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Obligado obliga
Por Osvaldo Vergara Bertiche
Muy avanzada la noche, “mientras la luna serena baña con su luz de plata” el
majestuoso Paraná y alumbra tal cual fuera sol, playa, barranca, campo y camino.
Vamos saliendo del bullicio, de la emoción, de lágrimas furtivas, de la
algarabía, de los vivas.
La Vuelta de Obligado nos había conmovido. Habíamos formado parte y presenciado
el reencuentro con un paradigma propio del Pueblo libre: la Soberanía Nacional.
Despaciosamente, como quién no quiere despedirse, hombres y mujeres de todas las
edades, pero fundamentalmente jóvenes, iluminados sus rostros, desandaban, como
una marea humana (entre puestos de choripan, empanadas y pastelitos que todos
pagaban) un trayecto que los había llevado a presenciar, no un acto más, sino
una verdadera liturgia de lo propio, de aquello que proviene del fondo de la
historia, de lo que nos da identidad.
En el micro que alejaba a los integrantes de la Comisión Nacional Permanente de
Homenaje a la Vuelta de Obligado se vivía la alegría por lo vivido. No era para
menos, años de perseverancia habían rendido sus frutos.
Alguien comentó “tenemos que escribir sobre todo lo sucedido”, y Eduardo, el
hijo de quien había dado el puntapié inicial, el historiador y diplomático José
María Rosa (que solicitó que el 20 de Noviembre fuera Declarado Día de la
Soberanía Nacional y que se concretara por Ley 20.770 el 16 de Noviembre de
1974) dijo parsimoniosa y sabiamente, “debemos titular Obligado obliga”.
Es cierto. Obligado obliga. Obliga a saludar a la Presidenta que dispuso que
este día fuera Feriado Nacional. Obliga a acompañar a la “compañera coraje”,
como la llamara Néstor, que “marcó la cancha”; la que dijo sin decirlo ¡hasta
aquí llegaron exégetas de la “civilización”!. Aplaudir a la que arremetió y
de-mistificó la historia oficial; a la que dio una clase magistral para que
todos entendieran.
Obligado obliga. Obliga a ser custodios de ese Monumento de cadenas que CFK
hiciera erigir; cadenas representativas de rotas cadenas. Obliga hacerse cargo
que aún quedan otras: Malvinas y las islas Australes, que siguen siendo una
“causa unitiva” por ganar, como así impedir todo avance sobre nuestra Antártida.
Obligado obliga. Obliga a continuar con la pasión de ser argentinos. De ser como
somos. Obliga reconocer, como señalara Nuestra Presidenta, que existen muchos,
muchísimos anónimos que dieron todo por la Patria; no están en el Panteón de los
vencedores de Caseros y Pavón. Obliga a saber que hay otros con nombre y
apellido que no aparecen en la nomenclatura de calles, parques y paseos. Obliga
a que algunos Intendentes (distraídos o mal comprometidos), hagan lo que hace el
Intendente de San Miguel (Provincia de Buenos Aires) que designa con el nombre
de José María Rosa la calle actualmente denominada Pavón. Obligado obliga a que
se puede… si se quiere.
Obligado obliga. Obliga a respetar la memoria de nuestros prohombres. Don Juan
Manuel está ahí, donde debe estar, en la Vuelta de Obligado, custodiando el
Paraná, custodiando la integridad territorial. Obliga a separar la paja del
trigo por cuanto hay patriotas y traidores; ayer y hoy. Obliga a levantar las
banderas flameando al viento lo más alto posible; San Martín nos liberó del yugo
español; Rosas le dijo No a ingleses y franceses; Irigoyen ordenó que la
tripulación del buque de la Armada argentina “9 de Julio”, saludara a la bandera
de Santo Domingo, cuando el país se encontraba bajo la dominación
norteamericana; Perón también les dijo No cuando pretendieron que enviáramos
nuestros soldados a Corea; y más acá en el tiempo, el gobierno de Kirchner dijo
también No al FMI que con sus políticas llevaron a la marginalidad a millones de
argentinos, y Cristina como un legado dice No a la verificación de ese Organismo
en nuestros acuerdos con el Club de París (al que se le debe gracias a la
Fusiladora del ’55).
Obligado obliga. Obliga a ver en profundidad que no es casual ni antojadizo que
la Presidenta ostente muy cerca de su corazón entristecido, la Mención de Honor
de la Comisión Nacional; una Estrella Federal no la porta cualquiera, si lo hace
es porque está involucrada en la necesidad de resignificar la historia.
Obligado obliga. Todos nosotros llevamos también en nuestras solapas el
distintivo símil de las cadenas con que nuestros paisanos cruzaran el Río para
impedir el paso de los barcos piratas de los imperios. Hoy, más que nunca, ese
emblema de perseverancia y acción debe movilizarnos para impedir junto a todo un
Pueblo, que los mismos u otros vuelvan para querer esclavizarnos.
Por todo esto y por mucho más… Obligado obliga.
Osvaldo Vergara Bertiche
Miembro Destacado de la Comisión Nacional Permanente
de Homenaje a la Vuelta de Obligado.
Presidente de la Delegación Provincia de Santa Fe
Rosario, 22 de Noviembre de 2010