una ficción pedagógica ni ejemplo de un realismo ramplón. Es arte elaborado en el marco del cual el orden de lo político en su acepción más amplia tanto como la más restringida resulta primordial. Simultáneamente, estos renovadores procedimientos narratológicos, como ya lo mencioné, permiten analógicamente otra operación: otro abordaje. Porque cada economía de la representación remite a un universo de valores y a una ideología. Motivo por el cual representar una etapa del país consiste también en hacer un diagnóstico nítido de lo que aconteció. Por otra parte, el momento elegido de la vida de la protagonista no siempre es el habitual en las ficciones que abordan esta tragedia argentina. Y junto con todo ello, me parece que María Teresa Andruetto pone en evidencia la circunstancia continental por la que han atravesado las frágiles democracias de América Latina en un movimiento envolvente que también, lo sabemos, constituyó un plan internacional.

Otra obra también ligada a la dictadura la constituye su novela Lengua madre (2010), en la que esta vez el abordaje es desde la perspectiva concreta pero estremecedora del exilio. En efecto, el punto que aquí articula con la Historia es el de la partida compulsiva a otro país y la lengua madre es la que debe abandonarse por otra merced a la cual poder designar los mecanismos y objetos de la nueva realidad producto del habitar en otra nación. Hay una suerte de despojamiento del pasado, naturalmente, así como de una irrupción en un presente que debe ser metabolizado. Pero también la lengua nativa es a la que la protagonista se aferra como principio de su identidad. La “lengua madre” es la lengua que en el orden de lo simbólico desde la representación aloja el origen. Y esta saga prosigue con Los manchados (2015) que retoma y completa la serie de las ficciones en torno de la dictadura para adultos, por lo menos hasta el momento. Precisamente ese momento de la Historia nacional también fue de un enorme padecimiento para la autora cordobesa y dejó una marca fuerte en su subjetividad desde la perspectiva emotiva tanto como la ideológica. Dicha flexión puede rastrearse de modo evidente en su ficción para adultos (lo que sería más habitual). No obstante, Andruetto da un paso más allá. Audaz por cierto. Se atreve a introducir este tópico en la ficción infantil, como veremos más adelante, lo que introduce matizaciones innovadoras en torno del presente tema que no suele estar dirigido al público infantil. Pero prosiguiendo con su producción para adultos, ha publicado un excelente libro de cuentos, Cacería (2012), de temática amplia, versátil y variada pero en el que uno de los cuentos también aborda el núcleo sémico de la dictadura.

Asimismo, se ha manifestado vivamente inquieta por la literatura escrita por mujeres, dirigiendo una colección escrita por ellas en editorial EDUVIM. También desde un blog que modera en el que vuelca información, rescata figuras, recopila colaboraciones y reflexiones acerca del tema mujer y de la literatura escrita por mujeres, entre otras operaciones culturales siempre vinculados a la condición femenina.

Y como para ingresar en su ficción infantil, elijo para empezar la más reciente: un libro titulado El país de Juan (2018). Consiste en un cuento en el que se narra la historia de cómo la crisis económica argentina obliga a dos familias por separado a emigrar internamente del así llamado interior hacia Buenos Aires en busca de un mayor bienestar pero terminan viviendo en la marginalidad de una villa miseria. Allí se ganarán la vida como cartoneros y conocerán la pobreza extrema. Este panorama ya pinta el interés de Andruetto por los contextos con un fuerte compromiso: el de alguien que no escapa a los graves conflictos sociales y políticos de su tiempo histórico. Juan conocerá en la villa miseria a la otra protagonista de la trama. De niños jugarán hasta que a medida que transcurran los años, de jóvenes formarán pareja. Ambos militarán con la idea de defender los derechos de los más castigados. Hasta que a todo ello se suma la irrupción, nuevamente, de los esbirros de la dictadura militar (nombrados de modo sutil) que detienen a Juan. Luego de padecer el maltrato y la tortura es liberado. A partir de ese momento desandarán el camino que han hecho con sus padres pero esta vez de dos. A la inversa entonces, retornarán al lugar del que se habían marchado, al así llamado interior del país, para trabajar y convivir apartados de la agitada vida política y social (además de urbana) pero también para reconciliarse con sus orígenes: el lugar del que lo conocen todo porque allí nacieron, se criaron y se formaron. En ese marco también zonas del país por lo general desatendidas son recuperadas por Andruetto mediante una economía de la representación literaria que da cuenta de espacios que también tienen una historia y una memoria, al mejor estilo en que lo hiciera escritor jujeño Héctor Tizón.

La producción infantil de María Terersa Andruetto también aborda otros asuntos, afines pero distintos también: como el de la inmigración y el desarraigo, tal el caso de su novela Stefano (1997), interesante ficción del viaje, del autodescubrimiento y de la identidad evocada. En efecto, es sabido que la escritora vuelca allí parte de su historia como hija de inmigrantes: un padre italiano de una potente presencia en su vida. En su casa se contaban historias de ese país, se acudía a la música como forma de recuperación de esa memoria para que no pereciera y se disipara. Pero también la posición de María Teresa Andruetto en torno de la literatura infantil es que no hay temas que no pueda ser abordado por ella sino que en estos casos la clave consiste en el tono singular y la inflexión que se adopte al hacerlo. Así como lo realizara con la dictadura militar, lo hace ahora, por ejemplo, con la sexualidad. Los primeros temblores de los adolescentes de El país de Juan son referidos con total naturalidad y Stefano tiene poluciones nocturnas que la autora refiere con la más absoluta espontaneidad. Así, María Teresa Andruetto plantea interesantes operaciones de transposición de contenidos antes considerados tabú por la literatura infantil a ella y elude en cambio prohibiciones planteando una posición que está en sus antípodas. En efecto, los contenidos así considerados prohibidos deben poder ser narrados y ser dichos sin pacatería y también sin simplismos. En el sentido cabal que esta palabra tiene: darles cabida en la ficción infantil más allá del público al cual esa literatura esté dirigida. Incluso resulta imprescindible que los más pequeños conozcan las tramas que fueron las que determinaron la constitución de su nación y sus hitos más dramáticos desde una perspectiva que los introduzca pero no al punto de volverse intolerable, naturalmente. Es por ese motivo que Andruetto es cuidadosa y respetuosa, además de acertada.

De modo que habría a mi juicio varios núcleos destacables y valiosos en torno de la poética de María Teresa Andruetto. En primer lugar el espacio que brinda a la infancia en el marco de su proyecto creador y el modo en que lo aborda, lo que no siempre resulta habitual en autores para adultos. En segundo lugar la incorporación a la ficción que hace de instancias críticas y de agudo padecimiento de nuestra época, en el marco las cuales ingresan referentes claramente históricos de índole conflictiva plagados de heridas porque están plagados de violencia y de prepotencia. En tercer lugar la evocación de las ficciones del origen en torno de personajes que o bien regresan o bien recuperan su pasado inmigratorio, por lo general de nacionalidad italiana. Este punto también reconcilia a la Argentina con parte de su Historia y su proyecto de nación, desde un punto de vista descriptivo y de las narrativas de los relatos nacionales, dado que su población es en su mayoría producto de esa mixtura. Y como para definirlo en un sentido amplio, diría que es una autora que reacciona frente a episodios de existencia constatable de nuestro pasado desde la acción poniendo el acento en un acercamiento imaginativo. La ficción de María Teresa Andruetto tiene entonces un potente anclaje en el orden de lo referencial, que jamás la autora pierde de vista. Este punto me resulta el crucial y el más encomiable porque para una escritora reviste una condición difícil involucrarse con capítulos dolorosos de la Historia argentina que particularmente dan cuenta de las zonas más lastimadas de su pasado. Su compromiso con los derechos de las mujeres la sitúan también en una línea de reivindicación social que no permanece ajena a los olvidos y las postergaciones (a los que solemos ser tan afectos buena parte de los argentinos, hagámonos cargo) y precisamente la ficción de María Teresa Andruetto plantea una profunda contigüidad con las narrativas de la memoria, tal como dije, pero sin retóricas gastadas. Una memoria con la que de modo incuestionable ha vivido y ella ha experimentado desde la devastación. Así, la refiere y recrea traducida en historias, por un lado. Por el otro, un modo singular de aproximación a esos temas que son particularmente creativos y sin prejuicios. María Teresa Andruetto no pone en palabras a la dictadura del modo estereotípico. Por el contrario, ella ha tomado la decisión de que ese pasado sea visibilizado también en el contexto de otros campos de la literatura. De este modo, se manifiesta como una escritora que de modo magistral y paradigmático incorpora contenidos, como dije, que la literatura infantil era reticente a sumar a su corpus, sus formas y a afrontar de modo directo. Simultáneamente, lo hace con altura, sentido de la sensibilidad y sin dejar de dotar bajo ningún concepto a la evocación de esos sucesos de toda su complejidad.

Suele visitar centros educativos, dictar talleres y conferencias en particular a docentes. Y ha fundado centros de estudio de literatura infantil. Estas iniciativas dan cuenta de una persona que nuevamente atenta a la realidad aflictiva y a la difusión de una literatura considerada habitualmente marginal como la infantil.

A partir de algunas de sus obras se han realizado espectáculos, libros objeto, cortometrajes, espectáculos poético-musicales, coreografías y espectáculos de narración oral escénica, además de adaptaciones teatrales. María Teresa Andruetto ha traducido poemas de la exquisita autora infantil y para adultos brasileña Marina Colasanti. De modo que en esta poética que pone en comunicación directa trabajo de la imaginación con tiempo histórico (y tiempo histórico en sus momentos más álgidos cabría agregar) se va dibujando una figura despierta y preocupada por no descuidar a su patria con una literatura de recuperación y de réplica a esos sucesos que refiere. Es alguien, por otra parte, que está muy pendiente de la actualidad, de la cual se muestra activa militante en torno de varias causas. Mediante representaciones literarias, esta autora entonces da cuenta de situaciones dramáticas de la tragedia argentina así como de momentos de su constitución como Nación, a los que suma otros asuntos riquísimos.

Ha escrito libros de ensayo sobre talleres de escritura y sobre educación y discurso literario, dato que hace sistema con su ficción y funciona como articulación teórica. Ello pone en contigüidad pensamiento especulativo con prácticas del lenguaje y, muy especialmente, de la escritura literaria.

Dentro de la numerosa cantidad de distinciones que ha recibido se pueden mencionar además el Premio del Fondo Nacional de las Artes y que fuera finalista del Premio Rómulo Gallegos. Por último, diría que se trata de un proyecto alternativo que se realiza desde Córdoba, esto es, alejado del circuito centralizado y hegemónico que suele ocupar Buenos Aires. Considero que ello suma valor al valor. Hasta volverlo un emprendimiento precioso.

* Adrián Ferrero nació en La Plata en 1970. Es escritor, crítico literario, periodista cultural y Dr. en Letras por la Universidad Nacional de La Plata. Publicó libros de narrativa, poesía, entrevistas e investigación.

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