Janusz
Korczak, pedagogo de la Humanidad
Por Gabriel Brener1
Hace unos días en el ministerio de Educación de la Nación (27 de Octubre 2015)
se realizó un homenaje a Janusz Korczak médico y maestro polaco que ha marcado
en forma indeleble la historia de la pedagogía con su enorme legado como
educador, escritor y especialmente por su heroísmo y humanidad junto a los niños
del orfanato del gueto de Varsovia que dirigía en el contexto del holocausto
nazi del siglo XX.
Hemos incorporado aportes de la obra literaria y pedagógica de este increíble
maestro y sobre su legado a través del “Fondo Bibliográfico Memoria y
Holocausto”, disponible en la Biblioteca Nacional de Maestros 2
I. La caja de peleas. Conflicto y democracia.
Quisiera partir de anécdota, que por su potencia la entiendo como una metáfora
pedagógica. Se trata de “La caja de las peleas” y fue Janusz Korczak quien la
inventó. Una escena tan singular como potente que protagonizó este genial
maestro con sus alumnos/as como director de una institución y nos ayuda a
pensarnos como educadores. Se produjo en la década del 40 en el contexto de
mayor vulnerabilidad que uno pueda imaginar, dentro de un orfanato, en el Gueto
de Varsovia, en donde estos chicos y chicas, además de su condición de huérfanos
estaban condenados al encierro, violaciones a todo derecho y libertad y
condenados al exterminio en el campo de concentración de Treblinka por el
Nazismo.
Korczak cuenta que en este orfanato se producían muchas situaciones de violencia
entre los chicos, y fue probando diversas maneras de contrarrestarla, con más y
menos intervención, con mayor flexibilidad, de un modo más punitivo, y los
resultados no se modificaban. Entonces un día Korczak citó a todos los pibes que
iban desde los 5 a los 12 años y les dijo: “A partir de mañana cualquiera puede
pegarle una trompada a cualquiera”. Los pibes se quedaron atónitos. Korczak sacó
una caja de cartón, le realizó una ranura convirtiéndola en un buzón; colocó
unas hojas con lápices a su lado y les planteó una sola condición: “El que
quiera pegarle a alguien tiene que escribir 24 horas antes el motivo por el cual
le quiere pegar”. Y quien no supiera escribir sería asistido por un asistente
de Korczak para cumplir con la consigna. Esa “La caja de peleas” hizo que se
redujera la violencia en la institución de un modo inimaginable.
Korczak logró reponer la palabra allí donde imperaba el impulso, trocar la
puesta en acto por la pausa y la escritura, interrumpir la agresión para tomar
distancia, demorar la respuesta y volver a la palabra. Por esto, y como una
verdadera señal de justicia y reconocimiento a este maestro, el pedagogo francés
Philippe Meirieu afirmó que este Korczak inventó la democracia. “Invención” que
nos interpela como educadores en la apuesta por la escuela, no como herramienta
de disciplinamiento social sino como un lugar insustituible desde el Estado,
para garantizar condiciones democráticas en las que niños, niñas y adolescentes
practiquen su condición de sujetos de derechos, asumiendo responsabilidades en
la construcción de ciudadanía cada vez más justa, más feliz, más plena y
humanizada.
Hay un libro llamado “Tiempo de Fragua”, de reciente aparición, su autora es la
educadora Débora Kantor, y se trata de un verdadero tributo al pedagogo y “viejo
doctor”. Le dedica un capítulo que se llama “Janusz Korczak. De ayer a hoy”. Me
parece de los mejores aportes sobre su legado pedagógico. Kantor dice en un
pasaje en referencia a “La caja de peleas” que “(...) lo que importa creo es lo
que da a pensar este tipo de dispositivos. Sobre todo aunque no se trate
solamente de niños violentados por la violencia social (material y simbólica)
importa recoger la interpelación, dimensionar la dificultad de trazar una
frontera entre lo permitido y lo prohibido cuando eso que parece necesario
prohibir se presenta amarrado a condiciones que lo generan y lo propician (...)
Korczak no solo reconoce que las peleas son constitutivas del vínculo entre
pares sino también que difícilmente se pueda prescindir de ellas cuando se crece
a los golpes. Postula que más vale partir de este dato para intervenir
productivamente en las situaciones que impugnar moralmente lo que se presenta en
algún momento dado. Korczak propone más un dispositivo para la moderación, que
para la legitimación de la violencia (...)”.
Me importa tomar nota del desafío que supone implicarse como adulto en este
tipo de situaciones. Aquí se dirime la relevancia no solo de una estrategia
pedagógica como la que propuso Korczak, sino de animarnos a revisar nuestro rol
como adultos en la intervención pedagógica, a dimensionar la potencia y el valor
estructurante de configurar en la escuela un lugar de disponibilidad, no una
función supletoria de referentes familiares que solo alimenta impotencia, sino
más bien habilitar una terceridad adulta para mostrarle a los chicos y chicas
que hay otros modos de convivir y de resolver los problemas gambeteando la
sentencia del impulso, parando la pelota, levantando la cabeza y eligiendo a
quien hacer un pase.
Desde este Ministerio junto a todos los ministerios de cada provincia, creamos
la Guía Federal de Orientaciones para la intervención educativa en situaciones
complejas relacionadas con la vida escolar.3 Situaciones que tienen que ver con
conflictos de la vida escolar cotidiana y deben resolverse del mejor modo para
no convertirse en callejones sin salida, pero también otras de carácter más
excepcional, que ponen en riesgo la vulneración de derechos, agresiones físicas,
aquello que se nomina como cyberbullying, distintas situaciones que nos
preocupan como sociedad y educadores. Con el ejemplo de “La caja de la pelea”
Korczak fue un pionero por lo revolucionario de sus aportes para construir una
convivencia escolar democrática y participativa.
El legado de Korczak y las concepciones vinculadas a esta “caja de peleas”,
reconocen al conflicto como arte y parte de la cotidianeidad escolar y el valor
excluyente de la participación de los estudiantes en la escuela, asuntos que
están presentes y son fundamento de esta Guía que ya está disponible para todos
los niveles de todas las escuelas públicas y privadas del país. No es factible
vivir mejor con los otros (y eso es la convivencia) si los adultos no se dan por
aludidos y los estudiantes (no importa su edad) no se sienten parte.
Quiero destacar el valor del conflicto como legado de las ideas de Korczak. Hay
una tendencia entre educadores y la sociedad en general a ver el conflicto como
algo negativo y como sinónimo de violencia. Y lo que aporta Korczak es que el
conflicto lejos de ser algo violento es una necesaria fuente de construcción de
convivencia. Lo que expresa el conflicto es la diversidad de intereses y de
posiciones: en la escuela, entre adultos y adolescentes; en la sociedad, entre
quienes más y menos tienen tanto en términos materiales como simbólicos. Por lo
tanto, sabiendo que vivimos en una sociedad capitalista que es estructuralmente
desigual, el conflicto es el necesario modo de transitar y regular los
intereses y la vida en común, los adultos en la escuela construyendo la
necesaria terceridad como garante de la enseñanza y el cuidado de las nuevas
generaciones, el Estado en la sociedad protegiendo a los más vulnerables para
garantizar democracia y justicia.
Hay algo del legado de Korczak en torno a las peleas entre chicos y el modo de
estar atento e intervenir que, a mi parecer, ofrece los indicios más auténticos,
aunque incómodos y difíciles para construir una posición adulta ética y
responsable, y en especial para animarnos sin simulacros y con la rugosidad de
cada contexto a meterse con los problemas de nuestros alumnos/as y su contexto.
II. "Si yo volviera a ser niño"4. El otro como niño y no como diminutivo
El otro tema por el que quiero reivindicar a este notable maestro, es en torno a
la jerarquización que hizo Korczak del lugar que ocupan los chicos en la
sociedad, y la manera de mirarlos, tratarlos como una evidencia concreta del
valor que se asigna a las infancias. Elijo leer un hermoso pasaje que me marcó
desde pequeño de su gran libro “Si yo volviera a ser niño”: “Decís ‘nos molesta
la charla de los niños’, tenéis razón. Decís ‘tenemos que descender hacia sus
ideas, descender, inclinarnos, empequeñecerse’, estáis equivocados no es eso lo
que nos cansa sino el que tengamos que elevarnos a sus sentimientos, elevarnos,
estirarnos, ponernos de puntillas para no agraviarlos”.
Korczak nos enseña cómo interpelar al otro, especialmente al niño, puesto que
suele suceder que los adultos piensen y le hablen y traten a los niños/as en
diminutivo, confirmando la noción moderna del niño como un ser incompleto, como
una miniatura. Y acá me parece pertinente enlazar lo que subyace en esa genial
obra literaria que se llama “Frankenstein educador”, de Philippe Meirieu, que es
una gran parodia de la escuela moderna, algunos creen que el texto trata sobre
el monstruo y no es así, refiere a quien creó al monstruo, al docente, a la
pedagogía moderna. Y lo que critica es que esa pedagogía moderna ese modelo
adultocéntrico imperante piensa al otro, y en particular al niño/a como una
réplica de sí mismo en miniatura. Y eso no es pensar al otro como un igual sino
pensarlo y entonces ubicarlo como diminutivo.
Y en ese libro “Si yo volviera a ser niño”, Korczak nos recuerda y creo nos
propone algo así como que cada adulto haga el ejercicio de caminar agachado, en
cuclillas, a la altura de los niños, no para ver las cosas desde abajo, sino
desde los niños que es desde bien arriba. Y esto tiene que ver con que hay
muchos adultos que (algunos incluso con buenas intenciones) le hablan a los
chicos como si fuesen tontitos y el niño no es un tontito, sino alguien más
nuevo que comprende y que se le puede hablar de un modo tan serio como a
cualquier persona. Lo cierto es que ellos aprenden menos por lo que decimos (
que hagan) que por lo ven que hacemos ( aun sin que digamos)
Pensar en los niños más pequeños no como diminutivos sino poniendo en práctica
su condición de sujetos de derechos supone una escuela más justa que entiende la
inclusión como acto de hospitalidad y no como una práctica que solo disciplina
para homogeneizar neutralizando la diversidad que fortalece el vínculo entre
pares e impares. Pensar en los niños como derecho a ser sujetos es avanzar en el
país con la sala de cuatro años obligatoria traccionando una cobertura masiva en
la sala de tres. Ampliar el derecho a que muchas familias y chicos puedan ir a
la escuela con responsabilidad del Estado, es pensar en los más chiquitos no
como miniaturas o proyectos de vida sino como garantía de vida más plena e
intensa que se está viviendo, y valorar el momento de la vida más importante en
el que se define y condiciona el resto de la trayectoria vital.
III. Tribunal de niños. Experiencias de autogobierno y participación.
Una última nota que quiero subrayar de nuestros querido pedagogo Korczak es su
confianza sincera en la palabra de los chicos y más aún en la capacidad
transformadora de sí mismo y de los grupos que supone sentirse parte y no mero
espectador. Ensayaba con los más pequeños aquello que llamaba el Tribunal de
Niños y que no era otra cosa que experiencias de autogobierno infantil. Y lo
relaciono con el legado y prácticas de un pedagogo argentino de principios de
siglo llamado Carlos “El Loco” Vergara5 , apodo necesario para quien navegaba
contracorriente respecto a la tendencia hegemónica que predominaba en el sistema
educativo. Así como Korczak es pariente de las pedagogías renovadoras de las
primeras décadas del siglo XX, Vergara en la escuela Normal de Mercedes
practicaba una pedagogía emancipatoria, confiriendo confianza y empoderamiento
hacia los niños, que en vez de ser objetos de control eran interpelados como
sujetos activos de la vida escolar, confiriéndoles más responsabilidad por sus
propios actos y los de los otros, y la asunción de las consecuencias. En eso
residían las experiencias de autogobierno infantil.
Korczak promovió espacios de protagonismo de los chicos que permitía que se
autorganizarán, haciéndole un lugar distinguido a la lectura, la escritura, y en
especial a las expresiones artísticas. Cuando los chicos son parte de la
construcción de la vida diaria en la escuela, el sentido, el sabor cotidiano y
el horizonte de posibilidades de la escuela y de cada estudiante, es otro.
Korczak le da vital importancia a la construcción de las normas (para jugar
entre pares como para convivir entre pares e impares) y lo que planteaba él, y
que recogemos en la Guía Federal, es la intención de un chico/a que sea sujeto
de derecho, sujeto de la norma que va a regular su vida en la escuela y en la
sociedad, que lo desafía a ser más responsable por sí mismo y los demás.
No es lo mismo un chico que es sujeto de la norma, es decir, que participó de la
construcción de la norma, que otro que no tiene idea de cuál es la norma y un
día lo sancionan. A nadie le gusta que lo sancionen, pero cuando fuiste parte de
la construcción de la norma te bancás de otra manera la sanción.
Elijo cerrar este homenaje reemplazando nostalgia por esperanza, porque la
estatura de Korczak y su legado pedagógico pueden conmover escenas educativas
del presente, no con la solemne impronta de un monumento en la memoria sino con
la invitación a leerlo, a conocer sus aportes, a probarlos y debatirlos,
haciendo memoria no con un objeto sino entre sujetos, con los otros.
Será por todo esto que Korczak inventa la democracia y se anima a erosionar la
gramática de la sujeción trocándola por la gramática de la fantasía y los
derechos, la asunción responsable y emancipadora de la vida en común.
1 Texto elaborado a partir de ponencia en la presentación del legado de Janusz
Korczak a través del “Fondo Bibliográfico Memoria y Holocausto”. Agradezco
especialmente la lectura y aportes de Celeste Adamoli.
2 El acto se realizó el día con la participación de Celeste Adamoli,
coordinadora del Programa Nacional de Educación y Memoria del Ministerio de la
Nación, Graciela Perrone, directora de la Biblioteca Nacional de Maestros,
Daniel Rafecas, juez federal de la Nación, Brenda Szajnman directora del
Instituto Sarmiento y Gabriel Brener, subsecretario de equidad y calidad
educativa del Ministerio Educación de la Nación.
3 Se han distribuido 200.000 ejemplares en todas las instituciones del sistema
educativo. Aquí puede leerse via digital:
http://portal.educacion.gov.ar/?p=1478
4 Libro de J.Korczak
5 Carlos Norberto “ El Loco” Vergara (1859-1929) se formó como maestro en la
Escuela Normal de Paraná, donde fue condiscípulo de reconocidos pedagogos. Para
ampliar
http://www.perfil.com/ediciones/columnistas/-20125-680-0077.html