La
educación para la libertad
Por Ramiro Ross
Si bien es cierto que la educación ya no está en manos de la Iglesia, no al
menos con la fuerza de hace años, aún quedan residuos de la influencia que tuvo.
Los términos ‘Seminario’, ‘Claustro’, ‘Estar En Capilla’, que aún se escuchan en
las escuelas y las universidades, nos lo recuerdan constantemente, no obstante,
debemos entender que está en lenta pero continua retirada. Hoy, en las encuestas
que se realizan sobre sexualidad, fecundación in Vitro y otros tantos temas, en
que la Iglesia tiene una posición tomada, la mayoría de los encuestados se han
declarado contrarios a esas posiciones, a pesar que muchos de ellos se
reconocieron como ‘cristianos’.
Si en realidad queremos cambiar definitivamente este estado de cosas, se deberá
apartar a los pedagogos del sistema de los nuevos planes de estudios. La
educación, tal como la entendemos muchos participantes de los Bachilleratos
Populares, debe venir desde la clase obrera, con todas sus limitaciones
científicas, pero también con toda la historia de luchas y vivencias. También es
cierto que debemos estar preparados para que quizás no salgan con todo el
conocimiento que hoy creemos necesario, pero su formación clasista, obrera y
popular les dará las herramientas intelectuales necesarias para formarse con mas
criterio, se podría comparar la educación con la agricultura, los primeros
frutos no son tan importantes, sino la fecundidad de la tierra. La prioridad de
la educación para la libertad es enseñar a pensar, a discutir, a recordar, a
plantearse problemas, recordemos que fue en busca de lo imposible que el hombre
ha realizado lo posible, si solo buscamos lo posible, muy pronto abandonaremos
lo difícil y finalmente nos acomodaremos con lo ya conocido y de esa forma no
daremos un solo paso hacia delante.
La educación para la libertad implica en compromiso de vida que necesita de dos
partes dispuestas s modificar este estado de cosas, el compromiso de ambas debe
ser claro: O se educa para adaptarse a este tipo de sociedad o se educa para
comprometerse con la transformación de la misma.
La educación para la libertad significa que las órdenes dejen paso a la
persuasión razonada y el ejemplo. La utopia deja de serlo cuando se realiza, en
ese sentido, la educación es una utopia que se realiza todos los días, porque
ningún proyecto debe darse por terminado si entendemos que la formación de un
ser humano, empieza cuando nace y termina solo cuando fallece, porque siempre se
debe estar aprendiendo, y es por eso que en el aula no hay un profesor y un
alumno, sino dos personas que intercambiar información y conocimiento para
desarrollarse intelectualmente y de esa manera marchar juntas hacia la libertad,
esa libertad que no acepta limitaciones en la realización del ser humano, que no
acepta la esclavitud de nadie ni los convencionalismos burgueses, por eso
debemos apartar de las aulas a los profesores formados en las universidades que
nos propone el sistema, en tanto estén convencidos de esa educación cerrada y
vertical.
La educación para la libertad será realizada por la clase obrera o no será.
Noviembre 2012