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Una
estrategia para desdolarizar el comercio regional
Por Arturo Trinelli *
En un intento por seguir profundizando los lazos de integración
impulsados desde Unasur, la reunión de representantes de Ministerios de
Economía y Finanzas y Bancos Centrales de Argentina, Brasil, Chile,
Uruguay, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Paraguay acordó la
definición del Estatuto que regirá el Consejo Suramericano de Economía y
Finanzas, órgano que ya viene trabajando desde hace años en la búsqueda
de una arquitectura financiera para la región, ante la imposibilidad de
arribar a consensos en otras instancias como el G20. “El objetivo del
Consejo de Ministros de Economía y Finanzas es tratar aquellos temas que
hacen, fundamentalmente, a la protección de la región frente a la
volatilidad de los mercados internacionales”, aclaró el Viceministro
Roberto Feletti, quien presidió la reunión que tuvo lugar en Buenos
Aires en su carácter de titular de la Coordinación Técnica del Grupo de
Trabajo sobre Integración Financiera de la UNASUR (GTIF).
Entre los temas que incluyen la agenda del Consejo se encuentra la
desdolarización para las transacciones regionales, de manera de evitar
las presiones de las economías centrales y del FMI por apreciar las
monedas en los países latinoamericanos para introducir a la región los
excedentes de producción que las economías depreciadas del primer mundo
no pueden absorber. Tal situación, entienden los funcionarios del
Consejo, podría afectar ese proceso de crecimiento centrado en la
protección de las industrias locales y el consumo interno.
Argentina, desde hace tiempo, sostiene un modelo basado fundamentalmente
en el incentivo a la demanda efectiva como elemento dinamizador de la
economía. Una avalancha de dólares ante la llegada irrestricta de
capitales en el mercado local podría provocar distorsiones en el intento
por mantener un tipo de cambio administrado, generador de equilibrio
entre competitividad y desarrollo. En consecuencia, se presume que no
resistir a esas tendencias que empujan a un dólar barato podría tentar
un flujo de capitales especulativos que alterarían esta estrategia de
crecimiento. Cabe recordar que, en la última reunión del G20, que agrupa
a las principales potencias económicas del mundo, se presionó a los
países emergentes para que apreciaran sus monedas y gastaran sus
reservas, en un intento por alterar ese esquema de crecimiento que los
países superavitarios en Latinoamérica han diseñado. El objetivo, por lo
tanto, es generar políticas anticíclicas que resguarden la expansión de
las economías sudamericanas de las volatilidades de los mercados
externos, continuando en la senda del desendeudamiento como pieza clave
para fijar criterios de inversión que disuadan la entrada de fondos
especulativos.
El economista Andrés Asiain, sin embargo, cree que lo central para
lograr una independencia financiera es avanzar en una moneda regional
con peso suficiente para evitar la salida de divisas: “Alentar la
desdolarización sirve para reducir los costos de las transacciones-
sostiene el investigador del CEMOP- y es un importante gesto simbólico
de independencia de la economía norteamericana. Pero lo central sería
avanzar en una sustitución del dólar como moneda de ahorro en los países
latinoamericanos de manera de evitar la fuga de capitales”, concluye.
Las versiones que al inicio de las conversaciones entre los funcionarios
indicaban la posibilidad de negociar una moneda común para la región
quedaron descartadas al analizar la situación en Europa, donde los
países, con escaso margen de autonomía para fijar criterios de política
monetaria, tuvieron que afrontar la crisis con ajustes de elevado costo
social, ante un Banco Central Europeo incapaz de emitir moneda para
acudir al rescate. Hay, por el contrario, iniciativas abocadas a la
búsqueda de esquemas de intercambio -como el sistema de pagos en moneda
local (SML) entre Argentina y Brasil- para evitar o reducir al mínimo la
intermediación del dólar.
Recomendaciones para frenar la embestida de los fondos buitres
La agenda del Consejo incluyó, además de la desdolarización del comercio
regional, la promoción de estrategias para el uso coordinado de reservas
internacionales, la evaluación periódica de los sistemas de pagos y
crédito y recomendaciones para minimizar los efectos adversos de los
fondos buitres.
Se sabe que desde que la Argentina está en conversaciones con el Club de
París para acordar el pago de lo que constituye la última parte de su
deuda en default, los fondos buitres vienen presionando en distintos
ámbitos para incidir en la negociación. De hecho, el mes pasado el juez
neoyorquino Thomas Ghiessa desestimó una presentación del grupo NML
Capital, de la firma de inversiones Elliot Managment, que reclamaba un
embargo sobre los activos de Enarsa como compensación por su tenencia en
bonos argentinos.
Las presentaciones en estratos judiciales de estas firmas especulativas
eran una constante antes de la reapertura del canje, argumentando que el
Gobierno argentino no manifestaba voluntad de negociar con los bonistas
que habían quedado afuera de la convocatoria. Pero el último canje
abierto el año pasado le permitió al país negociar casi el 93% de su
deuda en default y esperar así el acuerdo con el Club de París para
encarar la última etapa del desendeudamiento, tal como se propuso el
Gobierno antes de las elecciones. Esto sin dudas fortaleció su posición
ante los fondos buitres, que de todas maneras por intermedio de su
asociación, la American Task Force, enviaron una carta a las autoridades
norteamericanas para que tomaran medidas contra la Argentina,
argumentando que mientras el país negociaba con el Club de París, a los
deudores privados se les había efectuado una importante quita. Sin
embargo, funcionarios argentinos desestimaron el pedido, que no tuvo
otra intención que presionar en momentos donde la Argentina trata de
salir definitivamente del default declarado en el 2001.
En el marco del Consejo de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de
UNASUR, durante la cumbre ordinaria de noviembre del año pasado en
Georgetown, se solicitó al Consejo Suramericano de Economía y Finanzas
que elabore todas estas recomendaciones “para evitar la acción de los
fondos buitres, que pretenden obtener ganancias usurarias adquiriendo
deuda soberana en países de Latinoamérica muy por debajo del valor
posteriormente reclamado”, informó el Ministerio de Economía en un
comunicado.
* Politólogo UBA- CLICeT
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