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Quiero
libertad de expresión, ¿alguien me va a leer?
Por Martín Hernández*
Nací y viví mis primeros 18 años en el interior. A esa edad tuve que venirme
a Buenos Aires para poder estudiar la carrera de diseño audiovisual. Durante
muchos años he aguantado que me pregunten: “¿qué vas a hacer de tu vida?”,
pregunta que era difícil de responder hasta para mis adentros. Escuchaba
también muchos consejos: “quedate en Buenos Aires”, “acá no hay nada” y
“allá podes hacer de todo”. Esos consejos tan sabios me llenaban de bronca y
pensaba: “si no hay nada significa, entonces, que es acá donde se puede
hacer de todo”, y con dicho sueño imaginé siempre el retorno a mi suelo.
Durante mis años de estudio los tiempos fueron cambiando, y con ello la
tecnología fue evolucionando. Hoy, cuando cargo videos en un disco rígido y
los edito en computadora, cortando y pegando como si fueran trozos de papel,
se me hace increíble recordar que los primeros trabajos para la facultad,
algunos años atrás, los desarrollé mediante edición analógica (es decir de
cassette a cassette). Era, aquella, la misma época en que hablaba con mis
viejos comprando una tarjeta de teléfono público por cinco pesos y me duraba
escasos dos minutos. Era en la misma época cuando producíamos cortometrajes
sin tener un celular en la mano, era la misma época en que nos mandábamos
cartas por correo postal, era la misma época en que para armar un trabajo
escrito para la facultad debíamos juntarnos si o sí. Chat? Mail? Que será
eso!?
Sin dudas que la tecnología fue evolucionando y con ella, lamentablemente,
también evolucionó el panorama desfavorable que se me presentaba para mi
añorado regreso. La legislación de radiodifusión no evolucionó al tiempo de
la tecnología (como mínimo ejemplo sigue llamando a las Radios FM “Nuevas
Tecnologías”) y favoreció tácitamente a la concentración de medios en pocas
manos.
Desde hace algunos años muchas emisoras del interior del país comenzaron a
bajar señales de radios de Buenos Aires, atentando y compitiendo
deslealmente contra la ya escasa producción local. Esto no es algo exclusivo
de mi ciudad, ni de la suya; es algo que pasa a lo largo y ancho de todo el
país. Comercialmente es lógico: es más fácil retransmitir y vender
publicidad que producir y organizar; pero culturalmente es inadmisible. De
aquí parten aquellos pensamientos que me aconsejaban “allá podés hacer de
todo”; y es aquí donde esta nueva Ley propone un cambio sustancial con la
protección de la producción y los contenidos locales, que es fundamental
como motor de la industria audiovisual en todo el país. El artículo 57 de la
nueva Ley menciona un 50% de producción propia para los servicios de
radiodifusión sonora y un 30% de lo mismo para los servicios de
radiodifusión televisiva, que en ambos casos debe incluir noticieros o
informativos locales. Hoy, si en su ciudad hay temporal de viento, agua o
nieve, es muy probable que encienda la radio o la televisión y se encuentre
con una locutora o un videograph diciéndole que “es hermoso día de sol”. A
esta altura no creo que a Ud. le preocupe mas el embotellamiento en el
Obelisco o el pronóstico extendido de la Capital Federal, que las noticias
de su ciudad, a la cual debería tener el mismo nivel acceso.
Sería interesante que nos preguntemos entonces si queremos defender el
comercio y la renta publicitaria, o la cultura y el trabajo local; porque
con esta nueva Ley queda visto que la producción local pasa a estar
protegida. Preservando y multiplicando fuentes de trabajo locales y
regionales para todos los profesionales de la comunicación.
Con el avance de la tecnología el espectro radioeléctrico se ve amplificado.
Por ejemplo: la compañía de cable de Capital Federal te pide mas plata para
instalarte un aparatito por el cual podes ver el triple de la cantidad de
canales que tenías antes llegando por el mismo cable. Esto se debe a la
digitalización y no es muy difícil de entender, básicamente la señal se
comprime y ocupa menos espacio en la transmisión entonces no sufren
interferencias. A partir de ello esta nueva Ley prevé que el nuevo espacio
disponible se distribuya en partes iguales a saber: 33% para prestadores de
gestión estatal (Estado Nacional, Provincias, Municipios y Universidades);
33% para prestadores de gestión privada sin fines de lucro (ONG’s, entidades
religiosas, pueblos originarios, fundaciones, asociaciones, mutuales, etc.)
y 33% para prestadores con fines de lucro (Art. 21).
Esto es apenas un botón de muestra del cambio que implica esta nueva Ley que
se trata en el Congreso de la Nación. Estamos frente a la oportunidad
histórica de generar un cambio profundo. Como ciudadano, y como profesional
de la comunicación, le pido a todos los legisladores que traten este
proyecto de Ley; porque necesitamos mas voces, necesitamos actualizarnos,
necesitamos verdadera libertad de expresión. Hoy nos mienten cuando dicen
que es una Ley K. Este proyecto surge en el año 2004, a través organismos no
gubernamentales nucleados en la Coalición por una Radiodifusión Democrática
(http://www.coalicion.org.ar/). Lo que hizo el Estado fue tomar los 21
puntos básicos, que esta organización presentó, y los llevó a los mas de 20
foros de discusión abiertos a la ciudadanía en todo el país para sumar
propuestas plurales, (y si no te enteraste fue porque los grandes medios no
te lo mostraron), darle el marco jurídico y enviarlo al Congreso para su
tratamiento.
Hoy nos mienten cuando te dicen que el gobierno quiere controlar a los
medios. Hoy, el supuesto poder lo tiene el gobierno a través del COMFER
(Comité Federal de Radiodifusión), ente que hace muchos años esta
intervenido por el Estado porque con la actual Ley creada en la dictadura lo
manejarían las Fuerzas Armadas, la SIDE y las empresas privadas de
comunicación. Con esta nueva Ley se le da participación en el control a las
minorías parlamentarias a través de la Autoridad Federal de Servicios de
Comunicación Audiovisual (Art. 14) y a representantes de todos los gobiernos
provinciales y de cada uno de los sectores, con o sin fines de lucro,
involucrados por medio del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual (Art.
16). Además se crea la figura de la Defensoría del Público (algo similar a
la Defensa del Consumidor) para cualquier ciudadano (vos, yo, tu hijo, o tu
abuela) pueda realizar el reclamo que crea conveniente por los servicios
prestados.
Tenemos que defender esta Ley. No nos dejemos engañar por quienes nos
ocultan gran parte del debate. No nos dejemos engañar por quienes pedían
“diálogo” y hoy no quieren dar el debate. Quienes están en el Congreso son
tan diputados como los que vendrán y se los votó para cumplir su mandato.
Ahora dicen que “la quieren meter a las apuradas” cuando el desarrollo del
proyecto llevó mas de 5 años y su deseo de concreción mas de 25. Ahora
entiendo cuando aquella vez Carrió dijo (sin haber conocido aún el
proyecto): “después discutiremos con Clarín la mejor Ley”…
Gracias por haberme leído hasta acá. Para terminar dejo la opinión de Frank
La Rue, abogado y periodista guatemalteco que estuvo exiliado en Washington
entre 1981 y 1993 por la dictadura de su país. Desde el 2000 es miembro de
la Asociación Latinoamericana de Organizaciones de Promoción y actualmente
es Presidente del Instituto Demos, que promueve la ciudadanía desde los
derechos humanos entre jóvenes, mujeres e indígenas. Fue fundador del Centro
para la Acción Legal en Derechos Humanos en 2003; se desempeñó como
comisionado presidencial de Derechos Humanos entre 2004 y 2007; fue nominado
al Premio Nobel de la Paz en 2004. El 18 de junio de 2008 fue elegido por la
Presidencia del Consejo de Derechos Humanos como Relator de la Organización
de Naciones Unidas (ONU) con el encargo de redactar un informe anual para el
Consejo sobre la situación de la libertad de expresión y recibir las
denuncias sobre violaciones en contra de este derecho.
Guatemala, agosto 26 de 2009.
Presidenta Constitucional de la República de Argentina
Señora Cristina Fernandez de Kirchner
Su Despacho
Excelentísima Señora Presidenta:
Tengo el honor de dirigirme a su excelencia, con el propósito de
manifestarle mi más profundo reconocimiento al esfuerzo que usted
personalmente ha realizado en el desarrollo de la propuesta de Ley sobre
Medios Audiovisuales en Argentina.
Como Relator Especial de Naciones Unidas sobre el Derecho a la Libertad de
Opinión y Expresión, me permito reconocer públicamente que esta propuesta de
Ley, es un modelo único en el mundo y un ejemplo para todos los demás
países, en virtud de que garantiza el acceso de todos los sectores a las
frecuencias de la radio y la televisión manteniendo el principio de
pluralismo y diversidad en el ejercicio de la libertad de expresión.
El establecimiento de tres segmentos equivalentes de frecuencias
comerciales, comunitarias y públicas es un paso avanzado en el ámbito de la
legislación sobre telecomunicaciones.
Deseo además felicitarla por el proceso seguido para la elaboración de esta
propuesta de Ley, pues pude verificar personalmente en Argentina, que la
misma surge del documento de principios propuesto por organizaciones de la
Sociedad Civil, y posteriormente fue sometida a consulta popular en todas
las regiones del país. Esto también constituye un gran precedente en materia
de propuestas legislativas que estoy seguro el Congreso de la República
sabrá valorar.
Resaltando esta iniciativa como una de las buenas prácticas que surgen del
continente, me permito expresar mis deseos para que el proceso de aprobación
de la Ley mantenga el espíritu positivo de la misma.
Reiterando mi compromiso como Relator de brindar a las diferentes instancias
del Estado Argentino el acompañamiento técnico que en materia de derechos
humanos y de libertad de expresión pueda yo brindar, me suscribo de usted,
respetuosamente,
Frank R. La Rue L.
Relator Especial de Naciones Unidas
Sobre el Derecho a la Libertad de Opinión y Expresión
* Diseñador de Imagen y Sonido – Universidad de Buenos Aires