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Caso
Milani/ Entrevista a Eduardo Anguita
El General en su laberinto: De impugnaciones,
ascensos y paz social.
La Tecl@ Eñe entrevistó al periodista Eduardo Anguita para conocer su opinión
acerca del ascenso a teniente General del Jefe del Ejército, César Milani.
Anguita realizó un extenso análisis que abarca el debate sobre el pliego de
ascenso, la labor del CELS en cuanto a recabar información sobre impugnaciones
para promociones militares, las denuncias que pesan sobre el Jefe del Ejército
por la firma del acta de desaparición del soldado Agapito Ledo y sobre la
importancia del sostenimiento de las políticas de Memoria, Verdad y Justicia
para la consolidación de la paz social. Anguita también revela datos hasta ahora
desconocidos, obtenidos mediante una conversación personal del periodista con
Milani hace veinte días atrás.
Por Conrado Yasenza*
-Conrado Yasenza: ¿Cuál es su visión sobre el ascenso de Milani?¿Hubiese sido
preferible retirar el pliego, esperar a que se desarrollara una investigación
judicial más exhaustiva y una vez dictado el fallo promover su ascenso o
denegárselo?
-Eduardo Anguita: Me parece que tu pregunta está abierta a una respuesta
razonable si uno toma las pistas de cuándo se empezó a discutir el pliego de
César Milani, que fue alrededor de junio de éste año, y que en julio se aceleró
obviamente por la designación de Milani como Jefe del Ejército. Pero de ningún
modo esto implica que tenga que darse simultáneamente el ascenso. No
necesariamente debe ocurrir eso. Alguien puede ser general de división y al
mismo tiempo puede estar a cargo de la Jefatura Mayor del Ejército. Este es un
primer detalle pero no menor. Lo que generó el debate no fue el cargo que
desempeña Milani, porque esto es un resorte exclusivo del Poder Ejecutivo, sino
con qué grado lo hace. Cuando la presidenta decide ponerlo a Milani al frente
del ejército de inmediato se promovió el ascenso. Esta propuesta delineó una
suerte de novedad, y digo novedad porque su expediente ya había sido bajado en
otras oportunidades, en ocasión de otros ascensos porque estos necesitan que el
Ejecutivo avale su legajo y que el legajo sea observado por organismos
pertinentes. Cuando digo organismos pertinentes me refiero a que dentro del
Ministerio de Defensa está el organismo de Derechos Humanos y existe otra área
que sería la Jefatura de personal o como quiera llamarse, no recuerdo el nombre
exacto, pero hay un área que tiene que ver con el desempeño profesional que
permite evaluar si cuenta con las condiciones suficientes para ejercer el grado
máximo. Dentro del organismo de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa se
evalúa si hay elementos que pudieran impedir esa promoción. Hay que recordar que
a esta área se le dio vital importancia durante la gestión de Nilda Garré. ¿Qué
se hace ahí? Digamos que se recaba información, vía la Secretaría de Derechos
humanos y vía el área de jurídicos del Ministerio de Defensa, para ver si los
militares promovidos para su ascenso tienen causas o han sido nombrados en
alguna causa sobre Derechos Humanos, y digo nombrado porque no necesariamente
debe haber imputación o procesamiento. Quiero referirme al CELS (Centro de
Estudios Legales y Sociales) Desde hace muchísimos años, mediados de los 90 sin
duda, el CELS es una de las organizaciones que ha sido convocada
sistemáticamente en materia de Derechos Humanos y promociones militares, porque
independientemente que haya sido convocada o no, el organismo realiza sus
propias referencias. Hasta acá, nada decisivo pero sí importante porque esto fue
en julio de 2013, pero hay una historia que demuestra que durante 15 años hubo
infinidad de personas que no pasaron porque de pronto el ejecutivo vio la
inconveniencia de meterse en problemas con las organizaciones de derechos
humanos, y donde el CELS desaconsejó en muchas oportunidades la promoción de
determinados militares. Esta historia, estos antecedentes, no se tuvieron en
cuenta y esa fue la combinación que resultó explosiva. En primer lugar, cuando a
Milani lo promueven salta inmediatamente una situación que, por lo menos a
efectos de lo que era el poder ejecutivo, la Secretaria de Derechos Humanos y el
Ministerio de Defensa, no se había tenido en cuenta, y que era un dato muy
importante: Es la denuncia que realizó Ramón Alfredo Olivera, ex detenido en
forma ilegal, cuyo padre también había sido detenido de manera ilegal. Olivera
denuncia su detención en Agosto de 1984 ante la Comisión Provincial de la
Memoria en la Provincia de La Rioja, cuando Carlos Menem era gobernador. La
explicación que yo encontré en organismos oficiales sobre esa denuncia es que
esa información, que el propio Olivera afirmó en un canal de televisión, no
había sido glosada en la Secretaria de Derechos Humanos. Y qué quiere decir que
no ha sido glosada. Bueno, que figuraba en expedientes que no habían sido
chequeados. Démosle la posibilidad, sobre todo al gran Eduardo Luis Duhalde, que
se le haya escapado una cosa así. Bueno ésta es la primera anomalía que surge
una vez que Milani asume como Jefe del Ejército. Pero de inmediato surge otra
anomalía mucho más delicada. Un viernes de julio Milani concurre en forma
espontánea al Juzgado Federal N°1 de la Provincia de Tucumán porque se había
dicho que Marcela Brizuela de Ledo, la madre del soldado Agapito Ledo, se había
mostrado altamente preocupada ante la designación ya que Milani había sido
nombrado en el libro ”El escuadrón perdido” por la desaparición de su hijo,
concretamente había sido nombrado junto con el capitán Esteban Sanguinetti que
estaba al frente de un grupo de soldados del Batallón de Ingenieros 141 de la
Rioja, que estaba haciendo maniobras en el sur de Tucumán, en la localidad de
Monteros. El libro de José Luis D'Andrea Mohr, publicado a mediados de los años
`90, menciona concretamente las circunstancias en que son secuestrados 129
soldados. Entonces la denuncia que hace la mamá de Ledo había tenido estado
público, nadie puede argumentar desconocimiento. Milani se presenta entonces de
manera espontánea en el Juzgado de Tucumán como lo había hecho ya en La Rioja,
pero en Tucumán ocurre algo muy curioso: Se presenta un día viernes y en ese
momento me llama un periodista tucumano, con quien trabajo, Ramiro Rearte,
director de Radio Nacional Tucumán, y me dice que está ahí Milani. Le pido a
Rearte que intermedie para darme una entrevista, por supuesto mencionando mi
apellido, porque Milani me ubica. Cuando Milani termina de hablar con el juez
Daniel Bejas, habla con Rearte en una muy pequeña entrevista grabada que se
publica luego en Miradas al Sur el domingo. En la entrevista se desvincula de
cualquier acontecimiento que lo pudiera involucrar con lo que se llamaba la
deserción del soldado Ledo, deserción que a los efectos de una mirada real era
el secuestro y desaparición. Yo ese domingo publicó una nota muy severa sobre
las cosas que se le imputan, o por lo menos lo que se considera inconveniente
sobre el caso Milani, y además agregamos la entrevista que le hizo Rearte,
dejando la posibilidad para que Milani haga un descargo. Previamente hice
llamados a la fiscalía del Juzgado Federal de Tucumán para saber si había algo
que pudiera involucrarlo desde el punto de vista judicial y recibo por parte del
fiscal Pablo Camuña el comentario de que no había nada .Cuando el domingo leo
Página 12, me entero que Vertbisky publica un documento que era tremendo: Nada
menos que el parte de deserción del legajo de Ledo firmado por el teniente César
Milani. Al ver la publicación lo llamo a Pablo Camuña y él me dice: De dónde
pensás que sacó Vertbyski esa información; yo le digo que no tengo idea, a lo
mejor de alguien del Servicio de Inteligencia que lo eligió a él. Era público
que había una pelea entre la SI, que es el Servicio de Inteligencia, organismo
que depende del Estado (NdR: La ex Secretaría de Inteligencia de Estado-SIDE) y
el general Milani, jefe de Inteligencia del Ejército. Esas son cosas que se
comentan pero no hay pruebas de nada. Yo le respondí eso al fiscal Camuña porque
fue lo primero que se me ocurrió, pero él insistió diciéndome nuevamente y ya en
un tono algo socarrón: De dónde creés que lo sacó Vertbyski. Me quedé pensando y
dije, claro, se lo dio Usted. Yo pude sentir lo que experimenta cualquier
periodista al que no le dieron la noticia, pero más allá de eso, por mi grado de
involucramiento, vi lo que en criollo sería la figura del lobo disfrazado de
cordero. Camuña nunca me lo contesta pero el que sí lo hace es el general Cesar
Milani con quién tuve una conversación muy extensa hace 20 días. Lo llame por
teléfono, fui a su despacho y hablé con él, y ahí le pregunté si había visto el
documento firmado por él sobre la deserción de Ledo, y me dice que sí, que se lo
mostró el juez Bejas. Entonces yo le digo: Pero Rearte lo entrevistó a la salida
y no comentó nada sobre eso, nadie sabía que ese papel había sido firmado por
Usted. Yo tampoco sabía, me contestó Milani.
- CY: ¿MIlani le dio esa respuesta?
-EA: “No sabe la cantidad de partes de detención que firmé en 40 años de
servicio”. Esa fue su respuesta.
- CY: Demasiado candorosa, no le parece.
-EA: Yo le tendría que haber dicho: Usted tendría que ir a su propio legajo y
ver cuántos partes de detención firmó para ver si hay otros soldados que
realmente hayan desertado o que hubieran desaparecido. Pero ante una sola
persona desaparecida, si Usted se entera un día viernes de Julio y me lo comenta
a mí en el mes de Noviembre, bueno, me parece que un General Jefe de
Inteligencia, y ahora Jefe Mayor del Ejército, es una persona con rango más que
suficiente como para rever esa situación.
- CY: Pero Milani firmó el acta de deserción…
- EA: Sobre esa acta debo decirte dos cosas. Milani me dio una larguísima
explicación bastante interesante en la que sostiene que lo firmó en la localidad
de Famaillá, a una distancia en kilómetros bastante considerable de la localidad
de Monteros. Vale decir que él no estaba en Monteros en el momento del secuestro
y la desaparición del soldado Ledo. Milani me insistía remarcando deserción – no
desaparición - como si estuviese hablando frente a un juez, anteponiendo el
lenguaje leguleyo a los hechos que son evidentísimos. Él dice: Yo estaba en
Famaillá a muchos kilómetros de Monteros y vino el sargento ayudante Morano,
quién fue quién me informó, y como yo no tenía máquina de escribir lo hizo otra
persona. Ahora bien, en el mes de septiembre u octubre el juez Bejas cita al
entonces capitán Esteban Sanguinetti, Jefe del grupo de soldados del que fue
secuestrado Ledo. Lo cita a declarar a Tucumán, le hace una larguísima
indagatoria de varia horas y cuando termina la indagatoria Sanguinetti queda
detenido con prisión preventiva. Lo detiene y cuatro días después le dicta la
prisión, pero mientras tanto lo deja bajo arresto mediante un recurso que
autoriza el código de procedimientos que permite que los primeros días quede en
esa situación (que creo no puede exceder los 10 días corridos). La única
concesión que le hace el juez Bejas a Sanguinetti es que fije la detención en la
casa de unos conocidos en el barrio de Yerba Buena de Tucumán, es decir un
permiso que desde el punto de vista procesal le permite estar en una situación
más cómoda, aunque detenido. Sanguinetti en su extensa declaración dice que él
le encomendó a Milani firmar esa acta de deserción, cuando no es necesario que
lo firme un oficial, lo puede hacer cualquier suboficial. Por lo menos se abre
un interrogante, porque Sanguinetti le dice al Juez que él ordenó que sea Milani
el que lo firme.
Con toda esta larguísima explicación quiero dejar sentado lo siguiente: Tuvieron
tiempo los senadores, el Poder Ejecutivo, el Ministerio de Defensa, las
organizaciones de Derechos Humanos de ver todo esto. Pues bien, el CELS lo hizo.
¿Y que hizo el CELS últimamente? Le envió a Milani un listado de preguntas, que
no son incriminatorias desde el punto de vista procesal, son preguntas de
concepto y con las respuestas el CELS puede rever su rechazo inicial al pliego.
-CY: Un listado que incluso MIlani excedió en sus respuestas
-EA: Milani respondió y es público, figura en la página del CELS; es un descargo
que al criterio del Cels y de quién te habla indica que es una persona
inconveniente para dirigir los destinos del ejército. Las respuestas de Milani,
desde el punto de vista de los conceptos profundos de los derechos humanos,
evidencia criterios cerrados, no te diría de la Doctrina de Seguridad Nacional,
pero por lo menos cerrados desde el punto de vista de lo que es Memoria, Verdad
y justicia. Sobre todo siendo una persona que está mencionada en dos situaciones
altamente irregulares y que lo podría incriminar judicialmente.
- CY: Las respuestas para un Oficial de Inteligencia son un tanto cándidas
- EA: Lo que te puedo afirmar es que las respuestas no indican que se declare un
defensor acérrimo de los Juicios por los Delitos de Lesa Humanidad, de las
organizaciones defensoras de los Derechos Humanos. Me parece que el debate se lo
merecía y se taponó, se trató de la noche a la mañana en la Comisión de Acuerdos
del Senado, donde el oficialismo impuso su mayoría en el recinto sin esperar un
debate público. Y también es verdad que hubo muchos senadores que tendrían que
haber tenido otra actitud, tendrían que por lo menos haber planteado la duda.
Agrego dos datos más: Me resultó también inconveniente, con todo el respeto que
me merece Hebe de Bonafini, la entrevista que se publicó en la revista de las
Madres realizada por Hebe a Milani, y que luego fue emitida por la TV Pública.
En la entrevista Milani, ante una pregunta de Hebe sobre si los militares pueden
tener opinión política, responde que por protocolo no pueden tener opinión
política pública, lo que no quiere decir que no tengan convicciones políticas,
pero no pueden hacerlas públicas por el lugar que ocupan en la defensa nacional.
Milani, pese a eso, se manifestó identificado con el Proyecto Nacional. Yo creo
que esto es altamente inconveniente porque si se me dice que él puede expresarse
a favor del Proyecto Nacional, la pregunta que yo le hubiera hecho es por qué
entonces un general diferente a Milani no va a poder expresarse en contra de ese
proyecto. Porque si el principio rige para todos, rige especialmente para los
jefes, y especialmente rige para aquellos que no tengan el paraguas del poder,
es decir para que si en todo caso se va a proteger un derecho de expresión, sea
un derecho de la persona que está más desprotegida. Al defender los intereses de
la Nación, una fuerza armada no puede estar sesgada por una bandería política.
Y por otra parte, si un jefe promueve una parcialidad política va de suyo que
está estimulando, consciente o inconscientemente, a que otros jefes u oficiales
de alto rango también expresen su bandera política.
-CY: Qué es un poco la historia del ejército argentino
-EA: Aquí hay un antecedente que se discutió en plena vigencia de la Doctrina de
Seguridad Nacional, que fue en 1975 para la represión a la guerrilla, momento en
que Isabel Martínez designa al general Acdel Edgardo Vila. Entonces había un
gran debate, porque Vila decía que él formaba parte del profesionalismo
integrado mientras que había otros generales, entre los que se encontraba
Videla, que era quien lo seguía, que decían que ellos defendían el
profesionalismo aséptico. Era una pelea de un sector que estaba embanderado con
el Operativo Independencia para torturar y matar con una fachada democrática, y
un sector que representaba directamente la doctrina de la Seguridad Nacional,
sin amortiguadores. Lo que digo es que ahora debemos tener las Fuerzas Armadas
que establece la ley de Defensa, que se votó en la época de Alfonsín y que
reglamentó Néstor Kirchner en el 2007. Nosotros debemos regirnos por eso, y no
que por una entrevista de Hebe de Bonafini a Milani demos por sentado este
derecho que puede tener alguien a ser parte de un ejército del Proyecto
Nacional. Porque entonces tenemos que dar un debate parlamentario serio para ver
qué tipo de Fuerzas Armadas queremos.
- CY: Ha habido posiciones fuertemente encontradas con relación al ascenso del
General Milani. A su vez Milani ha manifestado que cree que hoy contamos con
unas nuevas Fuerzas Armadas ¿Cree que hay una suerte de cambio, de renovación en
las Fuerzas Armadas debido al desarrollo y sostenimiento de las políticas de
Derechos Humanos?
-EA: El Debate público en torno al ascenso de Milani ha generado opiniones
encontradas, inquietudes, diferentes visiones y lecturas de sectores políticos y
de organismos de derechos humanos. Quizás el Gobierno haya salido mal de la
cuestión Milani, quizá debería haber promovido un debate parlamentario más
profundo. Ahora, si se observa la perspectiva del desarrollo de las políticas de
la Ley de Defensa y las políticas de Derechos Humanos, nos encontramos con
lineamientos acordes, coherentes. Pero además, el sostenimiento de las políticas
de Memoria, Verdad y Justicia implica saber que en la Argentina, entre civiles y
personal de las fuerzas armadas y de seguridad, más de 1500 personas están o
estuvieron involucradas en causas vinculadas con el terrorismo de Estado, y que
400 han obtenido sentencia y más de 300 se encuentran condenadas. En ese
sentido, el eje cardinal de Verdad, Memoria y Justicia ha aportado a la paz
social social.
*Conrado Yasenza: Periodista-Editor/Director La Tecl@ Eñe
http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!conrado-yasenza/c1xm
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