Fermín
Chávez
Por Francisco Pestanha *
Benito Enrique Chávez (Fermín) nació un 13 de julio de 1924 en “El Pueblito”, un
caserío cercano a la ciudad de Nogoyá, provincia de Entre Ríos. Hijo de Gregoria
Urbana Giménez, oriunda de Paysandú, y de Eleuterio Chávez; transcurrirá sus
primeros años en un medio rural que nunca olvidará y que determinará la notable
sencillez y humildad de su espíritu.
Su padre – nacido en 1880 – fue agricultor hasta el año 1920 fecha en que tiene
que abandonar la actividad. Son los inicios de la crisis del modelo agroexportador que empezó a manifestarse en la periferia. Los pequeños agricultores
así se constituyen en las primeras víctimas del crack que hará tambalear al
“granero del mundo”. Don Eleuterio trabajará posteriormente como peluquero y
fabricante de escobas de palma. En la misma década recuerda Chávez, su padre
administrará un pequeño boliche de campo en el distrito de “Crucecitas”.
De puro cuño yrigoyenista, a Fermín siempre le llamó la atención esa faceta
política de Don Eleuterio, pero especialmente, el contacto que existía entre “El
Peludo” y el criollaje. Fermín interpretará posteriormente que para muchos
criollos, Yrigoyen representó una suerte de reencarnación del Caudillaje.
Eleuterio militará para el yrigoyenismo hasta 1951. En los comicios del 52
confesará posteriormente que votó a Perón.
Por su parte, la tradición lópezjordanista y su ponderación por Leandro Gómez,
será herencia de su abuela Martiniana, quien había estado casada con Santiago
Moreira, un hombre que había integrado las tropas de Ricardo López Jordán y caído
prisionero luego de la batalla de “Don Gonzalo”, batalla que marca tal vez la
definitiva derrota de los federales y donde las tropas “Nacionales” al mando de Gelly y Obes utilizarán las primeras ametralladoras el 9 de diciembre de 1873.
Una vez por semana llegaba al Pueblito la revista “Caras y Caretas”, publicación
que alimentó las lecturas del joven Fermín. Los Chávez no tenían radio, pero
cada tanto podían escucharla en la casa de su tía Vitalia López. Por su parte,
el golpe del 30, fue vivido en su casa como un verdadero drama.
Su primer período formativo, estará íntimamente marcado por ciertas
contradicciones existentes entre el relato oficial de la historia que adquirió
la Escuela Nº 14 – provincial – y los relatos históricos que circulaban dentro
de su ámbito familiar.
La crisis del treinta obligará a la Familia Chávez a radicarse en Nogoyá.
Vivirán un tiempo en casa de su Tía Rosa Moreira. De regreso al Pueblito, Fermín
volverá a estudiar en la escuela 14 y recién conocerá a la gran ciudad “Paraná”
en 1936, oportunidad en que visitan a su hermana mayor María Petrona.
Chávez proseguirá a instancias de Fray Reginaldo de la Cruz Saldaña (hombre de
la iglesia al que le estará eternamente agradecido, sus estudios en Córdoba en
un colegio apostólico dirigido por los padres dominicos que se encontraba
orientado hacia las vocaciones sacerdotales. Concluido el secundario en Córdoba,
viajará a
Buenos aires a estudiar filosofía como novicio al convento de Santo Domingo,
para posteriormente partir hacia Cuzco con la intención de perfeccionarse en
teología en un colegio internacional dominico.
Su estadía en Buenos Aires entre 1939 y 1942 será determinante en su posterior
accionar político e intelectual, ya que coincidirá con el “cenit” de los Cursos
de Cultura Católica. Chávez recuerda que el Principal de la Orden – el Padre
Páez – enseñará en dichos cursos junto a –entre otros – Leonardo Castellani,
Alberto Molas Terán, y César E. Pico. De esta forma se acercará al Nacionalismo
en una época donde además el clima de la guerra influía nítidamente en la
política local. En 1941 publicará su primer poema en “Crisol”, un diario
nacionalista argentino dirigido por Enrique P. Oses.
Tres años transcurrirán de su estadía en Cuzco, cuando acontecerá el 17 de
octubre de 1945, anoticiándose lo que ocurrido en su patria por radio. Fermín
regresará al país recién en octubre de 1946, para casi inmediatamente
incorporarse a la lucha política, sosteniéndose económicamente gracias a los
buenos oficios de Fernández Unsain quien lo hará ingresar en la redacción Diario
“Tribuna”, un periódico de orientación nacionalista donde escribirán entre
otros, Gilberto Gomes Ferrán, Luis Soler Cañas y el mismísimo Jorge Massetti.
Previamente publicó un poema en homenaje a Darwin Passaponti asesinado al
anochecer del 17 de octubre de 1945 en la revista “Tacuara”, publicación
perteneciente la Unión Nacionalista de Estudiantes Universitarios.
Respecto a sus influencias intelectuales, Fermín reconocerá en forma
principalísima a la obra de Santo Tomas de Aquino y a las enseñanzas de Jacques
Maritain y Garrigou-Lagrange. Pero además hará especial hincapié en la
influencia que sobre él ejercieron autores nacionales como Ramón Doll, Ernesto
Palacio, la predica del periódico Crisol, y en especial los artículos Osés. No
obstante ello, en ciertas entrevistas, ha reconocido influencias de Leopoldo
Lugones y de Leopoldo Marechal, entrelazadas con lecturas de Federico García
Lorca, Pablo Neruda y Miguel Hernández.
Fermín reconoció públicamente que en aquellos tiempos previos al peronismo, el
único hombre de FORJA que conocían era Raúl Scalabrini Ortiz, ya que
nacionalistas y forjistas transitaban por senderos paralelos. Mientras el
nacionalismo estaba en la calle, la labor forjista era más bien de índole
cultural y conceptual, hecho que – reconoce – no le quita relevancia histórica a
esta señera agrupación protoperonista. Manifestó además que en aquella época,
existía una versión nacionalista ciertamente elitista de inspiración maurrasiana,
“que corresponde al nacionalismo surgido durante el gobierno de Alvear momento
en que Juan Domingo Perón es capitán e ingresa a la Escuela Superior de
Guerra”. Entre 1926 y 1929 – aproximadamente- se producirá el nacimiento del periódico “Nueva República" y luego
"Liga Republicana", en los que actúan figuras
como Ernesto Palacio, Roberto de Laferrére, Federico Ibarguren, Juan E. Carulla,
Julio Irazusta, César E. Pico, Daniel Videla Dorna, etc”. (textual). La Liga
Republicana – sostuvo Fermín en alguna oportunidad – junto con el Socialismo
Independiente de Pinedo y González Iramain, “serán fuerzas de choque que
terminaron con los últimos restos del prestigio de Yrigoyen y del radicalismo en
el poder” (textual).
Fermín recuerda por su parte que al advertir el fracaso político de Uriburu,
algunos integrantes de este nacionalismo asumirán un antiimperialismo militante
que los llevará a colaborar con las investigaciones realizadas por Lisandro de
la Torre sobre el cuestión de las carnes, e inclusive, acompañaran la acción de
cierto radicalismo conspirativo durante la Década Infame. De “todo el viejo
nacionalismo que comienza a evolucionar alrededor del ’35, en plena década
infame, surge una corriente popular”, sostendrá (textual.
Respecto al surgimiento de Perón, Fermín relatará en cierta oportunidad que
“varias figuras de ese nacionalismo convergerán al peronismo, así como otras se
opondrán: no quieren a Perón, y al rechazarlo a él rechazan al movimiento
popular. Estos nacionalistas ven a Perón como un caudillo excesivamente
pragmatista, o -para decirlo con las palabras que se utilizaron, no sólo desde
el nacionalismo sino también desde el lado liberal- como un oportunista que sabe
hacerse cargo del momento histórico y que va adelante” (textual). Pero hay otros
nacionalistas que se acercaran y se insertan en el peronismo como “Alberto
Baldrich, que aún hasta hoy, ejemplifica esa corriente nacionalista que actuó en
el campo cultural más que en el político” (textual).
Para Chávez el nacionalismo argentino irá evolucionando y de un nacionalismo
originario elitista y maurrasiano se irá hacia un nacionalismo popular. Después
de 1935 afirmará “lo importante del nacionalismo son los periódicos y los nuevos
elementos que entran en acción golpeando al Régimen. Por ejemplo la idea de
justicia social aparecerá en algunos manifiestos de la época. Manuel Gálvez lo
entenderá y “algunos nacionalistas como José Luis Torres, que redacta aquel manifiesto que el general Juan B. Molina le dirige a la Alianza en 1942 y
en el cual están explícitas, prácticamente, las tres banderas del peronismo”.
Fermín durante el primer peronismo y siendo ya agente estatal en Salud Pública a
instancias de Ramón Carrillo, será destinado a la Oficina de Prensa de la GGT
donde colaborará con el órgano oficial de la central obrera. En 1950 conocerá a
Eva Perón al integrarse a una peña de jóvenes escritores y poetas que se reunían
todos los viernes en la sede del Hogar de la Empleada. Con Evita compartirán
algunas cenas y tertulias en la residencia de Agüero y Alvear, y lo harán debajo
de la habitación de Perón: ¡No griten mucho muchachos, podemos despertar al
general! recuerda que ella les reprendía cuando alzaban la voz. Por esos años
también se casará con Antonia Simó con quien tendrá dos hijos; Fermín (ya
fallecido en un trágico accidente aéreo) y Simón, un talentosísimo músico y
fotógrafo. Además trabajará en la Dirección General de Cultura, bajo la
dirección de Castiñeira de Dios.
Su primer libro “Como una antigua queja”, será impreso en los talleres de la CGT
gracias al papel cedido por la Federación de Trabajadores del Papel, Cartón,
Químicos y afines, y el segundo libro, “Dos elogios. dos comentarios”, será
editado por la Peña Eva Perón. En 1952 luego del fallecimiento de la jefa
espiritual de la nación, estrenará “Un árbol para subir al cielo”, una fantasía
para niños de su autoría dirigida por Lola Membrives, -y entre 1953 y 1957 –
será además redactor de la revista Dinámica Social.
Acontecida la revolución Libertadora su respuesta fue inmediata;
Publicará "Civilización y Barbarie. El Liberalismo y el mayismo en la Cultura
Argentina”. Participará además de numerosas publicaciones clandestinas como “De
frente”, “El Populista” y “Norte”.
En 1958 es designado por Perón miembro suplente del comando táctico creado para
comunicar y difundir la orden de voto a Frondizi, pero al negarse a votarlo, es
separado inmediatamente del cargo. En 1960 ingresará a la redacción de Clarín
como un simple redactor. En 1963 es delegado interventor del Partido
Justicialista de Santiago del Estero y en 1964 la Fundación Scalabrini Ortiz
publicará “Poemas de fusilados y proscriptos”
Ya en los años 70 dictará la materia de Historia Argentina en la Facultad de
Filosofía y Letras de la UBA en 1973 y 1974. Como periodista y columnista se
desempeñará además en Crítica, Panorama, La Prensa, El Hogar, Crisis, Megafón.
Según Enrique Manson, “La ojeriza de López Rega lo excluyó del primer retorno “peroniano”.
No ocurriría lo mismo con el segundo y definitivo. Fermín contaba del viaje de
regreso que tenía buena orientación en el aire, y notó que el avión cambiaba su
rumbo para aterrizar en Morón. Tardó en enterarse de los acontecimientos que
habían obligado al cambio” (textual). En 1990 recibirá el Premio Consagración
Nacional por parte de la Secretaría de Cultura de la Nación, en 1991 dictará la
materia Historia del pensamiento argentino en la Universidad de La Plata, y
entre 1996 y 1998 Historia Social y Económica en la Facultad de Ciencias
Sociales de la Universidad de Lomas de Zamora.
Fermín publicó mas de 46 libros, continuando además la obra de José María Rosa
con la colaboración prestigiosos autores como con Juan C. Cantoni, Jorge Sulé, y
Enrique Manson. Alguna de sus obras mas destacadas son “El liberalismo y el mayismo en la historia y en la cultura argentinas” (1956), “Vida y muerte de
López Jordán” (1957), “José Hernández, periodista, político y poeta” (1959),
“Perón y el peronismo en la historia contemporánea”, vol. 1 (1975),
“Historicismo e iluminismo en la cultura argentina” (1977) , “La recuperación de
la conciencia nacional” (1983), “Perón y el justicialismo” (1985), “Porque esto
tiene otra llave. De Wittgenstein a Vico” (1994), “La conciencia nacional”
(1996), “Alpargatas y libros”, vols. I y II (2003/2004), “Historia del país de
los argentinos” (1967. Además libros de poemas como el ya mencionado “Como una
antigua queja” publicará, entre otros, “Una provincia del Este” (1951), “Poemas
con fusilados y proscriptos” (1964), y desde siempre sostuvo un pormenorizado
análisis de lo gauchesco como signo de la cultura popular. En este sentido más
recientemente, en el 2004 publicó “Historia y antología de la poesía gauchesca”,
un trabajo de setecientas páginas donde reunió la obra de más de ochenta poetas.
* Profesor Titular del Seminario Introducción a Pensamiento Nacional en la
Universidad Nacional de Lanús, y miembro de numero Instituto Nacional de
Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego.
VOLVER A
CUADERNOS DE LA MEMORIA
![](casita.gif)