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Malvinas:
una causa unitiva *
Por Francisco José Pestanha
fpestanha@hotmail.com
Muy buenas tardes. Ante todo, quiero agradecer a la
Comisión de Familiares de Caídos en Malvinas y al Observatorio Malvinas en las
personas de CESAR TREJO, JULIO CARDOSO, DELMIRA DE CAO Y MARCELO GULLO por la
invitación a este congreso, que coincidiremos los aquí presentes, adquiere
ribetes históricos por ser el primero en su clase y por constituirse en un hito
mas en la batalla cultural orientada hacia la recuperación definitiva de
nuestras Islas Malvinas.
Quiero agradecer por su parte a la Universidad Nacional de Lanús en la Persona
de su rectora Dra. Ana Jaramillo, por haber comprendido que la universidad
argentina debe albergar en su seno el debate respecto a las luchas y las causas
nacionales y populares. En esta una universidad se respira un aire
auténticamente popular, y la labor que hoy impulsa su actual gestión en términos
comparativos, es similar a la estimulada en su época Ricardo de Labougle, ex
Rector de la Universidad Nacional de La Plata, quién junto a Gabriel Del Mazo y
otros promovieron la creación de la Cátedra de Defensa Nacional en Universidad
de la Plata, cuya inauguración estuvo a cargo de Juan Domingo Perón el 10 de
junio de 1944. También puede asociarse tal faena, a la labor desarrollada por
Ireneo Fernando Cruz Rector de la Universidad de Cuyo, quien en diciembre de
1947, convocó a aquel memorable Congreso Internacional de Filosofía que se llevó
a cabo entre el entre el 31 de marzo y el 9 de abril de 1949.
Muchos de los aquí presentes albergamos la esperanza que próximamente las
disciplinas vinculadas a la defensa nacional, abandonen definitivamente la
circunspección de las academias militares para insertarse como corresponde en
las instituciones donde ha de desarrollarse la ciencia - es decir - en las
universidades.
Por último, quiero homenajear a los grandes maestros del pensamiento
iberoamericano en las aquí presentes figuras señeras de Don PEDRO GODOY y Don
ANDRÉS SOLÍS RADA, y destacar además la presencia de numerosos representantes de
las legaciones iberoamericanas.
Tengo por costumbre antes de comenzar cada conferencia el reconocer que no soy
aséptico ni pretendo alcanzar la objetividad. Los seres humanos somos en cierto
sentido prisioneros de nuestra propia subjetividad, y en ese orden de ideas, no
creo que en materia de pensamiento operen la asepsia ni la objetividad. La única
virtud a la que debe aspirar un intelectual es la honestidad, valor que nos
ubica en el campo de la ética - y en ese marco - les advierto que integro una
corriente de pensamiento determinada, que es la corriente del pensamiento
nacional, definida como una “epistemología de la periferia” por quien fuera el
más lúcido pensador que albergara el peronismo, Fermín Chávez, cuyo nombre
seguramente iluminará alguno de los pabellones de esta universidad.
Esta corriente o modalidad del pensar que aspira a desarrollar propias
categorías para el abordaje de los fenómenos sociales, políticos, económicos y
culturales que acontecen en nuestra América - advierto a los mas jóvenes aquí
presentes - nunca se organizó ni se institucionalizó - ya que como corriente de
urgida al calor de la resistencia, tal institucionalización u organización
resultarían contra natura. Demás esta advertir que pertenecieron a esta
modalidad epistemológica entre otros ARTURO JAURETCHE, MANUEL ORTIZ PEREYRA,
HOMERO MANZI, RAÚL SCALABRINI ORTÍZ, ABELARDO RAMOS, MANUEL GÁLVEZ, MANUEL
UGARTE, FERMÍN CHÁVEZ, LEONARDO CASTELLANI, SAÚL TABORDA, CIROLIANO ALBERINI Y
RODOLFO KUSCH. Señalo además que el hecho de que el pensamiento nacional no
pueda institucionalizarse, no significa que no se constituya en objeto de
estudio en las Universidades, ya que en nuestro país dicha modalidad
epistemológica desarrollo la matriz conceptual que - durante el siglo pasado
–nutrió a los dos grandes movimientos históricos: el
Yrigoyenismo y el peronismo.
La modalidad del pensar a la que adherimos, nos enseña entre otras cuestiones,
que pueblos que han sido sujetos a improntas coloniales, suelen generar en forma
natural sus propios modos o mecanismos de resistencia entre los cuales podemos
encontrar:
I) La cultura popular
II) Las modalidades epistemológicas alternativas como el caso del pensamiento
nacional.
III) La causas con cierto poder unitivo o causas unitivas o nacionales, las que
por su contenido identitario, por su poder convocante o, por su significación
histórica, contribuyen a la autoafirmación con respecto al otro. Tal el caso de
la causa Malvinas que hoy nos ocupa.
La clasificación que acabo de enunciar no es taxativa y solo orienta hacia la
comprensión integral de este mensaje, ya que por ejemplo muy probablemente,
pueda englobarse a las modalidades epistemológicas y a las causas unitivas en un
amplio concepto de cultura popular.
En nuestro país - en especial - a partir de mediados del siglo XIX, se consolidó
en el poder de una elite que se propuso civilizar por la fuerza a los bárbaros
propios. Civilizar, como enseñaba ARTURO JAURTECHE, presupuso lisa y llanamente
desnacionalizar, engendro que se materializo mediante la importación a- critica
de ideas, conceptos, valores y productos culturales. Los factores y las razones
por que se produjo este fenómeno son innumerables, los matices diversos y las
consecuencias variadas. Abordarlos en su integridad escaparían al tiempo
asignado a esta ponencia por cuanto dicho análisis quedará para otra
oportunidad.
A esta altura de las circunstancias, no cabe duda alguna que la maniquea
dicotomía Civilización o Barbarie acompaño como mandato fundacional a la
formación de un nuevo estado con posterioridad a Caseros, dicotomía que por
antinatural (ya que los civilizados no eran tan civilizados ni los bárbaros tan
bárbaros) determinó la formación de una superestructura opresiva y en tanto
alienante.
Para FERMÍN CHÁVEZ dicha importación acrítica no sólo generó en el país un “un
prejuicio moral y cultural” respecto a nuestras raíces indo–hispánicas, sino que
además a partir de tal influencia, empezó a germinarse dicha dicotomía donde lo
bárbaro resultó paradójicamente lo propio y lo civilizado, lo ajeno. La idea de
barbarie empezará a cobrar para nuestro maestro un sentido peyorativo hacia
adentro trastornando los supuestos culturales “…hasta el punto de hacerle creer
a los nativos que nuestra civilización “consistía en la silla inglesa y en la
levita”. Contra esa alineación emergieron, entre otros portentos, una corriente
de pensamiento que se desarrollo vigorosamente durante el siglo pasado pero que
encuentra nítido arraigo en los siglos anteriores
FERMÍN CHÁVEZ además, nos enseñó que la resistencia contra dicha opresión
alienante emergió desde llano, desde el pueblo orillero, desde las clases
oprimidas y se expresó como referimos anteriormente, a través de la cultura
popular que es una de las formas de resistencia. Muchos de los nombres que están
consagrados en los pabellones de esta universidad como los de LEOPOLDO MARECHAL,
CÁTULO CASTILLO, Y TITA MERELLO forman parte de esa pléyade de americanos que
resistió contra esa idea de hacer la “Europa en América”.
CHÁVEZ por último nos aleccionó indicándonos como dicha resistencia en el
tiempo, fue asumiendo nuevas formas. Para nuestro maestro por ejemplo la poesía
gauchesca como producto cultural autóctono y resistente, se reencarnó primero a
través de tango orillero y luego a través de ciertas versiones del rock - en
especial – cuando camadas de jóvenes, empezaron a cantarlo en legua propia y a
contar cosas nuestras.
A partir del estudio de la cultura Popular y de las diversas modalidades que
adoptó la epistemología de la periferia, podemos entonces acceder a la visión
del mundo de los sectores oprimidos, observar las modalidades que asume la
resistencia contra la opresión, y abordar además, la causa Malvinera.
La Causa Unitiva
Mas allá del hecho histórico, geográfico y geopolítico de la apropiación
ilegitima de Malvinas por parte de un imperio Inglés en 1833, creo entender que
a partir de tal acontecimiento la cuestión Malvinas fue introduciéndose
paulatinamente en el mundo cultural argentino. No es casual en ese sentido que
en 1869 de la pluma de de JOSÉ HERNÁNDEZ, un hombre de la cultura y la política
Argentina, surgiera aquella memorable reclamación publicada el periódico “Río de
la Plata”, nota redactada a raíz de una carta que su amigo Agusto Laserre le
enviara luego de recorrer las nuestras islas: “…llamamos la atención de toda la
prensa argentina sobre asuntos de tal importancia política y económica”
(textual) advertirá como periodista, pero además, como hombre de la cultura,
pregonará que “absorberle un pedazo de su territorio, es arrebatarle un derecho,
y esa injusticia envuelve un doble atentado, porque no sólo es el despojo de una
propiedad, sino que es también la amenaza de una nueva usurpación.” (textual)
Surgió entonces del mismísimo HERNÁNDEZ, aquél intuitivo luchador que no
solamente nos legara las más maravillosa obra de denuncia contra el exterminio
de una estirpe, sino también la más importante tentativa de preservación de una
dimensión americana, de una cultura y de un acervo vivencial que fue el Martín
Fierro, la primera advertencia significativa. JUAN DOMINGO PERÓN sostendrá
alguna vez respecto a HERNÁNDEZ: “cantó las necesidades del pueblo que vive
adherido a la tierra. Todavía no se ha cumplido para el pueblo argentino la
invocación de grandeza y de justicia que el Martín Fierro enseña.” (textual).
La causa Malvinas como sostuvimos precedentemente fue introduciéndose en la
cultura popular argentina a modo de herida abierta, reapareciendo de tanto en
tanto mediante las mas diversas manifestaciones culturales. Comparto con
ABELARDO RAMOS la sentencia que afirma que la cuestión Malvinas “resulta
incomprensible por fuera del en el marco del dilema civilización – barbarie” ya
que nos remite permanentemente a un otro y al nosotros, donde el otro, es el
civilizado.
En lo que respecta a la guerra del 1982 la impronta cultural malvinera, se vio
potenciada en razón que el conflicto fue un punto de inflexión histórica en el
continente. Recordamos lo afirmado por Ramos; “Con las tropas argentinas en las
Malvinas, saltó en pedazos el TIAR y la Doctrina Monroe, los simuladores de la
-democracia europea y los admiradores yanquis de Alexis de Tocqueville, en suma,
los modelos ideales en que habían sido educados los oficiales de las tres armas
en las Argentina. Volvimos nuestras miradas hacia la América Latina. Nicaragua
Sandinista nos apoyó lo mismo que Cuba. Por encima de todo, éramos
latinoamericanos. Y este hecho de trascendencia mundial, que reubicaría a la
Argentina en el campo del Tercer Mundo junto a aquellos pueblos que como
nosotros luchaban por su independencia nacional, sería objeto de una feroz
campańa de -desmalvinización que no cede ni un solo día” (textual).
Algunos componentes de la causa unitiva
Para comprender la potencialidad unitiva de la causa Malvinas y en especial la
del conflicto de 1982, debemos tener en cuenta necesariamente los siguientes
factores:
1) La de Malvinas fue la única guerra protagonizada por nuestro país durante el
siglo pasado. Para un pueblo como el nuestro que no posee un ethos guerrero,
este factor resulta altamente significativo desde el punto de vista cultural.
2) El antagonista fue el Reino Unido de la Gran Bretaña, quien salvo escasísimas
disidencias internas, es considerado usurpador ilegítimo de nuestras islas, y
con quien además, mantenemos relaciones desiguales hace mas de 150 años aunque
este factor ciertamente no adquiera visibilidad.
3) La recuperación transitoria de nuestras islas se operó en el marco de unas de
las tiranías más sangrientas que acontecieron nuestro país.
4) La recuperación transitoria de nuestras despertó en la Argentina un
sentimiento de pertenencia a iberomérica, y en ibero América solidaridades
altamente significativas.
5) El conflicto de 1982 reabrió una herida abierta profundamente integrada en el
substrato cultural argentino.
6) Una persistente tentativa desmalvinizadora fue el recurso utilizado por la
superestructura cultural alienante para privar al acontecimiento de 1982 de sus
virtudes unitivas.
Cada uno de estos factores, mas otros que pueden fácilmente inferirse, resultan
a nuestro criterio imprescindibles para el abordaje de la presencia de Malvinas
en la cultura de post –guerra. Lamentablemente el tiempo asignado sólo me
permite enunciarlos.
La causa de Malvinas aparece nítidamente en la cultura popular argentina e
iberoamericana. El libro que lúcidamente ha editado la Universidad de Lanús así
lo demuestra, y el hecho que pueda distribuirse en las escuelas, resulta una
noticia sumamente auspiciosa.
A los jóvenes aquí presentes les recomiendo inmiscuirse en el hecho cultural
Malvinas para indagar como esta causa persiste en nuestra cultura, como la misma
no puede escapar a los tiempos, y como de acuerdo los procesos históricos, ha
ido asumiendo distintas modalidades.
Vamos a inmiscuirnos brevemente en esta cuestión apelando a un interesante
trabajo de Cecilia Flachsland denominado “Una banda de sonido para Malvinas” que
puede ubicarse en la red. A pesar de que no concuerdo con algunas de sus
conclusiones, me parece un ensayo sumamente virtuoso.
Comparto con la autora que un hito cultural anterior a la guerra es la poesía
“La Hermanita Perdida” que me imagino, estará publicada en el libro que hoy se
distribuye. La hermanita perdida, una letra compuesta por Atahualpa Yupanqui en
1971, fue concebida en una gira del primero por Europa “Vino a verme un
empresario inglés y me preguntó cuanto cobraba por dar cuatro recitales en
Inglaterra. Yo le respondí: 'Las islas Malvinas'. Han pasado ya tres años y el
hombre no ha contestado aún... verdaderamente un ave rapaz. Puede estar seguro
que yo no cantaré en ese país, mientras no nos devuelvan nuestras islas”
(textual) sostuvo Atahualpa en una entrevista.
El antibritanismo que desnuda la poesía, coincido, encuentra orígenes en las
simpatías juveniles yrigoyenistas del músico y poeta. La hermanita perdida se ha
dicho con certeza “forma parte de esa construcción cimentada en nombres tales
como el Gaucho Rivero, Paúl Groussac, los historiadores revisionistas Irazusta,
el socialista Alfredo Palacios y los jóvenes peronistas del Operativo Cóndor,
entre otros” (textual) y en tanto, representa una época de clara reivindicación
nacionalista.
Flachsland sostiene además con certeza que para Atahualpa, “el hombre debe
traducir e interpretar a su tierra porque ésta encierra el alma de las cosas. De
ahí que la canción personifique al territorio: las islas son hermanitas, la
Patagonia las suspira y La Pampa las llama” (textual).
Con posterioridad a la guerra, gran parte de las canciones vinculadas al Rock
nacional se refieren al “conflicto desde un registro irónico y desencantado”, es
decir desde la derrota. El ejemplo es Charly García con su “No bombardeen Buenos
aires”. Pero ojo, nos encontramos ante expresiones que representan un tiempo, y
hay que entenderlas como tales. No es necesariamente una posición ideológica ni
un renunciamiento, aunque si una expresión del clima post - dictadura inserto en
plena campaña de desmalvinizadora.
Posteriormente, más precisamente en la ultima década, aparecen grupos como
Almafuerte que según Flachsland apuestan a darle voz a los ex combatientes y se
preguntan sobre las otras guerras que empezaron una vez finalizada la del '82.
Sostiene en la letra del tema: “fui elegido para cantarte/ por quienes quieren
olvido restarte/ grave, pesada más no inconsciente/ yo te lo mando ex
combatiente”. “Me interesa hacer lo mismo que los yankees hicieron con Vietnam.
Allá los cagaron a tiros pero ellos te filman películas onda Rambo y se sienten
orgullosos de sus héroes. Por otro lado, a veces pienso que los pobres
correntinos que viajaron a Malvinas a puro huevo se cargaron unos cuantos”.
Ya estamos fuera del clima post - dictadura, y Malvinas vuelve una vez más a ser
resignificada desde el punto de vista cultural.
Lamentablemente me indican que el tiempo asignado se acaba, pero mediante este
pequeño ejemplo, pretendí ilustrarlos respecto a como pude abordarse la causa
Malvinas desde lo cultural. Desde un análisis sobre los productos culturales,
puede abordarse el significado que Malvinas efectivamente adquirió y adquiere
aún para los argentinos.
No tengo la menor duda que el clima desmalvinizador - por eminentemente
alienante - ira decayendo en el tiempo, y la causa Malvinas ira adquiriendo
nueva significación para las futuras generaciones. Mientras la desmalvinización
se construyó desde arriba hacia abajo, la remalvinización viene de abajo hacia
arriba, ya que en cada ciudad, en cada pueblo de la argentina por mas pequeño
que este sea, hay una callecita, una plazoleta, un recordatorio o un adoratorio,
y como enseña KUSCH “Cuando un pueblo crea sus adoratorios, traza en cierto modo
en el ídolo, en la piedra, en el llano o en el cerro su itinerario interior. La
fe se explícita como adoratorio y deja en éste una especie de residuo. Es como
si
fijara exteriormente la eternidad que el pueblo encontró en su propia alma."
(textual).
A pesar del clima dictatorial que se vivía en 1982, año en el que aconteció la
guerra, debemos comprender definitivamente que la causa de Malvinas antecede y
sucede al conflicto, y que se trata de una causa que al no participar de
nuestras fragmentaciones y divisiones históricas, sigue preservando una
capacidad unitiva para representarnos a todos por que nos coloca ante la
presencia amenazante de un otro poderoso, demandándonos a unir lazos entre
nosotros, y con la América indo hispánica.
Este es creo nuestro desafío para el futuro.
Muchas gracias
* Trascripción literal de la conferencia brindada por Francisco José Pestanha en
el marco del Primer Congreso Latinoamericano “Malvinas, una causa de la Patria
Grande” desarrollado entre el 28 y el 30 de setiembre en la Universidad Nacional
de Lanús.
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