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Amílcar
Figueroa Salazar: "La revolución venezolana es una creación heroica"
Por Pedro Jorge Solans*
Fotografías Santiago Solans
El escritor y político venezolano Amílcar Figueroa Salazar definió a la
revolución venezolana como una creación heroica, -parafraseando al peruano
José Carlos Mariátegui, porque tiene características propias y no se parece
a ningún otro proceso.
“Creo que el gran aporte del comandante Hugo Chávez es haber liderado un
proceso pensado acorde a las características venezolanas”, señaló el
escritor.
Figueroa Salazar tomó un despacho prestado en el enorme edificio del Parque
Central, en pleno centro de Caracas, para hablar del proceso venezolano. Con
una dilatada trayectoria en la lucha revolucionaria, es uno de los pocos
intelectuales que se atrevió a enfrentar la histórica polémica: ¿Reforma o
Revolución?
Los cambios que se viven en el país ameritan ir más allá de la crónica del
desarrollo de la revolución bolivariana. Y Figueroa Salazar lo hace desde el
análisis en el contexto latinoamericano y desde las circunstancias en que se
desenvuelven.
Es diputado del Parlamento Latinoamericano, (Parlatino), por Venezuela,
Presidente Alterno del mismo, y miembro del Buró Político-Regional Caracas
del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
¿Quién analiza el proceso venezolano en la actualidad?
Hay muy poco trabajo de análisis sobre el actual proceso. Hay muchos libros
de naturaleza propagandística-militante. Tenemos un Presidente de la
República que es un excelente educador y comunicador.
Personalmente con el libro ¿Reforma o Revolución en América Latina? El
proceso venezolano, (ocean sur), pretendo difundir una lectura objetiva e,
incluso, hasta puede servir de referencia para analizar los problemas.
Pero, por otro lado, creo que se necesita mucho más análisis. Ver la
situación de América Latina desde otra óptica y enriquecer la revolución
bolivariana.
En ese contexto, el Partido Socialista Unido de Venezuela, (PSUV), necesita
más pensamiento crítico desde la perspectiva revolucionaria, no de la
oposición, y esa necesidad surge porque la izquierda venezolana claudicó
ante la Revolución Bolivariana. Algunos izquierdistas se fueron a la derecha
y otros se sumaron sin hacer un aporte significativo. Entonces, cabe
preguntarse: ¿Cuál era el rol de la izquierda marxista en el proceso?
Aportar un pensamiento social avanzado al proceso bolivariano para amasar un
pensamiento latinoamericano. Ahora se reactualizó la discusión, si un solo
país puede hacer la revolución.
El proceso revolucionario bolivariano ha hechos cambios profundos, entre
ellos ampliar la democracia. Pasar de una democracia representativa a una
participativa. Pero cuando se pasa a la etapa de construcción socialista
aparecen otros interrogantes bien complejos. Por ejemplo si es posible
construir el socialismo sin el desarrollo de las bases sociales, y allí
surge la idea de la “complementaridad” que nos puede ayudar a pensar en los
niveles que tuvo este proceso. Si esos países con gobiernos progresistas que
generaron una corriente a nivel continental no apuntan de una u otra forma
en la misma dirección, será dificultoso para Venezuela seguir avanzando.
Aunque los procesos sean de naturaleza diferente. No es lo mismo las
transformaciones que sucedieron en Bolivia que las que están sucediendo en
Nicaragua.
A partir de la Revolución Bolivariana en América Latina se produjo una
especie de oleada de cambios profundos que permitió que a través del proceso
democrático se dieran transformaciones en diversos países con cualidades
distintas y desarrollos desiguales; ahora la lucha por el socialismo en
América Latina significa un punto de alcance del pensamiento crítico, con
mucha más profundidad social, por eso se plantea la construcción de un
movimiento que vaya más allá de las fronteras donde se conjuguen todas las
rebeldías, disidencias, modelos alternativos en la búsqueda de una
construcción teórica; lo cual permitiría primero combinar ciertas
posibilidades que nosotros tenemos, como el 25% de las reservas hídricas del
mundo, un buen porcentaje de energía y una biodiversidad enorme, que daría
una base material para que el proyecto socialista sea sustentable.
Pero también hay que advertir que la resistencia a los cambios no está solo
afuera sino que hay sectores que resisten adentro. Todavía hay ideas
neoliberales camufladas adentro de la revolución y por supuesto alentada por
el enemigo que es poderoso y está constantemente ensayando formas de
penetración ideológica.
No hay que olvidarse que la batalla cultural no se la gana de un día para
otro, y la revolución no expropió a los medios de comunicación que forman el
ariete que usa el enemigo para esta batalla. La lucha no cesa.
¿Cómo superar el capitalismo?
Podemos observar que el capitalismo en Venezuela tuvo un desarrollo muy
particular. Hubo una economía petrolera rentista por un siglo que marcó el
común de la sociedad, la caracterizó en su estado, en su pensamiento, en su
cultura, en sus costumbres. El sistema capitalista se impuso en la sociedad
venezolana a la sombra de la economía minera-petrolera. O sea enfrentar esa
situación supuso un primer reto la superación de ese capitalismo que es la
base de los problemas. Cambiar ese capitalismo por un socialismo productivo.
¿Y la clase obrera de Venezuela?
Sin pasar por las fases del capitalismo clásico, la economía petrolera
generó una estructura de clases, entre cuyas características resalta que el
proletariado fabril ha sido escaso y que el ingreso proveniente de la renta
permitió la temprana formación de una especie de aristocracia obrera en las
ramas emblemáticas de la economía, factor que ha sido en detrimento de que
esta clase se constituya en el sujeto histórico del cambio. En ese sentido,
la revolución bolivariana es atípica. Es una revolución donde la clase
obrera casi no tuvo incidencia.
La economía petrolera consume muy poca mano de obra, ahora ha crecido
bastante el sector petrolero. Desde el obrero menos calificado hasta el
ministro suman75 mil personas las que trabajan y producen la mayor cantidad
de producto interno del país. Eso es lo que genera la industria petrolera.
Pero a la vez el sector petrolero genera un Estado fuerte e hizo que la
gente dejara el campo para concentrarse en las ciudades. Es así que el 85%
de la población venezolana ocupa solamente la franja costera quedando
despoblado el resto del país. Venezuela no se vio forzada a generar
manufactura.
Nosotros tenemos una serie de fuerzas sociales interesadas en el cambio, por
supuesto que incluye la clase obrera, pero que no es esta solamente y eso es
una diferencia sustancial.
¿Cuál es la base del proceso venezolano?
Finalmente siempre se ha dicho que la revolución descansa sobre la alianza
cívico militar. Lo cívico incluye sectores muy diversos de las clases
empobrecidas, no necesariamente obrera; y en lo militar, siempre hubo una
simiente popular en las fuerzas armadas. Varios ejemplos sustentan esta
teoría. Los levantamientos de militares de izquierda que hubo en los años
60, los contactos entre los oficiales y el PC, y el origen de las fuerzas
armadas venezolanas con la impronta de Simón Bolívar .
Precisamente, el actual proceso se remonta a la historia misma venezolana.
Desde Simón Bolívar pasando por las acciones de militares nacionalistas y la
guerrilla de los años 60.
En 1957, el Partido Comunista organizó la Comisión Militar para trabajar con
los militares nacionalistas y se puede decir que el derrocamiento del
régimen personalista que presidió Marcos Pérez Jiménez que se produjo el 23
de enero de 1958 se debió a esa alianza cívico-militar que formó el PC.
Pero debemos reconocer que, en un primer momento, la Revolución Bolivariana
extrae sus contenidos de la poesía de nuestro pasado: El núcleo central del
pensamiento del Libertador Simón Bolívar. Independencia. Soberanía.
Redención Social y Unidad Continental constituyó el principio rector de
aquellas primeras jornadas.
¿Por qué es necesario un movimiento bolivariano continental?
Porque la lucha por la unidad de América Latina está cruzada por varias
dificultades, y una lucha por la unión de los pueblos no se puede dar
separada de la lucha por el socialismo.
Esta no es una discusión subalterna, mucho menos si tomamos en cuenta la ola
de cambios políticos que se han producido en el continente durante los
últimos diez años. Las rutas son distintas, al lado de regímenes
tremendamente reaccionarios como los de Colombia y Perú se produce una serie
de cambios políticos progresistas: unos se encaminan para la reforma y otros
por la revolución. Esto se encuentra dialécticamente relacionado con el
grado de desarrollo de la lucha social y la conciencia social en cada uno de
nuestros países donde debemos advertir que los triunfos electorales no
necesariamente se corresponden con un mayor grado de desarrollo de los
movimientos sociales, de la lucha social, de la conciencia social. Brasil es
un ejemplo claro. El movimiento obrero, el Movimiento Sin Tierra sufrieron
un frenazo ante la expectativa reformista.
Otros problemas, no menos importantes, estarían referidos a que no habrá
unidad verdadera de América del Sur con el Plan Colombia ni con el
poblamiento de bases militares imperialistas.
¿Cómo construirlo?
La lucha por el socialismo en América Latina tiene otro alcance, es más
profunda socialmente, y pasa por la construcción de un movimiento que vaya
más allá de las fronteras nacionales y debe conjugar todos las rebeldías,
todas las disidencias, todos los modelos alternativos que se están
desarrollando, y deben buscar finalmente una construcción teórica para
propiciar el cambio necesario en el Continente.
Ya lo dijimos antes. Con los recursos naturales, el buen porcentaje
energético, y con la mayor reserva de biodiversidad, tenemos una buena
combinación, una buena base material donde el proyecto sea sustentable.
* Director de
www.eldiariodecarlospaz.com