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Malvinas,
un eslabón de la cadena colonial
Bonforti, Emanuel. Licenciado en Sociología (UBA)
Guidi, Dionela. Licenciada en Sociología (UBA)
Godoy, Juan. Licenciado en Sociología (UBA)
Pretendemos en las siguientes líneas abordar la cuestión Malvinas desde una
perspectiva más amplia que la cuestión de la guerra acaecida hace 30 años, y
también más allá de la ocupación producida en 1833. Buscaremos aquí ubicar el
problema en el contexto de la opresión de una potencia colonial, de un imperio
sobre una nación balcanizada que lucha por constituirse como tal.
Desprendiéndose de lo cual estableceremos la noción de que la defensa nacional
contra el imperialismo debe darse en todos los planos: político, económico,
cultural, pedagógico, etc.
Luego de la revolución de mayo, la relación entre nuestro país y Gran Bretaña
comienza a delinearse como una semi-colonia. Ésta se establecerá y profundizará
con la aparición del imperialismo sobre fines del siglo XIX, y decrecerá a
mediados del XX con el avance de los EE. UU. Resaltamos aquí la diferenciación
entre los nacionalismos de las naciones opresoras, de los países centrales,
desarrollados, donde la cuestión nacional se encuentra resuelta; del
nacionalismo de los países coloniales o semicoloniales de las naciones
oprimidas, de los países atrasados. En éstos el problema nacional no se
encuentra resueltoi.
Durante el siglo XIX el avance imperialista por parte de la metrópolis
londinense resulta incontenible y con esto, el desarrollo de las fuerzas
productivas y la creación de un capitalismo que aspira a la total monopolización
de las relaciones comerciales. Ante este nuevo escenario será necesario la
creación de una nueva ciencia que de cuente de los fenómenos emergentes. Quien
se destaque como portavoz de esta ciencia, propia de un estado burgués, será Sir
Mackinder. Para éste existe una extensa masa terrestre constituida por Asia,
Europa, Norte de África, conocida como la Gran Isla, el resto del globo es un
gran arco cuya navegación es accesible. La historia es un constante, reiterado
conflicto, entre estas dos grandes y antagónicas estructurasii, donde existen
periodos de hegemonía de la Gran Isla sobre las zonas navegables y viceversa.
Así, la nación opresora de Gran Bretaña ha tenido diversas injerencias en
nuestro país, desde antes que se desenvolviera como tal. De esta forma,
tempranamente en 1806-1807 se produce la invasión inglesa en estas tierras. Esta
no fue una simple aventura de piratas, sino que se relaciona con la pérdida por
parte de Gran Bretaña de las colonias del Norte. Era un intento colonialista, de
imponer el libre comercio y de rapiña.iii
Gran Bretaña iba a cumplir un doble papel en los procesos independentistas, por
un lado va a darle apoyo para buscar instaurar el librecomercio; y por el otro,
y en relación a ello, va a influir en el proceso de balcanización, pues así
podrá dominar a los “nuevos territorios” liberados, estableciendo economías
exportadoras, la desintegración de las fronteras nacionales producto de la
desunión política que apunta como estrategia capitalista a nivel global a una
desintegración económica. De la Gran Nación Latinoamericana soñada por los
libertadores, quedarás 20 países disgregadosiv. Además resaltamos que a partir
del empréstito Baring (1824) tramitado por Rivadavia, el mecanismo de la deuda
ha sido utilizado por los británicos como instrumento de saqueo y de sumisión
semi-colonialv. Con la creación del estado tapón uruguayo, a través de una de
las acciones políticas preferidas del imperio, que apunta al equilibrio de
poderes regionales, propio del mecanismo de poleas y contrapeso que utiliza la
corona para brindar el apoyo a un país u otro de forma aleatoria y de acuerdo a
sus beneficios, en 1828 buena parte de la cuestión geopolítica estaba resuelta.
Luego de que el francés Bougainville (1764) bautizara como Malouines (de ahí
Malvinas), ocupara dicho territorio, y se retirara por las protestas de España;
luego que Byron, años más tarde, avistara las Malvinas y las bautizara como
Falklands, vi después que el gobierno de las Provincias Unidas heredara en
legítimo derecho las Islas, y en 1820 a bordo de La Heroína David Jewett
cumpliendo órdenes de Sarratea izara la bandera argentinavii, de que se fijara
la Comandancia Política y Militar de Soledad con jurisdicción en las Malvinas e
Islas adyacentes al Cabo de Hornos (1829), designando a Luis Vernet como
Comandante, estableciendo así una colonia argentina en las Islas, los ingleses
el 2 de enero de 1833 a bordo de la Fragata Clío, al mando de Onslow ocupan las
Islas, y luego del rendimiento del Coronel José María Pinedoviii es bajado el
pabellón nacional e izado el de la nación ocupante. Brisbane, colaborador de
Vernet, se iba a poner de lado de los ingleses y a explotar a los anteriores y
legítimos habitantesix. Este va a ser ultimado en la rebelión del gaucho
patriota entrerriano Rivero el 26 de agosto de 1833x. Lo novedoso en el caso
Malvinas es la aplicación de la otra modalidad de expansión propia de la Pax
británica, que es la ocupación militar directa. Se necesita afianzar aun más la
visión estratégica imperial en el Atlántico sur, ya que al oeste a través de la
isla Santa Helena estaba asegurada, Malvinas pasa a tener una relevancia
geopolítica considerable, forma parte del camino que desemboca en el único paso
interoceánico continental hasta la construcción del canal de Panamá en 1914.
En 1845, se va a producir otra injerencia armada al territorio nacional por
parte de la potencia británica (conjuntamente con la francesa y los aliados
internos) con el propósito de abrir la navegación de los ríos y la segregar la
Mesopotamia (nuevo estado tapón)xi. A lo cual Rosas ordena romper relaciones con
ambos países, al tiempo que suspende el pago del empréstito (5 mil patacones
eran girados por el arreglo Falconnet). Se dan las batallas de Obligado y
Quebracho, donde los criollos no dejan que los gringos se la lleven de arriba, y
resisten tozudamente la intervención, llevándola, a pesar de la derrota militar
al fracaso en sus objetivos y como expedición comercial. Luego de los tratados
Arana-Southern (1849) y Arana-Lepredour (1850), se establecerá la exclusiva
navegación nacional de los ríos interiores, y el desagravio del pabellón
nacional con 21 cañonazosxii.
Llegamos en este breve recorrido al año 1982, donde la Junta Militar ilegítima,
educada en la Doctrina de Seguridad Nacional (defensa fronteras adentro), que
mantenía una feroz represión interna, y una economía semi-colonial, ligada a las
potencias imperiales, iba a producir un hecho legítimo de fijación de la
soberanía sobre el territorio nacional de las Islas en cuestión. La Junta podría
haber abordado la cuestión de la soberanía de manera integral, actuando en todos
los planos donde dicha soberanía se encuentra sometida al flagelo colonial, en
paralelo a Malvinas, en relación a éstas podría por ejemplo haber embargado las
empresas británicas, roto toda relación con la potencia, prohibir las remesas y
giros de dinero a dicho país,xiii no lo hizo, no era parte de los objetivos que
la llevaron al poder, se encontraba ligada a las potencias imperiales y no a las
causas nacionales. Se encontraba en las antípodas de unas fuerzas armadas
nacionales, las de San Martín, Mosconi, Savio, Perón, etc.
El caso Malvinas es el ejemplo continental de la coexistencia de una doble
dominación, la colonial por un lado, la ocupación directa a través de las armas,
violando todo tipo de soberanía nacional heredada del imperio español, y la
integridad territorial de los estados, y por el otro lado la ocupación además de
obedecer a cuestiones geopolíticas en un contexto de expansión imperial, se
explica también por la explotación de recursos naturales –agua, minerales,
metales, fauna, flora- muchos de los cuales elementales en cualquier proceso de
industrialización, es decir, la superación del estadio de mera granja
metropolitana. Por lo tanto la ocupación militar, también apunta a reforzar la
dominación semicolonial, ya que a través del desmembramiento de la integridad
territorial le imposibilita a la Argentina la explotación de recursos naturales
validos para reforzar cualquier proceso de industrialización que nos empuje de
manera progresiva de la orbita semicolonial y de dependencia.
Así, considerando a Malvinas como un eslabón en la cadena colonial, argumentamos
que la defensa de la soberanía nacional debe darse en todos los planos, y a lo
largo y ancho del territorio nacional y latinoamericano contra toda potencia
extranjera que nos aparte del camino de la liberación nacional. Malvinas es una
causa de la Patria Grande, y como tal irrenunciable para la definitiva
emancipación.
i Lenin, V. I. (1974). La política nacional y el internacionalismo proletario.
Buenos Aires: Anteo.
ii Trias, Vivian. (1989). Imperialismo y geopolítica en America Latina.
Montevideo: Ediciones de la Banda Oriental
iii La invasión del 28 de junio 1807, mentada por la historiografía oficial como
segunda invasión inglesa, en realidad no es segunda, sino que es la continuación
de la primera, dado que las fuerzas británicas se habían quedado a la espera de
refuerzos en las costas del Río de la Plata, y en febrero del mismo año habían
ocupado Montevideo. Galasso, Norberto. (2011). Historia de la Argentina, desde
los pueblos originarios hasta el tiempo de los Kirchner. Buenos Aires: Colihue.
iv Ramos, Jorge Abelardo. (1968). Historia de la Nación Latinoamericana. Buenos
Aires: Peña Lillo.
v Galasso, Norberto. (2008). De la Banca Baring al FMI. Historia de la deuda
externa argentina. Buenos Aires: Colihue.
vi Arpesella, Annabella y Cháves, Gabriela. (2004). Breve crónica sobre
usurpación y defensa de las Islas Malvinas. La memoria de nuestro pueblo. El
futuro tiene historia. Año 1, Nº 6. 7-8.
vii Rosa, José María. (1979). Historia Argentina. Tomo IV. Buenos Aires:
Oriente.
viii Antecesor del antimorenista y rivadaviano Manuel Andrés, del otrora
“socialista” librecambista y pro-británico, Federico, y del actual diputado del
partido de la “gente pro”, que como tal –y mostrando ese cierre social de las
clases dominantes argentinas- casado con una descendiente del último estertor de
la década infame, Robustiano Patrón Costas.
ix Arpesella, Annabella y Cháves, Gabriela. (2004). Op. Cit.
x Almeida, Juan Lucio. (1972). Qué hizo el gaucho Rivero en las Malvinas. Buenos
Aires: Plus Ultra.
xi Trías, Vivian. (1975). Juan Manuel de Rosas. Buenos Aires: siglo xxi.
xii Rosa, José María. (1979). Historia Argentina. Tomo V. Buenos Aires: Oriente.
Arturo Jauretche considerará la libre navegación de los ríos interiores como una
zoncera donde se hace ver el fracaso, o la derrota como victoria. Así la
victoria de Rosas sobre la prohibición de la libre navegación de los ríos luego
de los tratados citados, es presentada como una derrota. Las potencias
coloniales introducen la libre navegación en sus victorias, como en el caso de
la Guerra de la Triple infamia contra el Paraguay. Jauretche, Arturo. (2004).
Manual de Zonceras Argentinas. Buenos Aires: Corregidor
Aquí tampoco (como en 1833), según Methol Ferré, funciona la Doctrina Monroe,
pues los norteamericanos estaban ocupados allá en la marcha hacia el Oeste
(Texas), y aquí en la anexión de más de la mitad del territorio mexicano. Methol
Ferré, Alberto. (2002). Seminario Malvinas y la Segunda Fase de la
Independencia. Disponible en: www.cadenamarianomoreno.com.ar
xiii Ramos, Jorge Abelardo. (1982). Adiós al coronel. Buenos Aires. Mar Dulce.
Fuente:
http://malvinas30aniversario.blogspot.com.ar
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