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El
sindicalismo en sus cifras
Por Alberto Buela (*)
Hemos recibido por gestión de un gran amigo y una de las personas que en nuestro
país conoce más a fondo la realidad, constitución y desarrollo del sindicalismo
argentino, se trata del Dr. Hugo Guida, el último Nomenclador actualizado a
noviembre de 2009 de los sindicatos en Argentina, algunos de cuyos datos no
dejan de sorprendernos, pasamos a exponerlos y comentarlos.
Total de organizaciones: 2.990. En noviembre del 2003 había 1.520.
Aproximadamente 1.800 con personería gremial y 1.200 solo con inscripción
gremial.
El modelo sindical argentino y peronista que defiende la CGT es aquel que se
apoya en la fundadora ley 23.852 del 2 de octubre de 1945 que defiende el
principio de la suficiente representatividad por actividad, rama u oficio de los
sindicatos. Esto quiere decir que será un solo gremio, el que tenga el apoyo de
la mayoría de los trabajadores de ese sector, el que lleva la representatividad
laboral.
A esto se opone la CTA que quiere constituirse en “otra CGT”, compuesta en su
inmensa mayoría por gremios estatales (docentes y empleados públicos) y que
insiste, en una lectura sesgada e ideológica, en la aplicación del Convenio 87
de la OIT del año 1948, que es interpretado en el sentido de crear cuantos
sindicatos se quieran por actividad, rama y oficio.
Leyendo estos últimos datos provistos por el Ministerio de Trabajo vemos
asombrados que, por ejemplo la actividad “Transportes de carga” el sector que
corresponde a la representación de sindicato de camioneros registra 30 gremios y
no todos están federados, quiere decir que en los hechos hasta al sindicato del
secretario general de la CGT le han creado gremios paralelos y el gobierno de
los K lo ha consentido y autorizado. Es decir, en la práctica se está llevando a
cabo en forma silenciosa la aplicación del Convenio 87 tal como lo interpreta la
CTA.
Y como para que lo que le ocurre a camioneros no quede como una simple muestra
pasamos a continuación de mostrar otros datos sorprendentes:
Existen en comercio 278 sindicatos, en educación 211, en salud 105, en carne 72,
en azucarera 71, en energía 67, en correo 62 en petrolera 55, en vialidad 51, en
alimentación 50, en panadera 46, en diarios 46, en farmacia 41, en telefónica
41, en papelera 38, en trasporte de pasajeros 39, en deportiva 38, en edificios
38, en portuaria 34, en maderera 32, en gaseosas 41, en gráfica 31, en
judiciales 30, en química 30, en prensa 26, en cuero 23, en garajes 22, en
taxistas 21, en mosaista 21. A estos sindicatos hay que agregar 400 de
municipales, 93 de administración pública y 93 sindicatos de universidad.
Es decir, que treinta actividades agrupan 2.256 sindicatos, esto es alrededor
del 80% de todos los sindicatos tanto con inscripción como con personería
gremial. Se ve una clara concentración en la solicitud de nuevos sindicatos en
las áreas vinculadas con el Estado y los trabajos públicos, sigue después, pero
muy lejos, a la mitad del recorrido, la multiplicación de sindicatos en los
gremios de servicios y finalmente en los de producción.
Así los sindicatos vinculados al Estado concentran el número de 1.205, los
vinculados a servicios 589 y a la producción y oficios tan solo 462, lo que suma
un total de 2.256 sindicatos.
En una palabra ha sido en el ámbito del propio Estado nacional que en estos
últimos años se han multiplicado los sindicatos, yendo así, de facto, en contra
del modelo sindical que el propio Estado ha sostenido durante 60 años. Una
verdadera contradicción en los términos.
Queremos llamar la atención sobre esta situación porque de manera silenciosa
sino mayores debates ideológicos se está llevando a cabo el desmantelamiento de
la unitaria representación sindical en vistas a la creación de sindicatos por
doquier y por las razones más nimias. Y esto nace y se reproduce
fundamentalmente dentro y a costa del Estado nacional, lo que viene a indicar un
avance paulatino y constante de la CTA sobre la CGT.
Si el ministerio de Trabajo se dice peronista porque pertenece a un gobierno que
así se declara tendría que tomar cartas en el asunto y convocar a una moratoria
nacional de gremios en donde se verifiquen los ámbitos y la realidad de las
representaciones laborales.
La resolución de esta cuestión no se limita al campo de la controversia entre
dos gremios por la representación de trabajadores que unos y otros dicen
representar en las disputas sobre el encuadramiento sindical sino que va más
allá, y la solución está en ese más allá del ámbito exclusivamente jurídico. La
solución es político-filosófica.
Es una cuestión filosófica que el Ministerio tendría que plantearse: cómo hacer
para que el siempre sano criterio de respetar la voluntad libre de los
trabajadores a asociase según sus intereses comunes en nuevos sindicatos no
quiebre el sano unicato de la representación sindical para que esta sea efectiva
y eficaz ante una patronal día a día más difusa y menos accesible.
Si bien el Estado nacional siempre ha observado el sano criterio de respetar la
voluntad de los trabajadores en la creación de nuevos sindicatos otorgando en
forma relativamente fácil la inscripción gremial (primera razón de la
multiplicación de gremios), el mismo Estado a través del Ministerio de Trabajo
tendría que abocarse a la unificación de las representatividades.
Esta tendencia centrífuga la observamos claramente en las Federaciones
(entidades de segundo grado) con el desprendimiento día a día de sindicatos que
otrora formaban parte.
Esta es una primera y elemental lectura que queremos ofrecer sobre todo a los
compañeros sindicalistas para que ellos puedan ampliar las conclusiones a que
nos llevan estas cifras.
(*) alberto.buela@gmail.com