Un
S.O.S. inapelable: “La Galle a la calle”, Libertad a Karina Germano!
Por Carlos Aznárez
Una mañana muy fría pero luminosa, fuimos junto al actor Norman Briski y al
periodista Leonardo Freidemberg y su joven hijo, a visitar a Karina Germano (“La
Galle”) a la cárcel de mujeres de Ezeiza, donde se encuentra desde hace cuatro
años, purgando una injusta condena que comenzó en Brasil, donde pasó del 2002 al
2007 en el temible penal de Carandirú, esa cárcel que se hizo famosa por sus
motines y masacres de prisioneros.
Karina es hija de un militante montonero, el “Ronco” Germano, que fue
secuestrado y desaparecido por la dictadura militar. Por lo tanto, no es extraño
que Karina militara en HIJOS, y que a la vez fuera rebelde, ácrata, solidaria,
internacionalista. Tampoco debería llamar la atención que en Brasil la
detuvieran junto a militantes de la izquierda revolucionaria debido a que les
endilgan haber efectuado un secuestro extorsivo. Los militantes, tan nobles como
ella, separaron a Karina de toda responsabilidad en los hechos. Más aún, ningún
testigo la reconoció, pero los jueces y fiscales ya los habían condenado en
bloque. Primero a 16 años y posteriormente sumaron 14 años más. En total 30
años, toda una vida, si se tiene en cuenta la juventud de los imputados. Sólo se
justifica semejante pena, si se tiene en cuenta que el secuestrado es el super
magnate Washington Olivetto, un hombre de notoria influencia sobre los tres
poderes y la clase política brasileña, y además un caso que fue explotado a
rabiar por la prensa amarilla.
Por gestiones humanitarias que realizara su madre, y la movilización solidaria
se consiguió que La Galle fuera traída a la Argentina, con la esperanza de que
se le otorgara, como legalmente le correspondía, la salida transitoria. Sin
embargo su proceso recayó en jueces y fiscales que oscilaban entre un absurdo
garantismo y la complicidad con la dictadura que asesinó al padre de Karina.
Conclusión: La Galle sigue presa, se le niegan salidas transitorias, se la
condena a seguir perdiendo su hermosa y rebelde juventud tras las rejas que no
sólo no reparan nada, sino que oscurecen la vida de los que las padecen.
La Galle es nuestra bandera, diríamos en los 70 y repetimos hoy. ¿Por qué razón?
Porque es una muchacha del pueblo, que da todo sin pedir nada, incluso en esa
absurda prisión que hoy la atrapa, donde ayuda y organiza a las presas más
desprotegidas, les enseña a cuidarse, a mimarse, a no perder la autoestima.
Es mucha mujer esta Karina Germano, digna hija de su padre montonero. Ella, con
su dignidad, nos convoca a hacer lo imprescindible para mover cielo y tierra en
aras de conseguir su libertad. Mientras tanto podemos leerla e imaginarla,
desgranando sus sueños y utopias hechas a punta de ternura y coraje. Con el
estilo inconfundible y libertario de La Galle.
Mis sueños
Por Karina Germano
Mis sueños son sumamente utópicos.
Se tratan de realidades sociales casi ideales. Me imagino una forma de vida en
una colectividad armoniosa, donde dejemos de ser mercancía en este mercado de la
vida. Donde cada una de las personas seamos valoradas por nuestros talentos
naturales, por los sentimientos que podamos brindar a los demás. Una sociedad
basada en la libertad, libertad de amar, libertad de pensamiento, libertad de
acción, y que ser libre sea lo cotidiano, sin necesidad de tener que estar
batallando para ello.
Como fui formada para la sociedad soñada del “hombre nuevo”, que por allá en los
`70 la consideraban ya un hecho, no me cuesta entender que se perdió esa
batalla, y que aún se continúan pagando las consecuencias. Así pues, mis sueños
pasan por una realidad más cercana a las posibilidades en las que me toca vivir.
No dejo de soñar en una justicia social, con igualdad de oportunidades para
todos/as, pero intento transformarlas en productivas para la actualidad que me
rodea.
Esta transformación la fundamento por la incredulidad de que un cambio tan
profundo pueda ser real, ya que considero que ese cambio sólo puede ser posible
por medio del compromiso de todos/as y sus voluntades. No considero que nuestro
pueblo esté pensando en ello. Sí confío que en un futuro nuevas generaciones lo
logren con nuevas formas. Por eso mis sueños más cercanos tratan sobre generar
la mayor cantidad de herramientas para que en un futuro más próximo que lejano,
se encuentre la fórmula correcta para conseguir esa sociedad idealizado por
tantos en nuestra historia.
Sueño con la libertad. Con mi libertad, con la libertad de todos/as. Me veo
pisando las calles de cualquier ciudad, nadando en ríos, mares, lagos o
pantanos. Me siento amar y ser amada. Cierro los ojos y degusto un buen vino o
una simple cerveza. Me veo vibrar de las risas que resuenan en mi interior.
Camino viendo un horizonte de naturaleza, vagando como tantas veces por alguna
porción montañosa, sintiendo la lluvia o el sol acariciar mi piel. Sueño con la
presencia maravillosa de los/as compañeros/as que a lo largo de mi vida he
compartido tantas cosas.
Mis ilusiones son que sigamos aprendiendo, que de a poco logremos erradicar la
crueldad con la que debemos convivir a diario. Que no haya más presos/as, que no
exista la miseria, que podamos decidir todo por nosotros mismos, que nos dejen
vivir en paz, que la ternura invada las ganas de vivir de cada persona,
generando la amplitud de pensamiento y la conciencia colectiva nos genere esa
ideal calidad de vida.
Todo eso y más sueño, sueño que nuestro extraordinario planeta resista a los
ataques de insensatez humana, que nos continúe dando la vida que nos merecemos.
GALLE
EZEIZA, JUNIO 2011
Nota a publicarse en la edición julio-agosto del periódico "Resumen
Latinoamericano"
www.resumenlatinoamericano.org