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Daniel Melingo: "El tango involucra a todos los ritmos, incluido el rock" (entrevista abril 2009)

Del arrabal al chill out (*)

Controvertido desde sus inicios, el tango se mezcla con máquinas y da origen al polémico sonido tecno del 2x4.

¿Es tango eso que suena en tu sampler?

Hijos del tango
¿Demasiado joven para el 2x4?
Argentinos en París

Por Alejandra Rodríguez

"A la hora en que quedan pocas parejas bailando en la pista y la magia visita la milonga, …, en ese momento comencé a imaginar la música que quería bailar y ver bailar", dice el guitarrista Carlos Libedinsky al contar cómo llegó a mezclar el ritmo del 2x4 con los sonidos electrónicos de este siglo. Aquellas noches distaban un par de años del 11 de diciembre de 2003, cuando el gobierno porteño decidió festejar el Día Nacional del Tango con una "rave" tanguera en plena calle Corrientes. Los latidos del tecno entusiasmaron a los más jóvenes al tiempo que irritaban a los "milongueros" que se habían acercado para recordar el nacimiento del Zorzal. Esa noche dio luz a una discusión recurrente en la historia del tango: ¿le pertenece al género esta nueva forma musical que fusiona la tradicional cadencia rioplatense con los medios electrónicos? El bandoneonísta Rodolfo Mederos, un innovador que se acercó al rock y tocó con Pugliese y Piazzolla, calificó al tecnotango como "una forma de ignorancia", y lo consideró un camino erróneo en materia de búsquedas estéticas.

En otra orilla, Adriana Varela y Raúl Lavié aprueban la tendencia y hasta ponen su voz entre beats y samplers. La novedad irrumpió cuando Gotan Project -liderado por el argentino Eduardo Makaroff- batió récordes de ventas en Europa con su CD La Revancha del Tango. Al poco tiempo, el colectivo de artistas argentinos y uruguayos BajoFondo TangoClub, producido por Gustavo Santaolalla (ex Arco Iris) y Juan Campodónico, funcionó como abridor de puertas en el mercado local. Aparecieron nuevos discos, como Tango Crash, del dúo integrado por el contrabajista Martín Iannaccone y el pianista Daniel Almada; Narcotango, de Libedinsky; Astornautas, del quinteto Ultratango, y MacDougall Tango, el EP del grupo rosarino San Telmo Lounge. Al mismo tiempo, se editaron compilados de artistas diversos, aquí y en el exterior.

"Esto no es tango" escuchó Piazzolla cuando su provocador bandoneón hacía vibrar al mundo. Unas cuantas décadas atrás, el rechazo local se había hecho notar en los elegantes salones porteños que sólo abrazaron la milonga tras su triunfo en París. No le faltaron detractores a Gardel, a Troilo ni a Pugliese. Fiel a su origen orillero, en toda nueva vuelta de tuerca que cada época le da, el tango vive y parece continuar su interminable evolución en este siglo XXI "problemático y febril".

¿Es tango eso que suena en tu sampler?

¿El tango electrónico es el futuro del 2x4?, le preguntó esta cronista a Carlos Libedinsky, guitarrista, cantante y compositor que en septiembre último grabó el CD Narcotango. Para este músico de 42 años aficionado a la milonga, su música "es sin duda de Buenos Aires, con el condimento cosmopolita de la electrónica", algo que considera muy saludable. "Una expresión cultural que se paraliza y queda sólo como tradición corre el riesgo de morir", sentencia.

Dos o tres veces en la semana, se lo puede encontrar en las pistas de La Catedral, el Parakultural o La Glorieta de Belgrano, "y en verano, en La Calesita", milonga al aire libre de Nuñez. Descubrió la danza al concluir la década del 90, durante una gira en Lisboa. La música del 2x4 le había llegado a los 30 años, cuando la madrugada lo encontró cantando tangos en una guitarreada entre amigos.

El mismo Libedinsky que se conmueve bailando temas de Pugliese y escucha a Tom Waits, Björk y Massive Attack, buscó una forma de darle "contemporaneidad" a la música milonguera. "Hubo un momento en que necesitaba algo que me conectara más con el 2000. Y no estaba solo. Otra gente que baila también necesita una nueva música; algo más corporal", así explica el origen de su disco, "un abrazo profundo entre el tango y la atmósfera musical electrónica de nuestro tiempo".

Hijos del tango

"Fuimos los primeros", afirma Leo Satragno, de Ultratango, cuando recuerda que junto con su hermano Gastón, compusieron el tema tecno con alma de bandoneón, Rosa porteña, en 1994. Fue parte de uno de los tantos discos de El Signo, dúo de música electrónica nacido hace18 años. "Lo llevamos a las discográficas y nos decían 'esto no va a andar'; hasta que llegó Gotan Project con sus ventas en Europa y se abrió el juego", cuenta el hijo de la conductora Pinky y el cantor de tangos, Raúl Lavié. El dúo, que convocó multitudes en las discotecas y en las raves (en Palermo juntaron 160.000 personas), decidió formar un quinteto de tango sin renunciar a las máquinas. Michelángelo 70 es uno de los hallazgos del disco Astornautas, dedicado en un cincuenta por ciento a temas de Piazzolla, el primero del quinteto que se completa con Sami Abadi (violín), Julio Pérez (bandoneón) y Braulio D'Aguirre (percusión) -en el disco se suman el bandoneonísta Mariano Cigna y la voz de Lavié-. Pero en 2001, los Satragno habían editado un compilado de sus versiones tangueras que tuvo una insólita repercusión en la FM 2x4.

Los guía la consigna de respetar las formas originales de los temas a los que agregan batería electrónica, sintetizadores y efectos, con el fin de "modernizar los instrumentos y sacarle lo tedioso y dark (sic) que tiene el tango para hacerlo más pop y alegre", explica Leo, que piensa en un próximo disco -"para 2005"-, con tangos tradicionales y bailables en las milongas.

Papá Lavié le pone voz a un Invierno Porteño con sones electrónicos, y el hijo define que el tango tecno o dance es "la actualización a 2004 de la música ciudadana".

¿Demasiado joven para el 2x4?

"Yo no viví el tango, ni conozco la humedad, voy al boliche y no espero bailar tango, sí expresarme como músico", dice Juan Manuel Aguirre (27), productor de música electrónica y electroacústica. A su lado, sorprende ver a Julia Peralta, con sus apenas 21 años, poniéndole el cuerpo al fuelle. Ella llegó al tango luego de años de piano, cuando la fascinó el bandoneón. Por su parte, Martín Delgado (29) despliega en las cuerdas su bagaje de conservatorio de música, banda de rock y cierta incursión jazzera.
El trío San Telmo Lounge, que a pesar del nombre reside en su Rosario natal, comenzó en 2001 a experimentar y a vincular el remix con el 2x4, "sin proponer esa inmediatez de lo bailable que tiene el tango, sino una música que rescate el espíritu tanguero".

Delgado confiesa que cuando comenzaron su experimentación musical no conocían las bandas que se hicieron célebres en el rubro, como Gotan Project y BajoFondo; "los escuché cuando ya tenía compuestos algunos temas". Afirma que cada grupo marca su diferencia a la hora de "plantear la incorporación de otros elementos instrumentales al tango, como sucedió con el jazz", sólo que al comparar ambas fusiones reconoce que este último ofreció menos resistencia a la mezcla.

Si se trata o no de una corriente que crecerá lo dirá el tiempo. Según Aguirre, "aparece una camada, se presenta una movida que marca un comienzo, pero después habrá una decantación y perdurará quién fue sincero consigo mismo".

Argentinos en París

Gotan Project se inició en 1999 por iniciativa del francés Philippe Cohen Solal y el argentino residente en París, Eduardo Makaroff. Poco después, se unió el suizo Christoph H Muller y el selloYa Basta!, de Solal, editó la primera grabación del grupo en febrero de 2000, Vuelvo al Sur/ El Capitalismo Foráneo. Pero fue el primer álbum, La revancha del Tango, al vender 750.000 copias en Europa -en octubre de 2001-, el que llevó al terceto de tango electrónico a los grandes escenarios del Viejo Continente, con un show que incluye performances en video y la contrastante armonía proveniente de instrumentos acústicos y máquinas.
Discípulo de Tata Cedrón, Makaroff se unió a sus socios provenientes de la electrónica con la ilusión de "devolver el bandoneón a la pista de baile", una revancha tomada "para que nuestra cultura ocupe el lugar que se merece".

La historia de Daniel Almada y Martín Iannaccone comenzó en Buenos Aires, cuando en 1987 formaron un dúo de música fusión que trabajaba sobre la fórmula "percusión electrónica-bajo-programación sonora". Pero pasaron 15 años hasta que el dúo se reencontrara -vía correo electrónico (Almada vive en Suiza desde 1990)- y comenzaran a pergeñar las primeras notas de temas como Pararrango, que dieron origen al álbum Tango crash, en el que mezclaron las tendencias musicales de hoy con las raíces del 2x4. Una versión electrónica de El Choclo, la voz de Perón colándose en algún tema y composiciones propias forman parte del disco que nació hacia finales de 2002 y hoy se muestra en shows en vivo por toda Europa.

www.letstango.com.ar

(*) Chill out: Más que un estilo musical el chill out es un concepto, significa algo así como "enfriarse", surge en fiestas masivas de Europa, donde se destinaban salas con musica tranquila para relajar los oidos. Suaves ritmos brasileños, el sonido de las olas rompiendo en la playa, acordeones húngaros, el canto de un monje tibetano, sonidos fríos electrónicos y tecnificados o dulces cancioncillas "poperas", todo sirve en una selección musical calificada como Chill Out. Con el objetivo del descanso, físico o mental, la pauta del Chill Out es la no pauta. Desterrados los corsés estilísticos, la dictadura de la pista y libres de complejos auditivos estaremos preparados para escuchar en una misma sesión y en un mismo espacio el techno ambiental de Pascal F.E.O.S, el hip hop suave de Gurus Jazzmatazz, la sensualidad brasileña de Bebel Gilberto, la mezcla de tradición húngara y electrónica de Yonderboi, los ritmos de salón de De-Phazz, la melancolía de A man called Adam, los asian beats de Genetic Drugs o el sabor ibicenco de José Padilla.


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El nuevo tango tecno

Por Mauro Apicella (De la Redacción de LA NACION)

"¡Esto no es tango!", protestaban algunos vecinos. El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se animó a producir para los festejos del Día del Tango un encuentro al aire libre que mezcló milongueros con adeptos a la música electrónica y el dance.

¿Una lata de Speed con un toque de Hesperidina? Aunque no llegó a ser explosivo, el cóctel resultó inusual. De ahí que los que no aprobaron el trago alzaron un poco la voz.

Pero lo cierto es que desde la aparición de las producciones del trío Gotan Project, en Europa, y de BajoFondo TangoClub (producido por Gustavo Santaolalla y Juan Campodónico) se comenzó a hablar de esta extraña mixtura. Y la "rave tanguera" que se armó semanas atrás en la avenida Corrientes sirvió a modo de gran vidriera y da buenos motivos para conocer otros trabajos recientemente editados que exhiben características similares.

"Tango crash" es el proyecto de dos argentinos radicados en Europa: el chelista Martín Iannaccone, que vive en Berlín desde hace dos años, y el pianista Daniel Almada, quien lleva catorce en Basilea. "Creo que el CD que hicimos con Martín reúne varias influencias. Los tres elementos fuertes son el tango, por su cuestión melódica y rítmica, la improvisación y la electrónica. Martín era conocido en el ambiente del jazz y creo que también trae algunas influencias por el trabajo de su padre, Roberto Yanés. Yo vengo del lado de la composición, la electroacústica, el jazz y el tango -cuenta Almada-. La pregunta era siempre desde dónde partir. La idea fue hacerlo desde el tango para llevarlo a la electrónica de hoy. La improvisación fue inevitable incluso por los invitados que elegimos".

Desde que editó "Aldea global" el compositor, cantante y guitarrista Carlos Libedinsky se mantuvo cerca del tango, pero ahora lo vistió de una estética diferente. Su nuevo material, con loops, samples y sonidos procesados se llama "Narcotango", "porque el tango es como una droga que nos genera una increíble, sensual y poderosa adicción", escribe Libedinsky en la lámina del CD. Próximamente el material será presentado en Amsterdam, Estocolmo y Malmo.

Hace unos días apareció "McDougall Tango", un EP de San Telmo Lounge, proyecto liderado por el guitarrista rosarino Martín Delgado. La placa es un adelanto del CD que se publicará en marzo, posiblemente con otro nombre. Delgado prepara el material junto a sus socios Juan Manuel Aguirre en la programación, Julia Peralta en bandoneón y Cristián Gustafsson, como fueye invitado. "Para mí, la premisa fue fusionar el tango, la electrónica y elementos del jazz. El tango es algo sugerido", dice el guitarrista.

Los hermanos Gastón y Leo Satragno se hicieron conocidos con el grupo tecno el Signo, durante la segunda mitad de los ochenta. "Nuestro caso es raro -dice Gastón-. Ya en el primer disco había una tema con introducción tanguera. Hacia 1993 conocimos a Mariano Cigna, un bandoneonista joven con el que empezamos a hacer un tango más mezclado. Y cuando tuvimos más material decidimos trabajar en paralelo". Además del grupo de tecno los Satragno, crearon Ultratango junto a Sami Abadi, Braulio D´Aguirre, Cigna y Julio Pérez. Hoy, a las 21, en Notorious (Callao 966) presentarán el CD "Astornautas" que incluye temas propios y de Piazzolla, y la participación especial del padre de los Satragno, Raúl Lavié.

 

Rótulos necesarios

La palabra tango aparece en nombres de grupos o en títulos de discos. Nunca se evita. ¿Será tan necesaria? "Al menos por ahora -responde Almada-. Porque es un genérico en un punto nuevo. Se está empezando a conocer hace algunos años y hay pocos proyectos. Creo que puede ser un poco de marketing para que la gente sepa que se trata de algo que tiene que ver con el tango y la electrónica.

-¿Cómo es el proceso? ¿El tango se incorpora a la electrónica?

Satragno: -Para mí son métodos. En una parte de nuestro disco trajimos temas de Piazzolla y los adaptamos. En otra hay cosas nuestras y agregamos tango.

-¿No se produce un choque?

Satragno: -El show más tecno que vi fue uno de Piazzolla, en el teatro Opera. Algo muy fuerte y con un concepto muy tecno por el proceso del sonido.

Delgado: -Mientras estaba en la cocina del disco escuché versiones de "Buenos Aires hora cero". Tiene partes con un ostinato de bajo donde se buscan recursos tímbricos no tradicionales para ese instrumento.

Almada: -Creo que la decisión de qué elementos se toman de cada género es lo más complicado. Porque el tango es una música muy compleja. En su historia encontrás virtuosos instrumentistas, tremendos compositores y arregladores increíbles. Además, hay algo muy típico que casi ninguna otra música tiene: la flotación del tempo. Eso no es tan compatible con la electrónica.

 

-A la mezcla de tango y electrónica algunos la consideran un híbrido. Y para milongueros como los que fueron a la "rave tanguera" es complicado de bailar.

Satragno: -Sí, estuvo todo mal. Creo que eso fue un error para la gente que iba a bailar en el Día del Tango. Hubiera sido mejor que el acto central fuera para milonguear y que propuestas así estuvieran en lugares para gente que está abierta a otras cosas.

Almada: - De todos modos me parece algo positivo. Está bueno para los músicos que sucedan cosas masivas.

Satragno: -Por supuesto. No estaríamos acá, conversando, si no fuera por Gotan Project.

Almada: -Nosotros editamos en Alemania. Y sé que había varias compañías que lo querían sacar. ¿Por qué? Porque había uno solo. Santaolalla y el Gotan Project abrieron algo.

Delgado: -Me recuerda a lo que sucedió con US3 y el acid jazz. Al poco tiempo podías ver en un festival de jazz una noche dedicada al género.

-¿Abrieron un camino comercial o artístico?

Satragno: -Me parece que el camino estaba un poco abierto. Gotan hizo que se conociera.

Almada: -Personalmente no creo que el Gotan Project sea un aporte al tango. Pero permite que la gente esté preparada para recibir cosas nuevas. Encontrás un tango tradicional y lo de Astor, que se abrió un poco. Una polarización. Hasta ahora no había una tercera posibilidad. Lo interesante de todo esto es entusiasmar a los jóvenes que hacen tango, cuando otra vez te encontrás con orquestas. A veces se tocan los mismos arreglos que en los cincuenta, quizás un poco más modernos. No le quito valor a eso, al contrario. Pero me parece una pena que algunos tengan tanto respeto por la tradición, y no se pueda salir de ahí.

-La otra cara de esta tendencia puede ser la aparición de oportunistas. Pongo un bandoneón y listo, ya suena a tango.

Almada: -Incluso está la discusión sobre el lugar dónde está uno. Si en el oportunismo o la búsqueda.

Delgado: -A la hora de tener los elementos creo que hay que hacer una mezcla muy minuciosa. A veces puede estar muy traída de los pelos. Con Juan Manuel pensamos que no teníamos que caer en cosas como el heavytango de Nacha (Guevara). El tango y la electrónica, en cambio, si los trabajás bien pueden sonar a algo muy natural.

-Pero si necesita tanto trabajo no será tan natural o espontáneo.

Almada: -Depende. Desde hace cinco años, cuando comenzamos a trabajar con Martín vimos que el jungle, por ejemplo, tenía similitudes de acentuación rítmica con el tango. Creo que el house no tanto.

Satragno: -Porque el jungle está más cerca de lo africano. Y tiene ese tres por cuatro falso (N del R: se refiere a la marcación 3,3,2) tan famoso de Piazzolla.

-Creo que los tres intentan hacerme creer que Piazzolla inventó la mixtura de tango y electrónica, pero no tuvo tiempo para desarrollarla.

Delgado: -Y... tendría que haber vivido algunos años más (se ríen).

Recientes lanzamientos:

"Tango crash", del chelista Martín Iannaccone y el pianista Daniel Almada.
"Narcotango", del compositor, cantante y guitarrista Carlos Libedinsky.
"McDougall Tango", de San Telmo Lounge, proyecto del guitarrista rosarino Martín Delgado.
"Astornautas", de Ultratango, el grupo formado por Gastón y Leo Satragno, Sami Abadi, Braulio D´Aguirre, Mariano Cigna y Julio Pérez.


Bajofondo Tango Club

"Tango en la Aldea Global"

Bajo Fondo Tango Club es un colectivo de artistas y músicos del Río de La Plata (nacidos en Argentina y Uruguay) basado en la fusión de diversos estilos de música electrónica: house, trip hop, dub, drum n' bass, hip hop, con los sonidos tradicionales del tango.

Respeto e innovación para ambos géneros, no es música electrónica atangada ni tango con elementos electrónicos. Es una perfecta fusión de ambos géneros, que da lugar a una expresión innovadora, que fue estupendamente recibida por los amantes del tango y de la electrónica en Buenos Aires y Montevideo.

El productor Gustavo Santoalalla, incansable creador de éxitos musicales, vinculado a la nueva ola de bandas de rock de América Latina, fue el gestor de la idea, junto a Juan Campodónico, uruguayo, ex integrante de la Banda de Rock El Peyote Asesino y productor junto a Carlos Casacuberta, de los últimos tres discos de Jorge Drexler. Ambos, junto a Luciano Supervielle, investigaron a fondo el tango, desde las posibilidades de la música electrónica y realizaron un verdadero trabajo de orfebres, puliendo cada elemento, hasta lograr un resultado óptimo, que produce un verdadero deleite a los sentidos. El trabajo que comenzó con la búsqueda de viejos discos de vinilo en las ferias montevideanas, terminó con una gira internacional y la promesa de más discos vinculados al proyecto de investigación.

Son ellos, Campodónico y Supervielle, los que están a cargo de las programaciones en los espectáculos en vivo y los que disparan las bases que dictan el pulso de la orquesta.

Cada uno de los tracks del disco, aporta un rasgo diferente a la unidad. Quizás, sea "Perfume", la canción compuesta por Drexler y Supervielle, e interpretada por Adriana Varela, consagrada cantante de tango que puso a disposición del proyecto la particularidad de su voz y su estilo de interpretación, el punto más alto. Las palabras dichas por Varela, se ven realzadas por los efectos de loops y samplers, que transportan a quien lo escucha a los arrabales postmodernos de Buenos Aires, los mismos que 80 años atrás, vieron deambular a Gardel.

Campodónico y Santoalalla, le inyectaron sangre nueva al tango. Ellos mismos han redescubierto el 2x4, a su manera. Reivindicando lo que fue en sus comienzos, una manifestación irreverente, de ciertos jóvenes que buscaron un nuevo ritmo para expresar sus sentimientos, alegrías y tristezas. La tecnología del nuevo siglo, le permitió a estos creativos, juntar en una misma canción al Polaco Goyeneche, con Adriana Varela, su ahijada artística, en "Mi corazón" y acercar, de alguna manera, el ritmo típico del Río de la Plata, a las nuevas generaciones.

Con un Grammy Latino, como mejor disco de música instrumental. El primero obtenido por un músico uruguayo, los integrantes de Bajo Fondo tango Club realizarán una serie de conciertos de presentación en escenarios de España, Francia y Estados Unidos. Una vez más, Europa podrá sorprenderse por un espectáculo original desde el Río de la Plata, donde luz y sonido se conjugan para invitar a redescubrir el sonido del inquieto bandoneón que, como el de Piazzola, recorre el mundo, y se niega a silenciarse.


Fuente: http://cuantoyporquetanto.com


Ultratango

Los hermanos Leo y Gastón Satragno –hijos de Pinky y Raúl Lavié– se reconocen pioneros de la escena tecno local.

Un día decidieron fundir el sonido de sintetizadores y sampler al viejo fueye tanguero

y el resultado fue el disco "Astornautas".

Con temas propios y de Piazzolla, la banda que bautizaron Ultratango está integrada por

Sami Abadi en violín, Braulio D’Aguirre en percusión live, Mariano Cigna en bandoneón en algunos temas

y Julio Pérez en el mismo instrumento.

Al proyecto que resume tecnología, violencia y mucho de nostalgia porteña se suma la voz de Raúl Lavié

con los temas "Invierno porteño" y "Así sea", esta última de su autoría.

Esencia tanguera con música electrónica, el encuentro de dos generaciones en una nueva música ciudadana.

–¿Cómo se acercaron al tango electrónico?

(Leo) –La idea de mezclar sonidos porteños a la música electrónica viene de El Signo,

en los ’80, una banda que integraba tecno, rock y ritmos del dos por cuatro.

Por entonces fundimos el bandoneón y sampler de Gardel.

A partir del ’94 con Mariano Cigna formamos un trío y compusimos cortinas

para radio y televisión y temas de Piazzolla con sonido electrónico.

Los trabajos fueron mostrados en Sony, Poligram y otras discográficas y nos rebotaban siempre.

(Gastón) –Con el material elaborado desde el ’94 hasta el 2001 hicimos un demo que se llamó "Ultratango".

Durante un año y medio los temas figuraron en primer lugar en la FM 2x4

y en las discográficas nos seguían diciendo "no".

–¿Y cuándo les dicen "sí"?

(Leo) –Después de debutar como quinteto hace dos años me convocó MDR Records en el 2003

y concretamos "Astornautas".

Comprar un disco importado de Gotan Projet, del argentino Eduardo Makaroff radicado en Francia,

salía en el país 60 pesos; Tango Club, El Nacional, 30, y la disquería quería una opción a ellos de su propio catálogo.

Gotan abre la puerta comercial a un público masivo y a la convocatoria discográfica.

–Gotan Projet vendió medio millón de discos en Francia y no les interesa el mercado argentino.

(Gastón) –Eduardo no tiene interés de venir al país. El sabrá sus razones… estará resentido,

pero en su lugar yo haría lo contrario, vivo acá y quiero hacer la música de Buenos Aires.

El tango no es algo traído de los pelos o una oportunidad para trascender.

Nos gusta, lo sentimos y lo hemos vivido de chiquitos.

Creo que el verdadero precursor del tango electrónico es Piazzolla,

él transporta el género porteño a las músicas modernas de entonces.

Y nosotros encontramos en las computadoras posibilidades infinitas de creación.

Para mí el show más tecno fue el de Astor en el Opera, había tipos de 70 años experimentando

con instrumentos acústicos como nunca vi en mi vida.

(Leo) –Gotan es sofisticado pero lo escuchás cinco veces y perdió el misterio.

Ellos hacen chillout, es como una música que acompaña, tipo ambiental.

El trabajo de Narcotango es interesante, y a Bajofondo lo siento forzado, no es fluido, salvo el tema "Perfume".

Hacen un tecno muy viejo.

–¿Les gustaría convertirse en músicos de culto?

(Leo) –No somos elitistas. Nos atrae la cosa popular.

Podemos tocar en una rave y también nos copa ser escuchados en Lugano o en Belgrano.

–Algunos dicen del género que es un híbrido, otros que no se puede bailar.

(Gastón) –Hoy se hace música electrónica con toques de tango y es para bailar tecno.

Nuestro próximo trabajo estará orientado a la danza.

Acercarnos al tango a partir de Piazzolla nos facilitó un concepto de composición y ejecución muy modernos.

Ahora nos remitimos a la vieja guardia, hacia cosas más clásicas: Pugliese, D’Arienzo, De Caro.

Somos más tangueros que los demás grupos electrónicos.

(Leo) –Hacemos hincapié en los arreglos originales con el bandoneón y ciertos yeites del violín.

Bajofondo, en cambio, es un producto que juntó 35 personas en un collage de música tecno y tango,

con una base house, sampleos de bandoneón y la voz de la Varela.

Ultratango toma "Cite tango", de Piazzolla, y en lugar de contrabajo incorporó sintetizador.

(Gastón) –Cuando debutamos en el Festival Internacional Piazzolla nos presentó Laura Escalada.

Sus hijos también nos apoyan, dicen que no traicionamos a Astor.

–¿Les gustaría tener una proyección internacional?

(Leo) –Nos han hecho ofertas, pero viajar con el quinteto es muy caro.

Mi motivación musical es cotidiana.

(Gastón) –Veía a mi viejo viajar por todo el mundo y a mí me gustaría hacer lo mismo.

–¿Y pueden vivir de la música?

(Gastón) –Hemos trabajado para cortinas musicales, tocamos en shows,

y en la tele hicimos versiones tecno de Piazzolla que aparecieron en varios capítulos de "Los simuladores".

(Leo) –Pasamos épocas excelentes y otras muy malas.

El 2001 fue nefasto, el 2002 muy malo, luego repuntamos,

pero cuando hay problemas económicos lo primero que se corta es el entretenimiento.

–¿Y cuánto tuvo que ver Lavié en esta movida de ustedes?

(Gastón) –Ambos ayudaron. Mamá es muy tanguera; papá cantaba en la ducha.

Está tan feliz con el disco que ahora quiere meter un par de temas grabados con él

y otros más en su próximo disco como solista.

(Leo) –Mamá dice "escuchate este tanguito". Papá recomienda el camino más tanguero, cómo respetar un arreglo…

El cantante vivo más grosso es el viejo.

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El Signo

Gastón Satragno: teclados
Leonardo Satragno: voz

Los hermanos Satragno le dieron forma a El Signo en 1986 junto a varios músicos invitados: Ossie Forbes, Andrea Pacheco, Hernán y Marcelo, estos dos últimos también integrantes de Los Pericos.
Marcados como una "versión local" del dúo británico Erasure, los Satragno se defienden: «No cantamos como ellos y el manejo de las máquinas no tiene nada que ver con lo que se hace afuera. Nosotros trabajamos en música publicitaria y nuestra especialidad son los samplers».
Cuando Erasure visitó nuestro país, El Signo fue inevitablemente invitado como telonero y aprovecharon la oportunidad para presentar masivamente "Under Malabria", su primer disco.
Discografía
Under Malabia, 1989
Güeris the party, loco?, 1990
Eternautas, 1992
Signophono, 2005


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Gotan Project

El trío de "tango electrónico" nació y se desarrolló en Francia, pero sus integrantes saben más de Buenos Aires que varios de nosotros, latinoamericanos. Al teléfono, su fundador explica el súperventas no-sé-qué de Gotan Project.

Por Marisol García

Buenos Aires y París ya parecían ciudades cercanas en los cuentos de Julio Cortázar, o en no pocos diseños en cuero con los que alguna vez soñamos vestirnos. Desde hace tres años, sin embargo, el nuevo engaño geográfico lo viene realizando Gotan Project, responsables de un tango que suena a tecno... o un tecno que tiene ese no-sé-qué que impide clasificarlo únicamente en Argentina.

Se justifican las sospechas sobre su origen. Ni Gotan Project es una banda completamente argentina, ni tampoco puede explicarse su intención desde una perspectiva puramente europea. Sus tres integrantes combinan a un DJ francés (Philippe Cohen Solal), un músico suizo (Christoph H. Müller) y un intérprete argentino de bandoneón y guitarra (Eduardo Makaroff). Se conocieron en París, y creyeron que su interés por la música justificaba un trabajo más o menos constante. Sin muchas expectativas, en 2000 publicaron mil copias de su primer single. Su combinación de tango, jazz y electrónica explotó hasta alturas insospechadas, obligando al trío a profesionalizarse de manera urgente y organizar al poco tiempo una gira internacional. Ya casi no quedan melómanos europeos que no los conozcan. Su disco La revancha del tango (2001) se acerca al millón de copias de venta.

Al teléfono desde París, el francés Philippe Cohen Solal, un hombre que conoció el tango a los 18 años hurgueteando en la colección de discos del padre de su novia. Converso desde entonces y especialista no académico, parece la persona indicada para explicarnos por qué algo como Gotan Project no se le ocurrió antes a nadie más.

—La pregunta es un poco simple, pero ¿qué nacionalidad exacta tiene el grupo?

—Nos sentimos como una banda de París, aunque seamos de diferentes lugares y hagamos algo tan argentino como el tango —contesta, seguramente acostumbrado a la pregunta—. Por supuesto que hemos viajado muchas veces a Buenos Aires, pero también creemos que el tango no es solamente argentino... en el sentido que hasta Piazzolla siempre recalcó la conexión de su música con Francia. Quizás París sea el lugar no para inventar, pero sí para experimentar con el tango.

—¿Por qué lo dices? ¿Por lo inhibidores que son los puristas del tango en Argentina?

—Quizás. Recuerdo un taxista con el que conversé en Buenos Aires. Hablan mucho los taxistas allá, ¿no?

—Uf.

—Bueno, luego que le expliqué durante un rato lo que yo hacía, al momento de pagarle me miro hacia atrás y me dijo: "El tango siempre será tango, y no debe ser cambiado". Recuerdo eso como una excepción, porque Gotan Project ha tenido muy buena recepción en Argentina, incluso en espacios más clásicos.

—Pero, bueno: los puristas le hicieron la vida imposible incluso a Piazzolla.

—Claro, y también a [Gustavo] Beytelmann, quien terminó exiliado de Argentina. Existe una larga historia de París como refugio para experimentar con el tango.

—¿Y se sienten ustedes parte de esa misma tradición?

—De alguna manera, sí; aunque yo no estoy en Argentina ni soy un músico de tango. La verdad es que, para mí, Gotan Project partió más bien como un grupo de música electrónica. Y aquí nos tienes (se ríe).

—Como buen DJ, te has referido en algunas entrevistas al a relación que existe entre el tango y el dub jamaicano. ¿Podrías hablarme un poco más sobre eso?

—No fui yo, sino los negros quienes encontraron esa conexión. Cuando nos juntamos a grabar por primera vez, la sesión fue un desastre. El tango iba por un lado; la electrónica, por otro. No lográbamos combinarlos. Hasta que entendimos que lo que debíamos buscar era el pulso en común. Eso es lo más difícil: encontrar ese equilibrio, y combinarlo sin que se cargue para ningún lado. Es difícil explicártelo, porque es algo auditivo, no teórico. Pero no debemos olvidar que parte importante del tango argentino se desarrolló entre la comunidad africana de Argentina. De algún modo, es música negra, también.

—¿Y cómo les caen que a veces los describan como "tango-punk"?

—A mí me encanta. Lo asocio con la actitud del punk. Para mí, el tango nunca ha sido música lounge. El tango tiene un espíritu rebelde; piensa en Piazzolla y cómo descolocó a todo el mundo.

—El tango los tiene medio atrapados. Incluso está en el nombre del grupo. ¿Crees que sea posible realizar alguna vez otro tipo de música?

—Creo que no (se ríe); quizás podamos investigar un poco más en la música de Argentina. Pero, ¿sabes qué?: yo veo al tango como al jazz. Me parece un género musical muy amplio. Algunas veces se ha dicho que es como "el universo de la música", y yo creo que es verdad. ¡Es mucho más que "world-music"!

La más reciente publicación de Gotan Project, Inspiración Espiración, es una compilación de rarezas que actúa como una suerte de tentempié para su segunda publicación de estudio, programada para septiembre del próximo año. En ella trabajan actualmente a tiempo completo los tres músicos, esta vez con la comodidad y soltura que les da su sorprendente estatus de estrellas continentales. Las canciones grabadas hasta ahora han contado con pistas de piano, bandoneón y violín. "Y en febrero viajaremos a Buenos Aires para buscar nuevos músicos con los que grabar", adelanta Philippe.

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El concurso Tango por la identidad 2004 de las Abuelas de Plaza de Mayo


Por Karina Micheletto

Algunos dicen que al tango le faltan nuevas letras, otros que están pero nadie las interpreta, otros opinan que no hacen falta. Este año, las Abuelas de Plaza de Mayo, junto con la Secretaría de Cultura de la Nación, organizaron el certamen Tango por la identidad, a través del cual convocaron a todo aquel que se animara a escribir un tango alrededor de esa temática. Entre trescientos diez letras inéditas de autores de todo el país, cuatro resultaron ganadoras. Estos nuevos tangos, musicalizados por los maestros Raúl Garello, Osvaldo Piro, José Colángelo y Osvaldo Requena, serán presentados hoy en un concierto del que resultará un disco en vivo. Allí también harán tangos artistas de distintas procedencias musicales: Gustavo Cordera, Palo Pandolfo, Raúl Lavié, Néstor Marconi, Sergio Pángaro, Miguel Cantilo, Claudia Puyó, Atilio Stampone, Susana Rinaldi, Hugo Marcel, Ana María Cores, Patricia Barone, Guillermo Fernández, Dema y su Orquesta Petitera, acompañados por la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto.

Los tangos ganadores son Soy, de Marcela Bublik (primer premio), Ser en Buenos Aires, de Marcelo Naraveckis (segundo premio), Volver a ser, de Ernesto Pierro (tercer premio), y Pertenencias, de Germán Cavallero (mención especial). Todos ellos pasaron por el visto bueno de un jurado presidido por Atilio Stampone e integrado por Héctor Negro, Nélida Roucheto y Raimundo Rosales. Desde luego, éstos no son los únicos tangos actuales que abordan esta temática, pero hay que decir que los intentos de los últimos tiempos no siempre fueron exitosos. "En los últimos tres o cuatro años hay algunos ejemplos muy acertados, como Pompeya no olvida, de Alejandro Schvartzman, grabado por Patricia Barone, pero es cierto que los casos no son tantos", admite Raimundo Rosales, integrante del jurado. "Dentro del tango ésta es una temática novedosa. Hay que tener en cuenta que la dictadura partió la historia en dos y se generaron necesidades letrísticas que antes no existían. Esto llevará su tiempo, debe haber muchos escritos pero tampoco se graban tantos tangos nuevos. Hay que esperar ese proceso", asegura.

Atilio Stampone, quien además de ser presidente del jurado esta noche interpretará Mi amigo Cholo, un tema instrumental de su autoría, admite esta dificultad, aunque describe un panorama alentador: "Aquí hay un problema importante, y es que es muy difícil superar la calidad de los grandes poetas del tango, Homero Manzi, Cátulo Castillo, Pascual Contursi y tantos otros. Pero la historia sigue su curso, las problemáticas van cambiando y alguien tiene que empezar a expresarlas. Los grandes autores no tienen que ser una traba, al contrario, tienen que servir como punto de partida. Y uno aspira a que algún día se exprese la problemática actual con el mismo nivel poético con que se expresó en el pasado. Músicos jóvenes y buenos hay a montones, y eso es muy alentador. Ahora faltan los nuevos letristas, que de a poco irán apareciendo. Este tipo de certámenes, por lo pronto, es un acierto".

Dentro de Tango por la identidad, las letras recibidas pueden dividirse entre las que se centraron más específicamente en el trabajo de Abuelas –muchas escritas en primera persona, como la ganadora– y las más abarcativas de la identidad nacional. "Todos los miembros del jurado leímos todas las letras y llegamos a una reunión final con diez o quince letras seleccionadas cada uno, que en líneas generales coincidieron bastante", cuenta Rosales. "Tuvimos en cuenta tres elementos: primero, que la letra se ajustara a la temática, que era muy amplia, no había que hablar sobre los nietos de desaparecidos, sino sobre la identidad en su amplio sentido. Segundo, que fuera una letra de tango, con su estructura, métrica, acentuación, que fuera posible musicalizarla. Y tercero, su belleza poética. La letra ganadora sobresalía en este último aspecto, con un estribillo sencillo, conceptos claros y un par de momentos muy bellos. Como nos quedaban cuatro letras que nos gustaban, decidimos hacer una mención", cuenta Rosales.

Más allá del aporte que estas letras puedan hacer al género (algo que sólo el tiempo determinará), para las Abuelas de Plaza de Mayo el certamen tiene un objetivo muy claro, que trasciende al tango. "Puede que nos guste el tango, escucharlo, bailarlo, pero no hicimos Tango por la identidad por eso", aclara Estela Carlotto, presidenta de Abuelas. "Esta es una estrategia más de las Abuelas para llegar a la comunidad, y sobre todo a los que tienen la edad de nuestros nietos. No perdemos de vista que ellos pueden asistir a conciertos como el de esta noche, y si alguno tiene una duda encontrará un canal donde acercarse para empezar a resolverla", explica. En ese sentido, el tango se suma a una serie de experiencias que comenzó con Teatro y siguió con Danza y Música por la identidad. "Es otra forma de hacer lo que hicimos toda la vida: abrir caminos. Desde lugares como éstos, los chicos que pueden ser nuestros nietos pueden plantearse que tienen que hacer algo, que tienen que buscar, que tienen que saber. Es empezar a andar un caminito."
Carlotto relata que estas experiencias, que empezaron modestamente y se fueron expandiendo con el tiempo, ya llegaron hasta España, donde está por estrenarse la obra teatral que inauguró estos ciclos, A propósito de la duda, con artistas españoles y argentinos, y concluye que este crecimiento vuelve a constatar lo que las Abuelas ya sabían: "Nos quisieron derrotar pero nos dieron más fuerzas para luchar

Estas son las historias detrás de los ganadores del concurso impulsado por Abuelas:

Marcela Bublik: Además de compositora, Marcela Bublik es cantante. Esta no es la primera vez que gana un certamen. Su tango Puñales de plata, basado en un recuerdo de sus 17 años, a principios de la última dictadura, obtuvo el segundo premio en un certamen de Sadaic. Puso ese nombre a su primer disco, en el que grabó seis tangos propios y seis clásicos. Ahora está por empezar a grabar un segundo disco, en el que hará su propia versión del tema ganador de Tango por la identidad. Bublik es también una de las fundadoras de Letrango, una agrupación que desde hace dos años reúne a autores contemporáneos, con el objetivo de buscar la profesionalización del letrista y la difusión de los tangos nuevos. "Antes uno sentía que estaba solo en su casa escribiendo, pero ahora hay más movimiento. Está Letrango, ciclos de nuevo tango como el del Centro Cultural de la Cooperación, hay intérpretes que se están acercando, que se interesan", se alegra la cantante. Bublik cuenta que escribió Soy especialmente para el certamen, aunque la temática de la identidad forma parte de su obra. "Todas mis letras tienen que ver con lo que siento que nos pasa a los argentinos, o mejor dicho, a los porteños, que es la realidad que más conozco", dice. "No escribí Soy con una historia en particular, sino con todas las que se conocen. Siento que es un tango de los nietos."

Marcelo Naraveckis: Narave-ckis tiene 42 años, y desde hace veinte se dedica a la informática. Su caso es el de tantos: "Siempre me gustó escribir, pero nunca supe qué hacer con lo que escribía", resume. Cuando se enteró del certamen a través del foro de Internet Cueva Tango, se puso a escribir esa misma noche. Naraveckis se asume tanguero de alma y cuenta que este año se decidió a crear un personaje, Tito Lagrimón, un payasito tanguero. Con un amigo se juntaron a hacer el personaje por puro gusto, y allá fueron, con la cara pintada, a un boliche del Abasto. "Tito es el tango viejo caricaturizado, muy entrañable, pero que ya no dice nada. Un tango que por suerte, está dando paso al tango nuevo, el que está arrancando." Naraveckis escribió para Tito una serie de tanguitos paródicos, con letras cambiadas, como Melodías de arrabal privado o como el Tango del Actimel. Pero, cuando escribe en serio, prefiere "paisajes interiores, lo que le pasa a uno viviendo en la ciudad". Se anotó en este certamen, sobre todo, porque era convocado por Abuelas. "Lo que pasó con la dictadura fue más que una desgracia nacional, fue un apagón de la civilización. ¿Cómo se puede generar amor, vida, después de eso? Tiene que haber una fuerza mucho más grande que aquel apagón. Eso es Abuelas. Gente que muestra que la lucha es más grande, y que invita a ponerse en acción."

Ernesto Pierro: Pierro es presidente de la agrupación Letrango y tiene escritos varios temas junto a músicos como Saúl Cosentino, Emilio de la Peña y Guillermo Meres. Uno de ellos fue musicalizado por Carlos García, director de la Orquesta de Tango de Buenos Aires. En cuanto llegó a su correo electrónico un anuncio sobre el certamen, se puso a trabajar. "Me interesó especialmente por ser de las Abuelas, más allá del concurso. Admiro su labor y siempre que humildemente puedo apoyarla, lo hago", dice el letrista. "Hubiera querido escribir algo más relacionado con la temática de Abuelas, intenté hacerlo y tengo cosas iniciadas que algún día terminaré, pero se acercaba la fecha de cierre y me puse a trabajar sobre un asunto más relacionado con la identidad en general." El mismo día de cierre del certamen, entregó su tango. Pierro tiene publicado un cancionero, Paisajes del Sur, editado por Papeles de Boedo. Empezó a escribir tangos en su adolescencia, en los ‘60, cuando el género no estaba de moda y él era un bicho raro. Ahora espera con ansiedad escuchar por primera vez su tango musicalizado por alguien a quien admira y da por descontado que "si la música es de Osvaldo Piro, va a quedar de diez.

Las letras ganadoras

Soy, de Marcela Bublik (Primer puesto)

Soy el mate, soy la brisa, soy el sol de la mañana./ Busco el árbol, busco el río y el motivo de esta sed./ Por mi pecho rueda un sueño y un murmullo sin palabras / que me acuna desde lejos, sin espejos de papel. / Esta puerta que me llama, necesito atravesarla. / Sé que hay alguien que me espera, sé que siempre me buscó, / que tiene aquella respuesta que enciende luz en la sombra. / El latido y la memoria corazonan la razón.
Me falta un patio, una risa y una canción y un verano / y una muñeca de trapo y un libro que no leí / y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino / mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín.
Por la vida que está viva, por la muerte que no es cierta, / por cada flor que se abre bajo el sol que la abrigó, / por el niño que mañana navegará entre mis ramas, / buscándose en los retratos que la noche me arrancó, / no me seguirán mintiendo el color de la mirada. / Tengo un nombre y una sangre que me quisieron borrar, / que es más fuerte que la espada y la rosa disecada / que llenaron con cenizas de silencio y soledad.
Y hay un patio y una risa y una canción y un verano / y una muñeca de trapo y un libro que no leí / y una abuela que cocina sopa de estrellas y vino / mientras perfuma la mesa con naranjas y jazmín, / con ese pecho de fuego, encendido en red de amores, / con esos brazos de hierro que nadie pudo partir.

Ser en Buenos Aires, de Marcelo Naraveckis
(Segundo puesto)

Ser en Buenos Aires y ser cielo / aire mufa emputecido de humedad, / Ser un viento largo, amargo y en memoria / alma en pena lustre noche de adoquín, / Ser el vidrio que se empaña por adentro / y en la lluvia ser el nombre que no está / Ser en Buenos Aires y ser vuelo, / De los buenos que tuvieron que partir...
Y siendo Buenos Aires yo porteño, / hasta el borde rellenado de mí mismo
sacaré de mi paloma una galera, / me abriré como una flor de soledad, / sacaré los tangos nuevos de los viejos, / cuerda en celo de un violín desangelado / ser un pan del tiempo nuevo y para todos / y en el hambre ser historia que será.
Ser en Buenos Aires y ser noche / como el prólogo de un día descreído, / ser la vena azul y estrella de la sangre / la memoria de un olvido en rebelión, / como tantas Buenos Aires que yo se sido, / ser la voz que me despide cuando vuelo, / Ser de Buenos Aires y ser vuelo, / De los buenos que tuvieron, que partir...

Volver a ser, de Ernesto Pierro (Tercer puesto)

No estés a un lado. Vení, asomate. / Mirá los pibes bailando tangos. / Mirá la gente, ¡cómo defiende / los viejos clubes de cada barrio! / Si bien sufrimos perder terreno / y nos robaron, casi, la vida. / Miralo, hermano. Y vas a ver / como logramos volver a ser.
Somos nosotros. Somos distintos. / Los del asado con buen tinto. / Tan inocentes de tan soberbios / que no parece que fuera en serio. / Pero dispuestos a la gauchada. / A darlo todo sin pedir nada. / Y nostalgiosos —como se debe— / por lo perdido, cuando se quiere. / Sentimentales, exagerados, / algo maltrechos de tan golpeados. / Pero dispuestos —ya vas a ver— / a levantarnos y renacer.
Mirá ese fútbol incomparable / de los "taquitos" y los "sombreros". / Mirá las murgas, que son tan nuestras. / ¡Mirá las pibas formando orquestas!
Después de todo, por más que hicieron, / no consiguieron domesticarnos.
Miralo hermano, se puede ver / como logramos volver a ser.

Pertenencias, de Germán Cavallero (Mención especial)

(recitado)
Yo tuve la canción enamorada / saliendo de mis labios hacia "ella", / la silla en la vereda de los mates, / la barra de la esquina y sus ausencias.// Yo tuve a mis hermanos y a sus codos / peleando con los míos en la mesa.// Y aquel vaivén del mimbre de los brazos / tejido con ternura por la mama, / y el cuento del abuelo en un susurro / aliado contra brujas y fantasmas.
(Cantado)
Yo tuve tantas cosas que me aflojan. / Infancias tuve muchas, ¡y a Piazzolla! / El fútbol de mi barrio y a mis viejos, / y un sauce de evocar la flor del desencuentro.
Yo tuve las promesas silenciosas / de ser lo que otros no se permitieron, / y ahora que naufrago de esas sombras / soy grito en confesión, naciendo al corazón.
Pero algo se me pierde entre las horas. / Y es grande como el hoy de mi destino. / Aquel que ya no soy / dijeron que se fue / ¡Que un tango lo retenga en el camino!
Yo voy por comisuras del pasado / Buscando aquella voz que aún me nombra.
¿Quién soy? ¡Ya lo sabré! / ¡Entero yo estaré / si junto los añicos de mi historia!
Yo tengo los colores de otros ojos / y el son de mis cabellos, heredado. / Soy nuevo y tan antiguo que soy nadie / o todo un gran gentío, adentro apretujado.
Soy todas esas cosas y un invento / que marcha por las tintas del azar. / ¿Qué más vendrá? ¡Yo doy mis pertenencias / a un verso de apostar, cargado de arrabal!
Pero algo se me pierde entre las horas. / Y es grande como el hoy de mi destino. / Aquel que ya no soy / dijeron que se fue. / ¡Que un tango lo retenga en el camino!
Yo voy por comisuras del pasado / Buscando aquella voz que aún me nombra./ ¿Quién soy? ¡Ya lo sabré! / ¡Entero yo estaré / si junto los añicos de mi historia!


Germina el nuevo tango

Por Marcela Valente

BUENOS AIRES, 24 feb (IPS) - Alejandro Schaikis es violinista de la Orquesta Sinfónica Nacional. Hace algunos años el tango "le brotó" como una maleza que su formación clásica no pudo controlar y ahora cree que en esa mixtura puede estar el germen de "una nueva música argentina".

"A pesar de no tener una formación en el género, me siento más seguro en Alemania tocando un tango que interpretando Beethoven", comentó Schaikis a IPS, en referencia a los conciertos que ofrece desde hace dos años con la orquesta Color Tango, dirigida por el bandoneonista Roberto Álvarez.

Este violinista de 41 años observa que la formación actual de los músicos es más abarcadora que la que él tuvo, porque incluye géneros locales y considera que eso tendrá necesariamente repercusión en todo el ambiente musical. "Estamos en un momento de creación, en el proceso de una nueva música argentina", se entusiasmó.

Schaikis se sorprende de ver el entusiasmo que provoca el tango en el público europeo, y sostiene que esa devolución del público le permitió a él conocer más de su cultura que lo que había aprendido en el conservatorio. "Yo nunca escuchaba tango, pero se nota que lo tenía en el inconsciente", aseguró.

Hace 20 años, cuando Schaikis recién comenzaba su carrera, el tango estaba asociado al gusto musical de los mayores de 50 años que rechazaban como sacrilegio cualquier intento de evolución dentro del género. De esa manera, el tango corría el riesgo de pasar a ser un fantasma de Buenos Aires y sus cultores en unos artistas en extinción.

Fue entonces cuando las fronteras se volvieron más flexibles. Primero fue el furor del baile. Miles de jóvenes se lanzaron a aprender la danza del brazo de los tradicionales "milongueros" que nunca lo abandonaron. Luego se animaron con la música, las letras, el cine y todas las otras expresiones de la cultura.

El tango dejó así de vivir de recuerdos. Los recién llegados aportaron sus propias tradiciones artísticas y, sin prejuicios, sometieron a este género musical a distintos experimentos, algunos controvertidos como los que produce el tango electrónico y otros más aceptados como los intentos del jazz o del rock.

El cantor Horacio Molina fue víctima del rechazo de los tangueros clásicos por venir de la música melódica. Ahora, tras 35 años de incursionar en la música del Río de la Plata, es un referente de los más jóvenes.

"Las fronteras del tango se cerraron en un momento en forma exagerada, y ahora también se abren en forma exagerada", comentó a IPS.

Para Molina, el tango no es música folclórica y, por lo tanto, se puede permitir una evolución "siempre y cuando se siga reconociendo el origen del género" en cada obra. El cantante considera que no todo lo que se denomina tango tiene verdaderamente la estructura del género y atribuyó este desvío a la ignorancia sobre las fuentes.

"Para hacer evolucionar al tango hay que conocerlo desde sus orígenes", propuso Molina, y no todos lo hacen.

Molina se refirió a la tendencia de muchos músicos de rock a incluir tangos en su repertorio. "Algunos lo hacen bien, otros no, pero lo que sí se debe destacar es que todos son un puente que puede llevar a los jóvenes a las raíces del tango", apuntó.

Todas estas novedades serán la nota característica del "VII Festival Buenos Aires Tango", que se realizará del 25 de febrero al 6 de marzo, con espectáculos varios, milongas (bailes) y conciertos en 37 escenarios de la ciudad, además de clases de baile y exposiciones de todo tipo.

El festival es organizado cada año por la Secretaría de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires desde 1998. Pero esta vez los organizadores se preocuparon particularmente de incluir al más amplio espectro de artistas vinculados al tango, sin excluir a cantantes de rock o cultores de la música electrónica.

"El tango está más abierto y volvió a ser de la gente joven como era hace un siglo", declaró a IPS exultante el cantor Walter Laborde, uno de los padrinos artísticos del festival. "Hay una evolución del género y muchísimos artistas nuevos, incluso muchas mujeres que hace unos años no se veían tanto", destacó.

Laborde atribuye la renovación a que "muchos 'dinosaurios' están desapareciendo" y con ellos la ortodoxia que sentenció, por ejemplo, al célebre bandoneonista Astor Piazzolla, el ya fallecido autor de "Adiós Nonino" que fuera marginado por los antiguos cultores del género por intentar, y lograr, trascender esas fronteras.

Nacido en los años 70, Laborde asegura haber cantado tangos "hasta los siete años". Entonces se pasó al rock en el que inició su carrera como cantante. Luego, hace más o menos una década, sintió "un vacío muy grande" y la necesidad de volver a esa música tradicional que dice haber escuchado en su casa "desde la cuna".

Ahora es uno de los emergentes del tango joven. "La globalización cambió muchas cosas y en lo personal hace imperioso volver a lo propio", afirmó el cantante.

Para marcar ciertos límites entre tanta amplitud y diversidad, el festival comenzará este viernes con un concierto al aire libre del célebre pianista Mariano Mores, de 87 años, creador de tangos muy difundidos en el exterior como "Uno", "Cuartito Azul" y "En esta tarde gris", entre otros.

El cierre del encuentro tanguero estará en manos de otro clásico, el bandoneonista Leopoldo Federico, de 77 años, que acompañó con su orquesta durante muchos años a Julio Sosa, el exitoso cantante uruguayo muerto en un accidente automovilístico a comienzos de los años 60.

Las celebraciones que vestirán de tango la ciudad se apoyarán en otro ícono, el fallecido Osvaldo Pugliese, pianista, director y compositor que este año cumpliría 100 años.

En esos marcos se desarrollará la más amplia y diversa programación. Habrá músicos de rock que incursionaron en el tango, como Javier Calamaro, grupos de jazz o de música electrónica que están experimentando con el género, y distintos estilos de tango danza desde la más clásica hasta las más modernas.

El público podrá asistir a conciertos de orquestas como Color Tango, escuchar a cantantes como Molina, o tomar clases de tango danza. También se podrá recorrer una exposición de fotos artísticas de milongas, visitar museos como el que está en la cada de Carlos Gardel o asistir al cine para seguir inmersos en el mundo del dos por cuatro pero ante la pantalla gigante.

Entre las clásicas películas de tango filmadas en los años 30 y 40, como "Madreselva", se exhiben otras nuevas realizadas por directores jóvenes como "Blue Tango en Buenos Aires" o "Yo no sé que me han hecho tus ojos", un documental sobre la vida de la cantante Ada Falcón, una leyenda del tango.

Los autores Sergio Wolf y Lorena Muñoz aseguraron sentirse atraídos por la historia sin final de esta cantante en ascenso, que se retiró abruptamente en 1942 y no se supo más de ella. Wolf y Muñoz siguieron sus rastros hasta encontrarla encerrada en un convento bajo otro nombre, ya anciana y casi sin memoria unos pocos años atrás.

Inter Press Service News Agency


ALGUNAS CONSIDERACIONES SUELTAS, NI ORIGINALES NI DEFINITIVAS, ACERCA DEL CRUCE DEL TANGO CON LA MÚSICA ELECTRÓNICA

Por Fernando Sánchez
Periodista, editor musical de la revista Rolling Stone

Uno.
"Si el tango es el sonido de las calles de Buenos Aires, el colectivo Bajofondo Tango Club es la banda de sonido para los porteños del nuevo milenio: tango y electrónica." Esto es lo que afirman las notas de la cajita del primer álbum de Bajofondo Tango Club, escritas por el periodista argentino, radicado en los Estados Unidos, Enrique Lopetegui. A esto apuesta, entonces, el experimento hasta ahora más serio y promocionado de cruzar tango y música electrónica, publicado el año pasado. A partir de la idea caprichosa de que la electrónica es la música de hoy, y que el tango es la música de Buenos Aires, Bajofondo se propone como síntesis concebida en el Primer Mundo (su mentor y productor, Gustavo Santaolalla, vive desde hace más de 20 años en Los Angeles) del aquí y ahora porteño. Aunque no es mentira, es obvio que no es tan así: Buenos Aires, en tanto ciudad super-cosmopolita, está cruzada por decenas de ritmos; el tango es sólo uno de ellos; y la música electrónica es la banda de sonido de apenas un sector de los porteños, seguro el menos tanguero y el más acomodado y pretendidamente moderno. Es probable entonces que si el fan de la música electrónica recibe gustoso los sonidos del bandoneón entre tanto bombo en negra, lo hace en un gesto igual de snob que cuando en su música se cuelan aires árabes o de bossa nova.

Dos.
La respuesta más obvia ante estos primeros cruces de la música electrónica con el tango puede parecerse mucho a la reaccionaria recepción que supieron tener los intentos de los jóvenes porteños de ayer de abordar el tango desde una perspectiva, digamos, rockera. Después de por lo menos dos décadas, si alguien quiere buscar tango en el rock argentino, debe leer letras antes que partituras. Allí radica la raíz inevitablemente tanguera del rock nacional y popular, donde el tango, el sentimiento triste que se baila, se cuela sin esfuerzo. En la música, en cambio, hay que tener buena voluntad, ser amplio y tolerante y recién entonces se podrá escuchar en ciertas cosas muy puntuales algún giro tanguero que no sea parodia ni recreación chistosa. La música electrónica, dado que casi prescinde de letra (que, cuando aparece, se vale, sobre todo, de frases que se repiten y que encuentran sentido en su repetición) carece del beneficio de la poesía. La integración es naturalmente más difícil.

Tres.
El tango, aún en su melancolía, se baila con pasión y calentura, los bailarines pegados, frotándose y haciéndose uno, sensualidad pura. La música electrónica se baila en multitud pero por separado, cada uno por su lado. Hay sexo en ambos: en el tango es evidente, pura franela y seducción; en la música electrónica es químico, producto de drogas de diseño que vuelven cariñoso hasta al potus menos sensual. He aquí una diferencia por ahora insalvable.

Cuatro.
Luego de más de una década de fascinación tecnológica en la que se valió de sus propios experimentos digitales para generar novedad y dinero, la música electrónica salió a mediados de los 90 a la búsqueda de renovación. Así encontró en el pop y el rock primero, y en los ritmos del mundo después, matices que le permitieron desarrollarse y crecer. Los ritmos árabes, africanos y caribeños, la bossa nova, el flamenco, la canción francesa, el corrido mexicano: todo pudo adaptarse al swing cuadrado de la computadora. Desde 2001, con la aparición de Gotán Project en París, y con más fuerza desde 2002, con Bajofondo Tango Club y su generosa difusión regional, el tango se volvió materia de experimentación digital. Algunos géneros, como la bossa, han sabido aprovechar el encontronazo y lograron renovarse con estilo a partir de los aportes de los ritmos digitales. El tango, en cambio, y al menos por ahora, sólo suma colores "raros" al trance de discotecas y al dance cool que musicaliza locales de venta de ropa.

Cinco.
Que el swing sanguíneo y caprichoso del tango (su pulso sanguíneo), se pierdan en la frialdad del 4 por 4 de la era digital, y que toda mezcla se trate, sobre todo, de la incorporación del bandoneón y de algún sample (fragmento pregrabado) de orquesta recortado y adaptado adecuadamente a los beats electrónicos, son datos que hablan de que los cruces entre tango y música electrónica son experimentos no acabados. Lo más interesante, en el caso de Bajofondo Tango Club, pasa por el espacio para la improvisación jazzy con instrumentación tanguera que el proyecto genera en vivo. Será que el híbrido recién empieza...

Seis.
Ante lo inevitable, dice el dicho, relájese y goce. La aparición de cruces entre la electrónica pop y el tango era sólo cuestión de tiempo. Llegó, como llegaron a Buenos Aires los pizza-café con helechos y los shoppings. Lo que sí puede buscarse en medio de la andanada de bits y beats por minutos es el respeto, el llamado buen gusto. Ejemplo: no es lo mismo el espantoso Abasto Shopping que las Galerías Pacífico o, mejor, lo que parece que serán las renovadas tiendas Harrods. Sería algo así: ya que van a intervenir de todos modos, que los responsables del engendro se tomen el trabajo de hacerlo con, digamos, un poco de onda. ¿Será posible?

Siete.
En la fusión de tango y dance hay, para concluir, una cuota de atrevimiento y hasta sacrilegio que debe ser siempre bienvenida. Es la música electrónica y no ya el rock quien espanta a conservadores y tradicionalistas. En ese sentido, la música electrónica vendría siendo el rock del futuro y, el rock, el tango de hoy. Pero es sólo un mirada posible. Lo cierto es que si el tango ha sobrevivido a los guitarrazos eléctricos y los solos de batería, no tendría por qué temer ante la embestida de las laptops.

Ocho.
Chan chán.

Fuente: Tangodata.com.ar


Tanghetto

Es una banda argentina liderada por Max Masri (sintetizadores y programación) y Diego S. Velázquez (guitarras) que fue formada en el año 2001. El nombre "Tanghetto" (la combinación de las palabras "tango" y "ghetto") está inspirado en las "pequeñas argentinas", comunidades de exiliados argentinos en el exterior.

En los años 90s, Max Masri (uno de los últimos y mas jóvenes discípulos del legendario compositor Virgilio Expósito) volvió a Buenos Aires despues de haber vivido interesantes experiencias entre emigrados argentinos en Alemania. Trajo consigo una idea: crear un nuevo lenguaje musical. A fines de 1998 comenzó a trabajar con el compositor e instrumentista Diego S. Velázquez y entonces grabaron sus primeros tracks de "electrotango". En 2001 la idea fue revivida, con un sonido moderno, composiciones 100 % propias y un nombre; Tanghetto había nacido.

La actual formación incluye además a Federico Vázquez (bandoneón), Antonio Boyadjian (piano), Chao Xu (violoncello y el instrumento chino de cuerda frotada erhu) y Daniel Corrado (batería). En diciembre de 2003 se edita el álbum debut, "Emigrante (electrotango)". Rápidamente se convirtió en un suceso de ventas, alcanzando los primeros puestos de importantes charts (#1 en Tower Records o Zivals).

En 2004 el grupo intensificó su actividad en vivo. A principios de 2005 el álbum alcanzó la cifra de disco de oro. El álbum fue nominado para un Latin Grammy en la categoría "Mejor Album Instrumental", el 14 de julio de 2004. A fines de 2004 los músicos de Tanghetto editaron un proyecto paralelo bajo otro nombre: "Hybrid Tango".

Algunos de los shows mas importantes desde entonces: II Mundial de Tango, VII Festival Buenos Aires Tango (4.000 espectadores), Festival de la Avenida Corrientes (en el obelisco) frente a mas de 15.000 personas, Teatro ND Ateneo (a sala llena), Club del Vino, etc. El año 2005 fue el año de los primeros conciertos europeos. El grupo emprendió una gira que lo llevo por Italia y Francia entre noviembre y diciembre.

Durante 2006 y 2007 el grupo continuó girando en el exterior (USA, Italia, Alemania, Reino Unido, Chile, Uruguay, Paraguay, etc). La agenda para 2007 incluye una nueva gira europea (junio/julio), varios conciertos en Chicago, una gira en la Costa Oeste de Estados Unidos en agosto y una gira por varias ciudades mexicanas en octubre. En México la banda tocará en el famoso Festival Internacional Cervantino.

Este álbum lleva la fusión de tango y electronica mas allá de lo oído hasta el momento, agregando un sabor de world music, con toques de flamenco, ritmos latinos y jazz. Este disco fue recibido igualmente bien por la crítica y por los consumidores de música, compartiendo junto a "Emigrante" los charts de música alternativa.

Varios de los tracks de "Hybrid Tango" forman hoy parte del repertorio en vivo del grupo. En 2005 este álbum también fue nominado a un Latin Grammy, esta vez en la categoría "Mejor Album de Tango".

En febrero de 2005 el sello Constitution Music editó un complilado llamado "Tangophobia Vol. 1", que incluye, ademas de tracks de otros artistas, cinco temas inéditos de Tanghetto. Entre marzo y septiembre Tanghetto, se dedicó, junto a algunos DJs, a realizar remixes house / trance / progressive de 12 de sus canciones.

Junto a dos covers ("Enjoy the Silence" de Depeche Mode y "Blue Monday" de New Order), este material se editó con el nombre "Buenos Aires Remixed" en octubre. El tema “Blue Monday” fue incluído en la banda sonora de la co-producción Mexico-USA
“La Mujer de mi Hermano”, con libro del peruano Jaime Bayly. A raíz de esto la canción se convirtió en un hit alternativo en las radios de USA y se mantuvo durante varias semanas en el top 10 del chart “Latin Rock”. Recientemente el grupo editó su primer DVD y se encuentra produciendo su próximo álbum de estudio (el sucesor de "Emigrante"), que será lanzado a mediados de 2007.

Fuente: www.rberdi-archivo-gotan-tango.blogspot.com

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