TRA-G Militante

(Trasvasamiento Generacional Militante)

“Por eso en este momento los viejos tenemos que pasar esa experiencia a nuestros jóvenes, porque a ellos les va a servir. Porque cuando llegamos a viejos sabemos mucho, pero ya no nos sirve para nada, hay que pasárselo a los que les pueda servir. Entonces eso es el trasvasamiento generacional del que nosotros hablamos.”   
Juan Domingo Perón. Octubre de 1971

Por Pedro del Arrabal y Juan Facundo Martinez

El pibe abrió la puerta y entró a la redacción medio agitado. Llegaba de la marcha de otros pibes; los que se encargaron de refrescar en la memoria popular aquella triste noche de los lápices del 16 de septiembre de 1976. En la mañana de aquel día intentamos decirle que habíamos decidido mandarlo a cubrir la marcha convocada por los pibes del secundario; pero él ya lo había hecho de antemano. La decisión la tenía tomada. Cuando comenzamos a decírselo nos manifestó que si nosotros no lo llegábamos a enviar, él seguramente no nos habría dado bola y hubiese ido lo mismo; tal como lo hizo.

Era un día muy especial para todos en la redacción. No era un día más. Para ningún Peruca de alma el 16 de septiembre es un día cualquiera. Un 16 de septiembre de hace 55 años golpearon al pueblo argentino fuertemente. Los “castigadores” fueron los que se decían “amantes del respeto por las instituciones, de la libertad(se autodenominaron “libertadores”), de la democracia.” Los mismos señores que una y mil veces defecaron sobre ese amor como lo hace cualquier gigoló cuando sus intereses están en juego. Los que violaron –y la violan- gustosos esa constitución que dicen defender cuando no tienen el poder político y la bastardean cuando están en el control del mismo.

El 16 de Septiembre no es una fecha cualquiera. Ese día la reacción conservadora y oligárquica comenzó a trabajar en el abyeto proyecto de sumergir en la ignominia el ser y el sentir peronista. Desde aquel 16 de septiembre de 1955, en todos los años que siguieron, se tomó esa fecha como un símbolo para recordarle a la sociedad argentina en general, y a “los de abajo” en particular, a esos “negros peronistas de mierda”, quien manda en este país.

Lo hacían en el Luna Park. Allí concurrían las manadas simiescas a escuchar al simio mayor de nombre Isaac Francisco y de apellido Rojas. Por eso no resultó casual que nuevos simios, hijos de aquellos otros, eligieran ese día para secuestrar a criaturas inocentes. Pero no eligieron a integrantes de cualquier grupo estudiantil sino a chicos de la UES (pata secundaria de la Juventud Peronista); chicos Peronistas. Secuestros llevados adelante por “valientes integrantes de operativos antisubversivos”; en realidad cobardes y miserables cagones que nunca se animaron a meterse con hombres de verdad y en igualdad de condiciones. “Valientes guerreros” que abusaron de menores desarmados e indefensos. Adultos todos, muchos de ellos miserables agentes del “orden” disfrazados de para-policiales; otros militares, disfrazados de para-militares. Seguramente que no pocos de esos militares de rango fueron los mismos que luego defecaron y orinaron sus pantalones cuando les tocó enfrentarse con enemigos reales como fueron los ingleses. Tal como lo hizo su jefe, ese tal Mario Benjamin Menendez que desafiaba al Principito Ingles para que viniera a Malvinas pensando que era otro pibe igual a los que secuestraron, torturaron y mataron cobardemente en aquella noche de los lápices del 16 de septiembre de 1976. Y el principito llegó a Malvinas; y olió en su desafiante, ese pestilente y rancio aroma de la cobardía proveniente de los desechos fecales que humedecían los pantalones del valiente general argentino, genuflexo gobernador puesto por el “beodo dictador” Galtieri en las lejanas tierras de nuestras hermanitas perdidas.

El pibe se llama Facundo. Estaba inquieto, conmovido cuando volvió a la redacción después de aquella marcha. Por eso, un tanto nervioso, me solicitó que lo ayudara en la edición de las imágenes que había tomado de aquella marcha. Me senté a su lado en nuestra precaria isla de edición y comenzamos a trabajar.

Y la emoción me embargó. Me resultaba imposible contener más de un lagrimón. No hay dudas, nos vamos poniendo viejos. Las imágenes lo decían todo. Aquel sueño hecho mandato y consigna del Gral. Perón se había cumplido. El trasvasamiento generacional se había realizado y nuevos pibes levantan las banderas revolucionarias de Juan Domingo Perón y María Eva Duarte de Perón.

Las imágenes lo dicen todo. Nunca pudieron y nunca podrán contra ese hecho maldito que para la oligarquía y el neoliberalismo capitalista es el PERONISMO. Estos pibes peronista son más peronistas que nosotros mismos, los viejos peronistas. Evidentemente son la bendición para los de siempre, para los de abajo. Son la reserva moral hecha acción de los siempre eternos valores de la Revolución Nacional Justicialista. Lo escuchas en sus cantos; lo ves en sus ojos, en sus gestos, en sus acciones.

Una vez más el “viejo” no se equivocó. ¡Y es lógico; un fruto más de su sabiduría! Pero no es menos cierto que nosotros cumplimos con la tarea. Con nuestra conducta de vida y nuestra militancia fuimos los referentes para ellos que ahora nos sugieren que les traspasemos las banderas y no quedemos tranquilos porque ellos –nos aseguran- sabrán defenderlas.

Y si no mire este trabajo:




Pedro

Es un hecho concreto, no un decir. El Trasvasamiento Generacional de la Revolución Justicialista, a pesar de los odios, de las mentiras se está dando. ¡Y de qué manera!!

El martes 14 de septiembre, en el Luna Park, todas las agrupaciones que conforman la Juventud Peronista se hicieron presentes en el acto convocado por La Campora.

Se leía en la pantalla gigante una consigna clara: “Peronismo Puro, Kirchnerismo al Palo”.

La unidad de la juventud fue unánime. En el escenario estaban los referentes de infinidad de agrupaciones. Y yo laburando para la Revista, como cualquier trabajador militante, estando donde tenía que estar, junto a varios miles de compañeros militantes haciendo lo que un peronista siempre hizo: el aguante.

El jueves, en el aniversario de la noche de los lápices, otra gran columna del “Frentes de Estudiantes Secundarios Peronistas”, pibes, más pibes que yo, todos perucas hasta la médula, dijeron presente y homenajearon a otros chicos, a los que torturaron, mataron e hicieron desaparecer por reclamar un boleto estudiantil en septiembre de 1976. Y volvieron a tomar la calle como en aquellos días previos al 16 de septiembre del “76”; pero no solo por la memoria sino que una vez más marcharon defendiendo el derecho a su educación; a una educación pública, pero digna, no como la que padece hoy la Ciudad de Buenos Aires.

Todo esto se debe en gran medida a que la juventud encontró el camino por donde transitar hacia el futuro. Al camino lo inicio “El Nestor” en 2003 y lo está profundizando “La Cris” desde el 2007 (a las personas que me despiertan gran afecto y simpatía les antepongo el artículo, como lo hace mi viejo que es provinciano; mi viejo es “cabecita negra”).

Nosotros, los jóvenes y los pibes, encontramos un río, con aguas revolucionariamente peronistas, con un peronismo cristalino que se desplaza por un cauce real y concreto donde los jóvenes podemos navegar libremente, sin ninguna atadura ideológica, pero con la mística que nuestros viejos tuvieron como militantes. Seguramente que este río desembocará en la total felicidad del pueblo; pero eso va a depender de nosotros. Sabemos que todavía hay mucho por hacer. Y es nuestro deber prepararnos, formarnos adecuadamente como decía nuestro Gral. Perón. ¡Sí! Ese “El viejo” que fue para nuestros viejos, creó el ideario de justicia, solidario, noble y soberano con el cuál miles de jóvenes nos sentimos ideintificados; que ahora pasó a nuestras manos y con el cuál deberemos hacer realidad la etapa del “Socialismo Nacional Regional” rumbo a la etapa de la Universalización que sabiamente visualizó oportunamente nuestro desaparecido conductor. También tenemos muy en claro algo que bien se diferenció en esta revista hace ya varios largos años, “Universalización no es igual a Globalización”

Desde la asunción del Nestor volvieron las fuentes de trabajo que dignificaron esa condición de “ciudadanos iguales” para ciento de miles de compatriotas, algo que siempre debió reinar en cualquier sociedad; cuestiones que dignifican al hombre. Se volvió a pensar ,y por sobre todo a actuar en favor de los sectores marginados de la sociedad. Se volvió a discutir política, se dejó de lado esa concepción que quisieron imponer los medios hegemónicos de que la política era “cosa mala”. Y la juventud se apropio de este hecho.

Los grandes medios hacen todo lo posible para construir una imagen de la juventud inmersa en la banalidad total. Resaltan las tribus urbanas, el descontrol en la noche, etc. Y cuando muestran a pibes reclamando, lo hacen desde el lugar de inquisidores, condenándolos por estar excesivamente politizados.

Está ocurriendo algo similar a lo del bicentenario. El aparato mediático no hace periodismo. Simplemente desnuda y reflejaba en su mirada el odio visceral hacia el gobierno nacional por dos motivos: en primer término por su determinación para eliminar de a poco la desigualdad social, recuperando y rescatando del pasado y para la memoria colectiva a los autores materiales de aquella sociedad perversa de la cual disfrutó la oligarquía usando a los milicos de “profilacticos”, para que sea la justicia la que los juzgue. Y en segundo lugar porque eso, solo lo puede hacer un gobierno verdaderamente peronista (no como los de Menem, o los de los Duahde, etc, etc). Todo esto, al stablisment oligárquico agroganadero e industrial (que les va muy bien), y a las corporaciones mediáticas les resulta imperdonable.

En los festejos del bicentenario se vio un clima alegre y festivo; como en las mejores épocas peronistas; con una sola diferencia y a favor, esta vez no solo lo disfrutaron los peronistas sino todo el pueblo argentino, sin distinciones ni banderías políticas, ni de clase sociales.

Que la política se haya instalado nuevamente en nuestro país es un hecho innegable ¡Afortunadamente! Desnudó a los carentes de ideas y puso en crisis al resto. ¡Bienvenida la Crisis de los adultos medios! ¡Por fin ponen las neuronas en movimiento! Cuando hay crisis, hay una posibilidad de cambio. Que lo mas jóvenes renueven sus esperanzas, se comprometan con un proyecto político es algo a todas luces necesario de resaltar, no algo a cuestionar. Lastima que en algunas terrazas mentales los “foquitos esten quemados”.

En nuestras reuniones de comilonas, o previas a nuestras salidas nocturnas, ya no solo se habla de boludeces (y estamos en todo nuestro derecho si tenemos ganas de hacerlo), sino también se discute política. En mayor o menor medida, con más o menos conocimiento, la política volvió a instalarse como un tema importante en nuestras vidas. No hay joven que no tenga una postura tomada sobre determinado tema.

Pero en estas líneas voy a hacer mayor hincapié en el sector de la juventud del cual me siento parte, la Juventud Peronista. Quiero escribir sobre esa juventud que volvió a surgir con una fuerza increíble, comparable con aquella de los “70” (que cierto periodismo “progre” y no pocos intelectuales “Psico-bolches” funcionales al viejo sistema quieren desterrar de la memoria).

Que los pibes canten la marcha con tanta pasión, que lleven remeras o banderas con las imagenes dePerón y Eva puede tener dos razones:

La primera está asociada a la gestión de gobierno del Kirchnerismo. Fue volver a las fuentes del Peronismo. No solo eso, sino resignificarlo, poner negro (peronista) sobre blanco, volverlo a su verdadero lugar de origen, junto al pueblo. La pluralidad, el policlasismo, el actuar desde la alegría, la tolerancia y el convencimiento de que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino es la constante en nuestros actuales días. Ni sectario ni excluyente, con suficientes argumentos para debatir, ¿y porque no? convencer al resto de la sociedad de que este es el camino correcto.

Desde los sectores más poderosos siempre se trató de matar al peronismo.

Utilizando la herramienta electoral, los escudos, y las insignias del peronismo, con un tilingo títere en la década del Menemato, se infiltraron en el movimiento nacional para travestir al peronismo, para transformarlo en un aparato ideológico más del liberalismo, saquearlo política, cultural y éticamente.

Al asumirse la presidenta como peronista y manifestar su condición de militante pasando de los dechos a los hechos en acciones concretas de gobierno, fue lo que nos marcó el camino a seguir. Si para el stablismen sus acciones son imperdonables y malas, para nosotros y nuestros ideales seguramente serán muy buenas. Cristina se dice militante peronista y desde el ejercicio del poder político hace peronismo. Para nosotros es confiable y con eso nos alcanza. Además no solo es bella sino extremadamente inteligente; para suerte nuestra.

Y reaparecieron los militantes, volvió la pasión, el peronismo volvió a enamorar. Por eso se vuelven a ver en las paredes la V y la P pintadas con aerosol, el VIVA PERON en las persianas, en murales. La movilización de los pibes, armando charlas, discutiendo proyectos y defendiéndolos, proponiendo cosas. Militando desde los nuevos espacios que brindas estos tiempos como son los blogs y las redes sociales que los pibes dicen, “PERTENECEN A PERÓN” (ja, ja,). No solo los que tienen algún tipo de filiación con alguna de las organizaciones militantes juveniles, sino pibes que se sienten identificados con las políticas de este gobierno, están buscando las raíces de los ideales que comparten. Fueron averiguando por qué los laburantes y los más humildes siempre fueron peronistas; quieren saber cuál es la línea histórica que nombra y defiende tanto la presidenta. Y están descubriendo lo que la “historia oficial –por derecha, y también por izquierda- siempre quiso tapar; están descubriendo que fue en aquel radiante 17 octubre del 45, el momento histórico donde el pueblo argentino eligió el camino de la dignidad, un destino ineludible que no dudó en abrazar; el de un país económicamente independiente, socialmente justo y políticamente soberano. ¡Sí! Soberano; como ahora, que gracias al gobierno peronista de Cristina el mundo nos trata y nos mira con respeto. El país Argentino, el país Peronista que nunca pierde de vista la importancia geopólitica de la integración latinoamercana. ¡ Por fin el UNASUR ! Y esto, para esos pibes a los que se los ningunea, se los trata de estúpidos, de estar inmersos en la banalidad, es importante. No son boludos; ni ellos ni nosotros hemos perdido la brújula. Es lógico, somos pibes, nos gusta la joda, salir y divertirnos como a todos los que pasaron por esta etapa. Pero recuperamos los sueños, las ansias de lucha, volvimos a tener una bandera para levantar en alto y elevarla hasta el infinito, donde al final esté la felicidad del pueblo latinoamericano. Me estoy refiriendo a un proyecto político que prioriza las necesidades de la gente, que quiere industrializar al país, que quiere dejar de ser colonia de las potencias.

Pero los mayores responsables de que no se hayan bajado nunca las banderas y que hoy se esté gestando nuevamente un enorme movimiento son los viejos; nuestros viejos. Aquellos militantes que sufrieron persecuciones, que estuvieron en cana, que fueron ignorados pero consecuentes con los principios y el ideario peronista siempre, que nunca dejaron de mostrar lo que fue, es y deberá ser el Peronismo. Cumplieron la función que les había legado Perón cuando hablaba del rol de los viejos en el trasvasamiento generacional. Ellos no fueron egoístas, todo el saber y la experiencia que acumularon a lo largo del tiempo nos la fueron pasando para que la sepamos aprovechar, para que no equivoquemos el camino y aprendamos todo lo bueno que hizo el peronismo; para que el verdadero joven militante no vuelva a tropezar con las “mismas piedras” en los mismos lugares; nos enseñaron a estar precavidos.

¡Sí! ¡Esos viejos! Siempre se los puede ver en cada acto, cantando la marchita hasta que se les desgarra la garganta. Son los mismos viejos que siguen dando pelea en unidades básicas, en medios de comunicación alternativos, en organizaciones sociales, en cada sitio donde alguien hable de política. ¡Sí! Ahí van a encontrar a un “viejo peruca” mostrando mística, pasión y compromiso militante; hablando de que los únicos privilegiados deben ser los pibes, que los abuelos tienen que tener un lugar digno donde disfrutar sus últimos años por todo lo que aportaron a la sociedad, que el laburante tiene que ser y estar feliz; que te dicen cómo, de a poco, hay que volver a construir la grandeza de la patria, siempre enmarcada en un contexto latinoamericano. Porque el peronista, -nos dicen los viejos –cree y está convencido de que hay una Patria Grande. ¡¿Cómo no vamos a tener ganas de militar, de comprometernos, al ver a personas que padecieron situaciones oprobiosas, que sufrieron escarnios, que sintieron como se denostaba al peronismo, como se lo quería herir hasta desangrar, como trataban a los peronistas de mafiosos, de clientelistas, de corruptos, y aún así todavía hoy siguen luchando, siguen militando?!. Viendo como se manejaban y se manejan estos viejos en la vida; viendo cómo jamás renunciaron a ese enorme sentimiento que nace desde lo más profundo de nuestra alma como dice el compañero Favio, ¿cómo no vamos a sentir que el peronismo es el camino indicado? Y no utilizo porque sí la palabra “viejo”. Lo hago en la seguridad de que hay está la fuente de la sabiduría y la experiencia donde debemos abrevar. “Es un buen tipo mi viejo” escucha muy a menudo en la voz del tano Piero, mi querido viejo.

Por eso y como dice uno de nuestros cantos de batalla: “Llamen a la Sociedad Rural, a los grande medios de comunicación, a las cacerolas de Callao y Santa Fe, llamen a quienes quieran, para que vean lo que más los atemoriza. Para que vean que los pibes están listos, que los jóvenes ya nos calzamos el TRA.G. MILITANTE. Que tenemos el bastón de mariscal en la mochila, y fundamentalmente que no cambiamos de idea, llevamos las banderas de EVITA Y PERÓN.”

Facundo

Revista EL EMILIO
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