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Perón: Mensajes al futuro
(Aspectos relevantes de los últimos discursos de Juan Perón)
Por Francisco Pestanha *
A Enrique Oliva, eterno patriota.
“Nada se crea ex - nihilo. Y por haber desobedecido esta ley -que es ley del
espíritu- es que hemos incurrido en el error, tan grave como infructuoso, de
empeñarnos en cegar las fuentes espirituales de nuestra continuidad histórica”.
Saúl Taborda 1
“Las guerras no serán más impulso de los ejércitos, sino de los pueblos”
Colmar Barón von der Goltz2
En alguna de las tantas tertulias a las que tuve el privilegio de asistir, el
maestro Fermín Chávez, definió a Juan Domingo Perón como un verdadero
espistemólogo.
La epistemología es la doctrina de los fundamentos y métodos del conocimiento
científico3 - y en tanto- el estudio de su producción y validación. Tal
disciplina aborda entre otras cuestiones los factores y las circunstancias
históricas, psicológicas y sociológicas que llevan a la obtención del
conocimiento, y las razones por los cuales se lo valida o invalida.
Cierto lector desprevenido podrá considerar exagerada la definición del maestro
entrerriano. No obstante de la simple lectura de los textos que se publican en
esta edición y que constituyen sólo un minúsculo porcentaje de su producción
intelectual, surge que quien fuera tres veces presidente de los argentinos, hubo
de tener una envidiable formación en tales menesteres.
Sabemos hoy que Perón recibió una primera instrucción militar que culminó en
1913 cuando se recibió de subteniente. A pesar de que él mismo reconoció que sus
padres lo entregaron “a la patria en las puertas del Colegio Militar4”, y que de
una promoción de 112 cadetes logró tan sólo el orden de mérito numero 435, su
vocación militar fue perfeccionándose y consolidándose en la práctica, llegando
a obtener calificaciones destacadísimas en su formación superior6, y a publicar
meritorios ensayos vinculados al ámbito castrense. No obstante ello, muy pocos
saben que el conductor del justicialismo recibió un profuso adiestramiento en
otras disciplinas como la geopolítica, la filosofía, la historia y la economía,
cuyas lecturas fueron moldeando un intelecto de por sí privilegiado, y
configurando en él una original forma de pensar sobre las cuestiones del mundo y
del país.
Si bien la formación intelectual de Perón fue puntillosamente estudiada entre
otros por Fermín Chávez, Norberto Galasso y Enrique Pavón Pereyra, los dos
últimos trabajos de Carlos Piñeiro Iñiguez publicados como cuadernos en la
revista Caras y Caretas, bajo los títulos: “Perón; la formación de su
pensamiento” y “Perón; oficio de soldado, vocación de estratega”, contribuyen en
la actualidad a dar mayor luz al respecto.
Bien vale entonces puntualizar a continuación alguna de las principales
influencias recibidas por el fundador del justicialismo.
En lo que atañe a su educación militar cabe señalar que desde principios del
siglo XIX, se desarrolla en Europa una nueva escuela de autores militares. El
ejemplo napoleónico de la nación en armas, inspiró e impulsó dentro del ámbito
castrense una nueva valoración de los factores políticos, económicos, morales y
militares. Fermín Chávez al respecto señala a Antoine Henri Jomini y a Von
Clausevitz7, como precursores de esta corriente, pero no obstante ello será
Colman Barón de von der Goltz, quien se destacara a nivel doctrinario con su
obra Das Volk in Vassen. Partiendo de una consigna del Rey Guillermo I, quien
había prometido que el ejército prusiano sería también el futuro de la nación en
armas, será éste último, el eslogan que resumirá a una nueva doctrina de defensa
que otorgaría prioridad al poder externo como enemigo principal. La influencia
del pensamiento alemán será recordada por el mismísimo Perón, quien en sus
memorias evocaba: “los de mi promoción fuimos los primeros en trabajar con
métodos alemanes. Nuestros instructores del colegio militar eran alemanes, y
habían llegado en una misión que presidía Von der Goltz”. Cabe señalar además
que Baldrich y Mosconi - entre otros - irían en misión de estudios, a Alemania.
En aquella famosa disertación con la que inauguró la cátedra de Defensa Nacional
en la Universidad de la Plata el 10 de junio de 1944, Perón expondrá una tesis
que denota tal influencia: “Un país en lucha puede representarse por un arco con
su correspondiente flecha, tendido al limite máximo que permite la resistencia
de su cuerda y, la elasticidad de su madera y apuntando a un solo objetivo:
Ganar la guerra. Sus fuerzas armadas están representadas por la piedra o el
metal que constituye la punta de la flecha, pero el resto de ésta, la cuerda y
el arco son la nación toda, hasta la última expresión de su energía y poderío”.
Años más tarde en una entrevista, sentenciará que las Fuerzas Armadas tienen que
trabajar en su misión especifica, pero así como se les reconoce determinada
función, también se tienen que conectar con todas las fuerzas políticas, porque
hoy la guerra, es la nación8 en armas, “ya no es un ejército que sale a combatir
con otro ejército, hoy es un país contra otro país, donde todos los que se
pueden emplear, se emplean en esa guerra y los militares, son un sector de la
nación en esa guerra”9.
Lamentablemente, gran parte de los estados mayores de las Fuerzas Armadas
iberoamericanas, en contraposición con esta escuela, fueron ganados por una
doctrina - más bien por una ideología10 - conocida bajo el mote de “seguridad
nacional”. El carácter ideológico de tal doctrina no ha sido solamente
denunciado por especialistas. Fermín Chávez señala por ejemplo que la iglesia
católica a través del documento de Puebla, la denunció como “una ideología
vinculada a determinado modelo económico- político de características elitistas
y verticalistas, que suprime la participación del pueblo.11” Para el mismo autor
la ideología de la seguridad nacional no tiene ideales cristianos sino paganos
ya que ella “es cabal expresión de una visión puramente racional del hombre y de
la sociedad, en una actitud de retorno a la idolatría de la razón. La razón de
estado, negación de todo humanismo cristiano, vuelve reencarnada12.
La formación militar de Perón se irá enriqueciendo con otros autores clásicos
pero también con materia gris argentina. Así Bartolomé Descalzo, José Maria
Sarobe13 y Lucio Cernadas - entre otros-, influirán en un derrotero intelectual
claramente impregnado por “las nuevas ideas”, que presuponían una nueva
configuración del rol del ejército en la sociedad.
Hasta aquí una brevísima reseña sobre su formación militar.
Pero ¿qué hay de sus lecturas en otros campos, es decir, en el universo de lo
filosófico, histórico, económico, religioso y, de lo político?
Sus biógrafos coinciden que en su primera formación el Nuevo Testamento, el
Martín Fierro de Hernández, la Historia Universal de César Cantú y, las Vidas
Paralelas de Grandes Hombres de Grecia y Roma de Plutarco, entre algunas otras,
fueran las obras que ocuparon su atención14. Enrique Oliva ratifica tal relato
ya que fue testigo presencial de la persistente lectura de estas obras por parte
de quien fuera en ese entonces, su instructor de Esquí. Ya en las aulas del
Colegio Militar “recibió influencias notables, especialmente de sus profesores
de historia, que lo fueron José Juan Biedma enrolado en la corriente liberal y,
Julio Cobos Daract, partidario de la nueva escuela histórico argentina surgida
con Adolfo Saldías, Ernesto Quesada y Dardo Corbalán Mendilaharsu (el
revisionismo histórico). Las clases de Cobos Daract, según testimonio de Raúl
Aguirre Molina (compañero de promoción de Perón), tenían un interés especial
para los cadetes, quienes allí descubrían datos poco trillados de la historia
nacional y, figuras condenadas como la de Rosas15”. En la Escuela Superior de
Guerra “tuvo como profesores a Ricardo Levene y al Mayor Enrique Rottjer.
Precisamente con este último realiza el trabajo Campañas al Alto Perú
correspondiente al curso II de Historia Militar16”. Otra influencia decisiva
sobre él en esta etapa, fue la del Coronel Lucio Cernadas “brillante profesor de
táctica”17.
Pero más allá de tales influencias, en el pensamiento de Perón y de otros
militares de su época, se encuentran claros vestigios del francés Jacques
Maritain. Propugnando un regreso de las masas al cristianismo, Maritain planeará
en su época el siguiente dilema: ¿o bien las masas populares se apegarán cada
vez más a las diversas clases de materialismo que se esfuerzan en seducirlas y,
entonces, este movimiento se desarrollará bajo formas anormales y engañosas o
bien, es el cristianismo al que pedirán una filosofía del mundo y de la vida”18.
El intelectual francés llega a la argentina en 1936 para brindar conferencias en
los cursos de cultura católica mientras que, Perón, se encontraba en Chile.
Según Fermín Chávez, Juan Domingo Perón seguiría atentamente sus conferencias a
través de los periódicos argentinos que llegaban a nuestra legación.
Por su parte Manuel Ugarte, Leopoldo Lugones, Manuel Gálvez y Alejandro Bunge,
influirán claramente en el ex mandatario, como así también los trabajos emitidos
por FORJA, en especial los de Raúl Scalabrini Ortiz, Jorge del Río y José Luis
Torres. Este último si bien nunca perteneció al agrupamiento de extracción
yrigoyenista, publicó algún texto en los legendarios cuadernillos. Para Fermín
Chávez otra ascendencia será la del español José Figuerola19, quien en su obra
“La colaboración social en Hispanoamérica”, pregonara el tránsito de la lucha de
clases a la colaboración social.
Finalmente no debe descartarse en Perón su herencia indoamericana. Por vía
materna primero, y luego a partir de estudios que él mismo realizó en la
Patagonia, Perón adquirió conocimientos y habilidades provenientes de sus
antepasados araucano-tehuelches, llevando a publicar un libro conocido como
“Toponimia de la etimología Araucana”20. Algunas huellas de este pensamiento las
encontraremos en su forma de conducción política, pero además, en muchas
reflexiones donde el ex presidente solía establecer similitudes entre los
fenómenos, las fuerzas naturales y los humanos, teñidas de un indudable
determinismo. He aquí alguna de ellas:
“También pensé durante estos dieciocho años, que ya debíamos haber realizado
nuestra institucionalización, para la cual, recurría a un sistema de simbiosis;
más o menos como ocurre en la botánica. Cuando se plantan dos árboles juntos,
éstos crecen y luego sale un tercero que no es ninguno de los anteriores, pero
que no se diferencia mucho de uno y de otro.”
“A menudo el hombre cree que él es el que realiza la evolución, pero con
frecuencia suele no tener razón. Hay un determinismo histórico que es el que
está produciendo, una evolución que subterráneamente se está desarrollando. Los
hombres sólo podemos crear sistemas que nos permitan vivir en las distintas
etapas de la evolución”.
“los pueblos son como las aguas; solamente el tiempo las serena, las
tranquiliza”. Si nosotros inyectáramos violencia a ese hecho violento, no
haríamos sino agitar las aguas, hay que dejar que se serene y que sedimente.
Entonces podremos pensar un futuro más feliz, no sólo para nosotros, sino para
todas las comunidades que componen la humanidad”.
Si algo puede sostenerse con certeza, es que desde el punto de vista filosófico,
el pensamiento de Perón viene a encarnar una heterodoxia compuesta por la
fructífera tradición indo-iberoamericana que Armando Poratti define como
pensamiento mestizo y, además, enmarcado en un nítido historicismo - ya que para
él - los pueblos en su devenir histórico van marcándose objetivos y fines, a la
vez que forjan mediante su propia experiencia, un estilo de vida, una
idiosincrasia particular.
En ese orden de ideas y tal como señalamos en alguna oportunidad, el fundador
del justicialismo concebía al pueblo como “algo más” que un simple conglomerado
de individuos que conviven “contractualmente” en un mismo sustrato físico y
normativo. Un pueblo para el ex presidente es en cierta medida, la resultante de
una sucesión de generaciones de hombres y mujeres que, compartiendo similar
devenir histórico, van coparticipando de acontecimientos y procesos, y en tanto
configurando un particular modo de ser. Sin temor a dudas para el fundador del
justicialismo, el pueblo es un fenómeno de carácter histórico donde componentes
de una progenie van transmitiendo a sus descendencias prácticas, tradiciones y,
productos culturales, ideológicos, míticos y religiosos de contenido altamente
significativo. Un pueblo es en definitiva para él “una organización tradicional
de cultura en la que hay creencias comunes, una historia de lucha y, una
memoria, que afloran a cada rato21”.
Perón evidentemente se encuadra en una perspectiva filosófica que estima que
para comprender ampliamente a un ser colectivo (un pueblo), sea que se piense o
no a éste, como un organismo, “es indispensable conocer todos los elementos que
la forman y sus modos de funcionar, con resultados varios en su vida anterior y
su vida presente” (Wenceslao Escalante). El historicismo así profesado,
presupone al hombre y la realidad como historia y, por extensión, a todo
conocimiento como histórico.
El historicismo además, aleja cardinalmente a Juan Domingo Perón de ese
desprecio por el pasado que emergió en el siglo de las luces (Aufklärung),
período que suele ubicarse entre la Revolución Inglesa de 1688 y la Revolución
Francesa de 1789, y que es conocido como el Siglo de la Razón. Para Fermín
Chávez dicho período se caracteriza por la fe total y dogmática en la unidad y
el valor de la razón humana, razón que es siempre idéntica a sí misma, igual en
todos los hombres y en todos los tiempos y, donde “lo racional” debe sustituir a
lo real en tanto éste es juzgado como producto absurdo de la historia222. Para
Perón la historia es proyección hacia el porvenir ya que, como enseñaba Czeslaw
Milosz23, “nadie vive solo: cada uno habla con los que ya han pasado y cuyas
voces se encarnan en él, sube los peldaños y siguiendo su huella, visita los
rincones del edificio de la historia”.
Coincidimos finalmente con el pensador entrerriano, que la exportación (o
importación) de la doctrina iluminista, generó en nuestro territorio “un
prejuicio moral y cultural”. A partir de tal influencia, empezó a concebirse una
dicotomía civilización - barbarie, donde lo bárbaro paradójicamente, resultó lo
propio. La idea de barbarie empezó a cobrar sentido negativo viniendo a
“trastornar los supuestos culturales, hasta el punto de hacerle creer a los
nativos que su civilización consistía en la silla inglesa y, en la levita, que
trae aparejada una concepción naturalista de la sociedad bajo la cual han de
sucumbir el ethos de nuestro pueblo y, nuestra incipiente germinación
espiritual”24 . En clara sintonía Perón sentenciaba: “no es que vayamos a
renegar del extranjero, aún en ello que su adaptación personal pueda tener de
riesgoso y desagradable. No se abona con perfumes, ni nos interesa que la
inmigración sea una trata. Pero ha llegado el momento de preferir la instalación
de hombres a la importación de ideologías. De hombres a quienes interese más
nuestra simpatía que nuestra tierra. Más no se gana simpatía sino robusteciendo
la personalidad, creando el encanto de lo propio, e infundiendo el sano respeto
de la modelación dentro de la fuerza”25.
El presente ensayo no aspira en modo alguno a analizar todos y cada uno de los
elementos que aparecen en los 40 últimos discursos de Perón sino solamente a
contextualizar y a orientar la lectura de los mismos, a partir de una sucinta
descripción de la formación intelectual del ex presidente.
No obstante ello, debo señalar que a pesar de las discrepancias sobre su
verdadera edad y del efectivo estado de su salud al momento de regresar al país,
no dudamos que Perón era perfectamente consciente que poco tiempo le quedaba en
esta vida terrenal, y por tal razón, desarrolló una profusa actividad orientada
a manifestar su legado. La escritura del Modelo Argentino para el Proyecto
Nacional y, la meticulosa selección de los destinatarios para sus mensajes,
fueron un modo disimulado en su época, de expresar su testamento político. No
debemos olvidar que, como enseña Armando Poratti26, cada texto de Juan Domingo
Perón representa un momento de su acción.
Así, la capacitación sindical con el fin de fortalecer la columna vertebral del
Movimiento Peronista y uno de los ejes del Pacto social; la apelación a la no
violencia para materializar una revolución en paz; la necesidad de imponer un
profundo nacionalismo cultural como forma de preservar nuestra identidad en un
inexorable proceso de integración; la preservación de los recursos naturales27 y
de las materias primas agotables; el rol defensivo de las Fuerzas Armadas, la
apelación a los intelectuales para que ellos “formulen lo que el País quiera y
lo que resulte posible realizar”, la lucha contra el colonialismo; la cuestión
de la superpoblación; entre otros, serán temas cruciales en su legado.
Para finalizar y sin pretensión alguna de abarcar el universo aquí contenido,
quiero concluir estas breves líneas citando alguno de los aspectos mas
relevantes de su mensaje estratégico.
Juan Domingo Perón estaba convencido de la existencia de una tendencia
inexorable en la humanidad hacia procesos de integración cada vez más complejos.
“Para mí el concepto del mundo futuro es la integración en entidades cada vez
mejores y ese ha sido el elemento mecánico de la evolución de la Tierra. Comenzó
el hombre aislado y de ahí pasó a la familia, al clan, a la tribu, al estado
primitivo, al estado pueblo, a la nacionalidad (…) Hoy estamos ya en marcha
hacia los continentalismos, y en poco tiempo más estaremos ya con los pies
puestos en el universalismo, es decir, en una tarea organizada, sin divisiones y
para satisfacer las necesidades de los hombres de la Tierra”.
En orden a lo expuesto reivindicaba la necesidad estratégica de una integración
regional cuyas bases había sentado en ABC28
“¿Cómo no podemos llegar también nosotros a un acuerdo para integrar países, en
donde todo nos une y nada nos separa? Aquí es cuestión de hacerlo; allá, era
cuestión de meditarlo muy profundamente”…“Es un hecho indiscutible el que en las
distintas regiones del mundo las naciones se aglutinen y se unan no para hacer
la guerra en el sentido clásico, sino para defenderse y defender sus pueblos de
los peligros inminentes de una superindustrialización” (). “la cuenca del Plata
es, quizás, la zona más importante de América Latina dentro de esa integración.
En ella se concentra la cuarta parte de la población del continente con un
sector extraordinario para las necesidades del futuro, tanto en reservas para la
superpoblación, como en medios para la superindustrialización que se va ir
produciendo (…) las inmensas riquezas naturales de esta región deben y pueden
explotarse para el beneficio de los pueblos que la habitan. Si lo hacemos en
forma racional, ello nos permitirá convertirnos en naciones ricas para al
futuro”.
Respecto a la integración, sostenía que ésta debía estar acompañada de una
verdadera ratificación de los valores e idiosincrasia propias, proponiendo una
doctrina específica para el país y, además, la puesta en marcha de un verdadero
nacionalismo cultural.
“Dentro de esa concepción es que nosotros hemos elaborado una teoría ideológica
y política para nuestro país, exclusivamente para nuestro país, sin pretensiones
ni de hegemonías, ni de preeminencias de ninguna naturaleza… En lo socio
cultural queremos una comunidad que tome lo mejor del mundo del espíritu, del
mundo de las ideas y del mundo de los sentidos, y que agregue a ello todo lo que
nos es propio, autóctono, para desarrollar un profundo nacionalismo cultural,
como antes expresé. Tal será la única forma de preservar nuestra identidad y
nuestra Argentina”.
La superpoblación y la cuestión de los recursos naturales29 aparecen como los
grandes desafíos de la humanidad de cara al futuro.
“los hombres deben darse cuenta de que son todos hermanos y que deben unirse
pues, de lo contrario, habrán de sucumbir. Cada DIA que pasa se va acercando más
el momento: si no se procede así, las soluciones son siempre dos: un
reordenamiento geopolítico que permita una mayor producción y distribución o, la
supresión biológica, tendiente a disminuir el número de bocas que consumen”.
Sus reflexiones lo indujeron a advertirnos respecto de la necesidad estratégica
de defender nuestros recursos con uñas y dientes. La lucha por la liberación era
para él en cierto sentido, la lucha por los recursos y la preservación ecológica
a través de un desarrollo sostenible, concepto que posteriormente fue
lamentablemente desvirtuado.
“No nos hagamos ilusiones de que la historia puede cambiar en ese sentido. Si
nosotros no estamos preparados para defendernos, nos van a quitar nuestras
riquezas y, para ello, existen muchos medios. “Las inmensas riquezas naturales
de esta región deben y pueden explotarse intensamente para beneficio de los
pueblos que la habitan. Si lo hacemos en forma racional, ello nos permitirá
convertirnos en las naciones ricas del futuro, a lo que justamente aspiramos
para bien de nuestros pueblos”…. La lucha por la liberación es en gran medida,
lucha también por los recursos y la preservación ecológica. En ella estamos
empeñados. Los pueblos del tercer mundo albergan las grandes reservas de
materias primas, particularmente las agotables”.
Para Perón, a las Fuerzas Armadas les cabía una misión: la de constituirse en
defensoras de los recursos - y en tanto - garantes de la liberación nacional,
fijando de esta forma una hipótesis de conflicto para ellas.
“la verdadera tarea nacional es la liberación (….) la defensa se hace así contra
el neocolonialismo y, el compromiso de las Fuerzas (Armadas) es con el
desarrollo social integrado del país en su conjunto, realizado con sentido
nacional, social y cristiano”.
Para tal cometido debía operarse en la sociedad argentina algunas modificaciones
en el campo de lo sociológico y epistemológico.
“Para enfrentar estos desafíos necesitamos no sólo los más modernos
conocimientos técnicos y el conocimiento acabado de la tecnología de nuestros
días, sino también una especial aptitud moral y espiritual, que nos permita ver
los problemas y buscar las soluciones con una gran comprensión para nuestros
mutuos anhelos y aspiraciones, y con gran perspectiva histórica”.
La reconstrucción argentina tenía para Perón como uno de sus pilares, a un
movimiento obrero organizado, formado y capacitado; era aquella famosa “columna
vertebral”. Había llegado el tiempo de la formación.
“Vamos a darles armas a esos dirigentes para que sean más capaces en todas las
ocasiones, vamos a cultivar esa materia gris, sin la cual la vida no tiene norte
ni timón … las organizaciones firmes y bien organizadas, unidas y solidarias,
resisten la acción de cualquiera de esos microbios o gérmenes patógenos que se
pueden introducir en ellas. Cuando la organización no es real ni es buena, cede.
Esto es lo que pasa cuando uno está débil: ingresa un microbio y afloja.
El objetivo principal de su tercera presidencia fue, sin lugar a dudas, la
liberación nacional.
“Compañeros: en esto, por sobre todas las cosas, debe prevalecer la defensa de
los intereses de la nación. La liberación no es un problema de violencia sino de
inteligencia”.
El medio: la unidad nacional y la reconstrucción del hombre argentino.
“Yo vine al país para unir y no para fomentar la desunión entre los argentinos.
Yo vine al país para lanzar un proceso de liberación y no para consolidar la
dependencia. Yo vine al país para brindarle seguridad a nuestros conciudadanos y
lanzar una revolución en paz y armonía y no, para permitir que vivan temerosos
quienes están empeñados en la gran tarea de edificar el destino común. Yo vine
para ayudar a reconstruir al hombre argentino, destruido por largos años de
sometimiento político, económico y social”.
El instrumento elegido: Un pacto social
“Como ustedes saben, nosotros propiciamos que el acuerdo entre trabajadores, los
empresarios y el Estado, sirva de base para la política económica y social de
nuestro gobierno. Lo hicimos con la convicción de que es el mejor camino para
lograr, con el aporte de todos, sacar adelante al país. Los que hayan violado
las normas salariales y de precios, como los que exijan más de lo que el proceso
permite, tendrán que hacerse cargo de sus actos”.
El modo: el diálogo
“Nosotros encaramos una función de gobierno a través de las consultas de
opiniones, ya que es la única manera de llegar a conformar un cuerpo de doctrina
que nos permita hacer lo que mejor podamos. Claro que muchas veces habrá que
conformarse con lo bueno, ya que lo mejor suele ser enemigo de aquello. No
obstante lo mejor puede salir de una compulsa general de opiniones.
1 Saúl Taborda; Nació el 2 de noviembre de 1885 en la ciudad de Córdoba.
Brillante pedagogo argentino, fue uno de los principales impulsores de la
reforma Universitaria junto a Deodoro Roca, Raúl Orgaz y Carlos Astrada. En 1921
es nombrado rector del Colegio Nacional de la Universidad de la Plata. En 1922,
marcha a cursar estudios en Filosofía a la Universidad de Marburgo y prosigue
luego los mismos en la Universidad de Zurich, en la Universidad de Viena, y
finalmente en la Universidad de París. Fallece en la ciudad de Unquillo, en su
provincia natal el 2 junio de 1944.
2 Colmar Barón von der Goltz; General y escritor militar alemán, mariscal del
ejército alemán desde 1911. Estudió en la Academia Militar de Berlín e ingresó
en el ejército en 1861. En 1870 se le confió el mando del II Cuerpo del Ejército
como oficial del Estado Mayor. Impartió clases en la Academia Militar de Potsdam
en el año 1871. Entre 1908 y 1910 se ocupó de la reorganización del ejército
turco. En 1911 recibió el cargo de mariscal de campo. Pasó a la reserva, aunque
con el estallido de la Primera Guerra Mundial fue llamado al servicio y nombrado
gobernador general de Bélgica, cargo que ocupó desde finales de agosto de 1914
hasta octubre del mismo año.
3 Diccionario de la Lengua Española: Real Academia Española. Decimonovena
Edición. Madrid 1970
4 Galasso, Norberto: “Perón: Formación, Ascenso y Caída (1893-1955)”. Buenos
Aires, Colihue, 2005. p. 43
5 Piñero Iñiguez, Carlos: Perón: “Oficio de soldado, vocación de estratega”.
Revista Caras y Caretas. Cuaderno Nro 10.
6 En 1931 cuando Cernadas prologó su libro “El Frente Oriental de la Guerra
Mundial en 1914” que había dedicado a Descalzo, señalaba allí que el Capitán
Perón se ha superado a sí mismo, a su edad y a su propia jerarquía”. Enrique
Rottjer, su profesor de historia militar, juzgó el texto de Perón sobre las
Campañas al Alto Perú como excelente.
7 Chávez, Fermín: “Defensa Nacional y Seguridad Nacional. Opúsculo publicado en
1990.
8 Aquí, como en otras oportunidades, la idea de nación es utilizada como
sinónimo de Pueblo.
9 Perón Juan D: Entrevista dada a Sergio Villaroel, Roberto Maidana y Jacobo
Timerman en periódico “la Opinión” Buenos aires 5 de setiembre de 1973.
10 Chávez Fermín: “Defensa Nacional y Seguridad Nacional”… ibidem.
11 Chávez Fermín: “Defensa Nacional y Seguridad Nacional … ibidem
12 Chávez Fermín: “Defensa Nacional y Seguridad Nacional”… ibidem.
13 José. M. Sarobe fue quien instó Perón, entre otras recomendaciones, a
acercarse al Justismo evitando que quedara del lado de la facción perdedora.
14 Francisco Pestanha: Ensayo introductoria al libro “Política y Estrategia, no
ataco critico” de Juan. D. Perón. Editorial FABRO. 2009.
15 En: Francisco Pestanha: Ensayo introductorio al libro “Política y Estrategia,
no ataco critico” de Juan. D. Perón. Editorial FABRO. 2009.
16 Chávez Fermín : “Discurso preliminar a las obras completas de Juan Domingo
Perón…Ibìdem
17 Chávez Fermín: “Discurso preliminar…. Ibídem
18 Citado por Fermín Chávez en “Perón y sus fuentes”. Opúsculo editado en 1989
19 Chávez Fermín en “Perón y sus fuentes”. Opúsculo editado en 1989
20 Elaborado con la ayuda de algunos pobladores de Neuquén y de descendientes de
araucanos, amigos suyos, afincados en Quilla Quina.
21 Fermín Chávez: “Pueblo, Cultura, Nación y Futuro”. Publicado en el Boletín
“Los huérfanos de Perón”.Año 1988.
22 Fermín Chávez: “Historicismo e iluminismo en la Cultura Argentina”. Centro
Editor de América Latina. 1982.
23 Abogado, poeta, traductor y escritor polaco.
24 Chávez, Fermín: “Civilización y Barbarie”. El liberalismo y el Mayismo en la
historia y en la cultura argentinas”. Editorial Trafac. Edición 1956.
25 Chávez, Fermín: “Lo Argentino como producto …. Op cit.
26 Poratti, Armando: “La comunidad Organizada: texto y gesto”. En Juan Domingo
Perón, La Comunidad Organizada. Vigencias y Herencias. Colección Liberación
Nacional. Buenos Aires. 2007
27 Para complementar esta idea puede verse “Mensaje Ambiental a los Pueblos y
Gobiernos del Mundo”, escrito el 21 de febrero de 1972, Carta enviada a la
Conferencia de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente Humano" Estocolmo 1972.
28 Durante sus dos primeros mandatos Perón fue impulsando uno de mayores
proyectos: Integrar Sudamérica. Comenzando con Argentina, Brasil y Chile El
proyecto se conoció como ABC.
29 La preocupación de Perón respecto a los recursos no renovables, puede
sintetizarse en la siguiente sentencia: "Cada nación tiene derecho al uso
soberano de sus recursos naturales. Pero, al mismo tiempo, cada gobierno tiene
la obligación de exigir a sus ciudadanos el cuidado y utilización racional de
los mismos (...) Debemos cuidar nuestros recursos naturales con uñas y dientes
de la voracidad de los monopolios internacionales que los buscan para alimentar
un tipo absurdo de industrialización y desarrollo en los centros de alta
tecnología a donde rige la economía de mercado"(1). En Perón Juan Domingo:
Madrid 21 de febrero de 1972. Carta enviada a la Conferencia de las Naciones
Unidas sobre Medio Ambiente Humano".
* Francisco José Pestanha. Estudios sobre el Peronismo:
fpestanha@hotmail.com