10 de septiembre de 1984: Pueblada en Puerto Madryn en repudio a la flota norteamericana
Ese día miles de vecinos de Puerto Madryn marcharon hacia el muelle Almirante Storni para protestar por la presencia de la flota norteamericana que, luego de participar del Operativo Unitas junto a la flota argentina, intentaba aprovisionarse en la ciudad. El acontecimiento, que no suele ser recordado, fue una manifestación de repudio al poder norteamericano y un homenaje a los combatientes de Malvinas que, dos años antes, habían desembarcado en Puerto Madryn al finalizar la guerra en la que Estados Unidos colaboró activamente en favor de Gran Bretaña.
Madrinazo por la identidad y la memoria colectiva
Por APPM Prensa (Administración Portuaria de Puerto Madryn)
Pensar en el Madrynazo es pensar en Malvinas, es pensar en la pueblada que marcó un punto donde se instaló para siempre un antes y un después en la ciudad patagónica que aún conservaba las heridas abiertas de la Guerra de Malvinas y del desembarco de aquellos soldados que habían defendido con garra, la Patria en nuestras Islas.
¿Por qué Madrynazo, cuál es su etimología? Tal vez quepa la posibilidad de expresarse mencionándolo como «Malvinazo», y no sólo por las similitudes de ambas palabras que contienen nueve letras y que poseen la misma sonoridad; también, por lo que simbolizan cada una.
Los que pertenecemos a la generación Malvinas hemos perpetuado este acontecimiento en la memoria y en el corazón, y tener que escribir sobre el Madrynazo fue en lo personal, un volver a cargar el equipaje de sensaciones y sentimientos recordando a los jóvenes de los ´80 que, como los chicos de hoy, tenían las mismas inquietudes y preocupaciones: el colegio, la facultad e infinidad de proyectos como cualquier adolescente. Ellos, en 1982 fueron partícipes de un quiebre en esa visión de jóvenes, para tomar obligatoriamente decisiones de adulto a las que no tuvieron oportunidad de oponerse: «una guerra».
¿Entonces, por qué Madrynazo? Porque el 10 de septiembre de 1984, a veinticinco años del Operativo «Unitas» que se llevaba a cabo desde el año 1959, entre la marina estadounidense y algunos países latinoamericanos cuyo objetivo es la actualización de doctrinas y tácticas militares, la población que vivía en la ciudad de Puerto Madryn (que por esos años rondaba en los 20.000 habitantes), realizó «una pueblada», por una buena causa: impedir que la flota norteamericana que se encontraba en las aguas del Golfo Nuevo se reaprovisionara en el puerto local.
Argentina en otros años había formado parte de ese operativo, pero debido al conflicto de Malvinas, en esta oportunidad no participó.
El Muelle Almirante Storni fue testigo de aquel acontecimiento que convocó a voluntariosos hombres, mujeres y niños cuyas armas no fueron más que banderas argentinas, pancartas y algunos aerosoles para plasmar frases como «asesinos» y otras tantas en las fragatas.

La Previa
Unos días antes de que llegaran los buques, se supo la noticia a través de los trabajadores portuarios, fue allí donde se comenzó con las conversaciones, las reuniones y la publicación en los medios para impedir que las naves atracaran en el muelle. Se formó una Comisión Multisectorial transitoria que recibió el aval del Concejo Deliberante y el 8 de septiembre se declaró personas no gratas a los tripulantes de la flota «Atlantic South Force».
La gente se convocó cómo y dónde pudo, algunos en las radios, otros en un partido de básquet local, otros concientizando a los comerciantes para que no les permitan el arribo porque no era un hecho comercial sino un atentado al sentimiento nacional.
Este movimiento que quedaría plasmado en la historia se hizo en repudio al apoyo que el gobierno de los Estados Unidos había brindado al gobierno del Reino Unido durante el conflicto bélico por las Islas Malvinas.
La tarde de ese 10 de septiembre de 1984, los pobladores se congregaron en la Plaza San Martín frente a la Municipalidad local y desde allí caminaron por las calles Mitre, Mosconi y Domecq García hasta llegar al muele Storni entonando el Himno Nacional Argentino.
«Yankees go home» y «pueblo, coraje, al yankee dale raje», expresaban los cánticos y carteles con la con la única intención de repudiar a la flota norteamericana «Atlantic South Force», que casi como una burla pretendía además, de reaprovisionarse, deambular por el suelo de nuestros Héroes que dos años atrás habían regresado heridos y con dolores en el alma que nunca los abandonarían. Por ellos, por nosotros y con valentía, la ciudad de Puerto Madryn reaccionó y logró echar al enemigo.
«Yankees go home», y todo el rechazo que encierran estas tres palabras, será recordada como la frase emblemática que quedó pintada con aerosoles en uno de los buques.

Los casi 1.500 peregrinos que arengaban y solicitaban elementos para arrojar a los buques, los autoconvocados que lograron sobrepasar la barrera conformada por prefectura que, ante la magnitud de la convocatoria, recibió órdenes de no actuar, fueron los protagonistas del Madrynazo brindando de esta manera un reconocimiento a aquellos que defendieron nuestra soberanía en las Islas Malvinas, y que con la entonación del Himno vieron con alegría retroceder a la flota norteamericana.
Y como un acto de reivindicación, cada 10 de septiembre será fecha de homenaje en el calendario de la vida hasta el momento en que este suceso pueda leerse en los libros escolares.
Fuente: Revista Orillas, Año I, Número 2, noviembre 2012
Septiembre 2022