Un espacio con pretensión de lugar

Por Yanina Audisio *

La tarea del escritor en su recorrido desde la experiencia a la enunciación tiende a ser un tanto autista. Por ello, en la búsqueda de proporcionarle a este ejercicio una condición gregaria fue que se me ocurrió crear un grupo literario en una plataforma virtual, como lo es Facebook, con el nombre de “Las Puntas del Clavo”. Ya desde su bautismo el espíritu de este colectivo se trazó en torno a lo que su nombre dicta: el clavo como representante de la acción en lo cotidiano, de aquello disponible en toda casa, atendiendo a que la palabra escrita es un recurso accesible como sostén y productor de sentido. El plural también delata esta búsqueda de lo no evidente, la propuesta de encontrarle más de una punta a cada clavo, de explorar desde la escritura la trama oculta. A partir de esta propuesta es que mi socio en las letras en el ámbito virtual, Germán Ferri, comenzó a convocar escritores, en una verdadera tarea de reclutamiento, es decir invitando a todo aquél al que identificaba en algún muro como escritor por el dominio del lenguaje, el manejo de metáforas o la publicación directa de textos literarios. De este modo y con la posibilidad de que cada miembro invitara a otros se fue constituyendo un conjunto conformado por escritores de diferentes puntos del país y del exterior (Uruguay, España, Perú), de profesiones y estilos también diversos, principalmente en los géneros poesía y narrativa. La iniciativa de publicar con frecuencia, comentar todo texto que se publicara y animar a los demás a que lo hicieran facilitó la adhesión y participación de los miembros (que se dieron en autodenominar “clavos”) tanto como la realización de producciones colectivas (no solo la escritura grupal a través de la técnica de cadáver exquisito inspirada en los surrealistas, sino también amalgamando inspiraciones respecto de otros desarrollos artísticos como son la música, la pintura y la fotografía). La realización de tertulias personales en la ciudad de Buenos Aires fortaleció aún más el carácter participativo del grupo.

Es en este contexto que surge la idea de publicar una antología poética con aquellos que se sumaran a la propuesta editorial. Así, diecisiete autores decidimos embarcarnos en el proyecto que dio en llamarse “Las Puntas del Clavo. Poemario”, editado por Dunken, y que en 120 páginas constituye una reunión de voces diversas en clave de un denominador común: el lenguaje poético. La constitución de este poemario heterogéneo genera a la vez una heterodoxia formal y temática que el lector deberá desentrañar.

La antología en particular y la participación en el grupo en general se instituyen en una arenga, instando a una acción de encuentro de pares y, por eso, en estos tiempos donde urge el recupero de redes y espacios de caldeamiento creativo sostiene su vigencia el verso de Almafuerte: “Ten el tesón del clavo enmohecido/ que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo/ no la cobarde estupidez del pavo/ que amaina su plumaje al primer ruido”. Y como para ruido en este conjunto, que ya suma 45 miembros, sobran nueces, los invito a entender este poemario que hoy presentamos como la condensación de una efervescencia, un recorte del desarrollo grupal donde cada autor muestra su estilo en fragmentos de una obra particularísima. A su vez, la invitación a entrar en contacto con el grupo se haga extensiva aquellos escritores que se identifiquen con la urgencia de poner su palabra frente a otros, cultores de la misma infinita tarea de tejer con la materia inasible del sentido.

Pueden encontrarnos en la versión abierta del grupo como página de Facebook “Las Puntas del Clavo (grupo literario)” o escribirme a mi correo electrónico si desean sumarse al grupo cerrado: audisioyanina@hotmail.com También tenemos en preparación un blog http://puntasdelclavo.blogspot.com

* Coordinadora “Las Puntas del Clavo”
 


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