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Sobre
los más chicos
Por Gabriel Brener *
Ayer (09/11/10) publicó el diario Tiempo Argentino, en contraste con el silencio
de muchos medios, la noticia sobre un niño, de apellido Ferreyra, de tan solo 6
años, que está internado en terapia intensiva por contraer un cáncer fruto del
trabajo ilegal en un criadero del establecimiento La Mimosa III, de la empresa
avícola Nuestra Huella SA en Capilla del Señor.
Hace algunos días Ferreyra, el joven asesinado por la mafia sindical. Hoy,
Ferreyra, un niño que agoniza, un chico que trabajaba desde los 4 años
recogiendo huevos en un establecimiento donde se fumiga con agrotóxicos.
Trágica coincidencia de apellido, que nos permite abordar un tema tan relevante
como la infancia, en la medida que se trata de un analizador de nuestra
sociedad. En tanto pone al descubierto o de manifiesto, los modos en que nos
construimos (o destruimos) como sociedad, el lugar de los adultos y las apuestas
que hacemos.
Si bien con infancia se alude a una etapa de la vida humana, bien vale volver
sobre esta noción y desnaturalizarla, es decir, comprender que no es algo que
viene dado, o que no tiene nada de natural o de universal, sino que a la
infancia se la atraviesa de acuerdo al momento histórico que se viva y en
especial a las condiciones económicas, políticas y sociales del contexto.
Suele verse la infancia como algo único, homogéneo.
Por ello me interesa hablar de Infancias en plural, hay múltiples modos de
transitar las infancias. Y en clave educativa bien vale esta idea para pensar la
niñez, la noción o idea de alumno como algo que puede expresarse de muchas
maneras.
La del niño Ferreyra refiere a un tipo de infancia, la de un niño explotado, que
se debate entre vivir y morir a los 6 años, por la explotación ilegal. En una
sociedad tan desigual como la nuestra
niños que cartonean con sus padres
niños digitales, expertos con “la plei” y ávidos de consumo
niños que transitan la escuela pública
niños que van a la privada
niños adultizados
niños y niñas, estas últimas muchas veces ninguneadas por su condición de genero
niños etcéteras…
Hay muchas formas de transitar las infancias, del mismo modo que múltiples
maneras de ser adultos, de construir autoridades.
Muchas veces los medios de comunicación portan un discurso clasemediero del niño
tipo, de una única infancia, entonces se la interpela (sin aclararlo) desde ese
punto de vista. Minimizando otras, a veces haciéndolas invisibles, otras
amenazantes. En general suele ser la perspectiva del mercado, de la publicidad,
que solo persigue ganancias, que instala verdades reveladas.
Discursos que suelen circular también por las escuelas, las familias, u otros
ámbitos.
Hace un tiempo leí algo en relación a la toma de decisiones de quienes se
dedican a planificar el mercado. Un dato revelador. Un especialista en marketing
explicaba que la altura promedio en que se debían ubicar los productos en las
góndolas de los supermercados en los años 80 era de 1,60, estatura promedio de
las amas de casa, en cambio en los 90 bajó a 0,90. Cosa de estar a la altura de
los chicos. (1)
Los niños como sujetos de consumo. Hay algo interesante en torno a la
televisión. Hace algunas décadas, TV de poco canales, de la mesa familiar, pero
hace rato que es una TV de cientos de canales, de diversos colores y gustos,
claro que pagando, como casi todo.
Pero me parece necesario no demonizar ni a la Tele, ni al mercado, sino poder
comprender que los chicos hoy se forman activamente en sintonía con todo esto. A
veces algunas posturas defensivas, que tenemos los adultos, tienden a cargarle
todas las culpas a la TV y el consumo, impidiendo mirar otras cosas.
El problema no son las maquinas sino el maquinismo. El problema no es la TV, ni
el mercado, sino los valores o patrones asociados a ellos, que guionizan u
orientan la vida de los chicos, aquello que hay que comprar, como hay que
vestirse, o a qué parecerse…
Tenemos muchos desafíos como adultos en torno a los más pequeños, pero quizás
algo a destacar es que tenemos que hacerles un mejor lugar en nuestra sociedad,
garantizarles todos sus derechos, cuidándolos, enseñándoles, siendo responsables
por ellos y ante ellos.
(1) Ampliar en http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=504580
Columna de Educación del 10 de Noviembre de 2010, en el programa Uno nunca sabe,
en la Radio AM 750.
* Gabriel Brener es Lic. Educación UBA. Capacitador y asesor de docentes y
directivos de escuelas. Co-autor de “Violencia escolar bajo sospecha” 2009 Ed.
Miño y Dávila Bs As.