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“El
revisionismo surge por una necesidad de construir identidad”
Entrevista por Juan Cruz Varela (El
Diario, Entre Ríos)
El integrante del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e
Iberoamericano Manuel Dorrego estuvo en Paraná y dialogó con El Diario.
Francisco Pestanha destacó al revisionismo como un instrumento para visibilizar
voces.
En los últimos años ha surgido una necesidad de construir otro relato sobre la
historia argentina, uno más orientado hacia lo popular, que rescate los valores
del federalismo. Surgió así una corriente de pensamiento plantada para abrir la
posibilidad de conocer y bucear en ese pensamiento nacional, a través del
redescubrimiento de esas porciones del relato borradas de los manuales
escolares: el revisionismo.
“El revisionismo surge como una necesidad popular de reconstruir una historia
más integral”, resume Francisco Pestanha en diálogo con EL DIARIO. “Tiene que
ver con la forma en que se consolidó el Estado Nacional, sobre todo en la época
de las guerras civiles, con la derrota del ideario federal y el surgimiento de
un centralismo porteño oligárquico que construyó un relato en función de sus
propios intereses”, agrega.
Pestanha no es historiador sino abogado especialista en Derecho Administrativo.
Es también docente universitario, ensayista y escritor. Además, integra el
Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel
Dorrego, un organismo creado por el Gobierno Nacional que busca reivindicar a
los hombres y mujeres que llevaron adelante una defensa y resistencia de lo
nacional y que han sido invisibilizados por la historia oficial.
–¿Qué motiva a realizar un revisionismo de la historia argentina?
–El revisionismo histórico es uno de los fenómenos más interesantes, no solo en
Argentina sino en Latinoamérica; y en el país vino de alguna manera a intentar
reconstruir aquella parte de la historia que había sido ocultada por el relato
oficial, sobre todo el protagonismo de los caudillos provinciales. Cuando yo era
chico, los manuales hacían hincapié en las figuras de San Martín, Belgrano,
Rivadavia, luego Mitre, Sarmiento, Roca; y poco o nada estudiábamos de las
realidades provinciales, es decir, aquellos hombres o mujeres que de alguna
manera habían construido el proceso independentista bajo la figura de los
caudillos. Básicamente, lo que hace el revisionismo es reconstruir los procesos
locales como aporte a la historia general e integral del país.
IDENTIDAD. El revisionismo viene entonces a construir un relato histórico desde
lo particular a lo general, a completar ese relato con esas voces ausentes, pero
que a la vez constituyen un engranaje fundamental en la gestación de la
identidad de los pueblos.
–¿Se plantea entonces un enfrentamiento entre los revisionistas y la forma de
construcción de la historia tradicional?
–El revisionismo nunca se planteó en término de enfrentamiento, siempre vino a
aportar, lo que hace, obviamente, es discutir. La historia tiene una función
esencial en el ámbito educativo: es una constructora de identidad, es un
elemento a partir del cual se construye la identidad colectiva, es decir, el
relato histórico te identifica como miembro integrante de un país determinado y
si uno recorta la historia, hay mucha gente que queda fuera. Es el caso de los
caudillos federales, el gauchaje, las comunidades de primeros pobladores, que no
aparecían en los manuales, no eran sujetos históricos o eran tratados como
sujetos antropológicos. Entonces, lo que hay es una necesidad de recuperar la
historia completa de nuestro país y el revisionismo aparece como una herramienta
de reconstrucción de la identidad.
–¿Es posible percibir en la vida cotidiana algunos de esos valores identitarios
que hayan pretendido ocultarse?
–Sin dudas. Un fenómeno muy interesante es el reencuentro con lo americano
ancestral, la reaparición de las comunidades de los primeros habitantes que
estuvieron invisibilizadas durante años, no solo estadística sino culturalmente.
Por eso el nuevo desafío tiene que ser realizar aportes a la reconstrucción de
la subjetividad de esos pueblos. La Argentina está poblada desde hace 12 mil
años y a lo largo de la historia hubo culturas extraordinarias. Todo eso se está
reconstruyendo y revalorizando. Dentro de 20 años el relato histórico se habrá
extendido hacia atrás de un modo tal que las nuevas generaciones van a tener
conciencia de que no vivimos en un país joven sino en una Nación con componentes
milenarios, y eso va a generar una responsabilidad directa y un compromiso
diferente.
NUEVAS TECNOLOGÍAS. De la mano de los nuevos estudios, también se han generado
otras formas de poner a las generaciones más jóvenes en contacto con la
historia. Así como se han multiplicado los libros de texto y las publicaciones
de autores de toda la geografía, el relato transcurre también por otros canales
y se ha extendido al campo audiovisual y digital, de forma de hacerlo más ágil y
dinámico. Sin embargo, como todo, tiene un punto de partida.
–¿Con qué herramientas históricas se reconstruye esa otra historia que ha sido
borrada u ocultada?
–Obviamente la primera etapa del revisionismo es legendaria, tiene que ver con
la actitud individual de hombres como José María Rosa, (Raúl) Scalabrini Ortiz,
(Arturo) Jauretche, Fermín Chávez, que hicieron textos revisionistas a partir de
una profunda voluntad y entrega. Hoy, por suerte, el revisionismo empieza a
transcurrir por otros canales y lo más interesante es que en los últimos 15 años
hubo una reconstrucción de las historias regionales. En Entre Ríos hay
escritores que se han dedicado a reescribir la historia desde lo particular a lo
general, y ese es un fenómeno esencialmente popular que se da desde las bases
mismas, porque todo lo que se oculta, lo que se reprime, renace; y el
revisionismo es la expresión de esa necesidad de comunicación que fue reprimida
durante muchos años.
–¿Cómo cree que se verá todo este proceso con el tiempo?
–En la década de 1990, que fue de oscurantismo cultural, una de las
manifestaciones artísticas más importantes fue el muralismo –ahora es el video–
y había una presencia extraordinaria de lo femenino. De alguna manera, esas
expresiones artísticas lo que hicieron fue anticipar lo que se venía. El arte es
el único espacio donde no te pueden reprimir, el espacio más nítido de libertad
creativa y es a partir de la cultura donde los pueblos resisten y preservan sus
identidades. Ahora, el revisionismo va a crecer extraordinariamente y llegará un
momento donde se van a articular ambos saberes. Las universidades, ante este
fenómeno, ya están empezando a incorporar estos productos y el estudio del
pensamiento nacional ya es obligatorio para todos los alumnos.
Fermín, el de El Pueblito
Pestanha se define como “discípulo” de Fermín Chávez, el historiador entrerriano
nacido en 1924 en un pequeño caserío rural ubicado a unos 20 kilómetros de
Nogoyá. “La figura de Fermín Chávez es señera y clave. Es un hombre que dio su
vida a la patria, de una humildad extraordinaria, que inclusive sentía una
añoranza tremenda de terminar sus últimos años en El Pueblito y sin embargo hizo
el sacrificio de quedarse en la ciudad, una ciudad que lo agobiaba”, apuntó
Pestanha. Fue Fermín Chávez un puntilloso investigador de la microhistoria a
partir de sus vivencias personales. “Mientras en su ámbito familiar, creció
escuchando un relato histórico vinculado a las hazañas de (Ricardo) López
Jordán, que era un caudillo popular, en la escuela pública le fue impartido el
relato clásico de la historia donde López Jordán constituía una figura
insignificante y (Justo José de) Urquiza era el verdadero prócer”, destacó
Pestanha.
http://www.eldiario.com.ar/diario/interes-general/nota.php?id=58033
Septiembre 2012
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