Sábat, arte al servicio del poder
Dibujos que son editoriales
Por Demetrio
Iramain
Director de Sueños Compartidos.
Hace años que los enemigos de las Madres insisten en decir que sus planteos y
posiciones son resueltos por fuera de su propia organización. Que otros, que son
sus “dueños”, las llevan con correa a dar la vuelta a la manzana, como amos con
mascotas.
Aquel que alguna vez dibujó al general Videla sonriente, vestido con imprecisa
ropa, que en cualquier caso no era de fajina, con la evidente intención de
aparentar cualidades civiles en un dictador de facto, sin gorra militar, y que
como todo gesto sólo le levantaba ambos dedos pulgares a un Diego Maradona
melenudo, triunfador, que parecía estar cabalgando tras la final del Campeonato
Mundial Juvenil de Japón, en 1979, mientras la Comisión de Derechos Humanos de
la OEA recibía en Buenos Aires las denuncias de los familiares de desaparecidos;
no desentona si 31 años después dibuja a Hebe de Bonafini con su pañuelo blanco,
sujetada al cuello por un collar, cual perro rabioso que, con esfuerzo,
pareciera querer dominar la presidenta Cristina Fernández.
Una imperdible línea de conducta, una fina coherencia, una manera de entender la
ética y el compromiso profesional, un modo muy utilitario de honrar la moral
pública, unen ambos comentarios editoriales, expresados a través del sutil
soporte artístico. Al fin de cuentas, cada cual piensa como quiere y come de la
mano que mejor le sirve el plato. No es nuevo, después de todo. La creación de
eficaces canales de transmisión ideológica ha sido una demanda constante del
poder, desde tiempos inmemoriales.
De Hermenegildo Sábat se trata. El mismo que en plena disputa política entre las
patronales rurales y el gobierno nacional, conflicto que inauguró la saga
destituyente en el último tramo del presente proceso político, dibujó en el
diario Clarín a la actual mandataria argentina con la boca cruzada por una cruz
de color rojo.
El matutino del hombre que toca la cornetita tiene a Van der Kooy, a Kirschbaum
y a Sábat. El control monopólico del insumo básico para la producción de
diarios. Jueces amigos. Un fuero propio, el cautelar. Una oposición legislativa
bajo estricto comando, tiene. Las Madres, apenas la Plaza. Y el ejemplo de sus
hijos. Es demasiada ventaja.
Desafortunadamente, Sábat ha vuelto a trasponer un límite. Ético y político.
Cierta intelectualidad bien pensante se había molestado cuando la presidenta de
la Nación objetó en público, ante miles de personas, en Plaza de Mayo, aquella
caricatura que Cristina tildó de mensaje cuasimafioso. ¿Qué dirán ahora que
Sábat ha injuriado a la presidenta de la entidad de Derechos Humanos más
emblemática de la lucha antidictatorial, y que, muy a pesar de Hermenegildo,
resulta ser la síntesis más elevada de la conciencia democrática y resistente,
pacífica y no por eso sumisa, a la que ha arribado nuestro pueblo?
Los artistas tampoco tienen coronita. Como los jueces de la Corte, son pasibles
de críticas, objeciones y marchas en su contra. ¿Saldrá Clarín a decir que al
hacerlo se estaría violando “la independencia” de los dibujantes? ¿Un flagrante
atentado a la intangilidad artística, a la división de poderes, a la libertad de
expresión?
El dibujo en cuestión fue publicado por el diario Clarín en su edición del
domingo 3 de octubre, y el matutino lo replicó en su versión digital del martes
5. Raro. No suele pasar. En Internet Clarín ilustra con una foto y ya. Con Hebe
eso no alcanza. Evidentemente, una caricatura les resulta efectiva. Les ahorra
palabras a sus comentaristas. Felicitaciones, Sábat. Considérese ascendido a
editorialista en jefe. Un Julio Blanck, casi.
Hace años que los enemigos de las Madres insisten en decir que sus planteos y
posiciones son resueltos por fuera de su propia organización. Que otros, que son
sus “dueños”, las llevan con correa a dar la vuelta a la manzana, como amos con
mascotas. Primero las llamaron “locas”. “¿Quién las financia?”, se preguntaron,
a su turno, Videla, Alfonsín y Menem. Luego, intentaron brevemente incluirlas al
sistema por el lado del sentimentalismo: “pobres Madres”, “están doloridas”,
“comprendemos su angustia”. No fue suficiente. Por sus “excesos” y “desmesuras”
impropias para la democracia vigilada que tuvimos hasta 2003, les echaron la
culpa al comunismo internacional, al terrorismo internacional, al trotskismo
internacional. Ahora, a Kirchner. ¿Cuándo las tomarán debidamente en serio? ¿O
es que, precisamente, por tomárselas demasiado en serio, las presentan de ese
modo, indignante, y bastardeadas? Por lo demás, ¿cómo dibujaría Hermenegildo a
Magnetto? ¿De qué manera resolvería estéticamente sus ojos penetrantes, su
sonrisa vengadora, esa mirada como de pantera en celo y encerrada, que Lidia
Papaleo no puede olvidarse todavía y la persigue cada noche antes de irse a
dormir? ¿Y a Ernestina Herrera viuda de Noble? ¿Con dos niñitos adentro de la
cartera y la mirada desviada hacia otro lugar, haciéndose la distraída, con alas
de santo como las que dibujó a Gardel, acaso? ¿Qué collar de ahorque ata a Sábat
al clan Clarín? ¿El dinero será?
Tiempo Argentino 10/10/10