Como
si en el último muerto no estuviera el primer muerto de la humanidad
Por
Pedro Patzer
A veces se quiere encerrar todo en una noticia, como si en el último muerto no
estuviera el primer muerto de la humanidad, como si en el anciano que hurga en
la basura no estuviese el primer esclavo de la historia. La torpeza de
considerar que un hombre no es la humanidad, que en la última tragedia no está
la primera, o que en la belleza que nos conmueve no está la primera hermosura
que asombró al corazón humano.
Es más que un error, dejar de advertir que en cada paso están todos los
caminantes: un paso y Moisés y su Pueblo, otro paso, y los sirios caminando
hacia quien sabe dónde. ¿Creemos que el riachuelo contaminado no tiene nada que
ver con los ríos envenenados en el medioevo, consideramos que Trump nada tiene
que ver con Calígula? ¿Acaso la publicidad que nos invita a ser hermosos
comprando un desodorante no tiene algo que ver con los mercaderes que Cristo
echó de los templos?
Nuestra derrota es olvidar que somos el que murió encadenado y el filósofo que
nos hablaba de la caverna; nuestra derrota es creer que el diario de hoy nos
puede informar más que la historia de la cerámica precolombina; nuestra derrota
es considerar que somos libres mientras dejamos de escuchar los alaridos del
genocidio armenio, ¿acaso creemos que disfrutando de la refinada orquesta, se
callarán? Nuestra liberación consiste en comprender que la música nos ayuda a
sobrevivir en medio de esos alaridos que persisten, los de las antiguas matanzas
en Latinoamérica, África, los Balcanes, en Argelia o en cualquier rincón del
planeta; los arquitectos deben construir cargando sobre su alma, las ruinas en
Bagdad y en Damasco, los amantes deben amar llevando en sus corazones el peso de
millones que pasaron por la vida sin conocer el amor; los poetas deben cantar
con el silencio de los que hasta les arrancaron el idioma, porque nuestra
derrota es creer que con nosotros comenzó el mundo, que con nosotros empezó la
vida.
Si queremos cambiar el mundo, visitemos el dolor del hombre de la prehistoria y
algo entenderemos de la tragedia de hoy, del drama de mañana.
Pan y Cielo, el blog de Pedro Patzer
www.pedropatzer.blogspot.com.ar
Agosto 2016