Capítulo 15 


Todo termina mal





Golpes impresionantes de la guerrilla

La aparición de la guerrilla rural en el monte tucumano fue motivo de alarma general para el gobierno y Fuerzas Armadas. En 1974, el propio jefe del ERP, Mario Roberto Santucho, se había ocupado de entrenar a quienes luego formarían parte de la Compañía de Monte "Ramón Rosa Jiménez", al mando de Hugo Irurzun *, un santiagueño, jefe histórico de la organización.
El grupo inicial estaba integrado por cuarenta hombres (5) y, según documentos internos de la organización, el ERP jamás llegó a tener en el monte a más de noventa efectivos, de los cuales diez eran mujeres.(6)
A continuación una reseña obtenida del testimonio de un suboficial que participó de los operativos antiguerrilleros:
"El 9 de febrero de 1975, el Ejército argentino inició el "Operativo Independencia", con una fuerza de tareas nucleada en torno a la V Brigada de Infantería de Monte. Estaba integrada por los regimientos 19 de Infantería (Tucumán); 28 de Infantería de Monte (Tartagal, Salta); 20 de Infantería de Montaña (Jujuy); el Grupo de Artillería de Montaña 5; las compañías de Comando de Ingenieros, de Comunicaciones, de Sanidad, pertenecientes a la V Brigada; tres escuadrones de Gendarmería; tres compañías de la Policía Federal y fuerzas militares provinciales" (7). Cinco mil efectivos en total.
"Se calcula que los cinco mil efectivos a cargo de eliminar a 100 guerrilleros mataron a unas dos mil personas en esa provincia por sus supuestos vínculos con los insurgentes" (Testimonios del ex sargento Víctor Ibáñez.
En el segundo semestre de 1975, las organizaciones Montoneros y ERP ya habían sido declaradas ilegales por el gobierno de Isabel Martínez. Una exultante pasión militarista se había apoderado de los comandantes guerrilleros que festejaron como un triunfo el pase a la clandestinidad. Ese año, tan sólo los Montoneros, consumaron más de quinientas acciones militares en todo el país, algunas de importancia. Pero también en ese año comenzaría el tiempo de la derrota.
El 5 de octubre de 1975 Montoneros atacó el Regimiento de Infantería 29, en la provincia de Formosa. En la operación participaron más de cincuenta guerrilleros, en su mayoría vestidos con el uniforme de combate azul que había diseñado la organización. Para llevar a cabo la ofensiva, se robaron más de 20 vehículos y secuestraron un Boeing 739 de Aerolíneas Argentinas en pleno vuelo.
Durante el asalto se produjo un intenso enfrentamiento, con un saldo de 13 muertos y 19 heridos en las filas del Ejército y un número similar o mayor de bajas, nunca confirmado, en el grupo guerrillero.
He aquí fragmentos la narración de un oficial del Ejército sobre los sucesos:
"La imposición del nombre de esta operación de guerra (Operación Primicia) corresponde a la Organización Terrorista MONTONEROS, nombre de encubrimiento que se le dio a la Orden de Operaciones para poner en ejecución el ataque al Regimiento de Infantería de Monte 29.
"[...]Esta operación, que se llevó a cabo el 5 de octubre de 1975, marca la generalización del terrorismo en todo el territorio nacional, desde el momento que a partir de ella, al día siguiente del ataque, el Poder Ejecutivo oficializó la guerra y dictó los Decretos Nros. 2770 - 2771 - y 2772, a través de los cuales se ponía en marcha el Consejo de Seguridad, se colocaba a las FF.AA. y a todas las policías del país bajo control operacional del Ejército, asignándole a esta Fuerza la responsabilidad primaria "para ejecutar las operaciones necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio nacional".
"En esta oportunidad los tres decretos fueron firmados por el Dr. Italo Luder Presidente Provisional del Senado a cargo de la presidencia de la Nación y por los Ministros correspondientes : Doctores Carlos RUCKAUF, Antonio CAFIERO, Angel F. ROBLEDO, Tomás VOTTERO, Carlos EMERY Y Manuel ARAUZ CASTEX. Estos decretos fueron convalidados por el Parlamento Nacional, como así fue establecido el 29 de octubre, documentado en el Diario de Sesiones en la Pag. 4920 - Capítulo 14, donde fueron analizados con total claridad y hasta con vehemencia - según informaciones periodísticas - por parte de los disertantes, " en repudio a la violencia criminal que está asolando al país, con diversas formas de terrorismo y guerrilla en perjuicio de toda la población " y agrega " a través de intimidaciones, destrucción de barcos y aviones y otros elementos del patrimonio nacional; atentados domiciliarios y callejeros, asesinatos a miembros de las FF.AA., de Seguridad y Policiales, ejecuciones masivas sistemáticas y selectivas de civiles, asaltos a cuarteles con una cuantiosa secuela de víctimas, etcétera..."
"El diseño de la Orden General "OPERACIÓN PRIMICIA", conforma un documento muy extenso con un detallado planeamiento, con etapas y fases de desarrollo previo, movimientos de aproximación, etcétera, para ponerla en marcha y ejecutarla, conteniendo aspectos cuya transcripción resultaría poco comprensible para aquellos que no conocen la terminología, el vocabulario y los nombres de encubrimiento que fueron asignados a los movimientos desde donde se organizaron y partieron los distintos grupos operativos. Por ello, me limitaré solamente a describir los aspectos salientes del documento que engloba la totalidad de las acciones realizadas.
"1.- El texto completo de la orden fue secuestrado a uno de los cabecillas de la banda Montoneros muerto en combate y posteriormente confirmado después del secuestro de varios terroristas capturados. Contiene la planificación de todas las actividades a desarrollar, incluyendo entre otras: la constitución de los grupos de apoyo, de ataque, de repliegue y contención, armamento a emplear, medios de movilidad terrestres y aéreos, objetivos secundarios y principales y una sincronización en tiempo y entre grupos para ejecutar la operación hasta su finalización, incluyendo la dispersión final.
"2.- La operación abarcaba 12 fases a saber:
1) Concentración previa;
2) Aproximación administrativa;
3) Irrupción simultánea a garaje (aeródromo) y objetivo(cuartel);
4) Aproximación táctica;
5) Asalto al garaje;
6) Asalto al campo de combate principal (cuartel) ;
7) Consolidación del objetivo;
8) Explotación del objetivo;
9) Retirada táctica;
10) Retirada estratégica;
11) Desconcentración y
12) Parte de Guerra.
"3.- La operación se montó con terroristas que debían partir desde cinco Bases (B) diferentes, recorriendo mas de mil kilómetros, abarcando gran parte del noreste argentino, a saber:
BO: buenos Aires;
BI: Rosario;
BII: Santa Fe:
BIII Resistencia y
B IV Formosa.
"Cada una tenía una misión especial y la orden contemplaba todos los detalles de movimiento, operación, control, medios y personal, etcétera.
"4.- Participaban diez grupos con un efectivo total de 70 terroristas entre jefes auxiliares, conductores y elementos de enlace; todos ellos combatientes, sin contar un número no fijado de personal auxiliar, que no estaban empeñados en acciones directas. Entre los efectivos figuraba un soldado entregador e informante del Regimiento 29. Disponían de 11 vehículos de diferentes tipos, complementados con dos aviones que serían secuestrados, uno de A.A. - Boeing 737 - y una avioneta particular de un aeródromo de Santa Fe. Una vez que se completó la fuerza, comenzó la instrucción y la reunión de información sobre el área geográfica de acción y sobre el objetivo, a través del soldado de la unidad.
"5.- La orden establecía el tipo de armas y su distribución entre los distintos grupos: armas cortas, granadas, fusiles FAL con abundante munición (cinco cargadores por hombre), escopetas tipo Itaka; pistolas ametralladoras, minas vietnamitas, equipos de comunicaciones portátiles y de media y larga distancia, botiquines individuales, material de equipamiento, herramientas de emergencia, un bolso con ropa civil por hombre, documentación individual falsa; también contaban con clavos miguelitos, silbatos, aerosoles, pistolas de señales y brazaletes individuales de identificación personal y de pelotones, etcétera.
"6.- El planeamiento fue realizado con varios días de anticipación al día "D", comenzando a mediados de septiembre, realizándose reuniones previas el 24, el 26 y el 30. La ejecución se pone en marcha el "D"-2 o sea el 3 de octubre con el movimiento de determinadas bases, dando inicio a la concentración previa.
"7.-El objetivo principal de ataque estaba dirigido al cuartel del Ejército, (campo de combate principal), pero ello imponía el control anterior y simultáneo de otros objetivos intermedios como el aeropuerto "El Pacú" de Formosa, operaciones de aferramiento de las Fuerzas Policiales y del Escuadrón de Gendarmería. También comprendía el ataque a la Unidad 10 del Servicio
Penitenciario Nacional para liberar a 10 terroristas que se hallaban allí detenidos.
"8.- La orden contemplaba la toma del cuartel en una operación de ataque a la guardia y una penetración por el área posterior de la unidad. Se formaron grupos para actuar sobre las compañías "A" , "B" "Comando" y "Servicios"; también para neutralizar el Casino de Oficiales y Suboficiales. Completada la Fase Consolidación del Objetivo se debía montar la defensa y luego pasar la Fase "Explotación del Objetivo" lo que incluía tomar el "botín" de las compañías.
Logrado ello, se debería de pasar a la "Retirada Táctica" formando una columna de vehículos para regresar al aeródromo, apoyados por grupos de contención y rechazo.
"9.- Completadas las acciones en el objetivo principal y replegados los equipos de las operaciones secundarias se debía pasar a la "Retirada Estratégica", para lo cual había que abordar el avión de A .A,, estacionado en un extremo de la pista. La aeronave debía partir con todo el personal y el "material recuperado al enemigo" para volar en dirección a un aeródromo próximo a Rafaela, donde debía aterrizar en una pista de circunstancia previamente señalizada.
"10.- A partir de ese instante se iniciaría la dispersión mediante móviles aproximados al área, habiéndose previamente cambiado de ropas y efectuada la atención a los heridos.
"11.- Finalmente, durante el movimiento aéreo de retirada un grupo especial debía completar los detalles del "PARTE DE GUERRA", según el resultado de la operación, para ser rápidamente difundido, lo que ocurrió el día siguiente.
"La operación en sus lineamientos generales fue desarrollada alcanzándose a cumplir la mayor parte de las previsiones y ordenes impartidas. La llegada al aeropuerto, con la captura previa del avión en vuelo y las operaciones de apoyo desde tierra en el aeródromo, permitieron que los grupos de ataque se orientaran rápidamente sin mayores inconvenientes hacia los objetivos previstos, Los pasajeros del avión , las autoridades presentes en el aeropuerto, incluyendo al
Gobernador de la Provincia, que acababa de llegar en un vuelo particular, fueron secuestrados y controlados en esa estación aérea.
"Al instante de llegar, los vehículos preparados fueron tomados por los terroristas iniciándose los movimientos según lo planeado. Al llegar al cuartel se generalizó un combate entre el personal de guardia y un grupo retén, produciéndose también una penetración por la parte posterior del cuartel... Se producen en estas acciones la mayor parte de las bajas de la unidad, entre muertos y heridos, varios de ellos, se encontraban en descanso y algunos otros duchándose en la subunidad. En estas acciones murieron un oficial, un suboficial, diez soldados, y hubo 19 heridos. Como resultado de este ataque, los terroristas robaron 50 FAL y un FAP y dejaron 16 muertos en el cuartel, incluyendo el soldado entregador.
"Esta operación significó para el terrorismo montonero una acción de gran trascendencia, por su magnitud, por la extensión del área geográfica afectada, por la exacta coordinación de los movimientos de los diferentes grupos que participaron desde distintas zonas del noreste del país, por los resultados obtenidos y fundamentalmente por la repercusión psicológica que provocó en todo el territorio nacional, lo que motivó, como ya fuera expresado, que el Gobierno impartiera la orden de extender la guerra a todo el resto del país.
"En esta operación perdieron la vida el Subteniente Ricardo E. MASAFERRO, el Sargento Víctor SANABRIA y los soldados conscriptos Antonio ARRIETA, Heriberto AVALOS, José CORONEL, Hermindo LUNA, Dante SALVATIERRA, Ismael SANCHEZ, Tomás SANCHEZ, Edmundo SOSA, Marcelino TORANTES Y Alberto VILLALBA". (Copia textual de una reseña de Oscar Enrique Guerrero, General de Brigada RE).

*
El "Colorado" Irurzun (Capitán Santiago), era hijo de una destacada y tradicional familia bandeña. Luego de salir del país siguió combatiendo en diversos países. Junto a los insurgentes de Nicaragua llegó a ver el triunfo de la revolución sandinista. Fue el ejecutor principal de la emboscada que terminó con la vida del dictador nicaragüense exiliado en Paraguay, Anastasio Somoza. A poco de ello, fue detectado por las fuerzas represivas del Paraguay, suscitándose un tiroteo donde el santiagueño murió. Este sospechoso allanamiento despertó sospechas entre las filas revolucionarias, que apuntaron hacia una posible traición.



El ERP en la mala

La destrucción del aparato militar del ERP, mientras tanto, se produciría ese mismo año, a raíz del frustrado copamiento del Batallón de Arsenales 601, en la localidad bonaerense de Monte Chingolo. El operativo ya había sido advertido por los servicios de Inteligencia, y el Ejército se preparó para recibir el ataque. El 23 de diciembre de 1975, minutos antes de las 20, se inició la mayor operación guerrillera urbana contra un objetivo militar, aunque en realidad se convertiría en la mayor operación militar urbana contra las fuerzas insurgentes, que sufrieron más de 150 bajas en un solo día. Sucede que las fuerzas represivas estaban al tanto, detalle por detalle, de cómo iba a ser el operativo guerrillero. Ello debido a la infiltración de un hombre de los Servicios de Inteligencia del Ejército, apodado El Oso, en la cúpula del ERP. Unas horas antes del "Día D", el traidor había sido descubierto, juzgado y fusilado por los guerrilleros. Pero Santucho, luego de algunas vacilaciones, ordenó continuar con las acciones tal como se habían programado. Sería prácticamente un suicidio.
El día 23 de diciembre de 1975 un fuerte y numeroso grupo guerrillero (según estimaciones de la propia guerrilla unos 270), actuando en forma concentrada, atacaron simultáneamente diversos objetivos militares en la zona sur del Gran buenos Aires. El objetivo principal del ataque se concentró en el cuartel del Batallón de Arsenales 601 "Domingo Viejobueno" ubicado sobre el camino Gral. Belgrano, a la altura Monte Chingolo.
Según las apreciaciones de fuentes del Ejército "en el ataque principal habían intervenido alrededor de 70 guerrilleros, apoyados por más de 200 en las operaciones secundarias de los alrededores. Estas cifras indican la magnitud de la operación subversiva, en la que además se utilizaron armas pesadas, explosivos, importantes medios de enlace y una minuciosa y detallada planificación, llegando los terroristas a la zona de operaciones en vehículos livianos y camiones pintados de igual modo que los del Ejército Argentino".
"Las operaciones de diversión se realizaron en otros puntos del Gran buenos Aires, donde se desarrollaron enfrentamientos con muertos y heridos de ambas partes, en Bernal, Villa Domínico, el llamado Camino Negro, Lanús, Puente Avellaneda, Puente 12 a la altura de la autopista Richieri y Camino de Cintura" (Libro In Memoriam, Tomo I, Círculo Militar Argentino).
El ataque se inició a las 19.45 Hs. y la ejecutó el Batallón Urbano "José de San Martín", al mando de Mario Roberto Santucho. Así narrarían los guerrilleros sobrevivientes la acción:
"El objetivo de tan importante operación, además de asestar un fuerte golpe al enemigo era recuperar para la causa 13 toneladas de armamento y otros medios para el Ejército del Pueblo. En el lugar donde nos concentramos había una sola consigna "vencer o morir".
"Fuimos saliendo por grupos y nos concentramos 15 minutos antes en el hotel alojamiento donde conseguiríamos la cantidad de vehículos necesarios para la acción. La Unidad F. Pérez del ERP encabezaba la acción. Cuando estábamos a cincuenta metros del portón se comenzaron a sentir las primeras ráfagas del ejército opresor. Entramos decididamente en el cuartel. Era evidente que nos estaban esperando. Desde una torre de observación que dominaba todo el cuartel nos tiraban con ametralladoras pesadas. A medida que ingresábamos íbamos bajando de los autos y orientando nuestra acción hacia los lugares pre-establecidos. El movimiento fue muy dificultoso por la acción del enemigo.
"Fueron cayendo muchos compañeros y nuestros movimientos en el interior se hacían cada vez más difíciles.
"La acción duró más de tres horas y media y durante ese lapso no pudimos lograr hacer píe en ningún sector siendo lo más lamentable el tener que abandonar a una gran cantidad de compañeros muertos y heridos sin poder prestarle una adecuada atención. Los que aún estábamos en condiciones de movernos, comenzamos a alejarnos de la zona. Muchos de nosotros pudimos meternos en una villa adyacente comenzando a tener contacto con muchos pobladores que nos ofrecían ayuda y nos brindaban atención a los heridos, al mismo tiempo que nos protegían de la búsqueda que hacían las tropas y los helicópteros. Ellos nos indicaban hacia donde ir y ante el pedido nuestro de que no nos delataran respondían que a los milicos no los tragaban".
Uno de los comandantes de la operación, el médico santiagueño René Moukarsel, sería el único en llegar hasta la sala de comando del cuartel, pero ante la retirada de sus compañeros regresó. Según testimonio de sus compañeros, mató en su audaz camino de ida y vuelta a varios militares.
El ejército, junto a gran cantidad de efectivos de la Policía Federal y de la Provincia de buenos Aires, se dedicaron durante toda esa noche prácticamente a cazar combatientes. De acuerdo a denuncias ante organismos de Derechos Humanos, hicieron una verdadera carnicería que dejó como saldo cientos de habitantes de las villas aledañas muertos, que sus familiares no se atrevieron a denunciar luego por terror.
Esta operación representó para el ERP una gigantesca derrota, que los dejó prácticamente sin fuerzas a nivel nacional. Para el combate se había traído de las diferentes provincias a los mejores cuadros militares con que contaba la guerrilla en ese entonces.
A la deserción de centenares de militantes de base y políticos que desarrollaban actividades sindicales y que, aterrorizados por el cariz que iban tomando las acciones quisieron tomar distancia de la guerrilla, se sumaron las numerosas detenciones de sus miembros, a las que se sumaban también las bajas producidas en diversos enfrentamientos. A fines de 1975, las organizaciones guerrilleras habían perdido, en una debacle alucinante, más de la mitad de las fuerzas con que comenzaran el año 1976.
Cuando se produjo el golpe militar de marzo de 1976, tanto el ERP como los Montoneros se habían retirado de los barrios y fábricas, e interrumpido buena parte de su comunicación con las bases, lo que les significó perder una vital infraestructura para llevar adelante su funcionamiento clandestino. Dependían ya totalmente del aparato propio, y del dinero necesario para financiarlo.
A esto se sumaron las numerosas bajas entre sus cuadros militares, lo que redujo notablemente su capacidad ofensiva. La guerra contra las Fuerzas Armadas que se proponían ganar estaba a punto de culminar con su derrota aun antes de comenzar una etapa que algunos años atrás habían previsto, ambiciosamente, como de "guerra de movimientos".
La conducción de Montoneros, ante la gravedad de la situación, elaboró un Código Penal de Justicia Revolucionario que castigaba la deserción de sus filas con la pena de muerte. Ello fue visto más tarde por sus propios integrantes como un intento desesperado para frenar la constante fuga de militantes en sus filas. También lanzó lo denominaron "La Tercera Campaña Militar Nacional Montonera", cuyo objetivo principal consistía en eliminar físicamente a cualquier miembro de las fuerzas de seguridad que fuera detectado, donde fuera detectado.
En marzo de 1976, el ERP y Montoneros tenían su estructura militar prácticamente reducida a la mitad de lo que habían logrado consolidar un año atrás. De acuerdo a cálculos del propio ámbito represivo, en el territorio argentino ya no quedaban más de 600 guerrilleros armados; el resto pertenecía a las ramas política, logística y otras igualmente ajenas a las operaciones de combate.
Ya en enero de 1976, el propio general Videla, en ese entonces Comandante en Jefe del Ejército, elaboró un informe referido a las organizaciones insurgentes en general, el que se originó tras el frustrado copamiento del Batallón de Monte Chingolo por parte del ERP. En ese documento, después de afirmar que las organizaciones guerrilleras se encontraban ante una "impotencia absoluta" en cuanto a su "presunto poder militar", señalaba que se había demostrado repetidamente "la incapacidad de los grupos subversivos para trascender en el plano militar".
Sin embargo, en los últimos meses del gobierno militar, en abril de 1983, bajo la presidencia del general Reynaldo Bignone, la junta de Comandantes difundiría un "Documento final", con el que pretendía dar por cerrada toda revisión del pasado y que, entre otras cosas, afirmaba que los subversivos habían contado con 25.000 militantes, de los cuales 15.000 habían sido combatientes.
Una exageración absurda que contradecía los datos aportados por los propios militares, pero políticamente oportuna.
Volvamos a ese comienzo de 1976. En Tucumán, el ERP, con Santucho a la cabeza, iba siendo desarticulado. La expectativa que cobijaba Santucho de recibir apoyo de los sectores urbanos no se concretó, por lo que vio caer muertos a varios de sus combatientes en manos de las Fuerzas Armadas. Por su parte los montoneros "vagaban cada vez más a mayor profundidad en la penumbra que medía entre la guerra de guerrillas urbanas y el terrorismo. Sin embargo, las verdaderas causas del derrumbamiento montonero fueron los secuestros de sus miembros y sus consecuencias. Un solo traidor podía denunciar a 20 o 30 miembros, de los cuales 3 o 4 podían hablar sin colaborar, denunciando a otros 8 o 10, de los que uno podía convertirse en dedo (alguien dispuesto a pasear por las calles y marcar, o señalar a montoneros conocidos suyos)" (98).

El golpe más sangriento de la historia

El 24 de marzo de 1976 las tres fuerzas militares iban a iniciar otro "Proceso de Reorganización Nacional". En realidad se trató del asalto a la suma del poder, para efectuar una profunda operación de aniquilamiento de todas las fuerzas revolucionarias, democráticas, sindicales y populares. El objetivo: preparar el terreno para el dominio total de la Argentina por las corporaciones del gran capitalismo financiero mundial. No debían quedar organizaciones representativas que se opusieran al despiadado saqueo económico a que estaba por ser sometida la nación.
Con paciencia y astucia los militares y sus asesores habían fogoneado el deterioro de las instituciones legales del Estado. Luego de una "crisis" escenificada por los Comandantes de Cuerpo Generales Viola y Suárez Masón, se pidió el pase a retiro del Coronel Damasco -por entonces funcionario político del gobierno- y el relevo del comandante en Jefe, Numa Laplane. Videla asumió como jefe del Ejército quedando entonces consolidado el ordenamiento interno necesaria para derrocar a Isabel Perón.
En la reunión de Ejércitos Americanos, que se llevó a cabo en Montevideo, Videla manifestó: "Se logrará la seguridad a cualquier precio y morirán cuantos sean necesarios. Un terrorista no es sólo el portador de una bomba o una pistola, sino también el que difunde ideas contrarias a la civilización occidental y cristiana" (99).
Recordemos que en Febrero de 1975, la Presidencia de La Nación había rubricado el Decreto Nº 261 que autorizaba al Ejército a aniquilar el accionar subversivo. La hora de las espadas llegó poco después de la medianoche del 23 de Marzo de 1976. Se instauraba una de las más sangrientas y nefastas etapas que registra nuestra historia argentina. La dictadura venía decidida a completar y profundizar la persecución y exterminio de miles de personas, que había comenzado sistemáticamente con la Triple A. El país, perdería la sonrisa por mucho tiempo.
Al fracaso de las fuerzas revolucionarias, iba a acompañar además el peor retroceso económico, social, cultural y político que sufriera jamás la Argentina. Pero eso ya es material de otra historia.
tortura".(76)

 

INDICE