Farabundo
Martí nació el 5 de mayo de 1893, en Teotepeque, La Libertad. Su vivencia con
jornaleros, trabajadores de su padre y de haciendas vecinas, le creó, desde
joven, rechazo a la injusticia. Se graduó de bachiller en 1913 e inició estudios
de leyes en la Universidad de El Salvador. Aunque abandonó la universidad para
dedicarse a la lucha revolucionaria, se formó con la literatura política de la
época.
Farabundo vivió una época extraordinariamente agitada, que inició unos años
antes de su nacimiento, cuando las comunidades indígenas y campesinas fueron
despojadas de sus tierras por la naciente oligarquía cafetalera, con las leyes
de 1881 y 1882. Luego, en los años 1903-1914, creció el negocio del café. Los
grandes cafetaleros montaron las primeras fábricas industriales, quebrando a
miles de artesanos que pasaron a ser obreros explotados en los nuevos negocios.
Entre 1918 y 1924 se crearon organizaciones de obreros industriales y agrícolas
y se fortalecieron los gremios de zapateros, albañiles, barberos y otros.
Farabundo participó en ese proceso organizativo. Además, hizo suyas las luchas
de otros pueblos: fue miembro de la Liga Antiimperialista de Las Américas, del
Socorro Rojo Internacional y del Partido Comunista Mexicano. Fue fundador del
Partido Comunista Centroamericano y combatió junto a Sandino en la guerra de
liberación de Nicaragua contra la invasión de Estados Unidos.
Por enfrentarse a la clase dominante, entre 1920 y 1932 fue encarcelado 9 veces:
6 en El Salvador y 3 en Guatemala, Estados Unidos y México. También fue
expulsado 5 veces de diferentes países y fue el principal dirigente del Partido
Comunista Salvadoreño, fundado en 1930. En 1929 se inició la crisis del
capitalismo mundial, que provocó una baja de los precios del café. En el país
aumentó la pobreza en el campo, quebraron bancos, bajaron los ingresos del
gobierno y miles de personas quedaron desempleadas. Farabundo seguía organizando
a la población y participando en sus luchas.
En diciembre de 1931, el general Maximiliano Martínez derrocó al gobierno de
Arturo Araujo. El 22 de enero de 1932, se dio un levantamiento indígena y
campesino (“la insurrección del ‘32”), brutalmente reprimido por la dictadura.
Farabundo participó en los preparativos del alzamiento pero tres días antes cayó
preso junto a otros dirigentes. El 1 de febrero fue fusilado por órdenes de
Martínez.
El 1º de Febrero de 1932, Agustín Farabundo
Martí, salvadoreño, el que de cara al sol arremetió contra los reaccionarios
de su país y de centroamérica y contra el imperialismo yanqui opresor de
muchos pueblos, muere fusilado.
Agustín Farabundo Martí pertenece a la generación de revolucionarios y a la
constelación de las grandes figuras empeñadas en transformar la realidad de
indo-hispanoamérica. Dejó de estudiar Derecho para dedicarse a la lucha, con
fusil en manos.
Fue fundador del Partido Comunista de Centro América. El anticomunista
guatemalteco Jorge Schlessinger, en su libro "Sucesos de 1932 en El
Salvador", escribe, que "mientras otros hablaban de marxismo en los
cafetines, Martí, enseñaba marxismo a los trabajadores".
Incursiona en México para conocer de cerca la revolución agrarista de 1910.
Inquieto en lo que ocurría en Nicaragua. en 1928 se trasladó a El Salvador,
donde en asamblea de trabajadores se le eligió responsable de una brigada de
cinco obreros combatientes para ir a pelear a Nicaragua contra el yanqui
invasor, bajo las órdenes del General Augusto César Sandino.
Prontuario ilustrado de
las agresiones de EE UU contra los pueblos de
nuestra América. Clic para descargar
Farabundo Martí, mostró en los hechos su arrojo antiimperialista, tanto con
el fusil como con la pluma. Martí obtuvo el grado de Coronel, fue miembro
del Estado Mayor Internacional de Sandino, y Secretario Privado del general
de Hombres Libres.
En ocasión que bandoleros yanquis bombardeaban persistentemente las
posiciones sandinistas, Martí, en actitud de coraje dijo: "cuando la
historia no se puede escribir con la pluma, se escribe con el rifle",
parapetándose en la enramada de un árbol de la selva para abrir fuego contra
los aviones de la piratería norteamericana.
En junio de 1930 regresa a su patria de origen, siendo ya conocido en el
mundo como un combativo antiimperialista. Lo hace como Representante del
Socorro Rojo Internacional, ante la Sección Salvadoreña, dirigida por Ismael
Hernández.
Fue encarcelado varias veces; varias veces se puso en huelga de hambre y
varias más expulsado del país.
Entre 1927 y 1931 gobierna El Salvador, Pío Romero Bosque. En 1931 el
terrateniente Arturo Araujo, educado en Londres y simpatizante del laborismo
inglés ganó las elecciones con el apoyo de sindicatos e intelectuales.
Sin embargo 10 meses bastaron para que colapsara su gobierno; el hambre y la
miseria se instalaban entre los trabajadores, la crisis también afecta los
negocios de la burguesía que no miraba con buenos ojos a este aprendiz de
laborista.
Un golpe de estado en 1931 convirtió a Maximiliano Hernández Martínez
(vicepresidente y ministro de guerra de Araujo) en presidente. Los comicios
fraudulentos fueron determinantes para la movilización del pueblo que
suspendió las votaciones en varias zonas. A pesar de que el gobierno declaró
estado de sitio y la ley marcial, se sucedieron alzamientos y combates en
todo el país, miles de trabajadores, obreros y campesinos pobres con
machetes y algunos pocos fusiles asaltaron cuarteles, guarniciones
policiales, oficinas municipales, telégrafos, almacenes y fincas.
Mientras tanto el imperialismo norteamericano e inglés enviaban buques de
guerra en apoyo al General Hernández Martínez, quien escribió el siguiente
telegrama: "En saludo a honorables comandantes declaramos situación
absolutamente dominada fuerzas gobierno El Salvador. Garantizadas vidas
propiedades ciudadanos extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la
República. La paz está establecida en El Salvador. Ofensiva comunista
desechada sus formidables núcleos dispersos. Hasta hoy cuarto día de
operaciones están liquidados cuatro mil ochocientos comunistas" .
El Salvador, "FMLN: Radio
Venceremos". Documental filmado durante la guerra salvadoreña
que muestra como operaba la radio clandestina del FMLN que
trasmitía desde Morazán.
Es evidente que la insurrección fue salvajemente reprimida.
El 31 de enero de 1932 Farabundo Martí junto con los líderes estudiantiles
Alonso Luna Calderón y Mario Zapata fueron condenados a muerte en el
Cementerio General de San Salvador.
El 1º de Febrero son fusilados.
"Dolorosa y sangrienta es su historia, pero excelsa y brillante a la vez;
manantial de legítima gloria, gran lección de espartana altivez".
Así reza la segunda estrofa del himno nacional de El Salvador.
El contraste entre su belleza tropical y las cicatrices de guerras,
asesinatos y desastres son evidentes.
"Dolorosa y sangrienta es su historia", pero la lección de "espartana
altivez" la dieron hombres como los sublevados por Martí y que fuera el
movimiento de masas más importante de ese país, cuya existencia y ejemplo se
percibe hasta en la actualidad.
El Salvador, "manantial de legítima gloria" dio hombres, también, como
Monseñor Arnulfo Romero, asesinado en 1980 al igual que los padres Jesuitas
en la Universidad Centroamericana.
Eran todos continuadores de la obra de aquel que lanzara el primer grito de
independencia que se oye en El Salvador, el 5 de Noviembre de 1811, el Héroe
y Prócer Presbítero y Doctor José Matías Delgado, Padre de la Patria.
Hoy, cuando los Pueblos del continente estrechan filas para oponerse a los
designios del amo imperial, bien vale recordar estos episodios de nuestra
historia colectiva, como así rendir homenaje y reconocimiento a quienes
dieron su vida por la construcción de la Patria Grande.
Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina 1º de febrero de 2007
La distribución balsamera de El Salvador comprende una faja de terreno llamada
"Cordillera del Bálsamo", que se extiende entre los puertos de Acajutla y La
Libertad en la llamada Cadena Costera, internándose hacia la cuidad de Apaneca,
aproximadamente unos 20 kilómetros de la costa principalmente en el
departamentos de La Libertad y Sonsonate. Los municipios conocidos como
principales productores de bálsamo de primera clase son San Julián, Santa Isabel
Ishuatán, Cuisnahuat, Izalco, Chiltiupán y Teotepeque. Precisamente en
Teotepeque, La Libertad, nació, el 5 de mayo de 1893 Agustín Farabundo Martí.
Hijo de Pedro Marti y Socorro Rodríguez. Sexto hijo de un total de 14, Agustín
creció en medio de las faenas agrícolas. Se recibe de bachiller en 1913, a los
20 años de edad de un colegio salesiano e ingresa a la Universidad Nacional en
la carrera de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.
Sus primeras acciones políticas lo ubican trabajando contra el régimen
oligárquico de las familias Meléndez-Quiñónez, dinastía que gobernará El
Salvador por cruentos 14 años. Por organizar un acto en apoyo a la Asociación de
Estudiantes Unionistas, grupo guatemalteco que exigía el fin de la dictadura de
Estrada Cabrera en ese país, es encarcelado en Zacatecoluca. En 1920 es
depor-tado a Guatemala y allí continua sus estudios en la Universidad de San
Carlos.
En Guatemala estudia y trabaja. Como simple obrero, jornalero o peón, aprende a
compartir el sufrimiento de los explotados. En un país, donde la mayoría de la
población es indígena, Martí se compromete con sus luchas e incorpora
conocimientos de la lengua quiche. Siendo perseguido por los dueños de las
plantaciones de café, Farabundo debe partir temporariamente a México, donde se
relaciona con el movimiento obrero y estudia la revolución agrarista de 1910.
En 1925, se funda en Guatemala el Partido Comunista Centroamericano. El
surgimiento del partido tuvo su origen en el interés de intelectuales y obreros
guatemaltecos en dar continuidad al primer movimiento político de izquierda que
se inició en la década de 1920, el cual fue vital para la caída del dictador
Manuel Estrada Cabrera. El gobierno dictatorial de Jorge Ubico se encargó de
aplastar la organización; no obstante, se puede considerar la primera
manifestación de la clase obrera por lograr su organización política. Martí
ocupó allí el cargo de secretario del exterior del Partido Comunista
Centroamericano..
Es deportado a El Salvador, y de El Salvador a Nicaragua por ordenes del
presidente Alfonso Quiñónez. A los pocos días regresa clandestinamente a El
Salvador a seguir organizando a los trabajadores. Desde 1925 hasta 1928 Martí
trabaja junto a la Federación Regional de Trabajadores de El Salvador.
En 1928 Marti viaja a New York, donde toma contacto con la dirección central de
la Liga Antiimpe-rialista de las Américas, que le encargará viajar a Nicaragua
como su representante ante Augusto César Sandino. De los Estados Unidos partirá
hacia Las Segovias a luchar junto al "General de Hombres Libres", con él,
alcanza el grado de coronel del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional.
Farabundo Martí mostró en los hechos su arrojo antiimperialista, tanto con el
fusil como con la pluma. Fue miembro del Estado Mayor Internacional de Sandino,
y Secretario Privado del héroe nicaragüense. En ocasión que los invasores
yanquis bombardeaban persistentemente las posicio-nes sandinistas, Martí, en
actitud de coraje y decisión, dejó la máquina de escribir para empuñar el fusil,
diciendo indignado: "cuando la historia no se puede escribir con la pluma, se
escribe con el rifle". Acto seguido se parapetó en la enramada de un árbol de la
selva para abrir fuego contra los aviones yanquis.
Tiempo más tarde, ya en México, Martí pasa a ser líder latinoamericano del
Socorro Rojo Internacional. Esta organización había nacido en los años veinte
por impulso de la III Internacional para enfrentar al fascismo entonces
incipiente. Entre sus dirigentes formaron parte mujeres antifascistas tan
conocidas como la alemana Clara Zetkin, la italiana Tina Modotti y la rusa Elena
Stasova. El Socorro Rojo Internacional entronca, entonces, directamente con la
historia del movimiento comu-nista y antifascista internacional, alcanzando
pronto un gran desarrollo en todo el mundo, en el apoyo político, jurídico y
económico a todos los presos políticos y perseguidos, sin diferencias
ideo-lógicas o partidistas.
1929. Sandino (centro), Farabundo Marti, Urbano
Gilbert y José Paredes
En 1930 Martí regresa a El Salvador y funda junto a otros compañeros el Partido
Comunista Sal-vadoreño, partido que rápidamente se pone a la cabeza de los
trabajadores y campesinos, descontentos con los regímenes oligárquicos de
entonces. Sufriendo deportaciones y persecuciones Farabundo liderizará la
insurrección popular de 1932.
Aquel año, El Salvador presenta una administración corrupta, una sociedad en
crisis, un pueblo descontento y una economía casi en quiebra, derivada de los
bajos precios internacionales del café y de los efectos de la Gran Depresión
estadounidense de 1929. El 2 de diciembre de 1931, el corrupto e incapaz régimen
del Partido Laborista, encabezado por el ingeniero Araujo, fue derrocado para
asumir la presidencia el dictador Maximiliano Hernández Martínez, quien lo
detentará por espacio de trece años, hasta mayo de 1944.
Los comicios fraudulentos de enero del ’32 fueron el factor detonante del
estallido social. Varios sitios de votación fueron suspendidos en poblaciones en
las que el Partido Comunista tenía fuerte presencia. La insurrección comenzaba.
Los días 18 y 19 se produjeron frustrados asaltos al Cuartel de Caballería por
las fuerzas insurrectas. El gobierno decreta el Estado de Sitio y la ley
marcial. Se implanta la censura estricta en la prensa.
Los siguientes días los alzamientos y combates se suceden en todo El Salvador.
Miles de campesinos, obreros y trabajadores, portando machetes y algunos pocos
fusiles "Mauser" asaltan cuarteles, guarniciones policiales, oficinas
municipales, telégrafos, almacenes y fincas de terratenientes.
Las "tartamudas" del Ejército y la Guardia Nacional no se hacen esperar. Entre
los días 24 y 25, las fuerzas militares gubernamentales entran en Nahuizalco,
Juayúa, Ahuachapán y Tacuba. Mientras tanto, los norteamericanos e ingleses
movilizaban buques de guerra para prestar apoyo al general Hernández Martínez;
proponiéndole un desembarco de tropas en La Libertad para ayudar en la
represión. Con toda la soberbia del dictador sanguinario, Hernández Martínez,
una vez que se cerciora del éxito de las "Operaciones de Pacificación", envia a
los almirantes yanquis e ingleses un telegrama que con el siguiente texto: "En saludo a honorables comandantes declaramos situación absolutamente dominada
fuerzas gobierno El Salvador. Garantizadas vidas propiedades ciudadanos
extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la República. La paz está
establecida en El Salvador. Ofensiva comunista deshechada sus formidables
núcleos dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están liquidados cuatro
mil ochocientos comunistas".
La insurrección había sido barrida a sangre y fuego. El 31 de enero, un consejo
de guerra presidido por el general Manuel Antonio Castañeda juzgó y condenó a
Agustín Farabundo Martí y a los líderes estudiantiles Alfonso Luna Calderón y
Mario Zapata a morir fusilados en el Cementerio General de San Salvador, previo
traslado desde sus celdas en la Penitenciaría Central. Allí cayeron, bajo las
balas asesinas del pelotón de fusilamiento, con la dignidad de los héroes
revolucionarios, Farabundo Martí y sus compañeros.
Según distintos historiadores el saldo de la rebelión de 1932 fue de entre 5000
a 30.000 muertos. El viernes, 5 de febrero, en "El Diario de El Salvador"
aparece el siguiente titular en primera plana: "Los Cadáveres Sepultados a
Escasa Profundidad son un Peligro para la Salud. Los cuervos, cerdos y gallinas
los desentierran para luego devorarlos". Y sigue la macabra crónica: "Actualmente en el departamento de Sonsonate y en muchos lugares de Ahuachapán y
algunos de Santa Ana la carne de cerdo ha llegado a desmerecerse de tal manera,
que casi no tiene valor. Por el mismo camino va la de res y las aves de corral.
Todo se debe a que los cerdos comen en grandes cantidades la carne de los
cadáveres que en los montes han quedado. La gente, por intimación, se está
negando también a comer la carne de res y aves de corral. Desde luego, ellos
tienen razón; pero en cambio, esta industria está sufriendo fuertes golpes". A
la oligarquía salvadoreña sólo le pre-ocupaba los "fuertes golpes que estaban
sufriendo los empresarios".
Sheila Candelario, en su obra "Patología de una insurrección; la Prensa y la
matanza de 1932", cita el siguiente comentario: "El alzamiento del 32 dejó
profundas huellas en la conciencia de todos los salvadoreños. La población india
prácticamente dejó de ser la misma como resultado de la matanza, sobre todo
porque de ahí en adelante existió el temor de mostrarse como 'indio'. El idioma,
la vestimenta y las costumbres de los indios pasaron a ser formas peligrosas de
identificarse y fueron reemplazadas por otras menos evidentes...".
Farabundo Martí vive hoy en la lucha del pueblo salvadoreño. Revolucionario
cabal, patriota de la Patria Grande, salvadoreño, centroamericano y
latinoamericano caribeño, Farabundo es un ejemplo de constancia, sacrificio y
solidaridad. Allí está él, junto a Sandino, Bolívar, San Martín, Morazán,
Artigas y tantos otros. Es seguro que, en el próximo triunfo del Frente
Farabundo Martí para la Liberación Nacional, se lo verá a él, confundido y
alegre con el pueblo salvadoreño, festejando, sonriendo y también dispuesto a
comenzar nuevos combates. Porque como bien dijo el poeta cu-bano: "Y colosal se
eleva y borda con mil estrellas Farabundo".
Izalco (El Salvador), 23 enero 2005 (EFE).- Los ancianos de la ciudad de Izalco
recuerdan después de 73 años la masacre de miles de indígenas salvadoreños
ordenada por el gobierno militar en 1932.
Por Lauri García Dueñas
En Izalco, en el departamento occidental de Sonsonate, a 65 kilómetros de la
capital, los rasgos indígenas y el acento particular de la lengua "nahuatl" son
también testigos de un pasado remoto que se niega a desaparecer. La matanza fue perpetrada durante varios días de enero de 1932 por las fuerzas
militares del gobierno del general Maximiliano Hernández Martínez, quien
persiguió a los indígenas por organizarse en el Partido Comunista y hacer
reivindicaciones sociales. En la masacre, que se conmemora cada 22 de enero, murieron unos 30.000
indígenas, según datos históricos. "No somos como el garrobo (reptil parecido a la iguana), que le sale una cola
cuando se la cortan; la vida se nos va para siempre y entonces nosotros tenemos
que aprender a vivir", dijo Ramón Esquina, de 92 años, indígena sobreviviente de
la matanza, quien ayer, sábado, dio su testimonio en los actos de conmemoración
de la masacre. Cristina Ramírez, de 93 años, con su rostro moreno lleno de arrugas, recordó
cómo se resistió ante la prohibición del gobierno de Hernández Martínez
(1931-1944) de usar el típico vestido indígena de las mujeres: el refajo. Doña Cristina no renunció a este atuendo: todavía viste la falda tejida de hilo
de vivos colores y la camisa de manta, y un lazo que le sujeta sus abundantes
canas. "Yo regresaba de Guatemala cuando todo pasó y mis amigas me decían que no usara
el refajo porque me iban a matar; hasta una de ellas se ofreció a acompañarme a
comprar un vestido, yo le dije que iba a ir yo sola a comprarlo, pero en mi
mente me decía a mí misma que yo no le debía nada a nadie", dijo la anciana.
Sus palabras fluyeron con facilidad a pesar de la edad: "en ese entonces nadie
pateaba la calle, no se miraban hombres, los mataron a todos; a otros, pobres,
se los llevaron capturados". "Otra amiga me contó que sus hijos estaban ahí, nada más almorzando, llegaron
los soldados y `pan`, !pan! los mataron sin preguntar nada", comentó. Ramírez aseguró que muchos cadáveres fueron quemados por los militares.
Hijilio Marciano Ama, de 92 años, hermano del líder indígena Feliciano Ama,
recordó los hechos de 1932 con un poco de turbación, hasta que alcanzó a
pronunciar: "`todos se murieron!". Feliciano Ama nació en 1881 y murió linchado por un grupo de ladinos pro
gubernamentales, pero luego fue colgado de un árbol con un lazo para dar la
impresión de que había muerto ahorcado, el 28 de enero de 1932. El Museo de la Palabra y la Imagen, uno de los organizadores de los actos
conmemorativos, montó en Izalco una instalación con fotos de la época, que
muestran decenas de cadáveres de hombres apilados en las calles de piedra. En el jardín de lo que fue el campanario de la iglesia del pueblo, decenas de
indígenas recordaron ayer a sus antepasados con una ceremonia de fuego y
tambores. Al fondo, un montón de flores se apilaban bajo un altar en honor de
Feliciano Ama. En una pared de la calle principal de Izalco una pintada en letras negras estaba
fresca: "`Feliciano Ama vive!". En esa calle creció Ricardo Armando Rodríguez, de 64 años, quien aseguró que
cuando tenía diez años, debido a una nueva construcción, cerca de la iglesia
fueron encontradas muchas osamentas. Su vecino, Alejandro González, de 75 años, no recordó con exactitud cómo ocurrió
la matanza, pero lamentó que ahora no le enseñen a los niños en la escuela lo
que sucedió. A las autoridades "no les interesa", susurró. EFE
Por Redacción / El Periódico Nuevo Enfoque - 24/01/05
La masacre indígena
Con el auge del café, propagándose rápidamente, se fortalecía la clase social
gobernante, aliada con los capitales extranjeros y condenaba a la explotación y
a la miseria a los pueblos indígenas. La gran depresión mundial de 1929 devastó
la economía salvadoreña, totalmente dependiente del café. Se produjo un colapso
del mercado, afectando aún más la situación de las clases populares. El salario
en el campo fue reducido.
El descontento llegó a un punto crítico en la zona de Sonsonate, donde se
asentaron las bases de una gran revuelta indígena. Los trabajadores se
organizaban en un movimiento popular de gran empuje. La Federación Regional de
Trabajadores de El Salvador, creada en 1924, llegó a contar 75,000 afiliados,
con el objetivo de luchar por la tierra y el aumento de salarios.
Se organizaron los movimientos indígenas, con el objeto de luchar contra el alto
precio de los alquileres de la tierra y por una ley que librara de la
expropiación por deudas, la violación a los derechos humanos, la injusticia e
impunidad de la fuerza armada y de los funcionarios del gobierno, asimismo
porque les devolvieran las tierras que les habían expropiado con el pretexto de
impulsar el cultivo del café. La fuerza armada y la policía fueron
reorganizados. Hubo despidos en masa.
Durante el período del dictador Maximiliano Hernández Martínez, en enero de 1932
se produjo un levantamiento insurgente indígena. Los pueblos de Tacaba, Juayúa,
Ataco, Sonsonate, Santa Ana, Ahuachapán, Izalco, Cuisnahuat, Santo Domingo de
Guzmán, Nahuizalco, y otras, fueron los campos de batalla entre los indígenas y
los efectivos de la fuerza armada. El movimiento duró más de 72 horas, fue
controlado por la fuerza armada con la colaboración de los terratenientes que
también participaron en las masacres de los indígenas en diferentes lugares del
occidente del país. Este comenzó capturando a las personas involucradas en la
insurrección indígena y terminó persiguiendo, torturando y matando a toda
aquella persona que vistiera, tuviera rasgos físicos y hablara nuestro idioma
indígena.
Se estima que el número de muertos durante este levantamiento fue de 30,000
personas, en donde murieron ladinos, indígenas obreros y soldados del ejército
del gobierno. El movimiento insurreccional indígena contó con la presencia de
los pueblos indígenas, se destacó como líder nato en la lucha por la justicia y
la paz, el cacique de Izalco, José Feliciano Ama.
El paternalismo predominaba en Izalco y después de las autoridades locales, el
cacique era el personaje más respetado de toda la comarca. Ama fue apresado
cuando los efectivos de la fuerza armada y los terratenientes reconquistaron la
ciudad de Izalco. Linchado por un grupo xenofóbico de terratenientes, efectivos
de la fuerza armada y miembros de la dictadura de Martínez, que pedía venganza y
golpeado hasta matarlo. Luego colgaron su cadáver.
JOSÉ FELICIANO AMA: EL LÍDER DE LA INSURRECCIÓN indígena
El héroe nacional José Feliciano Ama, nació en Izalco, Depto. de Sonsonate, en
1881, y murió linchado por una turba enardecida y xenofóbica de ladinos,
pro-dictadura y terratenientes, luego fue colgado de un árbol con un lazo, para
dar la impresión que había muerto ahorcado el 28 de enero de 1932.
Usaba cabello corto, bigote y barba bien recortada, vestía camisa y pantalón de
manta, caites de cuero y sombrero de palma, fue un hombre humilde, respetuoso,
de voz apacible, firme y convincente, no hablaba mucho castellano sino en su
lengua natal —el náhuat—, trabajó de jornalero, gustaba sembrar maíz negro, era
devotamente cristiano, querido y apreciado por los demás indígenas. Casado con
Josefa, hija de Patricio Shupan, quien era mayordomo principal de la cofradía
del Corpus Christi y a la vez cacique de Izalco. Feliciano Ama recibió de su
suegro respaldo y apoyo, él lo ayudaba a recibir a los mandaderos de la
cofradía, recolectar las ofrendas y lo acompañaba a las reuniones importantes.
Patricio Shupan murió a causa de un sorpresivo fortísimo dolor de estómago en
1917, luego de asistir a un almuerzo en la residencia presidencial con uno de
los presidentes de la dinastía Meléndez-Quiñónez, Carlos Meléndez.
Para esos años Patricio Shupan ya reclamaba la expropiación de las tierras
comunales que el gobierno le había arrebatado a los indígenas, la expropiación
de éstas por parte del gobierno, el maltrato inhumano y la extrema explotación
de que eran víctima los indígenas fue la semilla de la discordia que desembocó
en la insurrección indígena y en donde la fuerza armada cometió el peor
etnocidio del siglo XX. Fueron masacrados más de 30 mil indígenas; este hecho
histórico es conocido y denominado por los historiadores gobiernistas como los
"sucesos de 1932". Al fallecer Shupan, en 1917, Ama se convirtió en el cacique
de los indígenas de Izalco y dirigente de la cofradía, constituida en su
totalidad por indígenas. Continuó él la demanda por la devolución de las tierras
comunales, la denuncia y la condena por la violación de los derechos humanos
cometida contra su pueblo.
EL PCS INTENTA APROVECHAR LA SITUACIÓN
Mario Zapata y Alfonso Luna, jóvenes universitarios, al enterarse de los
preparativos de la insurrección indígena liderada por el cacique Feliciano,
llegaron a Izalco como dirigentes del Partido Comunista de El Salvador (PC), con
el interés de aprovechar políticamente la situación con el propósito de que el
PCS tomara la dirección. Pero era ya demasiado tarde, Feliciano y los otros
dirigentes indígenas tenían previsto el levantamiento y al PCS no le quedó otra
opción que adherirse a la revuelta indígena. En la noche del 22 de enero de
1932, Feliciano Ama ingresó a Sonsonate con centenares de indígenas, pero en la
madrugada llegó gente extraña al movimiento, proveniente de Juayúa y ésta hizo
destrozos, mataron al alcalde, cometieron acciones vandálicas y toda la
responsabilidad se la atribuyeron injustamente al líder indígena Feliciano Ama,
quien luego se replegó a unos huatales en las afueras de Izalco.
Los ladinos comenzaron a pedir su cabeza y desarrollaron un racismo paranoico.
La misión de atrapar a José Feliciano Ama fue encomendado a Cabrera, comandante
de la guarnición de Izalco y reconocido como un matón que odiaba a los
indígenas. Él salió con varios perros hacia los alrededores de Izalco, iba con
varias decenas de soldados armados "hasta los dientes" vestidos de "paisano" y
cuando llegaron al lugar donde se encontraba el líder indígena, lo emboscaron,
lo capturaron y amarrado se lo llevaron. a la alcaldía. Ama gritaba: ¡Vivan los
indígenas!, ¡las tierras son nuestras¡ Con su asesinato quisieron de esta forma
apagar su voz por la justicia. Feliciano quedó suspendido de una ceiba frente a
la Iglesia de la Asunción, como ejemplo de lo que le podía suceder a todo aquel
que reclamara lo que le habían robado los terratenientes y los altos
funcionarios de la dictadura de Maximiliano Hernández Martínez y de otros
gobernantes anteriores.
Bibliografía
CONSEJO COORDINADOR NACIONAL indígena SALVADOREÑO, Pueblo indígenas, salud y
condiciones de vida en El Salvador, San Salvador, CONCULTURA, 1999.
MARTINEZ PEÑATE, OSCAR y SÁNCHEZ, MARÍA ELENA, El Salvador diccionario
(personajes, hechos históricos, geografía e instituciones), San Salvador,
Editorial Nuevo Enfoque, Segunda edición, 2003.
José Feliciano Ama, indígena oriundo de Izalco, fué uno de los jefes destacados
de la insurrección obrera y campesina de 1932. Ama sustentó la causa del Partido
Comunista, por haber sufrido en carne propia la soberbia y tropelía de quienes
los explotan inmisericordemente, que los deja sin sus tierras, sin sus solares,
que les negaron su autoridad local, su fuero, segregados y marginados en la
indigencia, siendo los propios nativos del país.
ANTECEDENTES QUE LO CONFIRMARON REVOLUCIONARIO
La injusticia que por centúrias venía sufriendo la población indígena, se
prolongo con el desarrollo de la agricultura, principalmente en el renglón del
café. Para que los agrarios cultivaran el café en grandes extensiones, el
gobierno que presidía el Dr. Rafael Zaldívar, llevó a efecto la reforma agraria
burguesa. Con tal aviesa reforma, el nuevo régimen de la tierra despojó de sus
tierras "legálmente" a las comunidades indígenas, y abolió los ejidos, dejando
sin donde cultivar a masas de labriegos mestizos. Labriegos naturales y mestizos
fueron sometidos al régimen salarial, unos, y otros al régimen de la
servidumbre.
En 1881 fueron extinguidas las propiedades de las comunidades indígenas, y en
1882, decretada la abolición de los ejidos, propiedad municipal trabajada por
los labriegos ladinos en aparcería y usufructo, pagándole al Alcalde los
impuestos establecidos. Los terratenientes extendieron sus propiedades cuanto
más pudieron, abarcando cientos de caballerías de tierra (64 mazanas de suelo
conforman una caballería), unos para extender la caficultura, otros para ampliar
la siembra de caña de azúcar y terceros para ampliar la ganadería. Fué así que
se fué concretando el régimen salarial en el campo, y concretando el régimen de
la servidumbre que somete a mozos, colonos y aparceros. Régimen de la
servidumbre semejante al de la Edad Media en europea.
Con el nuevo régimen de la tierra, también pudieron adquirir derecho de la
propiedad del suelo, decenas de miles de familias rurales tanto mestizos como
naturales. En Izalco, la familia Ama tuvo propiedades en buena extensión, ya que
eran de las familias emprendedoras, como en Ilopango mis abuelos Chicas; pero a
partir de 1894, que los conservadores volvieron a recuperar el poder político
por medio de los militares oportunistas y pancistas, los agrarios procedieron a
expropiar campesinos con el agiotismo leonino del 25 por ciento de interés, con
el acaparamiento barato de sus cosechas, con la Ley de Prisión por Deuda, ante
lo cual los campesinos preferían entregar sus terrenos que ir a la cárcel. Para
expropiar a los campesinos, los terratenientes se valían de mil marrullerías y
de la tortura.
JOSE FELICIANO AMA TORTURADO Y EXPLOTADO
En Cután, Izalco, Ama me mostró sus dedos pulgares con cicatrices visibles, de
cuando fue torturado por los esbirros del Presidente General Tomás Regalado
(1882-1903), esbirros que le arrancaron el título de propiedad de la hoy
floreciente Hacienda "San Isidro" de la familia Regalado (una de las familias
más importantes de la oligarquía salvadoreña)
AMA SE INCORPORA A LA LUCHA REVOLUCIONARIA
Cuando el Partido Comunista arremetio contra la expropiación de campesinos,
proclamando la confiscación de la tierra mal habida departe de los
terratenientes y exmandatarios para restituirsela a sus antiguos dueños,
Feliciano Ama, aún ya entrado en años, abrazó la causa comunista para organizar
y movilizar a sus congéneres en vias de conquistar sus ligítimas
reinvindicaciones. Los naturales para no ser observados, se reunían
clandestinamente. Para la convocatoria usaban el caracol, instrumento
antiquísimo de comunicación. El paso destinado para la reunión lo indicaba una
hoja de plátano, una rama o una piedra. Aumentaron sus actividades cuando se
intento elegir la autoridad local propia.
Por la actividad de Ama en la campaña electoral dirigida por el Partio
Comunista, el Presidente General Martínez, invitó a Feliciano a Casa
Presidencial para hacerle reflexiones, advirtiéndole que ese "hueso tenía
hormigas coloradas". Ama le respondió: "Sin las hormigas coloradas me devoran, no
importa".
EL FRAUDE ELECTORAL INSURRECCIONO TAMBIEN A LOS INDIGENAS
El 3 de enero del 32, los naturales de Izalco concurrieron a las urnas para
depositar sus votos con fiesta en el alma, dispuestos a recuperar la autoridad
perdida a partir de 1894, pero aún ganando los comicios masivamente, hubo el
fraude descarado e indignante. Seguido del fraude electoral, las autoridades
desataron la persecusión, y con la masacre de huelguistas en los campos de
Ahuachapáan, también los nativos Nahuatl se insurreccionaron.
LOS INDIGENAS VAN AL COMBATE
Como el volcán de Izalco que al extractorar retumba estremecientemente, así los
naturales nahuatl irrumpieron violentos al combate en la hora señalada, haciendo
tambalear a la burguesía y al gobierno. Los Izalqueños lucharon con furor, con
la Bandera Roja de la Hoz y el Martillo en alto, causándole al enemigo numerosas
bajas, a filo de machete, a tiro de escopeta y revólver. Ama obtuvo del comercio
local, todo cuanto necesitaron para ayudarle al pueblo necesitado, firmando
vales a pagar después del triunfo. Se dijo insistentemente que la insurgencia
indígena de Izalco, hizo a las burguesías del lugar, moler maíz y hacer
tortillas para los revolucionarios.
Cuando Ama fué detenido, lo torturaron cruelmente para que revelara planes de la
insurrección, pero el contesto carajudamente: "¡Eso no se dice!". Enseguida fué
ahorcado en las ramas de un arbusto de aceituno (olivo) de la plaza pública,
para saciar cobarde venganza y sembrar el terror en la población.
La prensa diaria decía que los comunistas engañaron al héroe Feliciano
Amas(expresión mía) ofreciéndole tierras, cosa que fué falsa, ya que el
compañero Ama tenía tierras y graneros.
El Frente Farabundo Martí (FMLN) que emprendió la lucha a muerte por conquistar
definitivamente la libertad del pueblo salvadoreño, hizo honor a Feliciano Ama y
a sus congéneres heróicos y elevo su nombre al denominar al Frente Occidental,
Feliciano Ama.
Porque la sangre de nuestros héroes sigue y seguirá presente en la historia
humilde y combativa de nuestro país.
Nació en Izalco, Departamento de Sonsonate, en 1881, y murió linchado por una
turba enardecida y xenofóbica de ladinos, prodictadura y terratenientes, luego
fue colgado de un árbol con un lazo, para dar la impresión que había muerto
ahorcado el 28 de enero de 1932. Usaba pelo corto, bigote y barba bien
recortada, vestía camisa y pantalón de manta, caites de cuero y sombrero de
palma, fue un hombre humilde, respetuoso, de voz apacible, firme y convincente,
no hablaba mucho castellano sino en su lengua natal —el náhuat—, trabajó de
jornalero, gustaba sembrar maíz negro, era devotamente cristiano, querido y
apreciado por los demás indígenas.
Casado con Josefa, hija de Patricio Shupan, quien era mayordomo principal de la
cofradía del Corpus Christi (Espíritu Santo) y a la vez cacique de Izalco.
Feliciano Ama recibió de su suegro respaldo y apoyo, él lo ayudaba a recibir a
los mandaderos de la cofradía, recolectar las ofrendas y lo acompañaba a las
reuniones importantes. Patricio Shupan murió a causa de un sorpresivo fortísimo
dolor de estómago en 1917, luego de asistir a un almuerzo en la residencia
presidencial con uno de los presidentes de la dinastía Meléndez-Quiñónez, Carlos
Meléndez.
Para esos años Patricio Shupan ya reclamaba la expropiación de las tierras
comunales que el gobierno le había arrebatado a los indígenas, la expropiación
de éstas por parte del gobierno, el maltrato inhumano y la extrema explotación
de que eran víctima los indígenas fue la semilla de la discordia que desembocó
en la insurrección indígena y en donde la fuerza armada cometió el peor
etnocidio del siglo XX.
Fueron masacrados más de 30 mil indígenas; este hecho histórico es conocido y
denominado por los historiadores gobiernistas como los "sucesos de 1932". Al
fallecer Shupan, en 1917, Ama se convirtió en el cacique de los indígenas de
Izalco y dirigente de la cofradía del Espíritu Santo, constituida en su
totalidad por indígenas.
Continuó él la demanda por la devolución de las tierras comunales, la denuncia y
la condena por la violación de los derechos humanos cometida contra su pueblo.
Mario Zapata y Alfonso Luna, jóvenes universitarios, al enterarse de los
preparativos de la insurrección indígena liderada por el cacique Feliciano,
llegaron a Izalco como dirigentes del Partido Comunista de El Salvador(PC), con
el interés de aprovechar políticamente la situación con el propósito de que el
PCS tomara la dirección.
Pero era ya demasiado tarde, Feliciano y los otros dirigentes indígenas tenían
previsto el levantamiento indígena y al PCS no le quedó otra opción que
adherirse a la revuelta indígena. En la noche del 22 de enero de 1932, Feliciano
Ama ingresó a Sonsonate con centenares de indígenas, pero en la madrugada llegó
gente extraña al movimiento, proveniente de Juayúa y ésta hizo destrozos,
mataron al alcalde, cometieron acciones vandálicas y toda la responsabilidad se
la atribuyeron injustamente al líder indígena Feliciano Ama, quien luego se
replegó a unos huatales en las afueras de Izalco.
Los ladinos comenzaron a pedir su cabeza y desarrollaron un racismo paranoico.
La misión de atrapar a José Feliciano Ama fue encomendado a Cabrera, comandante
de la guarnición de Izalco y reconocido como un matón que odiaba a los
indígenas. Él salió con varios perros hacia los alrededores de Izalco, iba con
varias decenas de soldados armados "hasta los dientes" vestidos de paisano y
cuando llegaron al lugar donde se encontraba el líder indígena, lo embosca-ron,
lo capturaron y amarrado se lo llevaron. a la alcaldía.
Ama gritaba: ¡vivan los indígenas!, ¡las tierras son nuestras¡, con su asesinato
quisieron de esta forma apagar su voz por la justicia. Feliciano quedó
suspendido de una ceiba frente a la Iglesia de la Asunción, como ejemplo de lo
que le podía suceder a todo aquel que reclamara lo que le habían robado los
terratenientes y los altos funcionarios de la dictadura de Maximiliano Hernández
Martínez y de otros gobernantes anteriores
Sra Por Elizabeth Ferrari - Sunday, Oct. 30, 2005 at 6:22 PM info@dougzilla.com
Yo soy la nieta de Gen. Castaneda, y por la primera vez, estoy leyendo esta
historia. (Disculpen mi Espanol). No se que hacer con esto. Me siento fria, leyendo.
Lo Mas Triste Por Edwin Flores - Monday, Oct. 31, 2005 at 11:53 AM espeedy14@yahoo.com 415-999-6064
Antes de empezar espero disculpen la pobre dramtica en que este humilde
comentario fue expresado por mis entranas. Me siento avergonzado de muchas maneras despues de haber leido este documento,
la razon es muy sencilla; mi pueblo, mi gente, fue acribillada sin piedad y el
pensar que despues de Farabundo Marti nadie tuvo el coraje de levantarse en
armas para defender y levantar la cabeza en alto por los Indigenas. Esa es la
triste verdad, nuestro pueblo ha sufrido humillacion tras humillacion la guerra
civil de los ochentas acabo como un ideal traicionado el costo fue de 75,000 mil
almas solo para terminar como partido politico. Que diria Atlacatl? Me imagino que muchos no saben ni quien es este ilustre
heroe que dio todo por su gente, su raza, su pueblo nuestro pueblo. Nos sentimos
orgullosos de ser Salvadorenos pero en verdad nos sentimos avergonzados cuando
nos llaman indios y hasta levantamos los punos para que no nos insulten de esa
manera. Entramos en el nuevo milenio y cada vez que voy a El Salvador veo a mi
alrededor menos y menos rasgos de nuestra cultura de nuestra gente Maya/Pipil la
cual nosotros los mestizos nos sentimos avergonzados de reconocer nuestros
rasgos. Pueblo Salvadoreno escucha mis palabras recuerda quien eres y cada vez que te
llamen indio levanta la cabeza en alto y da patada en el pecho y di que si "SOY
INDIO Y QUE?" .
Cuerpos de indígenas asesinados por la
oligarquía en Sonsonate en 1932
LA HISTORIA AUN NO LA HEMOS TERMNADO DE CONSTRUIR!
Por TECMAN TULA ARUCHA - Monday, Nov. 21, 2005 at 2:33 AM indioporsiempre@hotmail.com none CHIAPAS MEXICO, SAN CRSITOBAL DE LAS CASAS, QR
Pido a TODO AQUEL QUE ESCIRBE CON UNA PLUMA TOME NOTA DE LO QUE UN INDIO DEL
SIGLO XXI SIENTE LUEGO DE VER ESTAS IMAGENES QUE ME QUEMAN LA MENTE, LA PIEL Y
ME HACEN CORRER LAS LAGRIMAS POR MIS CUENCAS LLAMDOS OJOS DE ALCON ! generacion
que nacimos entre los años 70´s y 90`s poder cambiar las estructuras sociales,
politicas, economicas e Ideologicas de nuestra America Central y principalmente
la de nuestro País El Salvador, ya que es una verguenza que no hayamos podido
durante la pasada ofensiva de 1989 hasta el tope, donde la alta comandancia del
FMLN no tomó el verdadero liderazgo para vencer la FAES, y al gobierno arenero y
militarista que todavia a estas horas gobierna impunemente nuestro país El
Salvador, y además la historia y el pueblo les demandaba en ese momento para
cambiar lo que hasta ese momento se habia pretendido, los acuerdos de paz fue
una burla a los mas de 1,000,000.00 de muertos de esos años de guerra desde 1932
hasta 1992. Actualmente, es una veguenza en la politiqueria que han caído todos
sin exlusion de nadie de toda esa casta de buenos comandantes valientes que
ahora son parte de la oligaquia de El Salvador, pelinadose los curiles de 84
puestos de esa Maldita Asamblea legislativa, que deberia en todo caso ser nada
mas de 14 y pasar ese dinero a los hospitales, quitar las cantinas, los focos
de distribucion de drogas en la Capital, los antros de prostitucion y otras
cosas tipicas que no se pueden tolerar ni idelogicamente ni politicamente,
Basta de Corrupción , es necesario que dejen los espàcios para nuevos lideres de
tantas buenas Universdidades que actualmente existen el El Salvador, Señores la
Historia a sido venebolente con ustedes y los ex coroneles asesinos que
masacraron a la otra parte de Indigenas que habia sobrevevido de la masacre de
los años 32 -1944, Por que no los mandaron a un Juicio por Genosidio? delitos de
lesa humanidad a un tribunal penal Internacional? Será porque los gringos los
protegen, soloi porque son aliados del Imperialismo? baya usted a
saber-------------........? :-( pero............. aun habemos muchos Indios y la
lucha continúa Intelectualmente, No con Armas pero si con ideas frescas, y con
seguridad la Ultima potencia que se levantará prontpo sera LATINOAMERICA UNIDA,
la ganaremos y haremos del Salvadore un pais que garantize Justicia por Igual,.
Trabajo digno y pagado concientemente y ademas con UN VERDADERO SENTIDO DE LA
RESPÒNSABILIDAD HISTORICA QUE DEBERIA DE JUGAR LOS POLITIQUEROS EX-GUERRILLEROS
Y LOS EXMILITARTES ASESINOS! SALUDOS EL NIETO DEL INDIO EL CIPITIO DE
NAHUILINGO, SONSONATE- VIVAN LOS PUEBLOS MAYAS-LENCAS, QUICHES,
AZTECAS,PECOMANES, Y LOS PIPILES-AMAYAS, ASI COMO LOS APACHES, Y LOS TOLTECAS,!
AMERCANISHE CUISTL NOSPE COSTLI MOCNHIS SUTL! ATUHSHNA: TECMAN TULA ARUCHA
Inicio de la explotación agrícola en Centroamérica
A finales del siglo XIX la economía centroamericana fue dirigida por sus
gobiernos liberales al monocultivo del café, que comenzó en Costa Rica pero
llegó a su supremacía de producción en Guatemala y El Salvador. La expropiación
de tierras a la población rural garantizó a los grandes terratenientes mano de
obra abundante y barata. Los mecanismos de cultivo no superaban por mucho los de
la jardinería común. Para acelerar la producción y distribución, Guatemala en
1908 y Costa Rica en 1890, concluyeron la construcción de vías ferroviarias al
océano Atlántico, éstas trajeron como consecuencia la penetración y colonización
bananera y de vías de comunicación por la burguesía norteamericana: United Fruit
Company, la Cuyamel Fruit Company (fusionada con la primera en 1929) y la
Standard Fruit and Steamship Company.
Políticamente se excluyó completamente a la población, que vivía en condiciones
esclavistas y miserables, mientras los gobiernos estaban en manos de personajes
dictatoriales, como Manuel Estrada Cabrera (retratado en El Señor Presidente por
Miguel Ángel Asturias) en Guatemala o por familias como los Meléndez-Quiñones en
El Salvador que gobernaron de 1913 a 1927. El papel del proletariado agrícola,
de sus nacientes sindicatos, la autonomía universitaria en Guatemala y la
invasión política, económica y militar del imperialismo estadounidense, fueron
los elementos detonantes de explosiones sociales que han marcado el desarrollo
revolucionario centroamericano. Es el contexto donde surgieron figuras
importantes para la lucha de clases, entre ellas el salvadoreño Agustín
Farabundo Martí.
El proceso de unificación de Centroamérica ha sido un tema recurrente, sin
embargo el imperialismo ha dado fuertes golpes contra ella y en pro del despojo,
la explotación y represión conjunta, estratégicamente planeada en este
territorio. El apogeo económico que en un principio representó el cultivo y
exportación del café y más tarde del banano no permaneció sin cambios debido a
que son productos perecederos de consumo secundario para muchas culturas. La
depresión de precios del café afectaba a la economía de toda América Central y
con ella los niveles de vida de los trabajadores quienes eran considerados menos
valiosos que un animal de granja. La situación trajo consigo la organización de
la clase obrera y su solidaridad, pues las luchas que se llevaban a cabo en un
país tenían eco en los otros, quienes reconocían la fuerza de la unidad y las
coincidencias de sus aspiraciones de clase en sus luchas.
Farabundo Martí y su lucha junto a los trabajadores
Farabundo Martí nació en Teotepeque, La Libertad el 5 de mayo de 1893, fue el
sexto de 14 hijos. Creció en un ambiente agrícola en las montañas de la costa
balsamera. Ingresó a la Universidad Nacional de su país a la carrera de
Jurisprudencia y Ciencias Sociales. Participó desde su juventud en la lucha
contra el régimen Meléndez-Quiñones que gobernó El Salvador durante 14 años.
En Guatemala la dictadura de Estrada Cabrera, quien gobernó 22 años, estaba
siendo derrotada a través de la lucha del pueblo y dirigida por el Partido
Unionista Guatemalteco. La Asociación de Estudiantes Unionistas fue apoyada
directamente por Farabundo Martí en un acto que le costó la prisión en
Zacatecoluca. Fue deportado a Guatemala en 1920 y continuó sus estudios en la
Universidad San Carlos de Guatemala (USAC).
El espíritu de unidad de clase no nacionalista, lo vemos reflejado en la vida de
Farabundo Martí quien, expulsado de su país, llegó a Guatemala y trabajó como
obrero y peón, se comprometió con la lucha de los trabajadores hasta que fue
denunciado por sus patrones alemanes en las fincas de café y decidió partir a
México. En México se relacionó con el movimiento obrero y estudió la revolución
de 1910.
En 1925 se fundó en Guatemala el Partido Comunista Centroamericano como
seguimiento del movimiento de izquierda que terminó con la dictadura de Estrada
Cabrera. Sin embargo, el dictador Jorge Ubico era presidente entonces y aplastó
el movimiento que representaba un intento de organización política y de
unificación obrera centroamericana. Farabundo Martí tenía el cargo de secretario
del exterior. Después de la disolución del PC centroamericano, Martí regresó a
El Salvador clandestinamente y trabajó entre 1925 y 1928 con la Federación
Regional de Trabajadores de El Salvador.
En 1928 Martí viajó a Nueva York, Estados Unidos donde la dirección central de
la Liga Antiimperialista de la Américas le encargó viajar a Nicaragua como
representante ante Augusto César Sandino que dirigía una de las luchas más
importantes contra el imperialismo en Centro América. Al lado de Sandino alcanzó
el grado de coronel del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, fue miembro
del estado Mayor Internacional de Sandino y su Secretario Privado.
En 1930 regresó a El Salvador y fundó el Partido Comunista Salvadoreño que se
puso a la cabeza de trabajadores del campo y la ciudad descontentos con el
régimen burgués de su país y sus condiciones de vida. La depresión económica
estadounidense de 1929 agudizó la crisis económica y con ella la organización de
la clase trabajadora. A finales de los años 30 Martí fue deportado nuevamente a
Florida en una embarcación con trabajadores que le brindaron su apoyo para
volver al Puerto de Corinto en Nicaragua donde huyó en bote a El Salvador en
febrero de 1931.
La insurrección de 1932 en El Salvador
De 1927 a 1931 gobernó El Salvador Pío Romero Bosque, en 1931 el terrateniente
Arturo Araujo, educado en Londres y simpatizante del laborismo inglés ganó las
elecciones con el apoyo de sindicatos e intelectuales. Sin embargo 10 meses
bastaron para que colapsara su gobierno que mataba de hambre a los trabajadores
y tampoco quedaba bien con la burguesía debido a la crisis económica. Un golpe
de estado en 1931 convirtió a Maximiliano Hernández Martínez (vicepresidente y
ministro de guerra de Araujo) en presidente. Los comicios fraudulentos fueron
determinantes para la movilización del pueblo que suspendió las votaciones en
varias zonas. A pesar de que el gobierno declaró estado de sitio y la ley
marcial, se sucedieron alzamientos y combates en todo el país, miles de
trabajadores, obreros y campesinos pobres con machetes y algunos cuantos fusiles
asaltaron cuarteles, guarniciones policiales, oficinas municipales, telégrafos,
almacenes y fincas.
Mientras tanto el imperialismo norteamericano e inglés enviaban buques de guerra
en apoyo al general Hernández Martínez, quien escribió el siguiente telegrama
avisando su suficiencia: En saludo a honorables comandantes declaramos situación
absolutamente dominada fuerzas gobierno El Salvador. Garantizadas vidas
propiedades ciudadanos extranjeros acogidos y respetuosos leyes de la República.
La paz está establecida en El Salvador. Ofensiva comunista desechada sus
formidables núcleos dispersos. Hasta hoy cuarto día de operaciones están
liquidados cuatro mil ochocientos comunistas" . La insurrección fue
sanguinariamente reprimida.
El 31 de enero de 1932 Farabundo Martí junto con los líderes estudiantiles
Alonso Luna Calderón y Mario Zapata fueron condenados a muerte en el Cementerio
General de San Salvador. El saldo de la rebelión de 1932 varía ente 10 mil y 30
mil muertos. Catastróficas escenas de la masacre podían observarse en todo El
Salvador, las víctimas fueron enterradas casi en la superficie de la tierra
donde pensaría la burguesía que podía ocultarse la opresión sufrida por el
pueblo trabajador y la conciencia de clase salvadoreña.
Por la unificación de la lucha en Centroamérica
Los marxistas sabemos que debemos resumir las experiencias para aprender y
prepararnos para nuevas luchas. No es una utopía burocrática, como dijo Trotsky
en "Problemas de la insurrección y de la guerra civil", estudiar y enriquecer el
arte militar revolucionario. A pesar de las diversas situaciones bajo las cuales
se desarrolla una insurrección, no debe perderse de vista la subordinación de
las acciones a la línea política general la cual tiene que tener como principal
fundamento la orientación al movimiento obrero y a sus organizaciones
tradicionales, sindicatos y partidos, y basada en los métodos que les han
permitido a los trabajadores sus más importantes conquistas: las movilizaciones
masivas y la huelga general.
Las movilizaciones del proletariado deben prepararse minuciosamente, contar con
una planificación que abarque a trabajadores de diferentes sectores y que base
su estrategia en la experiencia y la teoría marxista. El papel que jugaron los
trabajadores centroamericanos y mexicanos permitió el desarrollo y actuación
política de Farabundo Martí, sin embargo la lucha obrera debe actuar
unificadamente para no ser sangrientamente reprimida como lo fue en 1932 en El
Salvador.
A un poco mas de siete décadas de la insurrección revolucionaria del 31, el
pensamiento internacionalista de este que fuera uno de los gigantes en la lucha
de clases de Centroamérica y de toda América Latina durante el siglo XX, sigue
más vigente que nuca. La unificación de la lucha del conjunto de los
trabajadores y campesinos pobres de toda Centroamérica acompañada de un programa
de clase que exponga claramente y sin ningún tipo de prebendas para la
burguesía, aun aquella que algunos llaman "progresista" o "nacionalista", la
necesidad de aniquilar la propiedad privada sobre los principales medios de vida
(las fábricas, la tierra, los bancos, etcétera) es la calve para poner fin la
larga pesadilla del capitalismo. Esas fuerzas deben ser puestas bajo el control
democrático de los trabajadores y campesinos pobres por medio de comités que
planifiquen y administren la producción ya no para el beneficio de algunos
cuantos, sino para el conjunto de todos aquellos que bajo la sociedad burguesa
solo podemos obtener explotación, represión y miseria.
Sólo bajo estas condiciones podrá ser derrotada la oligarquía centroamericana y
erradicado para siempre el feroz yugo que el imperialismo le ha impuesto a las
diferentes naciones de esta región del mundo. Recuperemos el legado
revolucionario de Farabundo Martí.
¡Contra la opresión imperialista! ¡Contra la tiranía de la oligarquía!
¡Viva la Revolución Centroamericana! ¡Por una Federación Socialista de Centroamérica!
La mujer maldijo en voz baja: "Hijos de puta". Acababa de encontrar un juguete,
un humilde caballito de plástico, en la bolsa de atrás del pantalón de uno de
los cadáveres que había recuperado. Los restos pertenecían a un niño de pocos
años de edad. Había sido asesinado por una ráfaga de un arma de fuego,
seguramente un fusil norteamericano M-16.
El hallazgo y la injuria eran obra de Patricia Bernardi, una joven argentina
experta en antropología forense. Bernardi había sido destinada, en octubre de
1992, a la investigación del caso de El Mozote, un caserío en el norte del
departamento de Morazán en donde la Fuerza Armada salvadoreña había masacrado a
unas ochocientas personas en diciembre de 1981, durante un operativo militar de
gran envergadura.
Al ver el juguete, Mercedes Doretti, colega de Bernardi en el Equipo Argentino
de Arqueología Forense, reflexionó: "Normalmente, podríamos utilizar esto para
identificar a la víctima. Aún después de once años, cualquier madre podría
reconocer que esto perteneció a su hijo. Pero aquí también mataron a todas las
madres". Según los rumores, los supervivientes de El Mozote y de los caseríos de
los alrededores no alcanzaban ni la media docena.
A pesar de que habían transcurrido once años desde la masacre, era la primera
averiguación oficial que se realizaba. Las denuncias públicas del hecho fueron
desmentidas una y otra vez; y tanto la Fuerza Armada como los gobiernos que
habían presidido durante la guerra pusieron trabas para que se iniciara un
proceso judicial.
Pero el caso dio un giro radical cuando, el 26 de octubre de 1990, un campesino
llamado Pedro Chicas Romero puso una denuncia penal y abrió un proceso formal en
el Juzgado de Primera Instancia de San Francisco Gotera. Pedro Chicas había sido
uno de los supervivientes y estaba dispuesto a llevar a la justicia a los
culpables de asesinar a toda su familia y a sus vecinos.
La investigación del proceso que inició Pedro Chicas comenzó a avanzar más
rápidamente por instancias de las Naciones Unidas y de la Oficina de Tutela
Legal del Arzobispado de San Salvador, con el objetivo de terminar las pesquisas
necesarias para publicar el Informe de la Comisión de la Verdad, un polémico
documento cuya realización fue acordada por las dos partes durante la firma de
los Acuerdos de Paz. El Equipo Argentino de Arqueología Forense, que también
estaba respaldado por dos prestigiosos forenses, uno español y otro
estadounidense, se había traído como una medida de precaución para que no se
destruyeran pruebas. Según María Julia Hernández, directora de la Oficina de
Tutela Legal del Arzobispado y una de las personas más interesadas en saber lo
que realmente pasó en El Mozote, las injerencias y los inconvenientes que habían
mostrado las instituciones gubernamentales y la Fuerza Armada fue "espantosa".
El olor de la verdad
Después de que los forenses argentinos descubrieran 141 cadáveres durante la
primera etapa de exhumación, en lo que fue la ermita Santa Catarina de El
Mozote, el periodista norteamericano Raymond Bonner rompió a llorar. El llanto
no fue porque conocía a las víctimas, sino porque el tiempo le ayudó a demostrar
que él estaba en lo cierto.
Bonner, un corresponsal del New York Times asignado a Centroamérica, fue el
primer periodista en reportar en el extranjero lo sucedido en El Mozote. La nota
fue publicada en el periódico estadounidense el 27 de enero de 1982, un mes y
medio después de la masacre. El trabajo de Bonner se divulgó tan sólo cinco días
antes de que se decidiera la aprobación de un nuevo aumento en la ayuda
estadounidense al gobierno salvadoreño, desencadenando un torbellino en el seno
político norteamericano y salvadoreño.
La polémica se desató porque el congreso estadounidense había condicionado la
ayuda a cambio de que el gobierno salvadoreño se comprometiera a respetar los
derechos humanos. Al instante, el Departamento de Estado negó que tal situación
se hubiera dado y mucho menos que los militares salvadoreños tuvieran alguna
participación e inició una campaña en contra de Bonner. La presión del gobierno
republicano llegó a tal grado que el New York Times aceptó trasladar a su
corresponsal de Centroamérica hacia otra zona. El periodista que había logrado
llegar hasta el lugar del crimen apenas un mes después y que logró ver decenas
de cadáveres diseminados por los alrededores había perdido la batalla: su verdad
fue transformada en una aberrante mentira por el poderoso aparato estatal
estadounidense.
Pero un segundo reportaje apareció, esta vez en el Washington Post, otro
importante periódico, obra de la periodista Alma Guillermoprieto, y confirmó
todo lo que Bonner había documentado: una masacre de grandes proporciones se
había llevado a cabo en un pequeño caserío en la zona norte de Morazán y los
pocos supervivientes aseguraban que la única responsable era la Fuerza Armada
salvadoreña. Guillermoprieto también había llegado hasta el sitio del crimen y
era testigo. La carnicería, el número de cadáveres al descubierto y las pruebas
de la violencia con las que se asesinó, habían llegado a tal grado que
Guillermoprieto entró en una crisis nerviosa.
Pero los dos reportajes sobre la matanza y su magnitud no hicieron eco y, un día
después de su publicación, la Embajada Norteamericana en Washington envió un
documento al Congreso certificando que "el gobierno de El Salvador está
comprometido con el respeto de los derechos humanos". Cuatro días después, el
aumento del presupuesto de la ayuda económica y militar era aprobado.
La
víspera de un día absurdo
El 10 de diciembre de 1981 fue un día muy agitado para los militares. En la base
aérea de Ilopango se había concentrado la totalidad del Alto Mando del ejército
salvadoreño para celebrar el Día de la Aviación Militar y para graduar a 18
nuevos pilotos. El acto era presidido por los miembros de la Tercera Junta
Revolucionaria de Gobierno, incluyendo los que pertenecían a la Democracia
Cristiana. Pero a 160 kilómetros de ahí, en la zona norte del Departamento de
Morazán, las tropas del batallón Atlacatl realizaban una operación de "limpieza"
en los cantones o caseríos de La Guacamaya, Cerro Pando, Los Toriles, Jocote
Amarrillo, La Joya y El Mozote.
Mientras que los 18 nuevos pilotos eran encomendados a la protección divina de
la Virgen de Loreto, patrona de los aviadores, los oficiales que estaban a cargo
del operativo en Morazán daban la orden a sus tropas de decomisar y destruir
todas las biblias, crucifijos y afiches religiosos. Una extraña contradicción
teológica, pero no militar, porque, un día antes, los periódicos salvadoreños
habían publicado que el ejército salvadoreño desarrollaría la llamada "Operación
Rescate", con el fin de expulsar a los "insurgentes y marxistas del departamento
de Morazán".
La parte norte del departamento de Morazán era considera como la principal "zona
roja" del país, es decir, el sitio con mayor concentración y control por parte
de la milicia guerrillera del FMLN. La idea de despojar a los campesinos de sus
crucifijos y biblias venía de la teoría militar de que el apoyo de la población
civil a los insurgentes se debía, en gran parte, a la penetración de la Teología
de la Liberación como labor de algunos sacerdotes católicos.
El Mozote era un lugar singular. Ahí los católicos eran minoría, al contrario de
todos los caseríos y cantones de los alrededores, y la Teología de la Liberación
no había tenido gran impacto. Además, sus relaciones con la Fuerza Armada
siempre habían sido estables porque no eran colaboradores de la guerrilla. Licho
(alias), uno de comandantes guerrilleros destacado en la zona norte de Morazán,
afirmó que la "gente de El Mozote nos temía".
El Mozote contaba con unos trescientos habitantes, pero muchos otros moradores
de caseríos más pequeños habían llegado a refugiarse ahí por temor a morir en
fuego cruzado o para no ser ejecutados por los soldados si los llegaban a
confundir con guerrilleros. La Operación Rescate había sido planeada desde hace
mucho tiempo y era de gran envergadura; y las fuerzas rebeldes no estaban
dispuestas a irse de manera fácil de su principal bastión: los combates iban a
ser duros y recios. Los campesinos sabían eso y tenían miedo, por eso decenas de
ellos y sus familias se habían refugiado en El Mozote, porque lo consideraban un
sitio seguro: la guerrilla estaba ocupada en preparar una huida estratégica y
era casi absurdo que en ese lugar tuvieran problemas con los militares. Pero lo
absurdo comenzó a convertirse en realidad cuando un avión dejó caer dos
poderosas bombas en la escuela del caserío.
Rufina oyó el llanto de sus hijos
El Atlacatl era el mejor batallón del Ejército Salvadoreño a principios de la
década de los 80. Estaba especialmente diseñado para cercar y aniquilar a las
fuerzas armadas izquierdistas, sus hombres estaban mejor preparados y salían de
la categoría de simples reclutas. El adjetivo calificativo de "las fuerzas
especiales entrenadas por los Estados Unidos" lo acompañaba siempre que aparecía
en los periódicos. Pero no era la única tropa élite que había entrenado Estados
Unidos. También lo había sido el Belloso. Pero el Atlacatl tenía algo que el
Belloso ni siquiera aspiraba a soñar: estaba al mando del Coronel Domingo
Monterrosa, posiblemente el militar salvadoreño más brillante en el campo de
batalla que ha existido, y uno de los más crueles.
Monterrosa había planeado el operativo que buscaba expulsar a los guerrilleros
de la parte norte de Morazán y recuperar el control de la zona. Él mismo le
había dado el nombre: Operación Rescate. La enorme maniobra militar tenía
también otro objetivo muy claro, que era eliminar a los integrantes de la
clandestina Radio Venceremos, definida por Monterrosa como "un alacrán en el
culo".
No estaba solo en la Operación Rescate. Lo respaldaba por el coronel Jaime
Flores Grijalva, Comandante de la Tercera Brigada de Infantería y que tenía a
cargo la supervisión del operativo; por el Mayor Natividad de Jesús Cabrera y el
Mayor José Armando Azmitia.
El batallón Atlacatl ya era conocido en Morazán, pero su reputación entre los
habitantes rayaba en lo cómico, al contrario de lo que sucedía en los periódicos
y con la embajada norteamericana. Ocho meses antes, en el municipio de Arambala,
la primera fuerza élite del batallón Atlacatl había sido derrotada por una
sección de guerrilleros dirigidos por Mena Sandoval, un capitán que había
desertado del ejército. La derrota militar del flamante batallón en su primera
batalla y a manos de un traidor le había valido innumerables bromas de parte de
otros oficiales del ejército y de los divertidos campesinos de los alrededores:
la denominación BIRI que antecedía al Atlacatl y que significa Batallón de
Infantería de Reacción Inmediata se transformó durante los sarcasmos en Batallón
de Infantería de Retirada Inmediata. Monterrosa, que llamaba cariñosamente a sus
tropas como "mis angelitos de la muerte", no había olvidado la afrenta.
Pero Rufina Amaya no sabía nada de esas frustraciones y odios, y jamás se
imaginó que su familia y sus vecinos pagarían por la ofensa.
Rufina había nacido y crecido en El Mozote. Estaba casada con Domingo Claros,
otro habitante de El Mozote, y había procreado cuatro hijos. El destino la
llevaría a convertirse en una de las pocos supervivientes del caserío y testigo
clave de la masacre. Su relato fue parte principal de las publicaciones de
Bonner y Guillermoprieto en los periódicos estadounidenses y, con el paso del
tiempo, ha sido la principal fuente de información para los estudios que ha
realizado las misiones de Naciones Unidas y de la Oficina de Tutela Legal del
Arzobispado.
Un día antes de la llegada de los militares, Marcos Díaz, el dueño de la única
tienda del lugar y el hombre más rico de El Mozote, había convocado a la mayoría
de los pobladores del caserío para comunicarles que había tenido un encuentro
con un oficial del ejército. Según Díaz, el oficial le confió que lanzarían un
gran operativo militar para despejar de guerrilleros la zona norte de Morazán y
que, además, le había prometido que los habitantes de El Mozote no tenían nada
que temer mientras se encontraran en su casa. Rufina recuerda que "un montón de
gente quería dejar el caserío, es que había un gran miedo... pero la mayoría de
gente aceptó lo que él les aseguraba, porque, si dejaban el caserío, caían en el
riesgo de ser atrapados durante el operativo.
Según el Informe de la Comisión de la Verdad y por relatos de Rufina, el
batallón Atlacatl entró en la tarde del 10 del diciembre al caserío y obligó a
todos los habitantes a que salieran de sus casas y que se formaran en filas en
la pequeña plaza del lugar. A la medianoche, se le ordenó a todos que regresaran
a sus casas.
El Mozote estaba atestado de gente, pues por el temor del operativo muchos otros
moradores habían llegado a refugiarse. En total, se calcula que habían entre
seiscientas y ochocientas personas, la mayoría niños.
En
la madrugada del 11 de diciembre, los soldados comenzaron a golpear furiosamente
las puertas y sacaron a la gente a la calle, formaron grupos de hombres, mujeres
y niños. Los hombres fueron llevados a la iglesia y las mujeres y los niños
fueron encerrados en una casa. Mientras se encontraban prisioneros, un
helicóptero aterrizó en la plaza. Transportaba a los colaboradores de
Monterrosa: Grijalva, Azmitia y Cabrera Cáceres. En ese momento, los habitantes
del Mozote comprendieron que lo que sucedía no era un simple exceso de los
soldados, sino que su captura había sido planificada y avalada por un importante
sector entre los oficiales que prepararon el operativo.
Poco después, el helicóptero despegó y los gritos de muerte comenzaron a
resonar. En grupos de cinco y vendados y amarrados de manos, los hombres eran
sacados de la iglesia y fusilados. Los pocos que quedaban agonizando eran
brutalmente decapitados con golpes de machete en la nuca. "A las doce del
mediodía ya habían terminado de matar a todos los hombres", recuerda Rufina.
Domingo Claros, el esposo de Rufina, fue uno de los primeros en morir. "Iba en
uno de los primeros grupos, pero comenzó a forcejear y le dispararon. Estaba
vivo, un soldado se acercó y con un machete lo degolló".
Las mujeres no corrieron mejor suerte, excepto una: Rufina. Los soldados
entraron a la fuerza en la pequeña casa y comenzaron a seleccionar a las mujeres
más jóvenes. La mayoría de madres se opuso, pero fueron sometidas con golpes de
culata de fusil o a patadas. Algunas, para horror de los niños y las mujeres,
fueron asesinadas en el mismo lugar. Las jóvenes fueron llevadas a las afueras
del caserío para ser violadas. Un testigo que ha permanecido en el anonimato
durante todo el proceso de investigación, un hombre obligado a servir como guía
por los oficiales del Atlacatl, reconoció que las adolescentes fueron violadas
durante todo ese día. "Los soldados hablaban sobre las violaciones. Contaban y
bromeaban sobre lo mucho que les habían gustado las niñas de doce años". Después
de violarlas, los soldados las mataban a tiros o las decapitaban.
Las mujeres fueron asesinadas con el mismo método practicado a los hombres: se
les transportaba en grupos de cinco y se les fusilaba; posteriormente se
decapitaban los cadáveres o a las agonizantes. En el penúltimo grupo iba Rufina,
pero dos de las mujeres que iban con ella armaron una trifulca, pidiendo a
gritos por su vida y tratando de huir. Rufina aprovechó la confusión y escapó.
Permaneció toda la noche escondida y pudo ver cómo los soldados terminaban de
matar a las mujeres y a todos los niños, incluso a los recién nacidos. Después
permaneció escondida ocho días en una cueva cercana a El Mozote, hasta que fue
hallada por un tropa de guerrilleros que la recogió, le dio atención médica y la
transportó a un campo de refugiados. Antes de que Rufina se marchara, el equipo
de prensa de la clandestina Radio Venceremos la entrevistó y el 24 de diciembre
publicó la noticia de la masacre. La Junta de Gobierno y la Embajada de Estados
Unidos declararon que el informe "era propaganda izquierdista" y que "provenía
de fuentes consideradas no confiables". La voz de Rufina sería permanentemente
acallada durante once años más.
Angelitos de la Muerte y angelitos muertos
"Este es un operativo de Tierra Arrasada y tenemos que matar a los niños
también", fue la decisiva respuesta de uno de los oficiales a cargo. Según el
hombre que fue obligado a servir de guía, muchos soldados no querían matar a los
niños porque les tenían lástima. Uno de los soldados había protestado diciendo:
"La orden que traemos es que de esta gente no vamos a dejar a nadie porque son
colaboradores de la guerrilla, pero yo no quisiera matar niños".
Pero de nada sirvió ese tímido intento de compasión: para demostrar qué era lo
que se debía hacer, un capitán tomó a un niño de pocos años y le disparó. Otros
siguieron su ejemplo y un oficial atravesó a otro infante con un puñal y después
lo degolló. La masacre de los angelitos había comenzado.
Los niños estaban histéricos. Sus madres habían sido asesinadas y ellos se
encontraban encerrados, llorando y suplicando, viendo cómo algunos de compañeros
de juego eran asesinados. Un pequeño grupo de soldados se colocó en la puerta y
la ventana de la habitación y vació los fusiles M-16 en el grupo de niños que se
había arrinconado en una esquina, en un vano intento de escapar de la muerte.
Después los soldados lanzaron un par de granadas de mano y le prendieron fuego a
la habitación. Si uno de los niños sobrevivió a las balas y a las explosiones,
murió carbonizado por el incendio. El informe de los forenses argentinos reveló
que en esa habitación murieron más de 120 niños menores de 12 años. Rufina
escuchó el llanto y, según ella, pudo reconocer los gritos de sus hijos cuando
los masacraban.
El batallón Atlacatl había practicado a la perfección en El Mozote la "Táctica
de la Tierra Arrasada", que consiste en asesinar a todo ser viviente, incluyendo
gallinas, perros y cerdos, y destruir todo vestigio de construcción. El objetivo
es quitarle el "agua al pez", como los mismos militares reconocen. "El Mozote
estaba en una zona controlada en un cien por ciento por la guerrilla. Cuando tú
tratás de secar esas zonas, sabés que no vas a poder trabajar con población de
ese lugar. Allí nunca vas a tener una base permanente, por eso simplemente
decides matar a todos. Se hace más por frustración que por cualquier otra
razón", reflexionó uno de los asesores del Batallón Atlacatl. Lo cierto es que
los Angelitos de la Muerte de Monterrosa hicieron honor a su nombre en esas
vísperas de navidad.
Masacre
a investigación
"Hemos tenido muchos enemigos... no sólo no están interesados en que se sepa la
verdad, sino que están interesados en que esa verdad no se descubra", explicó
María Julia de Hernández, la directora de Tutela Legal. Según Hernández, las
instituciones gubernamentales han obstaculizado el trabajo de investigación y
han refutado las pruebas que han presentado.
Una parte crucial de la investigación ha sido la pregunta de cómo murió la gente
encontrada en El Mozote. Los datos concluyentes del equipo forense de
antropólogos argentinos desmienten muchas versiones de los militares. Por
ejemplo, la Fuerza Armada, después de admitir que sí hubo considerables muertes
de víctimas civiles, tras la publicación del Informe de la Comisión de la
Verdad, propuso la tesis de que la muerte de los pobladores de El Mozote se
produjo en una situación de fuego cruzado entre la guerrilla y los soldados que
participaban en el operativo militar. Pero el informe de balística efectuado en
la habitación donde murieron los niños y sus alrededores determinó que se habían
encontrado 263 casquillos de bala provenientes de 24 armas diferentes y, de esos
disparos efectuados, 240 proyectiles habían impactado en los cuerpos de los
niños. Un porcentaje de acierto demasiado alto para una situación de fuego
cruzado. Además, los casquillos fueron encontrados sólo en dos lugares, cerca de
la ventana y de la puerta. Es decir, fueron ametrallados a corta distancia. La
única posibilidad es que los niños murieron arrinconados en una esquina de la
habitación, mientras les disparaban desde esos dos lugares, porque los únicos
impactos de bala que se hallaron estaban en el piso y en el lado interior de las
paredes y ninguno en la parte exterior.
Cuando se supo que la mayoría de cadáveres correspondía a niños, Juan Mateu
Llort, director del Instituto de Medicina Legal, declaró que "ese era un
cementerio guerrillero", porque en la "guerrilla andaban un montón de niños".
Pero según el equipo argentino, varias decenas de cadáveres corresponden a niños
muy pequeños, entre ocho meses y cuatro años. Una edad imposible para cargar un
arma y pertenecer a una milicia.
La conclusión de los forenses, de que los niños de El Mozote no murieron durante
un enfrentamiento sino que fueron fusilados a corta distancia, se ve respaldada
por otras pruebas: se halló la trayectoria de nueve proyectiles que atravesaron
a su víctima y después se incrustaron en el suelo. Es decir, los hombres se
vieron obligados a disparar hacia abajo, en diagonal, debido a la corta
distancia que los separaba de sus blancos y a la baja estatura de los niños. No
se descarta que más de algún soldado se paró sobre su pequeña víctima y disparó
directamente encima de ella.
El Mozote es hoy un pueblo fantasma y los aterradores recuerdos en la mente de
los pocos sobrevivientes. La investigación y las exhumaciones continúan, más con
el objetivo de identificar a las víctimas que de iniciar un juicio. Los
encargados están conscientes de que la Ley de Amnistía, aprobada por unanimidad
en 1992, exime a los responsables de cualquier crimen cometido en el contexto de
guerra, aún de uno en el que se asesina a ochocientos inocentes
Durante cuarenta años (1930-1970) el Partido Comunista de El Salvador, PCS, fue
la única organización de izquierda que luchó por los ideales de la democracia,
la justicia social y autodeterminación nacional. La lucha por estos ideales
cobró un gran impulso en los años setenta con el nacimiento de las Fuerzas
Populares de Liberación "Farabundo Martí" (FPL) en abril de 1970, el Partido de
la Revolución Salvadoreña (PRS), más conocido como Ejército Revolucionario del
Pueblo (ERP), en marzo de 1972; la Resistencia Nacional (RN), como escisión del
PRS, en mayo de 1975, y el Partido Revolucionario de los Trabajadores
Centroamericanos, PRTC, constituyó el 25 de enero de 1976.
El multifacético proceso de diferentes formas de lucha armada,
político-electoral, económica y social, desplegadas por separado por cada una de
las cinco organizaciones durante la segunda mitad de los setenta, aceleró la
maduración de la crisis nacional, la cual, junto con el triunfo de la Revolución
Popular Sandinista, el 19 de julio de 1979, y el estallido de la situación
revolucionaria tras el golpe de estado del 15 de octubre de 1979 y la
posibilidad de resolver el problema del poder, fueron factores objetivos que
estimularon la necesidad de la unificación de la izquierda revolucionaria.
Así, el 17 Diciembre de 1979, en la cresta de la crisis nacional, las FPL, la RN
y el PCS suscribieron el primer acuerdo de unidad con la constitución de la
Coordinadora Político-Militar, CPM, cuyo primer manifiesto fue dado a conocer el
10 de enero de 1980. En el mismo se dejaba abierta la posibilidad para que se
incorporaran el resto de organizaciones de izquierda y se proclamaba el carácter
democrático de la revolución, sus fundamentos históricos, la orientación
socialista de la misma y los contenidos programáticos inmediatos.
El 11 de enero de 1980 se constituyó la Coordinadora Revolucionaria de Masas,
CRM, integrada por las organizaciones de masas siguientes:
a) Bloque Popular Revolucionario, BPR, de las FPL, nacido el 30 de julio de
1975;
b) el Frente de Acción Popular Unificado, FAPU, de la RN, nacido en septiembre
de 1974;
c) las Ligas Populares 28 de Febrero, LP-28 del ERP, nacidas en marzo de 1977,
tras las luchas populares en contra del fraude electoral de febrero de ese año;
d) la Unión Democrática Nacionalista, UDN, partido político legal utilizado por
el PCS para la lucha política electoral y la creación de la coalición Unión
Nacional Opositora, UNO, con los partidos Demócrata Cristiano, PDC, y Movimiento
Nacional Revolucionario, MNR, adherido a la socialdemocracia, coalición que ganó
las elecciones presidenciales de febrero de 1972 y 1977, victorias electorales
arrebatadas con fraudes por la dictadura militar; y
e) la Liga para la Liberación del PRTC nació en abril de 1975 y luego en 1979 se
transformó en el Movimiento de Liberación Popular, MLP, quedando así integrada
la CRM con todas las organizaciones populares de la izquierda revolucionaria.
Paralelamente, a comienzos de marzo de 1980, se avanzaba en la construcción del
Frente Democrático Salvadoreño, FDS, con las siguientes organizaciones:
Movimiento independiente de profesionales y técnicos de El Salvador (MIPTES),
Movimiento Popular Social Cristiano (MPSC), desprendimiento importante del
Partido Demócrata Cristiano, PDC, Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), de
la Internacional Socialista; Federaciones Sindicales; pequeños empresarios así
como agrupamientos de militares retirados, incluyendo el Coronel Ernesto
Claramont quien fuera candidato presidencial de la Unión Nacional Opositora en
1977, así como personalidades políticas y sociales. Como observadores se
afiliaron: La Universidad de El Salvador y la Universidad Centroamericana "José
Simeón Cañas ".
Con la confluencia del Frente Democrático Salvadoreño, FDS, que duró 17 días, y
la CRM, nació el Frente Democrático Revolucionario, FDR, que hizo su aparición
pública el 17 de abril de 1980.
El 22 de mayo de 1980 se constituyó la Dirección Revolucionaria Unificada, DRU,
con la participación de las FPL, RN, ERP y PCS, integrada con tres miembros de
las Comisiones Políticas de cada uno de esos partidos revolucionarios. En el
manifiesto dado a conocer se dijo: "Habrá en adelante una sola dirección, un
solo plan militar y un solo mando, una sola línea política".
El 10 de Octubre de 1980 fue creado el FMLN, integrado originalmente con
aquellas cuatro organizaciones y luego, en diciembre de ese año, se incorporó el
PRTC. Esta decisión precedió al lanzamiento de la Ofensiva General del 10 de
enero de 1981, con la cual comenzó el despliegue de la Guerra Popular
Revolucionaria propiamente tal.
La profundización de la guerra, la intervención creciente del gobierno de los
Estados Unidos en la misma y el nuevo ascenso de la lucha social, fueron
factores objetivos que presionaron al avance del proceso unitario. En mayo y
junio de 1985, la Comandancia General, además de definir los aspectos
fundamentales de la estrategia y el programa para el período, de cara al
problema del poder, trazó la línea de avanzar gradualmente hacia un partido
unificado y asumir como estratégica la alianza FMLN- FDR. La unanimidad dentro
del FMLN en todos los aspectos claves de la lucha para el período, permitieron
superar obstáculos para el avance del proceso unitario y por supuesto para la
lucha.
Desde entonces la unidad fue cada vez más profunda. Las organizaciones miembros
dejaron de elaborar líneas y planes propios, y pasaron a ejecutar la líneas y
los planes elaborados por la Comandancia General. Así, con línea general,
estrategia y planes comunes, se llegó al desenlace negociado de la guerra, a la
ejecución de los acuerdos de paz y -hasta cierto punto- a las elecciones
generales de 1994 y, en una carrera contra los tiempos políticos, el FMLN tuvo
que transformar sus estructuras y fuerzas que funcionaron para la guerra, en
estructuras y fuerzas para la lucha política y social.
Los enemigos del FMLN habían asegurado que al desarmarse desaparecería, pues,
sostenían, que su única fuerza descansaba en las armas. La derecha se esforzó
por que el FMLN mantuviera atados a la mayoría de sus cuadros al cumplimiento de
los acuerdos de paz, de manera de neutralizar sus fuerzas para la lucha política
electoral de las llamadas elecciones del "siglo" y asegurar así una derrota
estratégica del FMLN y de la revolución, lo cual no ocurrió, sino todo lo
contrario.
Después del largo proceso de guerra revolucionaria, la tarea de forjar un nuevo
partido no fue fácil, hubo que superar el muro del terror levantado por más de
sesenta años de represión, las actitudes mañosas de los políticos de derecha que
querían impedir la legalización del FMLN como partido político y las
dificultades de la organización del partido a nivel nacional. El trabajo fue
enorme, el proceso orgánico multiplicó por varias veces la cantidad de sus
miembros y en pocos meses el FMLN se convirtió orgánicamente en el segundo
partido político más importante del país.
LUCHA DEL FMLN COMO PARTIDO POLITICO
Luego de superados los obstáculos políticos, el uno de septiembre de 1992 fue
firmada la escritura pública de fundación legal del FMLN, contando como testigos
de ese acto histórico a Monseñor Arturo Rivera y Damas, Arzobispo de San
Salvador y Monseñor Gregorio Rosa Chávez, y fue hasta el 14 de diciembre de ese
año, un día antes de finalizado formalmente el cese del enfrentamiento armado,
que el Tribunal Supremo Electoral admitió su registro legal y le otorgó al FMLN
la personería jurídica. Así quedaban atrás más de sesenta años de lucha
clandestina de los revolucionarios y comenzaba una nueva etapa histórica de
luchas dentro del marco de la legalidad y nueva institucionalidad generada por
el Acuerdo de Chapultepec.
A partir de entonces el FMLN comenzó una intensa jornada de esfuerzos
organizativos y de institucionalización del partido, de realización de
convenciones municipales y departamentales hasta culminar en la Primera
Convención Ordinaria del 4 de Septiembre de 1993. Pese a los grandes esfuerzos
de la derecha por debilitar profunda y estratégicamente al FMLN, esa primera
Convención fue una demostración de la vitalidad política de que gozaba el FMLN.
No obstante las dificultades internas que impidieron definir la estrategia
política electoral, en aquella Convención se aprobó la participación del partido
en las elecciones generales de marzo de 1994, se autorizó al Consejo Nacional a
concertar coaliciones, pactos y entendimientos políticos que fueren necesarios,
se ratificó a los candidatos a la Asamblea Legislativa, se aprobó un documento
base de plataforma programática y tomó la decisión de apoyar la candidatura
presidencial del doctor Rubén Zamora por la Convergencia Democrática y eligió al
doctor Francisco Lima como candidato a la vice-presidencia de la República. En
suma, la primera Convención Nacional preparó políticamente al FMLN para la
batalla electoral de marzo-abril de 1994.
De esas elecciones el FMLN surgió como la segunda fuerza política nacional, con
bases electorales y políticas en los 262 municipios del país, resultado
completamente inesperado por la derecha. En esas elecciones el FMLN ganó 15
alcaldías y 21 diputados (de un total de 84), con un total de 287 mil votos,
equivalentes al 21.39% de los votos válidos.
Independiente de los resultados de esas elecciones, el ERP y la RN,
principalmente, optaron por seguir el camino "socialdemócrata" , abandonar las
filas revolucionarias y pasarse al campo de la derecha, supuestamente de "centro", llevarse siete de los 21 diputados y crear el Partido Demócrata, PD.
Esto último solo después de haber intentado, en la Convención Extraordinaria del
28 de Agosto de 1994, apoderarse del control del FMLN y conducirlo por el camino
"socialdemócrata" y, como último esfuerzo, tras haber fracasado en aquel
intento, hacer desaparecer al partido y llenar el supuesto vacío que el FMLN
dejaría creando el mencionado PD.
En septiembre de 1994, tras la Convención Extraordinaria del 28 de agosto de ese
año, quedó evidenciado que la multiplicación de estructuras y recursos de cada
partido, paralelas a las del FMLN, habían entrado en conflicto con la necesidad
de avanzar con eficacia en la lucha política y social y obstruían el proceso de
unificación. Por ello, en su resolución especial de la Segunda Convención
Ordinaria del 18 de Diciembre de 1994, resolvió "avanzar con paso firme hacia la
unificación del FMLN como un partido democrático, revolucionario y pluralista" y
"llamar a los afiliados a trabajar con entusiasmo y seguridad para impulsar la
unificación del partido y construir un FMLN más fuerte, más democrático, más
ligado al pueblo y sus luchas y, sobre todo, más unido".
Atendiendo esas orientaciones, en junio de 1995, tras varios meses de debates,
el Consejo Nacional determinó que el FMLN debía transformarse en un partido de
tendencias y, además, en un partido socialista. Ello significaba trabajar por la
gradual disolución, durante 1995, de las estructuras de cada partido y
organización integrantes del FMLN y dar paso a estructuras únicas. Las
convenciones municipales y departamentales que se desarrollaron en adelante,
hasta culminar en la Tercera Convención Nacional Ordinaria de los días 17 y 18
de diciembre de 1995, se realizaron con esa perspectiva . Así, por resolución de
esta convención, el FMLN dejó de ser un partido de partidos y agrupamientos, y
transformarse en un partido de tendencias en transición hacia una nueva fase
superior en el proceso de construcción de un solo partido unificado.
La desaparición de las anteriores estructuras paralelas de cada partido le
permitió al FMLN preparar la propuesta de estrategia de desarrollo económico y
social (abril, 1996), la realización en nuestro país del VI Encuentro del Foro
de Sao Pablo ( 26-28 de julio, 1996), las convenciones municipales y
departamentales que culminarían con la IV Convención Nacional Ordinaria, en
octubre de 1996, cuyas resoluciones sobre la plataforma electoral y ratificación
de candidaturas a la Asamblea Legislativa y Concejos Municipales, dotaron al
partido de las herramientas para librar las batallas electorales del 16 de marzo
de 1997.
De las elecciones para diputados y alcaldes de marzo de 1997 el FMLN salió
fortalecido, obtuvo una importante cuota de poder legislativo y municipal[1], y
por lo mismo con mayores compromisos y responsabilidades ante los desafíos
nacionales y los retos internos de democratización y modernización, reforzando
su naturaleza revolucionaria, pluralista y socialista.
En la unidad y su profundización ha descansado la fortaleza del FMLN y la
convicción de quienes, desde dentro y fuera del país, siguen viendo al partido
como la esperanza de los anhelos populares y factor principal de las
transformaciones democráticas y revolucionarias que nuestro país necesita.
A partir de julio de 1997 comenzó una intensa jornada de convenciones
municipales y departamentales, que culminaron con la realización de la V
Convención Nacional Ordinaria, en diciembre de ese año, y de la cual surgieron
las nuevas autoridades que guiaron la lucha del partido en las elecciones
presidenciales de 1999. Pero, en lugar de terminar con las tendencias como fase
de transición, de esa Convención el partido se estructuró en agrupamientos de
corrientes de pensamiento, discrepantes entre si acerca de aspectos
fundamentales, como, por ejemplo, el proyecto de la revolución democrática, la
estrategia política y programa para las elecciones presidenciales de 1999, lo
cual incidió en la victoria electoral, en primera vuelta de los neoliberales: de
hecho se configuraron y estructuraron dos agrupamientos, el de la corriente
revolucionaria socialista y el de la corriente socialdemócrata, en disputa por
el control del partido, formalmente en manos de este último agrupamiento (los
así llamados renovadores).
La definición de una estrategia electoral con la cual el FMLN enfrentó las
elecciones para diputados y concejos municipales del año 2000, diferenciándose
tajantemente de la política neoliberal de ARENA, y de la estrategia aplicada por
el equipo de conducción anterior (renovadores) para las elecciones
presidenciales de 1999, le permitió al partido superar en diputados al partido
de gobierno y obtener triunfo en la mayoría de cabeceras departamentales y
principales municipios del área metropolitana y gobernar más de la mitad de la
población del país[2].
Pese a ello, la estructuración en grupos alrededor de "corrientes de
pensamiento", con funcionamiento incluso paralelo, se acentúo debilitándose la
cohesión interna del partido. Fue en la Convención de diciembre del año 2000 que
se decidió dar pasos en la dirección de fortalecer la unidad del FMLN: separar
las funciones electivas de la Convención para que la misma se dedique a definir
estrategias y líneas, dejando en manos de la votación secreta y directa de los
afiliados del partido la elección de autoridades del partido y candidatos a
cargos de elección popular, en aras de avanzar en la democratización interna del
partido y, al mismo tiempo, reformar los estatutos confirmando el carácter
revolucionario y socialista del partido, así como no reconocer estructuras
paralelas de funcionamiento de agrupamientos o corrientes de pensamiento.
El 25 de noviembre del 2001 se realizaron las primeras elecciones de autoridades
del partido, nacionales, departamentales y municipales, mediante voto secreto y
directo de los afiliados del partido, claramente identificados con los
principales agrupamientos, los revolucionarios y los "reformistas" o
renovadores. La victoria surgida de la votación fue contundente a favor de la
corriente revolucionaria socialista, y derrotada y fracasada en sus propósitos
los renovadores.
Los nuevos organismos de dirección, derivados de los resultados de las
elecciones internas, le imprimieron el carácter revolucionario al estilo de
conducción y a la lucha política y social del partido, debilitada principalmente
por los conflictos internos. En el FMLN dio comienzo a un proceso de unificación
y cohesión alrededor de la estrategia de lucha para período, proceso favorecido
por la decisión de los "renovadores" o reformistas, de abandonar las filas del
partido y la lucha por la revolución democrática.
Así, prepararse para asegurar importantes avances en las elecciones legislativas
y municipales del 2003 y organizar un poderoso movimiento social, y, junto a
otras fuerzas democráticas, obtener la victoria presidencial en las elecciones
del 2004, son las tareas estratégicas principales de este período. Para ello el
partido ha comenzado a dar pasos de avance en su proceso de unificación,
organizativos, pero sobre todo alrededor de su programa, estrategia y
reafirmación de su naturaleza revolucionaria, para actuar en consecuencia con
los desafíos y retos históricos planteados, hacer del partido una organización
de "luchadores sociales, de trabajar por hacerse llegar "mas pueblo y más
revolucionarios "y a "unificarse más"en aras de la lucha por el poder
Comisión Nacional de Educación Política, FMLN Septiembre, 2002
-------------------------------------------------------------------------------- [1] De 14 diputados con que se quedó después de que el ERP y la RN decidieron
abandonar al partido, el FMLN ganó 27 diputados ( 370 mil votos),con el 33.02%
de los votos válidos, y 54 alcaldías.. [2] El FMLN obtuvo 31 diputados, dos más que el partido del gobierno de derecha
neoliberal, con 426 mil votos, equivalentes al 35.22% de los votos válidos,
convirtiéndose en el partido con más diputados y obtuvo 80 alcaldías, incluyendo
ocho de las 14 cabeceras de Departamento. Al abandonar al partido, los llamados
así mismos Renovadores, seis diputados renovadores se retiraron del FMLN.