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Ha
llegado la hora… vamos por los golpistas sin uniforme
Por Osvaldo Vergara Bertiche
No es de mi agrado la expresión cívico-militar.
Lo “cívico” conlleva, histórica y hasta semánticamente, a un compromiso
patriótico, tanto personal como colectivo.
Hoy estamos hablando de actos aberrantes perpetrados por militares asociados a
civiles. Es otra cosa.
El golpe de estado de 1976 es una construcción política pergeñada entre
militares y civiles para cometer el más grande acto de pillaje y saqueo,
crueldad y crímenes, cometidos contra el conjunto del Pueblo argentino, y que ha
sido bien bautizado “Terrorismo de Estado”.
Los civiles participantes no fueron sólo Martínez de Hoz (figura emblemática) o
quiénes continuaran al frente del Ministerio de Economía, Lorenzo Sigaut
(economista del FIAT) y luego Roberto Alemann.
El aporte civil sumó cuadros técnicos (comandado por el abogado e intelectual de
derecha Jaime Perriaux).
En el período 76/83, por ejemplo, ocuparon ministerios: en Educación, Ricardo
Bruera (marzo 76 – mayo 79), Juan José Catalán (junio 77 – agosto 78), Juan
Rafael Llerena Amadeo (noviembre 78 – marzo 81), Carlos A. Burundarena (marzo 81
– diciembre 81) y Cayetano Licciardo (diciembre 81 – diciembre 83); en Justicia,
Alberto Rodríguez Varela (noviembre 78 – marzo 81), y podemos seguir con
secretarios y subsecretarios, directores y asesores, entre ellos: Alejandro
Estrada, secretario de Comercio Exterior del gabinete económico, Mario Antonio
Cádenas Madariaga, secretario de Agricultura, y como subsecretario Jorge
Zorreguieta (padre de la princesa Máxima de Holanda).
Adolfo Diz presidió el Banco Central siendo vice Alejandro Reynal; Juan Alemann,
fue secretario de Hacienda (aunque lo niega, dos sobrevivientes de la ESMA
aseguraron que visitó el lugar).
Ricardo Yofre fue subsecretario general de la presidencia y Virgilio Loiácono,
asesor de la Secretaría General de la Presidencia.
Arnaldo Musich fue el primer embajador en Estados Unidos. Debió renunciar a su
cargo por una frase: “Luego de la derrota de la subversión habría que limpiar el
bisturí”; lo reemplazó Jorge Aja Espil.
En Francia, Tomás de Anchorena manejó la embajada mientras funcionó, regenteado
por la Armada, el Centro Piloto de París, sede de la represión ilegal en Europa.
Jorge Berardi, Ramiro Esteverena, Oscar Camilión, José Antonio Romero Feris, (se
desempeñó como embajador en Costa Rica; Gobernador de Corrientes en democracia),
Jorge Aguado (Ministro de Agricultura de Viola e interventor en la provincia de
Buenos Aires de Galtieri); Pedro Pou y José Luis Machinea (gerente de finanzas
públicas del BCRA).
Elvio Baldinelli (embajador ante la Comunidad Económica Europea del ’77 al ’81 y
secretario de Industria y Minería de Galtieri hasta 1982).
El penalista Roberto Durrieu, (abogado de Juan Carlos Blumberg) fue
subsecretario de Justicia de la dictadura y prologuista de un libro del general
Ramón Camps.
José María Dagnino Pastore, Jorge Wehbe, Gustavo Enrique Yrazu, Conrado Bauer,
Guillermo del Cioppo, Adolfo Navajas Artaza, Guillermo Walter Klein y Domingo
Cavallo, son, entre otros tantos, los civiles que formaron parte del gobierno.
La Corte Suprema de Justicia integrada por los abogados Adolfo Gabrielli,
Horacio Heredia, Abelardo Rossi, Alejandro Caride y Federico Videla Escalada.
El poder dictatorial se completó con la designación de "gobernadores" e
"intendentes".
En Jujuy fue designado Horacio Guzmán (de la Fuerza Federalista Popular).
En el caso de los Intendentes, un gran número fue aportado por partidos
políticos (explícita o implícitamente), caso concreto, la ciudad de Rosario (con
un Secretario de Gobierno de aquella época que hoy ocupa una banca en la Cámara
de Diputados de la Nación, por el Acuerdo Cívico y Social).
794 fueron las intendencias gobernadas por figuras conocidas y reconocidas por
su pertenencia a los partidos políticos, a saber:
Unión Cívica Radical: 310
Partido Justicialista: 169
Partido Demócrata Progresista: 109
Movimiento de Integración y Desarrollo: 94
Fuerza Federalista Popular: 78
Movimiento Popular Neuquino: 23
Partido Demócrata Cristiano: 16
Partido Intransigente: 4
Partido Socialista Democrático: 1
Debemos sumarle a esta “colaboración” otra colaboración ideológica nefasta: la
posición del Partido Comunista (a través de su dirigencia eterna) de bregar por
la “convergencia cívico militar” cabalgando sobre la errada visión del
fraccionamiento en las fuerzas armadas entre sectores de tendencia
“pinochetista” y “gorila”, en contraste con los objetivos de los sectores
“democráticos” o “legalistas” con los que se podría acordar la normalización de
la vida política.
También cabe incorporar dirigentes sindicales y corporativos (Sociedad Rural,
Unión Industrial Argentina, sectores de la jerarquía de la Iglesia católica,
etcétera, etcétera, etcétera).
Y la fruta del postre: los medios de comunicación. Clarín, La Nación y La Razón,
apropiándose de Papel Prensa y hacer de exégetas consumados de la mayor
dictadura sufrida en nuestra historia y que conllevó, en base a la tortura, la
desaparición y la muerte, a la instalación de un sistema de oprobio y entrega,
cuyas consecuencias se extienden hasta el presente.
Los unos y los otros, ¿civiles genuflexos? ¿civiles confesos? ¿civiles
confundidos?. De todo un poco. Pero nadie, nadie, puede escabullirse
tangencialmente. Los unos y los otros son responsables del genocidio practicado.
Algunos estarán consumiéndose en el infierno; hay quienes se han travestido en
demócratas; otros siguen desde fundaciones, universidades privadas, consultoras
y corporaciones produciendo opiniones y hechos atentatorios contra la
democracia; muchos de ellos enquistados en el Poder Judicial de la Nación y en
el Poder Judicial de las provincias.
Camuflados, encubiertos o a cara descubierta, siguen operando. Héctor Magnetto,
Ernestina de Noble, y toda la pléyade de amanuenses a su servicio, son un
ejemplo.
La hora nos permite ir por más. El momento histórico que vivimos nos obliga a
ser definitivamente consecuentes. En el banquillo y en la cárcel hay
torturadores y criminales; hay algunos civiles, pero no todos. Martínez de Hoz
está procesado. Faltan muchos procesos. Procesos para castigar al resto de
conspicuos asociados que produjeran el gran drama nacional.
El Poder Ejecutivo debe proceder, a través de los organismos correspondientes, a
las investigaciones pertinentes y necesarias para probar ante la Justicia el
grado de responsabilidad de cada uno y todos los civiles involucrados.
No es venganza. Es ni olvido ni perdón.
Es Justicia. Amén
Osvaldo Vergara Bertiche
Rosario, Provincia de Santa Fe
26 de Agosto de 2010 – a 221 años de la “Declaración de los Derechos del Hombre
y del Ciudadano"
www.culturaynacion.blogspot.com
Radio Puentes 22/07/2011 - Entrevista Osvaldo Vergara Bertiche