The Forestal Land, Timber and Railways
Company Limited fue una empresa inglesa que se instaló en Santa Fe en 1906 por
una cesión de tierras que la provincia hizo para saldar una deuda con otra
empresa británica. La empresa explotó durante sesenta años casi dos millones de
hectáreas de bosques de quebracho más importantes del planeta, que se alzaba en
el Chaco austral. Lo que quedó fue un páramo incultivable, decenas de pueblos
fantasmas y el recuerdo del horror en miles de argentinos y sus descendientes.
La Forestal es el nombre de una
empresa argentina de capitales extranjeros que manejó buena parte de la
actividad política y económica de un sector del norte argentino a fines del
siglo XIX y a principios del siglo XX. Su nombre es tristemente recordado por
haber significado la destrucción de una parte importante de los recursos
naturales, la explotación de sus trabajadores y los oscuros contactos con el
poder de turno.
La devastación natural
Esta empresa de origen inglés, pero además con capitales franceses y alemanes,
fue iniciada en 1872 a raíz de un empréstito perjudicial que la Argentina
obtiene con la empresa Murrieta de Londres. Esta firma llevó a la desastrosa
explotación de 1.500.000 hectáreas de quebrachales en el Chaco Austral (norte de
la provincia de Santa Fe, sur de la provincia del Chaco y noreste de la
provincia de Santiago del Estero). Según algunas versiones, la explotación llegó
hasta la zona de El Impenetrable chaqueño. La empresa exportaba postes y
durmientes para el ferrocarril, rollizos y, esencialmente,
tanino.
Mecanismos espurios
La firma se propagó y llevó adelante el usufructo, a saber: compra de tierras a
precios miserables, subsidios de la Nación y de las provincias sin pagos de
devoluciones y constantes sobornos a funcionarios públicos. Un caso por
antonomasia era el de Lucas González, quien era uno de los representantes de la
firma Murrieta en el país pero, a la vez, era el funcionario nacional encargado
de negociar con la misma empresa sobre los alcances de la misma.
Estado dentro de un Estado
La Forestal resultó ser un gran negocio para sus múltiples dueños que contaba
con ferrocarriles, puertos propios y pagaban a sus vapuleados trabajadores con
vales que éstos a su vez debían de canjear en los almacenes de la mismísima
empresa. El caso alegórico fue de Aniceto Barrientos de Villa Ana (Santa Fe)
que, durante su vida de asalariado en la empresa, fue contabilizando cuántas
veces recibía el mismo vale con el mismo número y llevando la anotación en un
cuaderno registró 137 veces. La Forestal además tenía una fuerza propia de
represión, la "gendarmería volante", financiada por la propia empresa y armada y
uniformada por el gobierno provincial del gobernador Enrique Mosca quien sería
luego candidato a vicepresidente por la Unión Democrática en 1945.
Las
huelgas: muerte y represión
Las grandes luchas obreras contra la empresa comenzaron en 1919 y que contaron
con la colaboración de los anarquistas de la FORA además de socialistas y
sindicalistas libres.
La primera huelga en el mes de julio fue en reclamo de un aumento salarial,
jornada de solo 8 horas de trabajo y suspensión de masivos despidos compulsivos.
La segunda huelga, se produjo entre diciembre de 1919 y enero de 1920 en la cual
el gobierno nacional movilizó a soldados del Regimiento de Infantería Nº 12 de
Rosario con asiento en Rosario.
La tercera huelga en La Forestal del año 1922 fue la más importante y culminó
con una salvaje represión, lo cual la "gendarmería volante" y otras formaciones
parapoliciales impunemente patrocinadas por el gobierno de Hipólito Yrigoyen
actuaron despóticamente con un saldo de centenares de muertos y 19 dirigentes
huelguistas condenados a la cárcel.
En el cuaderno del capataz Aniceto Barrientos registraba lo siguiente: "a los
muertos los apilaban uno sobre otro, le clavaban el cuchillo en la nuca por si
estaban vivos, desde ese día tenía miedo de volver a trabajar porque nos miraban
con odio, como si fuéramos perros sarnosos".
El final de la empresa
La firma se retiró del país en el año 1966 debido a la brusca caída de los
aranceles internacionales de la madera y el tanino reemplazado por nuevos
productos.
La Forestal dejó graves consecuencias económicas, ecológicas, y humanas. La
acentuación de la tala del quebracho para la ganancia capitalista agotó ese
recurso natural, en lo humano y económico el 95% de sus trabajadores no pudieron
jubilarse, muchos perdieron sus hogares, las industrialización fue destruida y
los pueblos se empobrecieron y su gente alimentó los suburbios de las grandes
ciudades creando villas miserias.
Los bosques y montes naturales de la
provincia de Santa Fe apenas representan el 14 por ciento de los existentes en
1935. Eso es lo que se desprende del reciente informe de la Secretaría de
Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación que comparó las cifras que pintan
el paisaje de la deforestación impune que se generó en los últimos setenta años.
Una pérdida varias veces millonaria en dólares que ningún gobierno provincial
reclamó a favor de los santafesinos. Al contrario, a lo largo de la historia del
siglo veinte, el Estado ha pagado precios muy altos por las tierras yermas,
consecuencia de la depredación que generaron, fundamentalmente, dos grandes
empresas: La Forestal, en el norte, y Celulosa, en el sur. Ambas firmas tuvieron
un poder político superior al de los gobiernos locales que debieron controlarlas
y que siempre obedecieron sus reclamos. Ahora que varios legisladores plantearon
la necesidad de cuidar lo poco que queda de la flora autóctona también sería
bueno que alguien, aunque sea una vez, reclame por los daños ocasionados a la
población a través de la explotación irracional de la naturaleza.
El informe
Historias de un hachero. Quebracho, tanino y vida
en los obrajes. Extracto de una entrevista realizada en el pueblo de Los Amores,
a 500 kilometros de Santa Fe, Argentina (2006)
El trabajo fue realizado por la
Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación y el Instituto
Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), en el marco del Programa de Acción
Nacional de Lucha contra la Desertificación.
De 1.100.000 kilómetros cuadrados de bosques naturales que contabilizó el censo
forestal de 1935 sólo quedan poco más de 330.000. En aquel entonces, el 39 por
ciento del territorio nacional estaba cubierto de bosques; hoy, la superficie
boscosa no llega al 12 por ciento.
"Un problema grave que estamos teniendo es la expansión desordenada de las
fronteras agrícolas. Para frenar esta situación vamos a impulsar subsidios para
quienes protejan los bosques y, aunque el Estado nacional no tiene injerencia
directa sobre los recursos naturales (porque son patrimonio de las provincias),
vamos a promover una ley de ordenamiento territorial, para asignar cantidades de
hectáreas para cada uso", dijo Atilio Savino, titular de la Secretaría de
Ambiente, que depende del Ministerio de Salud.
"Se están sacrificando superficies ricas en biodiversidad, destinándolas a fines
bendecidos circunstancialmente por vaivenes del mercado de efímera duración. Se
está extendiendo la frontera agropecuaria a fuerza de arrasar bosques y selvas y
desplazar importantes comunidades rurales. Creo que debemos avanzar hacia una
ecología social, a través de procesos productivos más sustentables", agregó el
titular de esa cartera, Ginés González García.
El informe advierte, a su vez, que en esta pérdida de biodiversidad, en este
empobrecimiento cualitativo de nuestros bosques, se juega la suerte del 40 por
ciento de sus especies vegetales y animales. De hecho, ya hay unas cuantas
amenazadas: corren peligro de extinción, entre otros, el pino paraná y el palo
rosado, en Misiones; los lapachos, las quenoas y el roble amburana, en la selva
de Yungas; el palo santo y algunas especies de quebracho, en el Chaco; y los
alerces y algunas araucarias y cipreses, en el Sur.
Cada año, todavía, se desmontan unas 30.000 hectáreas de bosques. "Nosotros
aseguramos que son muchas más. Estamos documentando qué está pasando con el 30%
de bosques que nos queda y recibimos a diario denuncias sobre el tema. En Salta,
hasta se están vendiendo reservas ecológicas para sembrar este cultivo", alerta
Emiliano Ezcurra, de Greenpeace. Los lugares más castigados son las selvas de
Yungas y la misionera, el monte chaqueño y Tartagal, en Salta.
El caso santafesino
En 1935, la superficie de bosques y montes naturales en la provincia de Santa Fe
sumaba 59 mil kilómetros cuadrados.
Hoy, en 2004, apenas 8.253 kilómetros cuadrados.
Solamente el 13,98 por ciento de lo que había siete décadas atrás.
Es decir que se perdió el 86 por ciento de lo que había.
¿Quién se hace responsable por esos 50.747 kilómetros cuadrados de bosques y
montes naturales que ya no existen en la provincia?.
¿Cuánto dinero representa semejante superficie que tuvo, además, un costo
ecológico, sanitario y social de proporciones para los habitantes de Santa Fe?.
Detrás de ese saqueo también existe una historia de permisos otorgados por el
propio Estado a favor de la explotación irracional de los recursos.
Asimismo se verifica un mínimo control de las ganancias que obtuvieron las
grandes empresas dedicadas a la extracción y comercialización de los árboles.
Se cobraron impuestos mínimos en relación a los excedentes que tenían esas
firmas y, a posteriori, se pagaron altos precios para la reestatización de
territorios convertidos en virtuales desiertos.
Hacia mediados de los años noventa, el cálculo de lo que solamente fue explotado
por La Forestal estiraba la cifra del costo ecológico a 3 mil millones de
dólares.
Nadie reclamó por esta legítima acreencia que tiene el pueblo santafesino.
Esos 50.747 kilómetros cuadrados de bosques y montes naturales que ya no son,
forman parte de tres procesos de explotación irracional de los recursos
naturales: el quebracho colorado en el norte, el eucalipto blanco en el sur y el
talado indiscriminado que ahora sirve de base para plantar soja en regiones que
antes poseían una gran diversidad natural.
La Forestal
Tema número 2 del disco La Forestal. El
desencanto. La voz es de Enrique LLopis, la letra de Rafael Ielpi.
Treinta y siete cajas de hierro
partieron del puerto de Liverpool el 10 de marzo de 1874, embarcadas en el buque
"Gassendi". El destino era Santa Fe, traían 180.187 libras esterlinas.
Era el total de un empréstito celebrado por la firma londinense Murrieta &
Compañía y el gobierno de la provincia con el objetivo de conformar el capital
inicial del Banco Provincial de Santa Fe.
El crédito se había firmado el 22 de junio de 1872 y el apoderado de la
prestamista era el doctor Lucas González, quien luego también arbitraría de
representante del Estado santafesino a la hora de saldar la deuda.
En julio de 1881, la deuda era de 110.873 libras esterlinas y 3 chelines.
La provincia, a sugerencia del polifuncional Lucas González, decidió pagar ese
compromiso con tierras fiscales.
Se le otorgaron, entonces, 668 leguas de territorio. Fue por medio de una ley de
la propia legislatura santafesina sancionada el 5 de octubre de 1880.
"Los capitalistas de Londres cumplían a conciencia con su función, como que eran
hombres de una nación imperialista; la responsabilidad debemos buscarla -a esta
altura del estudio que realizamos- en tierra argentina, y a ella es ajena el
pueblo, gobernado por el régimen de una democracia permanentemente escamoteada",
escribió Gastón Gori en su imprescindible "La Forestal. La tragedia del
quebracho colorado", editado en 1965.
La escritura debía ser firmada por
el mismísimo Juan Bautista Alberdi que intervenía a nombre del gobierno, pero no
lo pudo hacer por problemas de salud. Lo reemplazó un inglés, Federico Woodgate.
Junto a Lucas González, firmaron "la entrega del Chaco santafesino en una
extensión de 1.804.563 hectáreas".
El gobierno cobró 1.002.594 pesos, pero devolvió en juicios reivindicatorios la
suma de 3.212.190 pesos.
Así nació la Santa Fe Land Company, después Compañía de Tierras, Maderas y
Ferrocarriles La Forestal Limitada, después La Forestal Argentina Sociedad
Anónima de Tierras y Maderas y Explotaciones Comerciales e Industriales.
En 1915, un diputado provincial de Santa Fe, Romeo Saccone, salió en defensa de
La Forestal diciendo que "pretender gravar con un sistema impositivo elementos
primordiales del progreso, cuando precisamente el Congreso Nacional para ayudar
toda iniciativa privada, suprimió totalmente los derechos a la importación de
rieles, no sería digno de una provincia que pretende y con razón ser uno de los
exponentes más firmes del adelanto y de la civilización en este país". Esos eran
los empleados de la empresa.
En 1965, cuando los ingleses
decidieron retirarse del latifundio, el gobierno de la provincia decidió
pagarles 2,5 millones de pesos la legua cuadrada de peor calidad y 3,75 millones
de pesos por legua cuadrada de estancia. Decía Gori que con esto "siguen
haciendo los ingleses sus negocios millonarios, mientras en esferas gubernativas
se exhibe como un triunfo, lo que es una nueva conquista de la compañía que
acumula ganancia sobre ganancia".
La empresa tuvo su propia bandera, su policía brava, sus ciudades, puertos y
ferrocarriles, moneda propia y más de 20 mil trabajadores, entre los que no se
contabilizaron los diputados, comisarios, jueces de paz y otros influyentes
funcionarios que recibían distintos favores de la empresa, como queda dicho.
Hubo poblaciones que recibieron los nombres de algunos presidentes del
directorio de la empresa, como sucedió con Patrick Ogilvie Campbell, que le
prestó su apellido al lugar en donde suele vivir el ahora senador nacional
Carlos Reutemann, Llambí Campbell.
La Forestal explotaba también campos en los departamentos del centro y sur
provincial, como San Martín, Belgrano y General López. Un dominio sobre la
mayoría del territorio santafesino.
La Forestal - Crónica Cantada - Enrique LLopis / Rafael Ielpi.
Mientras tanto le pagaba a la
provincia 300 mil pesos en moneda nacional pero tributaba casi 9 millones de
pesos a la corona británica, según el balance del año 1916.
Entre 1947 y 1957, las ganancias de la empresa se calculaban en 50 millones de
dólares y hacia 1963, sus excedentes eran del orden de los 750 millones de pesos
nacionales.
En forma paralela, desaparecía el quebracho, se cerraban las fábricas y crecía
la desocupación y las poblaciones iniciaban el exilio interno.
También estuvieron las huelgas heroicas de los obreros y hacheros de 1919 y
1921, salvajemente reprimidas y algunas denuncias contra la explotación en la
legislatura provincial durante los años cuarenta.
Gastón Gori se lamentaba en 1965 que "en más de 2 millones de hectáreas no
existe ni una sola biblioteca y un censo de lectores daría un índice cultural
prácticamente nulo".
Contaba que en 1963, "La Gallareta se conmovía por el cierre de su fábrica de
tanino; pero la Compañía ni remotamente se cerraba como consecuencia de un
descalabro económico; por el contrario, sus ingresos brutos en ese año fueron
del orden de los 547 millones de pesos, así como en 1962, después de la clausura
en Villa Ana, fueron de 463 millones de pesos. Centenares de millones por un
lado, desocupación y miseria por el otro", sostenía el notable escritor
santafesino.
A cuarenta años del cierre de las últimas fábricas de tanino de La Forestal, los
números oficiales de los censos forestales hablan del desierto que siguió a la
empresa.
Solamente si la provincia oficiara de representante del pueblo santafesino
tendría la posibilidad de demandar a los herederos de la firma en millones de
dólares por exclusivamente el costo ecológico.
Lo social, lo humano, lo cultural, lo perdido por los impuestos mal cobrados,
sumaría otra cifra sideral que por ahora ni siquiera puede ser mensurada.
Celulosa
La leyenda cuenta que los rosarinos
Joaquín Lagos y Enrique Fidanza disfrutaban en Roma del premio que les dejara un
billete de lotería cuando el 15 de enero de 1927 leyeron las páginas de "Il
Popolo di Roma". Ese papel estaba hecho con paja de trigo. La mencionada
historia rosa sigue con el regreso de ambos a Rosario y su prédica a otros
cerealistas y al italiano Umberto Pomilio, creador del sistema de transformación
de la planta en papel. El 2 de febrero de 1929, con créditos del entonces Banco
Provincial de Santa Fe, nació Celulosa Argentina en la ciudad de Capitán
Bermúdez. Su primer directorio estuvo integrado por Eugenio Vogt, como
presidente, Pomilio, Juan Tamburini, Silvio Gagliardi, Ciro Tonazzi, Santos
Manfredi, Eduardo Grimaldi, Pedro Beristain y Antonio Morella.
Aquella fábrica de Capitán Bermúdez fue la primera planta del país dedicada a
producir pasta celulósica. En febrero de 1931 la máquina importada de Alemania
produjo las primeras 37 toneladas de papel. Un año después Celulosa realizó su
primera exportación hacia el Paraguay.
Celulosa se convirtió en todo un símbolo de poder económico, político y social.
Absorbió tres fábricas más antiguas, como Andino y Cía.; Papelera Argentina, con
sede en Zárate, en la provincia de Buenos Aires, y la Compañía General Fabril
Financiera, un desprendimiento de la Compañía General de Fósforos, con planta en
Bernal, también en el primer estado argentino.
A partir de 1939 se asoció a la empresa inglesa Duperial a través de
Electroclor, cuya planta era vecina de la original de Celulosa, en Capitán
Bermúdez. El objetivo era elaborar productos derivados del cloro sobrante de la
fabricación de la celulosa. En la primera mitad de los años cuarenta sustituyó
la paja de trigo, como materia prima para la pasta, por la madera. Fue entonces,
dice la historia oficial de la empresa, que se dedicó a plantar coníferas en el
delta del Paraná y en Puerto Piray, en Misiones.
Pero la historia de Celulosa es también parte de la historia nacional.
Hacia 1996 formaba parte del principal acreedor externo de la Argentina: el
Citibank.
En aquel año su primer trimestre exhibió una pérdida de 53 millones de pesos. La
empresa decidió presentar un recurso de crisis ante el Ministerio de Trabajo de
la Nación.
Cien trabajadores quedaron en la calle.
Uno de los representantes legales de la empresa era uno de los principales
referentes del poder económico nacional: Daniel Funes de Rioja, el abogado que
formó parte del selecto grupo de expertos que impuso la flexibilización laboral
durante los años noventa.
En 1991 trabajaban 618 obreros y otros 250 fuera de convenio. Pero había otros
150 trabajadores invisibles, los hacheros.
Sumergidos en los montes de eucaliptos blancos en los llamados centros
forestales de la empresa, las familias de hacheros sobrevivían sin agua
corriente, ni luz eléctrica y con pocas posibilidades de higiene y salud.
Fragmento de documental
norteamericano de la década del 50 donde se muestra la industrialización del
quebracho en Paraguay. El cortado y descortezado de cada tronco de quebracho se
realizaba en forma manual, igual que en las propiedades de La Forestal en
Argentina.
El titular del centro forestal de
aquellos años, ingeniero Guillermo García, contestó: "No he tenido posibilidad
de ir a los bosques por falta de tiempo. No los conozco a los hacheros. Pero
iría para satisfacer una curiosidad de tipo turística. Pero no desde el punto de
vista operativo porque no me corresponde. Ya trasladé mi preocupación para que
los responsables tomaran acción inmediata", le dijo a este cronista.
En aquellos tiempos de principios de los años noventa, se conoció la existencia
de la escuela 1231 que funcionaba en los propios territorios de la empresa.
En su momento, la ex secretaria general de la Asociación del Magisterio de Santa
Fe, delegación San Lorenzo, Analía Semorile, explicó: "A mi me hicieron saber
que no me acerque más a la tranquera que da entrada a los campos de Celulosa y
donde funciona la escuela 1231. No puede ser que maestras tengan que estar
saltando las tranqueras porque un capataz de Celulosa se le ocurra cerrar la
tranquera para que los hijos de los hacheros no tengan clases", sostuvo.
La escuela en cuestión tenía siete cursos, una directora, Irma Benvenutti de
Giacone y dos maestras. Aunque contaban con partidas para el comedor, no había
dinero para cocineras, de allí que las propias docentes se encargan de preparar
la comida para los cuarenta alumnos, en su mayoría hijos de los hacheros del
monte de eucaliptos, propiedad de Celulosa.
"La escuela que dirijo pertenece al
estado provincial, y, sin embargo, tanto la estructura edilicia como la casi
totalidad de los bienes muebles que la misma posee, fueron suministrados por la
empresa citada. Yo me pregunto, ¿no debe ser el estado quien garantice la
educación e instrucción del pueblo?. ¿Por qué entonces, una escuela pública para
funcionar decentemente tiene que depender de los dineros que Celulosa Argentina
no tiene la obligación de dar?...", sostuvo la directora en una carta en que la
defendía a la empresa.
Catorce años después los hacheros continúan en las mismas condiciones de
existencia aunque la propietaria de la empresa sea la uruguaya Fanapel en un 85
por ciento del capital y haya vendido por un monto de 242 millones de pesos
durante 2003 con una ganancia de 61 millones de pesos.
Celulosa ha sido la principal impulsora de la deforestación en la zona sur de la
provincia pero su propia historia evidencia sus influencias políticas,
judiciales y económicas, no solamente en la región sino también a nivel
nacional.
Algunas ideas
La Forestal y Celulosa no son las únicas responsables de la desaparición del 86
por ciento de los bosques y montes naturales santafesinos, pero si tienen un
alto grado de compromiso.
Ellas son las caras visibles de un negocio que no reparó en el mínimo sentido de
futuro, no solamente en relación al medio ambiente, sino con respecto a las
poblaciones vinculadas al negocio forestal.
Las historias de ambas empresas revela la subordinación de la clase política
municipal y provincial a sus mandatos de cuidar y agrandar sus ganancias.
Y hasta se pone de manifiesto como en lugar de devolver algo de lo mucho que
obtuvieron gracias al suelo y la gente de la provincia, cobraron indemnizaciones
ilógicas impulsadas desde la legislatura.
Pero el tercer factor económico de depredación, desocupación, pobreza y
migración interna que hoy sufre la provincia es lo que se oculta detrás del
llamado boom sojero.
La pérdida de los bosques y montes santafesinos debe también mensurarse en
dinero para que el estado intente una reparación para los habitantes de las
regiones que más sufrieron y sufren estos procesos de devastación natural.
Un costo que puede calcularse a través del precio de cada hectárea o kilómetro
cuadrado hoy convertido en tierra yerma.
Es hora, alguna vez, de convertirse en acreedores de aquellos que usaron todos
los recursos a favor de sus propias ganancias sin reparar en ningún tipo de
costo.
Ese día tenía previsto presenciar en Santa fe una charla que brindaría el
escritor mexicano Carlos Fuentes, quien estaba participando del congreso de la
Lengua en Rosario, y en una breve escapada nos daría el gusto de poder verlo en
la ciudad capital. Pero sucedió lo de Gastón Gori, así que concurrí a su sepelio
en su tierra natal, Esperanza. Quizás tenga otra oportunidad de verlo a Carlos
Fuentes. Pero lo de Gastón Gori, era más fuerte, sentí que aunque anónimamente,
debía estar en el adiós a ese maestro y muchas veces fuente de trabajos
historiográficos que había escrito.
Mientras me dirigía desde Santo Tomé,
donde vivo hasta Esperanza, la mañana se presentaba luminosa y ya algo calurosa,
un día de sol y cielo azul, muy típico de la provincia de Santa Fe. En el campo,
los trabajadores agrícolas, sin dudas los nietos o bisnietos de aquellas
"Familias fundadoras de Esperanza", hoy desparramados no sólo en lo que fue la
colonia Esperanza, sino por todo el centro oeste santafesino, se aprestaban en
sus labores del campo, los trigos ya estaban casi prontos para la cosecha.
El era de mi barrio, vivía a unas 3 cuadras de mi casa, había ido a mi misma
escuela, la 315 "Aarón Castellanos", era de noviembre, el mismo mes en que nací,
había andado por mis mismas calles y caminos, había visto el edificio del
ferrocarril, cercano al Molino Angelita, escuchado los "pitos" o silbatos de las
fábricas anunciando el comienzo o el final de las jornadas de los obreros y
trabajadores, aunque años antes, pero era la misma mística percibida, la de un
pueblo de trabajo y en eso se inspiró su obra, tal como lo que había vivido
desde chico, en ese pequeña ciudad cosmopolita, entre agraria y urbana, entre
campesina e industrial. Lo habían visto en esa calle San Martín dos cuadras al
norte del ferrocarril, donde estaba el negocio de su padre, y por esa calle San
Martín habían alguna vez estado juntos, José Pedroni, Paillet, Gori, Riva,
Stessens y otros personajes que dió Esperanza y que tenían su ámbito de
encuentro o de presencia en esas dos o tres cuadras al norte del ferrocarril.
(Según el propio Gastón: Manuel Streiger; Evaristo Stessens; Omar Pedroni, hijo
de José; el doctor Alfredo Heer , Armando Bruera, Lionel Robert)
Y así luego de las ceremonias, terrones de tierra, de esta tierra generosa de la
que él tanto había hablado, fue cubriendo su féretro, allá en el cementerio de
Esperanza, para volver a ser algún día otra vez parte del ciclo de la vida.
Fábrica
de tanino en el Chaco en 1945. La Forestal, que del quebracho fabricaba tanino
destinado a curtir cueros, llegó a tener diez mil obreros, en su mayoría
hacheros, que trabajaban doce horas diarias; pagaba con moneda propia o vales
que después se canjeaban en los almacenes de la propia compañía; sólo recibía
órdenes de Londres, como revela un libro magnífico (‘La Forestal’, del
historiador Gastón Gori); formó un cuerpo de gendarmería propia y en las altas
chimeneas de sus fábricas lucía el escudo de la monarquía británica. Fue un
Estado dentro del Estado.
Entre 1919 y 1922 las huelgas de hacheros a causa de la precariedad de sus
trabajos fueron reprimidas salvajemente por la gendarmería de La Forestal, por
el Regimiento de Infantería Nº 12 de Rosario y por bandas civiles contratadas;
aquello dejó una cifra nunca revelada de muertos.
En 1963, cuando lo que había sido quebrachal se convirtió en desierto, La
Forestal dejó el país y se trasladó a Sudáfrica para explotar la mimosa, cuyo
extracto también servía como curtiente.
Hugo Zingerling
Esperanza despidió a Gaston Gori
El cortejo que traslada los restos del destacado escritor se detuvo frente al
edificio municipal donde recibió el reconocimiento de la comunidad. Sus
familiares participaron emocionados de la ceremonia que finalizó en el
cementerio local. En cada lugar representantes del Movimiento por las Letras, el
Centro de Estudios Históricos y el Intendente Municipal destacaron en sus
mensajes su aporte y su generosa personalidad.
Una vez ingresado a la ciudad de Esperanza, el cortejo fúnebre se dirigió a la
Escuela Normal, institución donde Gastón Gori se recibiera de maestro, para
luego detenerse frente al edificio municipal.
Allí se escucharon reconocimientos de Ruben Leonardi por el Movimiento
Esperancino por las Letras, un funcionario de la Secretaria de Cultura de la
Provincia y del Intendente Municipal Rafael De Pace que entregó el último adiós
en nombre de su ciudad natal.
Posteriormente todos los asistentes se dirigieron a la necrópolis local previo
paso por la Escuela 315 Aaron Castellanos, lugar donde Gastón Gori cursara sus
estudios primarios.
Finalmente en el Cementerio Municipal las palabras de despedida estuvieron a
cargo de José Luis Iñiguez por el Centro de Estudios Históricos.
Por Normando Gil y Nicolás Loyarte | nloyarte@cableydiario.com
El sábado 4 de enero de 2003 el
escritor santafesino recibió en su casa a un equipo periodístico de Cable &
Diario y El Litoral.com. Aquella mañana calurosa fue inolvidable. Gastón iluminó
con simpleza aspectos sorprendentes de su vida: sus afectos y predilecciones, su
lectura crítica de la realidad y los anhelos para los que, él afirma, serán sus
próximos tres años de vida. La conversación fue por momentos íntima, espontánea,
mágica. Preciso y lento como su tortuga, Gastón recorrió su obra y habló de sus
autores de cabecera. Subió la escalera angosta y oscura hacia una puerta
vidriada para mostrar su desordenada biblioteca, el escritorio, testigo de su
desconcierto, su tristeza y sus ansias de luz cuando escribió La Forestal en
noches de Vigilia Retenida (sus borradores inéditos), y su primera máquina de
escribir que azarosamente recupero hace poco. En el patio, sentado bajo el
fresco de la Bignonia, el señor de lo picaflores compartió su mundo de pájaros,
el trato cálido con su tero, su pato y las calandrias. En esta presentación, El
Litoral.com pone a disposición de sus lectores el texto completo de la
entrevista que testimonia la vida de uno de los escritores esenciales de nuestra
provincia.
En el patio de la bignonia
...miles de hectáreas habré caminado por los campos, pero nunca encontré un
pájaro muerto. Y cuando mueren en jaulas, siempre dicen que mueren de tristeza.
Pero no es que mueren de tristeza, es que el final de la muerte es una muerte de
tristeza, para el ser humano también. Agonía, qué quiere decir: la tristeza de
morir... agonía, es la tristeza de morir. Todos morimos tristes cuando morimos
por cosas naturales.
Y morimos —como decía el pastor protestante— ‘‘Y José era muy bueno y murió de
su última enfermedad'' —comenzó Gastón Gori la charla.
Gastón Gori escribió y publicó y le reeditaron un total de 87 libros, uno por
cada año que vivió. Con intensidad, pasión, amor y rigurosidad. Un cuarto de
siglo le llevó su investigación en torno a La Forestal y murió con una
jubilación que apenas superaba los 600 pesos. El escritor y periodista que nació
en Esperanza murió el 17 de noviembre de 2004, el mismo día que se inauguraba el
Tercer Congreso Internacional de la Lengua que, seguramente, hubiera ninguneado
su compromiso y fulgurante existencia subordinada a la palabra como herramienta
de transformación social y denuncia permanente. Quienes lo conocimos sabemos de
su humildad, su sentido del humor y su renovada rebeldía cada vez que se
enteraba de una nueva etapa del saqueo. Dos años atrás lo vimos bajar de una
combi con un gran costo físico para sumarse a la creación de una biblioteca
popular surgida de una asamblea barrial que apostó al futuro y que bautizó al
lugar con su nombre. Hoy Gastón ya no está. Pero es una definición absurda. Por
eso elegimos volver a contar aquella postal de alegría, militancia, honestidad y
extraordinaria capacidad que nos regaló cuando se inauguró la biblioteca en la
zona oeste rosarina. Gastón es un imprescindible. Lo queremos mucho. Lo seguimos
necesitando.
El lugar más luminoso del mundo
En la lluviosa mañana del sábado 30
de noviembre de 2002, las asambleas barriales de Fisherton hicieron salir el
sol.
Medio millar de pibes, que concurren a cinco escuelas del lugar, participaron
del concurso de dibujos que sumaría el isotipo de la biblioteca popular
inventada por los protagonistas de las asambleas.
Fisherton tiene 130 años y nunca antes, ningún funcionario, nacional, provincial
o municipal, tuvo la idea se fundar una biblioteca.
Lo hizo la gente del pueblo.
Esa mañana de nubes, pintada de gris, los chicos que fueron con sus padres,
hermanos y abuelos, supieron el significado de la palabra futuro.
Conocieron las cortinas hechas a mano por las vecinas, los estantes robados a la
mugre de galpones abandonados, encontraron los marcos de las puertas pintados a
nuevo, y comieron un bizcochuelo gigante cocinado en una panadería del barrio.
Vieron emocionarse a sus maestras, disfrutaron de títeres y bailes y
descubrieron otra palabra nueva: dignidad.
La reconocieron en un viejito que para caminar se apoyaba en un bastón marrón,
que vestía de traje y cuyos lentes hacía imaginar que no miraba lejos.
Era el hombre que llevaba el nombre de la biblioteca.
Gastón Gori, tejedor de la dignidad santafesina.
-Tengo ochenta y siete años y ochenta y siete libros publicados. Y como tengo
pensado llegar a los noventa, necesito publicar tres libros más. Porque forzando
las estadísticas quiere decir que tengo un libro por cada año de vida -dijo
Gastón.
El hombre que durante un cuarto de siglo investigó La Forestal y descubrió las
palabras como vínculos de historias individuales y colectivas, es apenas tenido
en cuenta por los grandes medios de comunicación de la provincia.
Y hoy, cuando tanto se habla de los productos comerciales que semanalmente emite
Telenoche Investiga, viene bien hacer un pequeño ejercicio intelectual.
¿De cuántas investigaciones que realizó Canal 13 usted se acuerda?. Difícilmente
pueda decir con exactitud el contenido de más de tres trabajos a pesar de la
enorme difusión que le dio el multimedios Clarín.
Sin embargo, cuando hoy los pibes de diecisiete años son explotados en los
grandes supermercados de la ciudad, ellos, los mismos adolescentes, dicen que
los tratan como en La Forestal.
Y ese concepto se hizo carne en la memoria del pueblo gracias al trabajo de
Gastón Gori. Casi con seguridad ninguno de los chicos leyó el trabajo del
esperancino, pero su obra se ha metido en la conciencia colectiva y ese es el
mejor premio que puede tener un periodista de investigación. Que su obra lo
trascienda y forme parte de los que son más.
-Yo repetí segundo grado porque no me daba la cabeza...Quería ser carpintero y
todavía tengo el alma del carpintero...Si queremos ser una gran nación tenemos
que leer más, tenemos que ser menos ignorante. Por eso es hermoso inaugurar esta
biblioteca, porque es como un lazo que ahorca la ignorancia - sostuvo Gastón con
su implacable lucidez de ochenta y siete años atravesados de coherencia, ética y
búsqueda de la belleza y la verdad.
Por eso los chicos sintieron la alegría de sus padres, cuando este viejito los
hizo reir; por eso los pibes se emocionaron cuando sus padres vibraron con las
palabras de Gastón; por eso, ellos, los chicos de Fisherton, entenderán con el
tiempo, cuando vayan una y otra vez a la Biblioteca, que ese sábado 30 de
noviembre, fue el lugar más luminoso de la provincia, aunque lloviera y no
estuviera el sol.
La luz viene del protagonismo de las asambleas barriales de Fisherton y de la
vida de Gastón Gori, del futuro concreto y material que construyeron en Juan
José Paso y Tarragona, a contrapelo de tanto cinismo e indiferencia que campean
en estos crepusculares comienzos del tercer milenio.
Déjese tocar por esa luz, métase en esa biblioteca.
Ahí está el futuro, chiquito, sencillo y poderoso, tanto como la dignidad de
Gastón Gori.
Fuente: argenpress.info
Gastón, ¿está escribiendo?
Yo en este momento no estoy escribiendo libros. Pienso en libros, inclusive
tengo concebidos libros, pero no voy a escribir. Porque tengo que hacerlo en
forma manuscrita y la vista no me permite hacer bien las letras. Aunque puedo
escribir bastante bien, por haber escrito millones de veces las palabras, pero
no quiero escribir un libro. Esa es una de las razones.
Tengo una hija que revisa todo lo que yo escribí. Y es la única que puede leer
mis manuscritos y no equivocarse. Inclusive corrige los errores que comente la
desgrabadora, que a veces no sigue el sentido de las cosas y pone cualquier
palabra.
¿No le gusta dictar?
No, dictar no me gusta. El estilo oral es una cosa y el estilo escrito es muy
distinto. El fenómeno de cerebración es distinto. Ahora, hace poquito dicté un
trabajo. ‘‘Perdido en los quebrachales'' se llama. No es muy largo, lo publicó
un suplemento de Reconquista. Lo escribir casi por un compromiso con Julio
Acosta, director de la editorial Ameghino. El me pidió que escribiese eso. En la
contratapa dice que mi entusiasmo por el trabajo de La Forestal me llevó a
perderme dos veces en los montes. Quería escribirlo y me ayudó una chica que
vive en frente de mi casa que me sigue muy bien cuando dicto. Pero es muy
difícil el tema. Escribirlo me resultó dificilísimo, por el fenómeno psicológico
que hay que realizar. Lo alcancé a escribir y salió lindo, dice mi mujer, pero
mi mujer no es que me ama, es chupamedia mía.
¿Gastón, no piensa escribir más?
No. Yo no pienso escribir otro libro más. Tengo motivos para hacerlo y tengo
cosas concebidas, pero no lo voy a escribir.
¿Cuándo tomó esta determinación?
El hecho de que me haya disminuido la vista; por ejemplo: yo te miro a vos, y te
veo dentro de un rato y no te reconozco. Además de la pérdida de la vista tengo
un infarto cerebral crónico. Quiere decir que hubo muerte de neuronas. Entonces
esta muerte de neuronas me afectó los hemisferios cerebrales donde la vista, el
aparto óptico, manda las imágenes. Bueno, yo a eso no lo tengo más completo. Ese
es un inconveniente muy grande, porque también me hace perder la memoria visual.
Y perder aunque sea una parte de la memoria es perder ya una parte del
pensamiento. Aunque sea perder la memoria inmediata, la antigua no. Yo me puedo
acordar de muchísimas cosas viejas. Inclusive de demasiadas cosas me acuerdo,
debería acordarme de menos.
¿Cuántos libros tiene publicados?
Hay 47 primeras ediciones, incluyendo algún folleto, y hay 40 reediciones de
libros. Ochenta y siete veces me publicaron libros, y tengo 87 años. Y como he
resuelto vivir hasta los 90 años me van a faltar 3 libros. Uno ya está casi en
camino, después de los otros dos me faltaría elegir uno, porque el último libro
que me gustaría reeditar es un libro que yo quiero mucho: se llama ‘‘La pluma
incesante''. Es decir: 90 años y 90 veces se habrán publicado libros míos, y
terminarlo con el libro ‘‘La pluma incesante'' sería muy simbólico, me gustaría
mucho hacerlo. Y ya te digo, como voy a vivir 3 años más, eso está resuelto, en
eso ya no hay problema...
¿Por qué dice eso? ¿Cómo puede usted determinar que va a vivir 3 años más?
Lo he resuelto.
¿Y qué va a hacer dentro de 3 años?
Voy a vivir como vivo. Voy a vivir como vivo.
Pero, ¿por qué dice que va a morir dentro de 3 años?
Ah, yo digo 3 años como el límite de lo que yo he resuelto vivir. Pero si llego
a los 90 años pido una prórroga (risas).
¿A quién se la pide?
Hay un ente que nosotros no podemos definir, (nocierto) (sic). Puedo pedírsela
al destino, puedo pedírsela a Dios, por ejemplo; ése es el ente que no podemos
definir. Dicen que hace todas las cosas, pero parate con Dios, ¿no? Porque a mí
me mandó un infarto cerebral. Después, saco también en consecuencia que Dios no
tiene memoria o no lleva anotado nada, porque me mandó un infarto cerebral y
después ahora último me mandó un cáncer de próstata. ¿No vio en la libretita que
ya era bastante? Hubiera puesto: ‘‘Le mando un resfrío, le mando una tos...'',
cualquier cosa. Pero ¿por qué un cáncer? Si todo el que tiene cáncer, aunque sea
de próstata, muere de cáncer, (nocierto). Pero yo creo que a pesar de eso, con
la ayuda de los científicos actuales, 3 años más voy a vivir. Y si no vivo los 3
años más, vengan y repréndame: ‘‘¡Incumplidor! ¡Traidor! ¡Traidor! ¡Usted nos ha
engañado! A ver, diga ahora ¿por qué nos ha engañado?''. Y yo no te voy a
contestar nada (risas).
Teóricamente, si usted quiere vivir 90 años, la prórroga la tendría que pedir en
el 2005.
Eso mismo, en el 2005 pediría una prórroga.
¿Entonces le quedan 2 años?
¿Dos años?
Estamos en el 2003.
Sí.
¿Qué día nació usted?
Yo nací el 17 de noviembre de 1915 (silencio). Así que 90 años sería en el 2005.
Y bué, es un número hasta simpático.
Orden cronológico de ediciones y reediciones
GASTON GORI – FICHA BIBLIOGRAFICA
1940 – ANATOLE FRANCE…Ed. Porter Hnos. Bs. As. Ensayo.
1941 – SOBRE LA TIERRA ENSANGRENTADA, Porter Hnos. Bs. As. Ensayo.
1942 – MIENTRAS LLEGA LA AURORA, Porter Bs. As., poemas.
1943 – VIDAS SIN RUMBO, Ed. Colmegna, Santa Fe, cuentos.
1945 – Y ADEMAS ERA PECOSO… Ed. Castelví, Santa Fe, Cuentos.
1946 – SE RINDEN LOS NARDOS, Ed. Espadalirio, Santa Fe, poemas.
1946 – INTERMEZZO DE LAS ROSAS, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayo.
1947 – COLONIZACION SUIZA EN ARGENTINA, Ed. Colmegna, ensayo histórico.
1947 – EL INDIO, EL CRIOLLO Y EL GRINGO, Ed. Dpto. Estudios Etnográficos.
1948 – COLONIZACION, Estudio histórico y social. Ed. Colmegna, Santa Fe,
cuentos.
1949 – EL CAMINO DE LAS NUTRIAS, ED. Colmegna, Santa Fe, cuentos.
1950 – HA PASADO LA NOSTALGIA, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayos.
1951 – VAGOS Y MAL ENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa Fe, ensayo.
1952 – LA PAMPA SIN GAUCHO, Ed. Raigal, Bs. As., ensayo.
1952 – Segunda edición de ANATOLE FRANCE, Ed. Colmegna.
1952 – Segunda edición de Y ADEMAS ERA PECOSO, _Ed, Colmegna.
1954 – FAMILIAS COLONIZADORAS DE
SAN CARLOS, Ed. Colmegna, historia.
1955 – Segunda edición de EL CAMINO DE LAS NUTRIAS, Ed. El Litoral, Santa
Fe.
1956 – LA MUERTE DE ANTONINI, Ed. Doble P., Buenos Aires, novela.
1958 – EL PAN NUESTRO, Ed. Galatea – Nueva, Visión, Bs. As., ensayo, social
del campo.
1958 – EL DESIERTO TIENE DUEÑO, Ed. Doble P. , Buenos Aires.
1958 – ANIBAL PONCE, Ed. I.R.C.A.U., Buenos Aires, ensayo (folleto).
1958 – DIARIO DEL COLONIZADOR ENRIQUE VOLLENWEIDER, Ed. Universidad Nacional
del Litoral, Santa Fe.
1962 – EDUARDO WILDE, ED. Fondo Municipal, Santa Fe, ensayo.
1964 – INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA, Ed. Eudeba, Bs. As., ensayo.
1964 – Segunda edición de VAGOS Y MALENTRETENIDOS, Ed. Colmegna, Santa Fe.
1965 – LA FORESTAL, tragedia del quebracho colorado, Ed. Platina, Buenos
Aires, ensayo.
1969 – ESPERANZA MADRE DE COLONIAS, Ed. Museo de la Colonización, Santa Fe,
ensayo.
1971 – Segunda edición de INMIGRACION Y COLONIZACION EN ARGENTINA, Ed.
Eudeba, Buenos Aires.
1971 – LA NARRATIVA EN LAREGION DEL LITORAL, Ed. Museo de la Colonización,
Santa Fe, ensayo.
1972 – Tercera edición de Y ADEMAS ERA PECOSO, Ed. Diagraf, Buenos Aires.
1972 – LA TIERRA AJENA, drama de la juventud agraria. Ed. La Bastilla,
Buenos Aires, ensayo.
1973 – FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA, Ed. El Colono,
Esperanza.
1974 – Segunda edición de "LA FORESTAL, tragedia del quebracho colorado",
editorial "PROYECCION", Buenos Aires.
1974 – Tercera edición de "VAGOS Y MALENTRETENIDOS", ed. "Alonso", Buenos
Aires.
1974 – Segunda edición de "FAMILIAS FUNDADORAS DE LA COLONIA ESPERANZA", Ed.
Colmegna, Santa Fe.
1975 – POEMAS EN LA TORMENTA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Poemas.
1976 – PALABRAS DE REFUTACION GOZOSA, Ed. Tupambaé, Santa Fe, relatos.
1976 – NICANOR Y LAS AGUAS FURIOSAS, Ed. Tupambaé, Santa Fe, Relatos.
1976 – PASE SEÑOR FANTASMA, Editorial Tupambaé, Santa Fe, Cuentos.
[Recopilado hasta 1976 - proximamente desde 1976 hasta nuestros días]
Hugo Zingerling
Fuente: www.esperanza.gov.ar
Es una constante de hierro: la historia les da la razón siempre a los luchadores
de la dignidad, por más humildes que sean. Y tal vez, por humildes, sus figuras
se recortan en el tiempo con más claridad. Sucedió allá por los años veinte. En
la tierra del quebracho. A los hacheros se les comenzó a prohibir los pañuelos
rojos que, como costumbre, llevaban al cuello, y las camisas rojas que vestían
en el trabajo. Ese color acostumbrado en los habitantes de la región no se podía
usar más porque, según los serviles empleados de la empresa inglesa La Forestal,
era "comunista y anarquista". La policía privada de la empresa se encargaba de
proceder: trabajador que llevaba pañuelo rojo o camisa granate era obligado a
desnudarse, le daban latigazos hasta desvanecerlo y le prendían un cintillo azul
y blanco y le hacían gritar bien fuerte: ¡viva la Patria!
El noble y codiciado quebracho colorado
Todo esto en la Argentina de don
Hipólito Yrigoyen, elegido por el pueblo, que mandó al ejército argentino a
reprimir al gauchaje alzado que se había levantado al grito de "¡Oh, añá!
¡Güelga nomá, chamigo!", levantando el puño y con pocos rémingtons "Colí", de
caños y culatas recortados, que les habían hecho llegar los anarquistas de
Buenos Aires a través de los marineros de los buques del Paraná. Fue una
solidaridad épica. La huelga reventó como una bomba de brazos alzados desde el
Chaco santafesino, por el Chaco, Formosa, hasta el mismo Puerto Infierno, y la
parte santiagueña desde Quimilí a Pampa de los Guanacos. Los obreros
ferroviarios anarquistas pararon el Central Norte Argentino y el Provincial de
Santa Fe para impedir el movimiento de tropas del 12 de Infantería, en el cual
estaba el teniente Juan Domingo Perón. Pero no sólo los ferroviarios sino
también los marineros de la FORA pararon las embarcaciones y las tripulaciones
de los barcos extranjeros que venían a recoger la sagrada madera roja de los
quebrachales se negaron a recibirla. Y los portuarios, con sus rostros arrugados
de puro indios, escupían a los crumiros traídos de otras latitudes que servían
por un pan y un vaso de vino a los señores británicos bajo el cielo impiadoso de
un permanente sol despiadado. Dos millones de hectáreas poseían los gentlemen de
Londres. ("¿Argentina? Oh, yes, yes, sí, sí, allá hablan portugués, buena
carne"). Dos millones de hectáreas, dos millones de hectáreas. Dos millones...
de madera noble, de madera dura como el hierro. Roja. Arbol tras árbol, de cien
años de crecimiento, caían para Su Majestad Británica, y desaparecían para los
hijos de la tierra.
Globalización de la injusticia, que se joda la negrada, son todos borrachos,
haraganes, analfabetos, sucios, no saben ni hablar castellano, se maman. Metalen
bala, nomás. En el mismo año, el 10 de Caballería fusilaba a los peones
patagónicos en defensa de los latifundios británicos.
Los curas se metieron en sus templos a rezar y para agradecer la infinita bondad
de Dios, nuestro Señor. Mientras los hijos de la Tierra gritaban "Oh, añá,
güelga nomá, chamigo". Pero la empresa británica no se anduvo con chicas,
inmediatamente armó su propia policía. El mismo modelo que en los años setenta
emplearía uno de los hombres más desdeñables de nuestra historia, López Rega:
las tres A. Bajo el nombre de Liga Patriótica Argentina (fundada en Buenos Aires
por el Perito Moreno, Monseñor D’Andrea, el acaudalado Manuel de Anchorena y
Manuel Carles, funcionario radical). La Forestal contrató a temibles criminales
que traían de la cárcel de Misiones y les puso sombreros cowboys que los
obreros llamaban "sombrero galpón" a los cuales les adosaban una escarapela
patria. Y salían a la búsqueda de obreros huelguistas para acribillarlos a
balazos. La primera víctima fue el dirigente anarcosindicalista Francisco
Coronel, el más querido por las peonadas y hacheros de Puerto del Infierno.
Jamás ni el ejército ni la policía molestó a los cuadros criminales de la Liga
pagados por la empresa extranjera. Al contrario, los protegieron para asegurar
el éxito final. El monumento final a tanta crueldad e ignominia fue el incendio
del local de la Federación Obrera y las viviendas de todos aquellos trabajadores
que no se sometieron. El últimoen resistir fue el gaucho Altamirano, que cayó en
poder de los bandidos de La Forestal, a quien no sólo lo curtieron a latigazos
sino que le prendieron fuego a su casita donde vivía con su mujer y numerosos
hijos. Todo en nombre de la libra esterlina. Pero el asesinato de obreros no fue
lo más terrible de esta injusticia que entristece esas zonas, vacías ya de
nobles bosques. En 1939, muchos años después de la huelga, el diputado Doldán
denunciaba la verdadera consecuencia del capitalismo ladrón. El diputado Doldán
denunciará en la Cámara de Diputados: "En el departamento Vera, sobre 4463
defunciones sólo 1533 enfermos tuvieron asistencia médica y cerca de 3000 no la
tuvieron.
Estudiando las cifras de la mortalidad infantil desde 1928 a 1938, considerando
los nacidos muertos y los fallecidos hasta los diez años de edad inclusive, el
42,5 por ciento corresponde a niños. Pero la cifra es más abultada porque muchas
criaturas nacidas muertas o fallecidas poco después del parto no son denunciadas
al registro civil, lo que ocurre en los parajes más apartados y boscosos. Y
ahora viene otro párrafo que desbarata toda posible disculpa o interpretación
contraria: en el distrito de Garabato el 80,5 por ciento de los fallecimientos
corresponde a la juventud entre los once y los treinta y cinco años". No sólo se
habían llevado nuestros árboles sino también nuestros niños. Todo el mundo se
calló la boca. A políticos, militares y a la Iglesia les pareció todo lo más
natural. Estoy en la Feria del Libro. He comenzado a acariciar las tapas de un
libro. Es La Forestal, de Gastón Gori, vuelto a editar después de más de treinta
años. El maestro Gastón Gori, conciso, justo, valiente.
Pese a las represiones que sufrió en su vida de ochenta y cuatro años, que
continúa en su denuncia constante, ve que muy poco es lo que ha cambiado.
Hace más de treinta años describía así el final de esta tragedia griega que es
La Forestal, síntesis desgarradora de lo que fue capaz el primer mundo con las
riquezas de las latitudes del sur. "La Forestal llegó, robó y se fue; casas
desocupadas y entre yuyales, en cuyos derrumbes, grietas y descascaramientos
trabajan el tiempo y las lluvias; viejas casillas despintadas con sus chapas
retorcidas y sin gente que las habite; ranchos caídos. Derruida la antigua
fábrica de tanino, la zona es la imagen del desaliento, es el saldo de la
evacuación de La Forestal. Altos yuyos en los antiguos clubes y cancha de tenis
de los altos funcionarios y en las explanadas de las playas donde defendieran su
vida obreros en trágicas horas y donde el sudor de varias generaciones regara el
suelo; yuyos en la vieja herrería, yuyos avanzando y cubriendo los vestigios de
instalaciones para un ferrocarril que ya no existe; yuyos en los intersticios de
puertas y ventanas de casas abandonadas. Rodeadas de tristeza en las caras de
niños que piden limosna." Pero la memoria revive. Este libro, La Forestal, de
Gastón Gori, está de nuevo entre nosotros, testigo de la infame historia de la
explotación del hombre y de la riqueza de la naturaleza. Ojalá los maestros
enseñen a sus alumnos lo que ocurrió por los años veinte en tierra argentina
para que comprendan aquel "¡Oh, añá! ¡Güelga nomá, chamigo!", como el arma de la
rebeldía contra nuestra tan actual humillación. Gracias, viejo maestro Gastón
Gori, el de las tierras de mi niñez.
Entrevista a Osvaldo Bayer El prestigioso escritor santafesino participó de los
actos del 24 de marzo que se organizaron en nuestra ciudad. Hace algunos meses,
con motivo de la feria del libro, el autor de la "Patagonia Rebelde" estuvo en
LT10, y por los micrófonos de la radio, recordó al entrañable Gastón Gori, nos
contó con lujo de detalles la disputa histórica que tienen los Bayer y los
Kirchner, y reflexionó sobre la democracia argentina.
El autor de "Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia" y "La Patagonia
Rebelde" nació en nuestra provincia allá por el año 1927, estudió historia en la
Universidad de Hamburgo a mediados de los años ‘50 y es uno de los periodistas y
escritores más respetados de la Argentina. Su trayectoria cuenta que trabajó en
los diarios "Noticias Gráficas", en el patagónico "Esquel", en "Clarín", donde
fue secretario de redacción, y actualmente es una de las firmas importantes de
Página 12. Cuando Osvaldo Bayer relata algún acontecimiento histórico tenemos la
certeza que sus respuestas tienen la precisión del investigador, la pasión del
escritor y el compromiso del militante de las causas justas.
-Osvaldo ¿Cuándo y cómo lo conoció a Gastón Gori?
- Fue en el año 1976. Recuerdo que charlamos largo y tendido en su patio. Yo me
había ido al exilio en el ‘74 porque aparecí en la lista de las tres A por la
película "La patagonia Rebelde". Caímos en desgracia Héctor Olivera, Héctor
Alterio, Luis Brandoni, entre otros. Obligado a abandonar el país me fui a
Alemania. Pero en febrero del 76 volví, porque Isabel Perón había llamado a
elecciones. Por aquellos días, dije: "Bueno, si hay elecciones va a haber más
libertades". Pero en esta vida hay que estar sobretodo bien informado (Risas).
Volví y cuatro semanas después estábamos en dictadura, y fue imposible salir. Yo
lo admiraba mucho a Gastón antes de conocerlo, porque fue un precursor en el
relato de las tragedias obreras con "La Forestal". La verdad es que me impulsó a
investigar la Patagonia trágica, porque él escribió "La forestal" en el ‘65 y yo
empecé la investigación de la patagonia en el ‘68. Así que un día de marzo del
‘76 toqué la puerta de la casa de Gastón Gori y comenzamos nuestra amistad.
-Osvaldo ¿Qué pasó con el abuelo de Kirchner?
El quebracho
colorado, árbol forestal nacional
El último período de agonía de la especie comienza en 1946, y se prolonga hasta
1965.
“Ningún árbol en las provincias de Santa Fe, Chaco, Santiago del Estero y
Formosa, tiene para sus habitantes, aún distantes de los bosques, la múltiple
significación espiritual que tiene el quebracho colorado… El quebracho es el
gran señor de los bosques donde se encuentra”.
Así comienza Gastón Gori su obra La Agonía del Quebracho, libro comenzado a
escribir en abril de 1998, en el cual esboza un período de la historia de
nuestro país a través de la epopeya forestal que tuvo lugar en la selva y los
bosques vírgenes que conformaron nuestro ecosistema natural hasta mediados del
siglo pasado.
Con motivo de conmemorarse el 52º aniversario de la declaración del quebracho
colorado (Schinopsis balansac) como árbol forestal nacional, resultó de gran
significación la obra de Gastón Gori, quien a través de un riguroso estudio
recoge testimonios y documentos que dan fe de la magnitud de semejante
explotación.
La reputación del quebracho colorado, como una excelente especie por su madera y
su alto contenido de tanino, llega a partir de la exposición de París de 1867.
Los eventos mundiales que se sucedieron que demandaban cueros y maderas, sumados
a la ambición y a una mínima conciencia acerca del futuro natural, hicieron del
quebracho una materia prima altamente codiciada. Desde entonces, capitales
extranjeros y nacionales se sumaron a la explotación de miles de hectáreas de
gran riqueza natural, formando grandes empresas forestales que promovieron el
desarrollo económico y poblacional de las provincias a través de la industria
del tanino.
Gori profundiza su estudio en el intento de cuantificar la envergadura de la
devastación. Recogiendo estadísticas y datos de varios documentos, se destacan
las citadas por Esteban Maradona en su libro A Través de la Selva, que verifica
que entre 1895 y 1935 fueron taladas 763.172 toneladas de rollizo de quebracho
colorado.
-Es una vieja disputa familiar entre
los Kirchner y los Bayer. Mis padres vivieron en Río Gallegos entre el año ‘20 y
el ‘23, y justamente ahí, mi padre fue testigo de los fusilamientos, y gracias a
sus relatos nació mi interés por aquella historia. En Río Gallegos no había
nadie que hablara alemán, el único era Carlos Kirchner. Entonces, mi padre y el
abuelo del presidente se hicieron amigos y hablaban en alemán. Mi padre no sabía
que el abuelo de Kirchner era usurero. Un buen día, vino el abuelo de Kirchner y
le dijo a mi padre: "Kaspar necesito 10 mil pesos". Era muchísimo dinero, para
que se den una idea con esa plata se compraba una casa muy buena. Mi padre le
prestó esa plata y Carlos Kirchner nunca se la devolvió. Por este motivo, al
hombre que mi padre odió más en su vida fue al abuelo del presidente. Además, el
abuelo de Kirchner tenía un hotel con orquesta de señoritas, a las cuales las
explotaba y esto lo contaban los obreros. Cuando hice la investigación encontré
volantes obreros que decían: "Kirchner miserable, explotador". Pensando en la
venganza familiar lo publiqué en mis libros (risas). El abuelo de Kirchner
también fue colaboracionista con el ejército. No fue un fusilador pero apoyaba,
y un hermano de él fue el fotógrafo oficial del ejército. Las fotos del Coronel
Varela haciéndose el napoleón se las debemos a él. Estos documentos pasaron a la
historia gracias al tío abuelo de Kirchner. Un buen día, canal 9 me invitó a una
entrevista porque se iba a hacer una obra teatral sobre la patagonia y
convocaron también a varios otros. Yo estaba en un saloncito esperando para
entrar al estudio y me encuentro con Cristina Fernández de Kirchner, que en
aquel tiempo era diputada nacional. Yo percibí que me miraba, me miraba, me
miraba…y de pronto me dice: "Escuchame una cosa, ¿Vos sos Osvaldo Bayer? Le
contesto que sí. Y me increpa diciendo: "Vos tenés una tara mental". Se expresa
así porque es muy abierta ¿Viste? (risas). "Vos tenés un complejo, cada vez que
leo un libro tuyo hablás del abuelo de mi marido, te escucho por radio y hablás
del abuelo de mi marido, no tenés otro tema", me cuestionó. La verdad que a mí
me pareció un tanto insolente de su parte. Entonces la provoqué y le dije: "Y
bueno, si el abuelo de tu marido era un atorrante…". Y ella hizo un movimiento
con la boca y afirmó: "No era un atorrante, era un pícaro". "Bueno, sí, era un
pícaro, pero devuélvanme con intereses todo lo que me deben. Hoy sería un millón
y medio de dólares", retruqué.
Un tiempo después ocurrió algo imprevisto. Kirchner, ya presidente, me invitó a
ver la Patagonia Rebelde en el salón blanco de la Casa de Gobierno. Yo creí que
era una gran cargada, porque después de que me quemaron los libros, de exiliarme
por la película, de estar diez años prohibida, de pronto se daba en el salón
blanco de la presidencia. Parecía la novela de un tipo que está loco. Esas cosas
pasan en la Argentina. Entonces fuimos con el director y los actores. Mientras
estábamos esperando entró Kirchner y se dirigió hacia mí. Recuerdo que me dio un
abrazo que todavía me duelen todos los huesos. Mientras la gente aplaudía, me
dijo al oído: "No era mi abuelo, era el hermano de mi abuelo". Y yo lo miré como
diciendo, "vamos nene, mirá que investigué bien". Después vino Felipe Sola y
también me dio un gran abrazo, y yo ya empecé a sospechar de mí mismo. Me dije:
"¿Que está pasando? (Risas)
Luego, la revista Noticias y el diario Perfil se aprovecharon de esto y
titularon: "Bayer: El abuelo de Kirchner era usurero". Cosa que me pareció muy
baja, porque el nieto no tiene nada que ver con los pecados del abuelo. Pero
Kirchner se vengó. Un buen día, me llamó por teléfono un amigo y me dijo: "Así
que Kirchner te nombró embajador en Alemania. Tenés casi 80 años y ahora te
venís a convertir al peronismo". "¿Quién te dijo eso?", le pregunté. Y
respondió: "Lo dijo Lanata en televisión". Nunca lo pude desmentir del todo
porque como la había dicho Lanata algo quedó. Fui a verlo a Lanata y le
pregunté: "¿De dónde sacaste esa información?" Y Jorge me dijo: "Mira, entre vos
y yo, me llamó Kirchner y me dijo que te había nombrado embajador en Alemania".
Osvaldo ¿Cómo entiende esta esquizofrenia que tenemos los argentinos de sublimar
y después esconder nuestra historia? ¿Cómo explica estas contradicciones
permanentes?
Tendríamos que hacer un seminario sobre esta problemática porque es larguísima.
Pero es la falta de democratización que tenemos. Fuimos gobernados por dos
partidos políticos y tuvimos 14 golpes militares. Es decir, jamás el pueblo
salió a la calle o fue incitado a defender la democracia. Ninguno de nuestros
presidentes elegidos por el pueblo fueron capaces de defender la casa de
gobierno. No tenemos el ejemplo de Salvador Allende, en Chile, que prefirió
morir para defender ese símbolo. Nuestros presidentes huyeron todos, algunos en
forma patética. Además, nunca se sabe qué programa tienen nuestros presidentes.
Por ejemplo, se elige al peronismo y uno de sus presidentes hace el programa
económico más liberal de la historia del mundo, el señor Menem. Ni que hubiera
sido un liberal inglés del siglo pasado. O los radicales, que suben y no se sabe
que van a hacer. ¿Qué es lo que buscaba De la Rúa? Un presidente que cambió de
ministro de economía y terminó llamándolo a Cavallo. En este país no votamos un
programa, votamos gente, votamos slongans. Por ejemplo en la última elección a
jefe de gobierno en Buenos Aires había un afiche de Patricia Bulrich que decía:
"Te quiero país". Sí Patricia, todos queremos al país, pero ¿qué proponés?
A pesar de todos los golpes militares que hemos tenido, el último lo dice todo,
las democracias no fueron capaces de votar una ley que la defienda. Uriburu
tiene un monumento colosal en Balcarce. Uriburu, el primer golpista de la
argentina. ¿Cuántos gobiernos peronistas y radicales tuvo la ciudad de Balcarce
luego de Uriburu? Nadie se atrevió a tocarlo. Claro, hay que mirar adelante no
hacia atrás. ¿Cómo en un país un señor Bussi luego de ser un dictador asesino
puede presentarse tranquilamente en la democracia y ser elegido por el pueblo?
En qué país ocurren estas cosas. Yo traje la experiencia de los alemanes, porque
estudié allá en la post guerra, en relación al castigo que sufrieron los
criminales nazis. Acá no pasa nada. Deberíamos tener una ley en defensa a la
democracia que sostenga que todo general o coronel que hace un golpe de estado
sea condenado a prisión perpetua y con sus bienes pague los daños que ha
cometido. No, aquí todo sigue igual, Acuérdense de Onganía, siguió siendo
general y pretendió presentarse a una elección. Y recuerden también los partidos
políticos que colaboraron con la dictadura, por ejemplo Mon Roy con Lanusse, que
era el mejor hombre de Balbín. Todo esto hay que revisarlo. Acá ustedes me
permiten hablar, pero en otras radios me preguntan: "¿Cómo es la vida en
Alemania?"
Luciano Lazzarini
Fuente: "De Radio Somos 2006" LT10, 23/03/07
Introducción
de las notas de investigación sobre el auge y la decadencia de la compañía
inglesa de tanino La Forestal, publicadas entre mayo y agosto de 1969 en la
Revista Georama
Las ciudades fantasmas
Por Rodolfo Walsh
Hacía diez años que el hombre faltaba del pueblo y sabía que la fábrica se
hallaba cerrada. Pero no le importó demasiado, porque sus intereses estaban en
otra parte y ya no era peón ni capataz. Así que visitó a sus amigos y arregló
sus asuntos sin pasar por la fábrica, hasta que una tarde sus pasos lo llevaron,
cruzó distraído un puente, atravesó el portón y dice que el silencio lo hizo
despertar. Hacía tiempo que el hombre no lloraba.
/
La chimenea está allí: sesenta y cinco metros de ladrillo vertical en cuya punta
supo flamear, los días de festejo, la bandera inglesa. Pero ya nadie sube sus
peldaños oxidados. Las víboras fluyen por el canal de humo, asoman a los
derrumbes, se meten en las oficinas desiertas.
-Este mes matamos cuarenta –dice
Reinaldo Silva.
Las manos y los gestos del último empleado de La Forestal, en Villa Ana,
reconstruyen los tres pisos que faltan entre las paredes con espesor de muralla,
los huecos que fueron ventanas, las aserrineras convertidas en fosos. Bosta de
caballo cubre el piso que presumió de parqué, y un retoño de ombú crece entre la
invasora maleza amarilla.
Aquí se molía el quebracho, los rollizos empujados por el gato hidráulico gemían
y se desintegraban contra las cuchillas de acero; aquí pasaba la cinta
transportadora por el aserrín que iba a cocimiento. Uno puede imaginar a los
hombres semidesnudos, cubiertos apenas por el chiripá, sudando entre nubes de
vapor junto a las baterías de difusores, las tinas y los vácum, cortando con el
brazo el chorro espeso y caliente que secaría tomando la forma de las bolsas, la
cortante dureza del quebracho y su color, antes de ser embarcado para curtir los
cueros y las pieles de medio mundo.
Curtiembre en Esperanza. El tanino es elemento
central en el tratamiento de los cueros.
Pero es inútil. Las máquinas que
trituraron un bosque han desaparecido; mojarritas nadan en la pileta que
alimentó las baterías y sirvió de piscina a los gerentes; las calderas duermen
amontonadas como grandes elefantes muertos.
La fábrica de tanino de Villa Ana no fue la primera, ni la última, ni la más
importante entre las plantas de La Forestal clausuradas en los últimos veinte
años. Pero ninguna dejó un testimonio tan impresionante de la caída de un
imperio. A su alrededor, el pueblo agoniza desde 1957. Sus nueve mil habitantes
se redujeron a tres mil. Diez mil hacheros de la zona emigraron o cayeron en
primitivas formas de subsistencia.
No quedan huellas de sus ranchos de paja, pero el pueblo Forestal, que albergó a
funcionarios y empleados, subsiste con sus casas de ladrillos encalados en color
crema, sus galerías de tirantes rojos, sus techos a dos aguas. Cuatro de cada
diez están hoy desocupadas, y una que ocupa media manzana con jardín acaba de
venderse en setenta mil pesos.
Sobre la plaza, en una esquina, la puerta del único hotel permanece
inexorablemente cerrada. Nada se mueve bajo el abrasador sol de la siesta. Un
potrero donde pastan los caballos fue pista de aterrizaje; la cancha de golf
donde se jugaron torneos internacionales ha sido removida por el arado. "Aquí
vino la reina de Inglaterra", dice una voz que también parece ausente. Y ella
misma contesta:
-Vivimos de recuerdos.
De los recuerdos más bien se muere, pero le voy a contar una cosa
insignificante. No vale la pena que la anote. Yo tenía nueve años y estaba
muerto de sueño, esperando que empezara el cine. Papá y mamá también, y todo el
pueblo inquieto, porque era la época en que se alzaron los hacheros. Hasta que
entró el gerente y se apagaron las luces. El cine empezaba cuando llegaba el
gerente de La Forestal.
Por Adrián Zarrilli
Univerisdad Nacional de Quilmes, Universidad Nacional de La Plata y CONICET,
Argentina, trabajo presentado al XXII International Congress of the Latin
American Studies Association, Miami, Florida. March 16-18, 2000
La relación sociedad-naturaleza
Existe una estrecha relación entre sociedad y medio ambiente, ya que los mismos
son respectivamente subsistemas conformados del sistema global que se
condicionan entre sí. Por consiguiente, el desarrollo histórico de una sociedad
depende en medida considerable de su base ecológica y de sus recursos naturales,
mientras que el tipo y grado de desarrollo afectan directamente esa base
ambiental. Por ello resulta prioritario para un análisis bajo esta perspectiva,
el reconocimiento exhaustivo de la base actual y potencial de recursos naturales
de una sociedad. Sin embargo, debe tenerse en cuenta que la propia condición de
"recurso" que se le atribuye a algún elemento de la naturaleza depende del
conocimiento empírico, tecnológico y científico, tanto como de las prioridades
sociales.
Los conocimientos científicos y tecnológicos están dirigidos a reproducir el
estilo de desarrollo a corto plazo. La carencia básica es de análisis dinámicos,
desde un punto de vista integral, que permitan interpretar dos subsistemas, el
social y el natural, y sus interrelaciones. Un análisis integral tiene que
incorporar las formas en que la acción antrópica influye sobre los sistemas, el
grado en que se modifican algunos de sus atributos como estabilidad,
elasticidad, etc, la comprobación de daños, los niveles de artificialización,
así como su capacidad de adaptación ante los cambios de factores climáticos.
Una
visita a Villa Ana
Fue La Forestal una companía de capitales ingleses que desembarcó en el Chaco
austral entre fines del 19 y mitad del 20 para explotar el tanino del quebracho,
químico utilizado en el curtido del cuero. Para ello construyó factorias,
puertos, vías ferreas, caminos, obrajes, levantó poblados. En el momento de su
mayor expansión señoreaba millones de hectáreas a la vera del Paraná y regía los
destinos de miles de personas. Los movimientos migratorios de la región se
organizaban según su necesidad: oleadas de empobrecidos correntinos cruzaron el
río para ofrecerle sus brazos como hacheros. Gente hubo que nació, vivió y murió
en terreno de la Forestal, sin salir jamás de su influjo. En sus dominios
circulaba su moneda - yo he visto unas de hierro forjado: "Vale por un kilo de
carne", carne que se vendía en sus propias carnicerías desde luego - y se
imponía su ley, aplicada por un cuerpo policial volante, "los cardenales", que a
falta de cárceles - o porque estas eran costosas - castigaban el robo de vacunos
de la Companía marcando a fuego con el hierro del ganado a los ladrones. Todos
los comisarios y los jueces de paz a la redonda - y varios políticos en Santa Fe
y en Buenos Aires - estaban en la nómina de pagos de La Forestal. Fueron,
ciertamente, un factor de progreso: Los asentamientos de la empresa gozaron de
luz eléctrica o agua corriente antes que la capital provincial, provistas por
los generadores y las bombas de las tanineras al entorno de casas estilo
colonial inglés, techos rojos a dos aguas y galería circundando la construcción
de paredes blancas con amplias aberturas.
Por eso ir a Villa Ana ahora, en estas décadas, es un raro turismo. Acabado el
quebracho y retirada ya la Companía, sus antiguas dependencias - sus oficinas,
sus depósitos, las viviendas de sus administradores y técnicos - pasaron al
Estado Provincial que no tuvo mejor idea que distribuírlas generosamente entre
las dependencias oficiales. En Villa Ana la gente es pobre pero el Jardín de
Infantes tiene un edificio propio, apto para albergar a diez veces más niños de
los que educa. La Escuela Primaria, otro tanto. En las enormes aulas rebota y se
pierde la voz de la maestra frente a un puñado de niños. En el Dispensario la
dependiente se queja por la extensión del piso que debe barrer a diario -
mantener mínimamente limpios y funcionando esos espacios es el agobio de sus
servidores, mucho más que la atención del puñado de ciudadanos que concurren a
ser atendidos. Villa Ana abunda en empleados públicos, en jubilados, en niños
criados por abuelas mientras los padres emigran.
Durante la jornada laboral moran los servidores públicos en estos caserones pero
luego vuelven a su mas modestas casas, a menudo ranchos de adobe, mezcla de
barro y paja que las lluvias van destruyendo. La Fábrica fue desguazada por
ellos, hace mucho, y a alguien se le ocurrió mejorar su vivienda con una
protección metálica: los planchones remachados de la factoría fueron cortados a
soplete y trasladados y amurados en torno a los ranchos para protegerlos de los
aguaceros. Luego los pintaron de colores vivos: verdes, azules, rojos.
Rápidamente los bautizamos "los ranchos blindados"; rara cruza entre vivienda
rural y tanque de la Primera Guerra y conformando un colorido barrio con
remembranzas de La Boca.
Y cualquier viejo, si Ud. le da charla, le contará sobre las glorias de antaño.
Fuente: http://tapera.info/?p=366 (2007)
En ese sentido muchos de los diagnósticos han eludido entrar a fondo en la
interpretación de las contradicciones sociedad-naturaleza que se dan en los
modos de producción predominantes en nuestro continente. Los enfoques que
atribuyen el origen del deterioro de la naturaleza al costo natural del progreso
científico y tecnológico encubren la utilización que determinadas fuerzas
sociales están haciendo de ella, estas consecuencias no son una fatalidad que
esté implícita en el propio progreso, sino el resultado de las formas de
desarrollo impulsadas por los sectores y grupos dominantes.
Aunque el hombre sea ,por lo general, quien desencadena con nuevas acciones los
cambios en la interacción sociedad-naturaleza, en muchos casos son los cambios
catastróficos o evolutivos de la propia naturaleza los que determinan las
modificaciones de la sociedad. Sea que esta desencadene los cambios en las
interacciones, o que no esté sino reaccionando frente a cambios ambientales, las
acciones sociales están de todas maneras condicionadas cultural e históricamente
por su experiencia, conocimientos y percepciones acumuladas en cuanto a las
acciones mutuas hombre-naturaleza. Uno de los procesos formativos culturales más
importantes es precisamente la adquisición de una sabiduría ecológica empírica
en relación con las formas permisibles y tolerables de explotación de la
naturaleza circundante, de cuya reproducción depende la supervivencia de la
población.
Nuestro objetivo central es, entonces, el estudio de esta especialización de los
recursos primarios en una región y un momento histórico determinados. Su
transformación artificial, sus conflictos, grados de especialización, la
racionalidad, la interacción y el deterioro progresivo de los mismos. Pero,
primeramente, enunciaremos como abordaron la temática del medio ambiente las
versiones clásicas y las alternativas a ellas.
Cada modo histórico de producción, cada sistema económico y social, ha combinado
de manera específica el trabajo humano, los saberes, los recursos naturales y
los medios de producción con el fin de producir (transformando y a la vez
consumiendo recursos naturales), distribuir y reproducir los bienes necesarios
en cada momento histórico para la vida. Es por ello que el objetivo esencial de
la Historia Ecológica se centra en el conocimiento de la lógica económica, de
las normas éticas y culturales propias de cada forma histórica de producción, ya
que al influir en las prácticas de los agentes sociales en relación al medio,
determinan el menor o el mayor grado de sostenibilidad de la producción. Dicho
en otros términos: cada formación social de producción, entendida en su dobre
vertiente de explotación del trabajo humano y de la naturtaleza, marca los
límites históricamente precisos a la eficiencia en el manejo de los ecosistemas.
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales y la
degradación ambiental han caracterizado los procesos de incorporación de las
tierras boscosas a la economía capitalista. Los recursos ambientales han sido
una condición, pero también una externalidad y un costo del proceso de
producción de ganancias y excedentes económicos. Dos cuestiones se conjugaron en
esta transformación: por una parte la valoración de la naturaleza, por parte de
los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los recursos. Por
otra parte, la crisis de realización del capital y la innovación tecnológica que
llevaron a reducir los ciclos de recomposición y revalorización del capital, lo
cual generó procesos de producción destructiva capaces de multiplicar y acelerar
la extracción de recursos no renovables, tal como ocurrió con las explotaciones
forestales argentinas y del Gran Chaco en particular. Estas condiciones de
reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones productivos
orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin considerar las
condiciones de conservación y regeneración de los recursos renovables,
induciendo procesos que han degradado la calidad ambiental y los niveles de
vida.
La riqueza forestal y el aprovechamiento de las maderas más buscadas, se
constituyó a mediados de la década de 1890, en el atractivo económico más
importante para la penetración en la zona del Gran Chaco Argentino. Pero esta
incorporación del territorio boscoso a la producción capitalista no fue
realizada con control estatal nacional o provincial, por el contrario solamente
hubo algunas normativas legales aisladas. Esta situación permitió una
explotación extractiva de carácter meramente coyuntural, sin intentar siquiera
la reproducción de las materias primas, con los consabidos perjuicios
socioeconómicos para la región.
Santa Fe al norte, historias de saqueos y
explotación
La explotación de los ecosistemas
del nordeste argentino resultó totalmente contradictoria con las potencialidades
naturales de regeneración del bosque y poco o nada se investigaron las
posibilidades de regeneración artificial. Nuevamente es esta forma de
explotación la que contrastaba con el conservativo sistema pampeano. La
expoliación se basó en la cómplice indiferencia oficial: la política fue dejar
hacer: el Estado hizo renuncia de su poder de policía aun cuando las denuncias
provinieran de sus propios delegados.
La política ambiental del período considerado en el presente proyecto, puede ser
caracterizada como de "inacción"; advirtiendo que durante todo este lapso, se
explotaron los bosques con un criterio "minero", es decir, puramente extractivo,
sin prever su reposición, lo que de hecho los transformó en un recurso no
renovable.
Sí como se dijo, la explotación forestal, no mereció por parte del Estado mayor
atención y control, el resultado directo se dejo sentir sobre los bosques que
fueron talados, empleando generalmente mano de obra indígena o de zonas
limítrofes, sin planificación económica alguna, llevada adelante por
particulares a quienes sólo preocupaba su lucro personal o sectorial y que poco
parece haber reinvertido en la región degradada. Desde la legislación propuesta
por el presidente Nicolás Avellaneda en 1879-80, base de la ley de tierras de
1903 y del decreto del mismo año reglamentario de la explotación de bosques y
yerbales, no se adoptaron resoluciones significativas hasta fines de los años
40. La destrucción de nuestros bosques, se vió facilitada por el económico y
fácil acceso a las vías férreas y marítimas en la región subtropical y en el sur
argentino. Mientras el fisco resultaba defraudado por las explotaciones
clandestinas, que eludían fácilmente el sistema caduco de contralor puesto en
práctica.
En este sentido la legislación forestal en el orden nacional resultó escasa y
poco precisa y su aplicación generalmente ineficaz. Tales características se
acentúan en el caso de la legislación provincial, dirigida fundamentalmente a
obtener recursos fiscales, descuidando la preservación de los bosques y sus
riquezas. En consecuencia, es factible advertir el desamparo de la región que
podría estar asociado tanto a la inacción estatal cuanto a la ausencia de una
burguesía local establecida.
Recién en 1948 con el dictado de la ley Nº13273 de defensa, mejoramiento y
ampliación de bosques, se marca una ruptura en la comprensión del sistema de
explotación forestal argentino. El Estado Nacional comienza a interesarse por
las cuestiones referidas a la protección de los bosques, dando lugar a una
legislación que llenó el vacío legal al que se hizo alusión. Es recién en ese
año cuando el Poder Legislativo Nacional, emprenderá un estudio medular sobre el
problema forestal, nombrándose al efecto una Comisión Especial Maderera y de
Reforestación (de la cual participaron todos los sectores comprometidos directa
o indirectamente con la cuestión forestal), que llega a término con el dictado
de la ley, en el marco de una nueva orientación política y económica de la
Argentina.
El Gran Chaco Argentino
La Forestal contaba con ferrocarriles propios en sus
extensos territorios
En el nordeste argentino, la región
del Gran Chaco (Formosa, Chaco, Norte de Santa Fe, Santiago del Estero y este de
Tucumán y Salta) después de experimentar los resultados poco halagueños de una
economía ganadera criolla y el ciclo azucarero que ese extingue frente al avance
tucumano, ensaya –desde el último quinquenio del siglo XIX- la práctica de la
explotación de su riqueza forestal quebrachera (1). .
La subregión este o Chaco santafesino es el área del quebracho colorado taninero
por excelencia, cercana a las vías fluviales, donde se instalan las más
importantes sociedades anónimas forestales de capital extranjero lideradas por
"The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd" con sede en Londres y "Las
Palmas del Chaco Austral S.A.". Son ellas las que comercializan tanino y
rollizos de quebracho con destino al mercado externo
(fundamentalmente a Alemania, Gran Bretaña, EEUU) desplegando actividades que
procuraban ligar a la región –pero esencialmente a los intereses que ellas
mismas representan- con las metrópolis.
En la región el obraje fue el núcleo urbano-forestal por excelencia, el que
asegura la explotación de la riqueza boscosa; la cual una vez agotada deja tras
de si terreno arrasado que no se reforesta. Detrás de la depredación avanza el
ganado, la tierra se subdivide para formar medianas y pequeñas estancias con una
riqueza pecuaria que no puede competir con la ganadería litoraleña de alta
mestización a pesar de los sucesivos ensayos económicos practicados, dando
muestras de las complejas causas que el fenómeno encierra (2).
La explotación del quebracho
La explotación del quebracho colorado es uno de los más sólidos ejemplos
históricos acerca de la explotación capitalista extractiva de un recurso natural
no renovable y de cómo este sistema expoliativo genera importantes consecuencias
negativas socioeconómicas.
La industria del quebracho se estableció en la Argentina como consecuencia del
descubrimiento efectuado en 1850 por un grupo de técnicos curtidores franceses y
alemanes, de las bondades que ofrecía el tanante obtenido a partir del árbol de
quebracho, especie forestal muy difundida en lo que se conocía como Parque
Chaqueño o Chaco Austral, que comprendía el norte de la provincia de Santa Fe y
las actuales provincias de Chaco, Formosa, Santiago del Estero, este de Salta y
de Jujuy.
Ya desde las últimas décadas del siglo XIX comenzó a utilizarse la madera de
quebracho en el proceso de curtiembre, los hermanos Harteneck utilizaron la
madera de quebracho en su curtiembre de Pirfmansen, Alemania, y basados en los
resultados positivos, decidieron la explotación en Sudamérica. En 1880 comienza
la explotación de rollizos de quebracho colorado para diversas curtiembres
nacionales, por medio de una aserrinera impulsada a vapor.
Para 1890 se inaugura en nuestro país la industria del tanino, con la
instalación de la primera fábrica en Pehuajó, cerca del Empedrado (Corrientes)
por una sociedad alemana de Hamburgo, Herwig y Schmidt.
A partir de ese momento empieza a gestarse lo que después sería The Forestal
Land, Timber and Railway Co. Ltd. Por un lado, los hermanos Harteneck, quienes
estaban estrechamente vinculados con dos firmas de Hamburgo (Herwig y Renner)
instalan, con la colaboración del Sr. Carlos Casado, una fábrica en Calchaquí en
1898. Por otro lado, anteriormente la firma Portalis y Cía., que ya explotaba
bosques, construye, en 1895, una fábrica de tanino en Fives Ville. La industria
del tanino se expandía rápidamente a principios de siglo. Las exportaciones de
tanino y rollizo eran las siguientes:
Tanino (exportaciones en toneladas):
1895 402
1900 5.957
1905 29.408
Rollizo (exportaciones en toneladas):
1895 172.949
1900 239.836
1905 285.587
Ruinas de una fábrica de La Forestal en Villa Ana, Santa
Fe (2006)
Como vemos, era mucho más importante
la exportación del rollizo que la de extracto de colorado. La primacía de la
exportación de rollizo sobre el tanino recién se altera en 1913, año en que
cambia la relación a favor del tanino (3).
En el marco de esta expansión, los directores de La Forestal del Chaco, deciden
aumentar el volumen de su producción, para lo cual deben realizar nuevas
inversiones de capital. En 1905 se entrevistaron con el Barón Emile de Erlanger
de la firma Emile de Erlanger y Cía. De Londres, que se dedicaban a financiar
empresas industriales en los países sudamericanos, a través del Banco Anglo
Sudamericano controlado por ellos.
El Barón Erlanger aprobó la propuesta después de un estudio, y ya el 26 de marzo
de 1905 se inscribe en el Registro Público de Comercio de la ciudad de Londres
la constitución de The Forestal Land Timber and Railway Co. Ltd., con sede en
Londres y con un capital de un millón de libras esterlinas, dividido en acciones
ordinarias y preferidas por partes iguales. También se emiten 550.000 libras
esterlinas en debentures con el 5% de interés anual.
Aquí comienza lo que podemos llamar el primer período de The Forestal, que se
extiende hasta 1904. Durante 1902, las empresas Harteneck y Cía. Y Portalis y
Co., se fusionan en una misma empresa donde también participa el Sr. Renner de
la "Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und C. Aktiengesellschaft" de Hamburgo.
Alemania, que, ya anteriormente, comercializaba producción de tanino y fabricaba
el mismo en Europa.
La nueva empresa se denomina Compañía Forestal del Chaco y pasó a ser la más
importante productora de tanino de quebracho en el orden mundial. Su directorio
estaba integrado por Carlos y Alberto Hartneck, Federico y Carlos Portalis,
Víctor Negri, Brígido Terán y otros, con un capital social de m$n 3.000.000.
Entonces, La Forestal del Chaco posee: las fábricas de Calchaquí y Fives Ville,
el F. C. Florencia-Basail y otras redes, con material rodante, locomotoras y
vagones, edificios e instalaciones y el Puerto de Piracuá Miní, donde había
almacenes, depósitos, talleres, aserraderos, curtiembres, etc. Además incorpora
la fábrica de Empedrado, con 7.000 toneladas anuales de producción.
En el año 1903, la Forestal del Chaco instala otra fábrica en Villa Guillermina;
simultáneamente construye un ramal férreo de Villa Guillermina al Puerto de
Piracuacito sobre el Paraná, con la finalidad de embarcar tanino.
En 1904 se funda en el país La Argentina Quebracho Co., fundando como
subsidiaria de la empresa norteamericana New York Tanning Extract Co. Compró
278.477 has. De bosques. Construyó una fábrica en Tartagal con capacidad de
producción de 50 toneladas de tanino anuales y 70.000 toneladas de rollizos que
exportaba a Nueva York. Empleaba 2.000 personas aproximadamente (4).
En 1904 la Cía. Industrial del Chaco instala una planta en Tirol. En 1906 y
continuando con su expansión, la Forestal del Chaco monta una nueva fábrica en
la Gallareta, provincia de Santa Fe, con una capacidad de producción de 7.000
toneladas de tanino al año.
Aquí se nos hace necesario introducir nuevos grupos que van a confluir en lo que
se llamará The Forestal, Land, Timber and Railway Co., más tarde La Forestal
Argentina.
El primero es el Sr. Cristóbal Murrieta & Cía., con quienes, por ley del 22 de
junio de 1872, el Gobierno Provincial de Santa Fe contrató un empréstito, por
intermedio de su apoderado en nuestro país, el Sr. Lucas González. Este caso
será explicado oportunamente. Asimismo, es necesario agregar que Murrieta
adquiere tierras en pago y luego las vende a la Santa Fe Land Co., que luego es
comprada por The Forestal en el año 1914.
The Forestal Land, Timber and Railway Co. Ltd.
La historia comercial de la empresa que con los años sería conocida con el
nombre genérico de La Forestal, es la inmensa influencia en la industria
taninera y en el contexto social de las provincias del Chaco y Santa Fe.
Este es el panorama general de la explotación del extracto de quebracho hasta
alrededor de 1906. Los bienes y tierras de La Forestal del Chaco en la provincia
de Santa Fe fueron valuados en la suma de 764.072 libras esterlinas y los bienes
y tierras ubicados en el Chaco en la cantidad de 294.072 libras esterlinas, lo
que hace un total de 1.058.144 libras esterlinas (5) .
Según un memorándum de constitución de The Forestal, la Cía. Forestal del Chaco
(por acuerdo celebrado en París) había convenido venderle "todas sus propiedades
de toda clase, ferrocarriles, concesiones, privilegios, edificios, plantel de
talleres, derechos, propiedades" por The Forestal.
Estos bienes comprendían:
propiedades sobre-----------------------472.000 has.
Derechos de explotación sobre-----------197.000 has.
Total-----------------------------------669.000 has.
Propiedades sobre-----------------------170 km. de vías férreas
Un ejemplar de quebracho
colorado excepcionalmente grande. Ya no quedan grandes bosques de quebracho en
el país.
Sobre los bienes inmuebles de la
Cía. Forestal del Chaco, que pasaban a integrar el activo de The Forestal, se
constituyó una hipoteca a favor de Sir Robert Harvey y del Barón Federico
Alfredo de Erlanger como "fideicomisario de los bonos de la emisión de
quinientas cincuenta mil libras esterlinas" con que se aumentaba el capital de
la nueva compañía.
Al capital inicial de la Cía. Forestal del Chaco, evaluado como vimos en
1.058.144 libras esterlinas, los financistas ingleses aportan 550.000 libras
esterlinas más, garantizadas con una hipoteca sobre los bienes de la Cía
Forestal del Chaco, con lo cual llegan a 1.628.264 libras esterlinas; por medio
de esto controlan su gestión.
El primer directorio de la empresa se constituye el 16 de agosto de 1906 y está
integrado por: Presidente: Carlos E. Gunther (era también Director del Banco
Anglo Sudamericano, controlado por Erlanger y Presidente de la Cía. De Extracto
de Carne Liebig, o sea el frigorífico "Smithfield" y figuraban como directores
el Sr. Herbert Elman (que también era Director de la British and Foreing Marine
Insurance Co. Ldt), el Barón de Erlanger, H.M. Kersey D.S.O., banqueros, el Sr.
H. Renner (Director de la Gerb und Farbstoffwerke H. Renner und Co.
Aktiengesellschaft, que ya pertenecía a la Cía. Forestal del Cahco); el Sr.
Harteneck y el Sr. Federico Portalis (6).
Las ventas de los productos elaborados se realizaban a través de un agente
alemán (Otto Bolms) de Hamburgo, que actuaba en la Cía. Renner.
El libro de 50° Aniversario de La Forestal nos explica claramente el cartel
organizado en la producción local; dice
"En el momento de la transferencia existía entre los fabricantes de extracto de
quebracho un convenio para asegurar la colación de sus respectivos productos, a
precios razonables y evitar una competencia ruinosa. El control de su convenio
estaba en manos de la Cía. Forestal del Chaco, en su carácter de principal
productos y, por lo tanto, a su debido tiempo fue transferido a la nueva
empresa" (7). .
El período de expansión de La Forestal
En el período comprendido entre 1906 y 1914, The Forestal expande
sistemáticamente sus dominios y organiza el mercado de tanino de quebracho, para
lo cual ha heredado de la Cía. Forestal del Chaco, un mecanismo de regulación de
precios controlado por ella misma.
Dicha expansión se produce en rápida progresión, quedando en 1909 consolidado el
monopolio al obtener el control de ventas de la empresa Quebrachales Fusionados,
su principal competidora (8).
Como ejemplo de la operatoría empresarial de The Forestal tenemos caso de la
absorción de la Compañía de Santa Fe, que sirve de claro modelo de práctica
monopolica.
Por ley del 22 de junio de 1872 el Gobierno Provincial contrató un empréstito
con la firma Murrieta y Cía. De Londres, cuyo apoderado en nuestro país era el
Sr. Lucas González.
Ocho años, más tarde, en septiembre de 1880, el Poder Ejecutivo Provincial, no
habiendo podido saldar el empréstito, manda a las Cámaras un proyecto de ley
donde plantea saldar lo adeudado en estos términos: por el artículo primero, la
tercera parte de la deuda sería satisfecha con bonos del Tesoro, que devengarían
intereses. Con el objeto de acelerar la amortización, estos bonos serían
aceptados por el Estado Provincial en pago de tierras públicas.
Se construye un ferrocarril que irá a atravesar las tierras de The Santa Fe Land
Co., cuya financiación no corre por cuenta de la misma empresa, siendo ellos los
beneficiados. Por el contrario, se emiten bonos que son puestos en circulación,
en los medios económicos de Santa Fe, además se presta dinero a la provincia
para que ésta pueda financiar el ferrocarril, pero deberá devolver ese dinero
más tarde a la propia empresa beneficiada por la construcción, que por otra
parte, hace también el negocio industrial ya que construye el ferrocarril a
través de una subsidiaria.
Compraron además 664 leguas cuadradas a $ 1.500 cada una en el mínimo permitido
por la ley de 1880, Archivo del senado, tomo 22, actas 1880 (9). Murrieta y Cía
pagó $ 1.002.594 por 1.804.563 has., adquiridas a la provincia y vendió al año
siguiente, el 8 de agosto de 1884 a la Cía de tierras de Santa Fe, a razón de $
5.292 la legua cuadrada con un 250 % de ganancia (10).
La transferencia de las tierras de Cristóbal Murrieta y Cía a la Santa Fe Co.
Ltd., le significó a la primera una ganancia de $ 2.402.407, equivalente al
doble de la deuda originaria de la Provincia con Murrieta.
Esta empresa subdividió una parte del terreno adquirido en lo que dieron en
llamar colonial (San Cristóbal, Ñanducita, etc.) loteando extensiones variables
que vendía a agricultores de la misma provincia que estaban invirtiendo los
capitales formados en años de tareas campesinas.
Estos lotes se veían capitalizados por el paso del ya mencionado ferrocarril. De
esa forma la empresa financiera realizaba captando no sólo el capital invertido
más una ganacia, sino los capitales de agricultores locales, generados en años
de trabajo productivo. El servicio prestado era sentar agricultores en zonas sin
otra organización que el ferrocarril, que algunos años más tarde terminaron
comprando.
En el informe del Sr. Marzoratti a la Secretaría de Industria señala:
"Asimismo, la nueva empresa (The Forestal Land, Timber and Railways Co. Ltd)
recibió la concesión de los rollizos destinado a la exportación como asimismo el
extracto de quebracho producido por la Santa Fe Land Co" (11).
O sea que había relaciones comerciales entre quien compraba rollizos y la Santa
Fe Land Co. Y también entre ésta y la Cía Forestal del Chaco, a la que vendía
rollizos. Estas relaciones se continúan con The Forestal, a la que vende toda su
producción de rollizos, como así también una pequeña cantidad de tanino que
producía.
En 1914, treinta años después de
haberse constituido, la Santa Fe Land Co es comprada por The Forestal.
La espera de estos treinta años, desde la fundación de The Santa Fe Land Co.
Hasta la venta de sus bienes a The Forestal, se debió a la extensa ocupación de
extensos lotes fiscales que, previo pago de los impuestos, pasaron a su
propiedad por la "ley de posesión treintañal", precisamente en 1914.
Superficie propiedad de La Forestal:
Santa Fe--------------------1.937.487 has
Chaco-----------------------328.688 has
Total------------------------2.266.175 has
La producción de tanino es ese período fue la siguiente:
1905 29.408 tons.
1910 53.251 tons.
1915 110.213 tons
En el año 1914 podemos decir que comienza un nuevo período para la industria del
extracto de quebracho en nuestro país. Hasta la fecha de iniciación de la
primera guerra, la política comercial de la empresa es marcadamente
expansionista mientras controla completamente a su competencia y en parte la
absorbe.
Con la guerra sobreviene una momentánea dislocación en el funcionamiento de The
Forestal, ya que su aparato funcionaba en Hamburgo y su director en Londres.
Marzoratti dice en su informe: "al frente de la misma se encontraban
funcionarios casi todos ellos de origen alemán" refiriéndose a la organización
de The Forestal en la Argentina. Con la guerra, la empresa se ve obligada a
organizar su propio aparato de ventas centralizado en Londres (12).
"Durante la guerra el gobierno Británico permitió que la Co. Retuviera parte de
su personal, ya que la industria del quebracho fue considerada como una de las
industrias clave para el esfuerzo de guerra por la causa aliada" (13).
A pesar del bloqueo de algunos países europeos, las ventas de extracto se
expanden sin parar, en la siguiente progresión:
Año Toneladas
1914 80.153
1915 110.213
1916 97.574
1917 90.777
1918 132.956
1919 139.667
1920 101.627
"En realidad puede afirmarse que fue durante la iniciación del conflicto europeo
de 1914 que se produce el auge y la proliferación de instalación de fábricas de
extracto de Quebracho, la mayoría de las cuales se ubicaron en la zona del
Chaco" (14).
Hasta superaba en toneladas y en valores a la exportación de tanino. Si tenemos
en cuenta que casi toda la comercialización estaba controlada por The Forestal y
los rollizos eran industrializados por fábricas europeas y norteamericanas,
resalta el hecho de que precisamente se produce un auge de fabricantes
nacionales de tanino y se invierten las tendencias del mercado internacional a
favor del tanino contra el rollizo.
Ante el surgimiento de diez fábricas de tanino, The Forestal abandonó su
política comercial anterior y adopta una nueva. En 1919, después de haber
completado la organización de su estructura de ventas, con sede en Londres,
organiza con los productores nacionales existentes en esa época, un cartel
llamado "Pool de fabricantes de extracto de quebracho" en base de financiaciones
y adjudicándose, a cambio de ello, el monopolio de ventas en los mercados
internacionales.
El pool estaba integrado por diez empresas y The Forestal cubría cerca del 55%
de la producción y se hacía cargo de toda la comercialización. El mismo se
organizó en 1919 y duró hasta 1923.
Empresas que formaron el primer pool: Producción ton/año
- La Forestal 100.000
- Quebrachales fusionados 18.000
- Las Palmas del Chaco Austral 9.000
- La Formosa 9.000
- Campos y Quebrachales, Pto. Sastre 9.000
- Carlos Casado Ltda. 9.000
- Puerto Guaraní 7.500
- Puerto Galileo 5.000
- Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía. 8.000
- Argentine Timber & Estates Co. 2.500
Total 177.000
Condiciones generales del pool:
Art. 2: La Forestal desempeñará el cargo de Agentes-Administradores-Vendedores
Art. 4: La Forestal se obliga a recibir por parte del pool el 70% de la referida
producción máxima.
Art. 19: La Forestal entregará al fabricante 100 pesos oro sellado por tonelada.
En caso que las existencias en Buenos Aires superaran las 15.000 toneladas. La
Forestal tendrá el derecho de suspender los pagos a que se refiere este artículo
hasta que bajen nuevamente a menos de 15.000 toneladas.
Art. 22: La Forestal no recibirá remuneración alguna por actuar como agentes
vendedores, salvo la que se refiere en el artículo 24.
Art. 24: Si en el año calendario determinado el producto neto de las ventas del
pool excedieran de $100 oro sellado por tonelada de extracto entregado al pool,
el 20% de tal excedente corresponderá a La Forestal en retribución de sus
servicios como agentes vendedores. El 80% restante se redistribuirá entre los
fabricantes en proporción de su parte de producción total, es decir la cantidad
efectivamente entregada al pool.
Art. 26: Quedan nombrados como liquidadores del pool la firma de Contadores
Revisadores Señores Touche, Faller & Cía. (15).
Formación del 2° Pool 1926-1931 o "Convenio de Caballeros":
Como consecuencia de la antedicha ley de Represión de Monopolios y la
desaparición del primer pool, se produce entre los productores una agresiva
competencia de precios, que significó un gran perjuicio a la economía nacional;
el 1° de marzo de 1926, La Forestal consiente en organizar un nuevo pool, esta
vez llamado "Convenio de Caballeros".
Los integrantes del referido Convenio fueron los siguientes:
Firmas integrantes del Convenio:
Producción ton/año
La Forestal (incluyendo Fontana y Refinería Argentina)---------164.210
Quebrachales Fusionados--------------------------------------25.656
Materias colorantes--------------------------------------------9.312
Nellen & Turk--------------------------------------------------6.684
Atorrasagasti, Bargués, Piazza y Cía---------------------------13.600
Carlos Casado Ltda-------------------------------------------11.520
Campos y Quebrachales Puerto Sastre-------------------------11.400
Demetrio Baranda---------------------------------------------11.000
Cía. Forestal del Puerto Sastre--------------------------------11.400
Las Mercedes-------------------------------------------------9.144
La Chaqueña--------------------------------------------------7.872
Walter Hinckeldeyn--------------------------------------------5.952
Francia Argentina----------------------------------------------7.592
Compañía Noruego Argentina-----------------------------------4.416
José Femenía--------------------------------------------------7.488
La Formosa---------------------------------------------------10.560
Total:-------------------------------------------------------317.806
Empresas adheridas al Convenio:
International Products Corporation------------------------------30.000
Empresas no integrantes del Convenio (Outsiders)
Guillermo Welbers-----------------------------------------------6.000
Enrique Pfahl---------------------------------------------------1.500
Otto Franke (ex Argentine Timber & Estates)---------------------2.500
Las Palmas del Chaco Austral------------------------------------9.000
Total:---------------------------------------------------------19.000
Empresas del Convenio: 317.806
Empresas adheridas al Convenio: 30.000
Empresas no integrantes del Convenio: 19.000
Total: 366.806
Estos datos fueron extraídos del informe Marzoratti.
Este "Convenio de Caballeros" tenía una duración de tres años.
A fines de 1928, al encararse la renovación del pool, se produce la novedad de
que algunos de las fábricas anteriormente nombradas han ampliado su producción
hasta sobrepasar las 450.000 toneladas totales. De todos modos, el Convenio se
prolongó hasta 1931. Este pool, por acuerdo, debió terminar el 31 de diciembre
de 1931, pero, a causa de su política de precios, que se consideró abusiva, se
produjo una pronunciada disminución de la demanda.
Esto trajo aparejada fuertes discrepancias entre sus componentes, especialmente
entre Quebrachales Fusionados y La Forestal. Como consecuencia de esto, este
segundo pool se disolvió prematuramente en el mes de julio de 1931. La Forestal,
en el momento de la ruptura, poseía alrededor de un millón de toneladas de
tanino correspondiente a stock no vendido procedente de los fabricantes que
integraban el pool fiscalizado por ella misma; luego, ante esta situación,
resolvieron producir lo que dieron en llamar "una purga a la industria",
declarando una significativa baja en el precio de venta del producto.
En esta fecha, 1931, The Foerastal Land, Timber and Railway Co. Ltd.,
agrupándose con Fontana Ltda., y con D. Baranda Ltda., constituye La Forestal
Argentina Sociedad Anónima Industrial, Comercial y Agropecuaria, a quien en
adelante llamaremos La Forestal.
"La superficie de las tierras comprendidas en la operación era de 721.561 has.
En Santa Fe y 467.937 en el Chaco, totalizando 1.189.498 has. Estas cifras
evidencian que La Forestal había vendido y entregado ya en ésta época cerca de
1.200.000 has., prácticamente la mitad de los terrenos que poseía a fines de
1914 (16)" ". Extraído de "publicación de La Forestal.
La Forestal empieza a desprenderse de sus tierras.
A partir de este momento sólo se construyen cuatro fábricas más: La Verde en
1939, Monte Quemado en 1941, Santiago del estero en 1942 y, en el mismo año,
Vinalito Yuto (Jujuy).
En 1932, La Forestal empieza a comprar acciones de Quebrachales Fusionados y en
1964 adquiere la mayoría del paquete accionario, eliminando así su mayor
competidor.
A partir de entonces comienza un nuevo período en la industria taninera
nacional, que podríamos caracterizar como de transición a la decadencia. Al año
1943, ya habían cerrado las plantas de Colonia Benítez (1932), Reconquista
(1941) y Puerto Bermejo (1943).
En 1937 se forma el tercer pool hasta que en 1945 La Forestal deja de controlar
la producción taninera. Entre los años 1946 y 1947, a causa de la segunda guerra
mundial, se produce un nuevo auge de las exportaciones de extracto de quebracho,
pero finalizado esto, ya se inicia un último proceso, que llega hasta nuestros
días, produciéndose el cierre masivo de plantas productoras de tanino.
Entre 1930 y 1940, la situación, en lo que hace a la distribución geográfica de
la industria, era la siguiente:
República Argentina: Pcia del Chaco: 16 fábricas
Pcia de Santa Fe: 8
Pcia de Santiago del Estero: 2
Pcia de Formosa: 2
Pcia de Jujuy: 1
Pcia de Corrientes: 1
República del Paraguay:
Puerto Sastre: 1
Puerto Casado: 1
Puerto Guaraní: 1
Puerto Pinasco: 1
En esa distribución, la participación de las distintas provincias argentinas, en
el porcentaje de establecimientos que cada una tenía con respecto al total del
país, era la siguiente:
Pcia del Chaco: 53,4%
Pcia de Santa Fe: 26,6%
Pcia de Santiago del Estero: 6,7%
Pcia de Formosa: 6,7%
Pcia de Jujuy: 3,3%
Pcia de Corrientes: 3,3%
De esta forma, las fábricas argentinas, en número de treinta, representaban el
89,3% del total de plantas productoras de extracto de quebracho en el mundo,
correspondiéndole a Paraguay, con cuatro establecimientos el 10,7%.
Surgen entonces con claridad tres períodos de instalaciones de fábricas: el
primero es el del comienzo de la actividad industrial, o sea hasta 1909, el
segundo comienza prácticamente con la primera guerra mundial (1915) y se
extiende hasta 1925 y el tercero coincide con la segunda guerra mundial, 1939 a
1942; en ese año, 1942, se instala la última fábrica.
Asimismo se observan dos períodos de cierre: el primero va desde 1922 hasta 1934
y el segundo desde 1950 a 1962, que se continúa en forma sistemática.
Se puede señalar, asimismo, que el segundo período de cierre coincide con la
implantación de un llamado plan de racionalización, tendiente a disminuir la
capacidad del extracto de quebracho argentino, lo que se ejecuta a través del
cierre de las propias fábricas de La Forestal y de otras, produciéndose el
desmantelamiento de las mismas. En ese mismo período se aumentan las
plantaciones de mimosa y se ponen en funcionamiento nuevas plantas de extracto
de la misma, culminando esta situación con un acuerdo monopolístico de precios,
que resulta ser más elevado de la historia y facilita, de esta manera, el
afianzamiento de las fábricas elaboradas de extracto de mimosa. Esto último se
lleva a cabo entre los años 1951 y 1956.
La Forestal, evidentemente, no tenía interés en el desarrollo de la competencia
y en la posible perturbación de su acción monopólica, explicando esto en muchos
casos, la compra de establecimientos, de paquetes accionarios, etc.
Por otra parte, teniendo en cuenta que muchas fábricas casi no trabajaron, se
desprende que algunas de ellas se instalaban para luego ser vendidas y otras no
disponían de la materia prima necesaria o, simplemente, no habían estudiado los
proyectos a fondo (17). .
La existencia de los cupos de producción no siempre se utilizó con sano criterio
y se observan frecuentes casos de cierres de fábricas con transferencia de
cupos.
La mayor parte de los bosques chaqueños fueron aprovechados mediante el
otorgamiento de concesiones, sin tomar en cuenta el valor real de la madera en
pie o lo que costaría reponer los bosques explotados. Generalmente las cláusulas
sobre regeneración del bosque cuando existieron no fueron respetadas. Además la
desaparición de grandes extensiones boscosas provoca daños visibles al medio
ambiente y otras alteraciones no menos importantes pero más difíciles de
evaluar. Entre las promeras tenemos: erosión, formación de dunas,
desertificación, avalanchas, embancamiento de ríos, extinción de especies. Entre
las segundas: cambios climáticos y aumento del dióxido de carbono. (18).
Conclusiones
Las inversiones nacionales trascienden la frontera y expanden la explotación
forestal al Chaco paraguayo. Sus beneficios y capitales invertidos están a
salvo, los de las economías marginales no; porque la reinversión allí no se
produce. La ausencia de una burguesóa local con asentamiento en la región deja
un lugar vacante en estos territorios nacionales y provinciales que los sectores
más influyentes de la economía metropolitana y de la región pampeana. A pesar de
no ser el Nordeste argentino una región aislada –ya que cuenta con los rieles de
tres compañías ferroviarias y una adecuada red fluvial- su marginalidad se
mantiene. Razones políticas y socioeconómicas explican una situación de
desequilibrio interregional que, paradójicamente, alimenta la permanencia,
fortalecimiento y hegemonía de la elite dirigente de base agroexportadora que da
sustento a la Argentina Moderna
La destrucción ecológica, la sobreexplotación de los recursos naturales y la
degradación ambiental han caracterizado los procesos de incorporación de las
tierras boscosas a la economía capitalista. Los recursos ambientales han sido
una condición, pero también una externalidad y un costo del proceso de
producción de ganancias y excedentes económicos. Dos cuestiones se conjugaron en
esta transformación: por una parte la valoración de la naturaleza, por parte de
los actores sociales, que favoreció la sobreexplotación de los recursos. Por
otra parte, la crisis de realización del capital y la innovación tecnológica que
llevaron a reducir los ciclos de recomposición y revalorización del capital, lo
cual generó procesos de producción destructiva capaces de multiplicar y acelerar
la extracción de recursos no renovables, tal como ocurrió con las explotaciones
forestales argentinas y del Gran Chaco en particular. Estas condiciones de
reproducción del capital han llevado a desarrollar patrones productivos
orientados a maximizar las ganancias de corto plazo, sin considerar las
condiciones de conservación y regeneración de los recursos renovables,
induciendo procesos que han degradado la calidad ambiental y los niveles de
vida.
La racionalidad económica capitalista se caracteriza por el desajuste entre las
formas y ritmos de extracción, explotación y transformación de los recursos
naturales y las condiciones ecológicas para su conservación, regeneración y
aprovechamiento sustentable. La aceleración en los ritmos de rotación del
capital y en la capitalización de la renta del suelo para maximizar las
ganancias o los excedentes económicos en el corto plazo pudieron ser causales
que generaron una creciente presión sobre el medio ambiente. Esta racionalidad
económica aparecer asociada con patrones tecnológicos que tienden a uniformar la
explotación y a reducir la biodiversibilidad.
La sociedad humana conforma su medio ambiente, pero al mismo tiempo su
supervivencia y desarrollo exigen la explotación del mismo. Se encuentra así en
una situación de juez y parte con respecto a la naturaleza, ya que la
explotación del medio ambiente interfiere con los ciclos ecológicos mencionados
anteriormente. Estas interferencias pueden ser asimiladas por los ecosistemas,
ya que éstos gracias a su heterogeneidad y complejidad, poseen una capacidad
relativamente amplia de "absorción de interferencias", de regeneración y
autorreproducción. Pero si exceden ciertos límites, la intensidad o persistencia
de la interferencia pueden llegar a desorganizar los ciclos regeneradores y
reproductivos de los ecosistemas, a tal punto de producir un colapso ecológico,
exigiendo los consiguientes reajustes sociales. En este sentido, es posible
considerar a esas interferencias, sus grados de intensidad y sus reajustes
sociales, como medios aptos para conocer la situación y evolución de las
regiones forestales nacionales y particularmente en el llamado Gran Chaco.
Notas
1. BORRINI, Héctor. "La industria a fines del siglo XIX en el Territorio
Nacional del Chaco". En: Octavo Congreso Nacional y Regional de Historia
Argentina". Bs As, 1988.; GIRBAL-BLACHA, Noemí. "Reflexiones sobre la historia
rural y la situación agraria de las economías extrapampeanas. El caso del Gran
Chaco Argentino y la explotación forestal (1895-1930)". En: BJERG, M. y REGUERA,
A. Problemas de historia agraria. Tandil, UNCPA, 1995, p. 272.
2. GIRBAL-BLACHA, Noemí. "Reflexiones sobre...op.cit. p.273.
3. CONSEJO FEDERAL DE INVERSIONES (1973). Diagnóstico sobre fabricación de
resinas fenólicas. Provincia del Chaco. Bs As, Serie Técnica 22, p.23
4. Idem, p.24
5. Idem, p.28
6. Monitor de Sociedades Anónimas, 1906
7. La Forestal al Servicio de la Grandeza Argentina. p.7
Período 1906-1914- Expansión de The Forestal.
1906- Recibe la concesión de los rollizos destinados a la exportación y del
extracto de quebracho producido por la Santa Fe Land Co.
1907- El Directorio de The Forestal decide construir su propia flota fluvial.
1908- Compra la totalidad del paquete accionario de la Cía. El Tanino,
elaboración de extracto de quebracho, con fábrica en El Mocoví.
1909- Toma el control de ventas de su principal competidora: la Cía Quebrachales
Fusionados, consolidando el monopolio.
1909- Se hace cargo de la colocación en el exterior de la producción de Carlos
Casado Ltda y de Puerto Galileo, empresas paraguayas.
1909- Compra en su totalidad la Cía Argentina de Lanchas.
1910- Compra el Ferrocarril Ocampo. Ya en esta fecha posee 26.000 cabezas de
ganado en sus tierras.
1913- Compra las tierras de la Santa Fe Land Co. (1).
1913- Compra la Cía de Tanino de Santa Fe con las propiedades ganaderas de San
Cristóbal, las Cuñas y Barrancosa, 95 Km. De ferrocarril y otros bienes.
1913- Compra la Argentine Quebracho Co. Con fábrica en Tartagal.
8. Empréstito de Cristóbal Murrieta y Cía.
9. Idem P.100
10. Consejo Federal de Inversiones...op. cit, p.28-29
11. informe del Sr. Marzoratti a la Secretaría de Industria y Minería
(expediente N° 20003/59 del 2 de enero de 1959, p.33
12. Informe Marzoratti, pág. 35
13. Idem.
14. Informe Marzoratti, pág. 36.
15. Consejo Federal de Inversiones...op.cit.p.33
16. La Forestal al servicio de la grandeza Argentina,, p.112
17. Consejo Federal de Inversiones... Diagnóstico...34
18. SALCEDO, S. y LEYTON, I. "El sector forestal latinoamericano". En: SUNKEL,
O. y GIGLIO, N. Estilos de desarrollo y medio ambiente en la América Latina.
México, FCE, 1980, p.454.
Aportado por: Revista Trabajo y Sociedad, Indagaciones sobre el empleo, la
cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas -
www.geocities.com/trabajoysociedad
El actual modelo económico y productivo triunfante en el mundo, que ha permitido
las grandes desigualdades sociales entre los países ricos o desarrollados y los
pobres o subdesarrollados se basa fundamentalmente en una constante necesidad de
crecimiento cuantitativo. Y es en este crecimiento donde se encuentra la clave
del beneficio y por consecuencia de la acumulación del capital y de la
concentración de la riqueza de las transnacionales, que son los verdaderos amos
del mundo".
El fenómeno integrador (si es válido llamarlo de esta forma) se apoya en los
convenios de libre producción de las grandes corporaciones multinacionales.
Ellas se adelantaron a los gobiernos y cada vez tienen una mayor participación
en un mundo sin fronteras. Para dar sólo una pauta del poder alcanzado por las
transnacionales digamos que las ventas realizadas por las 37.000 Empresas
Transnacionales (ETS) existentes actualmente frente a las 7.000 que se
registraban en 1970 colocaron productos entre sí en sus mercados domésticos por
casi seis billones de dólares. Muy por encima de los cuatro billones que el
mundo negoció en mercaderías y servicios durante 1992. (World Investiment Report
1993, Unctad).
Las ETS gastan más que los países líderes en la investigación y desarrollo de
tecnologías. El gasto combinado de las diez más grandes transnacionales de los
Estados Unidos, por ejemplo sobrepasa el de los gobiernos de Francia y el Reino
Unido. Este poder de la ETS es uno de los rasgos distintivos de la actual
situación de la economía mundial., de la denominada "globalización de los
mercados".
Y en este mercado globalizado es necesario producir mucho y consumir otro tanto,
pues es la única forma de mantener en funcionamiento los engranajes del sistema.
Y en esa lógica del "crecimiento al máximo" se ignora totalmente las
consecuencias internas (de desequilibrios económicos, sociales y políticos) y
externas (de agotamiento de los recursos naturales y humanos y el impacto sobre
el medio ambiente).
La producción y el consumo son dos polos que se encadenan y constituyen la
médula central de la acumulación y el beneficio de estos "nuevos amos del mundo"
que por supuesto carecen totalmente de corazón y de sentimientos. Es ilustrativo
señalar que "...desde 1900 la población del planeta ha venido aumentando hasta
triplicarse con creces. La Economía se ha multiplicado por veinte. El consumo de
combustibles fósiles es hoy treinta veces mayor que entonces, y ha sido
cincuenta el factor de incremento de la producción industrial. Cuatro quintas
partes de este incremento han ocurrido desde 1950".
Este crecimiento ha generado un denominado "Nuevo Orden Internacional" que
oculta cada día mayor desigualdad económica y social y ha acentuado la condición
de pobreza de casi el 70% del planeta donde viven millones de marginados que
fueron arrojados de este mundo informático y de la era de la gran revolución
tecnológica.
Esta desigualdad se manifiesta sobretodo en la Periferia, donde queda cada vez
más claro que el "subdesarrollo"no es un estadio del "desarrollo", sino que es
producto del "desarrollo del centro". Son dos caras de la misma moneda, pues el
libre mercado es un sistema que produce y reproduce desigualdad mundial. Esta
supuesta "libertad de los mercados" que los países ricos imponen como política a
los pobres mientras que ellos ejercen cada vez más un feroz proteccionismo, no
funciona para proteger el agua, la capa de ozono, los bosques para no agudizar
el efecto invernadero.
Y esta economía mundial que nos imponen ha creído escapar a las leyes de la
naturaleza y oculta que la riqueza del Centro es pura ilusión, pues desde la
revolución industrial el modelo productivo ha estado convirtiendo "capital
ecológico en capital económico".
Pero seríamos ciegos si no advertimos como este sistema económico funciona como
un sistema abierto al medio ambiente, pues utiliza recursos naturales y produce
desechos y es en este sentido que coincido con Daly sobre la diferencia que
existe entre "CRECIMIENTO" Y "DESARROLLO". Crecimiento sería el aumento
cuantitativo a escala física, mientras que desarrollo sería la mejora
cualitativa.
Por ejemplo un ecosistema puede desarrollarse sin crecer y totalmente lo
contrario el actual sistema económico que necesita crecer a toda costa, sin que
ello implique el desarrollo de sus partes. Pareciera, en una especie de
espejismo, que la economía ha podido funcionar al margen de la naturaleza. Pero
ésta es frágil, sabia y finita y condicionará en un futuro (lo está haciendo
ahora) el despliegue del modelo productivo.
Por ahora afecta este modelo económico a la Periferia (la sequía del Sahel y de
Somalía, la desaparición de los bosques tropicales y del Amazonia; la extensión
del cólera en Latinoamérica facilitado por la insalubridad de las aguas; etc.),
pero cada vez más los estudios que han ido apareciendo a partir de los primeros
años de la década del setenta, desde Instituciones que pertenecen al propio
sistema, remarcan la inviabilidad del crecimiento tal como se plantea.
Los daños irreparables al entorno medio ambiental son de tal magnitud que el
último informe del Club de Roma alerta acerca de que:"El tiempo se está
acabando, y algunos problemas ha alcanzado ya una magnitud que impide abordarlos
con éxito".
Los santiagueños somos conscientes que lamentablemente el tiempo se esta
acabando y los bosques y los hombres que perdimos son irrecuperables. pero aun
nos queda muchas cosas por conservar todavía.
Santiago del Estero y el NOA: Antecedentes históricos
La historia de América Latina es la historia de la destrucción de sus recursos
naturales. Desde la conquista y colonización hasta nuestros días fue la región
de las venas abiertas al decir de E. Galeano.
Santiago del Estero, la vieja ciudad del Barco, no escapó a este destino
trágico. Su historia es la crónica de un largo proceso de empobrecimiento. De
madre de ciudades, la provincia más antigua y de donde salieron las principales
expediciones fundadores de la mayoría de las ciudades más importantes del país,
hoy es una provincia estancada, destruida y con uno de los mayores índices de
pobreza.
Más aún no sólo perdió su peso económico y político, sino que también fue
descapitalizándose humanamente, producido por la erosión inmigratoria hacia las
zonas industrializadas del país, donde viven cerca de la mitad de sus hijos.
El Noroeste, el Centro, Cuyo y el Litoral constituyeron las regiones que
integraron la realidad económica y social vigente en el actual territorio
argentino durante los siglos XVI hasta fines del siglo XVIII. No había una
economía nacional por la inexistencia de un mercado con un intercambio
considerable de capitales, mano de obra y mercancías entre las distintas
regiones. Existía un marcado equilibrio entre estas "economías regionales de
subsistencia" como las denomina Aldo Ferrer, en la primera etapa de iniciación
de la actividad económica en nuestro territorio. (1)
Entre estas regiones, la del Noroeste abarcaba a las actuales provincias de
Salta, Jujuy, Santiago del Estero, Catamarca y Tucumán y fue durante toda la
época colonial la de mayor importancia relativa dentro del territorio
argentino, debido fundamentalmente a su cercanía al centro minero de Potosí. La
población de la región representaba el 40% del total y tenía la mayor
producción, teniendo en cuenta la especialización en el rubro textil.
La llamada "ropa del Tucumán", elaborada del algodón cultivado en las provincias
norteñas, sobretodo en Santiago del Estero, fue artículo de alto valor comercial
y también motivo de lucro y explotación de la mano de obra indígena y fue
exportada a Potosí y al Virreinato del Perú donde se necesitaba ropa de trabajo
para la numerosa población minera.
El algodón fue el oro y la plata que carecía la región y fue utilizado en un
comienzo para el hilado de la ropa, para luego convertirse en un excelente
factor de comercio y de intercambio, muy solicitado por la población, usándolo
como moneda. Hasta el salario del gobernador se pagaba de esta forma.
Los tejidos de algodón del Noroeste fueron los productos de intercambio
comercial que dieron origen al comercio internacional argentino. El obispo
Victoria, inauguró el intercambio comercial con el extranjero al enviar estos
productos, por el puerto de Buenos Aires vía Brasil, un 2 de septiembre de 1587,
fecha instituida por ese motivo como el Día de la Industria Nacional.
La región del Noroeste gozaba de relativa prosperidad y buscaba su evolución, al
igual que todo el interior, hacia formas artesanales de producción vinculadas al
mercado interregional.
El litoral fue durante la Colonia el área más atrasada y menos poblada del
territorio argentino. A mediados del siglo XVIII su población ascendía a sólo
50.000 habitantes que vivían en una área marginada dentro del orden colonial.
Recordemos que Buenos Aires estaba con su puerto cerrado por disposiciones
virreinales gracias a las cuales se había logrado proteger a las industrias del
interior contra los productos ingleses competitivos. De allí que estas
florecieran convirtiéndose en el principal fundamento económico del interior
argentino.
Pero la derrota sufrida por la tendencia revolucionaria morenista y el pase del
control gubernativo a manos del grupo comercial porteño abrieron el puerto de
Buenos Aires a un librecambismo que enriqueció a la "pandilla del Barranco",
nombre por el que se conocía a las clases comerciales del puerto de Buenos
Aires hábiles para todo tipo de contrabando. Por el contrario esta política
aperturista iba a empobrecer al interior del país.
Y entonces, diezmadas por las guerras de la independencia donde lucharon sus
hijos con valor, arruinadas por las mercaderías europeas que destruyeron sus
artesanías, usurpadas sus rentas por Buenos Aires, las provincias argentinas se
hicieron pobres.
Aparecieron los caudillos, viejos generales de la independencia, Pancho Ramírez,
Ibarra, Felipe Varela, Bustos, Artigas, Güemes, entre otros que al mando de sus
tropas irregulares defendieron como podían las autonomías provinciales
resistiendo a la política centralista ordenada desde el puerto de Buenos Aires
en manos de los estancieros del Plata y los comerciantes porteños.
La guerra civil fue inevitable. Era Buenos Aires y su política librecambista que
creaba la "barbarie" provincial al impulsar con esta política el separatismo.
La metrópoli ya no iba a ser Buenos Aires sino Londres. El comercio porteño pasa
a ser simplemente un agente comprador y exportador y el interior una colonia.
Proteccionismo y librecambio: un debate actual
La máxima de Lord Gobden: Inglaterra sera el taller del mundo y la América
hispana la granja de Inglaterra se hizo realidad con la fragmentación de América
Latina bajo los intereses económicos regionales y la ayuda del colonialismo
inglés.
De este modo se frustraron las posibilidades de desarrollo y el país quedó
limitado a producir los productos requeridos por la industria europea. Y en el
interior empobrecido, aislado totalmente, surgía también un patriciado local que
malvendió irremediablemente sus mejores tierras que fueron a parar en las manos
de la oligarquía terrateniente y vacuna del puerto de Buenos Aires ligada al
extranjero.
De esta forma las oligarquías provinciales remitían a Buenos Aires los capitales
provinciales sin dejar ninguna compensación productiva.
Y para esa dominación los ingleses y en menor medida sus aliados franceses y
europeos, tuvieron un arma fundamental: la famosa libertad de comercio. O para
emplear un lenguaje moderno tan conocido, la famosa "apertura de los mercados".
Como vemos no es un concepto nuevo. No hay una política "neoliberal". Es la
vieja política del librecambio "hacia afuera" de sus fronteras y colonias y
proteccionismo "hacia adentro".
Los "hábiles industrialistas", como los llamaron Agüero, representante de los
comerciantes españoles y Yañiz, síndico del Cabildo, en el famoso debate de 1809
sobre la apertura del puerto de Buenos Aires, aliados a los ganaderos y
comerciantes del puerto de Buenos Aires fueron los responsables de la
destrucción de las artesanías del interior.
Destruidas las artesanías del interior por el triunfo de la política del puerto
de Buenos Aires e incorporado el país al modelo agroexportador obliga a la
provincia a sobrevivir con las nuevas condiciones impuestas por las oligarquías
locales y el capital británico.
A comienzos del siglo XIX en Santiago del Estero existieron molinos harineros,
atahonas a tracción animal, que aprovechaban la excelente cosecha agrícola de la
zona de regadío del Río Dulce. El trigo de Santiago del Estero se exportaba a
Córdoba y a Tucumán en largas filas de carretas construidas también en la
provincia aprovechando sus tupidos bosques. Esta incipiente industria servía,
sobretodo, para sostener una economía de subsistencia.
En el último tercio del siglo XIX es importante destacar el intento
industrialista del francés Pedro San Germes que inaugura un gran ingenio
azucarero en Santiago del Estero, en el año 1879, el Contreras, al que le
suceden una docena de establecimientos del mismo tipo. (2)
Se trataba de capitales locales o cuyos titulares residían en la provincia, que
importaron modernas maquinarias de Francia para moler la caña y producir la
mejor azúcar del país. El ejemplo del francés San Germes estimuló a los
agricultores la plantación de materia prima propia en la tradicional zona de
riego del Dulce (Capital, Banda y Robles). Pero la alianza o tela de araña
trágica entre los capitales azucareros tucumanos, el ferrocarril inglés y
posteriormente el francés, La Forestal del Chaco y la Banca E. Tornsquist que se
unieron, entre otras cosas, para extraer y desarrollar la producción azucarera
de Tucumán terminó por arruinar la embrionaria industria azucarera santiagueña.
El ferrocarril de Buenos Aires y Rosario llegó directamente a Tucumán, corazón
del azúcar, aislando los viejos pueblos de Santiago del Estero y a la capital,
la madre de ciudades. Los ingenios azucareros santiagueños, peligrosos
competidores de los tucumanos, del otro lado del Dulce, del trazado ferroviario
inglés, no pudieron colocar su excelente producción y el francés San Germes, el
más grande industrial de la provincia, tal como lo había nominado el pueblo, se
suicida arrojándose al trapiche de su propio establecimiento.
Fue el comienzo del fin de esta industria que tantas expectativas había generado
y el meritorio intento de los industriales santiagueños de insertarse a la
economía nacional a través de una de las pocas actividades agroindustriales
protegidas del interior y orientadas al mercado nacional.
Los países industrializados habían ya resuelto que Santiago del Estero iba a
convertirse en el principal proveedor de las maderas duras para el trazado
ferroviario y para los postes que iban a alambrar las grandes estancias de la
pampa húmeda, proveedoras de la carne y los cereales que el mercado europeo
necesitaba.
La mesopotamia santiagueña, enmarcada por los ríos Dulce y Salado, base
territorial tradicional del poblamiento y de la economía provincial,
constituida por las tierras del regadío del centro oeste, zona donde se
erigieron los modernos establecimientos azucareros, ya no sería el escenario
del principal factor dinamizador y de articulación con el sistema
agro-exportador.
Por el contrario una región totalmente desconocida, ignorada del territorio
provincial, el Chaco santiagueño, lugar al que sólo osaba ingresar el indígena,
y el mielero, sería la elegida para que Santiago del Estero cumpliera un rol
decisivo y muchas veces olvidado, en la economía nacional. Allí estaba el
"bosque sin fin", interminable, donde reinaba majestuoso el quebracho colorado,
el príncipe de las especies, cuya madera era inalterable a la acción del fuego y
a la humedad.
Y fue entonces que comenzó casi de imprevisto, la gran devastación forestal de
casi 11.000.000 de Hectáreas forestales, de los mejores quebrachales del mundo,
dando nacimiento a una mal llamada "industria forestal" que tuvo su auge en la
primera mitad del siglo XX.(3)
Durante un largo período esta actividad forestal se constituye en el principal
sostén de la economía provincial. Los ferrocarriles ingleses y franceses
realizan sus trazados ferroviarios, sobretodo para llegar al corazón del azúcar
de Tucumán y extraer la madera de los bosques santiagueños y van surgiendo
centros urbanos donde se concentra la abundante mano de obra que esa actividad
extractiva necesitaba.
Fue en ese período que se forjó una ecuación fundamental con verdaderos vasos
comunicantes de muy difícil separación: El ferrocarril la explotación forestal,
la formación de los grandes latifundios. Ninguna de estas partes hubiera podido
existir independientemente sin las otras. Comenzó entonces la gran
privatización y entrega de las tierras públicas de la provincia de Santiago del
Estero, ya que las mayores reservas forestales se ubicaban en tierras fiscales
del este y noroeste de la provincia, hasta ese momento desocupadas. y que fueron
vendidas a entregadas a vil precio. (Departamentos Moreno, Ibarra, Copo,
Taboada y Figueroa).
Los gobiernos provinciales que se sucedieron a partir de 1898 cambiaron la
ECOLOGIA por la ECONOMIA. La supuesta riqueza presente por la pobreza futura.
Remarcaba Irigoyen. en oportunidad de una de estas ventas fiscales:. . . "la
riqueza de la tierra como la del subsuelo mineral de la República no puede ni
debe ser objeto de otras explotaciones que la de la Nación misma. . . ". . . .
"la riqueza forestal, fuente de vida, de recursos y de trabajo, debe ser
contemplada como uno de los grandes beneficios de la Provincia otorgados al
suelo argentino, y en consecuencia su resguardo y su utilización no pueden
hacerse sino en beneficio del pueblo y de acuerdo a planes científicamente
meditados. . ." (Del Mazo, 1930). Que lastima que el pensamiento rector de don
Hipólito Irigoyen no haya sido tenido en cuenta en materia de venta de las
tierras públicas que aún continúa imperturbablemente.
Las promesas de buenos salarios y condiciones de vida digna, los "ríos de
dinero" que iba a traer aparejada la explotación forestal atrae a los grupos
migratorios de toda la provincia y también de fuera de ella que abandonaron sus
pertenencias y su hábitat natural para incorporarse al obraje y a una continua
trashumancia. Fue la destrucción del hombre igual que la del medio ambiente. El
viejo obraje textil de la época colonial, instrumentado alrededor de la mano de
obra servil de los indígenas, pasa a convertirse en el nuevo obraje forestal
que se establece sobre la base del trabajo semi feudal, casi esclavo, de los
hacheros y su grupo familiar.
El genocidio de los indígenas se convierte en el genocidio de los hacheros. Esta
explotación en los obrajes llevó a don Amalio Olmos Castro, a comparar a los
hacheros con los esclavos de los algodonales del sur de los Estados Unidos
reflejados magistralmente en la Cabaña del Tío Tom. Este preclaro director de
Trabajo de la provincia llamó a esta explotación que nos debería avergonzar a
todos "la esclavitud blanca" del obraje.(4)
Debemos rescatar en esa larga noche de casi cien años y que aún continúa dos
intentos fundamentales para industrializar la madera del bosque santiagueño, y
que nos interesa remarcar: l)La Instalación de las Fábricas de Tanino y 2) Los
Distritos Forestales.
Los enclaves Forestales
Hemos visto anteriormente como la provincia de Santiago del Estero, desde la
época colonial, estuvo integrada al sector económico dominante. La producción de
la pampa húmeda otorgó a la Argentina la imagen de una gran homogeneidad interna
y de esta forma se identificó a la región pampeana con el espacio nacional, así
como la de sus terratenientes con la burguesía del país.
Por cierto que en el país, desde la colonia misma, existía una gran diversidad
regional, inclusive señalamos en este trabajo la gran importancia histórica y
socio- económica de la región del Noroeste.
Al identificarse a la región pampeana con el resto del país, las regiones
carecieron de pasado, de historia, de economía y por cierto que otras formas de
producción pasaron a ser totalmente dependientes de la pampa húmeda.
"Una historia regional será verdaderamente nacional en la medida que no se
limite a una crónica de sucesos locales y aprehenda la conexión que ellos tienen
con los sucesos nacionales, y cuando fuere necesario con los que operan en el
ámbito continental y mundial" dice con razón Armando Raúl Bazán. (5)
Al comenzar a hablar de los obrajes es muy importante consignar como antecedente
la aparición del obraje textil como una variante del sistema de encomienda. Y
este último era una forma productiva del territorio conquistado que seguía al de
la ocupación militar.
La encomienda era una forma de recompensa o tributo que se le otorgaba al
conquistador, comprometiéndose este último a convertir al cristianismo a los
indígenas encomendados. El tributo adquirió las formas de trabajo forzado para
producir los bienes para el encomendero.
Las primeras encomiendas tenían como base dos antiguos pueblos de indios:
Manogasta en Silípica y Soconcho en Atamisqui. En ellos se producían en el año
1585 ropa, lienzos, calcetas y otras telas de algodón, cinchas y aparejos, trigo
y maíz.
El obraje textil se constituyó en verdaderas fábricas de tejido ubicadas en
"lugares sombríos, techados con ramas, cercados de muros y adobes y donde fueron
encerrados los indias e indias de los encomenderos..."[2]
Al respecto es importante consignar la distinción hecha por la historiografía
entre formas de desarrollo localmente administradas, como la estancia pampeana,
y formas de tipo enclave, aplicable a los obrajes forestales y a las fábricas de
tanino del Chaco santiagueño y santafecino. Por supuesto que la historia moderna
y contemporánea nos señala muy interesantes ejemplos de enclaves, tanto
agrarios- plantaciones- como mineros, industriales y comerciales.
El origen de los enclaves forestales santiagueños lo encontramos en el gran
remate de más de tres millones ochocientas mil hectáreas de bosques fiscales
realizadas entre los años 1898-1904 por el gobierno de don Adolfo Ruiz. Se
vendieron estas tierras desconocidas e inhóspitas, ubicadas en los departamentos
28 de Marzo (Gral Taboada), Moreno, Copo y Figueroa pobladas por quebrachales,
únicos en el mundo, al precio vil de 023, ctvs. la hectárea, cuándo el precio
del durmiente que pagaba el ferrocarril era de 1,48. De esta forma se formaron
los grandes latifundios forestales.(6)
Los bosques santiagueños fueron comprados por " El Sindicato de Capitalistas
Para la Adquisición de las tierras de Santiago del Estero", sociedad formada en
el puerto de Buenos Aires integrada por las principales familias de la
oligarquía porteña, y dónde podemos apreciar apellidos notables, como
Zuberbuhller, Santamarina, Lloveras, Rufino, etc.
Y a partir de allí, de la formación de los grandes latifundios, los enclaves
forestales, fue que comenzó la gran devastación forestal en la provincia.
Y para ello debía consolidarse una gran red de vasos comunicantes, una verdadera
tela de araña, que se relacionaban de una manera muy estrecha: la oligarquía
porteña, los ferrocarriles ingleses y franceses, la oligarquía azucarera
tucumana y posteriormente la Forestal del Chaco, que se apropiaron y
distribuyeron la tierra pública y también el trazado y distribución de la red
ferroviaria y por cierto el desempeño económico de toda la región, con especial
vinculación con el funcionamiento de la economía pampeana.
Esta red de intereses condenaron a Santiago del Estero a convertirse en la
productora de los durmientes para el ferrocarril, el combustible para sus
locomotoras y los postes para el alambrado de las grandes estancias de la pampa
húmeda. Una de las razones fundamentales fue que el quebracho colorado
santiagueño tiene menor contenido de tanino que los quebrachales colorados de la
zona del chaco santafecino, chaqueño y paraguayo.
Es por eso que recién en la década del 40 se construyeron las dos grandes y
únicas fábricas de tanino, también importantes enclaves, en el territorio
provincial: Weisburd en el Departamento Mariano Moreno y la Cotan S.A. (Compañía
Taninera) en Monte Quemado –Copo.
Es decir que del análisis y revisión de este proceso formativo, tan vinculado al
funcionamiento de la economía pampeana, surgen nítidamente la existencia de
estructuras económicas que divergieron notablemente con las del capitalismo
agrario pampeano.
Una peculiaridad notable es la ubicación de estos establecimientos productivos
en una región geográfica alejada de la sede de las decisiones administrativas y
políticas.
Esta denominación enclave tiene un doble significado que es muy importante
destacar:
En primer lugar se trataba de núcleos de actividad económica controlados de una
manera directa desde afuera del país.
Un ejemplo característico lo tenemos con la célebre La Forestal del Chaco, que
monopolizó la fabricación y el comercio del tanino en el país. En este caso sus
accionistas, su directorio, su sede central, residían en Londres. Al exterior, a
Inglaterra, se remitían las utilidades a distribuir de esta empresa monopolista.
Otra de las peculiaridades importantes de esta empresa era que tenía pocas
vinculaciones con los eslabonamientos regionales, ya que las máquinas de sus
ingenios, los ferrocarriles, los puertos, etc., provenían del exterior.
Inclusive la harina y los productos de alimentación eran de otras regiones; sólo
podemos consignar al combustible (leña y carbón) y algunas veces la carne (como
el caso de las empresas tanineras santafecinas) que eran de la propia región.
La producción taninera se exportaba en el 90% para el exterior lo que señala
bien claramente cuál era la orientación. Este enclave, era una especie de
extensión de la economía y de la soberanía de los países centrales.
En segundo lugar el término enclave también determina un aislamiento físico, o
geográfico, determinado originalmente por condiciones sociales, naturales e
institucionales. Como la presencia del bosque, la selva y la incertidumbre sobre
las condiciones legales e institucionales.
Por ejemplo, el gran latifundio de Quebrachales Tintina Sociedad Anónima de los
Tornquist, tenía en territorio santiagueño más de 600.000 hectáreas. En campos
de su propiedad se fundaron las estaciones de ferrocarril de Vilelas, Puna,
Quimilí, Girardet, Roversi, Lilo Viejo, Alhuampa, etc.
Enormes obrajes dónde trabajaban más de cinco mil hacheros y dónde la
civilización de la ley y la justicia no llegó sino hasta mediados del siglo XX.
Y también en los enclaves forestales destacamos las características especiales
del hachero y del trabajador forestal.
En el caso de los hacheros su nomadismo. La obligada trashumancia del obraje,
con poblaciones efímeras, pueblos fantasmas, construidos a la vera de las
estaciones ferroviarias y destruidos con la devastación del bosque. Un nomadismo
que los obligaba a trasladarse con sus familias siguiendo al obraje una vez
terminado el bosque del lugar asignado. Pero este traslado era sólo en el
interior de los enormes latifundios, verdaderos feudos medievales que solo se
podía escapar con la muerte.
La difusión generalizada del pago con especies, con vales o notas de créditos,
que se podían canjear solamente en las proveedurías del obraje, al igual que la
ausencia total del control del estado ya que el comisario y los jueces de paz
eran pagados por la Compañía, contribuía a una coacción generalizada y por
supuesto a este aislamiento.
Recién con el gobierno radical de Santiago Maradona(1928-1930), se reglamentaron
las leyes nacionales que, pese al tiempo transcurrido desde la promulgación de
las mismas, carecían de aplicación en la provincia. Como la ley 9688 de
accidentes de trabajo y de enfermedades profesionales; La Ley 11.723 sobre el
Trabajo de las Mujeres y de los Menores, etc.
También se sentaron las bases para el estricto cumplimiento de las leyes obreras
al crearse el Departamento Provincial del Trabajo.
Y para poner fin a los continuos abusos que se vivían en los obrajes, donde no
era extraño ver a los jueces de paz dirigiendo las tareas del aserradero o a los
comisarios vendiendo mercaderías en las proveedurías, el Ministro de Gobierno de
Maradona, don Julio Olivera, dictó el 9 de julio de 1928, una resolución
ministerial ejemplificadora, que como bien dice Luis Alén Lascano debería
destacarse con letras de oro: "...Prevenir a los empleados policiales que serían
exonerados si detienen o molestan a los señores trabajadores, por deudas
contraídas con los señores patrones o por otras causas que no estén
especificados en el Código de Policía..."
Lamentablemente estas continuas violaciones a las leyes laborales y sociales
perduran en la actualidad por este aislamiento que aún se mantiene.
Las fábricas de tanino santiagueñas, y posteriormente, los distritos forestales
cambiaron este "hábito" obligado al crearse pueblos estables, con luz eléctrica,
agua corriente y hasta escuelas y hospitales.
En Santiago del Estero, desde la explotación forestal intensiva de comienzos del
siglo XX hasta la década del 40 y luego con las fábricas de tanino, que también
abarcaron a los obrajes, fueron los núcleos típicos de una producción organizada
en la forma de enclave forestal.
Ambos tienen una enorme importancia, porque fueron los esfuerzos más serios y
reales, sobretodo el último, de terminar con un sistema de destrucción
irracional de nuestra ecología y medio ambiente, cambiando el destino histórico
del bosque santiagueño y por las posibilidades presentes que este recurso
natural aún posee para la provincia. Pasaremos a describirlos sintéticamente.
La industria del tanino en Santiago del Estero.
El descubrimiento del tanino extraído del quebracho dio comienzos a partir del
año 1880 con la exportación de los rollizos del quebracho argentino a las
fábricas ubicadas en El Havre y Hamburgo (Alemania). Hasta esa fecha se extraía
en Europa del nogal, roble o el castaño pero la el quebracho tenía la enorme
posibilidad de utilizar prácticamente todo el árbol , que lo hacía sumamente
atractivo económicamente y abaratando la producción y utilización del cuero. (7)
Pero fue en el año 1890 cuando se inaugura la primera fabrica de extracto de
quebracho (tanino) en el país, en Pehuajo, Corrientes, industrializando la
materia prima en el lugar de origen. Una razón fitogeográfica iba a influenciar
en el destino del quebracho colorado santiagueño con una proporción de tanino
inferior al que existía en los quebrachos colorados de la región de Santa Fé, el
Chaco, Formosa y el Chaco- Paraguayo. De allí que el quebracho santiagueño fue
"reservado" para los durmientes y el combustible del ferrocarril y de las otras
industrias y para levantar los postes de las estancias de la pampa húmeda.
Ese fue el motivo principal que la Forestal del Chaco, y sus empresas adláteres,
establecieron todas las fábricas de tanino en la región chaqueña- santafecina-
paraguaya, constituyendo un gran emporio que monopolizó la fabricación y
exportación del tanino en nuestro país y controló todo el comercio mundial
durante más de ochenta años.
El extracto sólido del quebracho salió del país por miles de toneladas a un
ritmo de exportación continuo hasta el año 1963, en que la Forestal
prácticamente extinguido el quebracho colorado y descubierta las propiedades
similares de la mimosa, original del Africa, decidió levantar sus instalaciones.
Pueblos enteros, vías férreas, puertos, viviendas, etc. fueron abandonadas y
dinamitadas por la Forestal Del Chaco, para evitar que la población del lugar se
quedara en las instalaciones.(8)
Debemos hacer notar que en la década del 40, durante la guerra mundial, como
consecuencia del proceso de extinción de los quebrachales santafecinos y pese al
menor rendimiento del quebracho santiagueño, se produce una expansión en procura
del tanino del quebracho santiagueño que pasaba a ser rentable. Inclusive, se
advierte como consecuencia de esta demanda, un aumento de la población rural del
área forestal, que en esa fecha alcanzo a representar el 20% de la población
rural de toda la provincia. Esta situación es importante teniendo en cuenta la
elevada emigración de las provincias del norte hacia la zona metropolitana de
Buenos Aires.
En ese período se instalan dos fábricas de tanino en el territorio santiagueño.
Una en la localidad de Weisburd, Departamento Mariano Moreno y la otra en Monte
Quemado en el Departamento Copo, en el límite con Salta. Ambas fábricas dieron
prácticamente vida a los pueblos de Weisburd, (dpto. M. Moreno) y a Monte
Quemado en el departamento Copo al dotarlos de viviendas de material, agua
corriente, luz eléctrica, hospitales, salarios dignos para los obreros, cine,
etc. que contrastaban notablemente con los pueblos forestales existentes hasta
entonces.
Lamentablemente, en un final que nos recuerda al ingenio azucarero del francés
San Germes, tanto la Empresa Weisburd y Cía. como la Cotan(Compañía Taninera) de
Monte Quemado no pueden colocar la excelente producción de sus fábricas en el
mercado mundial controlado por la Forestal y se ven obligadas a cerrar las
fábricas y vender las maquinarias como hierro viejo. Las ruinas silenciosas,
todavía imponentes, de estas dos grandes fábricas de la Provincia de Santiago
del Estero se encuentran en los mencionados pueblos y son verdaderos símbolos de
los intentos vanos de industrialización del monte santiagueño.(9)
Los distritos forestales: Una esperanza
De la Facultad de Ingeniería Forestal creada en el año 1958 en la provincia más
castigada por la depredación forestal, fueron saliendo las bases fundamentales
para la constitución mediante Ley 3275 del IFIA (Instituto Forestal de
Industrialización y Administración), que tuvo por objetivos el fomento de la
tecnificación y el mejoramiento de la economía forestal.
Y de este Instituto salieron los estudios y las bases de los denominados
Distritos Forestales. Los Tigres, los Pirpintos, El Caburé fueron pueblos
dotados de centros cívicos, casas de material confortable, agua potable,
infraestructura vial y sanitaria y sobretodo de una moderna tecnología, que aún
se conserva en partes, para la fabricación de parquee, muebles, paneles de
madera, etc., utilizando las maderas de los bosques santiagueños.
Si aún resuenan las palabras del ingeniero Néstor R. Ledesma, artífice del IFIA
y uno de los fundadores de la Facultad de Ingeniería forestal: "Nunca más los
pueblos nómades. Nunca más los vales ni las proveedurías. Nunca mas la
explotación del hombre por el hombre más inicua e irracional que se conoce en la
historia de la humanidad. Viviendas dignas, salarios dignos. Atención y Salud
adecuadas".
Y los Distritos Forestales se convirtieron en una nueva esperanza para terminar
para siempre con el drama del obraje, de la depredación irracional del medio
ambiente y del hombre, y de convertir a la provincia de Santiago del Estero en
un verdadero polo industrial utilizando sus recursos naturales depredados
salvajemente.
Estos Distritos Forestales, posteriormente convertidos en cooperativas, habían
logrado realizar en el período 1979/1981 mas de 120.000 toneladas de madera. Una
cifra muy significativa y que las convertía en grandes empresas industriales.
Mas de quinientas familias vivían en torno de estas cooperativas forestales,
engrandecidas y fortificadas por la participación de las mismas en los planes de
construcción de viviendas en la provincia del FONAVI (Fondo Nacional de la
Vivienda.)(10)
En este crecimiento de las Cooperativas Forestales tuvo mucho que ver la acción
del ex-Gobernador de la provincia de la Revolución Argentina, Gral. Cesar F.
Ochoa que facultó al Instituto de Vivienda y Urbanismo de la Provincia a
contratar directamente con las cooperativas, sin licitación alguna, la
carpintería de las obras públicas y numeroso mobiliario para las escuelas
provinciales. Además por su excelente producción las cooperativas estaban en
condiciones de competir en el mercado nacional e internacional.
No únicamente se lograba en las cooperativas forestales una utilización
industrial del bosque, sino también existían planes de reforestación y de
protección de nuestra naturaleza.
Es fácil advertir los perjuicios de las empresas constructoras, contratistas del
Estado, como consecuencia de esta competencia de las cooperativas forestales que
no únicamente habían abaratado los costos, sino que estaban en condiciones de
copar el mercado con viviendas prefabricadas construidas totalmente de madera.
Los Grupos Económicos Provinciales (GEP), estructurados sobretodo alrededor de
las Empresas constructoras monopolizaron en las provincias el gran negocio de
las obras públicas (viviendas, caminos, canales de riego, etc.) constituyéndose
en verdaderos poderes dentro de los Estados Provinciales, con una gran
influencia económica y social.
Solamente en el período 1980-1994, se construyeron en Santiago del Estero 16.500
viviendas, con ganancias aproximadas de unos siete millones de dólares anuales
para estos GEP. De allí que los denominados "hombres de paja" de las Empresas
Constructoras ubicados en los poderosos Ministerios de Economía y Obras
Públicas, advirtiendo esta competencia "desleal" de la cooperativas forestales
urdieron una trama o confabulación contra el bosque santiagueño a través de una
feroz campaña de desprestigio contra ellas y contra las propiedades de las
maderas santiagueñas para la carpintería de obra.
Carlos Jensen Viano, sucesor civil del General Ochoa, en sorprendentes
declaraciones "destapó la olla" y anunciaba, que conforme a los informes de la
Universidad Nacional de Santiago del Estero, muy controvertido por cierto, "la
madera de quebracho no servía o no se había demostrado que era apta para ser
utilizada en carpintería de precisión".
Fueron inútiles las voces esclarecidas que se alzaron para defender nuestros
bosques. Como el caso de científicos de valía internacional como Casimiro Uhrin,
experto alemán y profesor de Universidades del país y del extranjero. Fue el
comienzo del fin de las cooperativas forestales luego atacadas por sus reales
desórdenes, aunque exagerados, administrativos.
La provincia madre de ciudades, a mediados del ochenta, retornaba bajando la
cabeza a la vieja política de destrucción forestal sin control alguno. Las
cooperativas forestales aún existen en el corazón del bosque santiagueño. Sus
modernas maquinarias casi abandonadas son utilizadas para fabricar ataúdes, y
los pobladores de los ex-Distritos Forestales y de toda la región del norte
santiagueño esperan la instrumentación de nuevos planes que los saquen del
atraso y la miseria. Mientras tanto, como una gran sombra el mal de Chagas, el
gran flagelo provincial, anida con forma de vinchuca en los ranchos. Uno de cada
cuatro santiagueños padece de este mal endémico. Las viviendas de madera, para
erradicar los ranchos, aún esperan su realización.
Algunas propuestas:
Los recientes datos referidos al aumento del desempleo, de la pobreza, de los
hogares con necesidades básicas insatisfechas, las manifestaciones de protestas
de los diversos sectores, son explicados por el gobierno y algunos economistas
oficiales como el costo de la reconversión y del ajuste necesario en la economía
nacional que ha tenido un gran crecimiento en los últimos años.
Una economía nacional que como hemos visto anteriormente obliga a privilegiar,
dada la apertura de los mercados, la provisión del exterior de los insumos de
la producción.- Esto ha traído aparejado un olvido de las regiones del país que
podrían hacerlo.
Las economías regionales no pueden quedar expuestas al libre juego del mercado,
que por otra parte, como hemos visto, no existe y nunca existió.
Es de fundamental importancia, y la única forma de parar los estallidos
sociales, fomentar un programa de desarrollo de las economías regionales, la
gran ausente del debate nacional.
Para ello el Estado Nacional deberá invertir los fondos necesarios, y si es
necesario (evidentemente lo es) renegociando el pago de los intereses de la
deuda externa, tal como lo han venido pregonando recientemente algunos obispos y
el propio Papa al calificarla de "injusta e inmoral".
El gobierno nacional debe asistir, con créditos subsidiados a la destruida
actividad primaria de las provincias implementando sistemas de comercialización
que impidan el despojo al productor.
Es muy importante la radicación de las agroindustrias en los mismos lugares de
producción de las materias primas, aumentando el valor agregado de las mismas.-
La búsqueda en el mercado internacional y en el Mercosur de colocación de los
productos regionales, etc.
Estas y otras medidas son fundamentales para salvar a las economías regionales y
a las provincias rezagadas, "inviables", o en vías de franca extinción.
Notas:
1) Ferrer, Aldo: "Manual de Economia Argentina",
2) Dargoltz, Raúl Eduardo: "Hacha y Quebracho. Historia Ecológica y Social de
Santiago del Estero.", cuarta edición corregida y aumentada, Santiago del
Estero, 1998, Ediciones Conciencia y Nacional.
3) Ibid.
4) Olmos Castro, Amalio: "El trabajo", Santiago del Estero, 1942.
5) Bazan, Armando Raúl, " El Noroeste y la Argentina Contemporánea"( 1953-1992),
Editorial Plus Ultra, Buenos Aires, 1992.
6) Dargoltz, Raul E.: " La Alianza Anglo Porteña. Historia de la destrucción de
una provincia", Ediciones del Mar Dulce, Buenos Aires, 1983.
7) Ibid.
8) Ibid.
9) Dargoltz, Raul: "Hacha y Quebracho. La Confabulación contra el bosque
Santiagueño", Ediciones El Liberal, Santiago del Estero, 1988.
10) Dargoltz Raul, "Santiago del Estero. El Drama de Una Provincia", op.cit..
[1] El autor es Magister de Estudios Sociales Para América Latina. Profesor de
Historia Social Regional de la Univ. Nacional de Santiago del Estero e
investigador del Conicet.
Aportado por: Revista Trabajo y Sociedad, Indagaciones sobre el empleo, la
cultura y las prácticas políticas en sociedades segmentadas.
En Santiago del Estero, al igual que en muchos otros lugares de América Latina,
la lucha por la tierra lleva más de 500 años de historia. Así lo reconocen hoy
los campesinos que allí viven, que allí luchan, quienes distinguen dentro de
este proceso tres claras etapas.
La primera se inicia con la conquista española, que destruyó la organización de
la producción existente, principalmente mediante el ataque y dominación de los
pueblos originarios y su utilización, mediante la mita, ecomienda y yanaconazgo,
como mano de obra para el centro minero de Potosí, por ese entonces una de las
áreas más pobladas y dinámicas del mundo. Al Noroeste argentino (NOA), y dentro
de éste a la provincia de Santiago del Estero, se le asignó la "función de
abastecedora de recursos agrícola-ganaderos y humanos, como periferia de
Potosí." 1
Durante este período colonial se reorganizó el espacio de acuerdo a los
intereses económicos y políticos de los invasores. La fundación de núcleos
urbanos (Santiago del Estero fue el primero en 1553) permitió no sólo la
apropiación de las tierras aledañas por parte de los blancos, y la defensa de la
frontera frente a los indios, sino además articular un sistema de caminos que
permitiera el aprovisionamiento de la fuente minera, base de la economía
mercanitilista europea.
La segunda etapa que distinguen los campesinos comienza en el siglo XX. El
espacio argentino es organizado ahora en torno a la región pampeana, de acuerdo
a la inserción del país en la División Internacional del Trabajo como proveedora
de granos y carne, principalmente a la potencia del momento, Inglaterra, que
llevaba a cabo la Revolución Industrial.
La expansión del ferrocarril, que en esta provincia llegó en 1870, fue la
herramienta por excelencia para incorporar a estos espacios al modelo
productivo, manteniendo su carácter de periferia, y haciendo posible así,
sostener la hegemonía de las fértiles llanuras pampeanas. El trazado del
ferrocarril re-configuró el territorio santiagueño, aislando antiguas
poblaciones de origen quechua cuyo modo de producción combinaba la explotación
equilibrada del bosque con la ganadería de subsistencia. Centrado en una
especialización económica basada en la depredación forestal, ciento cincuenta
millones de quebrachos colorados fueron destruidos en esta provincia en algo más
de 50 años. "Entre 1806 y 1915 Santiago del Estero produjo 20.700.000 durmientes
de quebracho, con lo que se construyeron 1600 kilómetros de vías férreas, pero
que simultáneamente implicó la degradación de 3/4 partes de los bosques de la
provincia"
En su rol de "periferia de incorporación temprana"2, Santiago del estero, al
igual que Chaco, proveyó las maderas duras necesarias tanto para el tendido del
ferrocarril, como para los alambrados, cercos, corrales, etc. Como afirma
Morello "en el interior de países dependientes las regiones centrales destinadas
a producción agrícola para exportación están sujetas a un manejo conservador,
que es subsidiado en función de la explotación irrestricta de otros recursos
naturales complementarios en espacios periféricos".3
Dentro de este mismo modelo, y basándose también en la explotación del
quebracho, a comienzos de siglo se instala allí la empresa británica "La
Forestal", destinada a la fábrica de extracto de tanino, insumo básico para el
curtido e impermeabilización del cuero. El poder de esta empresa, que compró
472.000 hectáreas forestales, derechos sobre otras 197.000 has. Fiscales y 170
km. de vías férreas fue tal que llegó a constituir su propia flota y puertos
fluviales expandiéndose hasta poseer 2.266.175 hectáreas; emitiría su propio
dinero para pagar los salarios de los obreros, válido sólo en su territorio.4
Pero no se trataba solamente de la depredación de los bosques naturales, esto
mismo se reprodujo en la fuerza de trabajo. En una de las principales fábricas,
el 45% de los obreros tenían tuberculosis y el 90% sífilis. Hubo localidades
donde la cuarta parte de la población mayor de 11 años no sobrepasaba los 35. 5
Este modelo productivo, que coexistía con explotaciones campesinas de
subsistencia. Para 1937 un tercio de las explotaciones eran minifundios de menos
de 25 has. con mano de obra casi exclusivamente familiar, que debía combinar
esta actividad con la venta de su fuerza de trabajo a las empresas quebracheras
como "hachadores". Sumergida ampliamente en la pobreza, esta provincia se
convirtió en uno de los principales centros expulsores de mano de obra que se
dirigía hacia Buenos Aires en mayor medida, en el marco del modelo de
industrialización sustitutiva de importaciones.
En la década del 50 la mayoría de las fábricas de extracto existentes fueron
cerradas por el reemplazo del tanino por el extracto de Mimosa, especie
producida por la misma empresa "la Forestal" en el Sur de África. Esto produjo
un proceso de "recampecinización" que queda evidenciado en el Censo Nacional
Agropecuario de 1960, donde el 63% de las explotaciones tenía menos de 25 has. y
el 71% de la mano de obra utilizada era familiar.
Pero el rol de periferia de la región pampeana continuó signando la organización
del espacio en este territorio. Durante los 70 el ciclo favorable en la
ganadería papmpeana conllevaría la expansión de la frontera agropecuaria hacia
esta región. Los cultivos de porotos y de soja destinados a la exportación son
realizados ahora en Santiago del Estero fundamentalmente por empresas no
residentes en la zona caracterizadas por el uso intensivo de capital.
Esto implicaría dos procesos: por un lado la concentración de la tierra en manos
de quienes estaban en condiciones de incorporarse a este modelo productivo, es
decir en su mayoría empresas foráneas que contaban con el capital suficiente. En
forma simultánea y como contrapartida, un gran número de pequeños productores,
con economías de subsistencia, que si bien representan el 69% del total, sólo
tienen el 1,15% de la superficie.
La lucha entre estos dos modelos productivos, que implican diferencias en cuanto
relaciones de producción, utilización de insumos y tecnología, usos del suelo,
articulación con el mercado, etc., también se tradujo en una lucha concreta por
apropiarse del espacio. Durante la dictadura militar comienza un proceso de
"exclusión silenciosa"; se trata de empresas que se presentan como dueñas de
tierras ocupadas por campesinos, que si bien no poseen título de propiedad,
llevan allí generaciones trabajando la tierra. Éstas presentan escrituras
avaladas desde Buenos Aires o Santa Fe y desalojan a los campesinos que viven
allí mediante el uso de la fuerza pública y topadoras que destruyen ranchos y
alambrados.
La falta de organización de los productores santiagueños en concordancia con el
alto nivel de represión facilitaron este proceso, pese a que la ley garantiza la
propiedad de la tierra para quien la ocupe por 20 años o más y manifiesta "ánimo
de dueño" de la misma.
El retorno a la democracia en 1983 no implicó una modificación de esta
situación; con ésta retorno el juarismo, icono del regionalismo en esta
provincia. Carlos Antonio Juárez, junto a su esposa "Nina", en el poder desde
1949, es un fiel representante del patrón político local que se repite en gran
parte del interior argentino. Caracterizándose por su fuerte verticalidad y la
represión sistemática de las libertades civiles y políticas, así como el control
de los medios de comunicación locales, actúa como "caudillo", como "patrón" de
este espacio al que considera su feudo. Mediante acuerdos de poder con el
gobierno nacional, una fuerte red de clientelismo, el control de la mayoría de
los juzgados y la "alineación automática" entre la gobernación y la legislatura
provincial, en una provincia donde el 58% de los ocupados trabaja para el estado
provincial 6, el juarismo perpetúa el modelo de pobreza, indigencia y
marginalidad que le permite reproducirse y perpetuarse. Y las topadoras seguían
pasando, y los campesinos teniendo que abandonar sus tierras.
En 1986 se produce un quiebre, cuando 1500 campesinos se movilizan en lo que se
llamó "el grito de los Juríes"; es en esta localidad donde tres años más tarde
se reunirían representantes de organizaciones campesinas locales.
Finalmente, el 4 de agosto de 1990 se constituye formalmente el movimiento de
Campesinos de Santiago del Estero (MOCASE). Entre sus principales objetivos se
encuentra la lucha por la tenencia de la tierra y el mejoramiento de las
condiciones de vida de las familias campesinas. El primer punto se lleva a cabo
principalmente en el ámbito judicial, buscando que no haya más desalojos de
campesinos, mientras que el segundo implica una compleja labor que se amplía a
medida que los propios campesinos van tomando conciencia de las causas de su
situación, de la similitud con los problemas de campesinos de otros lugares,
etc…
A principios de esta década se producirá un cambio fundamental en el modelo
productivo santiagueño, impulsado tanto por la demanda a nivel mundial como por
condiciones propias del país. La soja transgénica (Soja RR comienza a invadir el
país. El aumento del precio de esta oleaginosa, que pasa de U$D 165 en 1999 a
U$D 222 a mediados del 2003, resulta explosivo si se considera la devaluación de
la moneda nacional, que implicó así un aumento del 290% para el precio de este
cultivo.
El factor fundamental para que la "sojización" del país haya sido posible, fue
la incorporación de los paquetes tecnológicos asociados a esta producción e
impulsados por grandes multinacionales como Monsanto o Cargill. La utilización
de semillas modificadas genéticamente, fertilizantes y herbicidas permite
integrar casi cualquier suelo al cultivo de soja, borrando la frontera natural
de estos cultivos. "A nivel nacional esto ha posibilitado que, mientras la
superficie sembrada con soja pasa de 5,8 millones de has. En 1993/4 a 12,6
millones en el 2002/3 (variación del 118%), la cosecha pase de 11 millones de
toneladas a 35 (variación del 199%) en igual período". 7
Así, la lucha por el espacio se recrudece en Santiago del Estero, ahora con
testaferros que buscan apropiarse de las tierras para sembrar soja y exportarla.
"El avance sobre las tierras de los campesinos es brutal y simple. Un
testaferro, por lo general santafesino o cordobés, soborna a un habitante de
algún pueblo cercano. Este figura cediéndole la "posesión de hecho" del monte,
posesión que no es necesario demostrar ya que los jueces no son justos. Luego
llega el alambrado, que atrapa escuelas, caminos y cementerios. Y la matanza se
concreta. Las topadoras "limpian" el terreno y los cazadores matan a los
animales que intentan escapar. Contra las familias largan bandas de hasta 25
matones armados." 8
Pero el MOCASE ha ido fortaleciendo su organización y se ha convertido en un
referente de lucha para muchos de los movimientos sociales del país. Ante un
modelo de producción basado en la compra de insumos extranjeros, utilización de
transgénicos y agrotóxicos, tecnología que reemplaza la mano de obra y la
degradación de los suelos para la exportación, reivindican la necesidad de
llevar a cabo una reforma agraria que permita organizar este espacio desde bases
totalmente distintas.
Reinaldo, miembro del MOCASE, comienza por explicar cuales son sus términos
generales: "Nosotros consideramos la reforma agraria como un respeto por la
forma de vida y tenencia de la tierra de los campesinos. La reforma al estilo
mexicano o chileno con reconocimiento por familia de una parcela a nosotros no
nos sirve, porque tenemos la influencia de la herencia cultural aborigen, donde
las propiedades son comunitarias. No hay una visión de decir "esta es mi
parcela", los parajes son de todos, y si vos sos de ahí vas a hacer tu potrero o
tu represa en cualquier lugar, porque es de todos. Es mucho más adecuado a
nuestro planteo de reforma agraria el reconocimiento no tanto de la parcela sino
del territorio. Nosotros hablamos de territorialidad, cada comunidad tiene un
territorio donde desarrolla su vida."9
De forma similar al zapatismo en México o el Movimiento de los Sin Tierra (MST)
en Brasil, la estructura política del MOCASE está sustentada en las bases, en
dirigentes surgidos de las mismas comunidades campesinas. Carlos Luna, actual
presidente del movimiento, relata: "Partimos de una forma horizontal,
democrática, de hacer política. No hay caudillos o líderes. Las comunidades
campesinas son las que trabajan y deciden. Todo se discute en las comisiones y
se lleva a la práctica a través de delegados". La estructura interna del Mocase
está conformada por tres niveles: comisiones de base, centrales campesinas y
cooperativas y una comisión directiva, donde los delegados consensúan las
distintas posiciones hasta lograr decisiones satisfactorias para todos.10 La
ausencia estatal en la zona ha impulsado modelos autogestivos en diferentes
frentes. A la organización comunitaria, la creación de cooperativas productivas
y la puesta en funcionamiento de radios locales hay que agregar el proyecto de
la Escuela secundaria politécnica en un pueblo a 50 Km. de la capital provincial
y de la creación de la Universidad Campesina. Esto último constituye un eje
fundamental si se tiene en cuenta la importancia de la educación como
herramienta de emancipación en los distintos movimientos sociales de América
Latina.
Se trata de 9000 familias campesinas que integran alguna de las trece
organizaciones distribuidas a lo largo y a lo ancho del territorio provincial.
Forman parte de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas
(CLOC) y de Vía Campesina, organización a nivel mundial. Es quizás esta
combinación entre su lucha cotidiana y la participación en niveles superiores -
el intercambio constante con campesinos del MST y de muchos otros países, su
integración al Foro Social Mundial, a la Cumbre de los Pueblos y a gran parte de
este proceso que se está gestando en Latinoamérica y en todo el mundo en general
como espacio de construcción de alternativas ante un modelo que se trata de
imponer como único - lo que los ha convertido en un modelo de organización para
gran parte de la sociedad. Son conscientes hoy de que la lucha porque no los
expulsen de su tierra es parte de la misma lucha por la reforma agraria, por la
soberanía alimentaria y por la construcción de otro modelo de país:
¨La Soberanía Alimentaria pasa por el derecho a producir y comer lo que
queremos, este es un derecho avasallado (...). Sabemos que tenemos un rol, una
responsabilidad, el producir alimentos para que los compañeros de la ciudad se
alimenten sanamente.¨ Como resultado del exportar para crecer y el producir para
exportar, la Argentina, país de hambre y miseria, agota sus suelos, envenena
montes y niños, usando la tierra para alimentar el ganado extranjero y la sobra
de este festín se utiliza en planes solidarios, alimentos de moda y las
ganancias económicas que decaen en pocas manos."11
En una de las provincias con mayor hacinamiento habitacional del país, donde el
38,2% de la gente vive sin satisfacer las necesidades básicas, cifra que sube
estrepitosamente a un 53,7 % para los hogares rurales y el 40,9% de las
viviendas carece de agua corriente, este Movimiento se está organizando a una
escala mayor, comprendiendo la unicidad del conflicto con los sectores urbanos.
Reinaldo, del pueblo de Quimilí, explica:
"Estamos impulsando con el MTD Aníbal Verón, una organización urbana, para ir
construyendo un "movimiento sin tierra", una vuelta al campo masiva. La gente se
va a venir caóticamente, cagada de hambre (...) Los territorios sin población
los ocupa el capitalismo anónimo. Buenos Aires y su conurbano tiene 15 millones
de habitantes y Córdoba 3 millones de habitantes ¿Como puede? Este es un país
que podría distribuir más de 100 millones de habitantes, con un campo cuidado en
lo ecológico y ciudades sanas de 30 o 40 mil habitantes. Con un esquema de
distribución territorial mucho más sustentable y sano. Pero en principio
pensemos la cuestión básica de comer, queremos un pueblo que produzca su comida,
que no la este mendigando." 12
De esta forma el MOCASE busca exceder el espacio rural, articular su identidad
campesina con otros sectores de la sociedad que padecen, desde otros contextos,
las consecuencias del modelo de acumulación vigente.
Primero como periferia del Alto Perú, más tarde de una Argentina centrada en la
región pampeana, Santiago del Estero, al igual que muchas de las provincias del
interior, lejos de haber sido dejada a su suerte, ha sido expoliada para que
esos modelos pudieran ser puestos en práctica. Pero dentro de este espacio se
reproduce esta misma lógica, un pequeño sector ligado al poder provincial o
proveniente de otras regiones, que busca imponer un modelo basado en grandes
explotaciones que se vinculan con el mercado externo, con insumos importados y
tecnología que reemplaza la mano de obra, generador de gran deterioro para el
medio ambiente; del otro lado los campesinos, mayormente con producciones de
subsistencia, con una organización del espacio no basada en la propiedad privada
de las parcelas sino en el uso comunitario del territorio; sin títulos de
propiedad, pero con historias de generaciones ligadas a esas tierras, a esos
montes.
Aquí, en Santiago del Estero, la lucha por el espacio es directa, es
explícita…son las topadoras tumbando ranchos contra los campesinos. Después de
muchos años de que esto sucediera sin que si hiciera algo al respecto, la gente
comenzó a organizarse. Primero en torno a la Ley Veinteñal en el ámbito
judicial, pero más tarde ampliando el reclamo, complejizándolo, lo que los llevó
a articularse con otros movimientos campesinos del país y de América Latina. En
la actualidad, el MOCASE se encuentra en la búsqueda de expandir su accionar y
coordinarlo con otros movimientos -estudiantiles, de desocupados, de
trabajadores – que compartan no sólo el modo de entender el conflicto, sino
también la necesidad de articularse de una manera alternativa para construir
otra realidad.
Notas
1. Gejo, O. y Liberali, A.: "Fases de desarrollo en la Argentina. Asignación de
recursos y procesos poblacionales". Bs. As, 1999.
2. Gejo, O y Liberali, A.: "Las economías regionales bajo la lupa demográfica."
En Benítez, Liberali, Gejo: "Estructura económica y comercio mundial". Ed.
Pharos, Bs. As, 1992.
3. Morello, Jorge: "Manejo integrado de recursos naturales". En Brailovsky, A.:
Introducción al estudio de los recursos naturales, EUDEBA, 1987.
4. Brailovsky, Antonio y Foguelman, Dina: "Memoria Verde. Historia ecológica de
Argentina". Ed. Sudamericana, Buenos Aires, 1992.
5. Álvarez, Antenor: "Riqueza forestal de Santiago del Estero". Santiago del
Estero, 1916.
6. Barbetta, Pablo N. y Lapegna, Pablo.: "No hay hombres sin tierra ni tierra
sin hombres: luchas campesinas, ciudadanía y globalización en Argentina y
Paraguay". En Giarracca, Norma y Levy, Bettina (comp.): "Ruralidades
latinoamericanas. Identidades y luchas Sociales"CLACSO, Buenos Aires, 2004.
7- Reynoso, Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero: "Tierra y
Reforma Agraria" . En www.rebelion.org
8- Ídem anterior.
9. Ídem anterior
10. Le Monde Diplomatique. " Movimiento campesino de Santiago del Estero. La
tierra es nuestra »
11. Grupos de Reflexión Rural. "Argentina: La lucha por la soberanía
alimentaria". En www.rebelion.org
12. Reynoso, Lisandro: Movimiento Campesino de Santiago del Estero: "Tierra y
Reforma Agraria". En
Salimos a buscar el año ‘21 en sus recuerdos y lo encontramos en su realidad.
Hemos recorrido el norte santafesino con el dolor y la ironía que deja la
comprobación que el año 1921 vale para el 2001, ochenta años después. Se cumplen
ochenta años de las sangrientas huelgas obreras de La Forestal. Ojalá que en
todo colegio secundario los docentes y alumnos se pregunten el porqué. El porqué
de tanta crueldad contra los obreros, de tanta obsecuencia de los políticos de
turno para con el poder económico en tiempos de democracia, el porqué de tanto
egoísmo criminal de la gigantescas fábricas de tanino.
La Forestal es el ejemplo más claro de la explotación capitalista de un lugar y
su método egoísta que finalmente termina en ser la más absoluta depredación.
Compra miles de hectáreas de quebrachales, construye las fábricas de tanino,
exporta millones de toneladas y, cuando la riqueza natural se termina, se va
llevándose hasta los bulones. Deja nada más que tierra arrasada, abandono,
miseria, tristeza, decepción. La mejor muestra está en los pueblos abandonados
que dejó y que van siendo reconstruidos lentamente por los hijos de los
explotados.
La primera pregunta es: ¿qué hicieron los gobiernos argentinos con sus partidos
"nacionales" y las dictaduras militares que tocaban el clarín antes de sus
proclamas contra los "enemigos de la patria". El capital inglés tuvo siempre un
sueño de hadas; nadie lo molestó, sólo se preocupó de enviar las divisas con
gusto a sangre y quebracho directamente a Londres. Es una caricatura perfecta de
aquello que el capital viene a ayudar a los pueblos subdesarrollados. Fue el
mismo esquema del petróleo en tantas latitudes de los países de la colonia y la
dependencia.
Eso sí, cuando los obreros de los bosques y los caminos reaccionaron por su
dignidad, vino el garrotazo, la celda, la humillación, la muerte. Basta leer
esta denuncia en la legislatura santafesina, llevada a cabo por el diputado
Salvadores, en 1921. Habla del "martirio del dirigente obrero anarquista Teófilo
Lafuente". Para muestra basta un botón. Un historia eterna de la policía y de la
Gendarmería argentina. Teófilo Lafuente, denunció el legislador, fue conducido
desde Vera hasta Villa Guillermina por el sargento Julio Luna. Desde la estación
hasta la comisaría fue llevado al trote, a punta de sable, mientras algunos
gendarmes descargaban sobre sus espaldas una verdadera lluvia de golpes con los
sables y los winchesters. En la policía, Goñi sometió a este obrero lleno de
entereza a suplicios verdaderamente brutales. Con intermitencias breves se le
aplicaban terribles palizas en las que se emplearon frecuentemente las carabinas
por el caño, esgrimiéndolas como garrotes. Los intervalos entre paliza y paliza
debían ser soportados por la víctima cumpliendo severísimos plantones con la
cara vuelta a la pared y colocado siempre sobre un cajón o una silla para que
los demás compañeros del infortunado pudieran observar quién era el martirizado,
invariablemente se le anunciaba que el plantón había terminado con una bofetada
a la que seguía una lluvia de golpes y puntapiés. Frecuentemente se lo invitaba
a declarar contra sí mismo y contra sus compañeros y su firme respuesta: "no
tengo nada que decir" era recibida con nuevos golpes. Pero no era suficiente,
señores diputados, este suplicio brutal; era necesario para saciar la crueldad y
los instintos verdaderamente feroces de los verdugos, unir al martirio de la
carne el tormento del ultraje infamante, para aprobar la altivez y la hombría de
este modesto obrero. Colocáronlo sobre una silla y se ordenó a los demás
detenidos, 40 o 50 hombres que desfilaran uno poruno delante del martirizado y
lo escupieran en la cara. Después se siguió apaleando todavía a Lafuente hasta
que su resistencia física fue vencida y cayó de boca en la puerta del calabozo
siendo empujado a puntapiés hacia al interior. Fue cuando el comisario Goñi
ordenó a un teniente de la Gendarmería que por la noche condujera la víctima al
monte y cumpliera "su deber". El prólogo de la desaparición de personas que
aplicarían medio siglo después los militares argentinos.
Pero claro, esto parece una crónica más de la represión brutal que sufrieron en
todos los gobiernos los obreros luchadores por los derechos de los hombres y
mujeres del trabajo. No, lo más increíble y sorprendente fue que el gobernador
radical de Santa Fe, Enrique Mosca, dicta una ley donde crea la Gendarmería
volante para actuar en las tierras de La Forestal aceptando para su
equipamiento, y los gastos que demande el escuadrón, la donación de la propia
empresa de un fondo para esos fines represivos.
Es una desvergonzada intervención del gobierno elegido por el pueblo para
reprimir al pueblo. Es interesante, además, leer en los documentos de la
Legislatura santafesina que a "los comisarios de los pueblos de La Forestal, el
gobierno radical les asigna un sueldo mensual de 150 pesos, pero La Forestal les
pasa oficialmente una subvención mensual de 450 pesos mensuales y una partida de
70 pesos para forrajes. La empresa británica, como si fuera poco, les da a los
jefes policiales: casa habitación, luz, leña, caballos y armas. En los almacenes
de La Forestal los uniformados podían adquirir lo que quisieran a precios muy
ventajosos".
Después nos preguntamos de dónde nacen los defectos de nuestra democracia. Estos
antecedentes nunca fueron revisados por la Legislatura ni por el gobierno
nacional de Hipólito Yrigoyen que justo seguía gobernando después de los
fusilamientos de la Patagonia y de la bestial represión de la Semana Trágica.
Se cumplen ochenta años de las huelgas de La Forestal. Otro de los hechos
ignorados por la historia oficial. Fue el digno Gastón Gori quien con su libro
La Forestal dejó todo al desnudo. Y Gori es seguido hoy por historiadores
jóvenes como César Ramírez y David Quarin quienes van descascarando el muro de
silencio que acompañó a las depredaciones de La Forestal y la indiferencia de
los gobiernos provinciales y nacionales.
Si comenzáramos a analizar la conducta de los monopolios, el método de las
grandes empresas y la política del último cuarto de siglo nos encontraríamos con
una gangrena que carcome nuestra democracia. Aunque tengamos presos en coquetas
casas de fin de semana a alguno de los inspiradores y seguidores de esta
política de oprobio, habría que revisar las relaciones globalizadas de los que
aceptan los dictados del capital cuando amenazan retirarse del país que
explotan.
Dejamos los caminos vacíos de La Forestal. Duele la burla. En casi todas las
ciudades santafesinas hay una calle con el nombre de Enrique Mosca, el que dio
una guardia uniformada a la empresa para que ningún obrero osara luchar por sus
derechos. En cambio, en ningún lado se lee ni siquiera una placa en recuerdo a
Teófilo Lafuente, el digno luchador por los derechos humanos en esa tierra
rojiza.