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Elecciones:
el sonido y la furia
Por Alberto Nadra*
Merece hoy especial atención la lectura de los diarios donde, en una
tendencia que seguramente se incrementará con el curso de los días, compiten
en furia antikirchnerista y loas a la virginidad perdida de la democracia la
oposición partidaria y los analistas de los grupos mediáticos concentrados,
ante la versión todavía no oficializada de impulsar las listas del
oficialismo con gobernadores e intendentes para reforzar la relación de
fuerzas parlamentaria.
Para la oposición sobran los adjetivos y faltan los argumentos:
“mamarracho”, “violación del contrato con la sociedad”, “manotazo de
ahogado”, “ofensa a las instituciones” y hasta “accionar cuasidelictivo”.
Los principales medios anunciando catástrofe desde sus portadas y
fundamentándolas en otras razones en sus análisis. Clarín titula
centralmente “Gobernadores del PJ no se suman al Operativo Scioli” y La
Nación piensa que va a los bifes: “Varios intendentes del PJ se resisten a
ser candidatos”.
Ricardo Kirschbaum, Editor General del matutino de los Magneto-Noble
considera que “Kirchner ha convertido la elección de junio en un
plebiscito”, sorprendentemente se preocupa por la suerte de Scioli los
intendentes bonaerenses y acusa al ex presidente de “buscar la victoria sin
medir costos.” En tanto, su colega de redacción, Julio Blanck, considera que
su “inesperada jugada” esta “deformando el sentido de las candidaturas en
tributo a un intento plebiscitario, (y) aún está por verse si aumenta su
potencia electoral y lo acerca a la victoria que necesita para sostener el
poder, o por el contrario se dispara un ‘efecto boomerang’ que termina
volviéndose en su contra, sin remedio y sin tiempo para intentar otra
jugada”.
Como es habitual, los mayores dardos provienen del diario de los Mitre.
Joaquín Morales Solá, el entusiasta de Bussi al que ahora desvela la suerte
de la democracia según la entiende La Nación, no vacila en afirmar que
estamos ante “El mayor escándalo institucional de los últimos ocho años,
promovido por una camada de candidatos que anticipan que nunca ocuparán los
cargos que disputarán" lo que "sólo se explica en la certeza previa de que
las elecciones de junio están perdidas para el poder que gobierna. Sin
embargo, esta profanación del espíritu constitucional podría arrastrar a la
Argentina de tumbo en tumbo y adelantar aún más los estrechos márgenes de la
política”, Como si fuera poco, su compañero de columnas, Fernando Laborda,
le toma prestado sin citar una calificación al constitucionalista Daniel
Sabsay: “Tanto las candidaturas testimoniales como el incumplimiento de los
mandatos populares son una estafa al electorado. Todo resulta ya muy poco
serio”.
Veamos brevemente algunos adjetivos y argumentos.
Con relación al concepto que las “candidaturas testimoniales” y el
“incumplimiento de los mandatos” son “una estafa al electorado”podría
contestarse con unos párrafos imperdibles del politólogo Enrique Zuleta
Puceiro, insospechado de kirchnerismo, para quien:
“En los sistemas parlamentarios, los cargos ejecutivos derivan su
investidura de una fuente única de legitimidad: el mandato popular recibido
a través de las elecciones legislativas. A nadie sorprendería que los
ministros o los alcaldes de un país europeo desciendan periódicamente a la
arena electoral a revalidar sus mandatos en elecciones parlamentarias. Elena
Salgado –ministra de Economía del Gabinete español– es diputada y, ante una
elección legislativa, debe encabezar las listas del PSOE en su
circunscripción. Nadie espera que deje luego su cargo ejecutivo. Se sabe que
su banca recién ganada será ocupada por quien le suceda en la lista cerrada
y bloqueada que encabece en su provincia. No hay en esto nada exótico ni
antidemocrático” (Critica, 10-4-09).
Al criterio que se trata de la “violación de los contratos” contraídos por
la gente y “una maniobra tramposa y engañosa” ya que los “testimoniales” no
ocuparán los puestos para los que van en la boleta se aplica perfectamente
el razonamiento de Zuleta Puceiro. Sin embargo, ante tanta irritación de
medios y oposición, que en realidad ven peligrar la posibilidad de “un gran
golpe” contra el proyecto nacional y popular en marcha, y seria necio
subestimar su incansable trabajo para enfrentar cualquier amenaza a su plan,
podriamos agregar algo. El “contrato” del actual gobierno, iniciado por
Néstor Kirchner y plebiscitado popularmente con Cristina Kirchner, es con un
programa y una gestión.
Finalmente, queremos especialmente dirigirnos a quienes pretenden hacer
política desde la antipolítica, muchos de los cuales en estos días han
reivindicado con lagrimas de cocodrilo el mensaje de diálogo, debate y
consenso de Raúl Alfonsín, pero han olvidado el contenido de categorías tan
caras al ex presidente.
La creación del consenso se asienta sobre dos ejes: por un lado, el dialogo
constructivo y el fuerte debate para no ceder en las cuestiones de fondo o
de principios, dos caras de la misma moneda; y por otro lado, mucho mejor si
es resultado de lo anterior, en la construcción de las mayorías
parlamentarias y legislativas necesarias para gobernar, es decir cumplir con
los programas votados, el famoso “contrato” al que ya hicimos referencia. No
tiene nada pecaminoso pretender mejorar las posiciones de cada uno, y con
más razón del partido oficial, para ayudar a que se cumplan los compromisos.
En todo caso, de lo que se trata es de tener claros cuales son los límites
legales y morales en la legitimación de los gobernantes y la construcción de
las mayorías parlamentarias. Pero no es eso lo que están planteando los
medios y la oposición.
* Periodista y docente, actualmente titular del partido Izquierda
Democrática.Dirigente de la FJC y el PC hasta su renuncia en 1989, y
director de los semanarios Aquí y Ahora y Propuesta.Cofundador e impulsor de
la Juventudes Políticas (JPA) en los '70 y su reconstrucción luego del golpe
de 1976. Fue Jefe de Redacción de Prensa Latina durante la dictadura,
denunció la violación a los derechos humanos y fue el primero en enviar al
exterior la Carta de Rodolfo Walsh a la Junta Militar. Ya había participado
en el rescate y difusión del último poema de Victor Jara, escrito antes de
su asesinato en El Estadio de Santiago de Chile. Por estas acciones fue
reiteradamente condenado a muerte por grupos de tareas, pero a la vez
premiado por la Organización Internacional de Periodistas (OIP). En
democracia, recibió el Premio Hector Oesterheld
Fuente:
www.albertonadra.blogspot.com