|
|
“Pelotudo” es una palabra pelotuda
|
Isidoro Blaisten creó con una palabra ordinaria y prosaica aquel poema
inolvidablemente cristalino: “La balada del boludo”. Blaisten es Blaisten, y no
es De Angeli aunque los dos son entrerrianos. El tiempo ha ido suavizándole a
“boludo” el significado agraviante de su origen y hoy es casi una palabra de
sentido amigable. “Pelotudo” no. Es sinómino de boludo, pero mantiene su
significado descalificativo todavía intacto. Ser pelotudo es cargar más peso que
un boludo. Se emplea para decir que tal tipo tiene las pelotas tan grandes que
casi no lo dejan moverse y que se mueve torpemente. Que es un tonto, un otario o
un lento. A Alfredo De Angeli le ha dado por decirle pelotudo a Néstor Kirchner.
No creó ninguna balada sino que pronunció una pelotudez pelotuda. Tratándose él
de un chacarero, y con tanta afinidad y roce con la fauna del campo, es fácil
deducir que conoce del asunto de tanto mirarlo. Lo que más sobra en los animales
grandotes es eso que les cuelga. Ya que toros y caballos tienen lo suyo. La
metáfora testicular ya ni siquiera es un insulto: es una catarsis primaria
emitida por un emisor primario con temperatura. Nunca se supo que el contacto
con el poroto de soja, aparte de sustento para chanchos, haya servido para
influir favorablemente en el habla.
Pero cualquiera haya sido su intención peyorativa lo cierto es que De Angeli
tiene razón: Kirchner es un pelotudo. Porque no les hace caso. Porque no se
quiere convencer que sea con escraches o tractores o lock out los productores
van a despelotudizarlo. Y si Kirchner se dejara de pelotudear, los sojeros ya no
pagarían más retenciones. Y las riquezas de la tierra estarían donde deben
estar: exclusiva y equitativamente con sus dueños. Pero por culpa de esa
pelotudez de Kirchner, chacareros como De Angeli que hasta el síndrome de la
Resolución 125, se rascaban a cuatro manos en las pulperías pub de los pueblos
mientras la soja sola daba leche y la leche les corría por las comisuras, desde
entonces tienen que vivir con el corazón en la boca y escamoteando el contenido
de los silos y trampeando a los inspectores. En la “Balada del boludo” Isidoro
Blaisten escribe: “ Seguirás siendo siempre el mismo boludo; seguirás siendo el
mismo boludo siempre; seguirás siendo boludo siempre”. De Angeli debería oir
esta advertencia antes de volver a decir pelotudeces.
Carta abierta leída el 4 de Junio en Radio del Plata
|