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Breve
manual de zonceras gorilas
Por Raúl Isman*
Arturo Jauretche )1901-1974) fue un verdadero maestro de la retórica puesta
siempre al servicio de las causas más nobles, un escritor de enjundia, un
pensador claramente inscripto en el campo nacional y un militante
consecuente por la realización de los sueños de los libertadores de nuestra
América. Una de sus obras más importantes es el célebre Mauual de Zonceras
argentinas, texto en el que desnuda parte de los discursos y las prácticas
de sectores colonialistas y colonizados. En el presente artículo- que
parafrasea en su título la obra citada- no pretendemos igualar su riqueza
conceptual y práctica, si no más bien proseguir andando por el camino
trazado por el maestro. En él se analizarán algunas zonceras difundidas por
la oposición gorila al gobierno nacional. En la Argentina, se denomina con
el zoológico apelativo a todo antiperonista, sea de ultra derecha,
extremista de centro o fuertemente sinistro; como es el caso de la grotesca
enfermera troskosauria Vilma Ripoll. En este último caso es dable destacar
que se verifica una constelación ideológica tal vez desconocida en otras
latitudes: el macrismo-leninismo. Macrismo por Mauricio Macri, jefe político
de los neoliberales criollos y en ejercicio del ejecutivo de la Capital
Federal; leninismo sólo por autodenominación causada en formales
coincidencias librescas. En efecto, basta ver cualquier posición del
malicioso ingeniero contra la presidencia de la nación, para encontrar como
“izquierdistas” del pelaje de Ripoll y similares la levantan y amplifican
desde sus posturas esquemáticas e incendiarias. Para decirlo de modo simple,
tales “izquierdistas” son caja de resonancia de la peor derecha y para lo
único que sirven es para hacerle el juego lastimosamente al imperialismo.
Por otra parte, en la oposición al proyecto nacional existe una cierta
camándula de dirigentes peronistas (Duhalde, Solá, Barrionuevo y siguen las
firmas). Al provenir del peronismo, se hallan exentos del toque gorila que
resulta inocultable en Carrió, Cobos, Stolbizer o Morales y tantos
habitantes del planeta de los simios, quienes hacen cuernos, sortilegios y
exorcismos de todo tipo cuando alguien menciona a Perón, Evita o cualquier
referencia simbólica o material a la fuerza nacida hacia 1945. Por lo tanto,
no serán las zonceras peronistas objeto de nuestro análisis. De modo que
quedan fuera exabruptos incalificables como el de “loco” y “burro” (otra vez
la zoopolítica) con los que Duhalde pretendió defenestrar al ex presidente
Néstor Carlos Kirchner en ocasión del habitual asado veraniego de Luís
Barrionuevo (figura de notable prosapia académica, si las hay, que no
merecería vecindad ninguna con los nobles asnos).
El listado de zonceras es fatal y necesariamente provisorio, de modo que el
presente manual seguramente se extenderá en el futuro con continuidades
diversas.
Zoncera número I (Medidas para hacer o agrandar) la caja. Tal vez la
Argentina sea el único país del mudo en el cual la conspiración
mediático-gorila procura estigmatizar el lógico empreño que todo gobernante
debe poner en financiar las actividades estatales. No existe fuerza política
o ciudadano del común que no aceptare la existencia de una formación estatal
capaz de brindar servicios necesarios para el conjunto de la población.
Pero, del mismo modo que el pequeño burgués petulante reclama presencia
persistente y constante de lo público, al tiempo que evade o elude
impuestos, las fuerzas del gorilaje son mucho más aviesas y pérfidas aún; ya
que al pretender ilegitimar todo afán recaudatorio; el verdadero objetivo
perseguido demuestra claramente su prosapia golpista. Es que ya lo que
buscan es desestabilizar; hasta, en una perspectiva de máxima deponer, al
gobierno nacional por vía de la parálisis a la que quedare sometido por
ausencia de recursos. De modo que nunca es ocioso volver a destacar lo
central: un estado desfinanciado es un estado paralizado. De allí a la caída
del gobierno en ejercicio hay un paso muy breve. Nunca perdamos de vista que
no otra es la finalidad de evitar por todos los medios que se haga “caja”.
Zoncera número II La ola de inseguridad. Caballito de batalla de las
derechas de todo el orbe, la llamada inseguridad (o su opuesto, la
seguridad) constituye la máxima utopía reaccionaria que imaginarse pudiera.
En efecto, no existe estado alguno en el mundo capaz de proveer seguridad
absoluta a los ciudadanos. Lo máximo que puede hacerse es vigilar y tratar
de prevenir los delitos. Pero a sabiendas que la única seguridad posible
(como afirmara un célebre conservador británico John Maynard Keyness) a
largo plazo, es que todos los que vivimos en los tiempos contemporáneos
habitaremos en distintas necrópolis. De modo que el constante machacar con
la temática de marras persigue sin dudas los siguientes y verdaderos
objetivos:
a) Invisibilizar a los auténticos enemigos del bienestar popular, los
grandes empresarios, colocando en primer plano a los delincuentes, Huelga
decir que en tal categoría delincuencial jamás entra un gerente de banco
aprendiz de filibustero globalizado, ni empresario vaciador; como si los
mencionados no fueran ilícitos de consecuencias mucho peores que el robo de
zapatillas, algún dinero u otros enseres.
b) Corolario de lo anterior es la percepción de una anómica guerra de todos
(los pobres) contra todos, en la que se multiplican los conflictos
secundarios (al tiempo que se ocultan los importantes) y se diluyen las
identidades colectivas. Es que cada habitante reducido a la condición de
átomo suelto y encerrado en su casa resta a la conformación de conglomerados
multitudinarios capaces de pelear por los derechos propios de la ciudadanía
social. El beneficiario no es otro que el poder real que crea, difunde e
instala los discursos susodichos.
c) Buscar que la población acepte por desesperación legitimar cualquier vía
expeditiva e ilegal para combatir a la delincuencia. De tal modo se han
construido candidaturas exitosas (el eléctrico comisario Patti o el represor
Bussi) y grotescamente fracasadas (el trucho ingeniero Blumberg).
Un contenido decisivo es la instalación de un embuste del tipo de las
llamadas puertas giratorias; es decir, que los malhechores entran por una
puerta y salen por la otra. Tal afirmación hipócrita y mentirosa omite nada
menos que el grave problema del hacinamiento y la superpoblación carcelaria;
que en parte debe vegetar en calabozos .de comisarías por causa que la
capacidad de los penales se halla desbordada por completo. Puertas
giratorias?
La idea misma de la mentada ola de inseguridad (¡Qué tipo de ola, como en
los estadios de futbol, como a la orilla de un mar sereno, como un tsunami?)
es una construcción mediática. Todas las mañanas los noticieros comienzan el
día con la citada marea, lo continúan a la hora del almuerzo o del té y lo
finalizan a la noche. Si fueron asaltos incruentos, la información paga
menos que un robo a jubilados que incluyera castigos físicos; aunque tal vez
lo que brinda mejores dividendos en el centimil mediático sea el crimen que
mezclare en dosis similares motivaciones pasionales, tráficos de
estupefacientes o sustancias conexas y negocios turbios. De semejantes
modos, la cuestión queda instalada como parte del sentido común urbano con
algunos ribetes insólitos del tipo de que relataremos a continuación.
Habitantes diversos del interior del país creen que en la ciudad de Buenos
Aires y su conurbano se despliega una verdadera guerra abierta con bandas
tiroteándose con la policía a toda hora del día o la noche. Lo más gracioso
es que ellos contraponen su modo de vida casi pastoril; en el que se
enorgullecen por vivir y aún dormir sin cerrar con llave las puertas. ¿Quién
les puede asegura que delincuentes de esa u otras comarcas no aprovecharen
la coyuntura para provocar nuevos hechos que enriquecieren (por un día) la
ola de inseguridad? .
Zoncera número III. El doble comando. Un rasgo inconfundible de las
derechas neoliberales en todo el mundo es multiplicar los debates acerca de
temas banales o intrascendentes con la obvia intención de escamotear de la
agenda pública los contenidos importantes y verdaderamente relevantes. En la
Argentina las diversas variaciones acerca del doble comando son parte del
golpismo gorila desde comienzos del proceso actual, en mayo del 2003. La
primera versión fue la del pobre chirolita (Kirchner) telecomandado por su
macrocéfalo antecesor (Duhalde). Hubo también competidores en el rol de
telecomandador que le salieron al gobernador y senador en ejercicio
(prestado) de la presidencia. Un periodista del diario neoliberal La Nación,
Claudio Escribano, se presentó frente al inminente primer magistrado
patagónico con un pliego de insolentes imposiciones enviado por quienes si
teledirigían al escriba de marras: los esbirros mediáticos del el poder
globalizado. Kirchner hizo caso omiso de los autoritarios dictados de
Escribano y desde su primer día de gobierno se dedicó a jibarizar la cabeza
(política) de Duhalde hasta reducirla a la mínima expresión.
La segunda versión del doble comando se difundió a continuación. En este
relato el papel de bruja mala le correspondió a la actual presidente. El
titular del ejecutivo quedaba reducido a la condición de pobre marido
sometido al despotismo de su consorte, que no le permitía ejercer sus
atributos constitucionales. En realidad, los K. son una asociación política
desde hace casi cuatro décadas; por lo cual no resulta extraño que se
consulten, debatan y resuelvan en común todas las cuestiones de gobierno; lo
cual no es ni ilegal ni ilegítimo. Los roles se invirtieron desde diciembre
del 2007. Allí el malvado fue el ex presidente que doblecomandaba a su
esposa.
No recordamos si la especie fue creada por la difamadora máxima de la
Argentina, Elisa Carrió o por el periodista gorilote Nelson Castro. Una
variante psiquiátrica de la teoría fue presumiblemente difundida por Carrió
en una reunión con la D:A.I.A. cuando dijo que Néstor le pegaba a Cristina.
Tal fue lo informado por el periodista Horacio Verbitski; aunque desde la
organización judía se desmintió la especie. Pero, más allá de lo anecdótico,
no quedan dudas que al pretender imponer la idea que el marido impediría
gobernar a la esposa, la única intención real era invisibilizar al poder
económico globalizado que se había sublevado contra la voluntad popular
durante el primer semestre del 2008. Cierre los ojos el lector y evoque el
grotesco gesto de Castro (no Fidel) clamando a cámara: con apesadumbrado
rostro de madre judía (ydishe mame)”Señor Kirchner, deje gobernar a su
esposa”, mientras la oligarquía desabastecía las ciudades bloqueando caminos
y rutas durante casi cinco meses de golpe de estado “blando”. La cuestión
del doble comando no tiene otra finalidad que ser una zoncera gorila más;
pero convertida en artillería mediática tendiente a provocar retrocesos al
pueblo; cunado no una derrota total.
Zoncera número IV. Las medidas propuestas por la oposición gorila. En
febrero de 2009 diversos conglomerados primates- la Unión Cívica Radical, la
Coalición Cínica por ejemplo- presentaron un conjunto de propuestas que no
merecen análisis demasiado concienzudo; ya que no soportan una mínima
confrontación con la historia reciente. Se trata de enunciados con una
finalidad electoralista y antipopular manifiesta. Por lo tanto diremos muy
pocas cosas acerca de lo relativo a la zoncera IV.
Dos puntos resultan rutilantes aquí. Eliminar las retenciones y prohibir o
suspender los despidos por seis meses. El primero seguro que lo llevarían a
cabo; ya que se trata de fuerzas parapetadas tras el golpismo gauchocrático
para disimular su inexistente capacidad de construcción política. La líder
de la coalición cínica, Elisa Carrió, llegó a pedir que el país se endeude
con el F.M.I. para suprimir las retenciones. Con un mismo discurso confesó
de hecho quienes son sus verdaderos mandantes: la oligarquía y el
imperialismo. Pero en lo que el cinismo rompió todos los moldes fue en la
cuestión de prohibir los despidos. Si francamente están por tal medida. ¿Por
qué no la implementaron cuando fueron gobierno? La diputada por la coalición
cínica Patricia Bullrich Luro Pueyrredón fue ministra de trabajo durante el
gobierno de De la Rua, el de la desocupación que batió records mundiales.
Ese era el momento para prohibir las cesantías. Y no lo hicieron. ¿Por qué
lo reclaman ahora desde el llano? La senadora María Eugenia Estensoro llegó
a la política de la mano de Domingo Cavallo. ¿Hizo la autocrítica por tales
antecedentes? Si cuando fueron gobierno rebajaron salarios a estatales,
docentes y jubilados ¿Ahora se acuerdan de medidas que favorezcan al pueblo?
La inteligencia humana tiene límites; la hipocresía gorila, no.
Si estas notas garabateadas bajo la forma de zonceras durante las merecidas
vacaciones veraniegas se convierten en herramienta útil para librar la
batalla cultural contra la gorilada colonial, habrán cumplido su propósito.
Si no lo hicieren la imaginativa creatividad de los primates argentinos
augura que esta. zaga de todos modos continuará.
*Redacción Popular www.redaccionpopular.com