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La
verdadera amenaza
Por Conrado Yasenza *
Luego de escuchar el discurso de Luis Etchevehere en la inauguración de la
exposición agro-ganadera en la Rural, predio obtenido de modo ilegítimo por esa
Sociedad, no quedan dudas acerca de cuáles son los modelos políticos que
enfrentan a la sociedad, al país: El modelo económico iniciado en 1976 y
completado durante el menemato, el de la liberalización del mercado, el
congelamiento de la economía, el de los recortes en el gasto público – si no, su
anulación -, el del despido de trabajadores, cierre de empresas y fábricas, baja
de salarios, la no intervención del Estado salvo para reprimir las protestas
sociales que indefectiblemente ese esquema produce, la financiarización con un
rol preponderante de la banca, la reprimarización y reprivatización de la
economía. Es decir, Etchevehere ha hecho explícita la propuesta política y
económica del país que las minorías añoran. Y el maderamen político que se
articula en torno a esta derecha mercantilista y financiera ha sentido un
relativo alivio ya que el Presidente de la Sociedad Rural ha expresado lo que
ellos aún no se atreven a manifestar en público. Es aquello que dijo el famoso
riojano: “Si hubiera dicho lo que iba a hacer no me votaban”. Ya no simulación,
lisa y llanamente, engaño, pérfida mentira. Sólo algunos políticos como Macri y
De Narváez se animaron un poquito más luego de la presentación de la plataforma
política de la Sociedad Rural y afirmaron que la cosecha récord alcanzada este
año se debe al esfuerzo del “campo y a pesar del Gobierno”. Y esa es la
síntesis: El individuo puede lograr un beneficio económico para una minoría
acaudalada sin que la política, o las políticas económicas desplegadas por un
Gobierno, tengan nada que ver. Pura y dura identificación ideológica con el
“american dream”, aunque Obama haya dicho en uno de sus discursos que para
construir carreteras, puentes, para generar las condiciones en que esos sueños
pueden materializarse no basta con la acción individual sino que es gracias al
esfuerzo de todos con el apoyo (a la norteamericana) del Estado.
La verdadera amenaza que acecha al pueblo y a la clase trabajadora es, entonces
y sin eufemismos, la oligarquía-agroganadera-rentística y primarizadora de la
economía y sus voceros huérfanos de estructura político-partidaria junto al
poder económico-mediático, quienes proponen como panacea política el imperio del
Mercado y para logar su hegemonía se encuentran dispuestos a dar lo que Hillary
Clinton expresó, no es textual, como "golpe inteligente" a los gobiernos
populares de la región.
Esa es la historia de la República: los sectores de poder real y su encono y
enfrentamiento también histórico, contra gobiernos de corte popular o
desarrollista; estilos políticos que han intentado, a través de políticas
económicas con fuerte intervención Estatal, sumar a la producción agricola-ganadera
la industrialización con la consecuente sustitución de importaciones, lo cual es
dinamizar la economía y no reprimarizarla, creando verdaderas fuentes de trabajo
e impulsando la puja distributiva, que no es otra cosa que un expresión de la
lucha de clases pero en el marco del capitalismo desarrollista controlado por
Gobiernos de corte popular y con espíritu reparador y transformador. Y este es
el otro modelo de país que se enfrenta con el hasta aquí descrito. Lo conocemos
– y aquellos de mayor edad ya lo han vivido – desde el 2003 en adelante. Es el
modelo de país en el que un Gobierno se ha abocado a hacer lo que debe:
Gobernar, ejercer el poder, que se ejerce cuando se lo disputa. Gobernar
intentando la reparación y la transformación. Gobernar reindustrializando el
país, recuperando las Jubilaciones para el pueblo, re-estatizando YPF,
reformando la Carta Orgánica del Banco Central, propulsando medidas de inclusión
social como la Asignación Universal por Hijo, la formidable inversión en
Educación con la entrega de más 3.000 netbooks y la creación de Universidades
Públicas en el conurbano bonaerense, además de la recuperación de la Escuela
Técnica; la Ley de Matrimonio Igualitario, la de Fertilización Asistida, la
frenada Ley de Medios de Comunicación Audiovisuales, las políticas de Memoria,
Verdad y Justicia y podría seguir enumerando. Es decir, un Estado que Gobierna
para el pueblo y enfrentando y afectando poderes e intereses reales, lo cual
implica tener que afrontar conflictos y rispideces. Un gobierno con vocación de
poder para lograr la necesaria transformación del país aun con todo lo que resta
por realizar.
Junto a todo lo expuesto queda también mencionar los desafíos hacia el interior
del Modelo Nacional y Popular. Los problemas en la balanza de pagos por
importación de energía es uno de los problemas a tratar. Aquí no se realizará la
crítica ramplona o simplista con que la oposición mediático-política acusa al
Gobierno de reproducir una situación vivida en tiempos de Juan Perón y el
contrato para la exploración y explotación de petróleo con la Stándar Oil
(recomiendo leer el artículo de Rubén Liggera presente en esta edición). El
crecimiento, la industrialización y el consumo requieren energía y el hallazgo
de shell oil en Vaca Muerta constituye la posibilidad de superar este cuello de
botella en el que nos encontramos. Para ello se necesita de la inversión, de la
técnica y las maquinarias que, por ejemplo, Chevron posee. Y se sabe: Esa
inversión inicial (1240 millones de dólares) es insuficiente pero de lo que se
trata es de atraer a otras empresas que inviertan en exploración y explotación
pero ya no bajo sus propias reglas sino bajo un programa político de inversiones
que exige exploración y resultados para luego de cinco años contar la empresas
inversoras con algunos beneficios que están taxativamente explicitados (el
sector dispondrá libremente de divisas y un beneficio sobre la exportación del
20% de lo producido luego del quinto año siempre que la inversión supere los
1.000 millones de dólares. Decreto 929/13) Y esto supervisado por YPF en manos
del Estado. Valen aquí también algunas observaciones: Es criticable la deriva
del Gobierno en materia energética, la asociación con el Grupo Eskenazi, que
sobre petróleo y energía poseía sólo la noción de “negocio”, así lo ha
demostrado. Por otro lado, en este desafío es donde el Kirchnerismo tendrá que
ajustar aquello que se denominó como sintonía fina. Será imperioso para que
semejante empresa prospere.
También será necesario superar la cerrazón orgánica y no espantar a los que han
apoyado este modelo pero no conforman el núcleo duro - y totalmente convencido –
del Kirchnerismo. En ese sentido no ayudan las consignas dichas, escritas y
leídas en estos días. Y no aportan porque básicamente expresan un simplismo
arrogante. El tenor de las mismas: “Los tibios dan asco”, “a ver que dicen (a
raíz del caso Milani y su defensa por parte de la Presidente en sesgado pero
entendible reto al CELS y al periodista Horacio Vertbisky) los peronistas a
medias o los progres peronistas” No ayudan, no. Esas consignas sólo sirven para
reafirmar la moral de la “tropa” (para usar otro término consignista)
convencida. Pero la política es el arte de la persuasión y estas retahílas de
juvenilla ofuscada no persuaden al electorado fluctuante que se ha sentido
identificado con el Kirchnerismo. El 54 por ciento es una construcción política
y no una bravuconada del que enaltece la Universidad de la calle.
Y en esto, también será necesaria la sintonía fina porque, no cabe duda: El
pensamiento binario es un mal endémico que afecta seriamente la capacidad de
reflexión. De lo contrario este tiempo y el porvenir podrían convertirse en una
suerte de interregno electoral y orgánico donde quienes apoyamos el Proyecto
Nacional y Popular sin estacas ni tutores, deberemos presentar credenciales que
atestigüen fidelidad. Hay tipos de inocencia que se miden en años y hay que
saber escuchar los propios miedos, las propias contradicciones, los matices y
pliegues del pensamiento cuando de apoyar un modelo político se trata... De lo
contrario, seremos como un niño blandiendo una navaja entre sus manos sudadas.
* Periodista
www.lateclaene.wix.com/la-tecla-ene
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