Cadalso
para el infiel: La Argentina
Un artículo de Jorge Rachid
Cuando sucedió el hecho de las Torres Gemelas en EE UU a ningún compatriota le
llamó la atención que el Presidente de ese país declarase “ que estaba siendo
atacado” y que esa circunstancias meritaban medidas extraordinarias que de hecho
limitaron las libertades públicas y personales, erosionaron al Tesoro, alteraron
la economía y llevaron en el tiempo a una crisis de proporciones, producto del
despliegue militar y los gastos de guerra.
En nuestro país desde hace meses, se percibe un ataque combinado desde sectores
mediáticos a financieros internacionales, destinados a doblegar la voluntad
política soberana del pueblo argentino y su Gobierno. Cada paso que se da en pos
de “deconstruir” lo estructural del neoliberalismo, como puede ser la Reforma de
la Carta orgánica del Banco Central hasta la nueva legislación sobre la Bolsa de
Valores, o la simple aplicación de la Ley de Medios como así también la novedosa
y responsable acción impositivo-tributaria y el manejo del fortalecimiento del
peso frente a la cultura del dólar, pasando por los términos “dictadura”,
“totalitarismo”, “venganza”, “corrupción”, “inseguridad jurídica”, “presión
sobre el Poder judicial” al nombrar jueces de la Constitución, entre otros
epítetos cargados de simbolismos , funcionales a los ataques recibidos desde el
exterior en especial por los Fondos Buitres y los representantes genuinos de una
derecha internacional cipaya que ve escurrirse entre los dedos , la prepotencia
de poder financiero-industrial- militar que ostentaron durante décadas, en
especial desde 1989 con la caída del Muro.
Pero en la Argentina los principales actores políticos, con las excepciones que
siempre existen, lejos de acompañar la lucha en varios frentes abiertos, en una
circunstancia mundial sumamente compleja , de crisis ideológica, política y
económica del llamado mundo occidental, que sin dudas repercute en los países
emergentes, se dedican a demonizar las políticas del Gobierno Nacional, a exigir
por izquierda resolución de situaciones aun postergadas de la reparación social
en algunos casos y en otros directamente proponiendo bajar el cervix a la
extorsión internacional en una clara muestra de colonización mental y adhesión
al simplismo servil de alinearse al mundo, para recibir sus migajas, producto de
la explotación sin pudor de países colonizados por las armas o por las deudas,
que el imperio mismo les originó.
Es en esas circunstancias cuando los mecanismos de construcción del pensamiento,
que llevan al posicionamiento político hacen cortocircuito, confundiendo marco
ideológico, esto es la matriz sobre la cual descansan las utopías y los sueños
de una sociedad, en objetivos y esperanzas en la necesaria acción política
cotidiana del manejo del poder del Estado Nacional, afloran en contradicciones.
Desde la mirada en que se desarrolle el pensamiento, desde donde nos paramos
para analizar la realidad, es cuando las ideologías lejos de contribuir a la
resolución de los problemas políticos del accionar diario, actúan como corset en
la interpretación de los hechos, mucho mas si esa mirada, el posicionamiento se
realiza desde lo electoral, a corto o mediano plazo. Este hecho explica en parte
como es que existen llamados peronistas aliados o confluentes con expresiones de
derecha conservadora, sectores del movimiento obrero que plantean manejos
maximalistas en momentos de crisis, otros que se dedican a interpretaciones
psicológicas del Gobierno, en su afán de posicionarse o contribuir, conciente o
inconcientemente, con los sectores dominantes desplazados del poder monopólico
que ostentaron durante décadas.
Pero no sólo pasa en el peronismo, le sucede al radicalismo, al socialismo, a
las expresiones llamadas “progresistas” e incluso a viejas oligarquías
provinciales conservadoras que aportan en su seno expresiones diferentes de
interpretación de la realidad. Sin dudas un nuevo tiempo, un cambio de paradigma
se aproxima o mejor dicho se construye en el día a día en la conciencia
colectiva del pueblo, en una música que no todos los dirigentes se sientan a
escuchar o directamente le niegan representatividad.
Así todo lo que tiene que ver con Gobierno es producto de la manipulación
perversa del “régimen” como le decían a Perón, antes de derrocarlo, reduciendo
al simplismo de la ampliación de derechos que el peronismo ha practicado y
justifica su historia, excepción hecha de la década del 90, en donde el tráfico
ideológico escribió una página vergonzosa en la conciencia militante del campo
nacional, que aún no mereció un análisis autocrítico profundo de muchos
militante y mucho menos de funcionarios actuales.
Mientras esos sectores saludan a los Fondos Buitres como “Libertadores” emulando
a los argentinos subidos a los barcos ingleses y franceses en la Vuelta de
Obligado, que con la excusa de derrocar a Rosas, no dudaban en poner de rodillas
al país frente a las potencias imperiales, otros intentan crear el clima
necesario para demostrar la ilegalidad democrática del Gobierno, capaces sin
pudor de atacar la raíz misma del poder instituído.
De ahí que es necesario diferenciar lo ideológico de las herramientas
metodológicas de construcción del poder, aquello que el filósofo peronista Jorge
Bolivar, y en esto mi homenaje, denomina conjunto de ideas de la dominación o
conjunto de ideas de la Liberación, síntesis acabada y descriptiva del mapa
político nacional. Son dos miradas, dos culturas, abismos de intereses separan a
una de otra, aunque tengan emparentamiento ideológico, aunque se parezcan en sus
discursos, aún aunque hayan desarrollado historias de luchas y sacrificios
juntos. El pararse de determinada manera frente a las necesidades del país, con
planteos coyunturales que deterioran la capacidad de lucha por la preservación
del modelo, del trabajo, de la producción, de derechos humanos, del Estado como
ordenador social, controlando las herramientas económicas del país,
latinoamericanista en un mundo que se derrumba, que nos quiere hacer pagar los
costos del crisis, que nos ataca por ser malos ejemplos a terceros
extorsionados, por esos mismos falsificadores de la historia, codiciosos y
estafadores, traficantes de los sueños de los pueblos, amparados por la supuesta
globalización “occidental y cristiana”, en nombre de la cual se cometen las
mayores atrocidades, implican posiciones diferentes, nacionales o
antinacionales.
La Argentina resistirá como lo hizo desde siempre, que intentaron doblegar su
soberanía nacional, su poder de decisión nacional en favor de los intereses
nacionales y podríamos enumerar una larga lista de luchas y sacrificios de
generaciones enteras de argentinos, sembrando caminos de dignidad. No se trata
de políticas coyunturales, ni siquiera de nombres ni personas, ya conocemos lo
efímero de nuestro tránsito biológico en la historia de los pueblos, se trata
entonces de sembrar como han sembrado las corrientes nacionales y populares
aportando testimonios, posiciones, conductas que expresen los intereses de la
Nación. Siempre fue más fácil ser el faldero cipayo que el personaje de la
historia emparentado con el pueblo, pensemos en Rivadavia. Lavalle, Carlos de
Alvear, Mitre, Roca, Uriburu, entre tanto cipayaje. Fueron denigrados San
Martín, Belgrano, Moreno, Moteagudo, Dorrego, Artigas, Rosas, Facundo y las
Montoneras,Felipe Varela, Irigoyen, Perón entre otros. Fueron enterrados en la
memoria colectiva desde José Hernandez a Marechal, Hernandez Arregui, Puiggrós,
Zampay, Jauretche, Carrillo, Kush, De La Riega y tantos otros pensadores y
poetas populares como Discépolo, Manzi, Hugo Del Carril y todos aquellos que
fueron capaces, con matices, con diferencias, con pensamiento crítico aún, de
ser parte del pueblo y correr su suerte en una Argentina sometida por dictaduras
, proscripciones, dolor , cárcel y muerte.
El cadalso ejemplificador de los poderosos seguirá operando dentro y fuera del
país. Es absolutamente necesario en su diseño estratégico como lo plantean Naomí
Klein, Stigliz, Krugman, Bordieu, y miles de pensadores y actores principales
del mundo actual, que no cesan en denostar el poder ejercido por el capitalismo
anarco-extorsionador salvaje, éste último término empleado por el Papa Juan
Pablo ll en su última visita a Latinoamérica, denunciando que tales prácticas
marginaban a las mayorías populares, aumentando la pobreza y la indigencia, la
desnutrición y el analfabetismo, la explotación y la sumisión de los pueblos a
los poderosos del mundo.
El Gobierno puede tener y de hecho los tiene, errores políticos que deben ser
corregidos, puede tener debilidades en algunas áreas, postergaciones en otras,
pero ha defendido el interés nacional y a los sectores mas humildes y
desprotegidos de la sociedad, fortaleciendo el trabajo y apuntalando la
seguridad social en especial la previsional. A transitado el Gobierno las
tempestades mundiales preservando el empleo y amortiguando la crisis, ha
sobrellevado los ataques políticos con presencia política, ampliando derechos en
plena ofensiva conservadora, ha desmantelado en parte el sistema estructural
neoliberal, afianzado durante cuatro décadas de cultura dominante y es por esta
última razón que debe ser reprendido, estigmatizado, vilipendiado y si es
posible expulsado de la comunidad internacional como proponen “algunos llamados
argentinos”. Comunidad internacional que tolera crímenes y asesinatos selectivos
y masivos con la excusa de combatir el terrorismo por parte del imperio, que no
duda en fortalecer los Bancos en detrimento de los pueblos, que provoca la
crisis estructural mas importante del siglo XXl y la quiere resolver con guerras
extraterritoriales y sin embargo pretende juzgar conductas de los países
emergentes para seguir colonizando sus políticas.
No debemos dar un solo paso atrás en nuestra determinación soberana afuera con
los Fondos Buitres, adentro con quienes se niegan a cumplir las leyes, a pagar
impuestos, a denigrar el rol del estado, a los amantes del Mercado como
“ordeñador” social, sean de la supuesta ideología que sean, ya que como decía el
español en la guerra civil: “todos los que tiran para acá, son enemigos y los
que tiran para allá, son mis compañeros”.
Estas batallas sirven para ordenar afuera y adentro, no para clausurar el
pensamiento ni amortiguar las críticas, sino para fortalecer el camino de la
identidad y la soberanía nacional que descansa en el pueblo y se dirime en los
términos democráticos que hemos elegido como forma de vida los argentinos.
JORGE RACHID
CABA, 25 de noviembre de 2012-11-25
jorgerachid2003@yahoo.com.ar