La alegría del desarreglo

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Leticia Hernando nació en Buenos Aires en 1976. Es estudiante de la carrera de letras en la Universidad de Buenos Aires y ha publicado La alegría del desarreglo, Ediciones La Guillotina, Buenos Aires (2005).


"Digo que es preciso ser vidente, hacerse vidente.
El poeta se hace vidente por un largo, inmenso y
razonado desarreglo de todos los sentidos."

-Arthur Rimbaud,
Cartas del vidente.-



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Leticia Hernando presenta "Prosas del Desbarranco" el jueves 18 de octubre de 2012 a las 20 horas en el Centro Cultural El Mordisquito, Pasaje Discépolo 1830 (a una cuadra de Callao y Corrientes). Presenta Gerardo Curia, música: Hector Urruspuru y María Timini

La alegría del desarreglo

[poemas 1993-2001]

Indice

Los cuervos del silencio

I-Noche oscura... p6
II-Hasta la madrugada... p7
III-Una ventana abierta... p8
IV-Un corazón ajeno... p9
V-Césped cubierto de escarcha... p10
VI-Mi escape externo p11
VII-Mi memoria entera... p12
VIII-Queja de una espera p13
IX-Te negaste a comer... p15
X-Contornos resecos... p16
XI-Carmesí p17
XII-Pero, /el chirrido... p19
XIII-Impasse p20
XIV-Melancolía p21
XV-Ojos desorbitados... p26
XVI-La voz que sentencia... p27

Pequeños poemas nacidos de la dicotomía

I-Asilo p29
II-Asilo II (un sacrificio a ojos abiertos) p30
III-Asilo III p31
IV-Un sacrificio a ojos abiertos II (Asilo IV) p32
V-Asilo V (acechar) p33
VI-Asilo VI p34
VII-Asilo VII p35
VIII-Acechar II (Asilo VIII) p36
IX-Asilo IX (de boca al ocaso) p37
X-Asilo X p38


La alegría del desarreglo

I-Séptima, encantadora p40
II-Enamorada del muro... p41
III-Dicotomía de la luna p42
IV-Niña y luna p43
V-Ella p44
VI-La mujer teórica p45
VII-Poema sobrio (17/19 junio 2000) p46
VIII-Constante p47

El devenir de una imagen

I-(1) p50
II-(2) p51
III-(3) p52
IV-(4) p53
V-(5) p54
VI-(6) p55
VII-(7) p56
VIII-(8) p57


Los cuervos del silencio


(poemas 1993-1998)


Noche oscura
silencio y sombras
una tenue luz ilumina las calles
camino a casa
el ruido del viento por entre los callejones
una casilla de vigilancia a oscuras
a lo lejos
unos gatos en celo
bebés llorando
nadie camina a estas horas,
solo yo.

Un perro sale al encuentro
puedo ver sus ojos a través de la noche
su brillo
un sordo gruñido quiebra el silencio
el viento congela el sudor de mi miedo
retrocedo
me ataca
sus dientes laceran la carne
la desgarran.

Un grito agudo
silencio.


Hasta la madrugada
en las calles solitarias
en los bares vacíos
en ese niño perdido
en la plaza sin gritos
en las persianas bajas
se refleja la luz apagada de los faroles
que iluminan la triste noche que pasa.

Hasta la madrugada
donde su luz apenas surgente y ya gastada
muestra los primeros pasos febriles del día
se siente esa calma acompañada por:
la presencia de las calles solitarias
el llanto de ese niño perdido
el silencio de los bares vacíos
de la plaza sin gritos
de la persianas bajas.

Hasta la madrugada
en el final de la noche
se puede sentir una ciudad palpitante
antes de ser ahogada en su desesperada acción diurna
antes de ser tapada por un desenfrenado andar.

Hasta la madrugada
en su despreocupación
hasta la madrugada
late una vida que pena.


Una ventana abierta
y la luz de la noche.
Un perfume barato
y su aroma viciado.
Las arrugas de unas sábanas
y sus sombras.
La ansiedad de la espera
y su sentimiento que es incompleto.


En el silencio la observo:


Contraluz sinuoso
de un cuerpo pálido recostado.
Viento frío
agitando el oscuro marco de su cara.


Rostro blanco en sombras
párpados cerrados
labios entreabiertos
susurros.


Proyección de tinieblas
en la noche que pasa
en el cuerpo que se estremece
en el cuerpo que me estremece.


Un corazón ajeno
late en mi.

pintó mis uñas
enroscó de cadenas mis muñecas
cubrió de luto
mis pechos
mis piernas enfundadas de negro ajustado

me regala pequeñas trampitas cronometradas
fugas de fin de semana
caricias nocturnas, vestidas sin eco

Un corazón extraño
el mío
me pega un tiro
y canta bingo.


Césped cubierto de escarcha
niebla, mármol:
paisaje blanco.

De una torpe mueca
una rígida sonrisa.
En los ojos secos
solo el negro de las pupilas miran
miran,
y no comprenden

que el féretro baja
lentamente
hasta el fondo de la fosa,

que mil ojos silenciosos
contemplan el descenso.

( mil ojos sin lágrima alguna )

Gránulos de tierra fértil
tierra negra
caen.

( golpes sordos contra la caoba labrada )

Tengo unos ojos
ciegos
retorcidos hacia dentro.


Mi escape externo

Paredes
persianas bajas
resguardan
cuidan
mi último deseo.


( tu voz que llega hasta mi )


La cabeza en la estratósfera.
La locura a flor de piel.
El conocimiento entre las piernas.


te escuchan gritar
te escucho gritar
gritás


Y
quisiera abrazarte
quisiera estrujarte
quisiera oírte gemir.


Y me señalás una puerta
( hermosa, llena de promesas )


Y me señalás una puerta
( gastada, fiel al olvido )


Y me señalás una puerta
( que no quiero abrir )



Mi memoria entera
estalla
y se desparrama.

Cómo decirte:
juntá los pedazos

yo solo ladro.


Queja de una espera

I

Hay una cortada
a mitad de cuadra
a la derecha

podes tomarla.

Tiene un pozo ciego
una sonrisa mendiga
una mano indecisa
dos pies que no caminan.

II

( si sólo pudiera alcanzarte )

( si tan sólo pudiera abarcarme )

III

Oídos sensibles ante el tiempo quedo.

un tic-tac de fondo que se hace crónico
una espera que se alarga
y,
el extravío
como búsqueda de la demencia.

IV

( demencia:
solución asequible
respuesta de una ausencia )


V

Como tanto otros
con tan poca esperanza.

Como tantos olvidos
tan llenos de esperanza.

VI

Unos ojos que esquivan
unos dedos sin piel que no acarician
y un pecho abierto
piden

el olvido.


Te negaste a comer
sólo para poder ver el esqueleto
trataste de hundir tus uñas en tus muñecas,
quisiste desollarte
pero la piel se negaba.

Solo quedaron las garras
empecinadas
penetrando irregularidades

y la piel, también
siempre
la piel.


Contornos resecos
en tus ojos de sangría.
Tu lluvia azul
que me convoca

pero no conmueve
que me arrastra
pero no siento.

La resaca,
en la lejanía de unas velas a media asta
en unas manos que se aferran
en unos dedos que se entrelazan.

Entre los que el mar
que soy
a pesar de mi anhelo
que no soy
aunque siga siendo
con todos tus deseos
a los que me arrojo
pero ya no hay anhelo.

Y soy búsqueda

y soy
un espejo sin hueso
un llanto de piedra
una ventana abierta por la que sobrevivo.

Y me compongo de ausencias
Y me recompongo de presencias que
no sé
pero, parecen que se alejan.

Mis dedos enredados
no tienen nada que abrazar.


Carmesí

" Alguien murió, no recuerdo quién"

-Silvina Ocampo
El pecado mortal. –
I

Desierto. Todo es desierto.
Mi corazón palpita
y es todo desierto.

II

En la vigilia, alguien muriendo.
Y ella, que camina las calles y grita y repite:


Te amo.
¿A quién? ¿Quién? No hay nadie.
Nunca hay nadie.

Te amo, dice.
Pero los pasos lentos. Argucias de maldades.
( Alguien que pasa caminando. )
Y nadie, que nunca se encuentra.
Te amo, ensaya.
Y alguien muriendo.


En la diestra en cuchillo, en la siniestra
un vaso vacío.

Por la ventana, los días que pasan
un día se arrastra.

( carmesí oscuro de una hora dormida)


Pero,
el chirrido de neumáticos


( luz roja )

para tu regazo encorvado
abrazando en la oscuridad
el tugurio amargo


( es un pez negro- azul- violeta
arrastrándose sin la asistencia del agua

es un ojo solo
amarillo—naranja
que se hiela en la espera

es una bandera a media asta
celebrando la no- espera )

( luz verde )

para el aullido abierto
en un escalar hacia abajo.



Impasse

La música no acalla el silencio.
Se balancea en mi trapecio que no cesa.
Recuerdos.
Vergüenzas.
La mano izquierda tapa medio rostro.
Espejo.
Autorretrato fragmentado.
Dedos se abren en flor.
Jirones de un rostro.


- Carcajada. -

Las sombras no destiñen las formas.
Pies marcan el ritmo.
Adelante- atrás; adelante- atrás.
Llamas secas. Guardar los ojos.
( Ya no desear si todo es un devenir cintura para arriba. )
Adelante- atrás; adelante- atrás.
Tras los ojos, sólo una cintura sin rostro que apretar fuerte


hasta llorar
hasta rezar.



Melancolía

Latín: melancholîa, y este del griego: µe.a..o.ía.
1- Depresión del ánimo o tristeza vaga, profunda y
permanente. 2- Monomanía en que dominan las
afecciones morales de tristeza y de indiferencia.

"Porque nadie tiene más sed de tierra, de sangre y
de sexualidad feroz que estas criaturas que habitan
los fríos espejos."
-Alejandra Pizarnik

La condesa sangrienta.-

( I )
pequeñas barcazas lánguidas
( maderos, estacas )
aguas que olvidan
agitarse
piden la tormenta que expone.

Y es la espera

-Unos ojos que prometen
una mirada, una distancia
Un fuego que descansa.-


Y es la única

Y

es un ensueño
que no dice adiós
que desgarra.


( II )
Espera:
Ansiedad que promete el vértigo
cuando todo se estanca.
( Pero hay algo que se ahoga
pero está tan quieto y no se mueve
que ni siquiera lo abraza la muerte. )


( III )
Medir la extensión de la espera:

-cuerpo encorvado, mirada que se aleja
manos que no aferran-

Contar las pulgadas de un colchón inútil.
Tu sonrisa extraviada en

La noche
cae
( rueda gime calla )

Manos, ojos crispados
reiteran un día en

La noche

Se extiende:
cinco lenguas
cinco lenguas no bastarán
para susurrar:

salida, salida
( cinco veces salida )


( IV )
De día sobre los rieles del tren
mi sombra la que camina
( y no quiere
y no mira
-pero tiene ojos- )
contempla mis pasos torpes
( de recién iniciada
que busca caerse )
De noche sobre todas las sombras
¿Quién no mira?
¿Quién camina?


( V )
10, 15, 5 minutos después
¿Cuántos? No sé.
-No bastan.
Me quieren. Me alcanzan.-
20, 5 minutos después:
Las uñas rasgan el papel.
La noche cae.
No es sano.



Ojos desorbitados.

Raíces expuestas.

Tierra reseca.

En el desierto
los ojos deslumbrados
en un sol frenético
desequilibrado.

En el desierto
en la pendiente de una duna
un mendigo no duerme
tiene fiebre.


La voz que sentencia:
-Despertarás, presa de las palabras.-
no sabe de abstenerse.

Mi mano llagada
( la única que me queda )
escucha:

-Ya no podrás reconocer quién te saludó acarreando el final.-
escribe
( lentamente como quién no quiere )

La miro.

( ojos trazan círculos de babosa encerrada )

Sonrío.

El tiempo se consume. Las preguntas estallan:

¿Qué decir, qué no
si todo lugar es público y me expone?

¿Qué hacer
cuando todos se hallan ido y no exista más la espera?

Un corte final:

Ser brillo filoso en la garganta abierta.
Aullido de cráneos callando la noche.
Río que desborda.


( Hacer un corte final. )


Pequeños poemas nacidos de la dicotomía


(junio 1998/ enero 1999)


Asilo

Tus manos una contra otra

bajo tu mirada tus manos
una contra otra tus uñas
negras laceran.
Laceran.


Asilo II ( un sacrificio a ojos abiertos )

Alguien yace su último poema:

mujer insólita habla
descalza la sonrisa
abierta
a los costados/
autopista/
acechando/
y vuelve,
todavía viendo todavía pisando


y espera.


Asilo III

( Me mira con ojos estáticos de otro lado )

Estática,

no soy más

que unos ojos acuosos.

Acuosa,

no soy más que el balbuceo

de unos ojos,

una sonrisa opaca y mendiga.


Un sacrificio a ojos abiertos II ( Asilo IV )

"Alguien golpea en las venas.
Voy a abrir."
-Daniel Grad-

¿Hay pasión estéril a la que no cobije?

¿piernas que no aprieten la garganta?

¿Mujer que no golpee en las venas? Oscura. ¿Que no sonría?


Asilo V ( acechar )

¿Quién se disgrega
y se repite frente a un espejo
( imagen que contiene )
y junto a su sombra
a los pies de quién
siempre mide
comprueba su pulso,
ríe?


Asilo VI

por aprender a arrastrarse,
por des-aprender a levantarse:

( mi lengua lamiendo las baldosas
ásperas, heladas, olvidadas… )


Asilo VII

Antigua.
Retorcía las manos en el aire
inventando sombras
contra su sola, propia cama.
Nueva.
Engendra un ojo negro.
Pierde la mirada.



Acechar II ( Asilo VIII )

Las voces, lenguas que claman
del otro lado del tímpano
( espejo inconcluso )
no alcanzan, no me alcanzan.

( Soy un puño
apretado
custodiando el ocaso. )


Asilo IX ( de boca al ocaso )

Ya perdidos los ojos,
des-enamorada de la sangre,
abre las piernas al silencio, para
ofrendar sus fragmentos.


Asilo X

Ahora,
sin destino, sin destinatario,
abrazada al poema;
Ahora,
Soy,
unidad de silencio.



La alegría del desarreglo


(poemas 1999-2001)


"Soñaba eternamente en su sueño estéril con
las cosas que no había conocido."
"Y ella no tenía ni vísceras ni cerebro pero su
corazón desecado había sido puesto de nuevo
en su pecho."

-Marcel Schwob,
Séptima, encantadora-

La música de unas palabras la arrastra oscura.
Las vendas trenzan su cuerpo apretado, la visten blanca.
Siempre blanca, transparente
en las profundidades y las violetas, arenas rojas
por donde desliza su cuerpo vacío, sus ojos inocuos
donde todo es una carencia innombrable
a la deriva de su solo río.


¿Y qué hacer con un corazón desecado recobrado en la ausencia del
entendimiento?
¿Con unos labios inertes que matan el lugar donde se aprende?


Otra música le responde ( oscura ):
Enterrá tu carencia. No hay desniveles
en un alma sin víscera ni cerebro.


1999

I
Enamorada del muro.


Quieta.
Era alguien balbuceando una cadencia.
Eso es todo.

II
Su voz
( tumba ) en la sombra.
Ensaya una poética
-teoría del desencuentro-
Rompe las uñas.

III
Sin cadencia Sin sombra
Sin muro
Espejo, qué más.


1999

Dicotomía de la luna

1

La vigencia de la memoria vertida
en tu traga-voz
quebrando la luz,
aullándole
a los pezones, los cráteres
de una siempre áspera luna.

2

Ver tus rostros en todos los rostros
en esa
que pasa, mujer sin nombre


2000

I

niña y luna
bajo un río de lava
reseca
reseca de piedra negra

II

mujer y verde
bajo una constante de lluvia
bajo una sonrisa destilada
bajo un abrazo
y se aprieta la garganta


I
Ella
sombra sangre las venas
mi herida

II

( languidez de piedra para no pensar,
bajo la hierba para no despertar )
a Ella, los cuervos del silencio

III
( se me adhiere, me bebe )


IV
Habla del ritmo de los cuerpos
azul deshielo.
Ella, que sólo se atiene a si misma.

V

murmura desde las entrañas,
hace de mi una lágrima enebrada al silencio
( para, sin pudor, nombrarla )

Ella, alegría del desarreglo.


La mujer teórica

se enrosca sobre sus piernas
se abraza
no sonríe.
Sus manos le dictan la secuencia
de su deseo.
(Y se nombra sin ojos
Y se juega sin voz )
Inventa un rostro una silueta un nombre
Rueda en la sombra
Se piensa par.
( sonríe-se y
sonríe-se )

Loba de sueño rosa.


Poema sobrio ( 17/19 junio 2000 )

para crear una llaga que sea del tamaño del universo
( que es del tamaño de tu ombligo ):

Tragar ( en una sola bocanada ):
Toda la merca
Todo el alcohol de tu savia
Todas las lágrimas

ó
No.

Sólo ser ojos / suspendidos
que envidian.


2000

Constante

1

Doblada, en su cuerpo:
la hoja la halla en blanco.
Cuenta los segundos perdidos buscando su verbo.


2


precipitándose, hacia un afuera que no existe
resbala por un cornisa de ojos
rasgados

3

Es sus manos
todas
que solas ensueñan.

Pero ahora las ata.

4
Ella ( quien no fue ).
Ya no espera. Siempre lo hace.



El devenir de una imagen


(mayo/ 4 julio 2001)


"quién le pudiera injertar
su sangre, vida, su herida"

-R.Alberti
La amante.-

49


(Las imágenes engañan.


Pero nombro.
Porque es sólo un silencio
el que viene a la memoria.)



no es quieta la noche, es quieta la espera


la música no es alivio
las imágenes no perdonan
solo se almacenan estos tristes nombres de pétalos sin rosa
lengua mendiga de nombres
nombres con la música propia de las palabras
nombres con el fluir de un poema
un alfabeto de crueldades
cadencia o miserias


La tierra es ocre a la mirada.
La música no se encuentra.
Sólo esta muñeca a la deriva

/mano en suspenso
/dádivas...

sangrando mis rodillas.


voces sin crisparse
voces centinelas de nada
los nombres
no piden cuerpos ni tienen sangre


y no voy a decir el relieve de este ansia

(porque me bebo carnívora)
sino a través de estas raíces en mi espalda.
De esta mueca de aprendiz boca arriba:
contraluz ascendente
de cielo oscuro. (me vierte)
Verdes hojas amarillas.
Ramas negras.


degradación de la música en la
degradación del lenguaje en la
degradación de la carne

la sangre no hace ruido al fluir

palpitan alas
tan sólo fantasmas


el escalpelo hasta los huesos
contra la muñeca
vertiendo, crisálida,
mi sangre nueva

Otros poemas

Quien engarza una isla a su casita
con raíces de un agua lenta
teje canciones de cuna,
mece su lengua en otra lengua,

de entre los dedos se le escapan los besos.

Arroja la casita al mar, a la deriva.
Arrójala. Vete, dile.
Porque hoy la casita gira loca,
las ramas en alto, abiertas a lo que venga.

Nunca más agua lenta.
Nunca más sonrisa.

(Dientes, sí. Uñas, sí.
Toda pezones.)

Crezcan los besos flores de la tormenta.



Deltario 1

Una loba que sueña rosa,
sobria y loca,
planta ladrillos en todas las ramas de un delta.
Y dice (junto a cada ladrillo):
Vida mía. Putita mía.
Con una persistencia asombrosa.




Deltario 2

Porque atrás, en la memoria,
el cántaro sigue intacto junto a su fuente,
harían (piedra sobre beso; beso sobre arena)
-por si acaso quisieran beber musgo tierno-
de los restos una casita.
Allí: donde frondosas.




Deltario 3

Más hubiera valido desvestir de grandilocuencia al amor,
no devenir jamás mujeres de piedra.
Gozarnos en los baños.
Ser crueles en la tormenta.
Apurarnos de un trago y romper el vaso.




Deltario 4

Porque hubo una vez una isla, una casita,
habrán fuegos que partan piedras,
fuegos que hagan escándalo en la sangre y canten.
Sí.
Caminaremos por días raros.
Con la piel al viento.
Los ojos abiertos como venas
La mujer teórica

Se enrosca sobre sus piernas,
se abraza,
no sonríe.
Sus manos le dictan la secuencia
de su deseo.
Y se nombra sin ojos.
Y se juega sin voz.
Inventa un rostro una silueta un nombre.
Rueda en la sombra.
Se piensa par.
Sonríe-se y
sonríe-se.

Loba de sueño rosa.



Niña cándida,
pequeña erótica iletrada llena de palabras,
llamas, siempre nostalgia,
a los brazos de mi casa.

Porque son las quimeras de la madrugada,
pequeña perversa cándida,
calla. Calla.

Que me engarza a la vida un tímpano en la garganta.
Que el vértigo soy yo.
Soy carcajada.
Soy el azar bailando en una pata.




Una niña
sentada al borde de un muelle
que estira sus pies hasta rozar el agua
(verdes borbotones)
se mira,
huidiza en los remolinos del estanque.

Ejerce la crueldad de congelar un rostro
en el devenir de las aguas.



Para crear una llaga que sea del tamaño del universo
(que es del tamaño de tu ombligo)

Tragar (en una sola bocanada):
Toda la merca.
Todo el alcohol de tu sabia.
Todas las lágrimas.

o No.
Sólo ser ojos /suspendidos
que envidian.

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