|
|
|
Con todo respeto
Hay gente que pregunta por mi opinión sobre
la entrevista a Julio Marenales, acá va...
Por Jorge Zabalza*
Antes que nada.. ¡aplausos al pensamiento crítico! Importante que sea el
Viejo Julio quien exprese sobre el MPP y su líder, José Mujica, lo que todos
ya saben. Importante que no contribuya a engañar a nadie y deje de engañarse
a sí mismo. Importante en alguien que, de cierta manera, fue una especie de
hermano mayor para muchos sobrevivientes y goza de autoridad sobre la
militancia emepepista. Importante, sobretodo en pleno clima electoral,
cuando se transforman en “barras bravas” hasta los seres más pensantes. La
hinchada se pone la camiseta del Pepe, arremete contra Astori, después
contra Lacalle, pero en la arremetida se olvida de pensar, absurdo de masas
que vuelve pírricas las victorias electorales. ¡Ojalá cunda el ejemplo de
Marenales!
Después de ello algunas precisiones:
UNO: “Hace unos años que estamos en el Parlamento y yo voy viendo la
velocidad con la que sistema va institucionalizando a los compañeros que
están ahí. Yo digo que los agarra el pulpo y les come la cabeza y les digo a
los compañeros que me gustaría discutir si esto sirve como acumulación
estratégica”. (Julio Angel Marenales en “Crónicas”).
El pulpo no pudo comerle la cabeza a Guillermo Chiifflet ni a Helios
Sarthou.... ¿porqué puede hacerlo con la flor y nata del movimiento
tupamaro? Creo que es hora que Marenales se lo pregunte a sí mismo con la
honestidad que lo caracteriza. No es todavía la hora de los hornos, pero
puede haber llegado la hora de la sincerarse.
Hasta agosto de 1994, momento de la masacre policial en Jacinto Vera, no
había pulpo que le comiera la cabeza a los tupamaros. Luchas sindicales
“salvajes” en la salud, la construcción, el transporte (ONDA y CUTCSA), las
marchas “peludas” desde Constitución, la coordinadora anti-razzias, el boom
de las ocupaciones de tierra, la columna Cerro-Teja, los tupas y el MPP
estábamos en todas las movilizaciones populares radicalizadas. Fue entonces
que, solita y sola, contra la mayoría de los sectores frenteamplistas, CX44
impulsó y agitó la lucha contra la minireforma de la constitución (impulsada
por blancos, colorados, Seregni y Astori). También el MPP fue la única
fuerza frenteamplista que manifestó en el Palacio Legislativo en rechazo de
la entrega de las llaves de Montevideo que hacía el Intendente Tabaré
Vázquez a George Bush (padre). Hugo Cores, Sacha Previtale y Helios se
retiraron de sala en aquella ocasión, no querían sentir vergüenza ajena.
Ahora, como dice Marenales, la principal figura del MPP se abraza de George
Bush hijo sin que se le erice el pelo. Es todo un cambio de actitud, que
refleja un cambio en las ideas y predispone a dejarse comer las cabezas.
Hasta 1994 para el MLN-MPP no había enemigo grande, fuimos una fuerza
militante que arremetía con decisión, chocamos directamente con los dueños
del Uruguay y el imperialismo. Nadie podía comernos la cabeza porque nos
unía la voluntad de acumular fuerzas para emancipar la sociedad. Nuestro
propósito era ganar cabezas para la revolución, no perderlas en el
parlamento. Ahora la cosa ha cambiado, ahora la militancia se desgasta
juntando “votos a lo bobo” y participa activamente en un gobierno que apenas
se propone “mejorar el sistema”, al decir de Marenales. “Mejorar el sistema”
no es nada nuevo, lo viene haciendo la socialdemocracia desde hace cien
años. Tal vez sea lo único que puede hacer (es lo que hay, valor) pero los
tupamaros tendrían que apuntar más lejos. Si mejorar el sistema es lo único
que puede hacerse, que lo haga la derecha frenteamplista de Tabaré y Astori,
pero los tupamaros nacimos para transformarlo revolucionariamente en otro
sistema de vida social. Si se llega a presidente convocando a terminar con
el capitalismo –como se hace en otros países hermanos- sería una victoria de
los tupamaros, pero cuando se llega abdicando de agitar revoluciones en aras
del pragmatismo, estamos frente a nuestra segunda derrota, la ideológica.
La presencia de la “fuerza que el Pepe construyó” en ministerios, cargos de
confianza y el parlamento asegura al Estado el consentimiento de los
sectores sociales más capaces de rebelarse contra el régimen. Amortigua
políticamente los posibles conflictos sociales. Nadie quiere poner un palo
en la rueda del gobierno de Tabaré. Los tupamaros somos hijos de la
llamarada, incendiarios, no nacimos para apagafuegos. En los últimos quince
años el rol del MPP con relación al sistema dejó de ser rupturista y pasó a
ser amortiguador. El nuevo rol no acumula fuerzas para la emancipación
social sino que, por el contrario, arrastra las fuerzas potencialmente
revolucionarias hacia la conciliación. No es el parlamento quien se come las
cabezas a los tupas parlamentarios, antes se las comió la filosofía del
pragmatismo y la cultura de la transa.
DOS: ”Por eso quiero trabajar a fondo para reorganizar el MPP, porque el MPP
es un gigante estúpido. Es grande pero estúpido. ¿Qué ideología tiene? ¿A
qué sector social expresa?” (Julio Angel Marenales en “Crónicas”)
Entre fines de 1998 y febrero de 1999 el MPP vivió en Congreso. El más largo
de su corta historia. El debate de fondo se dió entorno a la “carta del
Comité Central del MLN al Congreso del MPP”, que proponía modificar el
concepto de pueblo –explicitado en los documentos fundacionales del MPP-
incorporando a “los burgueses perjudicados por el neoliberalismo”. La
propuesta fue elaborada por Eleuterio Fernández Huidobro, apoyada por los
más importantes dirigentes del MLN (T) y aprobada por el Congreso del MPP,
salvo por una minoría que debió retirarse. No es de ahora que el Ñato
Huidobro es “conciliador de clases”, la cosa viene de lejos, tal vez desde
la llamada “tregua armada”. Pero cabe recordar, para ser justos, que
Eleuterio no estuvo solo en la estupidización del MLN- MPP, sus iniciativas
fueron colectivamente apoyadas...
Hasta 1998/99 el MPP era un polo ideológico revolucionario, una “estaca”
clavada en la izquierda del Frente Amplio, tal y como el MLN había propuesto
diez años antes en el Estadio Franzini. En aquellos tiempos Marenales
repetía socarronamente que los tupas teníamos que ser los más asquerosos del
Frente. Muchos le hicimos caso. Jorge “Pato” Quartino lo era en la Mesa
Política, Sarthou lo era en el Senado y uno hacía lo posible por ser bien
“asqueroso” en la Junta Departamental de Montevideo...y así nos fué, se
perdió la batalla en el MPP ante quienes querían ser “los más
frenteamplistas”, aún dejando jirones de piel al pasar el alambrado de púas.
Ellos condujeron esa fuerza militante, que quería ser revolucionaria, por el
camino del electoralismo hasta transformarla en instrumento político de
amortiguación al estilo del viejo batllismo. El estupidismo no es un virus
de grippe A, que se contrae casualmente, al MPP clasista y combativo lo
hicieron gigante y estúpido con premeditación y alevosía.
“Reorganizar el MPP”... ¡bravo y ojalá! Significa que un montón de
militantes retomarían las definiciones ideológicas que “derogó” aquel
Congreso de la conciliación de clases. Significa que pasarían de defender
“transas” de toda laya, a la defensa irrestricta de los intereses populares
(reforma agraria, estatización de la banca, aumento del salario real hasta
el nivel anterior al golpe de Estado, no pago de la Deuda Externa, Juicio y
Castigo a los crímenes de lesa humanidad). Significa que esa militancia
emepepista recobraría la voluntad para desacatarse del gobierno, del Frente
y del PITCNT, como se hizo cuando la Minireforma o la privatización del
Carrasco. Significa independizarse del reformismo socioliberal del gobierno,
un espíritu de ruptura –aunque no se llegue a ella- en la interna del Frente
Amplio, ser nuevamente los más asquerosos, recurrir a la acción directa para
cambiar el escenario del debate, sinceramente no veo que los guitarreros
conque cuenta Marenales tengan las uñas que se precisa para tremenda
“reorganización”. Perideron la costumbre de ser mirados de reojo cada vez
que entran a un organismo del Frente Amplio. Todo esto dicho con el debido
respeto a quien ha luchado con vehemencia toda su larga vida, aplaudo a
Marenales pero soy escéptico sobre que pueda cumplir ese propósito de
“reorganizar el MPP”, muy escéptico.
POSDATA: “Nepo” Wasen y el “Mojarra” Wolf fueron colocados con el “Negro”
Amodio en uno de los calabozos del Batallón Florida. Además de ser
torturados por los mismos oficiales que hicieron aquel operativo de
inteligencia militar llamado “la tregua armada” (negociaciones de militares
armados con prisioneros desarmados), el Mojarra y Nepo estaban sometidos al
trabajo de zapa de un traidor de cuya traición no sabían nada. No le deseo a
nadie esa situación. Tartufo quería que Wolf, único que conocía la cárcel
del pueblo, le diera la dirección y los presionaba conuqe los torturadores
sabían ya la característica del número de teléfomo donde estaba recluído
Pereira Reverbel. Cuando en el calabozo Wolf les dijo la dirección a sus
compañeros, en confianza, creía que Amodio era un cumpa. Nepo asumió la
responsabilidad política de ir a la calle Juan Paullier para impedir
derramamientos de sangre y...se equivocó. Lo hizo en un contexto donde era
altamente probable equivocarse, sobretodo teniendo en cuenta que no fué el
único equivocado en ese cuartel del Buceo. Adolfo Wasen murió luchando, una
lección de dignidad que debe ser recordada cada vez que se habla de él,
porque la verdad está en la totalidad de una historia de vida y no en los
errores aislados. Hay que ser muy cuidadoso porque la historia de laepopeya
guerrillera se elabora en base a nuestras memorias.
Firmado: Tambero
emepepista.
*Dirigente histórico del MLN Tupamaros
|