¡Ay
Clarín! El caballito de lujo en problemas
Por Conrado Yasenza*
El primer día de Agosto, el diario que supo tener como estandarte simbólico - y
por qué no lingüístico - el lema "una solución argentina para los problemas de
los argentinos", publica en su suplemento de economía la nota "Otra marca de
lujo en problemas: Ralph Lauren cierra sus tres locales". Es evidente que el
objetivo del diario que habita el lado oscuro de la vida, es operar sobre
sectores de clase bien definidos y muy sensibles al fastidio, sobre todo si la
noticia es que Ralph Lauren, Escada, Zegna y Cartier, han decidido un cierre
temporario de su exclusivos locales ubicados en los paquetes barrios de Recoleta
y el Norte de la ciudad, aludiendo como causales "las trabas a las
importaciones, las restricciones al uso de dólares dispuestas por la Casa
Rosada, y la inflación, con su impacto en el turismo, que afectan los negocios
del mercado de lujo en la Argentina". Un motivo más para salir a cacerolear los
Jueves por la noche, chicas y muchachos del paisito pequeño. Como primera y
superficial reflexión, ¿no tendrán estas firmas preocupaciones algo más
complejas que las esgrimidas, como posibles desbalances comerciales que podrían
deberse a la feroz crisis mundial del capitalismo financiero y consumista? ¿No
será esta una medida coercitiva para poder colocar así en nuestra región, y con
mayores facilidades, los excedentes producidos en una Europa en estado de crisis
insondable, y de allí el cierre temporario supuesto como consecuencia de la
inflación, la merma turística y el clima enrarecido para las mercancías de lujo?
Y si hubo realmente esa merma turística que Clarín sostiene, tomando como fuente
de datos al INDEC (al cual, por otra parte, sistemáticamente describe como una
institución intervenida que ha perdido credibilidad), ¿esa merma no tendrá que
ver, de nuevo, conque los países europeos se debaten cotidianamente ante los
efectos devastadores de ajustes y recortes del gasto, como así también, frente
al enfriamiento de la economía y la pérdida de fuentes y puestos de trabajo?
En fin, ya sabemos que no existe nada más reaccionario que la clase alta y
media-alta asustadas, y además, cuestionadas en sus privilegios. Nada de los
datos de esta superflua nota desvelan a Clarín. Sólo le interesa seguir
generando un clima de asfixia social, tomado como mascarón de proa para intentar
lograr el éxito de sus operaciones, a un sector de clase minoritario pero con un
concentrado poder de fuego. Además, claro, del eterno efecto de espejo falso en
el que las clases medias subalternas se miran para invocar una condición social
a la que han arribado, si no se cayeron todavía, durante la perversa fiesta
neoliberal noventista. Y aquí cobra más fuerza la intención de la nota: Fogonear
en los espíritus de las clases medias esa sensación de irritabilidad hacia el
Gobierno Nacional mediante el mecanismo psíquico de mímesis, o quizás, a través
del deseante deseo de apoyar la punta del zapato en el peldaño de una escalera
que, presuntamente, los llevará a la felicidad de clase, al civilizado mundo de
la riqueza y el consumo, aunque nunca ocurra la transmutación del ansiado
abolengo de clase, y con el agregado degradatorio de ser - y haber sido
históricamente - despreciados. Y aquí, ya en este punto, se puede visualizar la
doble condición del vasallaje colonial de las mentes en nuestra sociedad: El
falso aristócrata argentino colonizado por las luces civilizatorias del viejo
continente; las clases medias, surgidas al calor de complejos procesos
inmigratorios y de movilidad social, mirando como norte a esas aristocracias sin
otro reino que la Ley de Enfiteusis.
En fin, es posible – o acaso no ha ocurrido ya en otras situaciones - imaginar
que en los próximos días veamos, en número considerable, a miembros de los más
distinguidos sectores sociales de nuestra comunidad, dirigirse al Uruguay -
porque la crisis europea existe, es bien real en términos de costos de vida y de
adquisición de bienes suntuarios, y lo saben - en busca de prendas y bienes de
lujo que aquí, temporariamente, no podrán adquirir. Quizás, y aventuro con la
imaginación, en este lado del río podamos ver a quienes el piné no les de para
la escapada, golpeando sus cacerolas por la inseguridad, el autoritarismo del
Gobierno, el deseo reprimido de pensar en verde (y no precisamente en
Greenpeace) y... por no poder ya adquirir y lucir las camisas y chombas del
caballito y el polista.
Ya sé, podrán cuestionar que es un dato y nota menor, pero si observamos los
sectores de clase en los que la derecha paraguaya se ha recostado para asestarle
el duro golpe institucional a Lugo y al pueblo paraguayo, y analizamos la
irascibilidad de los mismos sectores en nuestro país sumado al deseo de cambiar
el rumbo económico, a como de lugar, por parte de los poderes reales
(económico-financiero-comunicacional y de clase), la nota de Clarín, que
describe con intención de cientificismo economicista los acuciantes problemas
que cercan a las marcas de lujo en nuestro país, vira de la banalidad extrema
del consumo sin destino ni fin, a un dato duro de la realidad y los deseos en
danza que las poderosas minorías sociales y económicas azuzan sin descanso.
Entonces, ya no se tratará sólo del caballito de lujo en problemas.
* Periodista. Director de la Revista La Tecl@ Eñe – Cultura y Política –
www.lateclaene.blogspot.com