"Donde
cayó Camilo nació una cruz,
pero no de madera sino de luz.
Lo mataron cuando iba por su fusil,
Camilo Torres muere para vivir"
Cruz de luz - Víctor Jara
"Sabemos que el hambre es mortal" decía el
cura Camilo Torres. Y si lo sabemos, decía, ¿tiene sentido perder el
tiempo discutiendo si es inmortal el alma? Camilo creía en el cristianismo como
práctica del amor al prójimo y quería que ese amor fuera eficaz. Tenía la
obsesión del amor eficaz. Esa obsesión lo alzó en armas y por ella ha caído, en
un desconocido rincón de Colombia, peleando en las guerrillas."
Jorge Camilo Torres Restrepo nació
en Bogotá el 3 de febrero de 1929. Sus padres fueron Calixto Torres Umaña,
prestigioso médico, e Isabel Restrepo Gaviria. De familia acomodada, burguesa y
liberal. Vivió junto con su familia en Europa, entre 1931 y 1934. En 1937, el
matrimonio se disolvió, y Camilo pasó a vivir con su madre y su hermano
Fernando.
Se graduó como bachiller en el Liceo Cervantes en 1946. Luego de estudiar un
semestre de derecho en la Universidad Nacional de Colombia, ingresó al Seminario
Conciliar de Bogotá, donde permaneció siete años, tiempo durante el cual Camilo
se comenzó a interesar por la realidad social, creando un círculo de estudios
sociales, junto con su compañero Gustavo Pérez. Como cristiano, se sintió
atraído por el tema de la pobreza y la justicia social.
Camilo se ordenó como sacerdote en 1954, y luego viajó a Bélgica a estudiar
sociología en la Universidad de Lovaina. Durante su estadía en Europa, hizo
contacto con la Democracia Cristiana, el movimiento sindical cristiano, y con
los grupos de resistencia argelina en París, factores que lo llevaron a
acercarse a la causa de los oprimidos. Fundó con un grupo de estudiantes
colombianos de la universidad el ECISE (Equipo colombiano de investigación
socioeconómica)
En 1958 se graduó como sociólogo con
el trabajo “Una aproximación estadística a la realidad socioeconómica de Bogotá”
(publicado en 1987 como “La proletarización de Bogotá”), que fue uno de los
pioneros en sociología urbana del país. En 1959 regresó a Bogotá y fue nombrado
capellán de la Universidad Nacional. Allí, junto con Orlando Fals Borda, fundó
la Facultad de Sociología en 1960, a la que estuvo vinculado como profesor.
Sus investigaciones sociológicas
iniciadas con su tesis de grado lo llevaron a familiarizarse con las estructuras
sociales tanto urbanos como rurales. Fundó el Movimiento Universitario de
Promoción Comunal (MUNIPROC), y desarrolló trabajos de investigación y de acción
social en barrios populares y obreros de Bogotá, como el barrio Tunjuelito. Como
capellán, introdujo en Colombia muchas de las reformas del II Concilio Vaticano,
como dar la misa de frente y no de espaldas, y decirla en español y no en latín.
Pregonó que el problema no era rezar más sino amar más.
Camilo Torres - Fragmento del discurso a los estudiantes,
Universidad Nacional de Bogotá
En 1961 empezó a tener problemas con
el cardenal Concha Córdoba, quien no veía con buenos ojos las labores de Camilo.
La situación fue tornándose espinosa, hasta que el prelado lo destituyó de su
cargo de capellán, de los trabajos académicos y de las funciones administrativas
que tenía en la Universidad Nacional.
Colaboró con la investigación dirigida por Germán Guzmán, publicada como “La
violencia en Colombia” (1962, segundo tomo 1964). En 1963 presentó el ensayo “La
violencia y los cambios socioculturales en las áreas rurales colombianas”, en el
primer Congreso Nacional de Sociología. Hizo parte del Instituto Colombiano para
la Reforma Agraria (INCORA) y la Escuela Superior de Administración Pública
(ESAP). Presionado por el alto clero, en 1965 renunció al sacerdocio.
Ese año, planteó una plataforma para
un movimiento de unidad popular, gestando así a la fuerza política “Frente Unido
del pueblo”. Desarrolló numerosas manifestaciones y actos públicos, y publicó el
semanario “Frente Unido”. Igualmente hizo contacto con el Ejército de Liberación
Nacional, conformado en 1964, con el que acordó la continuación de la agitación
política en las ciudades, y su posterior ingreso a la organización cuando se
considerase necesario.
El segundo semestre de 1965 Camilo
trabaja en el impulso al Frente Unido y en la publicación del semanario del
movimiento (el “Frente Unido”). Camilo llenó las plazas públicas y tuvo un
vertiginoso ascenso político. Ratificó el abstencionismo como posición
revolucionaria.
Luego del hostigamiento y la persecución estatal, se vinculó en noviembre al
ELN, y lanzó la “Proclama a los colombianos”. En su primer combate, el 15 de
febrero de 1966, murió en combate en Patiocemento, Santander. Sus restos
mortales fueron sepultados en algún lugar clandestino, desconocido hasta el
momento.
Pensamiento político
Camilo formó parte de una iglesia
contestataria internacional que se desarrolla en la década de 1960,
convirtiéndose en una de sus figuras principales. El cristianismo bien entendido
suponía, para Camilo, la creación de una sociedad justa e igualitaria. Esto lo
tradujo como la obligación de hacer una profunda revolución, que despojara del
poder a los ricos y explotadores (la oligarquía), para darle paso a una sociedad
socialista.
Los principales planteamientos de Camilo Torres pueden sintetizarse en las
siguientes ideas en torno a la situación nacional: para transformar el país y
lograr el bienestar de la clase popular es necesario liberar al país del
imperialismo norteamericano y de la oligarquía que sirve a sus intereses; es
necesaria la fusión, la movilización y la vinculación de los sectores pobres de
la población a la lucha por la construcción de un nuevo Estado. Por esto, debe
generarse la unidad del movimiento revolucionario y opositor, aglutinando a las
masas oprimidas del país; debe tenerse la convicción de llevar la lucha hasta el
final afrontando todas las consecuencias; y por último, los cristianos no
solamente tienen la posibilidad de participar en la revolución, sino que tienen
la obligación de hacerlo (“el deber de todo cristiano es ser revolucionario, y
el deber de todo revolucionario es hacer la revolución”).
Otro elemento fundamental en el pensamiento de Camilo lo constituyó su esfuerzo
por conciliar el cristianismo con el marxismo, impulsando un nuevo tipo de
sociedad de carácter socialista y cristiano, basado en la justa distribución de
la riqueza. “Los marxistas luchan por la nueva sociedad, y nosotros, los
cristianos, deberíamos estar luchando a su lado”.
Todo este proceso debe ser desarrollado, como lo plantea Camilo, a partir de la
acción popular, combinando la actividad política con la militar, y llevando a
cabo labores políticas y organizativas a partir de las bases, es decir, en
estrecha relación con el pueblo.
La formación del pensamiento político de Camilo estuvo marcado por varias
etapas. En primer lugar, tuvo una formación cristiana católica, pero siempre
estando vinculado a la realidad social, y a la situación de pobreza de la
población colombiana. Posteriormente viajó a Europa donde se formó como
sociólogo, pero también donde hizo contacto con el mundo socialista y el
movimiento obrero.
A su regreso a Colombia, Camilo se planteó complementar sus esfuerzos por el
bienestar de los pobres con la actividad científica e investigativa, a partir de
sus conocimientos de sociología. En este sentido, desarrolló proyectos de acción
social y comunitaria, en los que puso el saber sociológico al servicio de los
sectores pobres.
Pero
sus labores fueron truncadas y entorpecidas por la burocracia gubernamental y el
régimen político, factor por el cual Camilo pasó a participar en el campo
político, oponiéndose al sistema del Frente Nacional (1958-1974) en el que los
partidos tradicionales, el liberal y el conservador, se repartirían el poder
milimétricamente, excluyendo a los demás sectores políticos. En esta
perspectiva, Camilo gestó e impulsó el “Frente Unido del pueblo”, en el que
buscaba aglutinar a todas las fuerzas políticas revolucionarias y de oposición
en torno a la “Plataforma del Frente Unido”, que constaba de diez puntos, los
cuales hacían referencia a: reforma agraria, reforma urbana, planificación,
política tributaria, política monetaria, nacionalizaciones, relaciones
internacionales, salud, familia y fuerzas armadas.
La incapacidad de lograr cambios auténticos y profundos por medios pacíficos y
legales, llevó a Camilo a plantearse la necesidad de la lucha armada como medio
para el establecimiento de un nuevo estado y una nueva sociedad, de carácter
socialista. Por ello se vinculó al ELN, donde esperaba alcanzar la realización
de la revolución en Colombia, hasta que cayó muerto en su primer combate.*
Su ejemplo inspiró a movimientos de
sectores cristianos como el grupo “Golconda”, o el caso chileno de “Sacerdotes
para el socialismo”, impulsor del ascenso de Salvador Allende, y a
personalidades como el padre Ernesto Cardenal, participante de la rebelión
sandinista en Nicaragua, y en general, a las comunidades eclesiales de base, que
conformaron una nueva iglesia latinoamericana comprometida con el cambio
revolucionario, originándose la corriente conocida como la “teología de la
liberación”.
Igualmente, el ejemplo de Camilo fue
retomado por sacerdotes comprometidos que se vincularon a la lucha armada, como
los casos de los españoles Domingo Laín y Manuel Pérez, que morirían combatiendo
con el ELN. (Pérez llegó a ser comandante político de la organización, hasta que
murió por una enfermedad en 1998).
Hoy en día, su ejemplo se mantiene en la lucha revolucionaria que mantiene el
Ejército de Liberación Nacional desde hace 38 años, y su pensamiento perdura en
estudiantes, obreros y campesinos de toda Colombia y América Latina.
Las circunstancias de su muerte.
En una entrevista conducida por Marta Harnecker y publicada con el titulo Unidad
que multiplica (Quito, Editorial La Quimera, 1988), Rafael Ortíz, miembro del
Comando Central de la Unión Camilista Ejército de Liberación Nacional (UCELN),
explica las circunstancias de la muerte de Camilo Torres: "Al vincularse a la
lucha armada, él se compenetra de inmediato con la vida guerrillera. ... En esas
circunstancias, cuando se planifica una emboscada, él sostiene que tiene que
participar argumentando que si hay normas, él no puede quedar al margen de
ellas. ... Camilo convence a Fabio y a Medina y éstos resuelven que vaya, pero
lo ubican en el sitio más seguro, es decir, en la punta de la emboscada... Los
compañeros, pensando que ya se había eliminado a la tropa que había entrado en
la emboscada, dieron la voz de recuperación, pero cuando Camilo va a recuperar
un arma es tiroteado por uno de los militares que había caído herido. La
emboscada fue un poco larga y cuando se dan cuenta que Camilo ha caído se lanzan
a sacarlo pero ya es demasiado tarde.... En esa acción caen cinco compañeros
tratando de auxiliar a Camilo."
[Reportaje de Semana al día, Bogotá,
18 de junio de 1965]
¿Qué entiende usted por revolución?
-Yo entiendo por revolución el cambio fundamental y rápido de un sistema
económico, social y político. Los puntos de la plataforma socioeconómica que se
ha venido divulgando son un ejemplo de los cambios a los que me refiero. Los
medios para llegar a éstos no son necesariamente pacíficos ni violentos. Esta
alternativa la decidirá la relación de fuerzas entre la clase que detenta
actualmente el poder y la clase que pretende realizar la revolución. Este
concepto de revolución es común a muchos tratadistas de la ciencia política, de
la sociología y de las ciencias sociales en general.
¿Qué opinión tiene usted de los curas obreros de Francia?
-Los sacerdotes obreros en Francia y
en muchos países del mundo constituyen una experiencia de la Iglesia para
lograr un testimonio de solidaridad con la clase obrera. El testimonio tiene un
carácter universal (debe ser en todos sus aspectos auténticamente cristiano) y
un carácter social (debe ser comprendido por los hombres a los cuales está
destinado). Dentro de la situación de la Iglesia en donde hay sacerdotes obreros
la solidaridad con la clase popular difícilmente es comprendida sin un
testimonio de solidaridad de vida de los sacerdotes mismos, ya que los laicos,
aunque son Iglesia, no son considerados como representantes de la Iglesia por
aquellos sectores populares más alejados del cristianismo. Las modalidades de
esta experiencia han sido evaluadas, corregidas y perfeccionadas. La prohibición
en Francia y Bélgica se debió a algunas fallas accidentales, reales o ficticias,
pero actualmente hay muchos sacerdotes obreros en muchos países del mundo
aprobados por la jerarquía eclesiástica.
-El caso del sacerdote obrero es clásico dentro de la concepción de que el
sacerdote, por motivos de caridad, de amor, puede suplir al laico cuando éste,
por cualquier circunstancia, no puede ejercer sus funciones propias dentro de la
Iglesia.
¿Seria usted partidario de la reforma del Concordato?
-No solamente yo soy partidario de la reforma de este tratado internacional que
tiene setenta y ocho años de haber sido elaborado, sino que la Santa Sede en
1942 se manifestó también partidaria de la reforma. Hasta ahora ha constituido
un tabú porque en esa ocasión fue tomado como instrumento político y trató de
gestar un cisma. Creo que las declaraciones del Concilio sobre las relaciones
entre Iglesia y Estado producirán necesariamente la reforma del Concordato en
donde se garantice una pobreza efectiva para la Iglesia y se suprima toda
posibilidad de ingerencia política de ésta para que pueda dedicarse más
libremente a su labor evangelizadora.
¿Cuál es en su concepto el partido colombiano que refleja sus ideas?
-Ninguno. Creo que en muchos partidos progresistas colombianos se pueden
encontrar muchas de mis ideas.
-Se habla de la creación de unos impuestos a los bienes productivos de la
Iglesia. ¿Es partidario de esta iniciativa?
-Sí, soy partidario, pero cuando haya un gobierno revolucionario.
¿Es cierto que usted corre peligro
de que la Iglesia colombiana lo suspenda en el servicio general de su
ministerio?
-No es cierto, porque no he
incurrido en ninguna de las causales canónicas de suspensión.
- ¿Aceptaría usted una candidatura a la Presidencia de la República?
-En primer lugar la Constitución y
el Concordato prohíben a los sacerdotes aceptar esta clase de cargos públicos.
En segundo lugar, creo que mi apostolado revolucionario se vería totalmente
obstaculizado si yo tuviera cualquier clase de ambición política personal. En
tercer lugar me parece que en el actual sistema, éste es un empleo bastante
desacreditado.
-¿Por qué considera usted que antes de cinco años se va a efectuar una
revolución en Colombia?
-No se trata de una profecía sino de un simple cálculo.
Porque me parece que las condiciones que producen un cambio revolucionario
están en parte completas y que las que faltan ya están en gestación, creo que se
madurarán en un lapso aproximado de cinco a siete años.
Las condiciones existentes podrían sintetizarse en:
a) Descontento, no solamente con el Frente Nacional, sino también con el
sistema.
b) Reacción contra el Frente Nacional considerándolo como partido de clase, y
proceso de formación de una clase popular.
c) Solidaridad del movimiento estudiantil universitario.
d) Solidaridad de los grupos campesinos a la escala local.
Están en gestación:
1. La creación de una conciencia nacional sobre objetivos revolucionarios
concretos.
2. La organización de los sectores populares a la escala regional y nacional.
Estos dos requisitos son indispensables para la toma del poder político,
requisito indispensable para la realización de la revolución.
ESENCIA DEL APOSTOLADO CRISTIANO
Para determinar cual es la esencia del apostolado cristiano tenemos que precisar
dos aspectos: uno ontológico y otro epistemológico. En otras palabras, debemos
definir qué es el apostolado cristiano y cómo lo podemos reconocer.
1. ¿Qué es el apostolado cristiano?
El apostolado cristiano es la actividad que se desarrolla para establecer e
incrementar el Reino de Dios.
El apóstol por excelencia es Cristo. Si definimos cual fue la esencia de su
misión, podemos definir cual es la esencia del apostolado cristiano.
Dios le concedió poder a Cristo para que: "Él dé la vida eterna a todos aquellos
que le confió" (Jo. XVII, 2).
En el evangelio de San Juan, encontramos el uso de las palabras "vida" y "vida
eterna" en el mismo sentido en que San Mateo usa la expresión "Reino de Dios" y
San Pablo la de "Justicia". Identificación por lo demás legítima, ya que el
Reino de Dios consiste en tener la vida; y la justicia -en el sentido paulino-
consiste en poseer esa misma vida. Cristo vino "para que las ovejas tengan la
vida y la tengan abundantemente" (Jo. x, 10). Por consiguiente la esencia del
apostolado reside en trabajar para que todos tengan la vida sobrenatural y la
tengan en abundancia.
2. ¿Cómo podemos reconocer el
trabajo apostólico?
El trabajo apostólico consiste en
todo aquello que lleve a los demás a tener la vida sobrenatural. Este trabajo
siempre es eficaz, aunque sus resultados no sean visibles. El resultado último y
esencial es invisible ya que es la misma vida sobrenatural. Sin embargo hay
varios indicios de la existencia de la vida sobrenatural que condicionan la
actuación apostólica. Es importante que la acción apostólica se encamine a
producir dichos indicios como medios y no como fines. Hay un elemento externo
que es a la vez indicio y condición insustituible de la acción apostólica. Son
las manifestaciones de amor al prójimo. Si esas manifestaciones de amor al
prójimo están animadas de la vida sobrenatural, además de indicio y condición
"sine qua non", se convierten en fin de la acción apostólica. Explicaremos esta
afirmación al aclarar cuales son los demás indicios de existencia de la vida
sobrenatural y por lo tanto de los medios propios del apostolado cristiano.
Los medios ordinarios para obtener
la vida sobrenatural, son los previstos en las Escrituras y en la práctica de la
Iglesia: oración, sacramentos, misa. Sin embargo, el empleo de estos medios,
aunque sea un buen indicio de existencia de la vida sobrenatural, no dan una
certidumbre absoluta de dicha existencia, sin una revelación especial. Es
posible que haya una práctica de estos medios sin que haya caridad, y sin
caridad no son índice de vida sobrenatural.
Profesar la fe en Dios y en Jesucristo, puede ser también un índice de posesión
de la vida sobrenatural. "La vida eterna es que ellos te conozcan a ti, único
Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo" (Jo. xvii, 3). Sin embargo también
se puede tener y profesar la fe, sin tener vida sobrenatural: "Si teniendo tanta
fe que trasladase los montes, Si no tengo caridad, no soy nada" (I. Cor. xrn,
2). De nada Sirve al cristiano tener todos los indicios de tener la vida
sobrenatural, Si no tiene caridad.
En cambio si se tiene caridad se tiene todo. "Porque aquel que ama al prójimo
cumple con la ley" (Rom. XIII, 8). La caridad es, por lo tanto, "La ley en su
plenitud" (Rom. XIII, 10).
No puede haber vida sobrenatural sin
caridad, y sin caridad eficaz. Esencialmente la caridad es el Amor sobrenatural.
Para que haya verdadera caridad se necesita que exista un verdadero amor. Las
obras en favor del prójimo son indispensables para que el amor sea verdadero.
Por lo tanto, la caridad ineficaz no es caridad. "Es por sus frutos por lo que
los reconoceréis" (Mát . VII, 16). "Si un hermano o una hermana están desnudos,
Si ellos carecen del alimento diario, y uno de vosotros le dice: Id en paz,
calentaos, saciaos, sin darles lo necesario para su cuerpo, ¿de qué sirve esto?"
(Sant. II, 15, 16).
El juicio de Dios sobre los hombres está basado fundamentalmente en la eficacia
de nuestra caridad. En el juicio final (Mt. xxv, 31 ss.) lo que decidirá sobre
la suerte eterna será haber dado comida, bebida, hospedaje, vestido, acogida
real a nuestros hermanos.
Sacerdotes revolucionarios
Como conclusión, podemos afirmar que
no hay vida sobrenatural, en las personas que tienen uso de razón, cuando faltan
las obras en beneficio de nuestro prójimo. Estas obras, materiales y
espirituales, en sí mismas no son indicios absolutamente ciertos de la
existencia de la vida sobrenatural. Puede haber obras buenas que no sean
sobrenaturales. Para que lo sean, se necesita que el que las ejecuta tenga la
gracia para lo cual es necesario tener la fe, aunque sea implícita. Una persona
que esté de buena fe puede salvarse. No es cierto que fuera de la Iglesia no
puede haber gracia, ni que la única forma de pertenecer a la Iglesia sea la
recepción formal de los sacramentos. Puede haber Bautismo de deseo y Penitencia
de deseo.
Por lo tanto puede haber vida sobrenatural, aun cuando no haya fe explicita, ni
recepción formal de sacramentos. En cambio no puede haber vida sobrenatural, en
los individuos racionales, Si no hay obras en favor del prójimo.
El problema no es de exclusión sino
de prioridades, de política en la acción apostólica; en una palabra, de
pastoral.
Sabemos que los sacramentos producen la vida sobrenatural. Pero la recepción
externa no es necesaria para los sacramentos "invoto". En cambio, sabemos que
las obras en favor del prójimo (espirituales y materiales) Si son indispensables
para la vida sobrenatural.
La acción apostólica puede especializarse en procurar la práctica de los
sacramentos. Sin embargo, esta práctica sin las obras no vale nada.
Puede también concentrarse en las obras. Sin la gracia las obras tampoco son
meritorias.
Una buena pastoral que parta de los sacramentos debe terminar en las obras de
caridad, y una buena pastoral que parta de las obras de caridad debe culminar en
los sacramentos.
La única diferencia, pero muy
importante, es la de que la práctica de los sacramentos no supone las obras. Es
necesario probar que hay obras, aunque sean interiores, para presumir que hay
vida sobrenatural: "Nosotros sabemos, que hemos pasado de la muerte a la vida,
porque nosotros amamos a nuestros hermanos" (I. Jo. m, 14).
Audio pruducido sobre la vida y Obra
de Camilo Torres R. por el Sistema Radial Patria Libre del ELN en el marco de la
Campaña Nacional Camilo, Manuel y Oscar... Amor, compromiso y Unidad
En cambio las obras, interiores y
exteriores en favor de nuestro prójimo, sí deben presumirse hechas por amor
sobrenatural. La presunción de la existencia de la vida sobrenatural, está
basada en la obligación de pensar que todo el mundo esta' de buena fe, mientras
no se demuestre lo contrario.
Las dos vías son legítimas. Sin embargo, la insistencia en las obras parece más
eficaz que la insistencia en los sacramentos. En abstracto, no podemos tampoco
juzgar, que la persona que aparentemente no haga sino recibir los sacramentos,
no tenga obras desconocidas o incognoscibles (interiores) de amor al prójimo.
Lo que aquí estamos tratando de precisar es la prioridad y el énfasis que el
apóstol debe dar a las obras.
Esta prioridad se aclara más, si se consideran dos circunstancias históricas
actuales. circunstancias que deben, por otra parte, orientar la acción pastoral:
A. El Problema Social.
B. El Pluralismo.
A. El Problema Social actual, ha sido definido desde el punto de vista cristiano
en muchas ocasiones, por los papas y por diversos autores.
Elemento indiscutible en estas
definiciones es el de la miseria material. No es un factor exclusivo, pero es
indispensable para entender el problema y para resolverlo. En el mundo actual es
imposible ser cristiano, sin enterarse del problema de la miseria material.
Ahora bien, el problema de la miseria material exige el concurso de todos los
hombres. De ahí que solo en casos de una vocación especial, o de una
circunstancia personal de excepción, es difícil, en la situación actual, poder
eximir de las obras exteriores y materiales a los cristianos.
Como política de conjunto, el apostolado debe dirigirse con prioridad a las
obras materiales en favor del prójimo, para centrarse en una perspectiva de
caridad efectiva y actual.
B. El Pluralismo ha sido también
reconocido como característica de la sociedad actual. Pluralismo ideológico e
institucional. Los sistemas religiosos, filosóficos y políticos opuestos, han
tenido que afrontar la realidad de su coexistencia. Esta resulta más fácil' y
menos costosa que la mutua eliminación. La coexistencia no puede verificarse
sino en base a los puntos comunes. Un conjunto importante de puntos comunes, los
ofrecen los programas de acción. La acción en favor de los hombres, ejecutada
por hombres, nunca es totalmente buena ni totalmente mala. Cuando se produce
cuando pasa de los proyectos a las realidades, se presenta como un reto a las
conciencias de todos los que buscan el bien de la humanidad. El reto de la
acción es bastante comprometedor: aceptar un programa de acción implica asumir
los defectos inevitables que tenga; rechazarlo significa descartar las ventajas
que innegablemente también debe que tener.
Sin embargo, la acción, es algo concreto. Las variables que la condicionan son
controlables, en su mayoría, por la observación objetiva. Los hechos no se
prestan a discusión. Por otra parte, la acción para servicio de los demás,
dentro de los valores del mundo actual, ha venido a ocupar el primer puesto.
Cristianos y anticristianos lo aceptan como primera prioridad. Las diferencias
están en los medios, en las modalidades y en los fines últimos. Pero el
principio de amor al prójimo no se discute. El elemento en común esta'
constituido, por lo que es esencial en el cristianismo. Podríamos decir, que en
los no cristianos ese principio es naturalista y no es formalmente cristiano.
Para afirmar esto, debemos probar antes la mala fe de los anticristianos que
profesan y realizan obras de beneficio para el prójimo.
Si el apóstol cristiano concentra sus energías, principalmente (no
exclusivamente) en que todos ejecuten obras de amor a los hombres, esta
insistiendo en un valor que es universalmente aceptado y que constituye un
indicio de la existencia de la vida sobrenatural.
En un mundo pluralista la unión en la acción en favor de los hombres, es una
unión en una base presumiblemente cristiana.
Dentro de este criterio, dice el
Papa Juan XXIII en la Encíclica Pacem in Terris: "Se ha de distinguir también
cuidadosamente entre las teorías filosóficas sobre la naturaleza, el origen, el
fin del mundo y del hombre, y las iniciativas de orden económico, social,
cultural o político, por más que tales iniciativas hayan sido originadas e
inspiradas en tales teorías filosóficas, porque las doctrinas, una vez
elaboradas y definidas, ya no cambian, mientras que tales iniciativas,
encontrándose en situaciones históricas, continuamente variables están
forzosamente sujetas a los mismos cambios. ¿Además, quien puede negar que en
dictados de la recta razón e interpretes de las justas aspiraciones del hombre,
no pueden tener elementos buenos y merecedores de aprobación?
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"Teniendo presente esto, puede a
veces suceder que ciertos contactos de orden práctico, que hasta aquí se
consideraban como inútiles en absoluto, hoy, por el Contrario sean provechosos o
puedan llegar a serlo."*
Las formas, las condiciones y las circunstancias de dicha unión las consideramos
mas adelante. Por ahora nos basta revelar la importancia de insistir en las
obras exteriores en favor del prójimo, para el apóstol que debe actuar en una
sociedad pluralista.
Resumiendo: Las obras en beneficio del prójimo son:
lo. Desde el punto de vista teológico, un índice de los más seguros de la
existencia de la vida sobrenatural.
2o. Desde el punto de vista pastoral, el objetivo más importante para el apóstol
que vive en una sociedad con problemas sociales y de constitución pluralista.
ELEMENTOS DE LA PROGRAMACIÓN ECONOMICA EN LOS PAISES SUBDESAROLLAD0S.
1. Nociones
El concepto de "programación
económica" debe ser precisado para poder hacer cualquier consideración al
respecto.
Todo programa supone una previsión del futuro. Supone un plan. Por eso es
necesario definir que entendemos por planeación económica y en qué sentido la
programación puede ser sinónimo de planificación.
Programación económica puede ser una previsión que no tenga ninguna seguridad de
cumplirse. Puede ser también parte de una planificación económica. En el
presente estudio se considerara en este sentido, y por eso se tratara de
profundizar en la noción de planificación. La planificación económica es el
conjunto de medios y de fines que se determinan para el desarrollo de los bienes
y servicios de una determinada sociedad.
La planificación económica puede ser distinta de una comunidad a otra, de un
país a otro, de una regi6n socio-económica a otra. También puede variar de
acuerdo con los regímenes y la clase de autoridad que la plantea y ejecuta.
Las variables son diferentes en un país capitalista, desarrollado o en proceso
de desarrollo, o en un país socialista.
2. Planificación en los países socialistas
La planificación en los países socialistas fue el resultado de las necesidades
que un efecto premeditado de los técnicos marxistas.
La Unión Soviética tuvo que abordar desde el principio del régimen socialista la
penuria de materias primas. Fue necesario centralizar su repartición. Esta
centralización y esta repartición, exigieron a su vez una centralización de
informaciones. La labor del Consejo Superior de la Economía Nacional (creado por
Lenin el 5 de enero de 1918) se redujo al principio, a la aplicación a la
industria de los "cuestionarios estadísticos" utilizados para la agricultura,
desde hacia mucho tiempo en otros países.
Semblanza del ELN
El "Servicio de Coyuntura" hacia
previsiones al nivel nacional, que poco a poco se transformaron en directivas.
El Gosplan (Comisión del Plan del Estado) comenzó en 1923 a hacer proyectos de
planes quinquenales para la industria metalúrgica y los transportes. Solamente
después de quince años se fijaron métodos y teoría para una planificación
nacional. Es de notar que al comienzo esta se llevó a cabo respetando la
propiedad privada de la mayoría de los medios de producción. Por lo tanto no era
muy diferente de la planificación que se hace hoy en países capitalistas.
Solamente cuando el Estado controló los principales medios de producción, pudo
planificar con verdadera fuerza imperativa.
Mucho se ha discutido sobre la posible evolución económica de Rusia, Si hubiera
continuado dentro del proceso capitalista que se desarrollaba en el resto de
Europa. Sin embargo, ésta es una suposición irreal. Debemos atenernos a los
hechos y analizarlos como sucedieron hist6ricamente. La Unión Soviética, gracias
en gran parte a su sistema de planeación económica, con control del Estado sobre
los medios de producción, ha llegado a ser hoy en día, por lo menos la segunda
potencia económica del mundo, partiendo de un estado de subdesarrollo en el año
1917.
¿A qué le podemos atribuir principalmente ese desarrollo?
Sin necesidad de adentrarse demasiado en la teoría marxista de la plusvalía, se
puede afirmar que la Unión Soviética ha utilizado, casi en su totalidad y en
forma progresiva las ganancias de la producción nacional, en fines comunes y
técnicamente planificados. Este resultado debe una estrecha relación de
causalidad con la teoría marxista. Sin embargo, cabe preguntarse, ¿ hasta dónde
otra ideología, por ejemplo, de tipo espiritualista, habría podido inspirar
efectos económicos semejantes? ¿Hasta dónde están implicados los principios
materialistas en la orientación autoritaria de las inversiones?
Al final de este capitulo se
considerará el problema.
3. Planificación en los países capitalistas
La planificación capitalista al nivel nacional solamente se encuentra en
Alemania, antes de la última guerra mundial.
Exceptuando planes parciales, únicamente después de esta época encontramos en
casi todos los países una planificación económica nacional. La tardanza en la
aparición de dichos planes se puede atribuir a las siguientes causas:
a) Recursos suficientes en cuanto a materias primas.
b) Ausencia de integración regional (Mercado Europeo p. ej.)
c) Falta de planeación generalizada al nivel empresarial y local.
d) Ausencia de datos estadísticos suficientemente completos y exactos.
e). Ausencia de una concepción suficientemente intervencionista del Estado.
The Gospel of Camilo
La planificación económica en los
países capitalistas, de la misma manera que en los países socialistas, es un
efecto del desarrollo económico y de la competencia. Sin embargo, en los
primeros, que ahora se consideran, las características de la planeación, son aún
muy diferentes a las que son propias de los países socialistas. "Las
producciones en un régimen liberal serian más en función de intereses
particulares, que de necesidades generales a las cuales se adaptan
difícilmente", dice Campion. Con todo, es necesario anotar de qué manera las
"necesidades generales" han sido tomadas progresivamente, más en cuenta en los
países capitalistas. Para hacer este análisis debemos adentrarnos algo en la
evolución de la estructura política de estos mismos países.
Recién establecidos los regímenes democráticos, los grupos de presión
minoritarios orientaban la política económica. El desarrollo económico trajo
consigo, un desarrollo social caracterizado por una elevación de los niveles
culturales y económicos de los grupos mayoritarios. La doctrina marxista y el
movimiento social-cristiano alimentaron la formación de organizaciones
populares. La escasez de mano de obra calificada primero, y de mano de obra
nacional, en general, después, hicieron más poderosas las organizaciones
nacionales de trabajo.
Con la elevación del ingreso nacional vino la elevación evidente, aunque no
proporcional, del nivel económico de los grupos mayoritarios. Esto facilitó el
aumento del nivel educacional, de las cooperativas de todo género, dentro de
estos mismos grupos que empezaron a ejercer presiones diversas y eficaces sobre
los organismos gubernamentales. El juego de fuerzas entre las minorías,
detentadoras del poder económico y las mayorías organizadas, Se hizo más
equitativo. Los intereses particulares se hicieron más generales. Esto,
naturalmente, dentro del ámbito nacional, ya que en relación con la política
internacional, los intereses de los países indigentes eran sacrificados a los de
los países ricos. La predicción de Lenin comenzó a cumplirse: el capitalismo
nacional sé convirtió en imperialismo internacional.
La característica que diferencia fundamentalmente a la planificación capitalista
de la planificación socialista es el grado de control sobre las inversiones y la
rapidez con que éste se adquiere.
En el momento actual el control sobre las inversiones, ejercido en los países
capitalistas, realizado por sistemas indirectos tales como los impuestos, el
crédito, los subsidios, etc., es bastante generalizado. Sin embargo, nunca
alcanza al grado de intensidad de los países socialistas y los intereses
particulares, aunque intervenidos, no dejan de ser importantes en las decisiones
de la política en general.
En cuanto a la rapidez, es cierto que la adquisición del control supuso en los
países socialistas un proceso de varios años como se expuso atrás. Con todo, la
orientación hacia los intereses comunes y el criterio técnico imperaron desde un
principio y el proceso fue evidentemente más corto.
4. Planificación en los países subdesarrollados
Los países indigentes han sido llamados países subdesarrollados, países en
desarrollo o en vía de desarrollo.
Las naciones diversas, últimamente han adquirido un carácter eufémico más
conforme a una delicadeza paternalista que a un criterio técnico.
El subdesarrollo debe evidentemente diversos grados. Sin embargo, un país
subdesarrollado es diferente de un país "en desarrollo". El primero se encuentra
estructuralmente imposibilitado para desarrollarse. El segundo ya ha pasado por
el que se ha sólido llamar "punto de arranque" del desarrollo. De lo contrario
no se podría llamar "en desarrollo".
La planificación en los países subdesarrollados debe beneficiarse, hoy en día,
de las experiencias adquiridas en la materia, tanto por los países capitalistas
como por los países socialistas.
De hecho, los países subdesarrollados están intentando, hoy en día, la
realización de una planificación económica. En muchos de ellos existen
organismos estatales de planeación que la ejecutan con muy poca eficacia. Para
mejorarla se proponen fórmulas administrativas, se reúnen expertos, se celebran
congresos. Sin embargo, es necesario que se analicen las deficiencias
estructurales que obstaculizan en estos países una autentica y eficaz
planificación económica en favor de las mayorías.
Dentro
de estas deficiencias surgen dos tipos de obstáculos: los económicos y los
sociales.
A. Obstáculos económicos
Anotaremos los principales:
a) Falta de inversiones productivas.
b) Falta de personal técnico.
c) Falta de una política de desarrollo.
a) Falta de inversiones productivas.
Esquematizando, las inversiones pueden ser de capitales nacionales y de
extranjeros.
Las inversiones productivas de capitales nacionales, son difíciles de lograr
espontáneamente. En primer lugar porque los capitales nacionales son escasos, ya
que escaso es el ahorro, porque los ingresos son bajos. Además, los capitales se
invierten, de preferencia, en países que tengan moneda estable, y en donde haya
más seguridades institucionales. Es decir, en países industrializados y
desarrollados. Estos fenómenos constituyen círculos viciosos difíciles de
romper.
Por otra parte las inversiones de bienes de consumo y bienes suntuarios, no son
planificadas ni siempre son las más productivas. Desgraciadamente éstas son las
más usuales en los países subdesarrollados.
En éstos es imposible lograr inversiones productivas, Si ellas dependen de la
iniciativa privada.
En cuanto a la inversión de capitales extranjeros, el factor político es
determinante. La división del mundo en dos bloques, capitalista y socialista,
hace que los países subdesarrollados que se alineen en uno u otro se vean
sometidos a un monopolio en cuanto a la financiación externa.
La falta de competencia que implica esta polarización, pone a los países
subdesarrollados incondicionalmente en estado de dependencia del país
inversionista.
La planificación de las inversiones, tanto nacionales como extranjeras, requiere
boy en día que se haga en el plano supranacional.
Todos los países subdesarrollados aspiran a conquistar Su independencia
económica, mediante la industrialización. Casi todos pretenden también poseer
una industria pesada nacional. Sin embargo, los esfuerzos aislados de cada
nación pueden resultar antieconómicos. Mediante la integración regional podría
estudiarse que género de inversiones podría ser más productivo, y si es el caso,
que algunos países se especialicen en producción agropecuaria y otros en algunas
industrias complementarias de las de los demás.
Esta planificación supranacional exige un margen de libertad, para que los
países subdesarrollados puedan aprovecharse del juego de la competencia
establecida entre los países desarrollados.
b) Falta de personal técnico
El personal técnico no se puede lograr sin inversiones en el sector de la
educación. Los bajos presupuestos de los países subdesarrollados para este, son
una manifestación de la falta de criterio de productividad en las inversiones.
Se prefiere invertir en material bélico, en ejército o en burocracia poco
eficaz, ya que estas inversiones están más de acuerdo con los intereses de las
minorías privilegiadas, a quienes corresponde tomar las decisiones.
Con porcentajes tan bajos de preparación técnica es imposible tener ejecutores
de un plan de desarrollo verdaderamente científico. Influyen también
poderosamente los altos índices de analfabetismo. Este defecto en la base,
trasciende lógicamente a los niveles medio y superior de la educación. Por falta
de planeamiento autoritativo, en ocasiones los profesionales de nivel superior
son más numerosos que los del nivel medio, pese a que las necesidades requieren
lo contrario. Los mejor calificados de nivel superior, muchas veces emigran a
países desarrollados en donde encuentran mayor remuneración.
En muchas ocasiones la ayuda por parte de los países ricos a los
subdesarrollados, se hace en base a la asistencia técnica. Esta es muy
necesaria, pero seria importante estudiar también cómo evitar la emigración de
los técnicos nacionales.
c) Falta de una política de desarrollo
La
falta de inversiones productivas y de personal técnico, esta sometida a una
serie de círculos viciosos, de los cuales es imposible salir sin una decisión
por parte de los que controlan los factores de poder. En los países
subdesarrollados, los diversos factores de poder están generalmente concentrados
en muy pocas manos. Los medios de producción y los altos niveles culturales,
pertenecen a una clase dirigente minoritaria. Esta misma clase reducida, ejerce
por sí misma o por medio de un cuerpo de políticos el poder político; en algunos
países en donde hay una mayor división de trabajo, el grupo dirigente ni
siquiera se toma la molestia de ejercer funciones públicas. Le basta con poder
dirigir a los funcionarios. El ejército no se justifica en dichos países, sino
para mantener el orden interno, es decir, la estructura dominante. Cuando se
habla sobre las frecuentes revoluciones o golpes de estado, en Latinoamérica por
ejemplo, no se trata de verdaderas revoluciones, ya que las estructuras se
conservan intactas. Lo que sucede es que hay apenas un simple relevo de personal
en los cargos públicos. Cuando este relevo no lo puede ejecutar la clase
dirigente por las vías legales, entonces opta por las ilegales.
A través del poder económico, del poder cultural, político y militar, la clase
dirigente controla los demás poderes. En aquellos países en donde la Iglesia y
el Estado están unidos, la Iglesia es un instrumento de la clase dirigente.
Cuando, además la Iglesia posee gran poder económico y poder sobre los medios
educacionales, la Iglesia participa del poder de la minoría dirigente.
A continuación se tratara' de analizar qué factores influyen en las decisiones
económicas de las minorías dirigentes de los países subdesarrollados, y si es
posible que éstas tomen medidas para romper los círculos viciosos.
Como ejemplo tomaremos las decisiones que se tomen respecto de las inversiones,
ya que de éstas dependen los dos primeros obstáculos ya anotados, a saber, falta
de inversiones productivas y de personal técnico.
Las decisiones para hacer inversiones, que sirven a las mayorías, difícilmente
pueden ser adoptadas por las minorías a no ser que también se beneficien por las
mismas decisiones. Es cierto que pueden encontrarse actitudes altruistas en
algunos miembros del grupo minoritario. Pero es difícil que las motivaciones
individuales produzcan actitudes del grupo, como tal.
Se examinará una decisión que podría ser tomada por la clase minoritaria, y que
favorecería a todos. La elevación general de los niveles de vida.
El aumento del poder adquisitivo aumenta, en principio, la demanda y aumentando
la demanda se puede aumentar la producción.
Ahora bien, para que este mecanismo funcione se necesitan algunas condiciones:
I. Existencia de una economía nacional de mercado.
II. Competencia libre (ausencia de monopolios, oligopolios y de proteccionismo
aduanero).
III. Mentalidad de empresario de los productores.
Expliquemos estas condiciones:
I. Un sector importante de los miembros de la clase dirigente de los países
subdesarrollados, no basa sus ingresos en una economía de mercado nacional. Los
terratenientes ausentistas, muchos propietarios de finca raíz y los que
invierten en el extrán3ero, no se ven afectados por las fluctuaciones inmediatas
de la demanda de bienes y servicios dentro del mercado interno.
II. La concentración del poder económico en pocas manos, es correlativa a la
estructura monopolística. En los países subdesarrollados los monopolios, los
trusts y los cárteles controlan la producción, especialmente la producción
industrial. En cuando a la producción agropecuaria que esté dentro de una
economía de mercado, los intermediarios se constituyen en monopolistas de la
distribución.
El productor monopolístico no depende necesariamente del volumen de la demanda,
para mantener su nivel de ganancias. Puede establecer el precio por encima de
los costos marginales de producción. Solamente aumentara' el volumen de
producción, cuando las ventajas de la cantidad de ventas, justifiquen la baja
del precio que implica ese aumento.
La elevación de los niveles de vida, se haría a Costa de las ganancias de los
capitalistas. Es mucho más cómodo insistir en precios altos para menos
consumidores, que en precios bajos para más consumidores. La última fórmula
implica más trabajo, más posibilidades de conflictos laborales y una reducción
de bienes suntuarios. Si los monopolios gozan de la protección del Estado, Se
excluye la competencia de los productos extranjeros. Mientras el precio de estos
sea más elevado, el esfuerzo que hace el productor nacional es únicamente sobre
la calidad. La propaganda irá dirigida al sector de la población que consume,
por cualquier razón, productos extranjeros. La demanda que interesa al
monopolista, es la proveniente de los estratos económicos altos. Los productores
procuran un aumento en los niveles generales de vida, solamente en un mercado de
libre competencia.
III. Mentalidad de empresario de los productores.
No obstante las limitaciones en las condiciones anteriores es innegable que
existen en los países subdesarrollados, algunos productores que, dentro de una
economía de mercado, están en libre competencia. Sin embargó para que estos
decidan hacer aumentar la demanda de sus productos, necesitan tener el deseo de
ampliar su producción. Para esto se requiere poseer mentalidad de empresario en
el sentido en que la define Schumpeter, en la cual la productividad, la
creatividad y la audacia están' en primer termino. Con todo la divulgación de
esta mentalidad, depende estrechamente del desarrollo económico general. Son dos
factores entre los cuales existe causalidad reciproca. En los países
subdesarrollados la mentalidad feudal es la más generalizada. El prestigio está
basado más en poseer, y poseer bienes ostensibles, que en producir o poseer
bienes de producción. Esto hace que solo una pequeña minoría de los productores,
esté interesada en la elevación de los niveles de vida de las clases populares.
Esta
minoría es la que se ha sólido llamar burguesía progresista o nacionalista.
El ejemplo de la decisión anotada respecto de los niveles de vida, nos ilustra
sobre la dificultad que hay para que la clase dirigente tome decisiones para
bien de las mayorías, y no exclusivamente de sus propios intereses.
En los países subdesarrollados, el poder de esta clase es tan gran de que toda
concesión es perdida.
La iniciativa de ruptura de los círculos viciosos difícilmente podrá' partir
espontáneamente de las minorías dirigentes. Esta es la base para que no exista
en los países subdesarrollados una política de desarrollo, y no pueda haber una
verdadera y autentica planificación económica.
B. Obstáculos sociales
Al analizar la ausencia de una política de desarrollo se vio la dificultad, de
que la clase dirigente hiciera prevalecer los criterios técnicos para lograr el
bienestar de las mayorías, sobre sus propios intereses de clase.
Si la iniciativa no parte de la clase dirigente, se puede suponer que venga de
las mayorías, como también se expuso al hablar de los países capitalistas
desarrollados.
Sin embargo, es difícil que las mayorías puedan, en los países subdesarrollados,
ejercer presiones suficientemente eficaces para orientar la política de
desarrollo económico.
Claro está que así como hay diferencia en los grados de desarrollo, también las
habrá en las posibilidades de presión de las mayorías, para efectos económicos.
A continuación se consideraran los obstáculos, para que las mayorías puedan
ejercer presión para efectos exclusivamente económicos. Estos obstáculos se
presentan, en general en los países subdesarrollados pero en grado diferente.
Entre los principales se pueden enumerar los siguientes:
a) Falta de motivación;
b) Falta de información;
c) Falta de organización;
d) Falta de libertad de acción.
a) Falta de motivación
La motivación está en razón directa de la eficacia prevista. Ahora bien, la
eficacia prevista depende de las experiencias y de las informaciones. Las
experiencias eficaces en materia económica, son efecto de los otros obstáculos
que se consideraran más adelante.
Las informaciones versan sobre eficacia en otras sociedades similares.
En general, las masas populares de los países subdesarrollados tienen muy poca
confianza en su propia capacidad para lograr reformas económicas estructurales.
Para reformas accidentales si tienen alguna confianza, y por lo tanto
motivación.
b) Falta de información
La información se toma aquí en el sentido más amplio: posibilidad de leer, de
oír, de aprender, etc.
Los medios de información de las clases populares, mayoritarias, son bastante
precarios. Por los altos índices de analfabetismo, los medios auditivos se han
convertido en los más corrientes, especialmente después de la invención del
sistema de los transistores que no requieren obras de infraestructura para
producir energía.
Los contactos personales son también efectivos, aunque en estos países Se ven
obstaculizados por la penuria de los medios de transporte.
Los mejores medios son más aptos para transmitir y captar "slogans" de genero
más político que científico. La información en asuntos econ6- micos, no ocupa un
lugar importante en el conjunto de las noticias que reciben las masas populares
de los países subdesarrollados. Dentro de estas se encuentran muchos de los
fracasos sindicales en materias económicas, que en estos países son frecuentes.
c) Falta de organización
La
organización supone planeamiento y disciplina, elementos estos que constituyen
un subproducto del desarrollo.
Los países subdesarrollados generalmente han sido dominados por países
desarrollados. Las diversas formas de colonialismo han favorecido la pasividad
en las mayorías de estos. El individualismo, especialmente entre la población
rural, minifundista, se ha implantado al mismo tiempo que las instituciones
colonialistas.
Las organizaciones de base son escasas en los países subdesarrollados. Los
rezagos indígenas de organización comunitaria van desapareciendo paulatinamente,
especialmente en los países en donde las clases dirigentes son más reducidas.
d) Falta de libertad de acción.
La acción de grupos rurales ha sido siempre difícil por la dispersión e
individualismo que en general caracteriza a sus componentes. Los grupos mis
poderosos desde el punto de vista numérico, económico y organizativo pertenecen
a las grandes empresas tanto urbanas como rurales. Con todo, los miembros de
base de estas empresas, participan generalmente de los privilegios de los
patronos, aunque en escala muy inferior. En general, los sindicatos de las
grandes empresas monopolistas o protegidas son sindicatos patronalistas que no
gozan de libertad de acción.
Los bajos recursos económicos de esta población de base la impide la libertad de
acción. Las huelgas de los sindicatos no patronalistas, cuando no son declaradas
ilegales, son reducidas por hambre.
El macartismo legal o informal es un instrumento de las clases dirigentes, para
impedir la acción de las organizaciones de base y, en especial, la de sus
dirigentes.
Como conclusión, podemos afirmar que en los países subdesarrollados, no se
podrán formar grupos mayoritarios para producir cambios exclusivamente
económicos de carácter estructural, sin elementos implicados en el mismo proceso
de desarrollo. Dichos elementos son principalmente: una motivación eficaz para
formarlos, una información alerta y completa, sentido de planificación y de
disciplina, y una relativa libertad política, legal y económica para actuar.
5. Posibilidad de presión política para las mayorías en países subdesarrollados.
Para las presiones de tipo político ejercidas por las mayorías, los obstáculos
en países subdesarrollados, son mucho menores.
La propaganda política es más abundante y accesible. Causa motivaciones basadas
en éxitos conocidos. Las organizaciones políticas, por el contrario, son más
difíciles, pero en ocasiones se pueden disfrazar bajo la apariencia de
organizaciones sociales y, en este caso, la clandestinidad favorece la
motivación y quizás más que para producir las presiones económicas. Sin embargo,
la lucha, precisamente para conquistarla, por hacerse más obvia se torna en
menos difícil.
Es claro que la presión política no se puede aislar de la presión económica ni,
mucho menos, de la presión social. Con todo, se considera aquí la presión
política en el sentido de la serie de gestiones, legales o ilegales, pacificas o
violentas que se realizan en vista a procurar decisiones gubernamentales. Las
decisiones gubernamentales pueden ser dentro de las estructuras, reformando las
estructuras o cambiándolas. En consecuencia la presión se puede hacer, o para
obtener cambios accidentales, o para reformar las estructuras o para cambiarlas.
Esta distinción es fundamental para los países subdesarrollados.
La presión para lograr cambios accidentales, no estructurales, ha sido
generalmente la única actividad de los grupos mayoritarios organizados. El
establecimiento de una legislación laboral calcada en la de los países
desarrollados, ha servido como sofisma de distracción para canalizar los
esfuerzos de la clase popular hacia lo accidental. Dentro de estos cambios
accidentales, figuran algunas ventajas económicas que estarían comprendidas en
los resultados de las presiones de tipo económico de que se habló atrás.
La
presión para obtener cambios reformistas, es aquella que pretende soluciones de
transacción. Es decir, soluciones que contemplen intereses comunes a la clase
alta y a la clase popular. Estas soluciones no cambian las estructuras, sino que
las adaptan a esos intereses, en caso de que existan. En ocasiones, preparan a
la sociedad para un cambio fundamental. Por ejemplo: Las Leyes de Reforma
Agraria que sirven para industrializar un país.
La presión para obtener un cambio revolucionario, es la que se encamina al
cambio de las estructuras. Especialmente se trata de un cambio en la estructura
de la propiedad, del ingreso, de las inversiones, del consumo, de la educación y
de la organización política y administrativa. Igualmente contempla el cambio en
las relaciones internacionales de tipo político, económico y cultural.
El deseo y la previsión de la clase dirigente Se modifican, con el genero y con
la intensidad de la presión proveniente de la clase popular.
En el cuadro siguiente se exponen las alternativas que pueden plantear esta
confrontación de actitudes y de fuerzas.
Explicación del cuadro
VALORES: Se toman arbitrariamente tres grados de intensidad: el máximo, el medio
y el mínimo.
DESEO: No se trata de una actitud tradicional y sentimental únicamente. Ni de
una actitud de personas aisladas. El deseo puede ser motivado por razones
económicas y por intereses de grupo. Del deseo se excluye, en este
planteamiento, el temor ante el peligro de no supervivir como clase o como
grupo. Este temor se incluye en la columna de "Previsión".
El deseo se analizó anteriormente, al considerar los intereses comunes que
podrían determinar a la clase dirigente a hacer decisiones en cuanto a las
inversiones productivas.
Aunque se corra el riesgo de generalizar arbitrariamente, se puede afirmar que
el grado de deseo en la clase dirigente depende del número, de la independencia
económica, nacionalismo y mentalidad de empresarios de que gocen sus miembros.
Una burguesía progresista puede desear el cambio de estructuras. Sin embargo el
progresismo en la burguesía, es también un subproducto del desarrollo general.
PREVISIÓN: La previsión es una posición totalmente intelectual y racional. Un
suceso se puede prever aunque no se desee. La actitud ante el cambio de
estructuras puede variar fundamentalmente si éste se prevé'. Muchas decisiones
se pueden tomar por parte de la clase dirigente en virtud del famoso principio
de "sacrificar algo para no perderlo todo".
La previsión de la clase dirigente depende de dos factores: la capacidad de
análisis y la información. La capacidad de análisis esta' en función de la
calificación y de la inteligencia de sus lideres. La información depende de los
canales de comunicación.
Si uno de los dos factores falla, la previsión falla también. Por eso se pueden
plantear diferencias entre la previsión de la clase dirigente y la presión real
de la clase popular.
Desgraciadamente en los países subdesarrollados es posible que se presenten
fallas en las dos; La calificación profesional promedio de los dirigentes puede
ser baja especialmente en los países colonizados en donde los países
colonizadores han impedido la educación superior de los cuadros aut6ctonos.
Dc todas maneras es muy probable que la calificación de los dirigentes se
resienta del bajo nivel educacional general, característico de los países
subdesarrollados. Esta situación se agrava, si los más calificados salen a
trabajar a los países desarrollados.
En cuanto a la información; el problema en los países subdesarrollados,
generalmente colonizados, en alguna época, es la coexistencia de dos culturas.
Maurice Duverger clasifica estas dos culturas dentro de la "Población moderna" y
la "Población arcaica".
En general la minoría dirigente se identifica con la primera, y la mayoría
popular, con la segunda. La separación cultural es el principal obstáculo para
la información. Los medios de comunicación son cada vez más asequibles a la
clase popular. Esta comunicación aumenta las expectaciones de esta clase, en
forma desproporcionadamente mayor a los progresos económicos y sociales. Las
instituciones de comunicación son controladas por la clase dirigente (prensa,
radio, televisión, etc.). La clase popular tiene pocos medios de comunicación.
Esta circunstancia puede producir una información relativamente buena por parte
de la clase popular, en relación a las actitudes de la clase dirigente; pero
también puede impedir que la clase dirigente sepa lo que esta' sucediendo en los
grupos mayoritarios. En muchas ocasiones, por las diferencias culturales, es
posible que se emplee el mismo vocabulario con significados diferentes. Entonces
el lenguaje puede distanciar más que unir. Puede ser que exista una presión de
base poderosa, que no sea prevista por la clase dirigente.
PRESIÓN:
Ya se explicaron atrás las diferentes clases de presión que puede ejercer la
clase popular. En este cuadro no se intenta precisar cual de las tres se ejerce.
Con todo, el grado de intensidad (a, b, c) se refiere a la eficacia con que se
busque el cambio estructural propiamente dicho.
EL RESULTADO: Puede ser dudoso, pero el expresado se considera bastante
probable.
LOS EJEMPLOS: Son tomados de casos latinoamericanos que son los que mis conoce
el autor. Puede ser que no sean totalmente exactos, pero son ilustrativos.
6. Deducciones
Dc las alternativas planteadas se pueden extraer las siguientes conclusiones:
A. En los países subdesarrollados los cambios de estructura, no se producirán
sin presión de la clase popular.
B. La revolución pacifica está directamente determinada por la previsión de la
clase dirigente, ya que el deseo, por parte de esta, es difícil de lograr.
C. La revolución violenta es una alternativa bastante probable, por la
dificultad de previsión que tienen las clases dirigentes.
Respecto de la planificación económica se puede afirmar, que es difícil obtener
una planificación económica orientada técnicamente para las mayorías, Si no hay
una reforma de estructuras que permita a esas mayorías, presionar las decisiones
políticas.
Si la planificación no la hace el Estado, orientando coercitivamente las
inversiones, es imposible lograr eficiencia en favor de las mayorías. Por esto
el problema para el cristianismo, se plantea en términos de caridad eficaz, es
decir, en términos de aquello que constituye la primera prioridad en el
apostolado del mundo moderno y de los países subdesarrollados.
RESPONSABILIDAD DEL CRISTIANO EN LA PLANIFICACIÓN ECONÓMICA
1. Planteamiento del problema
Se ha demostrado que el apostolado actual, debe tener como principal objetivo,
especialmente en los países subdesarrollados, el logro de una caridad
verdaderamente eficaz entre todos los hombres, sin distinción de credos,
actitudes o culturas.
Por otra parte, parece prácticamente imposible lograr que las mayorías de los
países subdesarrollados logren acceso a niveles socio-económicos verdaderamente
humanos, sin una planificación económica que cambie las estructuras. Las
estructuras no cambiarán' sin una presión de las mayorías, presión que será
pacifica o violenta, de acuerdo con la actitud que asuma la clase dirigente
minoritaria.
Ante ese proceso, el cristianismo debe adoptar una actitud para no traicionar la
práctica de la caridad. Es necesario que su reacción no sea, en absoluto, una
reacción oportunista y claudicante ante las exigencias del mundo, pero el
cristiano no debe apartarse del mundo, sino preservarse del mal (Jo, xvn, 15).
Debe santificar al mundo en la verdad (Jo, XVII, 19). Debe, como Cristo,
encarnarse en la humanidad, en su historia y en su cultura. Para eso debe buscar
la aplicación de su vida de amor sobrenatural, en las estructuras económicas y
sociales, en las cuales tiene que actuar.
2. Posibilidades históricas de realizar en países subdesarrollados, una
planificación económica, tecnificada en favor de las mayorías
A.
REALIZACIÓN DIRIGIDA POR LOS CRISTIANOS.
Cuando se habla de una realización temporal ejecutada por cristianos, se debe
descartar todo genero de integrismo, se trata de la acción de los cristianos
como personas, como ciudadanos del mundo, y no como integrantes de una
institución y sociedad religiosa.
Por esta razón no es necesario definir, si esta acción se verificará por un
partido político que se llame cristiano, o por cualquier organización en que
participen los cristianos. Lo que se intenta definir son las posibilidades,
ventajas y desventajas, de que los cristianos lleven el liderazgo de una
planificación tecnificada en favor de las mayorías en países indigentes.
Posibilidades
No obstante los adelantos logrados en los últimos tiempos, es necesario
reconocer que los cristianos han andado a la zaga en el campo de las
realizaciones sociales. Además, solo en los últimos tiempos la orientación
técnica y científica ha sido patrimonio de los cristianos. Tanto por su
comprometimiento como por su calificación científica, los cristianos,
especialmente en los países subdesarrollados, no merecen en general, o no pueden
llevar el liderazgo en la planificación económica y en la reforma de
estructuras.
Esta situación podría cambiar, en el caso de que las otras corrientes
ideológicas se detuvieran en su acción y en su tecnificación, y los cristianos
continuarán en su avance. Sin embargo, esto no parece probable.
Ventajas
En el caso de que los cristianos asumieran el liderazgo del cambio y de la
planificación, es posible que los fines últimos fueran de un humanismo más
integral y que los medios escogidos fueran menos traumáticos, especialmente en
relación con ciertos valores espirituales.
Desventajas
Dadas las circunstancias históricas en que se encuentran los cristianos, es
posible que éstos fallen por la falta de tecnificación y por el monolitismo
doctrinal. Monolitismo, en el sentido de exclusión del pluralismo en la acción,
lo cual impide el concurso de muchos lideres de alta calificación científica.
Esta exclusión no se la pueden permitir los países en donde lo que hay es
precisamente penuria de técnicos.
B. REALIZACIÓN DIRIGIDA POR LOS MARXISTAS
Por marxistas se entiende específicamente los que se adhieren al materialismo
hist6rico y al
materialismo dialéctico. Dentro de estos se encuentran los comunistas ortodoxos.
El caso de estos es necesario tratarlo aparte. En primer lugar se consideraran
los marxistas que no obedecen a la disciplina de los partidos comunistas
oficiales.
Posibilidades
En el mundo moderno, los marxistas comenzaron el movimiento en favor del cambio
de estructuras. Tienen técnicos en economía y en ciencias físicas y biológicas.
El dogmatismo en ciencias sociales perjudica parcialmente a los ortodoxos, que
son los verdaderamente dogmáticos. Se dice "parcialmente", porque muchos
análisis socio-económicos de los ortodoxos concuerdan con la realidad
socio-económica de los países indigentes. Es más: Si se comparan los análisis
marxistas que versan estrictamente sobre la realidad socio-económica de estos
países con los análisis capitalistas, los primeros, es decir, los marxistas, son
más adaptados a la realidad y, sobre todo, a las expectaciones de las mayorías
indigentes.
En lo referente a la planificación económica, los marxistas han tenido la
prioridad. Es importante establecer la diferencia entre el mecanismo puramente
económico, administrativo y técnico de una planificación económica que regule
autoritativamente las inversiones, y la filosofía que ha inspirado esa
regulación. Regulación que se encuentra inspirada, boy en día, y practicada en
virtud de otras filosofías, por ejemplo, en Israel. Lo que prueba que no esta'
necesariamente ligada a la ideología marxista.
Ventajas
Entre las ventajas de una realización marxista, podernos anotar su orientación
específicamente popular y el valor de su análisis sobre sociedades
subdesarrolladas o en desarrollo. Además su tradición en la lucha por el cambio
de estructuras y por la planificación técnica.
Desventajas
Los marxistas ortodoxos corren el riesgo de ser dogmáticos en materias tan
complejas, tan mutables y tan contingentes como las socio-económicas.
Igualmente, en lo que se refiere a tácticas, los "miembros del partido" siguen
esquemas prefabricados que, en muchos casos (como en Cuba), los obligan a
marginarse en las luchas revolucionarias, que se separan de esos esquemas.
En cuanto a los marxistas heterodoxos, el riesgo que pueden correr, es el de
perseguir fines truncos y recortados por estar limitados a las concepciones
materialistas. Respecto de los medios, es probable que muchos de estos coarten
algunos derechos humanos.
C. REALIZACIÓN DIRIGIDA POR ELEMENTOS NO DEFINIDOS
Probabilidades
La lucha revolucionaria no se puede realizar sin un "Weltanschaung" completo e
integrado. Por eso es difícil que en el mundo contemporáneo occidental, esta
lucha pueda realizarse fuera de las ideologías cristiana y marxista que son,
prácticamente, las únicas que tienen un "Weltanschaung" integral. Por esta razón
es también difícil que las personas no definidas en alguno de estos campos
ideológicos, puedan asumir un liderazgo revolucionario.
Estas personas pueden contribuir en la medida en que estén comprometidas
(engagés) y en la medida en que sean técnicas.
Ventajas
Las personas no definidas tienen la ventaja de despojar de dogmatismo las luchas
políticas, siempre y cuando estas personas tengan influencia y obren de buena
fe.
Desventajas
Los extremos pueden ser desventajosos, en aquellos que no obran en virtud de una
concepción total del problema: el constituirse en idiotas útiles de alguno de
los sectores, en obras sin ninguna mística.
3. Actitud del cristiano ante las realizaciones en materia de cambio estructuras
y planificación económica en favor de las mayorías
Después de lo expuesto, queda muy claro que el cristiano, en los países pobres,
no solamente puede, sino que debe comprometerse en el cambio de estructuras para
lograr una planificación técnica en favor de las mayorías.
De hecho, las mayores reticencias para adoptar esta actitud le vendrían al
cristiano en caso de que la acción, para los objetivos expresados, fuera
encabezada por los marxistas.
En tal caso el cristiano tendría tres alternativas:
El rechazo de esa acción
La abstención
La colaboración
El rechazo o la abstención ante una acción que en Si seria benéfica para la
mayoría, debe ser motivo de reflexión para un cristiano. Para decidirse a ello
se necesitaría demostrar que los medios empleados son intrínsicamente malos o
que hay fines inevitables, que también lo son.
En lo que se refiere a la planificación económica, el fin principalmente
buscado, es el de controlar las ganancias y las inversiones. El medio seria la
intervención del Estado, tanto cuanto fuera necesario en los medios de
producción.
Es posible que esa intervención llegue hasta la nacionalización de algunos o
todos los medios de producción.
Este fin y este medio no son intrínsicamente malos. Más aún, si emplear este
medio y buscar este fin, es la forma como se logra mejor el bien común en una
sociedad y en una época histórica determinadas, se vuelve moralmente obligatoria
la colaboración para realizarlos.
Queda, por ultimo, el problema de los otros fines buscados y los otros medios
empleados por los marxistas.
La colaboración con éstos implica un problema de moral y un problema de táctica
que están íntimamente ligados:
Un
problema moral, Si hay fines malos que pueden ser consecuencia del fin esencial
o si se utilizan, de hecho, medios malos. Si es así, el rechazo o la abstención
aun no son necesarios hasta no probar qué clase de mal se evita y qué tipo de
causalidad tienen los fines malos respecto de los buenos (causalidad eficiente,
total, esencial, etc.) En la realidad hist6rica de los países subdesarrollados
estas circunstancias son difíciles de constatar. La revolución es una empresa
tan compleja que seria artificioso encasillarla dentro de un sistema de
causalidad y finalidad tan homogéneamente malo. Los medios pueden ser diversos,
y en el curso de la acción está al introducir modificaciones.
En cuanto al problema de táctica, es necesario preguntarse: La colaboración
decidida y técnica de los cristianos; en un proceso que en si es justo, ¿no
podría descartar medico y fines malos?
Si se analiza de cerca la problemática marxista, creo que se puede contestar
afirmativamente. El materialismo dialéctico y el materialismo histórico,
aparecen dentro del proceso mental de los marxistas como una especulación tan
demasiado útil para la práctica revolucionaria, como para que pueda ser
objetiva. Además, el enfoque materialista da, a los marxistas, una tendencia
hacia lo positivo.
Si se logra la aplicación de los principios económicos y sociales, es probable
(y de hecho ha sucedido en casos como el de Polonia) que su insistencia en las
especulaciones filosóficas se desvanezca. Es más, los últimos planteamientos de
Togliatti sobre la táctica anti-religiosa, muestra cómo el marxismo tiene que
evolucionar en su teoría, Si en la práctica se demuestra, que la religi6n no es
"el opio del pueblo".
Para realizar la colaboración que se ha planteado, es necesario tener en cuenta
ciertas normas, para no correr el riesgo de servir como "idiota útil".
"Determinar si tal momento (el de los contactos con no católicos) ha llegado o
no, como también establecer las formas y el grado en que hayan de realizarse
contactos en orden a conseguir metas positivas ya sea en el campo económico y
social, ya también en el campo cultural y político, son puntos que s6lo puede
enseñar la virtud de la prudencia, como reguladora que es de todas las virtudes
que rigen la vida moral, tanto individual como social. Por esto, cuando están en
juego los intereses de los católicos, tal decisión corresponde de un modo
particular a aquellos que en estos asuntos concretos desempeñan cargos de
responsabilidad en la comunidad; Siempre que se mantengan, sin embargo, los
principios del derecho natural al par que la doctrina social de la Iglesia y las
directivas de la autoridad eclesiástica.".
Es importante por lo tanto que la colaboración se establezca.
En el plano de la acción, en el cual se puede concretar el alcance y las
implicaciones doctrinales.
Conociendo muy bien tanto los fines y medios mis eficaces, de acuerdo con la
técnica y las circunstancias como los fines y medios que corresponden a la
teoría marxista.
Con decisión y sin timídeces, ya que la mayor autoridad aceptada por la sociedad
que necesita un cambio de estructuras es la del comprometimiento revolucionario
que, para el cristiano, debe ser el comprometimiento en la caridad, Esta
autoridad permitirá exigir concesiones a los marxistas en el caso de que ellos
tengan alguna cuota de poder.
CONCLUSIONES
Buscar el planeamiento económico autoritativo en los países indigentes, es
generalmente una obligación para el cristiano. Este planeamiento es una
condición para la eficacia en el autentico servicio de las mayorías y por lo
tanto es una condición de la caridad en estos países.
Es más probable que los marxistas lleven el liderazgo de ese planeamiento. En
este caso, el cristiano deberá colaborar en la medida en que sus principios
morales se lo permitan, teniendo en cuenta la obligación de evitar males mayores
y de buscar el bien común.
En estas condiciones puede ser que en los países subdesarrollados no se repitan
las luchas entre los grupos que pretenden las reformas estructurales en favor de
las mayorías. Sin claudicaciones, sin vencedores ni vencidos, los cristianos
podrán participar en la construcción de un mundo mejor cada vez más cercano a su
ideal del Amor universal.
¿Cuál es su opinión acerca de las revelaciones hechas por el Presidente Valencia
sobre la infiltración comunista en la Iglesia?
Desde el punto de vista estrictamente teórico cuando se habla de Iglesia, se
habla de todos los bautizados, tanto con bautismo sacramental como con bautismo
de deseo. Esto comprende una gran parte de la humanidad puesto que todos
aquellos que están de buena fe se supone que tienen el bautismo de deseo. En
este sentido, no creo que se pueda hablar de infiltración comunista en la
Iglesia ya que, en Colombia, creo que un alto porcentaje de los comunistas son
bautizados.
Si se habla de infiltración lo más lógico es suponer que hay miembros de la
Iglesia que, diciéndose católicos, realmente son comunistas. Para averiguar si
esto sucede no quedaría más remedio que establecer un tribunal como el antiguo
tribunal de la Inquisición para que detectara a los infiltrados comunistas
dentro de la Iglesia.
Sin embargo, en el lenguaje vulgar, cuando se habla de la Iglesia colombiana se
habla de los obispos y sacerdotes y cuando se dice que hay infiltrados dentro de
la Iglesia la opinión pública entiende que se trata de infiltrados dentro del
clero. La investigación que podría esclarecer esta situación supone una labor
inquisitorial que establezca dentro de la Iglesia el delito de opinión.
Puede ser que el Presidente no haya tenido esta intención al hacer su
declaración, pero si ella se toma en serio los efectos no podrán ser diferentes.
¿Según su criterio a que se debe la frecuente información de cierta prensa sobre
la existencia de sacerdotes comunistas?
Para poder entender los motivos que mueven a cierta prensa para informar sobre
la existencia de sacerdotes comunistas, tendríamos que analizar el fenómeno del
macartismo en general.
Toda clase dirigente tiene sistemas de defensa, algunos informales y otros
formales. Cuando se trata de una clase dirigente impopular y minoritaria es
necesario que ésta busque sistemas eficaces para descalificar ante la opinión
pública a sus adversarios. La opinión pública se orienta más fácilmente con
adjetivos que con disquisiciones filosóficas.
Para desacreditar un puente, basta con ponerle el epíteto de "podrido". Para
hacer perseguir a un perro, aunque éste sea de nobles condiciones, basta darle
el adjetivo de "rabioso". En las primeras épocas de nuestra era, decirle
cristiano a un individuo era una forma de colocarlo fuera de la ley. Después se
le decía "bárbaro" al enemigo del Imperio Romano para poderlo perseguir. Antes
de la Revolución Francesa se perseguía a los libres pensadores, liberales,
demócratas, plebeyos, etc. En la actualidad, la mejor manera de desencadenar la
persecución sobre un elemento peligroso para la clase dirigente, es llamarlo
comunista.
La clase dirigente colombiana ha considerado a la Iglesia y al Ejército como
aliados incondicionales suyos, es natural que, cuando aparecen sacerdotes o
militares inconformes, considere que su estructura interna comienza a
resquebrajarse. Por lo tanto, sacerdotes y militares inconformes
constituyen un elemento mucho más peligroso para el sistema que los mismos
comunistas afiliados al partido. De ahí la necesidad para la clase dirigente de
desacreditarlos ante la opinión pública, tildándoles de comunistas. La prensa,
servidora de esta clase, no puede adoptar una política diferente.
¿El clero colombiano peca de comunista o de anti-comunista?
El clero colombiano ciertamente no peca de comunista. El comunismo tiene un
sistema filosófico incompatible con el cristianismo, aunque en sus aspiraciones
socioeconómicas la mayoría de sus postulados no riñen con la fe cristiana.
Para decir que peca de anticomunista, se necesitaría hacer una investigación
sobre las pastorales, los escritos, los sermones de nuestros obispos y
sacerdotes. Sin embargo, mi impresión personal es que el comunismo ha sido
considerado como el principal mal de la cristiandad en nuestra época. Este es un
enfoque poco teológico y poco científico.
Poco teológico, porque el principal mal de la cristiandad es la falta de amor,
tanto dentro de ella misma como respecto de los no cristianos, incluyendo a los
comunistas. Por la falta de un amor eficaz traducido a las estructuras
temporales en una forma científica por parte de los cristianos ha surgido el
comunismo como una solución con todos sus aciertos y sus errores.
Desde el punto de vista científico, la posición del cristiano no debe ser anti
sino en favor del bien de la humanidad. Si este bien no se puede realizar sino
cambiando las estructuras temporales sería pecaminoso que el cristiano se
opusiera al cambio. Solamente la crítica discriminada y científica del
comunismo, en vista a la realización de este bien, puede justificar no una
posición anti-comunista sino una posición científica que implique rechazo de
todo lo que sea anti-científico.
¿Según su juicio, la actitud del clero colombiano ante los problemas sociales
requerirla una revisión?
En general, yo creo que la actitud del clero colombiano ante los problemas
sociales sí requiere una revisión. Esta revisión se podría re. sumir así:
1. Preocupación por el bienestar de la humanidad más que por preservarla del
comunismo.
2. Descartar la beneficencia ocasional y paternalista como forma habitual de
acción.
3.
Concentrar los esfuerzos en la formación de un laicado capaz de transformar las
estructuras temporales desde su base atacando así el origen de los problemas
sociales.
¿El clero colombiano tiene mentalidad capitalista?
Para poder juzgar de la mentalidad de un grupo social, se requeriría un análisis
bastante profundo. Sin embargo, yo considero que el clero colombiano por lo
menos en la impresión que deja ante la opinión pública aparece con una
mentalidad más feudal que capitalista y, en el mejor de los casos, con una
mentalidad netamente capitalista.
La mentalidad feudal se caracteriza fundamentalmente por el deseo de posesión,
haciendo caso omiso del lucro, de la productividad y del servicio a la
comunidad.
La mentalidad capitalista por el deseo del lucro, sin considerar el servicio a
la comunidad.
Ante la opinión pública el clero colombiano aparece como un grupo con deseo de
posesión. En las esferas jerárquicas más altas y principalmente en los sectores
urbanos, creo yo que aparece como un grupo con deseo de lucro. La opinión
pública colombiana me parece que no tiene conciencia de que la Iglesia gaste
dinero en servicio de la comunidad.
¿El comunismo debe ser puesto fuera de la ley?
Desde el punto de vista teórico creo yo que la mejor arma para combatir las
ideas son las ideas; la mejor arma para combatir los movimientos políticos es
mostrar una mayor eficacia en el uso del poder. Por lo tanto, las disposiciones
legales en contra de ideas o de movimientos políticos son, en mi concepto, una
demostración de debilidad ante ellos.
Sin embargo, si en un país se considera de hecho los comunistas excluidos de
los cargos públicos, del derecho a ser elegidos, se excluyen de las cátedras
universitarias y en muchas ocasiones, pierden el derecho de estudiar y de
trabajar, sería una posición menos hipócrita declararlos oficialmente fuera de
la ley que conservar una legalidad aparente, puramente táctica para disfrazar
ese estado de cosas con un ropaje democrático a fin de evitar que los
adversarios capitalicen la mística que les daría la ilegalidad y el hecho de ser
considerados como víctimas.
Un fenómeno social cuya evidencia es a todos manifiesta es el de la preocupación
del hombre actual por los problemas económicos y sociales. Hasta la mitad del
siglo pasado las preocupaciones filosóficas constituían la principal inquietud
de la humanidad. Después de la revolución industrial, cuando los ricos se
hicieron más ricos y los pobres más pobres, las preocupaciones de los
intelectuales se orientaron hacia la solución de problemas vitales para la
existencia misma de una gran parte del genero humano. Marx logra reunir, al
decir de Lenin, las tres grandes corrientes culturales de su época: la filosofía
clásica alemana, el socialismo francés y la economía inglesa. Muchos
intelectuales católicos comienzan a plantear el problema de la cuestión social
frente a los principios cristianos (Unión de Friburgo, Monseñor Ketteler,
Marques de la Tour du Pin), cuya actividad es protocolizada en el Magisterio
ordinario de la Iglesia, por medio de las Encíclicas Sociales que han emanado de
la Santa Sede en forma ininterrumpida desde fines del siglo pasado hasta
nuestros tiempos.
POR UNA RESPUESTA A INQUIETUDES ACTUALES
Hoy en día la ideología de los partidos políticos, los dos grandes bloques en
que esta dividido el mundo, las preocupaciones de los intelectuales giran
alrededor de estos problemas económicos y sociales. La parte más selecta de la
sociedad, los elementos dirigentes de esta los que están adaptados a las
corrientes actuales en lo que estas tienen de más noble (su estructura
ideológica), exigen una respuesta a estos problemas antes de decidir el
comprometerse en algún movimiento u organización con un criterio puramente
demagógico podríamos decir que valdría la pena el que el cristianismo buscara
dar una solución a los problemas mas latentes de nuestra época, únicamente para
cumplir con la misión de dar una respuesta a inquietudes actuales, que son, por
otra parte, absolutamente legitimas y apremiantes. Sin embargo, la Iglesia no
considera ni digno ni necesario el adoptar posiciones que, aunque respondan a
necesidades del momento, no vayan de acuerdo con su misión o con su doctrina. Es
interesante el ver como la actitud social de 'a Iglesia se integra perfectamente
dentro de esta misión y esta doctrina.
El escándalo más grande del siglo diecinueve, al decir de Pió XI, fue la perdida
del proletariado para la Iglesia. Muchas causas se han aducido para explicar
este fenómeno. Se ha dicho que el proletariado se ha descristianizado; otros
afirman que nunca ha sido cristiano. Si entendemos como proletariado la clase
social obrera formada por el advenimiento del capitalismo industrial, clase
social que posee una cultura diferente y muy homogénea, clase social cuyas
actividades y preocupaciones se desarrollan en un ambiente completamente nuevo y
en el cual no ha habido una presencia del cristianismo como tal, entonces
podríamos afirmar que el proletariado nunca ha sido específicamente cristiano.
Sea lo que se fuere de esta afirmación, tenemos el hecho de que una gran parte
de la humanidad (el mundo obrero) que crece cada día y que pertenece a una
civilización llamada cristiana, esta alejándose progresivamente de la mentalidad
y de las practicas cristianas. Este hecho seria suficiente para que cualquier
persona preocupada no solamente por la difusión del cristianismo, sino por todo
motivo espiritualista, se interesara por este fenómeno que no solamente contiene
el elemento negativo de dejar de ser cristiano, sino el positivo de adhesión a
un sistema materialista.
LA RESPUESTA MARXISTA
Al examinar detenidamente por un lado la mentalidad de nuestros obreros
industriales y por otro las soluciones que el sistema marxista ofrece, se
encuentra una sorprendente concordancia. Esta concordancia no implica, de
ninguna manera, ni la legitimidad de todas las aspiraciones obreras, ni la
verdad de las respuestas marxistas. Solamente es necesario reconocer en una
forma objetiva que la sociología marxista ha sabido analizar, precisar y
desarrollar los elementos efectivos y pasionales de la clase proletaria. Dentro
de estos elementos encontramos muchas cosas legitimas y muchas otras que no lo
son. Dentro de las respuestas marxistas podemos hacer la misma discriminación.
En todo caso, el resultado es que, a la masa obrera se le presenta como ideal
una doctrina que responde a casi todas sus aspiraciones legitimas o ilegitimas.
Si, por otra parte, no encuentran ninguna otra solución racional, y si no tienen
principios de un orden superior al de sus problemas concretos, forzosamente
aceptaran estas soluciones.
LA
RESPUESTA CRISTIANA
Por este afán de presentar una solución que sea verdadera desde el punto de
vista técnico y practico y que a la vez no contradiga los principios cristianos,
seria necesario que los cristianos fueran impulsados y dirigidos hacia la
búsqueda de una solución social. Las Encíclicas Pontificias, además de dar las
soluciones generales a estos problemas, insisten reiteradamente en que los
católicos traten de aplicar en el terreno económico, político y social de cada
comunidad esas directivas generales que ellas han dado.
Nosotros tenemos la gran ventaja, sobre el marxismo, de no estar ligados a
ningún sistema económico concreto. La ventaja, porque la economía es una ciencia
que depende estrechamente de factores que varían con los cambios sociales,
materiales e institucionales. De esta manera los economistas católicos están en
capacidad de dar una respuesta verdadera, no obstante el cambio de las
circunstancias en que se haya basado un análisis y una solución anteriores. En
este afán de reaccionar ante las exigencias de una época y de una sociedad, los
científicos católicos deben ser dirigidos y orientados para que con su técnica
no vayan a destruir otros valores humanos tan caros al cristianismo. Los limites
son sutiles, y en muchas ocasiones hay que llegar a ciertos extremos para poder
abordar una solución efectiva. Esto implica el que los orientadores de estos
científicos tengan por un lado un conocimiento profundo y muy adaptado de los
principios teológicos y filosóficos y, por otro, una información suficientemente
concreta de las ciencias sociales, para saber discernir el alcance de cada
solución y su empalme con los principios eternos.
Ninguno de los argumentos que anteriormente hemos aducido en favor de la
preocupación de los cristianos por las ciencias sociales. Tendría una base
verdaderamente sólida, si en los principios mismos del cristianismo no
encontráramos razones en favor. Es necesario que el cristianismo sea valorado
como humanismo mucho mas completo que cualquiera otro. El objeto de la redención
no fue solamente el alma. Sabemos bien que la resurrección del cuerpo es uno de
los frutos de esta. También sabemos que toda la creación gemía y padecía
esperando la liberación de la servidumbre, de la corrupción, para ser elevada a
la libertad de la gloria de los hijos de Dios (Rom. 8, 21 ss). En el fin del
mundo la materia será también transformada y, en cierto modo, glorificada. Por
otro lado, la caridad, esencia misma del cristianismo, no tiene como único
objeto el alma humana. Debemos amar al hombre total, de la misma manera que la
redención contempla al hombre en todos sus elementos. El hombre total es social:
por eso el cristianismo no puede desconocer esa actividad. Aun más, en el puro
orden sobrenatural, por la comunión de los santos, nuestra salvación no puede
dejar de ser social.
La sociedad civil se considera procedente de Dios, por cuanto él es el creador
de la naturaleza social del hombre, que es su origen.
Esta unidad humana que el cristianismo no solo no desconoce, sino que
protocoliza, implica la interacción entre los diversos ordenes que la
constituyen: entre el orden natural y el sobrenatural, entre el orden material y
el espiritual, entre el orden individual y el orden social. Aunque estuviéramos,
los cristianos, preocupados únicamente del orden sobrenatural, no podríamos
desconocer las implicaciones que sobre este orden tiene todo el elemento
natural, espiritual y material. Recordemos que Santo Tomás nos dice que es
necesario un minimum de condiciones materiales para la practica de la virtud.
Estos enunciados, que son ya un lugar común, plantean una situación angustiosa
en el caso de que, como lo dijimos antes, veamos que el mundo de hoy pide una
respuesta a una serie de inquietudes que pueden ser saciadas por el
cristianismo. Si nosotros nos encontramos impotentes para resolver los problemas
legítimos que el hombre de hoy se plantea, podríamos dar explicaciones: o bien
esos problemas legítimos salen del ámbito de nuestra acción; o bien, en muchas
ocasiones, ha faltado adaptación histórica para considerarlos.
NUESTRA ADAPTACION A LAS NECESIDADES DEL HOMBRE ACTUAL
Mucho se ha escrito, en nuestro país, del divorcio entre la vida normal del
cristiano y sus ideas religiosas. Hemos censurado a todos aquellos que son
cristianos solamente la media hora de asistencia a la misa semanal. Es claro que
esta situación se debe en gran parte a la debilidad de nuestros cristianos. La
ignorancia religiosa, culpable o inculpable, es otra razón poderosa. Sin
embargo, no nos quedemos, nosotros los sacerdotes, con la posición cómoda de
inculpar a los demás, salvando nosotros toda responsabilidad. Nosotros o, mejor
dicho, Cristo, ha sido el inventor de la autocrítica; este es solamente un
vocablo nuevo para expresar la noción del examen de conciencia. Hagámoslo
nosotros, sobre nuestra pastoral. ¿Nos hemos preocupado suficientemente de
adaptar, claro esta, sin claudicaciones, nuestra doctrina a las necesidades del
hombre actual? Dentro de estas necesidades, dentro de las más nobles de estas,
¿no se encuentra acaso la de una respuesta a sus inquietudes por los problemas
sociales, alrededor de los cuales esta girando de hecho toda la humanidad?
Afortunadamente (para poner un ejemplo), todo predicador de buen juicio, en
nuestro país, ha superado aquella etapa de la predicación en que se mezclaban
las cosas profanas y aún vulgares con las mas sublimes; las listas de
donaciones, las empanadas del bazar, etc., con la explicación del evangelio,
cuando esta se hacia. ¿Pero acaso la explicación del dogma no debe estar también
condicionada, en su enfoque y en sus aplicaciones, a las necesidades de cada
época y de cada grupo social? Se puede predicar una teología muy pura y muy
autentica que este completamente desadaptada a las inquietudes no ilegitimas,
sino muy legitimas, del auditorio. La palabra de Dios no tendrá todo su efecto
si por negligencia se ha dejado algún factor para hacerla más efectiva. Todos
los grandes oradores de la Iglesia, desde Cristo hasta nuestros días, han
mostrado ese deseo de adaptación. Hoy en día se nos hace curioso el ver como los
Santos Padres insisten en algunos aspectos del dogma que a nosotros nos parecen
demasiado obvios. Otras veces nos impresiona el ver interpretaciones alegóricas
o empleo de textos de la Escritura que nos parecen un poco rebuscados. Todo esto
lo entenderíamos mucho mejor si viéramos la preocupación de adaptación del
evangelio a las necesidades de la época en que dichas cosas fueron expresadas.
Esto solamente para poner el ejemplo de la predicación. ¿Pero acaso todo el
cristianismo no es una obra grandiosa de adaptación del hombre a Dios y de Dios
al hombre? ¿Que es la encarnación, que es la persona de Cristo sino una
adaptación hipostática de la divinidad a la humanidad? ¿Cuándo el hombre actual
considera que sus actividades y sus inquietudes diarias están separadas de sus
creencias religiosas? ¿No puede ser, en parte, porque esas creencias no le han
sido presentadas como una respuesta a sus inquietudes, como una orientación a
cualquiera de sus actividades, con la condición de que estas sean legitimas?
La posición que muchos católicos hemos adoptado ante la técnica y ante los
descubrimientos científicos puede ser una manifestación de esta falta de
adaptación. La desconfianza ante los descubrimientos científicos que muchos
cristianos experimentan puede tener varias explicaciones: o que esos
descubrimientos no proceden de una ciencia autentica, o que una hipótesis
científica sea presentada como tesis, o que se crea (puede ser solamente como
una reacción subconsciente) que los descubrimientos científicos pueden llegar a
contradecir algunos de nuestros dogmas. Esta ultima posición, respecto de una
investigación verdaderamente autentica, procede de una falta de confianza
(aunque sea subconsciente) en nuestras verdades reveladas. Nada que sea
verdadero podrá llegar a contradecir nuestra fe. Todo lo positivo, todo lo
verdadero, todo lo bueno, todo lo auténticamente científico es nuestro. Los
cristianos no tenemos nada que temer de lo que sea auténtico, no importa en que'
campo se realice.
Desgraciadamente, el ausentismo en el campo técnico implica hoy en día una
desadaptación. La verdadera técnica, junto con la falsa, constituyen hoy una
base innegable del patrimonio de nuestra civilización. Sobre esta base están de
acuerdo tanto el mundo oriental como el occidental. Además, dentro de esta misma
línea, el conocimiento que se tenga del hombre y de la sociedad no puede ser un
conocimiento empírico solamente. Necesitamos conocer científica y profundamente
la mentalidad del hombre de hoy y de las sociedades que él constituye. Una
adaptación que no este basada sobre este conocimiento no puede ser verdadera
adaptación
Por eso es necesario que los cristianos tratemos de tecnificar el conocimiento
que debemos tener de las inquietudes del mundo actual. El estudio de las
ciencias sociales, como instrumento para conocer esas inquietudes, para
resolverlas no en abstracto ni tampoco separadas de nuestros principios
fundamentales es hoy en día indispensable para todos los que quieran llevar un
testimonio de Cristo, tanto en la predicación como en el ejemplo; es muy
distinta la actuación de un cristiano que vive y comprende las necesidades de
sus hermanos a otro que, conociendo ampliamente la revelación, este
completamente alejado de estas.
Es imposible que todos los sacerdotes (como todos los cristianos) sean
especialistas en estas ciencias; pero es bueno que algunos las posean, y
siquiera que todos estén suficientemente informados como para dar ese testimonio
de Cristo y para impulsar a todos los demás a que lo den también. Estamos
convencidos de que el mundo moderno necesita ante todo de ese testimonio vivido,
es decir, de ese testimonio que incorpore todo lo que el hombre de hoy tiene de
legitimo, en la persona de Cristo. Su persona divina es de una riqueza tan
inmensa que a través de los siglos ha podido integrar en ella a todo hombre sin
distinción de raza, de carácter, de cultura, de civilización. Hoy en día el
hombre necesita ver a un Cristo social corno ideal para injertarse en Él y para
considerarlo como la respuesta siempre antigua y siempre nueva a todos sus
problemas desde los más abstractos y sublimes hasta los más concretos y
ordinarios, Si estos son verdaderamente positivos.
Durante muchos anos los pobres de
nuestra patria han esperado la voz de combate para lanzarse a la lucha final
contra la oligarquía.
En aquellos momentos en los que la desesperación del pueblo ha llegado al
extremo, la clase dirigente siempre ha encontrado una forma de engañar al
pueblo, distraerlo, apaciguarlo con nuevas formulas que siempre paran en lo
mismo: el sufrimiento para el pueblo y el bienestar para la casta privilegiada.
Cuando el pueblo pedía un jefe y lo encontró en Jorge Eliécer Gaitán, la
oligarquía lo mato. Cuando el pueblo pedía paz la oligarquía sembró el país de
violencia. Cuando el pueblo ya no resistía mas violencia y organizo las
guerrillas para tomarse el poder, la oligarquía invento el golpe militar para
que las guerrillas engañadas, se entregaran. Cuando el pueblo pedía democracia,
se le volvió a engañar con un plebiscito y un Frente Nacional que le imponía la
dictadura de la oligarquía.
Ahora el pueblo ya no creerá nunca más. El pueblo no cree en las elecciones. El
pueblo sabe que las vías legales están agotadas. El pueblo sabe que no queda
sino la vía armada. El pueblo esta desesperado y resuelto a jugarse la vida para
que la próxima generación de colombianos no sea de esclavos. Para que los hijos
de los que ahora quieren dar su vida tengan educación, techo, comida, vestido y
sobre todo DIGNIDAD. Para que los futuros colombianos puedan tener una patria
propia, independiente del poderío norteamericano.
Todo revolucionario sincero tiene que reconocer la vía armada como la única que
queda. Sin embargo. El pueblo espera que los jefes con su ejemplo y con su
presencia den la voz de combate.
Sobre Camilo se han escrito numerosas obras que
trascienden todos los géneros, en las que se pueden encontrar ensayos, libros,
tesis de grado, artículos, reportajes, etc., así como obras a nivel
internacional. Las más destacadas son:
SOTO APARICIO, Fernando. “La siembra de Camilo”. (novela). Bogotá, Plaza y
Janés, 1971.
BRODERICK, Walter. “Camilo Torres. El cura guerrillero”. Bogotá, Círculo de
lectores, 1977. {edición colombiana}
VILLANUEVA, Orlando. “Camilo. Acción y utopía”. Bogotá, Universidad Nacional de
Colombia, 1995.
HABEGGER, Norberto. “Camilo Torres, el cura guerrillero”. Buenos Aires, Peña
Lillo, 1967.
LÓPEZ, María. “Camilo camina en Colombia”. Bogotá, 1989.
TRUJILLO, Francisco. “Camilo y el Frente Unido”. Bogotá, 1987.
Yo quiero decirle al pueblo
colombiano que este es el momento. Que no lo he traicionado. Que he recorrido
las plazas de los pueblos y ciudades clamando por la unidad y la organizaci6n de
la clase popular para la toma del poder. Que he pedido que nos entreguemos por
estos objetivos hasta la muerte.
Ya esta todo preparado. La oligarquía quiere organizar otra comedia en las
elecciones; con candidatos que renuncian y vuelven a aceptar; con comités
bipartidistas; con movimiento de renovación a base de ideas y de personas que no
solo son viejas sino que han traicionado al pueblo. ¿Qué más esperamos
colombianos?
Yo me he incorporado a la lucha armada. Desde las montanas colombianas pienso
seguir la lucha con las armas en la mano, hasta conquistar el poder para el
pueblo. Me he incorporado al Ejercito de Liberación Nacional porque en él
encontré los mismos ideales del Frente Unido. Encontré el deseo y la realización
de una unidad por la base, de base campesina, sin diferencias religiosas ni de
partidos tradicionales. Sin ningún animo de combatir a los elementos
revolucionarios de cualquier sector, movimiento o partido. Sin caudillismos. Qué
busca liberar al pueblo de la explotación de las oligarquías y del imperialismo.
Que no depondrá las armas mientras el poder no este totalmente en manos del
pueblo. Que en sus objetivos acepta la plataforma del Frente Unido.
Todos los colombianos patriotas
debemos ponernos en pie de guerra. Poco a poco irán surgiendo jefes guerrilleros
experimentados en todos los rincones del país. Mientras tanto debemos estar
alerta. Debemos recoger armas y municiones. Buscar entrenamiento guerrillero.
Conversar con los más íntimos. Reunir ropa, drogas y provisiones, y prepararnos
para una lucha prolongada.
Hagamos pequeños trabajos contra el enemigo en los que la victoria sea segura.
Probemos a los que se dicen revolucionarios. Descartemos a los traidores. No
dejemos de actuar pero no nos impacientemos. En una guerra prolongada todos
deberán actuar en algún momento Lo que importa es que en ese preciso momento la
revolución nos encuentre listos y prevenidos. No se necesita que todos hagamos
todo. Debemos repartir el trabajo. Los militantes del Frente Unido deben estar a
la vanguardia de la iniciativa y de la acci6n. Tengamos paciencia en la espera y
confianza en la victoria final.
La lucha del pueblo se debe volver una lucha nacional. Ya hemos comenzado porque
la jornada es larga.
Colombianos: No dejemos de responder al llamado del pueblo y de la revolución.
Militantes del Frente Unido: Hagamos una realidad nuestras consignas:
¡Por la unidad de la clase popular hasta la muerte!
¡Por la organización de la clase popular hasta la muerte!
¡Por la toma del poder para la clase popular hasta la muerte! Hasta la muerte
porque estamos decididos a ir hasta el final. Hasta la victoria por que un
pueblo que se entrega hasta la muerte siempre logra la victoria.
Hasta la victoria final con las consignas del Ejercito de Liberación Nacional:
Verifique periódicamente si usted es realmente de izquierda. Adopte el criterio
de Norberto Bobbio: la derecha considera la desigualdad social tan natural como
la diferencia entre el día y la noche. La izquierda lo enfrenta como una
aberración que debe ser erradicada.
Cuidado: usted puede estar contaminado por el virus social-demócrata, cuyos
principales síntomas son usar métodos de derecha para obtener conquistas de
izquierda y, en caso de conflicto, desagradar a los pequeños para no quedar mal
con los grandes.
2. LA CABEZA PIENSA DONDE LOS PIES PISAN
No se puede ser de izquierda sin "ensuciar" los zapatos allá donde el pueblo
vive, lucha, sufre. Alégrate y comparte sus creencias y victorias. Teoría sin
práctica es hacer el juego a la derecha.
3. NO SE AVERGÜENCE DE CREER EN EL SOCIALISMO
El escándalo de la Inquisición no hizo que los cristianos abandonaran los
valores y las propuestas del Evangelio. Del mismo modo, el fracaso del
socialismo en el este europeo no debe inducirlo a descartar el socialismo del
horizonte de la historia humana.
El capitalismo, vigente hace 200 años, fracasó para la mayoría de la población
mundial. Hoy, somos 6 billones(*) de habitantes. Según el Banco Mundial, 2,8
billones sobreviven con menos de US $ 2 por día. Y 1,2 billones, con menos de US
$ 1 por día. La globalización de la miseria no es mayor gracias al socialismo
chino que, a pesar de sus errores, asegura alimentación, salud y educación a 1,2
billones de personas.
4. SEA CRÍTICO SIN PERDER LA AUTOCRÍTICA
Muchos militantes de izquierda cambian de lado cuando comienzan a buscar piojo
en cabeza de alfiler. Apartados del poder, se tornan amargos y acusan a sus
compañeros(as) de errores y vacilaciones. Como dice Jesús, vemos el polvo en el
ojo del otro, pero no la viga en el propio ojo. Tampoco se enganchan para
mejorar las cosas. Quedan como simples espectadores y jueces y, algunos, son
captados por el sistema.
La autocrítica no es sólo admitir los propios errores. Es admitir ser criticado
por los(as) compañeros(as).
5. SEPA LA DIFERENCIA ENTRE MILITANTE Y "MILITONTO"
"Militonto" es aquel que se jacta de estar en todo, participar en todos los
eventos y movimientos, actuar en todos los frentes. Su lenguaje está lleno de
explicaciones y los efectos de sus acciones son superficiales.
El militante profundiza sus vínculos con el pueblo, estudia, reflexiona, medita;
valora de forma determinada su área de actuación y actividades, valoriza los
vínculos orgánicos y los proyectos comunitarios.
6. SEA RIGUROSO EN LA ÉTICA DE LA MILITANCIA
La izquierda actúa por principios. La derecha, por intereses. Un militante de
izquierda puede perder todo, la libertad, el empleo, la vida. Menos la moral. Al
desmoralizarse, desmoraliza la causa que defiende y representa. Le presta un
inestimable servicio a la derecha.
Hay arribistas disfrazados de militante de izquierda. Es el sujeto que se
engancha apuntando, en primer lugar, a su ascenso al poder. En nombre de una
causa colectiva, busca primero sus intereses personales.
El verdadero militante - como Jesús, Gandhi, Che Guevara - es un servidor,
dispuesto a dar la propia vida para que otros tengan vida. No se siente
humillado por no estar en el poder, u orgulloso al estar. Él no se confunde con
la función que ocupa.
7. ALIMÉNTESE EN LA TRADICIÓN DE LA IZQUIERDA
Es preciso la oración para cultivar la fe, el cariño para nutrir el amor de la
pareja, "volver a las fuentes" para mantener encendida la mística de la
militancia. Conozca la historia de la izquierda, lea (auto)biografías, como el
"Diario del Che en Bolivia", y romances como "La Madre", de Gorki, o "Las uvas
de la Ira", de Steinbeck.
8. PREFIERA EL RIESGO DE ERRAR CON LOS POBRES A TENER LA PRETENSIÓN DE ACERTAR
SIN ELLOS
Convivir con los pobres no es fácil. Primero, hay la tendencia de idealizarlos.
Después, se descubre que entre ellos existen los mismos vicios encontrados en
las demás clases sociales. Ellos no son mejores ni peores que los demás seres
humanos. La diferencia es que son pobres, o sea, personas privadas injusta e
involuntariamente de los bienes esenciales de la vida digna. Por eso, estamos al
lado de ellos. Por una cuestión de justicia.
Un militante de izquierda jamás negocia los derechos de los pobres y sabe
aprender con ellos.
9. DEFIENDA SIEMPRE AL OPRIMIDO, AUNQUE APARENTEMENTE ELLOS NO TENGAN RAZÓN
Son tantos los sufrimientos de los pobres del mundo que no se puede esperar de
ellos actitudes que tampoco aparecen en la vida de aquellos que tuvieron una
educación refinada.
En todos los sectores de la sociedad hay corruptos y bandidos. La diferencia es
que, en la élite, la corrupción se hace con la protección de la ley y los
bandidos son defendidos por mecanismos económicos sofisticados, que permiten que
un especulador lleve una nación entera a la penuria.
La vida es el don mayor de Dios. La existencia de la pobreza clama a los cielos.
No espere jamás ser comprendido por quien favorece la opresión de los pobres.
10. HAGA DE LA ORACIÓN UN ANTÍDOTO CONTRA LA ALIENACIÓN.
Orar es dejarse cuestionar por el Espíritu de Dios. Muchas veces dejamos de
rezar para no oír el llamado divino que nos exige nuestra conversión, esto es,
el cambio del rumbo en la vida. Hablamos como militantes y vivimos como
burgueses, acomodados en una cómoda posición de jueces de quien lucha.
Orar es permitir que Dios subvierta nuestra existencia, enseñándonos a amar así
como Jesús amaba, libremente.