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Dirigentes
yanquis y el inglés
Por Roberto Villalba *
En estos días salió publicada en el influyente diario The New York Times la
opinión de Larry Summers figura del equipo económico de Obama y ex presidente de
la también influyente universidad de Harvard afirmando que: se confirma el
inglés como idioma global junto con el progreso de los traductores electrónicos
y la fragmentación de las lenguas. Para concluir: No vale la pena el esfuerzo en
los norteamericanos para dominar otro idioma pues cada vez va a ser menos
necesario para hacer negocios en Asia, África y Medio Oriente.
Desde el mundo de la cultura le levantaron mil voces para condenar el
utilitarismo del juicio de Summers y dar otros mil argumentos a favor del
bilingüismo vinculado al mejoramiento de las actividades cognitivas, políticas,
culturales y religiosas.
El hecho brutal está marcado por el juicio: Así como el dólar es la moneda
internacional, así el inglés es el idioma mundial. Y el resto, a aprenderlo o
quedarse mudo.
¿Tenemos algo que decir nosotros que formamos parte del mundo hispano parlante
que sumamos, hoy en el 2012, de alrededor de 550 en castellano más 270 en
portugués, lo que hace un total de 820 millones de habitantes? (1)
Hoy, con las cifras en la mano y actualizadas, y no las que nos llegan vía
Internet desde los centros de producción de sentido de lengua inglesa como
Google o Yahoo, el castellano supera al inglés en 70 millones de hablantes. Pero
este dato es cuidadosamente ocultado y tergiversado.
El castellano es la lengua occidental más hablada, luego el inglés con 480
millones y luego el portugués con 270. Y como Gilberto Freyre enseñara que el
hombre hispano habla o al menos lee sin esfuerzo cuatro lenguas: el castellano,
el portugués, el catalán y el gallego, nosotros nos convertimos, sin saberlo o
sin tomar conciencia de ello, en el grupo humano o ecúmene más compacta y
homogénea lingüísticamente del mundo.
La lengua es poder y si yo convenzo a mi interlocutor de usar mi lengua lo
estoy, de facto, dominando. Allí va dirigido el juicio falso e ideológico de
Larry Summers.
Además para los casos de decisiones graves, fundamentales y medulares siempre se
debe utilizar la lengua maternal en la elaboración o presentación del juicio que
se quiere sostener frente al interlocutor. La traducción posterior es una
anécdota.
Si nuestros dirigentes tuvieran en cuenta este consejo liminar para todo
dirigente, cuántos malentendidos y errores evitaríamos. Cuántos juicios
internacionales dejaríamos de padecer. Cuántas anfibologías, tergiversaciones y
frustraciones nos evitaríamos y evitaríamos.
La actitud más genuina es la que usó siempre el presidente argentino Roque Sáenz
Peña, quien sabiendo inglés se hacía traducir al castellano en las reuniones o
congresos internacionales.
Además, si uno habla castellano y otro italiano o francés no es necesario
recurrir al inglés en ningún lugar del mundo.
Es una actitud de “preferencia de nosotros mismos” la que debemos adoptar como
norma del obrar y del hacer. Es una manera eficiente de reducir la complejidad
en las relaciones internacionales.
Resumiendo nuestra opinión sobre el tema es la siguiente: los hombres de lengua
española o portuguesa deben conocer, necesariamente, los rudimentos del inglés
pero siempre hablar en español frente al interlocutor de otra lengua, los temas
importantes.
Hay que abandonar definitivamente la capitis diminutio del hablar en
luso-castellano y la autodenigración por pertenecer a la cultura hispánica.
El juicio de Larry Summer es tanto ideológico (la lengua es poder y el que
impone la suya domina) como falso (el inglés no es la lengua mundial porque el
mundo siempre va a ser más extenso).
El mundo no es un universo sino un pluriverso y las ecúmenes de que está
compuesto (la eslava, la oriental, la arábiga, la anglo-americana, la
ibero-americana, et alii) nos muestran que, más allá de las miles de lenguas que
se hablan, existen media docena de lenguas ecuménicas que tienen que convivir, y
saber hacerlo, sin el patronato de ninguna lengua franca o universal.
Si así ocurriera se terminaría dañando el equilibrio del mundo con la primacía
de una ecúmene sobre las otras. Y eso sí que sería fatal por nefasto.
(1) El castellano como lengua oficial la practican 18 Estados americanos, un
europeo (España), un africano (Guinea Ecuatorial) y el portugués ocho Estados
((Portugal, Brasil, Angola, Mozambique, Cabo Verde, Guinea Bissau, Sao Tomé y
Príncipe y Timor Oriental).
* Secretario del Sindicato de la Madera de Capital Federal.
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