Gregorio
Selser, el hombre que juntaba papeles
El 26 de agosto de 1991 se quitaba la vida en México el periodista y escritor
Gregorio Selser. Había nacido el 2 de julio de 1922 en Buenos Aires.
Por Roberto Bardini
Creció en un orfanato, fue aprendiz de relojero, estudió en escuelas nocturnas y
cursó sólo ocho meses de Sociología. Creó uno de los archivos periodísticos más
grandes de Iberoamérica, dio conferencias en universidades de Europa y Estados
Unidos, y es autor de 47 libros y siete mil artículos de política internacional.
Fue una idea fugaz. Cuando a fines de 1979 la profesora de dibujo y pintora
argentina Marta Ventura vio las quince enormes cajas de cartón llegadas de
Buenos Aires, que ocupaban la sala y los pasillos de su departamento de la
ciudad de México, pensó durante un instante: “¿Y qué pasaría si todo esto se
quema?”.
Ganas no le faltaban. Si “todo esto” se quemaba, ella se evitaría la tarea que
tenía por delante: revisar cientos de bolsas de plástico que había dentro de las
cajas y que contenían miles de recortes periodísticos de 1945 a 1976, sin ningún
orden cronológico ni clasificación temática.
En las cajas también había –para su desesperación– colecciones de diarios y
revistas, folletos, boletines y documentos políticos, junto con los originales
de cientos de artículos para periódicos, semanarios, quincenarios y agencias
internacionales de noticias redactados en las últimas tres décadas por su
marido, el periodista, historiador, conferencista y profesor universitario
Gregorio Selser, un simpatizante del Partido Socialista Argentino exiliado en
México desde hacía tres años.
“Todo estaba mezclado sin ton ni son y por unos segundos pensé que mi salvación
era prender fuego esos papeles”, relata Marta Ventura. Los 300 kilos de impresos
habían sido rescatados apresuradamente en Buenos Aires por la Facultad
Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), bajo el gobierno militar que se
había instalado en marzo de 1976, y enviados a México por barco.
Poco antes del rescate de sus papeles, Selser había donado su biblioteca de diez
mil volúmenes al gobierno mexicano, que junto con la FLACSO tuvo que negociar
con el régimen militar la salida del país de los libros. Paradójicamente, los
mismos que habían obligado al periodista a partir al destierro y que hacían
hogueras con textos “subversivos” de historia, filosofía y política,
consideraban que su colección bibliográfica constituía un “patrimonio nacional”
que debía permanecer en Argentina.
Un archivo y siete mil artículos
Marta no quiso hacer una fogata al estilo de los generales, almirantes y
brigadieres rioplatenses. Y luego de evitar esa momentánea tentación
piromaníaca, ella y Gregorio trabajaron en los siguientes años desde la mañana
hasta la noche durante siete días a la semana, ordenando un archivo que, además,
se engrosaba cada 24 horas con la incorporación de nuevos artículos, newsletters
y cables de agencias noticiosas.
El resultado de esa labor fue la creación de uno de los centros de documentación
más importantes de Iberoamérica. Hoy está ordenado en 150 archiveros de cartón
que contienen 3.700 carpetas con recortes de prensa y 50 revisteros con
publicaciones de Argentina, Cuba, América Central, Estados Unidos, Puerto Rico y
algunos países europeos. Se encuentran, por ejemplo, las colecciones completas
de la desaparecida revista Life en español, Soldier of Fortune, Cover Action y
Le Monde Diplomatique. El archivo incluye ponencias universitarias, discursos de
líderes políticos, conferencias y papers académicos.
Todo fue rigurosamente clasificado por Marta Ventura. En las etiquetas de los
archiveros se lee: Relación Estados Unidos-América Latina, Armamentismo, CIA,
Comisión Trilateral, Deuda Externa, Empresas Transnacionales, Espionaje, Fondo
Monetario Internacional, Guerra Fría, Guerra de las Galaxias, Guerra de Vietnam,
Iglesia Católica, Logias Secretas, Mafia, Masonería, Mercenarios, Militarismo,
Nazismo, Opus Dei, Periodismo, Sectas, Sionismo, Sociedad Interamericana de
Prensa, Tráfico de Drogas... Son 55 cajas y, aparte, hay otras 95 con
información de todos los países de América Latina y el Caribe.
En el archivo también están los datos biográficos de todos los tiranos
sudamericanos, centroamericanos y caribeños del siglo XX y de la mayoría de
personajes clave de la política exterior estadounidense, desde los presidentes
James Monroe, Theodore Roosevelt y Ronald Reagan hasta los secretarios de Estado
Henry Kissinger, Alexander Haig y Zbigniew Brzezinski.
La documentación incluye la historia del Canal de Panamá, el apropiamiento de
territorios mexicanos por parte de Estados Unidos, la lucha independentista de
Puerto Rico, información sobre Haití, República Dominicana y la ex Guyana
Holandesa, los conflictos civiles de Guatemala y El Salvador, la revolución
sandinista en Nicaragua, la actividad de los contras en Honduras y Costa Rica,
las operaciones terroristas de los gusanos cubanos refugiados en Miami, la
guerra de las Islas Malvinas y la venta de armas israelíes a dictaduras
latinoamericanas.
Además, la Fundación Latinoamericana Gregorio Selser (Flags), que dirige Marta
Ventura, posee siete mil artículos de su esposo escritos entre 1956 y 1991.
Alumnos de diversas universidades realizan su servicio social de seis meses
colaborando con ella en la captura digital de los trabajos.
Marta menciona un dato ilustrativo: en los últimos 16 años, con información del
archivo y la biblioteca, 35 alumnos de las carreras de Ciencias Políticas,
Sociología e Historia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
elaboraron sus tesis de licenciatura.
Este dato constituye un singular reconocimiento académico a la tarea de Marta y
Gregorio, un voraz autodidacta que creció en un orfanato para niños judíos en el
que su única posesión fue un diccionario, trabajó como aprendiz de relojero y
oficinista en una fábrica de cajas de cartón, realizó estudios secundarios en
colegios nocturnos e ingresó a la Universidad en 1956, a los 34 años. Para
entonces, Selser estaba casado, habían nacido dos de sus tres hijas y comenzaba
a trabajar como reportero del diario La Prensa, de Buenos Aires, así que sólo
pudo cursar menos del primer año de Sociología.
Periodista, editor y maestro
Gregorio Selser se transformó en uno de los escritores más prolíficos de su
tiempo, sin equivalentes en América. Durante décadas dedicó –con la ayuda de su
esposa– casi 16 horas diarias a la recolección de la más variada información
histórico-política y a la redacción de artículos que publicaba en diarios,
revistas y agencias de noticias, además de la preparación de numerosos libros,
clases universitarias y conferencias en México, América Central, Estados Unidos
y Europa.
Nacido en Argentina el 2 de julio de 1922, Selser fue articulista del semanario
Propósitos, las revistas Inédito, Confirmado y Cuestionario, y de los diarios El
Cronista Comercial, La Opinión y Página 12. Colaboró con el semanario Marcha, de
Uruguay; las revistas Análisis y Ercilla, de Chile, y Presencia, de Bolivia.
Escribió para los periódicos Siete Días, Expreso y Marka, de Perú; el diario El
Nacional, el semanario El Clarín y el bimensuario Nueva Sociedad, de Venezuela,
y las publicaciones Diálogo Social y Tareas, de Panamá.
En México, el escritor fue columnista en los diarios El Día, El Financiero y La
Jornada, el periódico Le Monde Diplomatique en Español y las revistas Cuadernos
del Tercer Mundo, Crítica Política y Proceso. También redactó informes
especiales para las agencias de noticias Prensa Latina, de Cuba, e Inter Press
Service (IPS), de Italia.
Selser creó en su país la editorial Triángulo, fue prologuista del sello
Parnaso, dirigió la colección “Historia Viva” de ediciones Palestra de 1958 a
1966 y fue director de la Biblioteca América de la Editorial Universitaria de
Buenos Aires (EUDEBA) entre 1962 y 1966. Como editor divulgó textos claves de
otros autores, como Fábula del tiburón y las sardinas (1956), del ex presidente
guatemalteco Juan José Arévalo; Democracia y tiranías en el Caribe (1957), del
canadiente William Krehm, corresponsal de Time; y Estirpe sangrienta: los Somoza
(1957), del nicaragüense Pedro Joaquín Chamorro, director del diario La Prensa,
asesinado en 1978.
El periodista también editó y escribió los prólogos de Mil norteamericanos
(1957) y Los amos de la prensa (1959), de George Seldes; La batalla del petróleo
(1957), del general Enrique Mosconi; Nuestra colonia de Cuba (1959), de Barry E.
Barnes; Nuestra América y el imperialismo (1961), del dirigente socialista
Alfredo Palacios, y América Latina, mundo en revolución (1964), de Carleton
Beals.
El estudiante frustrado que no pudo ser sociólogo se convirtió en docente. En
Argentina fue profesor en la Escuela Superior de Periodismo de la Universidad
Nacional de La Plata y la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de
Buenos Aires.
Tras su exilio en México, trabajó como investigador en el Instituto
Latinoamericano de Estudios Transnacionales (ILET), el Proyecto Lázaro Cárdenas
de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Posgrado del Centro de
Estudios Latinoamericanos (CELA) y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales
de la UNAM, en la especialidad Historia de América Latina, siglos XIX y XX. Y
por sus méritos académicos, fue miembro de la Latin American Studies
Association, de Estados Unidos.
Toda la historia americana del siglo xx
Selser es autor de 47 libros. El más conocido es Sandino, general de hombres
libres, publicado en 1955, que cuatro años después reeditó en dos tomos, con
mucha más documentación y con prólogo del escritor guatemalteco Miguel Ángel
Asturias, premio Nobel de Literatura.
A ese título le siguieron El pequeño ejército loco (1958), El guatemalazo
(1961), Diplomacia, garrote y dólares en América Latina (1962), El rapto de
Panamá (1964), Alianza para el Progreso, la mal nacida (1964), Argentina a
precio de costo: el gobierno de Frondizi (1965), ¡Aquí Santo Domingo! La tercera
guerra sucia (1966), Espionaje en América: el Pentágono y las técnicas
sociológicas (1966), De Dulles a Raborn: la CIA , métodos, logros y pifias del
espionaje (1967) y Punta del Este contra Sierra Maestra (1968).
Antes del golpe militar del 24 de marzo de 1976, el escritor publicó La CIA en
Bolivia (1970), Los cuatro viajes de Cristobal Rockefeller (1971), De la CECLA a
la MECLA o la diplomacia panamericana de la zanahoria (1972), Una empresa
multinacional: la ITT en Estados Unidos y en Chile (1974), Chile para recordar
(1974), Los marines: intervenciones norteamericanas en América Latina (1974) y
De cómo Nixinger desestabilizó a Chile (1975).
A partir de su exilio mexicano, Selser publicó –entre otros títulos– La batalla
de Nicaragua (en colaboración con Ernesto Cardenal, Gabriel García Márquez y
Daniel Waksman, 1980), Apuntes sobre Nicaragua (1981), Bolivia, el cuartelazo de
los cocadólares (1982), Reagan: de El Salvador a las Malvinas (1982), Honduras,
república alquilada (1983), Nicaragua de Walker a Somoza (1984), Informe
Kissinger contra Centroamérica (1984), Cinco años de agresiones estadunidenses
contra Centroamérica y el Caribe - 1979-1984 (1984), Salvador Allende y Estados
Unidos: la CIA y el golpe militar de 1973 (1987) y Panamá: érase un país a un
canal pegado (1989).
Selser también redactó una monumental Cronología de las intervenciones
extranjeras en América Latina, en cuatro tomos, que comienza con la
independencia de Estados Unidos en julio de 1776 y concluye con la invasión
norteamericana a Panamá en diciembre de 1989. Está toda la historia del
continente, desde Alaska hasta la Patagonia: es la descripción día a día de más
de 200 años de luchas emancipadoras, guerras civiles, conflictos fronterizos,
tratados de límites, convenios comerciales, acuerdos diplomáticos, golpes de
Estado, asesinatos políticos, rebeliones armadas, movimientos insurgentes,
negociaciones de paz, elecciones... En más de dos mil páginas describe la
actividad de presidentes, militares, embajadores, líderes populares, agentes
secretos, guerrilleros, héroes, mártires y traidores.
El hombre y su circunstancia
A fines de los años 70, el sociólogo mexicano Stephen Hasam vivía en Hamburgo,
donde trabajaba en un Centro de Investigaciones sobre América Latina. Allí, con
cinco universitarios editaba cada tres semanas una publicación elaborada con
fotocopias de recortes de diarios y revistas iberoamericanas. La mayor parte de
los artículos eran del diario mexicano El Día y tenían la firma de Gregorio
Selser
Hasam creía que “Selser” era una firma ficticia, un seudónimo colectivo de
varios redactores. No se le ocurría que una sola persona manejara ese volumen de
información y publicara tanto y tan seguido.
Cuando en diciembre de 1981 regresó a México, Hasam fue a ver al sociólogo y
periodista peruano Rafael Roncagliolo, que entonces trabajaba en el Instituto
Latinoamericano de Estudios Transnacionales (ILET), y le dijo que deseaba
conocer al grupo de investigadores que firmaba como “Gregorio Selser”.
Roncagliolo casi se muere de la risa: “Existe, es un solo hombre y tiene su
oficina aquí, al lado”.
Después, cuando Hasam visitó el departamento de Marta Ventura y Gregorio Selser,
no pudo creer lo que estaba viendo: había archiveros de cartón ordenados desde
el suelo hasta casi el techo en la mayor parte de la vivienda. Estaban en la
sala, la cocina, el cuarto de servicio y los pasillos. Sobre las mesas, sillas y
sillones había decenas de recortes, fotocopias, diarios y revistas. “Hice un
pequeño tour por ese laberinto y me asombró que sólo dos personas manejaran ese
tremendo archivo”, relata 25 años después. “Esa labor artesanal me recordó a los
artistas del Renacimiento, que preparaban su propias pinturas con polvos
minerales y sus propios pinceles antes de realizar un mural o un fresco
gigante”.
Diez años más tarde, lo que no lograron la CIA , ni el Mossad israelí, ni
diversos matones pagados por dictaduras latinoamericanas que intentaron callar a
este Miguel Ángel Buonnarotti de la información, lo consiguió un cáncer
imprevisto. El escritor decidió adelantarse a una prolongada agonía y puso punto
final a su vida el 27 de agosto de 1991, poco después de haber cumplido 69 años.
Papeles para la posteridad
Según el Programa Memoria del Mundo, de la UNESCO , “la recopilación,
preservación y divulgación de la información son indispensables para la
existencia de la humanidad” y “las bibliotecas y los archivos han sido los
guardianes del patrimonio documental de la humanidad a lo largo de toda la
historia”.
Con ese criterio, la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) adquirió
toda la información impresa reunida durante años por el matrimonio argentino y
creó el Archivo Gregorio y Marta Selser. El proyecto, coordinado por Beatriz
Torres y Ana Laura Ramos, del Colegio de Humanidades y Ciencias Sociales de la
UACM, incluye el microfilmado y digitalización de todos los artículos y
documentos.
Ambas se proponen, además, la realización de seminarios para dar continuidad a
la obra del historiador y la publicación de varios libros inéditos, entre los
que se cuenta Los otros militares, una recopilación de discursos y conferencias
de los generales Juan Domingo Perón, Lázaro Cárdenas, Carlos Prats, Juan Velazco
Alvarado, Omar Torrijos y ex oficiales del Centro de Militares Democráticos de
Argentina (Cemida).
Entre los planes de Torres y Ramos también figura la adquisición de la
correspondencia de Selser con la hija de Augusto César Sandino, el escritor
guatemalteco Miguel Ángel Asturias, el socialista argentino Alfredo Palacios, de
quien en su juventud fue secretario privado; los ex presidentes José Figueres,
de Costa Rica, y Juan José Arévalo, de Guatemala; el venezolano José Vicente
Rangel –hoy vicepresidente de Venezuela– y los intelectuales estadounidenses
Noam Chomsky, James Petras y Larry Birns, director del Consejo de Asuntos
Hemisféricos (COHA).
Torres y Ramos tienen una meta para el 2008: la organización el Primer Congreso
Latinoamericano de la Memoria, dedicado al imprescindible Selser. Así, el ex
estudiante que asistió menos de un año a la universidad continuará dando
batalla, gracias a que Marta Ventura dominó en 1979 aquel súbito deseo de quemar
300 kilos de papeles que hoy se triplicaron. Y que, además, están a la
disposición de los estudiantes, investigadores, periodistas e historiadores
dispuestos a recoger las enseñanzas del hombre que juntaba papeles.
Roberto Bardini (2007)
robertobardini@yahoo.com
Wikipedia:
http://es.wikipedia.org/wiki/Gregorio_Selser
Archivo Gregorio Selser:
http://selser.uacm.edu.mx/clientSearchSelser/faces/jsp/menuSearch.jsp
En Facebook:
https://www.facebook.com/CentroAcademicodelaMemoriadeNuestraAmerica