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Vigencia de las ideas de Scalabrini
Ortiz
Por Lic. Osvaldo Cuesta
Consenso Bicentenario
Se cumple un nuevo aniversario del nacimiento de quien fuera un hombre comprometido
con la realidad social y política del país, Raúl Scalabrini
Ortiz. Un auténtico Fiscal de la República contra la entrega y el sometimiento.
Con subordinación a la fe de lo nacional y popular y con abnegación descorrió
el velo que ocultaba la trama de la dominación al servicio de los intereses
de la Gran Bretaña.
Si bien el año anterior, por sendas iniciativas de nuestra organización,
el Gobierno Nacional lo declaró como Año de Homenaje a Scalabrini Ortiz
y realizó un Muestra Homenaje en la Casa Rosada, aún falta mucho por hacer
para instalar en las conciencias de nuestros compatriotas lo certero y virtuoso
de aquellas ideas que pregonaba.
Es ardua la batalla cultural que debemos afrontar y poderosos los intereses
que tenemos que enfrentar no obstante ello, como nos enseñara el propio
Scalabrini, no habremos de desfallecer en la faena. ”Es natural que la tarea
de rehacer una patria, de reconstruir la solidaridad perdida y de reivindicar
lo que nos fue hurtado por astucia, no es empresa de menguados. Pero no
es tampoco una empresa que deba amilanar a los decididos, ni desalentar
a los generosos y esforzados.”
Una muestra de lo dificultoso de esta empresa en los tiempos que corren
es que estamos inmersos en un proceso de transculturización. Seguramente
los medios de comunicación este domingo hablaran de San Valentín y el día
de los enamorados, se intercambiarán millones de mensajes de textos, de
correos electrónicos y tarjetitas en las redes sociales de internet. Pero
muy pocos, por no decir casi ninguno, harán mención a Scalabrini y a los
sólidos fundamentos teórico – prácticos con los que sustentaba sus ideas
y propuestas.
El sistema impone sus reglas. Hoy, ante la globalidad de las comunicaciones
y la superproducción de información y generación de sentidos, se hace sumamente
difícil distinguir entre lo importante o trascendente y lo superfluo o trivial.
La imposición de significaciones configura ideas y modelos muy difíciles
de desentramar. Como dijera Albert Einstein "Es más fácil desintegrar un
átomo que un preconcepto".
Está bien que hablemos de los enamorados pero también hablemos del amor
a nuestra tierra y a nuestros compatriotas. Es imperioso trabajar para que
todos y cada uno de nosotros pueda realizarse en una comunidad que se realiza.
El ideal de Scalabrini no fue la mera emancipación como una cuestión abstracta,
sino el logro de mejores condiciones individuales y sociales para los argentinos.
En estos días que vivimos y en el año del Bicentenario de la Revolución
de Mayo se hace imperioso debatir que país tenemos y por qué; que país queremos
y para qué.
Quienes abrevamos en las
ideas del pensamiento nacional, debemos realzar los principios de los prohombres
que, como Raúl Scalabrini Ortiz, pusieron blanco sobre negro las razones
que impedían el desarrollo de La Argentina, muchas aún vigentes y que, la
dinámica política abierta por el Gobierno Nacional desde el 25 de mayo de
2003, ha puesto nuevamente en el tapete.
Por caso, tomemos lo que con sabiduría Scalabrini denominó como primitivismo
agrario y que conducía a un creciente y crónico endeudamiento, a la deformación
económica y por ende a la injusticia social, cuestión que hemos visto reflejado
en esta etapa a partir del conflicto desatado por la Resolución 125 y la
disputa por la renta agraria.
También el debate originado a partir de la sanción de una nueva ley de medios
de comunicación. Scalabrini se refería a la prensa diciendo “la prensa argentina
es hoy el arma más eficaz de la dominación Británica, es un arma traidora
como el estilete, que hiere sin dejar huella”.
En relación al tema del Banco Central y su independencia, cuestión de tanta
actualidad, Scalabrini Ortiz expresaba oportunamente y con profundidad:
“Para que una colectividad constituya una Nación, no basta que este recubierta
bajo el mismo manto político. Es preciso que la colectividad tenga medios
que den unidad real a las fracciones que la integran. Es preciso que los
medios de comunicación (transportes) y los medios de cambio (moneda) formen
un sistema genuinamente nacional. Si los medios de comunicación y los medios
de cambio están influenciados por voluntades ajenas a la voluntad nacional…
esa comunidad será un remedo de Nación”.
El 27 de marzo de 1935 Scalabrini publico en el Periódico “Señales” un artículo
al que llamó El Banco Central. "El Banco del Imperialismo se gestó en la
sombra para menoscabo de nuestra soberanía.” Más que elocuente, ¿no? Y por
ello, respecto de la nacionalización del Banco Central en el primer gobierno
peronista, escribió: “… el control de la moneda ha sido quitado de las garras
extranjeras”.
Sobre todas estas cosas debemos debatir. Pero tengamos en cuenta que quienes
hoy nos hablan de la independencia del Banco Central, lo hacen respecto
del gobierno para que no se pueda articular una política económica con verdadero
sentido nacional. Nada dicen acerca de independizar al Banco Central de
los dictados de organismos internacionales y de la supervisión y normativa
del Banco Internacional de Pagos, con sede en Basilea, Suiza. (El Banco
Central de los Bancos Centrales).
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