Buenaventura
Luna, entre Martín Fierro y el Nuevo Cancionero
Por
Pedro Patzer
Su tatarabuelo fue un irlandés que participó como invasor inglés en 1806, sin
embargo él se transformó en un protagonista de la emancipación cultural de la
Argentina. Su nombre original era Eusebio de Jesús Daugherty, aunque
castellanizado como Eusebio de Jesús Dojorti. Sin embargo, eligió llamarse como
el campesino que trabajaba en las tierras de su familia, Buenaventura Luna, el hombre que colmó su
infancia de relatos y leyendas puebleras, de historias de personajes de campo,
de héroes y de preguntas que sólo se hacen los de abajo: “Mi ciencia es
analfabeta/ ciencia criolla mal hablada/ mas sepan que fue mamada/ en las ubres
de la vida/ por el alma criolla curtida/ y al sufrimiento templado”
La obra del sanjuanino Buenaventura Luna consigue ubicarse entre la referencia
cultural de Martín Fierro, como lo demuestra en sus Sentencias del Tata Viejo:
“Si “sabís” templar las cuerdas/ pa´ser cantor preparate/ y en el fangango
acodarte/ si hay por medio alguna enagua/ que unos calientan el agua/ y otros se
toman el mate” y entre el fervor popular del Nuevo Cancionero, tal como lo
menciona el célebre manifiesto: “Hasta el advenimiento de Buenaventura Luna y
Atahualpa Yupanqui, el cancionero nativo se mantuvo en la etapa de formas
estrictamente tradicionalistas y recopilativas..… Es con Buenaventura Luna, en
lo literario y con Atahualpa Yupanqui, en lo literario musical, con quienes se
inicia un empuje renovador que amplía su contenido sin resentir la raíz
autóctona”
Hay muchos encuentros en los caminos musicales y poéticos de Buenaventura Luna y
Atahualpa Yupanqui, tal vez el más importante sea que ambos se preocuparon para
trascender lo pintoresco del paisaje y abordar los precipicios y los desiertos
existenciales de los pobladores de la Argentina profunda, allí donde Indoamérica
se desata en nuestro país, allí donde el continente se hace hombre, así hallamos
en la obra del artista de Huaco preocupaciones por la intemperie del arriero:
“No tenís rancho en las pampas. ..,/ no tenís quincha en los cerros. ..,/
siempre en la güellas acampas,/ sólo te siguen tus perros...” o por el destino
de los habitantes de las andinas comarcas: “Nosotros, los de Allpa-Shulca,/ los
de Angualasto y Tud-Cum,/ los Huaco y Guañizuil,/ no tenemos más riqueza/ que un
limpio cielo de añil,/ una vaca en la dehesa,/ un torito acorralau/ Y aquella
noble tristeza/ que desciede del nevau...”
Buenaventura Luna, uno de los artistas populares que nos ayudan con su obra a
comprender algunas de las diversas argentinas que conforman la Argentina secreta
Pan y Cielo, el blog de Pedro Patzer
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