El cuerpo en la cultura argentina. De los firuletes del tango a los cortes y quebradas de la cirugía estética

XIII ENCUENTRO ROBERTO NOBLE - 30 de junio 2000

Por Eva Giberti - Psicoanalista

Mitos y prejuicios en las representaciones del cuerpo: Apuntes acerca dos producciones corporales

Este Apunte está dedicado a TARDES CULTURALES, con Gina y Beba, Performance Tanguera Teatral, de Vita Escardó y Victoria Egea

Comenzaré por la representación, concepto al que habré de referirme desde una de sus vertientes psicoanalíticas .

Las representaciones sociales hombre o mujer contienen distintos valores empiricos, y cuentan con erogeneidades múltiples y diversas; erogeneidsdes y valores que dependen ,fundamentalmente, de los períodos históricos asi como de las edades y del género de quienes las sostienen o modifican.

Una característica propia de las representaciones es que son heterogéneas: encontramos infinidad de significaciones contenidas en los vocablos varón, mujer, cuerpos, que, a su vez pueden sostenerse en personajes emblemáticos que provienen de nuestra historia social, personal, barrial o fueron gestados en producciones culturales.

Cuando un fragmento de una representación social se generaliza y pretende convertirse en pauta o en verdad, es decir, cuando homogeiniza su contenido tornándolo excluyente respecto de otras significaciones posibles para dicha representación, desembocamos en un prejuicio ;por ejemplo cuando se afirmaba "una mujer si es bonita no puede ser inteligente"o bien"las mujeres deben obedecer a los hombres".En determinado momento uno de estos fragmentos cobra más fuerza que otros y entonces la erogeneidad de ese fragmento se torna dominante.Si tenemos en cuenta la erogeneidad asociada al baile cuerpo a cuerpo que interpreta la pareja que baila el tango , podremos conjeturar que el privilegio de esa forma particular de erogeneidad impregnada por el ejercicio del poder masculino, habría producido una forma particular de tango como producción cultural vernácula.

Si analizo el pasaje del tango bailado entre hombres-como ocurrió en sus comienzos- desde esa perspectiva de la erogeinización ,puedo pensar que en determinada época el genero masculino precisó contar con una mujer que contribuyese en su lucimiento como bailarin, y al mismo tiempo le permitiese exhibir su poder .

La pareja , intimamente entrelazada,de manera tal que el cuerpo masculino tuviese a su cargo la conducción del cuerpo femenino abordó la producción de sus firuletes, sus cortes y quebradas.

Las escenas que ilustran las figuras del tango -estoy refiriéndome al tango,inaugural , orillero o cobijado en los peringundines- transparentan el imaginario social de un universo en el cual las representaciones de los hombres y de las mujeres respondían a la canónica patriarcal/machista paradigmática de los prejuicios epocales .

Es probable que hayan sido esos prejuicios acerca de la relación entre hombres y mujeres, uno de los motores que facilitó la irrupción de ese baile de guapos arrabaleros y de "minas fieles de gran corazón" en la cultura porteña . Que la transgresión corporal que sus figuras exigian ,caracterizadas por la supremacía masculina y el sometimiento de la mujer, hayan funcionado quirúrgicamente en el convencional campo social del fin de siglo porteño saturado por las tradiciones hispanas y por los resabios de la pulperia criolla. El tango cambió esa cara cultural y abrió un juego de remanye que catapultó la nueva estética de los argentinos a los salones de Paris.En los que los resabios del art nouveau, con sus firuletes y sus líneas recargadas infiltraban otra estética de curvas enlazadas.

Escenas

Bailar tango autoriza la palpación de algunas regiones del cuerpo de la pareja e introduce una estética focalizada en un entrevero de muslos y piernas que sólo se autorizaban en público porque estaban acompasado en 2 por 4.

Ese meterse cuerpo a cuerpo inauguró una marcación sobre la pareja que se exhibe mediante los firuletes con que los bailarines dibujan sus garabatos sobre el embaldosado o el piso lustroso

Firuletes es una palabra cuyo origen italiano es desmentido por Corominas quien afirma suetimología gallegoportuguesa proveniente de ferolete a su vez derivado de flor, lo cual posiciona al firulete como la acción de guarnecer con flores o filigranas y no necesariamente como " cargazón de adornos de dudoso buen gusto".

Firuletes y quebradas: contorsiones aparatosas en el baile. "La quebrada es el contoneo del cuerpo, un movimiento acentuado al bailar caracteristico del compadrito orillero"

Los cuerpos enlazados evidenciaban el imaginario sexual de una época que promovia la docilidad de un cuerpo femenino, agil en el acompañamiento del bailarin ,como el de una esclava al servicio del patrón.

En aquel tango bailado cuerpo a cuerpo , con seriedad de mausoleo, no se traslucía un Eros vital sino epidérmico; tango que consagra un Tanatos que busca lucimiento y apariencia para estimular el"que dirán" admirativo por parte del publico. Que no solo esperaba ver bailar ,también anticipaba los encontronazos mortales entre compadritos o entre malevos que cada bailongo prometía . La sobreabundancia de firuletes era una referencia a los cuerpos que al bailar oficiaban una liturgia anticipada de la muerte o de las cicatrices bordadas con el filo de un facón.

Letras

Cuando apareció el tango canción las letras subrayaron el imaginario social que , entre otras descripciones,autorizaba al genero masculino para poetizar acerca de las mujeres:" iba linda como un sol, se paraban pa´ mirarla" al mismo tiempo que la describían "sola,fane y descagayada,la vi esta madrugada salir del cabaret"´. La denuncia de los efectos que produce el transcurrir de los años y de la mala vida que transformaban a la pebeta en un bagayo , en un requiescat in pace cruel.

La letra ahora, como antes la estrategia de las figuras entreveradas muestra de qué manera se pensaba el cuerpo de las mujeres ,forzados a ocupar un lugar de idealizacion o de deterioro; salvando la imagen de la madre/victima sacralizada.Un párrado de Horacio Salas aporta una clave:"El hombre del tango,hijo de una clase bastarda y bastardo él mismo(no es casual que Gardel,el arquetipo, lo fuera)carece no sólo de linaje sino de familia y centra todos sus afectos primarios en la madre"

Las representaciones sociales de la época,asociadas a los hombres y a las mujeres adjudicaron notoria importancia a los cuerpos como soporte de arquetipos(mujer dócil al servicio del varón) y del "que dirán" estéticamente focalizado (mujer bella y joven,hombre con poder,pintón y coraje) privilegiando la belleza corporal según modelos jerarquizados de acuerdo con los prejuicios estimulados por el genero masculino y acatados por las mujeres (aquellas que los acataban.)

Tanto el baile cuanto las letras en clave de arrabal espantaron a los miembros de la sociedad porteña caracterizada como gente bien que se consideraba orientadora de la cultura nacional; el éxito del tango en Europa no excluía su caracterización como producción lasciva ,pecaminosa..Sin embargo,las condiciones sociopólíticas del país(que no aliviaban las hegemonías patriarcales) abonaban el territorio de los cambios sustantivos.

Cirugia cultural

La cirugía cultural que el tango introdujo en aquella sociedad, en realidad fue quirúrgica en su espectacularidad, pero solo puso a la vista ,resaltándolo, el imaginario social de una población que se reconoció representada en las figuras bailadas y en las letras de los tangos que privilegian el orden tanático en la relación entre mujeres y varones.

La obsesión actual de tantas mujeres que recurren a múltiples formas de cirugía para no terminar convertidas en" un gayo desplumao" (caracterización con que los porteños podrían describirlas si no lograran mantener la ilusión de un equilibrio estético propio de una pebeta linda como un sol),tal vez no sea ajena al "qué dirán",preocupación paradigmática de nuestra cultura. Pero ese "qué dirán" preocupante depende mucho más de las miradas críticas de otras mujeres que del bardo masculino, creador de arquetipos.

Estas cirugias aparecen domesticadas, naturalizadas como si se tratara de teñirse el pelo; es lo original de esta práctica que, inspirada en el sometimiento al arquetipo elige una forma de violencia estéticamente reparatoria .

Los firuletes quirurgicos se diseñan sobre el propio cuerpo libidinzado: un corte allí para añadir un poco acá , de manera que la habilidad del cirujano torna resplandeciente a quien,paradojalmente, desea ser " flaca tres cuartos de cogote" traicionando al arquetipo original;porque el prejuicio tiene sus vaivenes.

Cirugias que postergan el envejecimiento corporal que -según el prejuicio que entroniza a las pebetas- hoy equivale a la muerte,léase exclusíon social.Hasta ese punto no avanzaron los poetas que escribieron letras de tango que, cirugías sociales al margen,siempre respetaron a la santa viejecita(a pesar que un taita ruin llegó a confesar "le quité el pan a la vieja").Lo interesante de algunas de las letras reside en la forma con que resaltan la importancia de la belleza y el desafuero con que se sanciona su decadencia o su transformación etaria;lo cual no solamente describe ideologias personales sino contenidos representacionales de un imaginario social.

La decisión de recurrir a las cirugías estéticas no depende de los textos de Discepolo, pero si es posible reflexionar acerca de la cirugia cultural que produjo el tango -junto con otras variables -y los contenidos de esa producción cultural cuyo énfasis negativo alrededor del género mujer se mantiene en sus letras y en sus coreografías.

Los apuntes que aquí expongo son el resultado de reflexionar acerca de la persistencia de tales contenidos. También expresan la curiosidad acerca de los actuales espectáculos tangueros que testimonian la refundación del arrabal y de los ritmos canyengues a cargo de jovenes gimnastas, bellísmos y paquetisimos muchachas y muchachos, capaces de ficcionar nostálgicamente aquella avanzada quirúrgica que los cuartetos barriales y el malevaje diseñaron para que la rubia Mireya bailara.

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KAES R. en Psychanalyse et répresentation sociale, LES REPRESENTATIONS SOCIALES, Compilación Jodelet D.;6ºedición;puf;Paris;1999.El autor describe: "Presencia de un "objeto"(psicoanaliticamente considerado)ausente y también la re-presentación de un objeto que se inscribe en un movimiento sociohistórico, que define los hechos sociales e históricos de su determinación"Kaës acentúa las contradicciones que emergen de la representación psiquica: mediante la investidura que recibe el objeto, y mediante el estatus que le asigna una cierta lógica del orden de lo social. Corresponde señalar que en Teoria de las Representaciones se contraponen diversos planteos teóricos(escuela latina y escuela anglosajona).El último aporte de Saadi Lahhou retoma los postulados de Moscovici -iniciador de estos estudios en 1961-desde una perspectiva constrccionista con énfasis en el análisis de los aspectos lingüisticos de las representaciones . Afirma:"la representación social sirve-según lo afirmó Moscovici- para crear la realidad común para el grupo.Su aporte no es interpeetativo sino una computación de la concurrencia léxica.(PENSER MANGER-Thèse de Psychologie Sociale-1995)Ecole des Hautes Etudes en ScienesSociales. Paris.)Entre nosotros, David Maldavsky propone -lo mismo que Lahlou-dos niveles de análisis,redes de palabras y secuencias narrativas-pero utilizando un programa lexicométrico y categorías psicoanalíticas como base para el ordenamiento de la significatividad; que Maldavsky restringe a un número acotado de las erogeneidades al mismo tiempo que incluye un grupo definido de palabras y de relatos como expresión de dichas significatividades.Planteos que, para el análisis que ensayo en este trabajo constituye una perspectiva clarificadora.

MALDAVSKY D. : TEORIA DE LAS REPRESENTACIONES; Nueva Visión; Bs. As.;1976

Si se tienen en cuenta los antecedentes del tango andaluz que citan diversos autores, o según la Academia Española(1869) donde se lo remite a "reunión y baile de gitanos", hasta que en 1889 se sustituye por "fiesta y baile de negros o de gente del pueblo en América".Corominas J.y Pascual J.A.(DICCIONARIO ETIMOLOGICO)advierten que originalmente no es un nombre rioplatense, y que convendría derivarlo de una palabra africana teniendo en cuenta que en Calabar(Nigeria central), tamgu es la palabra que significa bailar;prefieren sin embargo la onomatopeya tang, expresiva de un tañido grosero de tambor, lo que autoriza a asociarlo con el candombe de los negros Pero ,anteriormente, ya en la Normandia del siglo XVI ,tangue se refería a determinada danza.Los autores del Diccionario no admiten que éste pueda considerarse origen de la palabra actual sino se limitan a subrayar la creación paralela de ambas onomatopeyas.

De acuerdo con la bibliografía a partir de 1849

CARRETERO A. : TANGO,TESTIGO SOCIAL :"A la sujeción a la autoridad ,al marido, al hombre en general, se sumó la precariedad de los alojamientos(…)", El tango, aún en las letras posteriores a 1940 contiene el resabio condenatorio a la mujer prostituída sin comprender que era el último extremo que le quedaba."

La concurrencia era mucho más rica. MANUEL CASTRO,citado en GARCIA JIMENEZ F.: ASI NACIERON LOS TANGOS;Ed.Corregidor;Bs.As.;1981 al referirse a los bailes "en lo de Hansen" comenta:"Nunca vimos bailes de concurrencia más abigarrada y dispar:endomingadas chinitas de los alrededores y rubias francesas del Royal o el Petit Salon,milicos y cosacos de los cuarteles vecinos en trajes de particular,pesados arrabaleros y niños bien"

ABAD de SANTILLAN D. : DICCIONARIO DE ARGENTINISMOS;Bs.As.;1991

COROMINAS J .y PASCUAL J.: DICCIONARIO ETIMOLOGICO; Gredos;Madrid;1992

PIAGGIO J. , en TIPOS Y COSTUMBRES BONAERENSES: presenta un diálogo"-Y¿ que tal es el banquete?","-Con firulete:acordiona,violin y flauta.Garanto el corte",citado por H.Ferrer y O.del Priore en INVENTARIO DEL TANGO.

GARCIA JIMENEZ F.:Op.Cit."A una "corrida"impecable,afiligranada del pardo,contestaba El Cachafaz con dos o tres figuras de asombrosa improvisación(…)", "Imaginémoslo zarandeando a derecha e izquierda las posturas de su compañera" (…)"Mas que un bailarin El Cachafaz era un silvestre genio de la danza!De sus "cortes" se ha prolongado una fama legendaria(…)".Al verlo bailar uno del corrillo exclamó:"¡Sáquenlé el molde…que baila con su sombra!"

FERRER H y DEL PRIORE O.:INVENTARIO DEL TANGO;Tomo I;Fondo Nacional de las Artes;Bs.As.;1999.Citan un reportaje a Angel Villoldo en 1917:"En esas carpas-de la Recoleta(1880-1890)- se han desarrollado desafíos de habilidatanguera que terminaban en duelos criollos realizados en las mismas proximidades del lugar donde poco antes se había bailado y bebido y enamorado."

SALAS H.:TANGO,PROSA Y POESIA de BUENOS AIRES;Ed.Manrique Zago;BsAs.1990

GIBERTI E.: MAQUILLAJE Y EMPREAS TRASNACIONALES, investigación inédita; CONICET;Bs. As.;1986

GIBERTI E. : PONER Y QUITAR ,GENERO Y DIALECTICA DE LA CIRUGIA ESTETICA, conferencia en el Foro de Psicoanalisis y Género,APBA, noviembre 2000 (inédita)

Los procesos que coadyuvaron en la irrupcion quirúrgica del tango en la cultura del fin de siglo XIX, fueron complejos ,respondieron a cronologías pautadas según las posibilidades de cada circunstancia y demandan una etnografia rigurosa.

Fuente: www.evagiberti.com

 


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Por Hugo Gordó

ACHERONTA - REVISTA DE PSICOANALISIS Y CULTURA Nº 12

"Como lacanianos no buscamos un
saber sobre la sexualidad, sino la
relación del saber con la sexualidad. "
Oscar Masotta

Entre los años 1902 y 1904 aparecieron en los llamados Archivos de Psiquiatría y criminología una serie de trabajos sobre la inversión sexual firmados por el Dr Francisco de Veyga médico legalista, higienista, psiquiatra y general del ejercito argentino.

Los archivos han sido durante años fuente de documentación bibliográfica para los que emprendieron la tarea de construir una historia de la locura en la Argentina. Allí escribieron:Ingenieros, Ramos Mejía, Cabred, Coll, Melendez y Veyga entre otros.

Cuando Hugo Vezetti en su "Historia de la locura en la argentina"se refiere a los comienzos de la psiquiatría en nuestro país asocia la tarea doctrinal de los pioneros con la tarea de construcción de la Nación que también ellos tomaban a su cargo. En otras oportunidades con Mario Betteo y Juan Carlos Piegari incursionamos un poco en eso.

En 1995 apareció un libro de Jorge Salessi "Médicos, maleantes y maricas". Allí el autor, como señala Nicolás Shumway, estudia "la historia de la metáfora de la Nación como cuerpo y explora como los intelectuales argentinos desde Echeverría hasta Ingenieros querían sanar ese cuerpo, imponiendo un código higiénico que trataba de curar todo fenómeno que se considerara una enfermedad desde la fiebre amarilla hasta la homosexualidad".

La impronta del pensamiento de Michel Foucault están presentes en los dos libros que mencione tanto como en otros que se ocupan del tema

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Vamos ahora, brevemente, a señalar en el análisis que hace Salessi sobre la obra de Veyga la presencia de ese giro conceptual de Foucault.

Se podría titular este apartado, parafraseando a otro, un cierto focaultismo siempre es pertinente.
En la parte 3 ª del libro dice Salessi:

Las construcciones textuales . descripciones y ordenamientos taxonómicos de mutaciones e inversiones sexuales o genéricas como la pederastía pasiva o activa, el uranismo femenino pasivo o activo, el tercer sexo y la homosexualidad, fueron constantes, más o menos explícitas, en la obra de criminólogos científicos y escritores e intelectuales argentinos de fines del siglo 19 y principios del siglo 20. En el discurso literario y en el discurso de las nuevas ciencias psicológicas y sociales, distintas construcciones y formas de la representación de las desviaciones sexuales sirvieron a distintos propósitos.

En primer lugar fueron utilizadas para tratar de controlar, estigmatizar y criminalizar, una visible y compleja cultura de homosexuales y travestis extendida en todas las clases sociales del Buenos Aires del período.

La recurrencia a la homosexualidad de los hombres se puede leer como evidencia de una realidad histórica que demuestran que en el Buenos Aires del 1900 había una cultura de hombres que tenían relaciones con otros hombres. Esta presencia esta sujeta en su visibilidad a los distintos momentos socio-históricos que la hacen mas o menos presente.

Esto quiere decir que tanto el reconocimiento legal a fines del siglo 20 como la visibilidad de la homosexualidad a fines del siglo 19 fueron consecuencias inesperadas, no previstas por los proyectos económicos liberales o neo-liberales del poder de turno.

A modo de ejemplo del nexo que establece Salessi entre la construcción de la Nación y las investigaciones psiquiátricas es lo que él teoriza en el apartado llamado la educación anal en relación a los planes de salubridad al comienzo del siglo pasado.

Cita allí los casos de Manón o "Un caso de inversión congénita"y el de Aída o"Invertido sexual imitando a la mujer honesta", donde el Dr Veyga hace un relato en el cual a la desgenitalización progresiva seguía una primera experiencia anal que este discurso representaba como una pérdida de una preciosa virginidad del hombre desflorado.

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Las diferencias entre sensaciones normales o anormales no se relacionan con la elección del objeto sexual sino con el rol adoptado. Cuando Manón actúa como activo con otros hombres sus sensaciones son normales, solo la adopción de la posición receptiva desgenitalizaba al hombre y diseminaba su erotismo anal.

Estos hombres de ciencia trataron de mantener la binaridad del genero en esa diferencia de roles receptivo (pasivo)o insertivos(activos)pero los invertidos entremezclaban, superponían y confundían las categorías presuntamente fijas que habían inventado los sexólogos.

Como señala Leo Bersani en "Es el recto una tumba?" aquí también los higienistas sociales estudiaron a invertidos y homosexuales en los que veían a hombres que transformaban en centro deseado y deseante la temida cloaca que como la vagina de la prostituta del siglo 19 significaba promiscuidad posibilidad de sexo ininterrumpido e infección.

Aquí es donde Salessi produce una de las mostraciones de la metáfora históricas de la Nación como cuerpo . La deposición rigurosamente controlada de las materias fecales fue la preocupación de los higienistas que en las últimas décadas del siglo 19 realizaron la "revolución higiénica"proveyendo y separando los flujos continuos de aguas potables y servidas. dando origen al sistema sanitario de Bs As.

Los homosexuales, invertidos y uranistas que en su cuerpo confundían centro deseado, centro deseante y centro productor de materia fecal representaban una forma de contaminación proletaria que jugando con la retención o disposición de flujos se infiltraba en las casas de la burguesía y desbarataba la separación higiénica de clases sociales y de flujos de repulsión y placer, asco y deseo como de aguas potables y aguas servidas.

Si bien este es el sesgo doctrinal que prioritariamente Jorge Salessi le imprime a su trabajo y que podríamos señalar como un cruce entre las preocupaciones políticas, higienisticas y morales con la de orden psiquiátrico en los fundadores de la psiquiatría en la argentina, también en la casuística que ellos recogen hay pruebas de un concernimiento con un campo del cual esa misma casuística es un testimonio.

3

Vamos entonces a tomar un caso del Dr Veyga "Inversión sexual. Tipo profesional" o La Bella Otero. Es un caso que tiene la particularidad de recoger un testimonio en forma de autobiografía de ese conocido travesti del Bs As de comienzos del siglo 20, para plantear el problema de la visibilidad o invisibilidad de esa sexualidad lunfa a partir de lo que los analistas del lenguaje llaman guerra de discursos.

Voy primero a plantear las coordenadas generales del llamado enfrentamientos de lenguajes . Roland Barthes en el "Susurro del lenguaje" teoriza la cultura como un campo de dispersión de los lenguajes En el centro de lo que Barthes llama la Paz cultural se da una irremediable guerra de lenguajes, nuestros lenguajes se excluyen unos a otros en un duelo permanente. En la guerra de lenguajes los que se enfrentan son sistemas de lenguaje –no individualidades, son sociolectos no ideolectos.

Plantea una división sencilla de los lenguajes en las sociedades actuales . Por un lado lo que se enuncian a la luz del poder de sus aparatos estatales, institucionales y a los que llama discursos encraticos y otro que se arma fuera del poder el discurso acratico .

El 1ºes vago, difuso, aparentemente natural, es el lenguaje de la cultura de masas, de la doxa, es difícilmente reconocible y a la vez triunfante. El lenguaje acratico es lejano, tajante, se separa de la doxa su fuerza proviene de que no es ideológico, dentro de este lenguaje coloca al psicoanálisis.

Las criticas que Foucault plantea al psicoanálisis quizás podrían plantearse teniendo en cuenta la presencia de un cierto corrimiento o pasaje desde un discurso a otro, o al menos como una de sus consecuencias.

Vamos ahora a considerar en el texto de la Autobiografía de La bella Otero el problema del contra discurso.

Para caracterizarlo en tanto genero literario, tanto como para señalar el enfrentamiento con el discurso medico oficial voy a seguir los lineamientos de Marc Angenot en su libro "La parole pamphletaire".

El texto de La bella Otero es un cruce entre literatura de ideas y literatura de combate. Es lo que Angenot nombra como discurso agonista;este discurso supone un contradiscurso antagonista implicado en una trama del discurso actual el cual tiende a una doble estrategia:demostración de la tesis y refutación/descalificación de una tesis adversaria .

Este carácter tiene diversas consecuencias ;un testimonio neutro del debate más o menos identificado a un auditorio universal y un adversario-destinatario al que alternativamente se trata de convencer y refutar.

Se trata de ocupar en términos de "metáfora espacial"dos terrenos, batir al adversario sobre su propio terreno y demostrar que la argumentación engloba y domina la del adversario dando cuenta de sus insuficiencias.

Es una búsqueda de la verdad pero es también un acto que supone una presencia fuerte y explícita del enunciador en el enunciado.

La presencia virtual del contradiscurso y el ida y vuelta que se establece entre el adversario y el auditor producen en el texto figuras dialógicas del tipo de la concesión, comunicación, subjetivación etc .

Este discurso supone un medio tópico subyacente un terreno común entre los dos textos el oficial y el otro.

Dentro de estos contra discursos adscribo el texto de La bella Otero dentro del género de la parodia

Freud en El chiste refiriéndose a la parodia dice:

La caricatura y la parodia así como su antítesis práctica, el "desenmascaramiento", se dirigen contra personas y objetos respetables e investidos de autoridad. Son procesos de degradar objetos eminentes.

La parodia alcanza la degradación de lo eminente destruyendo la unidad entre los caracteres que de una persona conocemos y sus palabras o actos, por medio de la sustitución de las personas eminentes o de sus manifestaciones, por otras más bajas.

5

Esta palabra no cesa de llegarnos a través de múltiples interferencias pese a ellas la voz del contra discurso viene a parasitar y ha hacer arder el mensaje más allá de los reenvíos, los rechazos y los intentos de hacerla callar.

El choque de discursos entre médicos e invertidos emergió como dos posibilidades narrativas, el eje del debate giraba en torno al carácter congénito que estos le daban a su orientación sexual, apoyándose en militantes europeos.

Frente a esto, el discurso médico, Veyga, sufrió una serie de modificaciones en su caracterización de la homosexualidad 1º)aceptaron la idea de lo congénito luego la cambiaron por una etiología de lo adquirido acentuando un carácter fabulador en los dichos de los invertidos . Esta fabulacíon tenia dos tiempos :primero un hacer creer por parte de los homosexuales a los médicos del carácter de su situación y un segundo momentos en el cual ellos quedan presos de sus afirmaciones construyendo entonces un delirio

La narrativa alerta del médico develaba al lector la estrategia del pseudo uranista que oponía una ficción a la narrativa científica. .

Dice Jorge Salessi:

El discurso de los homosexuales, las voces e historias, fábulas leyendas y delirios, a los que tanto temía Veyga, se abrieron paso en los textos de los médicos y desde ahí, desde adentro, infiltrados socavaron el discurso"científico". Ese juego de erosión interior llego a desplazar la voz del hombre de ciencia en un texto que, utilizando la forma de la autobiografía, parodió esas historias clínicas o "casos". La voz de La bella Otero se apropió del espacio de la escritura y, al mismo tiempo que hacía una parodia del discurso de los hombres de ciencia, utilizó ese mismo espacio para dejar los rastros y artefactos de su cultura.

Ahora la autobiografía de La Bella Otero

(Autobiografía)

He nacido en Madrid en el año1880. Siempre me he creído mujer, y por eso uso vestido de mujer. Me casé en Sevilla y tuve dos hijos. El varón tiene 16 años y sigue la carrera militar en París. La niñita tiene 15 y se educa en el "Sacre Coeur"de Buenos Aires. Son muy bonitos, parecidos a su papá.

Mi esposo a muerto y soy viuda. Aveces quiero morir, cuando me acuerdo de él. Buscaría los fósforos o el carbón para matarme, pero esos suicidios me parecen propios de gente baja. Como me gustan las flores, me parece que sería delicioso morir asfixiada por perfumes.

En otras ocasiones me gustaría tomar el hábito de monja carmelita, porque soy devota de Santa Teresa de Jesús, lo mismo que todas las mujeres aristocráticas. Pero como no soy capaz de renunciar a los placeres del mundo, me quedo en mi casa a trabajar, haciendo costuras y bordados para los pobres.

Soy una mujer que me gusta mucho el placer y por eso lo acepto bajo todas sus fases. Algunos dicen que por todo esto soy muy viciosa, pero yo les he escrito el siguiente verso, y se los digo siempre a todos:

Del Buen Retiro a la Alameda
los gustos locos me vengo a hacer.
Muchachos míos ténganlo tieso
que con la mano gusto os daré.
Con paragüitas y cascabeles
y hasta con guantes yo os las haré
y si tu quieres, chinito mío,
por darte gusto la embocaré.
Si con la boca yo te incomodo
y por la espalda me quieres dar,
no tengas miedo, chinito mío,
no tengo pliegues ya por detrás.
Si con la boca yo te incomodo
y por atrás me quieres amar,
no tengas miedo, chinito mío,
que pronto mucho vas a gozar.
 
He estado en París, donde bailé en los cafés-conciertos dándole mucha envidia a otra mujer que usa mi mismo nombre para pasar por mí.
Muchos hombres jóvenes suelen ser descorteses conmigo. Pero ha de ser ganas de estar conmigo, y ¿por qué no lo consiguen?Porque no puedo atender a todos mis adoradores.
No quiero tener más hijos, pues me han hecho sufrir mucho los dolores del parto, aunque me asistieron mis amigas "Magda" y "Lucía", que no entienden de parto, porque nunca han estado embarazadas, porque están enfermas de los ovarios.
Me subyuga pasear por Palermo, porque el pasto es más estimulante para el amor que la mullida cama.
Esta es mi historia, y tengo el honor de regalarle al Dr Veyga algunos retratos con mi dedicatoria.

La bella Otero

Esta guerra de discursos se prolonga en la estructura interna del texto escrito.

Los textos médicos están conformados de la siguiente manera:

  • 1º) Introducción

  • 2º) Historia clínica, Que era la historia real o sea las prácticas sexuales especificas y la especulación teórica.

  • 3º) Conclusión.

Esta es la misma estructura del relato de La Bella y es a tal punto claro que ese texto se apodera del espacio del escrito que la firma al pie del trabajo no es la de Veyga sino la de su paciente.

Para terminar la violencia de la guerra de discursos se muestra en toda su virulencia en el verso que creo más chocante al lector que es el que describe la falta de pliegues en el esfínter.

Esta es una tesis del Dr Tardieu maestro de la medicina legal en Francia en el siglo 19 quién consideraba que el hombre que con otro hombre adopta un posición sexual pasiva carece de pliegues en el ano.

La Bella Otero se apropia del discurso del hombre de ciencia y con un gesto desafiante le arroja a la cara eso que Josefina Ludmer cuando teoriza la guerra de discursos en su libro "El genero gauchesco" llama un contravalor. Dice Ludmer:

Es el esquema de la guerra de discursos sin solución. Si a esto se añade las palabras o contravalores que se arrojan especularmente los enfrentados, se tiene un cuadro de elementos para analizar el esquema de enfrentamientos que lleva a la guerra de discursos.

Hugo Gordó

Notas: En el poema de La Bella Otero el valor y contravalor jugados es la virgindad del ano del hombre



El poder es efecto del malestar en la cultura

Por Enrique Carpintero - Psicoanalista

Esta descripción no implica establecer que el Mal es inherente al actual capitalismo. Esto puede llevar a la simplificación de que se crea en la necesidad de un grupo de gente y un programa que represente el Bien para que este triunfe.

La cultura consistió en un proceso al servicio del Eros que, a lo largo de la historia fue uniendo a la humanidad toda. A este desarrollo se opuso -y se opone- como Malestar, la pulsión de muerte que actúa en cada sujeto. Es por ello que la cultura crea un espacio-soporte donde se desarrollan los intercambios libidinales. Este espacio ofrece la posibilidad de que los sujetos se encuentren en comunidades de intereses, en las cuales establecen lazos afectivos y simbólicos que permiten dar cuenta de los conflictos que se producen. Es así como este espacio se convierte en soporte de los efectos de la pulsión de muerte. De esta manera, podemos establecer la hipótesis de que el poder es consecuencia de este malestar en la cultura. Por ello aquellos que ejercen el poder encuentran su fuente en la fuerza de la pulsión de muerte que, como violencia destructiva y autodestructiva, permite dominar al colectivo social. Esta queda en el tejido social produciendo efectos que impiden generar una esperanza para transformar las condiciones de vida del conjunto de la población. En este sentido, es importante tener en cuenta un poder que represente los intereses de una minoría de otro en manos de la mayoría de la población. Esta situación es producto de condiciones económicas, políticas y sociales. Sin embargo desde que el mundo es mundo, a excepción de breves períodos históricos y en determinados países, existe una empresa dirigida desde el poder para organizar el sometimiento de los pobres. Este hecho fue ocasionando contradicciones y tensiones que se han resuelto de diferentes maneras en cada momento histórico, ya que es imposible pretender que los seres humanos vivamos según el orden de un hormiguero o un panal. Su objetivo es controlar la libertad y la condición pulsional del ser humano. Por ello el poder no se agota en los aparatos del Estado, los grupos económicos, los partidos políticos y las instituciones sociales sino también -deberíamos decir fundamentalmente- se encuentra en cómo se relacionan los sujetos en la sociedad. Es aquí donde la visibilidad del poder se hace invisible. En la actual etapa del capitalismo debemos agregar la particularidad de que el poder ha unificado a nivel mundial una cultura que, al no crear un espacio-soporte, lleva a una comunidad destructiva. Una comunidad donde impera el “sálvese quien pueda”. Una comunidad donde la afirmación de uno implica la destrucción del otro produciendo una metamorfosis del tejido social y ecológico cuyas consecuencias son imprevisibles para el futuro de la humanidad.

El poder es humano y está históricamente determinado. Hoy lo podemos representar en el hombre de Davos. Este es en su gran mayoría varón, norteamericano, joven, maneja las nuevas tecnologías, es adepto a la nueva economía y, fundamentalmente es muy rico. El Foro Económico de Davos es uno de los más importantes referentes internacionales del dinero que ha impuesto el actual modelo neoliberal capitalista. Está conformado por empresarios, políticos, líderes de opinión, intelectuales globalizados, etc. Todos ellos representan a empresas líderes mundiales. Se reunen desde 1971, todos los años, en enero por iniciativa de la World Economic Forum en la estación de esqui de Davos, en los alpes suizos, para decidir el futuro del mundo. De allí surgió la globalización, la globalización responsable, la nueva economía, las empresas puntocom. Su objetivo claramente establecido es imponer el predominio del capital financiero, la desaparición de lo público, la construcción ideológica del empresario como creador de riqueza, la desaparición de los controles para los procesos de producción, distribución y comercialización de todas las relaciones sociales. Esto ha llevado a que el producto bruto mundial creciera de una manera sin precedentes en la historia de la humanidad. Su principal beneficiario ha sido EEUU, donde una minoría de la población es cada vez más rica. Sin embargo no han podido prever la crisis financiera de 1997 y 1998, ni la espectacular caída de las empresas de Internet. Tampoco los problemas que atraviesa Europa con el mal de “las vacas locas”; la situación de miles de inmigrantes en diferentes países y el auge de la discriminación y el racismo; la contaminación con uranio de la guerra de los Balcanes; los apagones regulares que se realizan en California, la región más rica de EEUU y la sexta economía mundial, luego de que las empresas de electricidad fueron privatizadas; la crisis de la vivienda en Chicago ante la combinación de nieve y frío que han puesto en evidencia la precariedad de la construcción en el país de mayor tecnología. Mucho menos las consecuencias de esta política económica y social donde la terrible desigualdad social ha llevado a que de los actuales 6.000 millones de habitantes del planeta, 1300 sobreviven debajo de la línea de pobreza, con menos de 1 dólar por día, en tanto 2.800 millones sobreviven a duras penas con menos de 2 dólares diarios. Es decir, durante las tres décadas de existencia del Foro de Davos, las desigualdades en el mundo entre ricos y pobres y entre países se han multiplicado por 50. En la Argentina significa que el 40% de la población son excluidos de los beneficios sociales, económicos y culturales. De esta manera han aparecido serios problemas ecológicos, una gran crisis sanitario-alimenticia y la fragmentación del tejido social.

Este poder, sin mucha imaginación, se convocó este año con la consigna de disminuir estas desigualdades ya que los ricos ven que la noche se les viene encima pues los excluídos no pueden tolerar esta explotación extrema. Por supuesto, su resultado fue más de lo mismo: el mundo es inmodificable, quien crea lo contrario solo está anunciando mayores catástrofes.

El poder del actual capitalismo es borgeano. Borges es considerado uno de los más importantes escritores del siglo XX. Pero tiene en sus textos varios olvidos. La sexualidad está excluida, tampoco existe un espacio social ni dimensión histórica. Por eso, como dice Georges Steiner, Borges no escribió novelas ya que a su arte le falta lo que el género requiere. En este sentido su pensamiento elitista y aristocrático lo llevaba a decir que “la democracia es un error estadístico porque en la democracia decide la mayoría y la mayoría está formada por imbéciles”. El poder decidió ser borgeano y evitar este error estadístico tomando las decisiones sin importarle qué piensa o vota la mayoría. Como todos somos “imbéciles” se nos promete una cosa y luego se hace lo que le conviene a los más ricos.

Un informe de la Naciones Unidas plantea que las cien mayores empresas del planeta se han transformado en “las dueñas del mundo”. Encabezadas por General Electric manejan el 60% del importe de las operaciones de fusión y adquisición de empresas. Estos grupos han alcanzado un poder inigualable al repartirse el control de los principales mercados. Frente a la dimensión planetaria del mundo de las empresas los gobiernos de cada país deben subordinarse a estas políticas empresarias. Un buen ejemplo de esta situación fue la asunción el año pasado de James Walsh como embajador de EEUU en la Argentina. En su presentación escrita al Senado norteamericano dejó claramente establecido que se comprometía en sus nuevas funciones a “trabajar duramente para representar los intereses de las empresas norteamericanas”. Los embajadores no representan países sino empresas. Los políticos también. Para hacer las campañas en las elecciones donde los programas de gobierno han sido remplazados por el marketing electoral deben invertir millones de pesos que son ofrecidos por las grandes empresas y los grupos que operan en el “lavado de dinero” proveniente del narcotráfico y otras mafias internacionales que luego se cobran con leyes que las benefician. De esta manera la democracia se ha vaciado de sentido ya que el capitalismo financiero ha logrado un entramado de capitales provenientes de operaciones legales e ilegales que se necesitan mutuamente. Aunque el poder de las grandes empresas necesita para mantener su hegemonía limitar la influencia de los capitales en “negro”. Este es el sentido de reducir la corrupción que se encuentra en altos niveles del poder en todos los países del mundo. Es decir, limitarlo para ejercer un control sin que ello implique terminar con los “paraísos fiscales”, el secreto comercial y bancario, las coimas, los aportes a los partidos políticos, etc. Es que el mundo actual está organizado sobre la base del dinero y éste una vez puesto en circulación no se puede diferenciar ya que la presión por el consumo permite comprar desde caramelos hasta generales y políticos. De esta manera no nos debe extrañar que, el último día de su mandato, Bill Clinton indultara al millonario financista Marc Rich prófugo de la justicia de EEUU durante12 años por estar acusado de innumerables estafas. Sus aportes al Partido Demócrata y las presiones internacionales

del, por entonces, primer ministro israelí Ehud Barak y del rey de España, entre otros, hicieron que firmara el indulto. Tampoco puede resultar insólito que, en un país que se arroga ser el defensor de la democracia en el mundo, Georges Bush ganara las elecciones impidiendo el recuento de votos de su contrincante Al Gore. En la ceremonia de asunción muchos delegados que supervisan elecciones en diferentes países del Tercer Mundo aplaudieron durante varios minutos a la secretaria de estado Katherine Harris que resultó vital para impedir contar votos en el Estado de la Florida. En un exceso de entusiasmo el relator la comparó con Juana de Arco y la Madre Teresa.

“Hay cada vez menos democracia en los tiempos de la globalización obligatoria”, escribe Eduardo Galeano y continua: “nunca tantos hemos sido gobernados por tan pocos. Hay cada vez más injusticia en la distribución de los panes y los peces”. Sin embargo esta descripción que estamos realizando sobre la situación en el mundo no implica establecer que el Mal es inherente al actual capitalismo. Esto puede llevar a la simplificación de que se crea en la necesidad de un grupo de gente y un programa que represente el Bien para que éste triunfe. Sabemos que esta perspectiva mesiánica y utópica esta basada en una ilusión cuyas consecuencias fueron los social-autoritarismos stalinistas. Tampoco plantear que se ha hecho tan evidente la arbitrariedad e injusticia del poder que es necesario derrotarlo de cualquier manera. Es decir, el fin justifica los medios. También sabemos que los medios llevaron a justificar los fines totalitarios. Un análisis del funcionamiento del poder en la actualidad nos debe llevar a las razones para que éste pueda imponerse con total impunidad. Las razones para que la mayoría de los ciudadanos acepten estas circunstancias como algo natural donde lo posible es el capitalismo elevado a la categoría de existencia necesaria para la vida humana como si fuera un hígado, un corazón o el oxígeno que respiramos. Las razones que permitan encontrar los medios para construir una democracia basada en una distribución equitativa de los bienes materiales y no materiales. Es decir, un poder de la mayoría de la población que genere una cultura donde se puedan desarrollar las posibilidades creativas y permitir desplazar los efectos de la pulsión de muerte. Es cierto que el socialismo cometió el error de poner fecha al paraíso sobre la tierra. Las religiones fueron más astutas al prometer algo que no puede ser verificado. El capitalismo neoliberal lo dio por hecho: la historia llegó a su fin; el que no lo entienda no está adaptado. Sin embargo comienza a aparecer un sujeto que se rebela. Este es un sujeto que tiene una entidad fragmentada que suma diferentes rebeldías y lecturas del capitalismo globalizado. Un sujeto que anuncia las nuevas contradicciones de un siglo que recién comienza: algunos con propuestas antiliberales y otros desde una posición anticapitalista que aún no se ha consolidado en una alternativa política. Un sujeto que comenzó a expresarse en Seattle hace menos de dos años y que intentó manifestarse en el Foro de Davos. Pero los alpes suizos fueron tomados por la policía y las fuerzas militares armadas con elementos de última tecnología para impedir cualquier manifestación anticapitalista a 100 kilómetros a la redonda. La democracia suiza se transformó por una semana en un país en Estado de Sitio. Es decir la democracia capitalista es a la carta: cuando los empresarios quieren es democrática, sino es una dictadura que impide la libre expresión. Este es el poder. Sin embargo la protesta en las calles de Davos y en las otras reuniones de “los amos del mundo” continuará. Esto es lo que da sentido al, recientemente creado, Foro Mundial de Porto Alegre y otras reuniones que se realicen. También continuará el trabajo de reflexión, propuestas e impugnación a la realidad existente; éstas anuncian que la historia esta muy lejos de haber terminado.

Fuente: www.topia.com.ar

 

 
ACERCA DE LA PULSION SEXUAL EN LA TEORIA PSICOANALITICA
(Del libro Vagamos en la inconsistencia: los fundamentos del psicoanálisis, Colección Lazos)

En lo sexual, “el ser humano ama más la caza que la presa”. Esta tesis, y no el descubrimiento del inconsciente, es –para el autor de este ensayo– lo más “revulsivo” del pensamiento de Freud.
Inadecuado: “La inadecuación, la distancia entre el placer esperado y el hallado es un enunciado ético que cuestiona toda moral sostenida en los ideales de una época”.

 

El lugar vacío del objeto sexual es lo que sostiene el deseo.”

Por Rolando Karothy - Psicoanalista

Recordemos algunos chistes freudianos. Un ciego le dice a un paralítico: “¿Cómo andás?”. Y el paralítico le responde: “Ya lo ves”. Otro chiste: un sujeto empobrecido le pide a un conocido suyo un poco de dinero. Poco después, este último lo encuentra en un restaurante comiendo salmón con mayonesa: “¡Pero, cómo! ¿No tenés plata y ahora comés salmón con mayonesa?”. “Pero –contesta el pedigüeño– si cuando no tengo plata no puedo comer salmón con mayonesa y cuando tengo plata tampoco puedo comer salmón con mayonesa, entonces, ¿cuándo voy a comer salmón con mayonesa?”
Tanto en el primer chiste como en el segundo, el efecto de la risa deriva del juego de equivocidad del lenguaje, que corresponde a su esencia misma. “Andar” es tanto ir o moverse como una expresión relativa a un modo de estar en la vida, y “ver” es tanto la referencia a la visión derivada del órgano correspondiente como “darse cuenta”. El segundo cuento aprovecha el término “cuando”, usado como condicional al principio (“si cuando no tengo plata...”) y como adverbio temporal después (“¿cuándo voy a comer salmón con mayonesa?”), lo que posibilita un chiste que Freud, muy sagazmente, denomina sofístico.
Estos chistes requieren un estudio minucioso por la complejidad de sus mecanismos, pero lo expuesto alcanza para percibir que el equívoco, el malentendido, la ambigüedad, posibilitan escuchar un decir alusivo implicado entre las líneas de un dicho. El chiste y su relación con el inconsciente es uno de los tres textos capitales –con La interpretación de los sueños y Psicopatología de la vida cotidiana– sobre lo que podría llamarse el “significante freudiano”: la existencia de lo inconsciente significa que cuando hablamos, no sabemos lo que decimos.
Lo inconsciente no es, entonces, lo que carece del atributo de la conciencia: esto es lo que Freud denomina preconsciente, que, a diferencia de lo inconsciente propiamente dicho, es capaz de hacerse consciente. Lo inconsciente propiamente dicho (o sistemático) es irreductible a la conciencia. Entonces, la frase freudiana que propone “hacer consciente lo inconsciente” como una finalidad del análisis no podría entenderse como un “vaciado” de lo inconsciente con la expectativa de hacer del sujeto, al fin del tratamiento, un sujeto integrado, no escindido, ideal narcisista a contramano del espíritu freudiano que consiste, entre otras cosas, en conmover esos ideales que sólo sirven para sostener la represión (Freud, Introducción del narcisismo). Lo inconsciente es correlativo a la estructura del lenguaje y, en este sentido, es conocida la afirmación de Lacan según la cual “lo inconsciente es/está estructurado como un lenguaje”.
Este decir que sobrepasa nuestra intencionalidad consciente sólo se puede leer como una enunciación siempre velada, único modo de aparición de lo inconsciente. Lo inconsciente es esa tesis según la cual cuando hablamos no sabemos lo que decimos, ya que hay un decir que nos excede y nos representa a la vez, mientras que su localización remite a la superficie discursiva pero, como sus derivados o formaciones adoptan la forma del grito, habitualmente ensordecen y ello dificulta la escucha de eso que aflora por todos los poros del ser.
De todos modos, es necesario decir que la tesis que sostiene la existencia de lo inconsciente no es la más revulsiva del pensamiento del maestro vienés. Lo más revulsivo consiste en otra tesis, la que sostiene la contingencia del objeto de la pulsión sexual: enunciada en los Tres ensayos para una teoría sexual, fue reiterada y sostenida en toda la obra. En Pulsiones y destinos de pulsión, el objeto se define como lo más variable de la pulsión, el medio a través del cual se obtiene la satisfacción, pero ésta es en realidad un espejismo si se supone que consista en el apaciguamiento pulsional, ya que la pulsión, por su estructura misma, es una fuerza constante. La satisfacción o gocepulsional es lo que surge del circuito mismo de la pulsión, circuito que bordea la carencia que define el lugar del objeto: la pulsión sexual no es una suerte de tiro al blanco o un modo de caza cuyo objetivo fuese atrapar la presa. Se sabe que el ser humano ama más la caza que la presa, e incluso puede organizar la caza más excitante, la de la presa imposible, la piedra filosofal, el saber absoluto, la dama del amor cortés.
La tesis más revulsiva, decíamos, está referida a la carencia inherente a la estructura de la pulsión sexual, lo cual determina que cualquier objeto que se recorta como objeto del deseo funcione como un señuelo que inevitablemente producirá lo que Freud denomina la distancia entre el placer esperado y el placer encontrado: el placer encontrado nunca coincide con el placer esperado, fórmula que Lacan retoma un tiempo después con la expresión “no es eso”.
Llegamos así a un enunciado ético fundamental en la teoría freudiana: la distancia entre el placer esperado y el placer encontrado implica una tensión sostenida que llamamos deseo, y este deseo es indestructible (término freudiano que aparece en la última frase de La interpretación de los sueños) porque es el destino de la pulsión, en cuya naturaleza misma se encuentra una incompatibilidad con la plena satisfacción.
Esta plena satisfacción no existe porque supondría la adecuación de un objeto para un sujeto autónomo. El psicoanálisis cuestiona la categoría de sujeto autónomo (problema que ya fue articulado a través del primer aspecto del descubrimiento, la tesis de la existencia de lo inconsciente) y también critica la categoría de objeto adecuado para la satisfacción.
“Ser psicoanalista es, sencillamente, abrir los ojos ante la evidencia de que nada es más disparatado que la realidad humana. Si creen tener un yo bien adaptado, razonable, que sabe navegar, reconocer lo que debe y lo que no debe hacer, tener en cuenta las realidades, sólo queda apartarlos de aquí”, afirma Lacan en el Seminario II: “Las psicosis”, y continúa: “El psicoanálisis coincide al respecto con la experiencia común, muestra que no hay nada más necio que un destino humano, o sea, que siempre somos embarcados. Aun cuando tenemos éxito en algo que hacemos, precisamente no es eso lo que queríamos”.
La vida es algo que va como a la deriva. “La vida va por el río tocando de vez en cuando la ribera, parándose un rato aquí y allá sin comprender nada; y el principio del análisis es que nadie comprende nada de lo que ocurre. La idea de la unidad unificadora de la condición humana me ha producido siempre el efecto de una mentira escandalosa” (Jacques Lacan: “El discurso de Baltimore”, en Lacan oral, XavierBóveda ediciones, Buenos Aires, 1983). Esta inadecuación, la carencia inherente al lugar vacío del objeto sexual, es lo que sostiene el deseo, lo causa y lo posibilita como eterno e indestructible.
Es el precio que el ser hablante paga por su entrada en el lenguaje: no sólo su escisión subjetiva sino también su inadecuación a cualquier objeto, que lo destina siempre a una insatisfacción o, si lo decimos paradójicamente, a una satisfacción insatisfactoria, a una satisfacción que arrastra inexorablemente un coeficiente de insatisfacción.
Esta inadecuación, esta distancia entre el placer esperado y el placer encontrado, es un enunciado ético esencial para la práctica psicoanalítica, ya que cuestiona cualquier moral sostenida en los ideales de una época y, al contrario, se refiere a lo real de la carencia en ser, que el dispositivo del análisis permite cernir o bordear.

 

 
LA MUSICA COMO ESTRUCTURA DE LENGUAJE ESTUDIABLE POR EL PSICOANALISIS

(Página/12)

La música merece un lugar en el psicoanálisis, sostiene el autor de este artículo, y a partir de la noción de “lenguaje sin palabras”, procura articular los registros de la música –la melodía, la armonía, el ritmo– con los registros de lo real, de lo simbólico y de lo imaginario, tal como los formuló Jacques Lacan.

Por José Luis Berardozzi  - Psicoanalista

La música, llamativamente, no entró en la reflexión de los maestros del psicoanálisis. En más de una oportunidad Jacques Lacan, en su seminario, dijo que alguna vez se tendría que ocupar de la música, pero no llegó a hacerlo. Uno de sus discípulos, Alain Didier Weill, logró introducir y articular la música en el campo del psicoanálisis. Partió de observar que, en los primeros tiempos del infans, en el “baño de lenguaje” que este recibe del Otro primordial, la música sirve de “médium” a la palabra, es lo que transmite la voz materna en modulaciones melódicas escandidas rítmicamente, generando, como función, el campo de la significancia. Las significaciones que porta la palabra deberán esperar largo tiempo su turno, pero ella, la palabra, germinará sobre ese tronco primero: función del rasgo unario que se inscribe a partir del ritmo musical.
En pacientes psicóticos, la música tiene la propiedad de reingresar en un movimiento discursivo a sujetos que lo habían perdido con relación al significante. Weill advierte que la relación entre locura y la música como método terapéutico es registrable en culturas indígenas de diversas geografías, y que sería un error dejar de interrogar estos saberes ancestrales. Si bien la locura, en esas sociedades, guarda la idea de un estado de posesión demoníaca, no invalida la razón de estructura que se aborda a través de la música: la propiedad que ella posee, no así la palabra, de reintroducir la función del rasgo unario; hacer reversible la forclusión generadora del delirio a través de danzas y trances rítmicos.
En las clínicas psiquiátricas, la sórdida eternización del tiempo puede quebrarse bajo la música, el ánimo puede cambiar súbitamente, la vida puede despertar en los cuerpos de la alienación mientras suene la música movida por un deseo.
Los cambios clínicos que tienen a la música como soporte simbólico, que muestran su poder simbolizante, se sitúan en una singularidad que se da sobre el eje rítmico de la música: la síncopa (término que proviene del griego sinkopto y alude a “cortar”). Esta –notoria en la música “sincopada” como la bossa nova, produce como alteración un efecto de corte, de contratiempo en el ritmo (voz que deriva de rheo: “yo fluyo”)– se produce a partir de la acentuación en los tiempos débiles del compás. La música, como soporte simbólico en la reinstalación de la función de la causa, reactiva la actividad pulsional amarrada a una función deseante del sujeto.
Advirtamos además que las palabras dichas están hechas de música, el hablar no es sin musicalidad. Ella está presente en el acto del decir, aunque oculta por lo que se dice, por el sentido que portan las palabras. Infinitos modos del decir de los sujetos que se sostiene en el lenguaje, en la función pulsional que a él se anuda por el mecanismo sublimante.
Una cosa es cierta: la música no está hecha de palabras, lo cual parece ser el nudo de la complicación epistémica a cierto racionalismo analítico. Que la palabra funcione en el campo del lenguaje no implica que el lenguaje no pueda funcionar sin la palabra; sería un error suponer ahí el límite a la función clínica del psicoanálisis.
Siguiendo la lógica del significante encontraremos rápidamente razones donde apoyar la afirmación que la música es lenguaje, aunque no articulado en la palabra, con el mismo sentido de estructura entendible desde el psicoanálisis, vale decir donde hay función del sujeto localizable en la articulación de la cadena significante.
El signo musical, las notas musicales toman función significante en sus articulaciones diacrónicas y sincrónicas con las demás notas de la escala cromática. Ellas nombran lo real de la vibración sonora, la ubicación del sonido en la escala. En el registro que va de los graves a los agudos, la nota encuentra sus repeticiones de octava en octava. En una melodía,rápidamente captamos que es una sucesión de notas articuladas sobre el eje diacrónico, una operación metonímica, de desplazamiento.
Menos fácil de captar es la articulación que se da en el registro armónico. En él, tres o más notas deben sonar simultáneamente para conformar una tonalidad mayor o menor de diferentes grados; se apoya en el eje sincrónico donde opera la sustitución metafórica, verticalidad que ubica el lugar del Otro, tesoro de los significantes.
Apenas damos unos pasos emerge el estatuto de lenguaje que la música posee en sí. No entraremos ahora en el registro escritural en que ella también es situable, la partitura, cuyo nivel y complejidad de relación entre los signos borraría, si aún existiese, cualquier duda acerca de la función significante que soporta a la estructura discursiva y la instancia de letra que muestra cualquier notación musical. Nada más apropiado que la música para pensar las indicaciones que Lacan reitera al comenzar el Seminario 17, donde habla de “el discurso como una estructura necesaria que excede con mucho a la palabra, siempre más o menos ocasional. Prefiero, dije, incluso lo escribí un día, un discurso sin palabras”. Un discurso sin palabras, ni más ni menos.
Queda por introducir el ritmo: ritmo, armonía y melodía son en la música los nombres de lo real, lo simbólico y lo imaginario, respectivamente. Se advierte que se trata de una estructura de nudo borromeo, una estructura de lenguaje en tres registros. Estos tres registros poseen propiedades y legalidades específicas en las que se sostienen los infinitos cruzamientos que entre ellos se dan sin establecerse primacía de ninguno sobre los otros.
Rápidamente advertimos que el nudo en su propuesta sonora, exige como soporte intuitivo, el viraje hacia una virtualidad temporal, no es ahora de un espacio lógico que se trata como cuando la topología es el recurso, sino de una estructura propiamente temporal, acústica no espacial.
La música aporta en tanto estructura temporal, cualidades esenciales, análogas a las de la estructura del sujeto. No olvidemos que la constitución del sujeto, sea en el nivel pulsional, aunque acéfala, o a nivel del inconsciente, en sus formaciones, siempre surge de una pulsación temporal. En el Seminario 11, Lacan señala con precisión este carácter temporal de la estructura de lo inconsciente: dice nivel óntico, aunque evasivo, que se sitúa entre los dos tiempos que abre la pulsación, apertura y cierre del inconsciente. En el Seminario 14, lo ciñe desde la repetición, en tanto estructura fundamental, ley temporal, lugar temporal, del sujeto. Hay una relación esencial entre sujeto y tiempo.
Entendemos que es posible pensar la estructura del nudo y la relación del sujeto, sus “creaciones”, sus cruces en el agarre a la estructura del lenguaje. Si la repetición es la estructura fundamental, implica que el eje temporal será el sustrato apropiado donde localizar la lectura de esas operaciones. Puede pensarse que por estas razones la topología le haya resultado inapropiada a Lacan cuando trataba de asir al tiempo con el nudo. El tiempo parece ser reacio a cualquier dispositivo que no sea sonoro.
El tiempo es localizable de diferentes modos en la música. En el registro melódico, de lo imaginario, es soporte del discurrir –diacronía- y de los enlaces de nota en nota. Un sujeto intérprete puede jugar ad libitum con su voz, modulando –Caetano Veloso, Mercedes Sosa–, adelantando o retrasando las palabras respecto a la música –Polaco Goyeneche, Joao Gilberto–, escandiendo a piacere, y aquí la sensualidad surge de la erótica de un borde puramente temporal. El “fraseo” de estos maestros sitúa la marca de un estilo inconfundible en el juego de un sujeto con el tiempo, no sin sujeción al orden armónico.
Por el lado de la armonía, registro de lo simbólico de la música, el tiempo es sincronía, fijeza; requiere de la melodía para sus pasajes, conlo cual por ahora podemos decir poco, si bien como registro es el de máxima riqueza. A través de él puede pasar lo más exquisito y sublime de la música, en tanto creación del sujeto: “Lo que hace Piazzolla no es tango”, se alzaban las necedades cuando el genio marcaba con su rasgo al Otro tanguero en sus tres registros. Un nudo nuevo, Piazzolla, Jobim o Gershwin.
El ritmo, por su lado, encierra la máxima obscuridad, la mayor distancia con la racionalidad, al punto que las definiciones de música de los viejos manuales no llegan a nombrarlo. No es casual, es el registro de lo real en la música. Tiene que ver estrictamente con el tiempo, en sus dos ejes: diacrónico y sincrónico. Genera, partiendo de la división de tiempo en el compás, la temporalidad musical, una estructura ficcional sobre lo real de la “flecha del tiempo”, legislado por ese número fraccional que encontramos al comenzar el pentagrama. En este sentido, el ritmo hace surgir el tiempo como agujero, como falta, en suma como objeto “a” en su estatuto más radical. El ritmo es el esqueleto de la música, suelen decir los percusionistas expresando de este modo su posición y hasta su autonomía respecto a ella. Recordemos una “batida” brasileña, la “llamada” montevideana, o nuestro tradicional malambo de bombos con sus repiques; notamos que la pulsión invocante a la danza queda evidentemente causada por un ritmo, no por la música. No es simbolización de la voz materna, como sí es ubicable la música. Las pulsaciones sonoras no son notas musicales, aunque igualmente puedan ser escritas en el pentagrama en tantos figuras (blancas, negras, corcheas, etc.): ellas inscriben lo real del espacio de tiempo, la duración del sonido y su relación con los intervalos de silencio.
Estos géneros rítmicos sostienen su singularidad, además de lo que el número del compás legisla, en la función de la acentuación, es la vertiente sincrónica del ritmo, por donde se regula la tensión en la síncopa con su efecto de contratiempo; de aquí surgen los discursos posibles. Propiedad que también caracteriza a los géneros musicales; luego los sujetos hacen de las suyas en el género, jugando su dimensión de creadores, imprimiendo su marca en el discurso.

 


El amor y la sexualidad en el lunfardo

Por Virginia Martínez Verdier

INTRODUCCION

Una de las fuentes del erotismo es el estímulo auditivo. Existen -para cada individuo- palabras, frases, tonos, inflexiones de la voz, melodías, sonidos, etc. que pueden estimular o deprimir su deseo sexual.
Los términos vulgares, acorde a la situación en que se apliquen pueden resultar excitantes o francamente violentos y agresivos.
Nuestro "idioma" porteño se encuentra integrado por gran número de voces lunfardas, que, habituados a ellas, solemos dar por sobrentendidas. ¿Cómo se originaron? ¿Cómo susbsistieron? Fundamentalmente: ¿Cómo se expresan en el lunfardo el amor y la sexualidad?
Este trabajo introductorio intenta recorrer nuestra historia lingüística porteña, y detenerse en el erotismo de las voces lunfardas; para sonreirnos, para conmovernos, para sorprendernos y continuar creciendo desde nuestras raíces.

HISTORIA Y DESARROLLO DEL LUNFARDO:

El lunfardo, según la Real Academia Española, es la jerga propia de la gente de mal vivir (ratero, caco, chulo o rufián). Específicamente, la palabra lunfardo significa ladrón.
La palabra lunfardo actualmente se utiliza para designar tres fenómenos: el habla popular, el vocabulario de la inmigración (preferentemente la italiana) y el idioma del delito. Aunque algunos autores consideran que el verdadero lunfardo es el dialecto de los ladrones, a lo largo del tiempo se lo consideró, en sentido extenso como el habla popular de los sectores marginales.
Los primeros registros de palabras lunfardas se remontan a la última‚ poca del gobierno de Rosas, mezcladas con el español arcaico y el gauchesco. El 6 de julio de l878 el diario La Prensa publica el artículo "El dialecto de los ladrones", que oficiaba de diccionario rudimentario.
En otros países, el código del mal vivir equivalente a nuestro lunfardo, se denomina germanía en español, narquois en francés, gergo en italiano, rotwelsh en alemán, slang en inglés, giria en portugués, etc. Estas son lenguas utilizadas en fraternidades para que sólo sus miembros las entiendan.
Estos códigos, con el pasar del tiempo y al ser utilizados en expresiones artísticas populares comenzaron a ser conocidos y utilizados por los pueblos locales en general. Es así que en nuestro país y en el Uruguay, el lunfardo creció en las zonas portuarias del Río de la Plata, matizado por voces de diferentes idiomas que traían consigo los inmigrantes (español, gitano español. italiano, genovés, francés, portugués, fundamentalmente).

Como marco histórico, recordemos que Bs.As. aumentó su población de 286 mil habitantes en l880 a 649 mil en l895 y a l.500.000 en l9l4. En l895, en Bs.As. el 60% eran inmigrantes y en l9l4, lo eran el 50% de la población de la ciudad. En este acelerado y confuso cambio social, se constituyeron sectores sociales bien diferenciados: la burguesía tradicional, los sectores medios de inmigrantes con intenciones de ascenso, y grupos marginales en las orillas de la ciudad -los Corrales, Barracas, la Boca, Palermo, Nueva Chicago y Nueva Pompeya-. En distintos sectores de la ciudad se alojaron sociedades distintas, netamente diferenciadas, con sus propias culturas enfrentadas a las otras. La ciudad adquirió una fisonomía particular.
En los sectores marginales se entrecruzaron troperos criollos que llevaban el ganado a los mataderos, peones de las barracas laneras y los frigoríficos, marineros, carreros y cuarteadores. Alrededor de este heterogéneo mundo de hombres solos -sin familia, sin mujer, sin arraigo- surrrgggieron los prostíbulos, los cafés, las pulperías, los salones de baile. Los inmigrantes marginales fueron integrándose muy lentamente a los grupos criollos tradicionales en los barrios populares o en los suburbios orilleros. Esta sociedad marginal elaboró sus propias reglas, ideales y formas de convivencia. De acuerdo con esos ideales se delinearon ciertos tipos sociales: el malevo, el guapo, el compadrito, el canfinflero, la percanta, la yira, la milonguita, el ciruja, que se sumaban a los cuenteros, las adivinas, los punguistas; todos ellos compartiendo el conventillo, con promiscuas y deficientes condiciones de habitabilidad.
Esta convivencia creó un habla -el lunfardo-, un baile y una canción -el tango- y una expresión teatral -el sainete- Es así que el desarrollo del lunfardo fue de la mano del desarrollo del tango; ambos, nacidos en los burdeles y peringundines, se relacionaron estrechamente con la sexualidad, con lo prohibido, lo indecente, en cuna de guapos, cafishios y milongueras. Con historias de varones traicionados, de cafishios y malevos, de amores imposibles, mujeres buenas y "de las otras", de prostíbulos, de "vicios", de madrecitas santas, el tango fue pintando una acuarela de la primera mitad del siglo; y, con sus letras, fue manteniendo vivo al lunfardo, que fue dejando de ser un código lingüístico cerrado para formar parte del porteñismo de diversos sectores sociales.

La evolución de las letras del tango registran tres etapas bien definidas: La primera, desde l880 a l895, ofrece como única expresión la copla prostibularia, su poesía era grosera, obscena, con una fuerte carga sexual, reflejando patéticamente la vida de las orillas (la mujer como objeto de posesión y mercancía de canje, la prisión, la pelea, el delito). Estas primeras coplas, transmitidas oralmente, prácticamente no llegaron a nuestros días.

"Canfinfle, dejá esa mina!
¿Y por qué la voy a dejar?
Si ella me calza y me viste.
Y me da para morfar..."

"Cuando el bacán está en cana,
la mina se peina rizos.
No hay mina que no se espiante
cuando el bacán anda misho."

En el segundo período, el tango fue avanzando progresivamente hacia otros barrios y gentes de la ciudad; por lo que hacia l895 comenzaron a omitirse las coplas prostibularias con cierto disimulo, pero sobrevivieron durante años en la clandestinidad:

"Quisiera ser canfinflero
Para tener una mina.
Llenarla bien de bencina
y hacerle un hijo chofer".

"Que vida más arrastrada
es la de el canfinflero!
El lunes cobra las latas
y el martes anda fulero."

La calle Corrientes fue terreno neutral entre la cultura marginal y la de la burguesía tradicional; este contacto comenzó a tejer sutiles hilos entre ambas (la milonguita en el cabaret, el político que contrataba guardaespaldas, el cafishio que proveía de programas al caballero distinguido).
En este mundo del Centro, los "niños bien", asiduos concurrentes a los cabarets y a los prostíbulos elegantes también comenzaron a crear versos "non santos":

"De L'Abbaye la piantaron
y la razón no le dieron.
Pero después le dijeron
Que fue por falta de higiene.
Pues la pobrecita tiene
una costumbre asquerosa,
que no se lava la cosa
por no gastar en jabón.
Rajá de aquí,
andáte a pastorear.
Piantá de acá
que no te doy tecor.
Y si querés volver a figurar
Laváte bien pa' no pasar calor."

La necesidad de disimular estas letras, y el proceso creativo del tango como danza, originó que en esos tiempos no se cantara el tango en los cafés ni en los salones.

El tercer período en la historia del tango comienza con la creación de Pascual Contursi, "Mi noche triste", en l9l7. El tema del abandono en las letras de tango es mucho más antiguo que el citado tango de Contursi. Podemos observarlo en estas coplas prostibularias:

"Cacé un estrilo a la gurda
Hace cosa de unos días
porque algunos me batían
que la mina se iba a alzar..."

Contursi elevó el eterno lamento masculino a categoría poética:

"Percanta que me amuraste
en lo mejor de mi vida...
Cuando voy pa' mi cotorro
lo veo desarreglado...
Y si vieras la catrera
cómo se pone cabrera
cuando no nos ve a los dos..."

En "Viejo rincón" (l925) con letra de Roberto Cayol podemos oir la misma queja en voces lunfardas:

"Oh! callejón de turbios caferatas
que fueron taitas del mandolión!
¿Dónde estará mi garsonier de lata,
testigo de mi amor y su traición?

Lo mismo podemos encontrar en "El Ciruja" (l926) con letra de Francisco Marino:


"Era un mosaico diquero
que yugaba de quemera,
hija de una curandera,
mechera de profesión;
pero vivía engrupida
de un cafiolo vidalita
y le pasaba la guita
que le shacaba al matón..."

En "Araca, corazón!" (l927) con letra de Alberto Vacarezza, podemos escuchar:

"Araca, corazón, calláte un poco!
y escuchá, por favor, este chamuyo.
Si sabés que su amor nunca fue tuyo
y no hay motivos para hacerse el loco..."

En "Pompas de jabón" de Enrique Cadícamo oímos decir:

"Pebeta de mi barrio, papa, papusa,
Que andás paseando en auto con un bacán,
...Que en los peringundines de frac y fuelle
Bailás luciendo cortes de cotillón.
Y que a las milongueras, por darles dique
Al irte con tu camba batís allón..."

Una estrofa del tango "Margot", con letra de Celedonio Flores, escrito en l9l9, nos permite observar la crítica hecha a las mujeres y las voces lunfardas poéticamente enlazadas:

"Son macanas...no fue un guapo haragán y prepotente
ni un cafishio de avería el que al vicio te largó.
Vos rodaste por tu culpa, y no fue inocentemente.
Berretines de bacana que tenías en la mente
desde el día en que un magnate cajetilla te afiló!"

Lentamente, el tango, al avanzar sobre las clases medias, y al comercializarse, a través de la grabación de discos y la filmación de películas, se fue convirtiendo en tango de salón, refinado y con escasas voces lunfardas.

León Mirás en su cuento "El chamuyo" nos ubica en una típica charla de café entre varones:

"-La mina es regia, ustedes la conocen, vale la pena- dijo. La estoy chamuyando a fondo...¿Saben? Mi chamuyo no falla en las mujeres. A la Rosa le estoy haciendo un trabajo fino. Finísimo. Quince días, veinte a lo sumo y encamamos. No lo duden. Me corro una fija."

Roberto Arlt, en el artículo "El idioma de los argentinos", de sus "Aguafuertes porteñas", hace una crítica a Monner Sanz quien había opinado que "En mi patria se nota una curiosa evolución. Allí hoy nadie defiende a la Academia ni a su gramática. El idioma, en la Argentina atraviesa por momentos críticos...La moda del gauchesco pasó; pero ahora se cierne otra amenaza, está en formación el lunfardo, léxico de origen espurio, que se ha introducido en muchas capas sociales, pero que sólo ha encontrado cultivadores en los barrios excéntricos de la capital argentina. Felizmente, se realiza una eficaz obra depuradora, en la que se hallan empeñados altos valores intelectuales argentinos."
Arlt le "retruca" considerando que los pueblos, como el nuestro, que están en continua evolución inventan palabras para expresar ideas nuevas y cambiantes:
"Cuando un malandrín que le va a dar una puñalada en el pecho a un consocio, le dice: te voy a dar un puntazo en la persiana, es mucho más elocuente que si dijera: voy a ubicar mi daga en su esternón."
Actualmente, muchos términos lunfardos continúan formando parte de nuestro idioma cotidiano, pero, algunos de ellos nos resultan desconocidos aún y nos provocan una sonrisa cómplice cuando traducimos su significado.
EL LUNFARDO Y LA SEXOLOGIA:
En un intento de entrecruzar ambos códigos linguísticos, realizaré una somera clasificación de términos lunfardos dentro de la terminología sexológica actual.

Identidad de género:
Femenino:
Bramaje: conjunto de mujeres (hembraje)
Catriela. Garaba. Grela. Mina. Minusa. Mueble. Naifa. Taquera.Yenusa: mujer.
Budín. Chuchi. Formayo. Leona. Papusa: mujer hermosa, atractiva.
Bagayo: Mujer fea y gastada por la vida galante.
Rea: Mujer de baja condición, abandonada, sucia.
Escracho. Lorenzo: mujer fea.
Paica: mujer en sentido despectivo.
Bacana: mujer mantenida con lujos.
Beguén: mujer mantenida.
Mosaico. Piba. Pebeta: muchacha.

Masculino:
Catriel. Garabo: Hombre.
Gavión: hombre conquistador.
Cajetilla: hombre que cuida exageradamente de su vestimenta y presencia.
Bacán: hombre aficionado a las mujeres, a las que mantiene. Dueño de una mujer.
Bufarrón: sodomita, Pederasta activo.
Chancleta. Chuchi. Mariposón: individuo afeminado.
Mino. Pulastro: homosexual activo.
Mishé: hombre que paga generosamente los favores de las mujeres.

Cortejo:
Apilar: emplear todas las artimañas para conquistar a una mujer.
Apuntar: enamorar.
Atracar: aproximarse con fines amatorios; arrimarse para entablar conversación.
Chamuyo: acción de hablar, especialmente con lances amatorios.
Levantar: dar conversación a una mujer para tarla.
Mariposón: individuo que asedia a una mujer tratando de conquistarla.
Programa: cita amorosa.
Pastorear: cortejar, galantear,

Amor:
Berretín: afición desmedida hacia determinadas cosas, también al amor.
Camote: enamoramiento intenso, por el que se pierde la razón.
Embalar: entusiasmarse, entregarse eufóricamente a un sentimiento.
Fato: amor clandestino.
Metedura. Metejón: enamoramiento, apasionamiento.
Reviro: pasión, entusiasmo.
Rebusque: amor pasajero, efímero.
Lora: mujer querida.
Beguén: capricho amoroso, antojo, gran entusiasmo.

Convivencia:
Arrimar: unirse en concubinato.
Enchufar. Filote: cohabitar.

Zonas erógenas:
Belín. Choto. Ganso. Guasca. Piola. Tripa: pene
Quimbos: testículos.
Cotorra: genitales femeninos externos.
Mellizos: pechos femeninos.
Orto. Upite: ano.

Relaciones sexuales:
Acamalar: acariciar.
Encamada: estar en la cama en pareja para el acto sexual.
Enchufar: poner, colocar.
Franela. Fratachar: excitarse violentamente con un compañero sexual, sin llegar al coito.
Flecha: apetito sexual.
Pajero: el que se masturba.
Pirobar: fornicar.
Pirobo: coito.
Joder: practicar el coito. Diversión.
Tragar: cuando la mujer es penetrada.
Trincada: acto sexual.
Trincar: poseer a una mujer que no es la propia.

Prostitución:
Atorranta. Carro. Loca. Pulastra. Terraja. Trotadora. Yiro: prostituta.
Copera: mujer de cabaret que recibe comisión por cada copa que hace pagar.
Caferata. Cafiolo. Cafishio. Canfinflero. Canfunfa. Caralisa. Macró. Proxeneta: Hombre que vive explotando a las mujeres.
Tirar del carro: explotar a una mujer.
Madama: regente de un prostíbulo.
Garrón: disfrute gratuito de una prostituta.
Yirar: andar en busca de hombres.
Pesebrero: sirviente o cuidador de un prostíbulo.
Firulo. Queco. Quilombo. Tambo: prostíbulo.
Lata: Ficha metálica que se usaba en los prostíbulos a modo de moneda. La prostituta se la canjeaba a la madama por el dinero cobrado a clientes. Era un sistema de control del trabajo realmente realizado.
Peringundín: sitios de diversión de moral confusa.

Embarazo:
Bombo: vientre de embarazada.
Llenar: embarazar.

Enfermedades transmisibles sexualmente:
Chincho: enfermedad venérea.
Chinchudo: sifilítico.

Vocablos generales:
Bulín: Aposento que no es lugar habitual de residencia, usado sólo para las prácticas amorosas.
Biaba: Abuso en el uso de cosméticos.
Amurar: abandonar, dejar, desairar.
Garsonié: lugar reservado para la cita de parejas.
Chipolo: bello, lindo, hermoso.
Catrera: cama.
Cotorro: habitación, aposento.

A MODO DE CONCLUSION:
Muchos de estos términos vulgares habitualmente se utilizan en la intimidad de los amigos, de la pareja o de la familia. Algunas voces más suaves pueden oírse hoy en los medios de comunicación, en un intento de desacartonamiento de su parte; estas inclusiones de lo vulgar en lo formal hubieran sido impensadas décadas atrás.
Las diferentes generaciones juveniles fueron creando nuevos códigos lingüísticos, inicialmente sólo comprendidos por ellos. "Franelear", "chapar", "rascar", "transar", son equivalentes en su significado y corresponden a diferentes épocas porteñas.
Es así como los idiomas se mantienen vivos. La mezcla de sus diversos códigos actualiza el pasado y engendra una lengua presente dinámica, siempre igual y siempre distinta.
También los códigos y las costumbres sexuales son cambiantes, evolucionan acorde a los nuevos tiempos; sin embargo, realizando un viaje a través de la historia podríamos también pensar "Nada nuevo bajo el sol".
Así, Adolfo Dallolio, nos recuerda en su Libro Evocativo de las primeras décadas del siglo:
"...Había casas de citas que no eran hoteles,
y amuebladas que servían de pasatiempo a
parejas, y la única propaganda efectiva la
daban al taxista que concurría con la pareja
por un peso con cincuenta centavos..."
"De madrugada, los calaveras hacían unas garufas
completas con sólo cinco pesos per cápita... Se
dirigían a San Fernando gozando de la fresca
viruta, donde estaban los quilombos, prostíbulos
o quecos, por $ 3, 2 y l. El de tres pesos era el
famoso Chantecler con un elemento de francesas a
cual mejor, todas muy limpias, perfumadas; y una
vez hechas las necesidades del momento, se salía
y en los alrededores estaba lleno de parrilladas
con guitarristas y cantores..."
"Los tipos de guita hacían cerrar por una noche
la casa de cita o el quilombo, donde se dedicaban
a hacer grandes orgías con sus amigos hasta la
madrugada..."
"En la calle 25 de Mayo estaban los teatros
pornográficos como el Bataclán y Cosmopolita,
que comparados con los actuales eran puritanos,
puesto que hacían las delicias del público concurrente
sin caer en lo obsceno y asqueroso como hoy..."

BIBLIOGRAFIA:
* Arlt, Roberto. Aguafuertes Porteñas. Biblioteca Página/l2. Bs.As. l993.
* Casullo, Fernando. Diccionario de Voces lunfardas y vulgares. Ed.Freeland. Bs.As. l972.
* Dallolio, Adolfo. Te acordás hermano. Libro evocativo de antaño. Bs.As. 1980.
* Ferraretto, Sonia Sexualidad y erotismo en el tango argentino. Rev. Argentina de Sexualidad humana Nro. l, Año 7. l993.
* Gobello, José y Stilman, Eduardo. Las letras del tango de Villoldo a Borges. Ed.Brújula. Bs.As. l966.
* Gottlin, Jorge. La realidad y la magia del tango. Artículo en el Suplemento Especial Del Diario Clar¡n. "Bs.As. Una aventura de cuatro siglos". Bs.As. ll de junio de l980.
* Mirlas, León Timba. Cuentos de la picarezca porteña. Cía. Gral. Fabril Editora. Bs.As. l97l.
* Romero, Jos‚ L. Bs.As.: una historia. En Polémica. Primera Historia Argentina Integral. Nro.64. Centro Editor de América. Latina. Bs.As. l97l.
* Roulet, Elba Conventillos y villas miserias. En Polémica. Primera Historia Argentina Integral. Nro.62. Centro Editor de América Latina. Bs.As. l97l.
* Soler Cañas, Luis. La lengua que habla la ciudad. Artículo en el Suplemento Especial del Diario Clarín "Bs.As. una aventura de cuatro siglos." Bs.As. ll de junio de l980.


Entrevista a David Nasio - Psicoanalista argentino residente en Paris - Caballero de la Orden de la Legión de Honor
Condiciones: “Para ser psicoanalizable hacen falta tres condiciones: estar mal, estar dispuesto a pedir ayuda y tener alguna idea de por qué se sufre”.
Por Rubén Ríos

Residente en París hace 32 años, el psicoanalista y psiquiatra argentino Juan David Nasio ha desarrollado una significativa actividad en esa ciudad, donde hace unos meses le fue conferida la Legión de Honor de Francia. Prácticamente desde su residencia allí ha sido docente de la Sorbona (Universidad París VII), además de continuar con una ya prolongada práctica clínica. Director de los Seminarios Psicoanalíticos de París y de la colección “Désir/Payot” en las Ediciones Payot, invitado en 1979 por Jacques Lacan para intervenir en uno de sus célebres seminarios (y por René Thom para dictar conferencias sobre psicoanálisis y matemáticas), Nasio es autor de una veintena de libros publicados en castellano. Visita el país por razones afectivas (“Me hace bien la Argentina”, dice muy sonriente), para dictar varias charlas y presentar sus dos últimos libros: Los casos más famosos de psicosis (de varios autores, bajo su dirección) y Un psicoanalista en el diván (ambos, de editorial Paidós).
–¿Cuáles son esos casos famosos de psicosis que anuncia uno de sus libros?
–Uno de ellos es el caso de las hermanas Papin, que, en una especie de locura a dos, matan a las patronas en 1932, en Francia. Otro es el caso Schereber, el presidente de un tribunal alemán, que fue motivo de un comentario de Freud a partir del libro del mismo Schreber Autobiografía de un neurópata, desde el cual elabora una importante teoría sobre la psicosis. Luego, tenemos el caso del pequeño Dick, un niño autista tratado por Melanie Klein. Tenemos el caso de Dominique, un adolescente psicótico tratado por François Dolto. El caso de Joel, un niño autista de 8 años tratado por Bruno Bettelheim, un gran psicoanalista de niños. El caso de la pequeña Piggel, una niña psicótica tratada por Winnicott. En una palabra, hemos puesto una gran cantidad de los casos más célebres comentados por diversos autores.
–¿Qué es lo que hace célebres a esos casos?
–Han sido tratados por los grandes fundadores del psicoanálisis que, a partir de ese caso, establecen sus grandes teorías. Por ejemplo, Dolto con el caso Dominique establece su gran teoría sobre la imagen inconsciente del cuerpo; Winnicott, con el caso de la pequeña Piggel, establece la teoría de la “madre suficientemente buena”.
–Son casos paradigmáticos.
–Esa es la palabra: son casos paradigmáticos. Cada caso da lugar a los aportes teóricos de los grandes fundadores del psicoanálisis. Esos casos marcan profundamente al psicoanálisis. El artículo de Freud sobre el caso Schreber data de 1911, y hasta hoy trabajamos con esa formidable teoría de la psicosis. Lacan estudió mucho el caso de las hermanas Papin, de tal modo que a partir de allí nutre su teoría de la paranoia. Ahora, también tenemos en el libro un caso que no es célebre pero desde el cual formulamos una teoría de la forclusión local. Es el caso de un mujer que tiene una especie de delirio, pero que al mismo tiempo se encuentra en un estado sano. La teoría trata de dar cuenta del hecho, que todo clínico constata, de que un paciente psicótico puede estar grave en un momento y una hora después está completamente normal. Esta es una teoría que vengo trabajando desde hace muchos años.
–¿De qué trata el otro libro, Un psicoanalista en el diván?
–Es el libro de una entrevista corregida que me realizaron en París, hace más de un año (en la Argentina fue transmitida por Canal 7) en donde trato temas diversos como la homosexualidad, la mujer, el niño, el hombre, la locura, la pareja, la amistad, la fe, el odio. Es un libro que se lee fácil, para el gran público, en el que cuento cómo trabajo con mis pacientes. Yo trabajo de una manera muy cercana a mis pacientes, en el sentido real y figurado. El analista trabaja con el inconsciente. Por eso trato de tener una intuición de lo que le pasa al paciente, de zambullirmeen la vida interior del paciente. Se trata de un buceo psíquico y es muy difícil hacerlo. Todo analista con experiencia clínica sabe en qué consiste este buceo psíquico, es decir, ir adentro del sujeto e identificarse con sus fantasmas, sus sueños, con sus imágenes más disparatadas e irracionales, percibirlas y señalarlas al paciente. Mi vocación empezó, en realidad, cuando mi padre, que era médico, me llevaba al hospital cuando yo tenía 11 o 12 años y me hacía poner un delantal blanco. Mi padre entonces poco antes de realizar una esofagoscopía, que consistía en introducir un tubo largo y grueso en el paciente, me presentaba a éste como un futuro médico y tras solicitarle que se quedara tranquilo le decía que yo lo iba a acompañar durante el examen. Y así empecé, como el que ayudaba al médico a que el paciente se angustiara menos por la situación.
–¿En qué difiere la experiencia del psicoanálisis en un psicoanalista, que conoce la teoría del psicoanálisis, de una persona que no lo sea?
–La diferencia es que el psicoanalizado tiene una especie de inocencia acerca de lo que es el inconsciente y ser sorprendido por él. Cuando uno se analiza es alguien que espera, que está dispuesto a que ocurran muchas cosas. El psicoanálisis es aprender lo que es el inconsciente. Cuando uno es psicoanalista eso lo sabe, porque ya hizo su experiencia del inconsciente, pero hay un punto mayor: uno guarda siempre la inocencia. Mi primer paciente lo tuve a los 22 años, y mi ideal profesional sería el de tener muchos años de experiencia, pero guardar esa parte de inocencia, ya que ahí está mi inconsciente. Lo que permite justamente trabajar bien con el paciente. Si yo fuera un psicoanalista muy armado, que se cree que está de vuelta, yo sería un mal psicoanalista.
–¿Podría usted especificar con un ejemplo la mirada psicoanalítica que Un psicoanalista en el diván propone sobre tan diversos temas?
–Por ejemplo, el tema del odio. Sin duda, para mucha gente el odio es algo malo. No nos gusta el odio. No nos gusta odiar, ni que nos odien. Por el contrario, nos gusta amar, ser amados. Cuando uno ama, se siente bien. Es importante amar. Cuando no amamos es como si algo estuviera vacío. Pero el odio también tiene su parte positiva. Más: el odio supone una descarga necesaria, una evacuación que hay que hacerla quizá cotidianamente. Hay que ejercitar el odio en pequeñas dosis, que no nos afecten. Cuando el odio se hace fuerte, intenso, es destructor. Sin embargo, cuando el odio se evacua en pequeñas dosis se convierte en un sentimiento que puede darnos fuerzas y conocernos mejor.
–¿Qué es el psicoanálisis, doctor Nasio?
–Lo definiría, retomando la definición de Freud, que sigue siendo la mejor, como un método terapéutico, una técnica que permite hacer que el que sufre sufra menos, y a la vez como un método de investigación acerca del psiquismo humano. Pero también el psicoanálisis es una vasta, una enorme teoría de los funcionamientos del individuo en relación con el otro. Los dos pilares del psicoanálisis son inconsciente y goce. Inconsciente quiere decir que en el interior de uno existe una fuerza que nos sobrepasa, que va más allá de nuestra voluntad y nos obliga a realizar actos que no sabemos, a veces los actos más importantes de la vida, como por ejemplo una elección afectiva, una profesión. Goce quiere decir, de una manera técnica, energía interior, energía del desear, energía del vivir. En una palabra, aquello que Freud llama pulsiones. Estos conceptos son extremadamente operativos y prácticos para permitirnos lograr ese objetivo mayor del psicoanálisis: la disminución del sufrimiento. Ya que el psicoanálisis no consiste en una experiencia intelectual sino en mucho más que eso.
–¿Qué expectativas tiene usted con Un psicoanalista en el diván?
–Conseguir que la gente conozca mejor lo que es un psicoanalista y el psicoanálisis. De algún modo, que se le pierda el miedo al psicoanálisis.Hace poco un pintor, bastante conocido en Francia, me vino a ver después de mucho tiempo de pensarlo porque tenía miedo de que el psicoanálisis perturbara su talento, su inspiración.
–¿Todo el mundo es psicoanalizable?
–No todo el mundo. Para ser psicoanalizable hacen falta varias condiciones. Le diré tres: hay que estar mal, hay que tratar de pedir ayuda y hay que tener un idea de por qué uno sufre. Aquel que no quiere pedir ayuda de otro, que se las arregla solo, no resulta apto para el psicoanálisis.
–¿Cuál sería el interrogante más importante que le ha suscitado la frecuentación del psicoanálisis, al menos últimamente?
–Bueno, he pensado que el inconsciente, que hemos considerado siempre como propio de cada uno, en realidad es uno solo entre dos personas. No uno para cada uno sino un inconsciente para los dos.
 


Entrevista con Mario Bunge (sobre psicoanálisis)

El Ojo Escéptico (12/04/95)
Autores: Alejandro Agostinelli, Alejandro J. Borgo, Heriberto Janosch, L. Enrique Márquez, Mariano Moldes, Benjamín Pedrotti y J. C. Torres

-En el prefacio de su libro “Seudociencia e Ideología” ud. relata que cuando era adolescente tenía en su estudio tres retratos: el de Einstein, el de Marx y el de Freud. Dice que el primero en caer fue el de Freud. Nos gustaría saber cómo, cuando y por qué cayó. ¿Fue algo paulatino?

-No, fue bastante súbito. Fueron dos experiencias. Una con un psicoanalista amigo que me hizo uno de esos psicoanálisis instantáneos: “sí, lo que pasa es que vos tenés problemas de amor y de trabajo”. Yo tenía 16 o 17 años. Al principio pensaba ¿como se habrá enterado?. Después empecé a recapacitar: “todos los adolescentes tenemos problemas de ese tipo”. Y poco después este hombre enloqueció completamente: se quería tirar de una ventana porque decía que iba a salir volando. Entonces me dije “Bueno, por lo menos a la locura el psicoanálisis no la trata”. Segundo, leí un libro de Bertrand Russell que se llamaba algo así como Introducción a la Filosofía, de 1914. Y ahí tiene un largo capítulo sobre la psicología más avanzada de aquel tiempo: la reflexología y el conductismo, que habían nacido de Pavlov por una parte y de Watson por otra. Y, como todos saben, Russell se reía del psicoanálisis. Entonces pensé “Ah! esta gente tratará de explicar las cosas de un modo materialista, recurriendo al sistema nervioso”. Eso me abrió los ojos. Y tengo que recordar un tercer motivo: en aquella época yo me consideraba marxista. Leí un libro de Reuben Osborne –quien era freudomarxista- que expresaba la combinación o síntesis entre el marxismo y el freudismo, una corriente que nació en Viena y se propagó enseguida. El libro me indignó tanto que escribí un libro en contra. Y a medida que lo iba escribiendo me iba volviendo más y más antipsicoanalítico. Antes de estas tres experiencias yo creía en el psicoanálisis, desde luego, como adolescente porteño que ve los libros de Freud en los quioscos del subterráneo a 50 centavos cada uno, al alcance de todo el pueblo, de cualquiera que sepa leer y escribir; éstas me convencieron de que el psicoanálisis no era científico. Desde entonces, no he hecho más que continuar en esta opinión. Al estudiar psicología moderna, en particular psicología fisiológica, uno se da cuenta de que Freud, entre otras cosas, adopta una posición dualista frente al problema mente-cuerpo. Posición que no es original de Freud: es tan vieja como la religión, pero él la tomó del neurólogo inglés Hughlins Jackson, quien a su vez adoptó una posición propuesta por primera vez por el gran filósofo y matemático Leibniz, quien sostenía que los procesos mentales y los procesos biológicos eran paralelos entre sí. Cada vez que uno pensaba una idea, ocurría algo en el cerebro, pero era una sincronización: la mente iba por su lado y el cerebro por el suyo. Eran paralelos. Como dos relojes independientes pero sincronizados. Es la hipótesis del paralelismo psicofísico. Y bueno, es muy insatisfactorio. No se entiende por qué diablos son sincrónicos. Tampoco se entiende por qué un cerebro con muchas circunvoluciones nos confiere alguna superioridad. Si la mente no necesitara del cerebro, nos convendría tener un cerebro chiquito, que se ocupara de regular los movimientos y la temperatura, en lugar de tener una caja craneana tan incómoda que nos obliga, entre otras cosas, a la confección de sombreros. -¿Y por qué piensa ud. que persistió el psicoanálisis? ¿Cómo convive con la psicología moderna? ¿Por qué tuvo tanto éxito? Inclusive en el ambiente universitario, académico, entre los médicos...

-Por tres motivos, creo. Primero: Freud y sus secuaces enfocaron dos problemas que la psicología tradicional había descuidado: el problema de las emociones y el problema del sexo. Los psicólogos tradicionales se ocuparon sólo de los procesos mentales conscientes. No se ocuparon de las emociones, del afecto ni del sexo; no se podía hablar de eso siquiera, era un tabú. Entonces ¿que pasa?, cuando la ciencia no se ocupa de un tema que interesa a todo el mundo, inmediatamente vienen los charlatanes y lo acaparan. Y el segundo motivo es que es fácil. El estudio del psicoanálisis no requiere ninguna preparación previa: un chico de 16 años puede convertirse en un erudito psicoanalista simplemente leyendo, porque se trata de leer textos. No hace falta estudiar psicología experimental, neurología, ni saber matemática o biología, no hace falta saber nada. Es el facilismo. Entonces, algo que es fácil y se ocupa de asuntos realmente importantes como son la emoción y el sexo, ¿cómo no va a atraer a la gente, en particular a los jóvenes incautos?. El tercer motivo ya es comercial: para poder aplicar una terapéutica cualquiera hace falta estar entrenado, por ejemplo como médico, psiquiatra o psicólogo clínico. Hay que estudiar seriamente si uno quiere ser eficaz y honesto. Para ser psicoanalista no hace falta nada. Un psicoanalista puede practicar, puede ganarse la vida y ganársela bastante bien –por lo menos en EE.UU. y el resto de Norteamérica donde cobra 100 dólares la hora-. Puede hacerlo sin ninguna preparación previa. Esos son los motivos: que el psicoanálisis se ocupa de problemas auténticos –aunque se ocupa mal-, que es fácil y que es rentable. Los tres hicieron que el psicoanálisis se expandiera como reguero de pólvora. Pero ya terminó su ciclo. Queda solamente en los países del Tercer Mundo.

-En la Universidad de Buenos Aires más del 90% de la gente enseña psicoanálisis. Más que enseñar, se adoctrina. En primer año se ve psicoanálisis, en segundo o tercero se ve “psicopatología” que es puro Lacan. No se ve una actitud de apertura...

-Claro. “Macaneo I”, “Macaneo II”, “Macaneo III”..., y ya pueden empezar. Se lanzan sobre la población incauta y pueden ejercer una profesión.

-Y las comunidades científica y universitaria ¿qué hacen frente al psicoanálisis? ¿Lo toleran?.

-Desgraciadamente hay excesiva tolerancia para con los colegas. Pero lo que sucede en los países más avanzados es que se tolera a algún profesor que haga psicoanálisis. Por ejemplo, en mi Universidad (McGill) hay uno o a lo sumo dos miembros del departamento de psiquiatría que hacen psicoanálisis. Más no. Y los demás los toleran entre otras cosas porque carecen de las herramientas epistemológicas para demostrar que el psicoanálisis es una pseudociencia. Y también, digámoslo de frente, les falta el coraje para decirlo. En particular tratándose de psicosis, si ud. pone a un psicótico –digamos un esquizofrénico o un depresivo- en manos de un psicoanalista, ese enfermo no se va a curar y, más aún, corre peligro de terminar suicidándose o matando a otro. Esta mañana recibí una carta de un amigo con quien había perdido contacto, con el que habíamos trabajado juntos en la Universidad Obrera en los años ´40. Me contaba que su odio al psicoanálisis se debe a que tenía una hija depresiva, que se había puesto en manos de un analista. Con la palabra no se cura la depresión... Esta chica terminó pegándose un tiro, ¡su única hija!. Entonces, él no tiene un motivo puramente intelectual sino también afectivo para considerar que la práctica del psicoanálisis es delictuosa. Tolerarla es dar patente de corso a los charlatanes. A diferencia de la astrología y la parapsicología, que arruinan la manera de pensar y concebir el mundo pero –que yo sepa- no ponen en peligro la vida de nadie, el psicoanálisis es mucho más nocivo que estas creencias.

-Pero ¿no cree ud. que el psicoanálisis es la pseudociencia que, por dictarse en la Universidad, más influye sobre el estudiante?

-Sí, sí. En la Universidad argentina ¿eh?; en mi Universidad y en las demás de Norteamérica no se enseña psicoanálisis, y menos que menos psicoanálisis lacaniano. Con alguna que otra excepción, y siempre en los departamentos de psiquiatría, no en los de psicología. Está en plena decadencia. A partir de los años ´70 –o tal vez un poco antes- la cultura argentina ha sido barrida por los militares y por el irracionalismo. Es uno de los tantos componentes del esoterismo, del macaneo. ¿Cómo no va a invadir la Universidad?. La Universidad ha sido destruida en 1966 por la dictadura militar. Luego vino un intento de recuperación, después fue vuelta a destruir, y todavía no se ha recuperado. Es un escándalo que no haya epistemólogos que hagan la crítica de esta macana por falta total de preparación científica y filosófica. Hay que combinar las dos cosas.

-Una forma de ganarle terreno a los psicoanalistas sería disponer de un buen presupuesto, porque la psicobiología necesita laboratorios e instrumental, mientras que el psicoanálisis es barato para quienes lo practican.

-Por supuesto. Es más fácil escribir un artículo psicoanalítico que una contribución seria a la psicología científica. Pero en el país existen –por suerte- psicólogos biológicos; los he encontrado en Mendoza y en Rosario. En España y México, invadidos por psicoanalistst argentinos, me he encontrado con algunos. Esta gente ha invertido años en adquirir esta preparación. La psicología moderna –con laboratorios- es la única que está haciendo avances espectaculares. Por eso es que se interesan por ella muchos médicos, psiquiatras y estudiosos de las afasias, de las perturbaciones del habla y de la comprensión del habla.

-Martin Gardner, en uno de sus últimos libros, sostiene que una buena forma de aprender ciencia es viendo en qué se equivocan sus chiflados. Esa parece una frase suya. ¿De qué chiflados, de que pseudociencias cree ud. haber aprendido más?

-Del psicoanálisis, claro. Ah! también algo de la parapsicología. El motivo fue que algunos colegas físicos y matemáticos creían en la parapsicología. En la Universidad, la creencia en la parapsicología está muy difundida. Alrededor del 50% de la gente cree en la posibilidad de la telepatía, no tanto ya en la telekinesis. Para hacer la crítica uno necesita argumentos, y así lee artículos del Journal of Parapsychology, analiza los experimentos, trata de ver qué es lo que falla, y hace además una crítica psicológica, desde el punto de vista de la filosofía de la mente. Como dice Gardner, se puede aprender mucho sobre el método científico leyendo a los macaneadores. Pero yo no creo que sean chiflados de la ciencia, ni que estas creencias sean ciencias patológicas, como alguien las llamó; son simplemente no-ciencia. Ni siquiera se toman mucho trabajo para aparentar ser ciencias, cualquiera puede entenderlas. Los únicos pseudocientíficos que hacen experimentos son los parapsicólogos, del mismo modo, la única pseudociencia que se apoya en una ciencia es la astrología; son los únicos que consultan a la astronomía, los demás se valen solos. Son independientes. Justamente Freud insistía con el tema de la independencia del psicoanálisis con respecto a la neurofisiología, y Lacan aún más. Lacan quiso rescatar un proyecto de Facultad de Psicología esbozado por Freud. Los estudiantes deberían aprender literatura, mitología, y por supuesto, psicoanálisis I, II, etc. Tenían que tener cultura literaria y humanística pero ninguna cultura científica. En particular no se aprendía psicología experimental, nada que oliera a laboratorio. ¡Que contentos se pondrían al saber que su proyecto se realizó aquí, en el Tercer Mundo!

-Ud. cree que Freud tuvo desde el principio un objetivo bien determinado o más bien que la teoría psicoanalítica fue formándose un poco azarosamente, de acuerdo a las vivencias y rasgos de personalidad del propio Freud?

-Bueno, ud. conoce la carrera de Freud. Comenzó como neurólogo, siguiendo la escuela de Hughlins Jackson. Él intentó hacer algo de laboratorio y no le salió. A él –como a cualquiera- le interesaban los sueños, las psicopatologías, etc., y en ese momento la psicología científica, sobre todo la parte de las psicopatologías, estaba poco avanzada. No es que no existiese; había empezado en Francia con Paul Broca y en Alemania con Karl Wernicke. Sin embargo no eran muy populares. Ahora bien, Freud –y esto lo dice claramente Ernest Jones, su más afamado biógrafo- quería casarse, y se sabía incapaz de hacer carrera por falta de méritos científicos suficientes, siempre sería un profesor adjunto. Entonces decidió abandonar completamente la orientación científica. No solo está Jones, que es muy explícito. También se puede ver en su propia correspondencia. Aparte de ese interés material, y de la imposibilidad de hacer una carrera científica por falta de competencia, de originalidad, debe haber influido también el hecho de que Freud era cocainómano, Necesitaba la droga y se daba cuenta de que no podía alcanzar la lucidez sin ella, y eso, a una persona que ha recibido entrenamiento médico –Freud lo tuvo en la Escuela de Medicina de Viena, que junto con las de Berlín y de París eran las más prestigiosas de Europa- debe haberlo preocupado bastante, quitándole confianza ante la posibilidad de hacer ciencia en serio. Pero además estaba su interés auténtico por los problemas afectivos, la sexualidad, las emociones. A fines del siglo 19 hay en él una auténtica conversión. El hombre abandona totalmente el camino científico y se desbarranca.

-Es como ud. decía en una conferencia: “donde hay un vacío, ese vacío se llena con basura”. Sería el caso de toda esta pseudopsicología...

-Sí, sí. No el caso de Lacan, que no enfocó ni un solo problema científico en su vida. Pero es así en general, sobre todo a nivel popular.

-Pero ¿podemos decir que hay un vacío a nivel psicoterapéutico en las corrientes psicológicas que tratan de enfocar científicamente su campo de interés?

-Lo había hasta que nació la terapia de la conducta, que se ocupa de los casos tratables por medios sencillos, sin drogas. Lo hubo en el caso de la depresión y la esquizofrenia hasta 1955, cuando por primera vez se descubrieron neurolépticos eficaces. Es cierto que tienen efectos secundarios muy desagradables de tipo dermatológico y pérdida de memoria, aunque no una pérdida definitiva. También es verdad que tales dolencias no se pueden curar definitivamente, pero sabemos controlarlas. Por ejemplo, un íntimo amigo mío, investigador de primera línea, es maníaco-depresivo. Se controla con esas drogas. Cuando está en el período maníaco, o sea ascendente, es de una productividad increíble. Después tiene depresiones, pero controladas; jamás tiene las que lo afectaban antes de comenzar a tratarse con las sales de litio. Yo lo he visto en sus depresiones antes del tratamiento. ¡Estaba totalmente destrozado!. Parecía un chico autista, encerrado en sí mismo, sin querer ver ni oír nada, desconfiando de todo el mundo –hasta de sus amigos y de su mujer-. Pero ahora está controlado: produce, va al laboratorio todos los días, escribe –y no pavadas- sobre cosas importantísimas. Hoy día se puede llevar una vida casi normal con problemas depresivos que, no tratados, probablemente llevarían al suicidio. Una sobrina mía es un caso parecido; una poetisa brillante. Al principio la trataba un psicoanalista y, por supuesto, ella iba de mal en peor. No sólo dejó de escribir sino que se escapaba de la casa y tenía unos episodios espantosos. Ahora está controlada, felizmente. Pero hay mucho por hacer todavía, no hay suficiente gente ocupándose de estas cosas y hay demasiada creyendo que la magia de la palabra puede suplir a las drogas, porque ignora que, entre otras cosas, el cerebro es un sistema químico. Basta cambiar la química del cerebro para modificar la forma de sentir o incluso de pensar. Y en realidad todos nosotros tenemos experiencias en ese sentido. Cuando estamos adormilados tomamos una taza de café; hay una droga llamada cafeína que nos da lucidez. Por eso no tendría que ser tan difícil de comprender.

-Esto es una grave objeción al dualismo, el cual sin embargo persiste.

-Persiste entre otras cosas porque estamos atados a la religión, porque tenemos resabios de una filosofía anticuada. Todavía la mayor parte de los cursos de psicología no son cursos de psicología biológica. El estudio de lo mental no se encara desde una perspectiva biológica.

-En su libro “El problema mente-cerebro”, ud. hace una crítica a la postura de que los predicados mentalistas no son reductibles a predicados neurofisiológicos. Está claro que su concepción de la mente es la de una colección de procesos cerebrales. ¿Qué me dice de Russell cuando afirma que esos predicados son sintéticos y no analizables?

-Sí, pero tenga en cuenta que Russell escribió esto en 1921, cuando casi toda la psicología fisiológica que había trataba sobre el problema de la percepción. Se ha avanzado muchísimo en estos tres cuartos de siglo. Le voy a dar un ejemplo. Ud. puede decir que Fulano está hablando. Una manera neurofisiológica de decirlo es afirmar “las áreas de Wernicke y de Broca de Fulano están activas”. Otra: “Fulano está viendo”, es como decir “la corteza estriada de Fulano está activa en este momento”. A primera vista pareciera que no tienen nada que ver. Eso ocurre porque no nos hemos acostumbrado. Es como si un dualista le dijese a un físico que el predicado brillante no tiene nada que ver con los que intervienen en la teoría del estado sólido, que analizan el proceso de reflexión de un rayo luminoso por los átomos que componen la superficie del objeto brillante, y sin embargo es la misma cosa. Los primeros en darse cuenta de que podemos deducir o definir los predicados que usamos para describir nuestras percepciones en términos de predicados que definen cosas invisibles fueron los atomistas griegos. Claro que ellos no tenían toda la teoría que ahora tenemos. Hoy se puede. El paso que la física dio en este siglo (XX), tendrá que hacerlo la psicología en el próximo.

-¿Puede decirse que en ese sentido el programa de la psicología fisiológica es la reducción de los predicados mentales fenomenistas a predicados neurofisiológicos?

-Sí. Y requiere de teorías, difíciles, que están en proceso de construirse. Pero los obstáculos no son inherentes a la materia sino a la formación de los psicólogos. No suelen tener una buena formación biológica, y menos aún matemática. Entonces, los que se dedican a la psicología matemática, al no tener una buena formación biológica, se contentan con hacer teorías –por ejemplo del aprendizaje- que no tienen ninguna relación con el llamado sustrato neurofisiológico. La ley de Thorndike sobre el aprendizaje puede enunciarse sin recurrir a consideraciones psicobiológicas. La ley es correcta, pero queremos entenderla en términos de refuerzo de conexiones neuronales. Entonces lo que se necesita es un Hebb con cultura matemática. La formación inicial de Hebb fue literaria. Una vez yo le pregunté “Por qué le tiene rabia a la matemática, o a los modelos matemáticos”, y me contestó: “No, ese es un defecto personal mío. Yo de adolescente soñaba con escribir novelas, incluso escribí una. Yo no le tengo rabia a la matemática, es que no sé”, “¿Y no habrá un segundo motivo?” continué yo, “como los modelos que hoy hay son en su mayoría conductistas y por lo tanto superficiales, no llegan al meollo de la cuestión"”... Ahí Hebb estuvo de acuerdo conmigo. Yo creo que hay que imponer, no un proyecto de Facultad de Psicología, sino cambiar los planes de estudio en esa carrera, e incluir una buena formación biológica y matemática.

-Volviendo al psicoanálisis, el Dr. Klimovsky, sin ser un defensor del psicoanálisis, propone considerarlo como una protociencia antes que como una pseudociencia, y esperar que los psicoanalistas sistematicen la teoría psicoanalítica para convertirla así en científica. ¿Ud. opina que no hay nada rescatable en el psicoanálisis?

-No, no hay nada rescatable. Lo que pasa es que Klimovsky es un matemático, y él tiene la visión de la ciencia que es común a los matemáticos. Creo entender que su posición es la de que si se axiomatizara y se formalizara correctamente el psicoanálisis, ya se convertiría en ciencia. En mi libro La investigación científica desarrollé un contraejemplo; doy allí una “Axiomática de los fantasmas”, una teoría matemática de los fantasmas. Matemáticamente es correcta... ¡pero los fantasmas no existen!. La matematización es necesaria para hacer avanzar una ciencia más allá de cierto límite, para aumentar la precisión y la profundidad, pero no es imprescindible para hacer ciencia, y menos aún suficiente. Se puede macanear matemáticamente. La matemática no nos da más que formas; si ud. llena las formas con basura, sigue siendo basura. Si en vez de descartar la basura la pone en un paquete lindo, con un moño rosa, sigue siendo basura. Yo estoy en desacuerdo con el Dr. Klimovsky; el psicoanálisis no es científico, es una pseudociencia. Hace dos tipos de afirmaciones gratuitas: las comprobables y las no comprobables. Las no comprobables son no científicas desde el vamos. Las comprobables se dividen a su vez en dos grupos: las que nunca fueron puestas a prueba – y aún así son sostenidas por los psicoanalistas- , y las que sí lo fueron y resultaron ser falsas. Estas últimas ¡nunca fueron ensayadas por psicoanalistas, quienes jamás se anduvieron tomando ese tipo de molestias!. Entonces, el carácter pseudocientífico del psicoanálisis es evidente. En cuanto a que el Dr. Klimovsky no defiende el psicoanálisis, cabe destacar que hace 30 años –por lo menos- que viene haciéndole propaganda.

-Como miembro del CSICOP, ud. habrá observado que cuentan con un psicoanalista entre sus consultores, y además la revista –The Skeptical Inquirer- nunca ha tocado el tema del psicoanálisis. ¿Habló de eso con Paul Kurtz alguna vez?

-Sí. Lo que ellos quieren hacer es una especie de frente único contra la parapsicología, la ufología, etc. Ese es un error de omisión; yo los acompaño en la medida en que estoy de acuerdo con ellos en otros respectos. Pero tenga en cuenta también que The Skeptical Inquirer no publica artículos psicoanalíticos, que ya es algo.

-Lo que sí hubo fueron críticas salpicadas, como la de Terence Hines. Pero si alguien lo quisiera abordar ¿usted cree que habría censura?

-Yo no creo. Una vez publicaron algo que les mandé y allí mencionaba al psicoanálisis como una pseudociencia.

-Tal vez ese descuido se deba a que el psicoanálisis allí no es un fenómeno tan extendido como aquí, y preocupa más el tema de la creencia en los fenómenos psi.

-Sí, en efecto. Las otras supersticiones son mucho más populares. Tengamos en cuenta que la mitad de la población universitaria, por lo menos en el caso de los estudiantes, cree en la realidad de los fenómenos parapsicológicos.

-Una nota del diario Clarín habla de un estudio según el cual 3 de cada 4 adolescentes en lo EE.UU. creen en los ángeles.

-¡Pero siempre llegan tarde los ángeles! (Risas). Son como los detectives de las películas: cuando ellos llegan han matado a media docena de personas, y a menudo siguen siendo asesinadas mientras ellos investigan. Tal vez será que no están informatizados, los ángeles.

-Volviendo al psicoanálisis, ¿conoció ud. la obra del Dr. Georg Friedrich Nicolai?. Fue uno de los primeros en atacarlo en su obra “Análisis del psicoanálisis”.

-No leí el libro pero sí sé del Dr. Nicolai. Fue uno de los cuatro científicos que firmó un manifiesto en contra de la Primera Guerra Mundial y por eso se tuvo que ir de Alemania...

-Para terminar, se nos dice frecuentemente que al exigir una postura científica somos cerrados, negativistas, que no somos abiertos...

-(Interrumpe)¡¡Y está bien!!... (Risas). Somos cerrados. No somos abiertos a la basura. Eso es lo que están diciendo ustedes: “No consumimos basura. Somos muy cerrados”

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