|
|
La
Red Focal y los desafíos por una comunicación popular y alternativa
Entrevista a Carlos Raimundi
La red FOCAL (Foro por la Comunicación Democrática en América Latina), está
integrado por personalidades de la cultura, el periodismo, la política y la
sociedad civil de varios países de América Latina, quienes analizan de manera
similar y otorgan una dimensión regional al tema de la comunicación hegemónica,
como factor principal de la desestabilización de los procesos populares
vigentes.
En su última Jornada de Trabajo, realizada en La Matanza el pasado 7 de
diciembre, uno de sus fundadores, el Diputado Nacional Carlos Raimundi, realizó
un análisis del tema planteado. La Tecl@ Eñe accedió a las palabras de Raimundi
y como fruto de la lectura de sus reflexiones es que se realizó esta entrevista.
Por Conrado Yasenza*
Conrado Yasenza: El tema está planteado: Medios, información y democracia, y
estabilidad regional. ¿Podría hacer Usted una semblanza de la conformación y
fines estratégicos – si los hubo - de la Alianza que sacó del poder al menemismo
y de la relación entablada con los medios de comunicación?
Carlos Raimundi:Al iniciar el debate Mary Sánchez nos recordaba algunos
episodios de nuestro pasado reciente, y me trajo el recuerdo del Frepaso y la
Alianza. No quiero dejarlos pasar, porque rechazo esa actitud de algunos
dirigentes que nos hablan con toda soltura del futturo sin hacerse cargo de la
responsabilidad que tuvieron en el pasado que nos condujo a las diversas crisis
que sufrimos, y de la que tanto nos ha costado y nos sigue costando salir.
¿Sabe quién era el periodista más interesado en que se formara la Alianza?
Joaquín Morales Solá. De lo que se trataba era de desalojar a un menemismo muy
desgastado, poniendo en su lugar a un gobierno que no cuestionara la esencia del
modelo neoliberal.
CY - ¿La Alianza fue diseñada desde los medios de comunicación?
CR- Los medios machacaban todo el día con la necesidad de que la oposición se
uniera -como lo hacen ahora- y después decían que la gente pedía a gritos la
alianza.
CY- Nos queda el tema de la estabilidad regional, los intentos
desestabilizadores desde medios, las irrupciones de los golpes de Estado, y si
fuera posible una contextualización histórica en la que se dan procesos que
cambian paradigmas políticos, culturales y económicos.
CR- Hace un par de días, con motivo del reconocimiento que hizo el Congreso a
los integrantes de las listas negras de la dictadura, señalé que las mismas
habían desempeñado un papel. A mediados de los setenta, se planteó una tremenda
disputa por el excedente económico acumulado desde la post-guerra. En esos
treinta años que van de 1945 hasta allí, se generó un volumen de recursos
similar a lo que la Humanidad había generado desde el origen de la cultura, a
partir de un modelo industrial, mano de obra intensivo, fundado en el Estado de
Bienestar
De ese mismo modelo surgieron dos grandes corrientes que se iban a disputar
aquel enorme excedente. Una, el capital trasnacional. La otra, la de los
movimientos sociales formados en la lucha por la igualdad de derechos de los
afrodescendientes, el pacifismo y el rock en los EE.UU., el movimiento
independentista de África y Asia, el Concilio Vaticano II en la iglesia
católica, que, junto a la Revolución Cubana, estableció una conjunción entre
revolución social y compromiso con la pobreza que movilizó a millones de jóvenes
en América Latina. En esa contradicción central entre movimientos libertarios e
igualitarios y capital trasnacional, que finalmente gana este último, América
Latina tenía un rol.
CY- ¿Cual era ese rol?
CR- El papel que jugó América Latina no fue emancipador, sino que debía
financiar por vía de su endeudamiento y por la entrega de nuestro patrimonio que
dispusieron las dictaduras de los años 70, ese proceso del capital financiero
para remplazar el modelo industrial por el modelo financiero y de servicios, que
generó concentración de riqueza y exclusión social.
Hoy estamos en una etapa del mundo a la que podemos encontrarle alguna
similitud. Estamos en plena disputa por un modelo de poder a nivel mundial. Un
modelo donde los grandes conglomerados de poder demandan casi el 50% de la
energía mundial para una porción ínfima de los habitantes; un modelo donde el
0,01% de la pobación mundial concentra el 82% de los recursos financieros. Un
modelo donde la masa de dinero que manejan los grandes grupos privados es varias
veces superior al volumen de reservas en poder de los Estados nacionales. Y para
sostenerlo, como parte de ese mismo esquema de poder, el presupuesto de defensa
de los EE.UU. es superior a la suma de los presupuestos de defensa de todos los
demás países reconocidos por Naciones Unidas.
Es decir, debemos juntar las coordenadas de la necesidad de dominar la energía y
el despliegue militar. Si superpusiéramos una filmina con la mayor densidad de
yacimientos de gas y petróleo con otra que señale el despliegue de bases
militares del imperialismo, notaríamos su absoluta coincidencia.
Históricamente, América Latina fue utilizada para jugar un rol en este tipo de
disputas. Pero en la última década, a partir del replegue interno de los EE.UU.
respecto de nuestra región, pero sobre todo por la aparición de liderazgos muy
fuertes como los de Hugo Chávez, Lula da Silva y Néstor Kirchner, la respuesta
de América Latina es que no esté dispuesta a repetir su papel histórico de ser
funcional a los intereses de los grandes poderes fácticos, sino que ha
denunciado ante sus pueblos a ese poder real.
Y lo peor que puede sucederle al poder real es que se lo denuncie. Porque su
gran negocio histórico fue agazaparse detrás de la política, usar a ésta como
escudo y someter a sus gobernantes, de modo que respondieran a sus intereses. Y
si no lo hacían, provocaban crisis de las cuales siempre salían victoriosos, y
los pueblos terminábamos odiando a los políticos y a la política y no al poder
real.
CY- Las irrupciones primero de Chávez en Venezuela, luego de Lula en Brasil y
finalmente la de Kirchner en Argentina, crearon las condiciones de posibilidad
para revertir ese rol asignado a América Latina. Pero la comunicación en manos
de medios concentrados sigue siendo un problema serio para esa estabilidad
democrática.
CR- Es a este mecanismo de dominación al que América Latina ha dicho "NO". Y esa
es la razón por la que el poder tiene que demoler los actuales procesos
populares de la región. Y para ello, en esta etapa, la comunicación hegemónica y
la concentración mediática desplegan toda su potencia y arsenal desestabilizador
y golpista que en otras etapas tuvieron los tanques militares.
La razón de ser de los ataques a gobiernos como los de Evo Morales o Nicolás
Maduro es la reapropiación estatal y social que ellos hicieron de los cuantiosos
recursos energéticos de sus respectivos subsuelos. No olvidemos que, por
ejemplo, Venezuela alberga la mayor reserva mundial de petróleo con 297.000
millones de barriles, de los cuales los EE.UU. importan 6 millones diarios.
Este es el corte histórico que realiza Néstor Kirchner, en momentos en que yo,
si bien siempre lo miré con respeto, no estaba en su coalición de gobierno. Fue
-precisamente, y en sintonía con el resto de la región- poner sobre la mesa la
diferencia entre gobierno y poder.
Cada gobierno popular de la región lo ha procesado de acuerdo con la experiencia
histórica de sus pueblos. Una cosa es Bolivia, con una inmensa mayoría indígena
históricamente marginada, y otra cosa es la Argentina, que tiene más
comunicación de clases y memoria de inclusión social del primer peronismo. Por
eso, uno de los principales y más perversos objetivos del poder, expresado a
través de su concentración mediática y hegemonía cultural, ha sido impedir la
alianza histórica entre sectores populares y clases medias.
Estoy seguro de que uno de nuestros grandes desafíos es recomponer y fortalecer
esa alianza. Y, para eso, es crucial el papel que están desempeñando las
Universidades del conurbano. Es decir, formar una nueva franja social que, por
su nivel de ingresos y de conocimientos se considere de clase media, pero con
una estructura de pensamiento no individualista, sino comprometida con un
proyecto colectivo de país. Con un sentido de gratitud hacia las políticas
públicas que posibilitaron su ascenso social, y que, por lo tanto, preserven su
relación de origen con los sectores más humildes. En la medida que esa alianza
social, que es objetivamente la más coherente que podría tener la Argentina, se
fortalezca, eso dará como resultado un tejido social, cultural y productivo
mucho más resistente a las desestabilizaciones a que los poderes reales nos
tienen habituados.
A propósito, hay una segunda lectura, un "entrelíneas", en el tratamiento
mediático de los saqueos de Córdoba, según el cual sectores de clase media
agredían a adolescentes morochitos, con gorrita, al grito de: "¡péguenle por las
dudas!". Y nosotros no nos podemos permitir no pensar o no saber que el sistema
de formación de sentido de los medios hegemónicos no es ajeno a este tipo de
interpretaciones, tan funcional a su proyecto de poder.
CY- Por eso me refería a que estos procesos de formación de sentido se
desarrollan a nivel regional y acomodando las informaciones que el poder real
genera según los intereses políticos y económicos que se buscan producir.
CR- Cuando titulan: "Preocupación en Brasil por trabas comerciales de
Argentina", lo que en verdad sucede es que nuestro país ha decicido -luego de
décadas de desindustrialización- tener política industrial, y eso implica
administrar su comercio exterior, determinar qué y a quién se le vende y se le
compra. Además, Brasil, que sí ha tenido políticas industriales que esos mismos
medios elogian, aplica un número diez veces mayor de medidas proteccionistas que
la Argentina. Lo cierto es que siempre se ponen en el lugar de enunciación de la
contraparte de nuestros intereses. Y son esos mismos medios hegemónicos los que
fomentan un clima de malestar entre los países de la región.
Porque, en realidad, nuestros conflictos comerciales responden a dos hechos
auspiciosos: uno, que hemos intensificado nuestro intercambio, y dos, que
defendemos nuestras respectivas industrias y fuentes de trabajo. Con Laos, que
es un país de la península indochina, no tenemos conflicto alguno, porque
prácticamente no tenemos relaciones comerciales.
Tomemos el ejemplo de una buena noticia. Más allá de los problemas de
infraestructura, el récord de fabricación y compra de automóviles es nuy
beneficioso para la creación de fuentes de trabajo así como para la calidad de
vida de los compradores y compradoras. Sin embargo, si se lo titula: "Por el
cepo cambiario, récord de fabricación y de venta de autos“, se intenta convertir
una buena noticia en una mala noticia, y se ayuda al clima de malestar y de
desgaste
CY- El mismo criterio sería aplicable para la cobertura del levantamiento
policial extorsivo iniciado en Córdoba.
CR- Durante los recientes episodios policiales, los medios hegemónicos han
fomentado el malestar, en lugar de analizar el fenómeno en toda su dimensión. No
es casual que en los intentos de golpe contra Rafael Correa y contra Evo Morales
la policía haya sido la protagonista, así como lo fue en el golpe que derrocó a
Fernando Lugo en Paraguay. En ese sentido, en nuestro país se ha avanzado más en
la democratización de las fuerzas militares que de las policías.
Todo esto es lo que está de por medio. En definitiva, la cuestión del poder. El
poder real ha sido extremadamente astuto al diseñar una conjunción del sistema
institucional y el sistema mayoritario de interpretación de la realidad, el
paromedio cultural de sociedades como las nuestras. Me refiero a que muy
importantes sectores, con gran capacidad para formar opinión política y generar
climas sociales, no se preocupa para nada por lo prolongados e ininterrumpidos
que son los mandatos de conducción de las grandes corporaciones financieras, de
las grandes cámaras empresarias, de las grandes cadenas mediáticas, de la cúpula
de nuestra iglesia o de la embajada estadounidense. Pero sí se escandaliza con
los períodos largos de la política. Cuando, en verdad, lo más democrático sería
centrar el debate en el concepto de libre elegibilidad, y no en el de
alternancia. Si realmente bregamos por una comunicación alternativa, nosotros
tenemos que ser muy perseverantes y tener mucho coraje para afrontar esa
discusión. Y, en definitiva, que sea la voluntad popular, y no la derecha quien
clausure la posibilidad de re-elección de un Presidente o de una Presidenta.
CY- Los frentes que instala la agenda mediática hegemónica son múltiples y los
van variando según se agoten, según entran nuevamente en vigencia y siempre con
la intención de generar un shock económico social
CR- El verdadero objetivo de las grandes exportadoras cuando redoblan su presión
devaluatoria no es representar a los grupos medios -a los que siempre
perjudicaron con sus políticas- para que el dólar vuelva a ser un instrumento de
ahorro, sino reabrir el mercado de cambios para que ellas entren y saquen del
país grandes volúmenes de divisas y las depositen en guaridas fiscales, o
liquidarlas a un precio muy superior a la cotización oficial. De aquí que
debemos persuadir a los grupos medios que el mero atesoramiento de dólares no es
bueno para el país, y, por lo tanto, tampoco lo es para ellos mismos. Lo que
necesitamos no es que unos pocos tengan muchos dólares, sino que muchos tengan
muchos pesos. Para eso, hay que volver a pesificar nuestra economía, y para
lacanzarlo, romper un molde cultural que tuvo su razón de ser durante muchos
años, pero que ya no la tiene con esta nueva estructura productiva.
CY- Se trata, entonces, de reinventar una comunicación popular con creatividad y
dinamismo.
CR- Debemos desplegar una nueva estrategia comunicacional. Estamos en medio de
una etapa apasionante de América Latina, pero también es necesario reconocer
nuestras dificultades. Esa etapa comenzó su momento de mayor esplendor en
noviembre de 2005, cuando a iniciativa de tres de sus grandes líderes, Lula,
Néstor Kirchner y Hugo Chévez, se le dijo que No al ALCA, el mayor proyecto
estratégico del imperio para la región. Pero, de manera increíble, dos de esos
tres grandes dirigentes murieron, uno a los sesenta años y el otro a los
cincuenta y ocho años. Esto no va en detrimento de los líderes presentes, pero
indudablemente constituye un vacío muy grande. A partir de ello tuvimos el golpe
en Paraguay, un resultado electoral muy ajustado en Venezuela, la formación de
la Alianza del Pacífico, que son todas contraofensivas del imperio. Es decir,
hoy no tenemos el mismo nivel de hegeemonía regional. Es cierto que Michele
Bachelet será la Presidenta de Chile en remplazo de Sebastián Piñera. Pero
también Pepe Mujica dejará de ser Presidente del Uruguay. Y, a nuestro favor, la
Presidenta argentina hizo un discurso memorable en Naciones Unidas, a cuarenta y
nueve años de aquel otro discurso memorable pronunciado por el Che Guevara. Y la
dignidad de Dilma Roussef, el talento de Rafael Correa y la decision de Evo
Morales. Pero, al mismo tiempo, Brasil y Argentina no hemos sido capaces de
ofrecer a Uruguay un proyecto de inversión y empleo que le resulte más atractivo
que la explotación de la papelera. Y tampoco ha concretado Brasil su parte en el
financiamiento del Banco del Sur.
CY- Una pregunta que, en los manuales de periodismo, debería haber sido la
inicial: ¿Qué es FOCAL?
CR-Yo agregaría: ¿Qué rol debería jugar un espacio como FOCAL? Lógicamente no
pretendemos concentrar el centro de gravedad de la comunicación alternativa, de
la construcción de un contramensaje, pero sí podemos -y debemos- poner un
ladrillo en esa construcción. Pero para ello es imprescindible trazar estos ejes
políticos, porque a cada modelo político se corresponde un modelo de
comunicación. Para un modelo con un centro hegemónico de poder, es necesario un
modelo de comunicación hegemónica. Para un modelo democrático y popular, es
imperativo democratizar la comunicación. Sostener un esquema abierto,
capilarizado hacia todas y todos los actores sociales.
El cauce abierto por la Ley de Medios en la Argentina, continuado por Ecuador,
debe extenderse como una estrategia política hacia toda la región.
Desde el Parlamento argentino, junto con Universidades, instituciones y foros
sociales, debemos constituir un observatorio de la situación de la comunicación.
Para socializar la idea de que los modelos de concentración económica se han
sostenido históricamente en el control de la hegemonía cultural. De allí la
necesidad de entablar esta deslumbrante y colosal batalla cultural, que tiene
como eje central el reconocmiento y la discusión social acerca de dónde reside
el poder real. Si son las empresas privadas las que deben "temerle" al Estado,
como nos quieren hacer creer, o si por el contrario, es el Estado democrático,
en tanto agente de representación de los intereses populares, quien debe
garantizar la democratización de la palabra y del mensaje.
Por ello me pareció necesario expresar algunas definiciones políticas, porque
FOCAL no es una definición teórica, sino una herramienta eminentemente política.
* Conrado Yasenza: Periodista-Editor/Director La Tecl@ Eñe
http://lateclaene.wix.com/la-tecla-ene#!entrevista-a-carlos-raimundi/c1zjr