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RECORDARON
A LOS TRES CURAS Y A LOS DOS SEMINARISTAS PALOTINOS ASESINADOS POR LA DICTADURA
En la memoria de su pueblo y su iglesia
En la iglesia de San Patricio del Belgrano R se realizó una misa a modo de
homenaje.
Imagen: Jorge Larrosa
Hubo homenajes en la iglesia de San Patricio de Belgrano R, en la que fueron
asesinados hace 38 años, y en Mercedes, donde comenzaron su vida pastoral. En
calles de esa ciudad bonaerense se colocaron tres placas con los nombres de cada
sacerdote.
Por Gustavo Veiga
Si la última dictadura asesinó a los curas palotinos en
el barrio porteño de Belgrano R, fue mucho antes, en Mercedes, donde sus vidas
pastorales habían cobrado sentido. Por eso, ayer, los principales actos por el
38º aniversario del crimen contra Alfredo Kelly, Alfredo Leaden y Pedro Dufau y
los seminaristas Salvador Barbeito y Emilio Barletti se desarrollaron en esa
ciudad bonaerense. Ahí también nació el genocida Jorge Rafael Videla y santificó
su política el ex obispo de la diócesis local Emilio Ogneñovich. De esa prédica
ultramontana sólo quedan residuos nostálgicos. La que se conserva joven es otra
memoria, la de todos aquellos que les brindaron un homenaje a los religiosos de
origen irlandés. Los actos tuvieron lugar en la iglesia mercedina de San
Patricio, su homónima de la calle Estomba y Echeverría, más el cementerio donde
yacen los restos de los sacerdotes. Hubo emotivos discursos y se colocaron tres
placas en las calles de Mercedes con los nombres de cada uno de ellos.
El templo de 72 metros de altura, inaugurado el 17 de marzo de 1932 en la
intersección de 14 y 21, fue el punto de encuentro para evocar la historia de
compromiso de las víctimas. Es uno de los dos más importantes de la ciudad. El
otro es la catedral. En su interior, muy cerca del altar, se colocaron las cinco
fotografías de los religiosos y las de otros desaparecidos de la ciudad. Las
imágenes rodeaban la cabecera del templo desde donde hablaron el diputado
nacional Eduardo “Wado” De Pedro, el intendente local Carlos Selva, integrantes
de la Comisión de la Memoria de Mercedes y el actual obispo de Mercedes-Luján,
Agustín Radrizzani, y el párroco Tomás O’Donell.
El legislador, nacido en Mercedes, se quebró más de una vez. Recordó que había
pasado por el jardín de infantes, la primaria y la secundaria del colegio que
lleva el mismo nombre que la iglesia. Una delegación de 160 estudiantes
participó junto al rector del establecimiento. Un gaitero vestido con el
tradicional kilt, la pollera escocesa, matizó con su música las palabras de cada
orador. Hubo discursos en el exterior y en el interior del templo al que,
curiosamente, el ultraconservador Ogneñovich le había concedido el status de
capilla en la década del ’80. El mismo que bendijo el terrorismo de Estado del
régimen cívico-militar.
“Habían reunido muchas veces a los jóvenes para que también ellos, con
sensibilidad social, acudieran para ayudar”, recordó a los palotinos el obispo
Radrizzani. También describió que “en ese momento yo estaba en La Plata y venían
a verme los familiares de aquellos que iban desapareciendo y que a veces
aparecían asesinados en la cárcel. Recuerdo la Noche de los Lápices, y como
sacerdote jovencito, que la gente quería pacificar, que no existieran más
muertes ni hubiera más enfrentamientos. Y la muerte de los palotinos para mí fue
un testimonio de vida de aquellos que habían dado la vida por el prójimo...”
Varios centenares de personas cubrían la nave principal de la iglesia cuando se
desarrolló el homenaje principal. El padre Tomás insistió con que debe seguir
“buscándose la verdad y quiénes fueron los autores”, aunque hayan transcurrido
38 años del asesinato que sólo investigó con rigor e independencia el periodista
Eduardo Kimel, autor del libro La masacre de San Patricio, fallecido en febrero
de 2010. También hablaron en el acto los integrantes de la Comisión por la
Memoria de Mercedes, María Silvia Fasce, Arturo Bojorge y Oscar Apezteguía.
Por la tarde, los homenajes siguieron en el cementerio local, donde están
sepultados los restos de Kelly, Leaden y Dufau. Este último era oriundo de
Mercedes. Allí volvió a hablar el padre O’Donell. También Ricardo Kelly, el
hermano del religioso, quien destacó la tarea de Kimel. Se colocaron ofrendas
florales sobre las tumbas de los palotinos. En Belgrano, en la parroquia de la
calle Estomba y Echeverría, se ofreció una misa como todos los años. En la
porteña San Patricio, la noche del 4 de julio de 1976, fueron asesinados de
varios balazos los tres palotinos junto a los seminaristas Barbeito y Barletti.
El organista de la iglesia, Rolando Savino, de 16 años, fue quien descubrió los
cinco cadáveres. Como nadie les abría la puerta a los feligreses más
madrugadores que esperaban por la misa dominical, él se introdujo por una
ventana. Los asesinos habían escrito a mano un mensaje, como para que no
quedaran dudas desde dónde lo hacían: “Por los camaradas dinamitados en
Seguridad Federal. Venceremos. Viva la Patria”.
Hoy, aunque los victimarios continúan impunes, el crimen de los palotinos se
mantiene vivo en la memoria de la sociedad de Mercedes, en los actos, los
discursos, las placas y también en el aporte que significó saber que la historia
de la masacre llegó a las escuelas. La película documental 4 de julio, de Pablo
Zubizarreta y Juan Pablo Young, se distribuyó en varios establecimientos
educativos de la ciudad como parte de las evocaciones realizadas a 38 años del
asesinato cometido por una patota de la ESMA.
gveiga12@gmail.com
Testimonio contra Laise
Ricardo Angles, militante peronista, afirmó ante el Tribunal Oral Federal que
juzga en San Luis los crímenes de lesa humanidad cometidos por la dictadura, que
el obispo Juan Rodolfo Laise medió en su liberación cuando fue detenido por un
grupo de tareas en la terminal de ómnibus de la capital de esa provincia. El
hombre, que era un auxiliar administrativo en la comisaría de La Toma en esa
época, aseguró que sus padres, al ver que no regresaba de la capital, viajaron a
pedir ayuda al obispo Laise. Luego de atenderlos “levantó un teléfono, habló con
alguien y les dijo que regresaran tranquilos porque su hijo iba a ser liberado
en pocas horas”, contó el testigo. Angles afirmó, además, que en la jefatura
central, donde permaneció una noche y parte de la mañana del 21 de septiembre de
1976, vio detenidos a Graciela Fiochetti, Carlos Fernández y Oscar Trepín. Dijo
que no fue sometido a torturas y que simplemente se le preguntó si “seguía
siendo peronista”. Las audiencias de este proceso se reanudarán el jueves 17 de
julio próximo.
05/07/14 Página|12