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Operación Poniatowski
El 8 de marzo de 1973 el ERP- 22 de Agosto secuestra a Héctor Ricardo García,
propietario del diario Crónica y Teleonce. A cambio de su libertad Crónica
publicó en la primera plana un comunicado de la organización bajo el titulo "El
22 de Agosto apoya al FREJULI". A las 22 horas Héctor Ricardo García era puesto
en libertad. El ERP-22 afirmó así su existencia independiente del ERP de Mario
Roberto Santucho.
El hecho fue detalladamente dado a conocer por
sus autores en la revista Liberación por la Patria Socialista No 22 en 1974,
nota que aquí se reproduce íntegramente.
OPERACIÓN PONIATOWSKI
El secuestro de Héctor Ricardo García, propietario del diario Crónica, por el
ERP 22 de agosto el 8 de marzo de 1973.
Marzo de 1973. El país se prepara para derrotar electoralmente a la dictadura
militar. Pero las posiciones de las organizaciones revolucionarias frente a las
elecciones no son unánimes. La que ahora se denomina "organización extremista
declarada ilegal" llama a votar en blanco. Un sector de la misma se separa en el
entendimiento de que es necesario apoyar al FreJuLi utilizándolo para derrotar a
la dictadura. Ese sector que se denominará 22 de Agosto se plantea la necesidad
de publicitar ante todo el pueblo ese apoyo y de hacerlo a través de una
operación militar.
Señalada esta necesidad como prioritaria a cualquier otra tarea, se analizan las
formas posibles para llevarla a cabo. Sucesivamente se desechan varias por poco
efectivas o por imposibilidades operativas, hasta que alguien trae unos pocos
datos sobre Héctor Ricardo García, propietario del diario Crónica y surge la
Idea de secuestrarlo y exigir por su libertad la publicación de una solicitada.
El método es inédito pero sin duda si se concretara seria un gran golpe. Así se
decide volcar todos los esfuerzos de la naciente organización a obtener mayores
datos y estos señalan: vive en Palermo, piso 11, en un edificio ubicado en la
intersección de Guido y Agüero frente a una plaza que llega hasta Avenida del
Libertador. Su compañía habitual son dos mucamas y alguna amiga. No hay custodia
personal o en el edificio pero sí varios policías de consigna en edificios
cercanos que alojan personajes del régimen o residencia de embajadores. Recibe
obsequios con frecuencia producto de sus múltiples relaciones con todos los
ambientes de Buenos Aires y del exterior. (Y este dato seria muy importante). La
información no es abundante pero se acerca la fecha de las elecciones y se hace
necesario acelerar la operación. El plan queda formulado y se reúne a los
compañeros que participarán a fin de que cada uno conozca perfectamente su
papel. Los riesgos son muchos, pero vale la pena intentarla porque el resultado
exitoso lo justificaría.
Un compañero lee por ahí que en Francia hay un político francés (reaccionario
él) de apellido Poniatowski y por contraposición al común apellido García, se le
pone ese nombre a la operación.
El 6 de marzo todo está ya listo para comenzar, cuando un compañero a cargo de
uno de los coches que harán de apoyo llega con la novedad de que no quiere
arrancar. Son las 8:15 y le operación debería estar ya en marcha. Imposible
solucionar nada a esta altura. Poniatowski deberá esperar unos días más.
El 8 de marzo, en la confitería situada frente a la Facultad de Derecho, el
gallego Palmeiro, responsable de la operación, comprueba que todo está listo.
El día es gris y cae una ligera llovizna lo que conspira contra la normalidad de
estadía de quienes desde la plaza situada frente al departamento de García
tendrán a su cargo la protección, pero en el mismo momento en que se ponen en
marcha, la llovizna cesa. Todo empieza bien.
Sobre la calle Agüero queda estacionado un auto con las llaves bajo el asiento.
Un poco más atrás se estaciona otro con un chofer al volante. Sobre la plaza se
distribuyen cuatro compañeros armados con dos ametralladoras y un FAL y sus
correspondientes armas cortas, convenientemente disimulados. Parece mucho, pero
si llega a haber un problema se prevé la inmediata llegada de varios patrulleros
pues es una zona muy vigilada. A las 8:20 una camioneta estaciona frente al
edificio donde vive García y de ella descienden tres hombres que descargan una
docena de cajas de whisky. Uno de los hombres es el Gallego vestido
correctamente pues su papel es el del mensajero que trae un obsequio; los otros
están vestidos con ropa de trabajo y son quienes cargan el regalo. Producida la
descarga la camioneta se retira.
El portero, cuya presencia posible y sus posibles actitudes ante la entrada de
los compañeros motivaron largas discusiones, las resuelve expeditivamente: No
está a la vista en ese momento.
Ascensor y piso 15. El Gallego y F. descienden allí. E. baja por la escalera y
queda entre el 14 y 15. Tocan el timbre y esperan largos segundos una respuesta
(en esas situaciones el tiempo se alarga bastante). Silencio y otro timbrazo.
Una voz de mujer semidormida pregunta desde adentro:
-"¿Quién es?".
-Traemos un presente para el señor García.
-Pero yo no puedo abrirle (la voz es insegura).
-Lo manda el señor Intendente Montero Ruiz. Aquí le paso su tarjeta.
Los de documentación nunca supieron de dónde salió la tarjeta, pero ¡qué bien
vino! Por el ruido se dan cuenta que la mujer que contestaba se retira. Al cabo
vuelve y dice que enseguida abre. Cuando el Gallego y F. escuchan la llave que
les abrirá la primera plana de la Crónica de ese día casi no lo pueden creer.
-Pasen. Dejen las cajas ahí.
La mucama colabora en entrarlas. Entretanto el Gallego echa una rápida mirada y
pregunta por García.
-El señor duerme y no le gusta que lo molesten.
No hay más tiempo que perder. Se reduce a la mucama y a otra que aparece en ese
momento. Las palabras son amables, tranquilizadoras y aunque se asustan un poco
no hay gritos. El compañero que esperaba en la escalera entra y se hace cargo de
las dos mucamas.
G. y F. las interrogan y se enteran que García tiene un piso doble y está
durmiendo arriba. Haciéndose acompañar por una de ellas llegan hasta la puerta
del dormitorio y el Gallego entra pistola en mano ("Y por las dudas García
tuviera un arma sobre la mesita de luz", explicaría después).
Don Héctor Ricardo García se asusta mucho y tiene sus motivos. Dormía
plácidamente junto a una conocida artista de televisión y despierta bruscamente
frente a una Browning y un tipo que le dice que se quede quieto. En cambio la
señorita lo toma con más calma. ("Primero me ocupé de García y cuando vi que
todo estaba bien la miré a la acompañante y le digo: -García tiene buen gusto",
contaba G.).
Lleva un tiempo convencer a García de que nada quieren hacerle, pero al fin le
queda claro lo que se busca. A esa altura ya está dominada la casa y todo el
mundo reunido en el hall. Suena el timbre y se endurecen los gestos. -Soy la
nueva empleada, ¿puedo pasar? Es N., la compañera que viene a ponerse el
delantal de las mucamas auténticas por si llegara algún proveedor o cosa por el
estilo. Le abren la puerta con una sonrisa.
F. sale al balcón y ve que sobre la pieza todo está bien. Si no fuere tanta la
altura podría haber distinguido el guiño de ojo y la sonrisa de los que allá
abajo si podían distinguirlo.
El Gallego le explica detalladamente a García lo que se piensa hacer con él;
éste pone algunos reparos pero después llama a Gangeme que es el director de la
edición vespertina del diario y le pide que se reúna inmediatamente con él. En
quince minutos deberá estar allí. Para matizar la espera García les muestra la
casa. No vive mal don Poniatowski. Las mucamas ofrecen café. E. pide también té,
y después un vaso de leche y otro cafecito. Trabajador acostumbrado a vivir con
el peso justo ahora aprovecha. Y seguro que no pidió más porque Gangeme llegó
puntualmente.
Se le aclaran los detalles técnicos. Primera plana, no menos de un cuarto de
página, absoluto secreto hasta último momento. Y de parte de la organización
inmediata libertad de García. Todos de acuerdo.
Empieza la retirada. El dueño de Crónica quiere pagar el whisky que sirvió para
entrar en su casa. "Es una atención del 22" le dicen. Bajan con García hasta la
cochera y se suben a la cupé Torino de él. F. toma el volante, García va sentado
a su lado y atrás el Gallego con su mano izquierda sobre el hombro de don
Héctor.
El portero los ve salir y saluda amablemente. En el piso 15 la mucama por un
rato y E. se despiden y se van. Cruzarán tranquilamente por delante de la
custodia de no se sabe quién, que vive a 50 metros del edificio donde se ha
desarrollado el secuestro. Los compañeros que están en la plaza se retiran en
los coches y a pie. A las 9.05 la zona está despejada y los periodistas de
Crónica trabajan preparando la edición vespertina como todos los días. Pero no
será como todos los días.
El auto con su "solicitada andante" llega a un lugar donde espera la camioneta
en la que García será conducido a una casa, donde se esperará el éxito
definitivo de la operación. Ya en ella, aunque no era lo convenido el Gallego no
se queda. "Esta parte no es lo que me gusta vos sabes" se disculpa y se va.
Quedan otros que hacen todo lo posible para que García la pase bien, pero éste
no tomará sino un cuarto de vaso de agua en las doce horas que estuvo allí,
reclinado dentro de una carpa.
Charló un rato, colaboró para que se le tomaran unas fotos y leyó con la
inocultable alegría de quien ve su orden de libertad la primera plana de Crónica
de ese 8 de marzo de 1973.
Allí, en un recuadro bajo el titulo "El 22 de Agosto apoya al FreJuLi" estaba
publicado integro el comunicado de la organización.
Por entonces canal 11 pasaba a cada instante la noticia del secuestro y Crónica
era vendida a cualquier precio hasta agotar su tiraje, como meses después
ocurrirla con Clarín. A las 22 horas Héctor García era puesto en libertad.
Después, ante las cámaras de TV explicó que había sido tratado correctamente y
quiénes eran los que lo habían secuestrado.
Como siempre le gustó la publicidad algunos creyeron que todo había sido una
maniobra para promocionarse. Y aunque después pueda haberla utilizado así,
García sabia que había pasado por una difícil experiencia y el 22 de Agosto
sabia que había dado su primer golpe para afirmar su existencia independiente.
El comunicado publicado por Crónica
EL 22 DE AGOSTO APOYA AL FREJULI
Al Pueblo:
Las elecciones son una conquista democrática arrancada por las masas y sus
vanguardias en una larga lucha contra la dictadura militar. Esta dictadura,
acorralada por los cuatro costados, concibe a estas elecciones como el mal menor
a conceder al pueblo para tratar de evitar la cada vez mayor ligazón de éste con
las organizaciones guerrilleras. De allí que el régimen haya condicionado todo
lo posible esta coyuntura electoral para impedir su derrota.
Pese a todo amplios sectores de nuestro pueblo se han organizado para derrotar
en las urnas a la dictadura.
El 22 de Agosto, cree firmemente que el camino definitivo de la liberación
nacional y social no pasa por esta coyuntura electoral. El poder no nace de los
votos. El brazo armado del régimen ya los anuló en 1962 y no pasó nada. El poder
nace de la punta de los fusiles. Mientras éstos estén en manos de las fuerzas
represivas y no en las del pueblo, los generales seguirán en el poder y con
ellos los explotadores de este país.
Pero aún así, sabiendo que de las elecciones no surgirán el poder para la clase
Obrera y el pueblo, es deber de los revolucionarios el utilizarlas para derrotar
también en este plano a la dictadura.
De las listas presentadas a elecciones, el FREJULI, por la simpatía y el apoyo
obrero y Popular que despierta es la que reúne mayores posibilidades de derrotar
en las urnas la maniobra del gobierno.
El 22 sabe, como lo saben todos los trabajadores, que Solano Lima, Rucci,
Calabró, Odena y otros tristes personajes que figuran en las listas del FREJULI,
no son ni serán jamás sus representantes. Antes bien, son los enemigos del
pueblo, metidos en el seno del movimiento popular. Pero la columna vertebral del
peronismo es la clase obrera y el pueblo, son los Montoneros y las Fuerzas
Armadas Revolucionarias de quienes el 22 se siente hermanos porque juntos hemos
combatido, y juntos hemos derramado la sangre de los mejores hijos de este
pueblo.
Las masas utilizarán el FREJULI como herramienta de lucha para afirmar sus
reivindicaciones, para proclamar su derecho a una vida mejor, a la libertad de
los guerrilleros presos, a la independencia de su Patria, al cese de la
explotación del hombre por el hombre y a la construcción del socialismo.
Y es por eso que el 22 de Agosto llama al pueblo a derrotar en las urnas a la
dictadura, a través del voto masivo a las listas del FREJULI y a movilizarse
para garantizar el cumplimiento de estas reivindicaciones.
El camino señalado por Abal Medina, Ramus, Olmedo, Maestre, Baldú, Pujals,
Capello y tantos otros mártires de la Revolución, es el camino definitivo para
que la clase obrera y el pueblo tomen el poder.
Ninguna bandera extraña ondeará sobre esta tierra. Y eso lo garantizamos los
guerrilleros y el pueblo, no los militares sin Patria que la pisotean y la
venden a pedazos todos los días al imperialismo extranjero. Pero nuestra bandera
ondeará en todo su esplendor en este suelo cuando ningún niño carezca de pan y
escuela, ningún enfermo de un hospital, ningún obrero de su derecho a vivir con
dignidad, ningún argentino de su derecho irrevocable a ser dueño de su destino,
de su libertad y de la soberanía de su Patria.
Por esto lucha nuestro pueblo y por esto las organizaciones armadas combatirán
hasta la victoria final.
Acerquémonos un paso más a esa victoria y también en las urnas derrotemos a la
dictadura.
Trabajadores: Un solo camino para la toma del poder: La guerra del pueblo. Una
sola opción para votar el 11: El FREJULI.
Viva la guerra y el Socialismo.
Viva la unidad de acción de Montoneros, FAR y 22. Vanguardia del pueblo en su
lucha par la libertad.
Gloria a los mártires de Trelew que como Eduardo Capello murieron para asegurar
la posibilidad de que otros vivan con dignidad.
Comando Eduardo Capello
www.elortiba.org