Por Ramiro Ross
Cuando me enteré ya no pude hacer otra cosa, el Faro de Latinoamérica se había
apagado, nuestro 'hermano mayor' ya no estaba. Sabíamos que alguna vez pasaría,
que nada es para siempre, que ya no le podíamos pedir nada mas, ya había hecho
todo lo que estuvo en sus manos para el bien de la clase obrera internacional,
pero no estábamos preparados para aprender a andar el camino de la revolucíón
sin su mirada,
Recuerdo cuando leíamos sus discursos, sabiendo que cada frase era una
enseñanza, una clase de política revolucionaria, últimamente leíamos sus
escritos con sus pensamientos, sus puntos de vista, si bien estaba retirado de
la vida pública, nunca dejó de pensar la revolución.
Hoy mi visión es más anarquista, ya no estoy dispuesto a participar de un
partido político, pero no dejo de respetar el estadista de su talla, un hombre
que supo mirar el porvenir y avisarnos de los cuidados que debíamos tener, No
siempre le hicimos caso, hasta hubo casos en que pensamos que "el Viejo" estaba
divagando, hasta que las cosas ocurrían y volvíamos a sumergirnos en su mundo,
tratando de ser coherentes con nuestra ideología.
Sabemos que hoy muchos que pueden exhibir una foto al lado de Fidel, saldrán a
contar como el Comandante les pedía consejos (?), otros hablarán de las
anécdotas que nunca ocurrieron, como sucede siempre cuando alguien de la
estatura del Comandante fallece, no prestemos nuestros oídos a los pobres de
espíritu que necesitan inventarse una amistad que nunca existió para sentirse
importantes o tener un espacio en televisión. Yo volveré a leer las batallas que
libró ese pueblo en Playa Girón, en Santa Clara y por toda Cuba. Aún recuerdo
las fotos y los cortos de aquella época con los cubanos enfrentando la invasión
con los viejos fusiles "mauser" de la primera guerra mundial.
Hoy estuvimos en la Embajada para dejarle un pequeño ramo de rosas, no soy de
los que hacen la apología de la muerte, no sé rezar ni me interesa, no lo
hubiera hecho de cualquier manera, pero sus enseñanzas nos seguirán marcando el
camino, Hoy dije en la embajada, que lo importante es no olvidar su legado, no
traicionar los principios que él, junto con el Ché y Camilo nos marcaron.,
La mejor forma de homenajearlo es no olvidar sus luchas, junto al pueblo, y
tener siempre presente que, como decía su hermano de lucha el Ché, que la
primera obligación de un revolucionario es hacer la revolución.
HASTA LA VICTORIA COMANDANTE
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