Stallman, las Madres, software libre y derechos humanos

(lavaca.org) Richard Stallman, el más carismático orador del software libre (+ info) y creador del proyecto GNU, visitó la Argentina en agosto de 2004. Su agenda de presentaciones fue organizada por lavaca junto a Diego Saravia –integrante del foro Hipatia y padre del programa Ututo- y Vladimir Di Fiore, habitual colaborador de
nuestra cooperativa e integrante de Solar, una de las organizaciones que promueve el software libre en nuestro país. Stallman cumplió con el programa –que incluyó una entrevista con el ministro de Educación Daniel Filmus y una multitudinaria presentación en el Centro Cultural de la Cooperación-, con una única excepción: se negó a dar una charla en la Universidad de las Madres de Plaza de Mayo. Interpelado por lavaca, Stallman se justificó diciendo que Federico Heinz y Beatriz Busaniche, de la Fundación Vía Libre, le habían aconsejado que no lo hiciera para preservar al software libre de definiciones políticas.

Tiempo después, cuando Stallman se cruzó en Venezuela con Claudia Korol, por entonces responsable de la carrera de Educación Popular de esa Universidad –que se había preparado especialmente para recibirlo-, le detalló que para convencerlo de lo inconveniente de su participación le habían enviado una copia de la carta que Hebe Bonafini escribió en oportunidad del atentado de las Torres Gemelas. Y aunque se le señaló lo malintencionado del recorte de la información proporcionada –ubiquemosnos: gobierno de George Bush, Ley Patriótica, opositores tildados de terroristas- Stallman señaló a Vía Libre como su entidad de confianza. Luego, la puso al frente de la versión latinoamericana de su Fundación.

Desde entonces hasta hoy la comunidad latinoamericana mantuvo una dura polémica sobre este tema puntual que comienza a saldarse ahora con la carta abierta de la Fundación Software Libre de América Latina donde pide formalmente disculpas. “Nunca debemos recomendar que los oradores de Software Libre eviten un lugar donde serán bienvenidos y escuchados, y nunca debemos intentar dividir un proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software libre”.

Las disculpas demoraron cinco años y se hicieron explícitas por varios motivos. El principal fue que varios e importantes integrantes del movimiento latinoamericano no dejaron de exigirlas en todos estos años. Para ellos, el incidente marcaba un punto de inflexión en una comunidad donde conviven diferentes visiones sociales y políticas, basándose en dos principios fundadores: ética y colaboración. ¿Qué había cambiado para que por primera vez un grupo conspire contra la actividad propuesta por otro, sin plantearlo abiertamente en los foros, otra de las características claves del movimiento?

La segunda es que, tal como señala la Carta Abierta de la Fundación, a sólo un año de su creación los miembros fundadores escogidos por Stallman abandonaron la conducción con un coro de acusaciones sobre el manejo de fondos y prebendas. Pero fundamentalmente por el motivo central que originó esta polémica: de qué lado estar.

Cinco años después, el movimiento de software libre latinoamericano creció y se fortaleció desde abajo y desde los bordes. A punto tal, que hoy su vocero político en la cumbre del MERCOSUR ha sido el gobierno paraguayo. La experiencia brasileña es otro fuerte referente, así como el trabajo que varios miembros del movimiento hicieron en Venezuela para impedir el boicot a su industria petrolera desde los centros de control informáticos norteamericanos. Se trata de algunos ejemplos que revelan el impacto que llega a tener el invisible trabajo cotidiano realizado junto a quienes pueden transformar la realidad. Desde los escenarios, en cambio, las banderas de software libre sólo han servido como criadero de un rentable oficio: el de oradores profesionales. Un proceso que convierte a militantes sociales en expertos buscadores de financiamiento para organizar “programas” de entretenimiento mediático: foros, charlas, debates.

El prójimo

En paralelo, la multinacional encargada de privatizar las nuevas tecnologías avanzó sin grandes resistencias en su estrategia local. Microsoft no se dedicó a perseguir a los millones de usuarios que en sus hogares usan copias de sus programas, sino a atraparlos a granel, a través de acuerdos con el Estado, en todos sus niveles: nacional, provincial y municipal. Lo logró, con el tradicional estilo Corleone: haciéndoles una propuesta que no pudiesen desechar. El método consistió en ordenar operativos en dependencias oficiales. Una vez comprobado in situ el uso de copias de su software, los forzó a firmar acuerdos millonarios y de largo plazo. Un ejemplo: el 19 de agosto de 2003, el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, mediante el decreto 1844, formaliza un acuerdo con Microsoft por 1.269.966,92 dólares, a cambio de la que la empresa retire su demanda por el uso de copias de su software registrada en un operativo que ordenó en la Comisión Municipal de la Vivienda. Para entender los modales que utiliza esta empresa, basta leer el punto 6.6 de este acuerdo: “Ninguna de las partes revelará dichos términos y condiciones, ni el contenido de ninguna de las conversaciones que conllevaron a ellos, a ningún tercero, salvo que tal revelación sea exigida por ley o por mandato judicial”.

Las provincias de Buenos Aires, Río Negro y Salta, el ministerio de Educación y el de Economía también suscribieron distintos tipos de acuerdo con Microsoft.

Ahora, la empresa decidió arremeter contra otros grupos. No parecen elegidos al azar. En el último mes llegó una intimación al Cels (Centro de Estudios Legales y Sociales) y a la CTA solicitando la comprobación de las licencias del software, bajo amenaza de iniciar acciones legales.

La acción represiva cobró impulso en los dos últimos años con el desembarco de la oficina local de la Business Software Alliance (BSA), una organización “creada para promover los objetivos de la industria del software y sus socios del hardware”, según anuncia en su página www.bsa.org, desde donde alienta a denunciar a empresas que utilizan copias de software. Solo durante los primeros seis meses de 2009, la BSA promovió 28 allanamientos policiales y 72 diligencias judiciales en empresas argentinas. “El material incautado asciende a los 3.385.200 pesos y 18 personas fueron procesadas por ser consideradas responsables del delito de defraudación contra la propiedad intelectual”.

Uno de los abogados contratados por la BSA es el doctor Antonio Millé, titular de la Cátedra de Derecho de Autor de la Universidad Católica y asesor de la ONU. Su frase preferida sintetiza su mix de fe: “Hay que entender que un programa es una propiedad del prójimo”.

Una oportunidad

Cuando la empresa XTech recibió una de las intimatorias cartas de BSA surgió la idea: iniciar una campaña para una migración masiva hacia el software libre. La iniciativa es impulsada desde la Cámara Argentina de Empresas de Software Libre (Cadesol) que envió a 9.000 pymes una carta donde le proponen “si querés ahorrar y de paso sacarte de encima el problema de las licencias, migrá a software libre”.

La ofensiva de BSA parece, entonces, una excelente oportunidad para que la comunidad del software libre local reconozca aliados y enemigos para dar la batalla que le da sentido: combatir la privatización del conocimiento y construir una sociedad libre. Quizá el mensaje de que la libertad de conocimiento es un derecho humano está aún tiempo de ser lanzado.

Más info sobre el software libre y sus batallas

Carta Abierta de la Fundación:

“A SOLAR, Hipatia, Madres de Plaza de Mayo, UTUTO, y sus miembros; a otras organizaciones, proyectos y activistas de Software Libre y de Derechos Humanos; y a todo a quien corresponda:

FSFLA es acusada de actos en Argentina que son incompatibles con nuestros valores y compromisos públicos. Las acusaciones están mal dirigidas: fueron hechas por primera vez hace más de 4 años atrás, contra unos pocos que luego se volvieron miembros fundadores de FSFLA, los cuales ya no están en FSFLA. No podemos juzgar la disputa entre otros, pero si hubiéramos existido como ahora, ciertamente no nos hubiéramos comportado como se alega. Nunca debemos recomendar que los oradores de Software Libre eviten un lugar donde serán bienvenidos y escuchados, y nunca debemos intentar dividir un proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software libre.

FSFLA fue fundada en noviembre de 2005. Un año más tarde, diferencias internas insuperables forzaron un reinicio. De la gente que fue inicialmente acusada, ninguno quedó. Hemos adoptado una nueva constitución e invitamos activistas de Software Libre de toda América Latina para a unirse a nosotros.

Lo que sea que haya ocurrido antes de la fundación de FSFLA, no fue aprobado por FSFLA. No hubo discusión alguna acerca de esos temas dentro del equipo de formación de FSFLA antes que ellos alegadamente ocurriesen. Por nuestra constitución, nadie representa a FSFLA sin una decisión formal para aprobar esto. Si nuestro nombre fue usado, fue sin autorización. Negamos cualquier relación con lo que sea que haya pasado. Nuestros actuales valores y compromisos públicos no nos permitirían actuar como se alega: si preguntan, recomendaríamos y decidiríamos contra dichos actos atribuidos a algunos de nuestros fundadores.

A pesar de que no participamos, reconocemos y lamentamos los retrocesos y conflictos que sucedieron las dudas acerca de si Richard Stallman debiera dar una conferencia en la Universidad Popular de Madres de Plaza de Mayo, en 2004, y los alegados intentos de dividir el proyecto UTUTO, a principios de 2005. Nuestra constitución nos obliga a valorar avances a largo plazo para la Libertad de Software por sobre cualquier otra cosa. Esto es el opuesto de los actos alegados.

Estamos por nuestros compromisos a nuestra constitución, por nuestra misión y los valores éticos, morales y sociales que son las fundaciones del Movimiento del Software Libre. Prometemos ayudar y apoyar la promoción de los ideales y principios de la Libertad de Software a personas y entidades, sin considerar sus inclinaciones políticas, incluyendo movimientos sociales y organizaciones de derechos humanos como Madres de Plaza de Mayo, junto con cualquier comunidad de Software Libre que acepte nuestra cooperación para ese fin. Respetamos y apoyamos la unidad del proyecto UTUTO, el primero en crear una distribución 100% Libre de GNU/Linux, y de cualquier otro proyecto comprometido con los valores del Movimiento del Software Libre.

Instamos a las partes involucradas a intentar resolver pacíficamente los conflictos que queden y poner fin a las hostilidades que dañan al Movimiento del Software Libre. Reafirmamos nuestro deseo e invitación para mayor cooperación junto, con y entre todas las comunidades, organizaciones y activistas en la promoción de la Libertad de Software”.

Fundación Software Libre América Latina


Fuente: www.lavaca.org
 

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