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Algunas
ideas sobre el clima destituyente
Por Conrado Yasenza*
En las últimas semanas hemos asistido a distintos episodios sociales y políticos
que, sin caer en teorías conspirativas o paranoides, dan lugar a establecer que
todos ellos poseen una relación de causalidad con la instalación de un clima de
desgaste – destituyente, diría Nicolás Casullo – sobre el Gobierno Nacional, que
es dable atender.
1- Amplificación y sobre-exposición de episodios de inseguridad (reales,
existentes, aquí y en el resto del mundo) a través de los grandes medios de
comunicación, en particular y por la potencia del relato a través de la imagen,
de las señales televisivas y de cable – en este caso generando el efecto de una
perversa cinta de Moebius, y digo perversa porque es muy dañino para el
individuo y para el tejido social, amanecer, levantarse, enfrentar la tareas
diarias laborales que implican la salida a la calle, notificándose o
anoticiándose de robos a domicilios (con o sin sus habitantes), asesinatos,
cortes y protestas. Esto no supone ningún grado de información precisa y clara,
sino un ensañamiento cruel con el ser que debe salir y que por efecto de estas
transmiciones, lo hace sometido al temor que ese afuera representa. He ahí la
función del miedo: Generar la desconfianza entre ciudadanos – el otro es un
sospechoso, un enemigo-, además de la idea de que el caos reina en la ciudad de
la furia.
2- Sin desconocer que el aumento de precios es visible, constatable, y que la
inflación es un tema que el Gobierno debe revisar, puede advertirse también en
estos temas la intención de crear un cuadro de situación en el cual la inflación
se presenta como ya en su fase de espiralización, con recesión y sin producción,
lo cual es falso. Ligado a este dato, la idea de que esta situación económica se
debe a las políticas económicas implementadas desde el Gobierno Nacional,
basadas en una apuesta fuerte al gasto público y la redistribución del ingreso,
políticas que acentuarían – según la ortodoxia y sus voceros - el clima
inflacionario y recesivo. Distinto es el tema del aumento de precios: Allí el
Gobierno Nacional no es quien forma la cadena de valores de precios, sino los
grande Supermercados e Hipermercados que hasta le imponen, para exhibir en
góndola los productos, los precios de compra a los productores con plazos de
pagos excesivamente laxos. Quizás el Gobierno debería comenzar a exigir
estructuras de costos a las empresas y a las cadenas de híper y supermercados
para contar con datos precisos y así elaborar un cuadro de análisis de precios
reales y en consecuencia realizar acciones específicas sobre esta cuestión.
¿Cómo se observa aquí la hilación con el clima destituyente? Bien, los sectores
económicos fácticos están intentando, desde hace tiempo, regresar a políticas
ortodoxas de ajuste y devaluación, mediante las cuales volverían a contar con
pingües ganancias sin la necesidad de invertir ni producir, abriéndose al
capital financiero trasnacional y con las ya vividas consecuencias dramáticas
sobre el conjunto de la población. Digamos: reinstalar lo que se ha definido ya
como Capitalismo Financiero. Dejemos aquí, y para otro análisis, la estructura
de fuerte concentración de la economía nacional.
3 – La articulación de manifestaciones caceroleras, para nada espontáneas y
convocadas desde una fuerte organización en las redes sociales, aglutinadas en
base a los temas que se han descripto, más el concepto instalado de “cepo
cambiario” y trabas para salir del país, ideas-fuerza propaladas por el
multimedios en el mismo sentido de esa infinita cadena de repetición acuciante –
se prepara un cacerolazo para el 8 de Noviembre, casi un mes antes del 7 del
Diciembre, fecha en la que los grupos empresarios de comunicación, especialmente
Clarín, deben ya haber presentado sus propuestas de adecuación a la Ley de
Medios de Servicio Audiovisuales, ley votada por el Congreso Nacional y frenada,
para Clarín y por una cautelar, en su art. 161 – con los caceroleros que se
manifestaron en Georgetown, movilizados por operadores económicos representantes
de los fondos buitres, junto a la planificación de un cuestionario basado en la
mismas consignas sobre libertad de prensa, inflación e inseguridad con las que
un Grupo de Operadores Políticos liderados por el ex funcionario en el área de
Educación de Pro, el hoy joven estudiante en Harvard Juan Ignacio Maquieyra,
recibieron a la Presidenta en esa Casa de Estudios. Así entonces, el clima de
caos institucional, falta de libertad de prensa e inseguridades varias,
trascendió las fronteras del país y la región sudamericana.
4 - La explosión de las protestas de Gendarmes y Prefectos generadas por la
implementación de un decreto inspirado en la idea de que los rangos sub-alternos
e inferiores de la fuerza no percibieran una diferencia abismal en sus salarios
con la oficialidad, decreto que tendía a ordenar los escalafones salariales, y
que debido a una liquidación de sueldos a la inversa, redujo los ingresos de los
rangos inferiores, produjeron el malestar, el reclamo, la protesta, la ruptura
de las cadenas de mando, y nuevamente la idea de caos, y en este caso con
implicancias muy sensibles para nuestra sociedad que vivió en 1987 y 1988 dos
alzamientos o motines militares. ¿Dónde aparece aquí la idea destituyente?
Quienes tuvieron a su cargo la liquidación de sueldos, teniendo en cuenta las
especificaciones del decreto dictado por el Ejecutivo, fueron la misma
gendarmería y prefectura, liquidación que se realizó en forma desastrosa y que
motivó el reclamo que luego pasó a tomar otro cariz, ya con el paso de los días.
Allí nuevamente las cámaras de televisión y los micrófonos de las radios de los
medios dominantes apabullaron a la sociedad con la instalación de, otra vez, el
imperio del caos, al cual se sumó el malestar de las fuerzas de seguridad con el
Gobierno Nacional (recordemos que confluyeron en la protesta sectores de la
Policía Federal, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires y hasta la
Armada) Hubo, entones, descabezamiento de las cúpulas de Gendarmería y
Prefectura, responsables del conflicto, y pases a disponibilidad de voceros que
en soledad insistían en un reclamo por salarios ya resuelto, y que ahora se
sumarán a una posible concentración-paro de la CGT disidente de Hugo Moyano.
Imposible olvidar la reaparición en la pantalla de TV, como para fogonear aquel
viejo temor a los motines, de Aldo Rico en el programa de Samuel “Chiche”
Gelblung.
5 – Finalmente el caso de la Fragata Libertad, retenida en Ghana por una
decisión inconsulta y arbitraria del Capitán de la Fragata, Alberto Mario
Blanco, quien notificó mediante nota al Ministerio de Defensa, el repentino
cambio de puerto y destino “por razones operativas y técnicas”, de Nigeria a
Ghana, sabiendo que en ese puerto la fragata podría ser retenida por acción de
los Fondos Buitres, como ocurrió, y teniendo en cuenta también que durante la
gestión de Nilda Garré al frente del Ministerio de Defensa, se dictaron
estrictas normas para que la Fragata evitara puertos en los cuales la situación
actual pudiera suceder, y limitando sus viajes a la región y el Caribe. Como
denunció Horacio Vertbisky en su nota en Página 12, esto denota una creciente
autonomización de la Fuerzas durante la gestión de Arturo Puricelli al frente
del Ministerio de Defensa. Y aquí, nuevamente, ¿dónde se puede hallar esa
intención destituyente? Bien, la profundización de las políticas de Derechos
Humanos, la subordinación de las Fuerzas a éstas, y los juicios contra delitos
de Lesa Humanidad perpetrados por integrantes de la última dictara
cívico-militar, pueden ser un factor de malestar dentro de las fuerzas, por lo
menos de la oficialidad con más antigüedad. Insisto, no es ser paranoide o
conspirativo, pero apelando – y creo que vale – a la severa y sumaria historia
antipopular de la Marina en particular, puede pensarse en una operación de
desgaste de la imagen del Gobierno Nacional y de la Presidente en particular.
Muchos son los beneficios, más allá del malestar político generado por las
políticas de derechos humanos, que los marinos sienten perder con las
limitaciones que fueron dictadas por la ex ministra de Defensa, Nilda Garré. Y
nuevamente, renuncias: En esta oportunidad el Jefe de la Marina, Carlos Alberto
Paz, y rumores de reclamos salariales en el arma.
Todo este panorama, apenas esbozado, nos permite pensar en operaciones políticas
y económicas que se encuentran centradas en su fase de instalación de un
continuo clima adverso y de desgaste hacia el Gobierno Nacional. El bochornoso
bloqueo de la designación de Jueces naturales de la Constitución en el Consejo
de la magistratura, protagonizado por sectores políticos del radicalismo, como
Oscar Aguad, miembro del Consejo y que avaló con su firma el concurso que ahora
impugna, y por sectores de la corporación judicial, reaccionarios a la
democracia y al Gobierno Nacional, cuyas figuras que destacan en este escándalo
institucional, son el consejero y camarista civil Ricardo Recondo (otra vez el
doble standartd: Consejero y Juez) y el representante de la Federación Argentina
de Colegios de Abogados (FACA), Daniel Ostroposky, nos proporcionan elementos de
análisis para sostener que las intenciones destituyentes hacia el Gobierno
Nacional, elegido hace menos de un año, son serias y para tener en cuenta.
*Periodista. Dtor. de La Tecl@ Eñe – Revista Digital de Cultura y Política
www.lateclaene.blogspot.com
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